LITERATURA RENACENTISTA
Siglo XVI
1
LA LITERATURA RENACENTISTA: CONTENIDOSLA LITERATURA RENACENTISTA: CONTENIDOS
EL SIGLO XVI
La sociedad del siglo XVI
España en el siglo XVI
El Renacimiento
EL SIGLO XVI
La sociedad del siglo XVI
España en el siglo XVI
El Renacimiento
LA POESÍA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
Nuevos temas
Innovaciones formales
LA POESÍA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
Nuevos temas
Innovaciones formales
PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
Garcilaso de la Vega
Fray Luis de León
La mística española: san Juan de la Cruz
PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
Garcilaso de la Vega
Fray Luis de León
La mística española: san Juan de la Cruz
LA NARRATIVA RENACENTISTA
Los libros de pastores o novelas pastoriles
Las novelas moriscas
Otras novelas
La novela picaresca: Lazarillo de Tormes
LA NARRATIVA RENACENTISTA
Los libros de pastores o novelas pastoriles
Las novelas moriscas
Otras novelas
La novela picaresca: Lazarillo de Tormes
MIGUEL DE CERVANTES
Biografía
Obra
El Quijote
MIGUEL DE CERVANTES
Biografía
Obra
El Quijote
EL TEATRO RENACENTISTA
Primera mitad del siglo XVI
Segunda mitad del siglo XVI
EL TEATRO RENACENTISTA
Primera mitad del siglo XVI
Segunda mitad del siglo XVI
2
1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI
 El capitalismo sustituyó al feudalismo en
muchos lugares de Europa.
 El campesino medieval que pagaba al
señor con el fruto de su trabajo es
reemplazado por el obrero que trabajaba
por un salario.
 El trabajo de los hombres se convierte en
mercancía.
 El dinero se convierte en la fuerza que
todo lo mueve.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
3
 Auge de las ciudades, donde es más fácil que circule el dinero.
 Auge del comercio y la circulación monetaria con el consiguiente
auge de las vías y los medios de comunicación
 Importancia cada vez mayor de los bancos, las sociedades
mercantiles, las explotaciones industriales, etc.
1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
4
REY
NOBLEZA
CLERO
PUEBLO LLANO
El rey aumenta su poder.
Se crean los Estados
La nobleza se acomoda a los
nuevos tiempos.
Imita a la burguesía
Mantiene su poder
La burguesía, poseedora de
la riqueza, quiere el poder
1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
5
FUERTES CONFLICTOS
Todas estas transformaciones se producen con fuertes conflictos: revoluciones
de campesinos, guerras entre naciones, etc.
1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
6
CRONOLOGÍA
1516 1517 1519 1520 1545
Inicio del reinado
de Carlos I de
España y V de
Alemania.
Inicio de la
Reforma
protestante
El alemán Martín
Lutero expone sus
95 tesis en las que
critica a la Iglesia
Católica y pide
cambios.
Carlos I,
emperador del
Sacro Imperio
Romano
Germánico
El emperador
deberá luchar
por la unidad del
imperio contra
turcos y
protestantes
alemanes.
Guerra de las
Comunidades
Los comuneros
se rebelan en
Castilla en un
intento de limitar
el poder de la
nobleza.
Concilio de Trento
Organiza la
Contrarreforma
católica para frenar
la expansión
protestante y fijar
los principios del
cato
licismo
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
7
1547 1555 1556 1571 1588
Guerra contra
los protestantes.
Las tropas
imperiales
triunfan en la
batalla de
Mülhberg.
Paz de
Augsburgo
Este acuerdo
establece la
libertad religiosa
de los estados
del Imperio.
Inicio del reinado
de Felipe II.
Tras la
abdicación de su
padre, Felipe II
hereda todos los
territorios menos
el Imperio
Batalla de
Lepanto
Victoria de la
alianza cristiana
sobre los turcos
en el golfo de
Lepanto.
Derrota de la
Gran Armada
Invencible
Destruida frente
a las costas
inglesas.
CRONOLOGÍA
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
8
EL IMPERIO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
9
EL IMPERIO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
10
• La vida en España era difícil y
abundaban los mendigos y los
vagabundos, como se puede
comprobar en el Lazarillo de Tormes.
SITUACIÓN SOCIAL
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
11
Los nobles siguen ocupando el rango más alto en el escalafón social, pero hay
muchas diferencias entre la alta nobleza y la baja nobleza.
Todos desean ser nobles para gozar de los privilegios de la nobleza.
SITUACIÓN SOCIAL
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
12
LAS MINORÍAS RELIGIOSAS
Uno de los grandes problemas sociales de
España era el de las minorías religiosas de
judíos y moriscos.
Gran parte de ellos abandonaron España tras
el decreto de expulsión, los que quedaron se
convirtieron en conversos que, en ocasiones,
seguían practicando su religión en secreto.
Los conversos o cristianos nuevos fueron
discriminados por los cristianos viejos y
muchas veces fueron perseguidos por la
Inquisición.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
13
LA HONRA
El sentimiento de la honra, consistía en la
apreciación pública de los méritos de una persona.
La amenaza de deshonra exigía una vigilancia
constante, y, en caso de producirse, se justificaba el
recurso a la violencia.
La honra de los hombres dependía, en ocasiones,
de la conducta de las mujeres, quienes eran
consideradas una posesión masculina y sobre las
que se podía ejercer el control y la violencia.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
14
LA MONARQUÍA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVI
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
15
REINADO DE CARLOS V (1517-1556)
• España está abierta a Europa y a sus líneas
ideológicas y vitales.
• Se generalizan el conocimiento y la imitación
de modelos grecolatinos.
• La poesía entra en la corriente italianizante.
• Se incorporan las ideas platónicas
• La moral pagana se manifiesta en una oleada
de sensualidad.
• Gran preocupación religiosa.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
16
LA LITERATURA EN EL REINADO DE CARLOS V (1517-1556)
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
17
REINADO DE FELIPE II
• España se cierra frente a Europa para evitar
influencias de la Reforma protestante.
• La Contrarreforma marca una etapa de
esplendor de la literatura ascética y mística.
• El vitalismo de la etapa anterior va adquiriendo
un tono grave y un definitivo carácter nacional
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
18
LA LITERATURA EN TIEMPOS DE FELIPE II
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
19
• El término Renacimiento define el periodo cultural posterior a la Edad Media,
cuando renace el interés por los autores griegos y latinos.
• La cultura, las letras y las ciencias son una necesidad de los tiempos,
favorecen el desarrollo comercial y son muy útiles para el gobierno de los
Estados.
• Así los reyes conceden privilegios a las Universidades porque cumplen una
función imprescindible: en ellas se forman juristas, médicos, etc.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
20
1.3.1. EL HUMANISMO
Homo sum: nihil
humanum alienum
mihi puto.
TERENCIOTERENCIO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
21
Soy un hombre:
nada de lo humano
considero ajeno.
TERENCIOTERENCIO
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
22
El Humanismo afirma la posición
central del hombre en el cosmos,
hasta el punto de ser él mismo un
microcosmos, un ser en el que todo
el universo está reproducido en
miniatura.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
23
El Humanismo inicia un nuevo sistema
de valores inspirado en
el mundo clásico (Grecia y Roma):
un pensamiento, un arte y una literatura
centrados en lo humano.
