La autoestima se define como el conjunto de actitudes hacia uno mismo y la capacidad de apreciarse, valorarse y respetarse. Se desarrolla desde la niñez y se ve influenciada por factores culturales, socioeconómicos y políticos. Tener una adecuada autoestima implica aceptarse a uno mismo, creer en los propios valores y actuar con autonomía. Construir una autoestima sólida requiere establecer metas alcanzables, aceptar los errores y pedir ayuda cuando se necesita.