El sistema financiero venezolano evolucionó junto con la economía, iniciando como banca comercial para financiar la agricultura de exportación en el siglo XIX. Se diversificó con la explotación petrolera, financiando la industrialización. En los 1940s surgieron las instituciones reguladoras como el Banco Central y la Superintendencia de Bancos. Actualmente, el sistema financiero se concentra en pocas grandes instituciones privadas y extranjeras, limitando el financiamiento productivo y excluyendo a la mayoría de la población.