Platón
Filosofía
Herodoto Tucídides
Séneca
Plauto
Horacio Catulo Ovidio
Terencio
Tito Livio Salustio
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
24
El Humanismo fue un auténtico
movimiento liberador del hombre
en todos los órdenes.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
25
La asimilación de los clásicos no será pasiva, genera un proceso creador, que,
partiendo de ellos, los supera.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
26
Así conducirá a una vida feliz, al goce de lo natural, a la admiración de la virtud,
a la activa participación en los negocios humanos con un sentido de la justicia y
de la libertad.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
27
Ello explica el vitalismo del arte y la
literatura renacentistas y el esplendor de
cortes y palacios, con sus fiestas y sus
lujos.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
28
Se canta al amor y a los placeres, en una sociedad alejada de lo medieval. Es
una época de optimismo.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
29
• Se abandona la idea
medieval del mundo
como un valle de
lágrimas.
• La naturaleza es ahora
sentida como un lugar de
placer. De ahí el tópico
renacentista del Carpe
diem!.
• La naturaleza es ahora
modelo de belleza.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
30
El movimiento humanístico se
extendió por toda Europa
gracias a los intelectuales y
artistas que iban a estudiar a
Italia y regresaban a sus
países, a los numeroso italianos
que enseñaban en naciones
extranjeras y por los
intercambios de personas que
se producían.
DANTE
ALIGHIERI
Autor de la
Divina
Comedia
FRANCESCO
PETRARCA
Escribió el
Cancionero
dedicado a su
amada Laura
GIOVANNI
BOCCACCIO
Autor del
Decamerón
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
31
• Importancia decisiva para la
difusión del Humanismo va a tener
la invención de la imprenta por el
alemán Gutenberg (1400-1468).
• Para muchos humanistas este va
a ser un hecho providencial ya
que permitió el acceso a libros a
mayor parte de la población y la
secularización de la cultura.
1.3.1. EL HUMANISMO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
32
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
33
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
34
CULTO A LA
ANTIGÜEDAD CLÁSICA
El mundo clásico descansa sobre una concepción antropocéntrica y materialista
de la vida
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
35
CULTO A LA
ANTIGÜEDAD CLÁSICA
El verdadero humanista ambiciona equipararse
a los clásicos, creando una obra comparable a
la que ellos realizaron.
De esa admiración nace la defensa del latín y
de las lenguas vernáculas como medio más
natural de expresión.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
36
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
ANTROPOCENTRISMO Y
RACIONALISMO
• El Renacimiento sitúa al hombre en el centro del
mundo.
• El hombre renacentista se siente capaz de dominar el
mundo (inventos, descubrimientos…) y de controlar
su propia existencia.
• Se exalta el poder de la razón y la inteligencia, que
convierten al hombre en un ser superior.
• La idea de la época es que la razón debe dominar a
la pasión mediante el equilibrio y la mesura.
• La visión totalizadora del hombre dio lugar al
concepto del CORTESANO: hombre que destaca en
las armas y en las letras.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
37
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
NEOPLATONISMO
• La filosofía de Platón dominó sobre el aristotelismo
medieval.
• Este neoplatonismo señala que la belleza de los seres
naturales y materiales es un reflejo de la belleza divina.
• Según Platón, existe un “mundo de las ideas” donde reside la
esencia ideal, perfecta, de cada cosa existente. La belleza de
un objeto natural o artificial será mayor cuanto más se
parezca a la esencia ideal. En la Edad Media esa idea se
cristianizó y se convirtió el mundo de las ideas en algo
parecido al cielo.
• El neoplatonismo va a ser básico en la consideración
nueva del amor. Al defender la belleza de los seres naturales
como reflejo de la divina, el amor a lo individual nos lleva al
amor a Dios.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
38
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
NEOPLATONISMO
BELLEZA
BONDAD
VERDAD
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
Cosas
bellas
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
39
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
NUEVO CONCEPTO DE BELLEZA
EQUILIBRIO
ARMONÍA CONTENCIÓN
SERENIDAD
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
40
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
NUEVA RELIGIOSIDAD
•Se desarrolla un tipo de religiosidad íntima y
sincera, que centraba la vida religiosa en la pureza
de costumbres y atribuía un valor secundario a las
ceremonias externas.
• Este deseo de renovación dio lugar a la Reforma
Protestante que discrepaba abiertamente de la
Iglesia Católica
La figura de Erasmo de
Rotterdam fue clave en la
nueva religiosidad
Lutero
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
41
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
Calvino
NUEVA RELIGIOSIDAD
•En respuesta a la Reforma protestante, la
Iglesia Católica inició la Contrarreforma.
• A partir del Concilio de Trento, la
Inquisición española será inflexible y
perseguirá todas las ideas consideradas
sospechosas.
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
42
NUEVA RELIGIOSIDAD
• Así, en 1558 se prohíbe a los
españoles seguir estudios en
universidades europeas.
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
43
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
NUEVA RELIGIOSIDAD
• En 1559 se publica el Índice
de libros prohibidos.
•Comienza entonces la
censura de libros, que tenían
pasar un control previo antes
de ser publicados.
• Los libros se consideran
peligrosos medios de difusión
de ideas, por lo que se
persiguen con saña a libros y
pensadores.
1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI
1.3. EL RENACIMIENTO
44
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
45
AMOR
• El tema habitual de la poesía renacentista es el amor,
influido por la lírica del amor cortés, cultivado por los
trovadores, por la poesía petrarquista y la filosofía
neoplatónica, los poetas conciben ahora el amor
como una virtud que hace mejores a los seres
humanos.
• Mediante al amor el hombre se eleva de lo material
a lo inmaterial, superando la sensualidad, que es
pura “materia”, la contemplación de la belleza
femenina le permite llegar al conocimiento de la
Belleza Absoluta.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
46
AMOR
• Pero el amor se presenta también como un intenso
anhelo insatisfecho, fuente de melancolía y tristeza, y
un doloroso impulso lleno de espiritualidad.
•Se profundiza en los sentimientos llegando a un fino
análisis de los estados de ánimo y se descubre la
belleza del cuerpo humano.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
47
TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE”
La mujer se idealiza como reflejo de la
belleza divina y se describe mediante el
tópico “descriptio puellae” (descripción de la
muchacha). Se trata de una descripción de
la mujer que sigue una serie de normas.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
48
TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE”
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
49
La descripción se realiza de arriba abajo (cabeza, rostro, cuello, brazos, manos, torso
y piernas, aunque con mucha frecuencia se detienen en el cuello).
En la cabeza, el cabello
es rubio y da pie a una
serie de imágenes
constantes: cabellos de
oro, cabellos como oro…
Si el cabello es blanco
(signo de vejez) las
imágenes son plata o
nieve.
En el rostro, los ojos son
aludidos como soles,
independientemente de su
color. Se valoran más los
azules (cielo) o verdes
(mar), pero también se
alaban los ojos oscuros.
El color de la cara es
siempre blanco. Esto da
pie a imágenes de nieve o
de flores blancas
(azucenas, lirios…)
El color de las mejillas
es el rosa (se alude a la
flor) y contrasta con el
blanco del resto de la luz.
Los labios son rojos, es
decir, claveles, corales,
granas, rubíes.
Los dientes, nacarados,
aportan la imagen de las
perlas.
TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE”
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
50
En el cuello (y en el resto del cuerpo, especialmente
las manos) también se valora el color blanco, lo cual
trae la imagen del marfil, del alabastro o del cristal.
En el cuello (y en el resto del cuerpo, especialmente
las manos) también se valora el color blanco, lo cual
trae la imagen del marfil, del alabastro o del cristal.
Elementos
cálidos
vinculados
con la
pasión
Elementos
cálidos
vinculados
con la
pasión
Labios rojos
Mejillas
rosas
Cabellos de
oro
Elementos
fríos
vinculados
con la
pureza
Ojos
azules,
verdes o
grises
Piel blanca
Dientes
blancos
Fuego
Calor
Pasión
Tormenta
Volcán
Fuego
Calor
Pasión
Tormenta
Volcán
Hielo
Frío
Pureza
Castidad
Contención
Hielo
Frío
Pureza
Castidad
Contención
TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE”
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
51
A toda esta belleza, Dante y Petrarca añaden
un componente espiritual y convierten a la
mujer en la donna angelicata, mujer ángel,
cuyo amor hace brotar en el hombre no los
instintos carnales sino el deseo de superarse a
sí mismo.
