El documento subraya la importancia de invertir en ciencia y tecnología en los países en desarrollo como un medio esencial para combatir el subdesarrollo y fomentar la innovación. Establece que los países en desarrollo enfrentan desafíos significativos, como la falta de acceso a conocimientos y tecnología, lo que limita su capacidad de avanzar en comparación con los países desarrollados. Además, enfatiza que un esfuerzo sistemático y sostenido es crucial para lograr objetivos científicos y tecnológicos que satisfagan las necesidades básicas de la población y promuevan el desarrollo sostenible.