Este documento discute si es posible enseñar la lectura en la escuela. Argumenta que el enfoque actual de la lectura en la escuela es ficticio y alejado de la realidad, poniendo énfasis en una única interpretación y tratando la lectura como un objeto de enseñanza en lugar de un proceso significativo. También sugiere que la escuela podría convertirse en un ambiente propicio para la lectura si se crean las condiciones adecuadas y el maestro asume el rol de interprete.