A toda esta belleza, Dante y Petrarca añaden
un componente espiritual y convierten a la
mujer en la donna angelicata, mujer ángel,
cuyo amor hace brotar en el hombre no los
instintos carnales sino el deseo de superarse a
sí mismo.
TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE”
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1.2. TEMAS
52
TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: CARPE DIEM y COLLIGE,
VIRGO, ROSAS
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
53
• La belleza femenina da pie a otros dos tópicos
muy conocidos, el Carpe diem (Disfruta cada
día) y Collige, virgo, rosas (Muchacha, corta
las rosas).
• En ambos, el poeta anima a una mujer joven y
bella a que aproveche la juventud y la belleza
mientras estas duren, ya que el tiempo de los
placeres es muy breve.
• Se identifica la juventud y la belleza con las
estaciones (la primavera es la juventud, el
otoño o el invierno, la vejez) o con las flores,
en especial la rosa, cuya belleza dura poco.
• La belleza femenina da pie a otros dos tópicos
muy conocidos, el Carpe diem (Disfruta cada
día) y Collige, virgo, rosas (Muchacha, corta
las rosas).
• En ambos, el poeta anima a una mujer joven y
bella a que aproveche la juventud y la belleza
mientras estas duren, ya que el tiempo de los
placeres es muy breve.
• Se identifica la juventud y la belleza con las
estaciones (la primavera es la juventud, el
otoño o el invierno, la vejez) o con las flores,
en especial la rosa, cuya belleza dura poco.
TÓPICOS SOBRE VARONES: FORTITUDO ET SAPIENTIA
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
54
• Para alabar a los varones el
tópico renacentista es
Sapientia et fortitudo
(Sabiduría y valor), es decir, la
mezcla del soldado y el
estudioso.
• Se valora que los hombres
cultiven tanto su físico (con la
danza, la caza o la guerra)
como el espíritu (con el estudio,
la creación literaria, el canto y
la música).
• Para alabar a los varones el
tópico renacentista es
Sapientia et fortitudo
(Sabiduría y valor), es decir, la
mezcla del soldado y el
estudioso.
• Se valora que los hombres
cultiven tanto su físico (con la
danza, la caza o la guerra)
como el espíritu (con el estudio,
la creación literaria, el canto y
la música).
La naturaleza, olvidada durante la Edad Media, aparecerá en el Renacimiento bellamente
idealizada como reflejo de la Belleza divina y como marco de incidencias amorosas, en
armonía y reposo, que contrasta con su agitado espíritu.
En la descripción de la naturaleza se sigue el
tópico del LOCUS AMOENUS (lugar
agradable) , procedente de Virgilio, que
describre una naturaleza ideal, armónica y
reposada con unas carácterísticas fijas:
arboleda, sombras, corrientes de aguas
cristalinas, flores, serenidad climatológica,
prados de hierba fresca…
En la descripción de la naturaleza se sigue el
tópico del LOCUS AMOENUS (lugar
agradable) , procedente de Virgilio, que
describre una naturaleza ideal, armónica y
reposada con unas carácterísticas fijas:
arboleda, sombras, corrientes de aguas
cristalinas, flores, serenidad climatológica,
prados de hierba fresca…
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1.2. TEMAS
LA NATURALEZA
55
TÓPICOS VINCULADOS CON LA NATURALEZA Y LA ALABANZA DE LA
VIDA SENCILLA: BEATUS ILLE y AUREA MEDIOCRITAS
• Relacionado con la descripción de la naturaleza están
los tópicos de la alabanza de la vida sencilla:
Beatus ille y Aurea mediocritas.
• Fuera de la literatura bucólica y pastoril, el campo y la
aldea se contraponen a la ciudad y la Corte como un
refugio de paz frente a los embates de la vida.
• El tópico de la Aurea mediocritas (la feliz
mediocridad) alaba la vida sin riquezas ni ambiciones,
pero tranquila frente a las preocupaciones del rico.
• Junto a este tópico, el Beatus ille (Feliz aquel)
muestra la añoranza de la vida apartada del mundo,
generalmente en contacto con la naturaleza, lugar
apropiado para encontrar la paz y la armonía.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
LA NATURALEZA
56
Los mitos sustituyen a las alegorías de la Edad Media y son utilizados como
símbolos de las fuerzas de la Naturaleza y de la pasión amorosa.
La principal influencia serán las Metamorfosis
de Ovidio
Orfeo y Eurídice Apolo y Dafne Venus y Adonis
LA MITOLOGÍA
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1.2. TEMAS
57
LA RELIGIÓN
Durante el primer Renacimiento (época de Carlos I) la literatura y arte se paganizan. A
partir del reinado de Felipe II, aunque se mantienen los temas renacentistas, aparece
también el sentimiento religioso a través de la literatura mística y ascética.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
1.2. TEMAS
58
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
2.2. INNOVACIONES FORMALES
59
POESÍA
LÍRICA
Églogas: poemas protagonizados por
pastores/poetas cortesanos que dialogan acerca del
amor.
Garcilaso de la Vega
Epístolas en verso: cartas en verso Boscán y Garcilaso
Odas: poemas en el que se expresa la admiración
exaltada por algo o alguien.
Fray Luis, Fernando de Herrera
POESÍA
ÉPICA
Poemas épicos en octavas reales Alonso de Ercilla: La Austriada
La Araucana
PROSA Novelas Libros de caballerías Amadís de Gaula
Novela picaresca Lazarillo de Tormes
Novela morisca Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa
Novela corta de tipo
italiano
Novelas Ejemplares
Novela pastoril Los siete libros de la Diana
Lit. Didáct. Diálogos Diálogo de la lengua
TEATRO Teatro religioso: continuador del medieval
Teatro popular: festivo y costumbrista Torres Naharro, Gil Vicente, Lope de Rueda
Teatro literario: imita la tragedia y comedia
clásica
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
2.2. INNOVACIONES FORMALES: NUEVOS GÉNEROS LITERARIOS
60
Nuevos metros Endecasílabo (verso de 11 sílabas)
Heptasílabo (verso de 7 sílabas)
Nuevas estrofas Soneto Poema estrófico de 14 versos compuesto por
dos cuartetos y dos tercetos.
Lira Estrofa de cinco versos con la estructura
7 a, 11 B, 7 a, 7 b, 11 B
Octava
real
Estrofa de 8 versos de arte mayor:
ABABABCC
Estancia Propia de la canción.
Número variable de versos heptasílabos y
endecasílabos cuyo esquema fija el poeta.
Silva Serie de versos endecasílabos y heptasílabos
que se combinan sin estructura prefijada.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
2.2. INNOVACIONES FORMALES: NUEVOS METROS. NUEVAS ESTROFAS
61
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
62
Nació en Toledo, en el seno de una familia
noble.
Fue miembro de la corte de Carlos I.
1526: Tras haberse casado, conoce a Isabel
Freyre, la dama que va a inspirarle sus más
bellos poemas.
1529-30:Primer viaje a Italia. Contacto con el
Humanismo.
1531: Desterrado por el emperador a una
isla del Danubio y luego, a Nápoles.
1536: Muere en el asalto a la fortaleza de
Muy en La Provenza.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.1. Biografía
63
Garcilaso de la Vega fue el prototipo
del cortesano renacentista, tal como lo
definió Baltasar de Castiglione.
Fue un hombre culto, elegante,
valeroso y hombre de letras.
