El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió el jueves por la noche interrumpir de inmediato las negociaciones comerciales con Canadá, furioso con un spot publicitario canadiense que citaba declaraciones de Ronald Reagan contra los aranceles.
Trump acusó a funcionarios canadienses de tergiversar las declaraciones del expresidente republicano Reagan en una campaña publicitaria que se oponía al aumento de aranceles entre ambos países.
Este cambio de rumbo repentino se produjo después de que parecía probable que se alcanzara un acuerdo comercial entre Ottawa y Washington sobre acero, aluminio y energía y a pocos días de la reunión programada entre Trump y el premier canadiense, Mark Carney, en la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a finales de este mes en Corea del Sur.
Canadá es el segundo socio comercial más importante de Estados Unidos y un importante proveedor de acero y aluminio para empresas estadounidenses. "Ante su comportamiento indignante, TODAS LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES CON CANADÁ QUEDAN TERMINADAS", escribió el presidente Trump en su red social Truth.
"La Fundación Ronald Reagan acaba de anunciar que Canadá ha utilizado fraudulentamente un anuncio, que es FALSO, en el que Ronald Reagan habla negativamente sobre los aranceles", informó el presidente en su mensaje.
Donald Trump acusó a las autoridades canadienses de haber "hecho esto únicamente para influir en la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos y otros tribunales", ante lo cual se cuestiona la legalidad de las órdenes ejecutivas del magnate que desencadenaron estos aumentos arancelarios.
La Fundación Ronald Reagan, por su parte, declaró en X que la campaña publicitaria canadiense había "utilizado selectivamente fragmentos de audio y video" de un discurso radial sobre comercio pronunciado por el expresidente republicano en abril de 1987.
Según la Fundación, el anuncio "distorsionó" las palabras de Ronald Reagan (1981-1989), y añadió que estaba "examinando sus opciones legales al respecto". Producida por la provincia canadiense de Ontario, la campaña publicitaria, de aproximadamente 75 millones de dólares, se emitió en varias cadenas de televisión estadounidenses. El anuncio utilizaba citas del discurso de Reagan, en el que advertía sobre algunas de las consecuencias que los altos aranceles a las importaciones extranjeras podrían tener en la economía estadounidense.
Se citó a Reagan diciendo que "los aranceles elevados inevitablemente conducen a represalias por parte de países extranjeros y al estallido de feroces guerras comerciales", cita que corresponde a una transcripción de su discurso en el sitio web de la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan.
"LOS ARANCELES SON MUY IMPORTANTES PARA LA SEGURIDAD NACIONAL Y LA ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS", insistió Donald Trump. No hubo comentarios inmediatos de los funcionarios canadienses, pero el miércoles, en un discurso ante estudiantes de la Universidad de Ottawa sobre sus prioridades presupuestarias, Mark Carney afirmó que la política comercial "fundamentalmente alterada" de Washington requería una revisión de la estrategia económica de Canadá.
Estados Unidos ha elevado "sus aranceles a niveles no vistos desde la Gran Depresión", lamentó el primer ministro. "La escala y la velocidad de estos acontecimientos no constituyen una transición fluida; son una ruptura. Esto significa que nuestra estrategia económica debe cambiar radicalmente", añadió Carney, afirmando que el proceso "requerirá sacrificio y tiempo".
El premier se reunió con el presidente Trump en la Casa Blanca a principios de octubre para intentar avanzar hacia una resolución del conflicto, pero no logró obtener concesiones públicas. En dicha reunión, Trump describió a Carney como un "líder de talla mundial" y afirmó que el canadiense "saldría muy satisfecho" de su conversación.
Alrededor del 85 % del comercio transfronterizo permanece libre de aranceles, ya que Estados Unidos y Canadá siguen siendo miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (ACEUM).
Sin embargo, los aranceles sectoriales globales de Trump, en particular sobre el acero, el aluminio y los automóviles, han afectado duramente a Canadá, provocando la pérdida de empleos y presionando a las empresas.
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