El flujo vaginal es una secreción fisiológica que cumple funciones de humectación y protección, y puede variar en características durante las fases del ciclo menstrual. La flora vaginal normal está compuesta por diversos microorganismos que mantienen un equilibrio, pero alteraciones pueden dar lugar a infecciones como vaginosis bacteriana y candidiasis. Los síntomas asociados incluyen prurito vulvar, secreciones anormales y malestar, y factores de riesgo incluyen prácticas sexuales y el uso de anticonceptivos intrauterinos.