Vivió, como él mismo dice: “tomando
ora la pluma, ora la espada”
Su escasa producción literaria cambió
el rumbo de la lírica castellana y le
otorgó su definitiva configuración.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.1. Biografía
64
PRIMERA ETAPA
Influencia cancioneril
Cultivó una poesía arraigada en el Cancionero.
Sus poemas de esta etapa se caracterizan:
TEMAS
-Silencio intimista.
-Austeridad imaginativa.
-Desinterés por todo lo exterior.
-Influencia de Ausias March.
FORMAS
- Octosílabos
-Practica ya formas italianas.
- Artificios cancioneriles: juegos de
palabras, antítesis, derivaciones…
SEGUNDA ETAPA
Influencia del
petrarquismo italiano
INFLUENCIA DE PETRARCA
Garcilaso imitó los temas, el vocabulario, el estilo, el repertorio de imágenes de la
belleza y de los elementos de la naturaleza empleadas por Petrarca para retratar a su
amada y describir su vivencia amorosa
INFLUENCIA DE SANNAZARO
La lectura de la Arcadia le llevó a incluir en sus composiciones a pastores caracterizados
por su melancolía en un entorno idealizado.
El contacto con el Humanismo italiano fomentó la lectura de autores clásicos
TERCERA ETAPA Garcilaso no se limita a imitar: encuentra su propia voz poética y alcanza una plenitud
en la expresión raras veces conseguidas.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.2. Evolución poética de Garcilaso
65
Garcilaso es el definitivo adaptador
de las formas italianas,
introducidas por su amigo Juan
Boscán.
Utiliza el endecasílabo italiano y
las estrofas y recursos propios de
la poesía italiana:
- soneto
- tercero
- canción
- lira…
Logra una extraordinaria
flexibilidad y armonía.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.3. Los metros italianos
66
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: Las Églogas
67
• Las églogas son composiciones
en las que unos pastores exponen
sus quejas amorosas en un
entorno idealizado (locus
amoenus)
• Las Églogas condensan toda la
riqueza del mundo poético de
Garcilaso.
• En las Églogas la sinceridad de
Garcilaso se aproxima a la
confidencia, pese al
convencionalismo pastoril.
• Fueron compuestas durante su
estancia en Nápoles.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: Las Églogas
68
ÉGLOGA I
Contiene los monólogos de dos pastores, Salicio y Nemoroso.
SALICIO
Un narrador introduce las tristes quejas
de Salicio, quien se lamenta por el
rechazo de Galatea.
NEMOROSO
Llora la muerte de su querida Elisa.
Ambos parecen ser el “yo” del poeta, que plantea el debate sobre qué pena es
mayor: la del que ha sido rechazado o la del que ha perdido a su amada para
siempre. El poeta concluye en una atmósfera de melancolía y afirmación del “dolorido
sentir” como condición de la existencia humana.
ESTILO
Frecuentes exclamaciones y preguntas
Énfasis en la ponderación.
Descripción hiperbólica del sentimiento amoroso
Identificación de la naturaleza con el dolor del poeta.
Sincera confesión y contención sobria.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: Las Églogas
69
ÉGLOGA II
Estructura compleja. Parecida a una obra dramática
ALBANIO
Se centra en el amor no
correspondido de Albanio hacia
Camila. Albanio intenta suicidarse y
relata sus desventuras.
NEMOROSO
Además de contar sus experiencias
amorosas, elogia las hazañas del
duque de Alba, protector del poeta.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: Las Églogas
70
ÉGLOGA III
Describe un paisaje del Tajo, bellamente idealizado, al que acuden cuatro ninfas que
tejen en ricas telas escenas mitológicas de amores trágicos
ORFEO Y EURÍDICEORFEO Y EURÍDICE DAFNE Y APOLODAFNE Y APOLO VENUS Y ADONISVENUS Y ADONIS
La historia de la muerte de la ninfa ELISA
La amada del poeta se introduce equiparando su amor a los grandes amores míticos.
La historia de la muerte de la ninfa ELISA
La amada del poeta se introduce equiparando su amor a los grandes amores míticos.
Amores de Tirreno y AlcinoAmores de Tirreno y Alcino
ESTILO
Escrita en octavas reales.
Soltura en el uso de los recursos literarios
Perfecta estructura
Mayor distanciamiento y convencionalismo que en la Égloga I.
ESTILO
Escrita en octavas reales.
Soltura en el uso de los recursos literarios
Perfecta estructura
Mayor distanciamiento y convencionalismo que en la Égloga I.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: Las Églogas
71
SALICIO:
¡Oh más dura que el mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas:
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno es tal estado,
de ti desamparado,
y de mí mismo me avergüenzo ahora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
della salir un hora?
Salid sin duelo, lágrimas , corriendo. […]
…..Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
72
¡Ay ,cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […]
Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena?
tus claros ojos ¿a quién los volviste?
¿por quién tan sin respeto me trocaste?
Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste?
¿Cuál es el cuello que, como en cadena
de tus hermosos brazos anudaste?
No hay corazón que baste
aunque fuese de piedra
viendo mi amada yedra
de mí arrancada, en otro muro asida
y mi parra en otro olmo entretejida
que no se esté con llanto deshaciendo
hasta acabar la vida.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […]
73
……Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan;
los árboles parece que se inclinan;
las aves que me escuchan, cuando cantan,
con diferente voz se condolecen
y mi morir cantando me adivinan.
Las fieras que reclinan
su cuerpo fatigado,
dejan el sosegado
sueño por escuchar mi llanto triste.
Tú sola contra mí te endureciste,
los ojos aun siquiera no volviendo
a los que tú hiciste.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […]
74
NEMOROSO
Corrientes aguas puras, cristalinas;
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno;
yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento,
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría.
Y en este mismo valle, donde agora
me entristezco y me canso, en el reposo
estuve tan contento y descansado.
75
¡Oh bien caduco, vano y presuroso!
Acuérdate durmiendo aquí algún hora,
que despertando, a Elisa vi a mi lado,
¡Oh miserable hado!
¡Oh tela delicada
antes de tiempo dada
a los agudos filos de la muerte!
Más convenible fuera aquesta suerte
a los cansados años de mi vida,
que es más que el hierro fuerte,
pues no la ha quebrantado tu partida
76
¿Dó están agora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi alma, doquier que ellos se volvían?
¿Dò está la blanca mano delicada,
llena de vencimientos y despojos
que de mi mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que veían
con gran desprecio al oro
como a menor tesoro
¿adónde están? ¿adónde el blanco pecho?
¿Dó la columna que el dorado techo
con proporción graciosa sostenía?
Aquesto todo agora ya se encierra,
por desventura mía,
en la oscura, desierta y dura tierra.
77
Después que nos dejaste nunca pace
en hartura el ganado ya, ni acude
el campo al labrador con mano llena.
No hay bien que en mal no se convierta y mude:
la mala hierba al trigo ahoga, y nace
en lugar suyo la infelice avena
la tierra que de buena
gana nos producía
flores con que solía
quitar en solo verlas mis enojos
produce agora en cambio estos abrojos,
ya de rigor de espinas intratable:
yo hago con mis ojos,
crecer, llorando , el fruto miserable.
78
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: los Sonetos
79
Son 38 sonetos en los que Garcilaso desarrolla
básicamente el sentimiento amoroso.
Garcilaso habla del amor por una mujer, Elisa, que es
la inspiradora de sus versos.
Imita a Petrarca, quien dedicó sus versos a su
amada Laura.
Tanto Petrarca como Garcilaso muestran su
melancolía y analizan los sentimientos provocados
primero por el amor no correspondido y luego, por la
muerte de la amada. La amada apenas se describe
físicamente.
