Enron, la mayor proveedora de energía de EE.UU., se declaró en bancarrota en 2001 debido a fraude contable masivo. Los directivos inflaron los beneficios reportados y ocultaron pérdidas multimillonarias para aumentar el precio de las acciones. Esto llevó al colapso de la empresa, la pérdida de miles de empleos y fondos de pensiones, y reveló complicidad política. Los directivos fueron juzgados y condenados por fraude.