El documento analiza los problemas fundamentales de Colombia y su gente. Señala que los problemas no radican en los políticos corruptos o ineptos, sino en los colombianos mismos y sus vicios como la deshonestidad, la falta de valores y la "viveza criolla". Mientras los colombianos no cambien y mejoren su comportamiento, ningún presidente podrá conducir al país hacia el desarrollo a pesar de sus esfuerzos. Se necesita un cambio desde abajo que promueva una mejor calidad humana entre la gente.