En sus poemas de madurez aparece la nueva
sentimentalidad renacentista, suave y melancólica
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.4. Obra: los Sonetos
80
NATURALIDAD ELEGANCIA
Lenguaje sencillo
Tono dulce, triste y melancólico.
Adjetivos antepuestos
Dulces prendas,
Dulce nido,
Triste canto
Triste y solitario día
Cansados años…
Aliteraciones
Hipérbatos…
Métrica
La novedosa métrica, con
predominio del endecasílabo,
verso muy musical por la
combinación de acentos.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536)
3.1.5. Estilo
81
Amor, amor, un hábito vestí
el cual de vuestro paño fue cortado;
al vestir ancho fue, mas apretado
y estrecho cuando estuvo sobre mí.
Después acá de lo que consentí,
tal arrepentimiento me ha tomado
que pruebo alguna vez de congojado,
a romper esto en que yo me metí;
mas, ¿quién podrá de este hábito librarse,
teniendo tan contraria su natura
que con él ha venido a conformarse?
si alguna parte queda, por ventura,
de mi razón, por mí no osa mostrarse,
que en tal contradicción no está segura.
82
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello, blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena,
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
GARCILASO DE LA VEGA
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello, blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena,
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
GARCILASO DE LA VEGA
¿Dónde cogió el Amor o de qué vena,
el oro fino de tu trenza hermosa?
¿En qué espinas halló la tierna rosa
del rostro, o en qué prados la azucena?
¿Dónde las blancas perlas con que enfrena
la voz suave, honesta y amorosa?
¿Dónde la frente bella y espaciosa,
más que el primer albor pura y serena?
¿De cuál esfera en la celeste cumbre
eligió el dulce canto que destila
al pecho ansioso regalada calma?
y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre
de aquellos ojos, que la paz tranquila
para siempre arrojaron de mi alma?
PETRARCA
¿Dónde cogió el Amor o de qué vena,
el oro fino de tu trenza hermosa?
¿En qué espinas halló la tierna rosa
del rostro, o en qué prados la azucena?
¿Dónde las blancas perlas con que enfrena
la voz suave, honesta y amorosa?
¿Dónde la frente bella y espaciosa,
más que el primer albor pura y serena?
¿De cuál esfera en la celeste cumbre
eligió el dulce canto que destila
al pecho ansioso regalada calma?
y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre
de aquellos ojos, que la paz tranquila
para siempre arrojaron de mi alma?
PETRARCA
Influencia de Petrarca en GarcilasoInfluencia de Petrarca en Garcilaso
83
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
84
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Descriptio
puellae
Carpe diem
85
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
86
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello, blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena,
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
ELEMENTOS ROJOS
PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR
Rosa
Mirar ardiente
Tempestad
Dulce fruto
Rosa
87
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello, blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena,
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
ELEMENTOS ROJOS
PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR
Rosa
Mirar ardiente
Tempestad
Dulce fruto
Rosa
ELEMENTOS BLANCOS
CASTIDAD, DESDÉN, VEJEZ,
FRIALDAD
Azucena
Mirar honesto
Clara luz
Cuello blanco
Tiempo airado
Nieve
Viento helado
88
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo:
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
89
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían;
de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo
estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba.
.
90
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían;
de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Transformación
de la ninfa
Alusión a
Apolo
Alusión
general
91
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían
de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aún bullendo
estabanlos blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían
D
E
A
R
R
I
B
A
A
B
A
J
O
Elementos humanos
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían
Elementos vegetales
92
Aquel que fue la causa de tal daño
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Alusión perifrástica a Apolo Identificación con el poeta
El poeta identifica su propia historia de amor con
la historia de amor de Apolo.
De esta manera, dignifica su amor al otorgarle
valor de mito.
Exclamaciones: tono emotivo
Vocabulario del campo semántico
del dolor:
miserable, mal, llorar…
Exclamaciones: tono emotivo
Vocabulario del campo semántico
del dolor:
miserable, mal, llorar…
Oraciones enunciativas: tono frío.
Vocabulario del campo semántico
del dolor:
Daño, llorar, lágrimas…
Oraciones enunciativas: tono frío.
Vocabulario del campo semántico
del dolor:
Daño, llorar, lágrimas…
93
Pasando el mar Leandro el animoso,
en amoroso fuego todo ardiendo,
esforzó el viento, y fuese embraveciendo
el agua con un ímpetu furioso.
Vencido del trabajo presuroso,
contrastar a las ondas no pudiendo,
y más del bien que allí perdía muriendo
que de su propia vida congojoso,
como pudo, esforzó su voz cansada
y a las ondas habló de esta manera,
mas nunca fue su voz de ellas oída:
“Ondas, pues no se excusa que yo muera,
dejadme allá llegar, y a la tornada
vuestro furor ejecutá en mi vida”
94
ODA A LA FLOR DE GNIDO
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento,
y en ásperas montañas
con el suave canto enterneciese
las fieras alimañas
los árboles moviese
y al son confusamente los trujese,
no pienses que cantado
sería de mí, hermosa flor de Gnido,
el fiero Marte airado,
a muerte convertido,
de polvo y sangre y de sudor teñido […]
95
Mas solamente aquella
fuerza de tu beldad sería cantada,
y alguna vez con ella
también sería notada
el aspereza con que estás armada […]
Hablo aquí de aquel cativo
de quien tener se debe más cuidado,
que está muriendo vivo
al remo condenado,
en la concha de Venus amarrado […]
Hágale temerosa
el caso de Anaxárate, y cobarde,
que de ser desdeñosa
se arrepintió muy tarde,
y así su alma con su mármol arde. […]
96
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LEÓN (1527 - 1591)
97
Nació en Belmonte de San José (Cuenca)
en una familia de conversos.
Ingresó en los agustinos.
Se graduó como doctor en teología y
consiguió su primera cátedra en
Salamanca a los 32 años.
Detenido por la Inquisición por traducir la
Biblia. Al salir de prisión, recibió una
cátedra en la Universidad de Salamanca.
Fue elegido provincial de su orden.
Murió, poco después, en Madrigal de las
Altas Torres.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591)
3.2.1. Biografía
98
Fray Luis es uno de los mayores poetas de todos los tiempos.
Sus versos no se publicaron en vida. La
primera edición la hizo Quevedo en 1637.
La obra poética de Fray Luis es escasa: no
llegan a cuarenta los poemas que compuso.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591)
3.2.2. Obra poética
99
Literatura clásica
griega y latina
La
Biblia
Corriente poética
italiana
Tradición
castellana
Se caracteriza por la asimilación de
Fray Luis es un gran
conocedor de los
clásicos griegos y
latinos.
Actualiza el tópico
Beatus ille de
Horacio
Su obra está
inspirada en el
pitagorismo.
Fray Luis lee la
Biblia en su
idioma original.
Usó el endecasílabo
y la lira
Conoce y asimila la
poesía de Petrarca.
No olvida la tradición
de la poesía
castellana.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591)
3.2.2. Obra poética: rasgos e influencias
100
Sinceridad de la expresión apasionada de
sus anhelos más íntimos
Sensibilidad ante la naturaleza
Emoción poética
Fervor religioso
Estilo cuidado, sobrio y natural
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591)
3.2.2. Obra poética
101
Simplicidad
aparente
Sus poemas se rigen por la
norma renacentista de
la elegancia y la sencillez
Complejidad en
la construcción
poética
Su formación y su pasión por
el lenguaje se muestran en la
trabajada composición de sus
poemas.
