El documento sugiere que para empezar bien el día, uno debe levantarse agradeciendo a Dios y vivir cada día como si fuera el último, compartiendo amor sin esperar nada a cambio. Destaca la importancia de la sonrisa de los niños, las flores y los gestos de cariño como fuentes de alegría y amor en la vida diaria. Concluye enfatizando la importancia de mantener la fe, ser feliz y bendecir a los demás, recordando que los milagros y las bendiciones son parte de cada día.