La trampa del resentimiento tiene 4 puertas: 1) la lógica aparente de lo que se siente, 2) el magnetismo compensatorio de roles de autoafirmación, 3) la adhesión al estado resentido, y 4) la falta de voluntad para salir. La reconciliación no es olvidar el pasado sino evitar que lo imponga en el presente y futuro, y significa curarse a uno mismo más que amigarse con otros.