Abundantes figuras retóricas
Sus poemas están dirigidas a
una 2ª persona:
carácter conversacional
Polisíndeton
Hipérboles
Aliteraciones
Hipérbatos
Metáforas
Personificaciones
Enumeraciones
Exclamaciones
Interrogaciones
Exhortaciones…
Polisíndeton
Hipérboles
Aliteraciones
Hipérbatos
Metáforas
Personificaciones
Enumeraciones
Exclamaciones
Interrogaciones
Exhortaciones…
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591)
3.2.2. Obra poética: estilo
102
ANHELO DE PAZANHELO DE PAZ
NATURALEZA AÑORANZA
DEL CAMPO Y
LA VIDA
TRANQUILA
GUSTO POR
LA NOCHE
Contemplación
de la noche
estrellada.
GUSTO POR
LA MÚSICA
La armonía
universal
sentida al
escuchar las
notas musicalesBEATUS ILLEBEATUS ILLE
DOMINIO DE LAS PASIONESDOMINIO DE LAS PASIONES EXALTACIÓN DE LA
VIRTUD
EXALTACIÓN DE LA
VIRTUD
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591)
3.2.2. Obra poética: temas
103
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera;
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento,
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
ODA A LA VIDA
RETIRADA
ODA A LA VIDA
RETIRADA
Jaspe: mármol veteadoJaspe: mármol veteado
104
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera;
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento,
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
Beatus ille…
Poder
Lujos
Fama
Pregunta retórica
sobre la fama
105
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que NO le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
NI del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
NO cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera;
NI cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento,
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
Lo que Fray Luis
NO quiere
106
¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero:
no quiero ver el ceño
vanamente severo
del que la sangre sube o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar süave, no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
quien al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
ODA A LA VIDA
RETIRADA
ODA A LA VIDA
RETIRADA
Almo: criador, vivificadorAlmo: criador, vivificador
107
¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero:
no quiero ver el ceño
vanamente severo
del que la sangre sube o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar süave, no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
quien al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Metáfora náutica:
Navío: poeta
Mar tempestuoso:
Vida ajetreada
QuieroQuiero
NO quieroNO quiero
QuieroQuiero
NO quieroNO quiero
QuieroQuiero
Pureza, alegría libertadPureza, alegría libertad
Nobleza
Riqueza
Nobleza
Riqueza
La naturalezaLa naturaleza
Preocupaciones
por la fama
Preocupaciones
por la fama
Soledad
Estoicismo
Soledad
Estoicismo
108
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera,
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo, de pasada,
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo,
que del oro y del cetro pone olvido.
ODA A LA VIDA
RETIRADA
ODA A LA VIDA
RETIRADA
109
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera,
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo, de pasada,
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo,
que del oro y del cetro pone olvido.
Locus amoenus
Primavera
Flores
Árboles
Fuente
Hierba verde
Flores
Aire
perfumado
Árboles
110
Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían,
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada,
me baste; y la vajilla,
de fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado
ODA A LA VIDA
RETIRADA
ODA A LA VIDA
RETIRADA
111
Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían,
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada,
me baste; y la vajilla,
de fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado
Metáfora náutica
QuieroQuiero
NO quieroNO quiero
NO quieroNO quiero
QuieroQuiero
112
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.
A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida,
de su origen primera esclarecida.
y como se conoce,
en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce
que el vulgo vil adora,
la belleza caduca, engañadora.
Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es de todas la primera.
Ve cómo el gran maestro,
a aquesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro
produce el son sagrado
con que este eterno templo es sustentado.
ODA A FELIPE RUIZODA A FELIPE RUIZ
113
y como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entrambas a porfía
mezclan una dulcísima armonía.
Aquí el alma navega
por un mar de dulzura, y, finalmente,
en él ansí se anega,
que ningún accidente
extraño o peregrino oye o siente.
¡Oh, desmayo dichoso!
¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido
¡Durase en tu reposo
sin ser restituido
jamás a aqueste bajo y vil sentido!
A aqueste bien os llamo,
gloria del apolíneo sacro coro,
amigos a quien amo
sobre todo tesoro;
que todo lo demás es triste lloro.
¡Oh!, suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos,
quedando a los demás amortecido
ODA A FELIPE RUIZODA A FELIPE RUIZ
114
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
115
ASCÉTICA
Trata del esfuerzo del
hombre para alcanzar la
perfección moral
y acercarse a Dios
MÍSTICA
Intenta describir el don gratuito que Dios
concede al fundirse con ellas y llenarlas de
amor
FASES DE LA UNIÓN MÍSTICA
PURGATIVA
El alma se libra del pecado mediante la
penitencia y la práctica de la virtud.
PURGATIVA
El alma se libra del pecado mediante la
penitencia y la práctica de la virtud.
ILUMINATIVA
El alma se somete a Dios, renuncia a la
razón y recibe una sabiduría especial que la
ilumina.
ILUMINATIVA
El alma se somete a Dios, renuncia a la
razón y recibe una sabiduría especial que la
ilumina.
UNITIVA
Éxtasis: Supone la unión mística entre el
alma y Dios.
Supone la anulación de los sentidos y una
sensación de felicidad inefable.
UNITIVA
Éxtasis: Supone la unión mística entre el
alma y Dios.
Supone la anulación de los sentidos y una
sensación de felicidad inefable.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.1. La mística española
116
Nació en Fontiveros (Ávila).
Ingresó muy joven en la Orden del Carmelo, que
estaba empezando a reformar santa Teresa.
Debido a esta reforma, surgieron disensiones en el
seno de la Orden, que supusieron incluso prisión
para el santo.
Curso estudios en la Universidad de Salamanca,
donde tuvo como maestro a Fray Luis.
El último periodo de su vida transcurrió en Andalucía,
desempeñando cargos importantes en la Orden.
Murió en Úbeda (Jaén).
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: Biografía
117
La intención de su obra era más religiosa que artística, pero es tal su sensibilidad y el
dominio de la expresión poética que, como dice Dámaso Alonso, su obra parece
tocada por “el ala del prodigio”.
Dos partes en su obra:
POESÍA DE TIPO TRADICIONAL
Emplea el octosílabo
Modelos:
el cancionero y la poesía popular
(villancicos y romances)
POESÍA DE INFLUENCIA ITALIANA
Emplea el endecasílabo
Modelos:
La poesía bucólica de Garcilaso
Tema religioso
Noche oscura del alma
Cántico espiritual
Llama de amor viva
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: Obra poética
118
CÁNTICO ESPIRITUAL
• Sigue de cerca el Cantar de los
cantares bíblico.
• Es un diálogo en la amada (el
alma) y el Amado (Dios), a quien el
alma ha buscado a través de valles
y montañas hasta encontrarlo y
celebrar la unión mística con el
Amado.
• El poema se puede interpretar
como una representación de las
vías místicas.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: obra poética
119
NOCHE OSCURA DEL ALMA
• Expone, bajo la forma de una
alegoría, el caminar del alma hasta
su unión con Dios.
• Elige, como fundamento alegórico,
una situación amorosa humana: la
amada (el alma) sale “a oscuras y
segura” a encontrarse con el
Amado (Dios).
• La noche se transforma en luz, una
vez que ha guiado a la amada
hasta el Amado.
• Se establecen relaciones con las
ideas espaciales: arriba (lo divino)/
abajo (lo humano)
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: obra poética
120
LLAMA DE AMOR VIVA
• Es un poema de cuatro
estrofas centrado en las
sensaciones amorosas que
expresa la Amada en la
unión con Dios, el éxtasis
místico.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: obra poética
121
Filosofía neoplatónicaFilosofía neoplatónica Literatura religiosa anterior:
Cantar de los Cantares
Literatura religiosa anterior:
Cantar de los Cantares
El amor que saca de sí al
enamorado y lo transporta a la
unión con Dios.
