La política económica abarca las medidas gubernamentales que buscan influir en la economía, con objetivos como el crecimiento económico, pleno empleo, estabilidad de precios y distribución equitativa de la riqueza. Las estrategias pueden clasificarse en aperturistas, proteccionistas y de desarrollo interno, mientras que las políticas monetarias y fiscales pueden ser expansivas o contractivas, dependiendo de su enfoque en la oferta monetaria y el gasto público. Los indicadores clave para evaluar el éxito de estas políticas incluyen la tasa de crecimiento del PIB, la tasa de desempleo, el índice de precios y la distribución del ingreso.