Entre 2009 y 2015, el 28,6% de la población en España se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión social, afectando a más de 13 millones de personas. Las tasas más altas se registran entre jóvenes, familias monoparentales y el colectivo de inmigrantes, con un notable aumento en la pobreza severa y privación material. Las diferencias regionales son significativas, siendo Andalucía y Ceuta las más afectadas, mientras que Navarra y el País Vasco presentan las tasas más bajas.