El amor que saca de sí al
enamorado y lo transporta a la
unión con Dios.
La luz como representación de la
divinidad
La luz como representación de la
divinidad
La experiencia
mística se explica
comparándola con
el amor humano.
La experiencia
mística se explica
comparándola con
el amor humano.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: temas
122
Poesía culta
renacentista italiana
Poesía culta
renacentista italiana
Lírica castellana
tradicional
Lírica castellana
tradicional
Poesía bíblicaPoesía bíblica
Empleo del
endecasílabo
Lira
Uso de determinadas
imágenes
Octosílabo
Temas
Vocabulario
Formas
Motivos
Estribillos…
Cantar de los
Cantares
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: influencias
123
San Juan de la Cruz lucha para expresar con palabras la experiencia mística.
Se vale de los recursos de la tradición literaria bíblica, grecolatina, castellana e
italianizante “a lo divino”
RECURSOSRECURSOS
Reiteración,
intensificación
“En soledad vivía / y en soledad ha puesto ya su nido.”
Oxímoron “Música callada, soledad sonora”
Hipérbaton “Y miedos de la noche veladores”
Exclamaciones
afectivas
“¡Oh dichosa ventura!”
Concentración
acumulativa
“A las aves ligeras/ leones, ciervos, gamos
saltadores/montes, valles, riberas…”
Metáforas, alegorías, comparaciones, paradojas, apóstrofes… son recursos
magníficamente utilizados por el poeta.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ
3.3.2. San Juan de la Cruz: estilo
124
En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A escuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quédeme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y déjeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidados
125
En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A escuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quédeme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y déjeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidados
VÍA
PURGATIVA
VÍA
ILUMINATIVA
VÍA
UNITIVA
126
En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A escuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
VÍA
PURGATIVA
127
En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A escuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
VÍA
PURGATIVA
En la vía purgativa el alma se libra del
pecado mediante la penitencia y la
práctica de la virtud.
En la vía purgativa el alma se libra del
pecado mediante la penitencia y la
práctica de la virtud.
El hombre debe renunciar a la razón y
sumergirse en la oscuridad para que
la luz de Dios pueda entrar en su alma.
Por ello se repiten los elementos
relacionados con la noche o la
oscuridad.
La penitencia y la práctica de la virtud
permiten el control de las pasiones,
por ello el poeta afirma que su “casa”,
es decir, su cuerpo, está sosegada,
tranquila.
El camino que recorre el alma para
abandonar el cuerpo es secreto, no
conocido ni apto para muchos. El
poeta habla de él como una escala
secreta, disfrazada y en celada.
La experiencia mística es inefable, es decir, no se
puede expresar con palabras. Por ello, san Juan
recurre a una alegoría, es decir, identifica lo que
siente con una experiencia de amor humano.
Alma = amada
Cuerpo = casa
Noche oscura = vía purgativa
La experiencia mística es inefable, es decir, no se
puede expresar con palabras. Por ello, san Juan
recurre a una alegoría, es decir, identifica lo que
siente con una experiencia de amor humano.
Alma = amada
Cuerpo = casa
Noche oscura = vía purgativa
128
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
VÍA
ILUMINATIVA
129
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
VÍA
ILUMINATIVA
El poema sigue con la alegoría, la amada (el
alma) sale del cuerpo (la casa) en medio de
la noche oscura (la vía purgativa) guiada por
la luz.
El poema sigue con la alegoría, la amada (el
alma) sale del cuerpo (la casa) en medio de
la noche oscura (la vía purgativa) guiada por
la luz.
En la vía unitiva, el alma se
somete a Dios, renuncia a la
razón y recibe una sabiduría
especial que la ilumina.
El poema insiste ahora en la luz
que ilumina el alma del poeta y
que lo conduce al encuentro
con el Amado (Dios)
Se repiten conceptos como el
secreto. No hay que olvidar que
mística significa “sabiduría
secreta”. Se insiste en la
dificultad de compartir la
experiencia.
130
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quédeme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y déjeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
VÍA
UNITIVA
131
NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA
¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y déjeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
VÍA
UNITIVA
La vía unitiva supone la unión mística
entre el alma y Dios. Se produce el
éxtasis místico: la anulación de los
sentidos y una sensación de felicidad
inefable.
ÉXTASIS MÍSTICO: expresado por
medio de exclamaciones, anáforas…
juegos de palabras que indican la
estrecha unión del alma con Dios.
El poeta expresa la anulación de los
sentidos y la sensación de felicidad
mediante la figura del amante que
duerme sobre el pecho de la amada.
La imagen del viento acariciante sirve
para proporcionar la sensación de
bienestar absoluto.
En la estrofa final se reproduce de
nuevo la sensación de anulación de los
sentidos mediante la aparición de los
verbos que indican abandono.
132
AMADA
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido.
Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y
muero.
Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL
PREGUNTA A LAS CRIATURAS
¡O bosques y espesuras
plantadas por la mano del Amado!,
¡o prado de verduras
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.
RESPUESTA DE LAS
CRIATURAS
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
133
ESPOSA
¡Ay! ¿quién podrá sanarme?
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más mensajero
que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cuanto vagan
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan
balbuciendo.
Mas ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives
y haciendo por que mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?
¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste
y no tomas el robo que robaste?
CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL
Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos;
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos
y sólo para ti quiero tenellos.
Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.
¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados! (...)
134
ESPOSA
Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,
la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora, la
música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado. (...)
A las aves ligeras
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores,
y miedos de las noches veladores:
CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL
Por las amenas liras
y canto de sirenas os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.
Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio
que ya sólo en amar es mi ejercicio.
Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido,
que, andando enamorada,
me hice perdidiza y fui ganada.
135
De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas,
en tu amor floridas,
y en tu cabello mío entretejidas.(...)
Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte y al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura
CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL
136
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
137
• En el siglo XVI, los relatos todavía suelen ser cortos y se
incluyen dentro de otras obras, sin tener autonomía.
• No se puede hablar de novela en el sentido moderno.
• La palabra novela, de origen italiano, se utiliza para
referirse a narraciones breves, como las Novelas
Ejemplares de Cervantes.
• Los relatos más extensos se denominan de modo muy
variado.
• Siguen editándose y siendo muy leídos durante todo el
siglo XVI los libros de caballerías y las novelas
sentimentales.
• En el siglo XVI, los relatos todavía suelen ser cortos y se
incluyen dentro de otras obras, sin tener autonomía.
• No se puede hablar de novela en el sentido moderno.
• La palabra novela, de origen italiano, se utiliza para
referirse a narraciones breves, como las Novelas
Ejemplares de Cervantes.
• Los relatos más extensos se denominan de modo muy
variado.
• Siguen editándose y siendo muy leídos durante todo el
siglo XVI los libros de caballerías y las novelas
sentimentales.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
138
NUEVOS GÉNEROS NARRATIVOSNUEVOS GÉNEROS NARRATIVOS
NOVELAS PASTORILESNOVELAS PASTORILES NOVELAS MORISCASNOVELAS MORISCAS NOVELAS PICARESCASNOVELAS PICARESCAS
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
139
• Relacionadas con el éxito de la literatura bucólica en otros géneros como la lírica (las
Églogas de Garcilaso) o el teatro (églogas de Juan del Encina)
• Novelas pastoriles más destacadas:
• Relacionadas con el éxito de la literatura bucólica en otros géneros como la lírica (las
Églogas de Garcilaso) o el teatro (églogas de Juan del Encina)
• Novelas pastoriles más destacadas:
Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor
La Diana enamorada de Gaspar Gil Polo
La Galatea de Miguel de Cervantes
Episodios del Quijote.
