El documento describe el avance del "Consenso del fracking" en Argentina, donde el gobierno, medios de comunicación y empresas petroleras han construido un relato que promueve la fractura hidráulica y rechaza las críticas. Este consenso une a progresistas y neoliberales en apoyar grandes concesiones a empresas extranjeras como Chevron, que obtuvieron beneficios especiales a través de un decreto presidencial. Además, el consenso limita el debate sobre las consecuencias ambientales y dependencia del fracking, cerrando