El documento contrasta las diferencias entre países desarrollados y subdesarrollados. Señala que los países desarrollados siempre tendrán mejores servicios como salud y educación, y serán superiores a los países subdesarrollados, quienes dependerán de ellos y serán sus principales consumidores. Los países subdesarrollados nunca podrán alcanzar el nivel de educación, atención médica y tecnología de los países desarrollados.