La Arcadia de Lope de Vega
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.1. LOS LIBROS DE PASTORES O NOVELAS PASTORILES
140
• En un ambiente exquisito, se produce en ellas la
idealización del moro, de forma parecida a la
idealización de los pastores en las narraciones
pastoriles.
• El cercano mundo morisco, con costumbres
diferentes, proporciona a los escritores material
novelesco y poético, pero con un toque exótico
muy apropiado al relato realista.
• En un ambiente exquisito, se produce en ellas la
idealización del moro, de forma parecida a la
idealización de los pastores en las narraciones
pastoriles.
• El cercano mundo morisco, con costumbres
diferentes, proporciona a los escritores material
novelesco y poético, pero con un toque exótico
muy apropiado al relato realista.
Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa de autor desconocido
Las Guerras Civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita
Relatos moriscos en obras mayores:
Ozmín y Daraja de Mateo Alemán, incluido en el Guzmán de Alfarache.
Historia del cautivo del Quijote cervantino.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.2. LAS NOVELAS MORISCAS
141
La lozana andaluza
de Francisco Delicado
• Obra emparentada con La
Celestina y publicada en Italia,
donde vivía Delicado.
• Es una novela anticlerical y
típicamente renacentista en su
exaltación de los sentidos y el
erotismo.
El Patrañuelo
de Juan de Timoneda
• Es la primera colección española de
novelas cortas que imitan a las
italianas.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.3. OTRAS NOVELAS
142
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LAS NOVELAS PICARESCAS: LAZARILLO DE TORMES
143
1554
Aparición de tres ediciones simultáneas de
Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades
Aparición de tres ediciones simultáneas de
Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades
Éxito fulminante
Prohibición por la Inquisición
Sigue leyéndose en ediciones clandestinas hechas en el extranjero
Volvió a autorizarse su impresión, suprimiendo los tratados IV y V, y
varias irreverencias de los demás.
1573
1834
Hasta esta fecha no volvió a autorizarse el texto completo.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.1. Aparición y triunfo del Lazarillo
144
PROBLEMASPROBLEMAS
Ediciones Autor
La primera edición está perdida.
No se conservan manuscritos
El texto se compuso en torno a 1550.
Se desconoce quién pudo ser el autor.
Se atribuido a varios escritores:
Diego Hurtado de Mendoza
Sebastián de Orosco
Juan de Ortega
Alfonso de Valdés
No se sabe por qué el autor ocultó su
nombre.
Se trata en todo caso de un escritor culto.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.2. Edición y autoría
145
Últimas teorías sobre el autorÚltimas teorías sobre el autor
La paleógrafa Mercedes Agulló documenta que
su autor es Diego Hurtado de Mendoza
En su libro A vueltas con el autor del Lazarillo
(Calambur, 2010) Mercedes Argulló documenta
que Diego Hurtado de Mendoza es, con toda
probabilidad, el autor del Lazarillo.
La investigadora encontró en una serie de serones
y cajones el impresionante lote de documentos
acumulados por don Diego Hurtado de Mendoza
durante su larga vida. Ahí encontró, al lado de
“Una copia hecha de Las guerras de Granada y
otros papeles de la hacienda de Carmona”, dos
líneas que dicen: “Un legajo de correcciones
hechas para la impresión del Lazarillo y
Propaladia”
La investigadora afirma que “desde luego, nada
puede darse como absolutamente definitivo, pero
el hecho de que el legajo con correcciones hechas
para la impresión del Lazarillo se hallara entre los
papeles de don Diego Hurtado de Mendoza, me ha
permitido desarrollar una hipótesis sobre la autoría
del Lazarillo, que fortalecida por otros hechos y
circunstancias apunta sólidamente en la dirección
de don Diego.”
146
Por primera vez en la historia de la narrativa europea,
hallamos en el Lazarillo el mundo de la realidad
contemporánea convertido en materia de un relato.
El protagonista del relato es un personaje de condición
humildísima que va construyendo su vida a golpes con
la adversidad.
Nada más lejos de los héroes de los relatos anteriores
llenos de aventuras ideales. Lázaro sufre hambre,
engaños, burlas y explotación.
Es la historia del proceso “educativo” para la deshonra
y la vileza, que Lázaro acepta al final y que se puede
interpretar como la amarga queja del autor contra una
sociedad que impedía salir de la miseria a los
desheredados.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.3. Originalidad novelesca del Lazarillo
147
El Lazarillo: la primera novela moderna
La acción transcurre en tiempo y espacio
concretos.
La vida de los personajes se va
modificando según los azares de la vida.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.3. Originalidad novelesca del Lazarillo
148
El Lazarillo inaugura un nuevo tipo de novela, la picaresca, que alcanzará sus rasgos
definitorios con Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1559)
RASGOS DE LA NOVELA PICARESCA
Es el relato de una autobiografía ficticia, por tanto en primera persona, de un personaje
de orígenes miserables.
El protagonista abandona el medio familiar siendo un niño y trabaja al servicio de
varios amos.
El carácter picaresco del protagonista: astuto, versátil, prudente y receloso. Era un
personaje listo, sin oficio, que urde tretas para robar o vivir a costa del prójimo, con escaso
sentido moral y que suele ser víctima de sus propios ardides.
El protagonista tiene afán de medro, es decir, aspira a ascender socialmente y a mejorar
su situación económica y su puesto en la sociedad.
Explicación de un estado final de deshonor, aceptado o superado, a partir del pasado
del protagonista.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.5. Originalidad novelesca del Lazarillo
149
Lázaro, un personaje de baja clase social, nacido en una aldea próxima a Salamanca,
hijo de padres sin honra, cuenta su vida en primera persona, por medio de una carta a
un noble y desconocido señor, a quien se dirige en el prólogo con el tratamiento de
“vuestra merced” para explicarle los detalles del “caso”.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.4. Argumento
150
El “caso” es la explicación de los rumores sobre las posibles relaciones de la mujer de
Lázaro con el Arcipreste de San Salvador.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.4. Argumento
151
Para ello, Lázaro habla de su vida desde su nacimiento
Su madre se dedicó a la
prostitución, hasta establecerse
con un hombre negro, con el que
tuvo un hijo.
“Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que
a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé
González y de Antonia Pérez, naturales de
Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue
dentro del río Tormes, por la cual tomé el
sobrenombre.”
“Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi
padre ciertas sangrías mal hechas en los costales
de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso
y confesó y no negó, y padeció persecución por
justicia (...) En este tiempo, se hizo cierta armada
contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a
la sazón estaba desterrado por el desastre ya
dicho, con cargo de acemilero de un caballero que
allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció
su vida.” 152
Como su madre no puede mantenerlo, Lázaro es
entregado a un ciego para que se gane la vida
guiándolo. Por eso a los perros que guían a los
ciegos se les llama “perros lazarillo”.
El ciego lo trata rudamente y, desde el principio, decide “espabilarlo” para que pueda salir
adelante en la dura vida que le espera.
Lázaro llega el oído a
ese toro y oirás gran
ruido dentro de él.
153
Necio, aprende, que el
mozo de ciego un punto ha
de saber más que el diablo
Verdad dice que este,
que me cumple avivar el
genio y avisar, pues solo
soy y pensar cómo me
sepa valer
154
El ciego es un amo mezquino y miserable, que maltrata cruelmente a Lázaro, pero con
quien aprende a ganarse la vida.
El episodio de la
longaniza
El episodio del jarro
de vino
El episodio de las
uvas.
155
Todas estas crueldades hacen que Lázaro odie cada vez más a su amo, hasta que
llega un momento en que el discípulo supera al maestro y consigue vengarse de él
antes de abandonarlo.
¡Sus! Saltá todo lo que podáis
porque deis deste cabo del agua..
El aprendizaje de Lázaro comienza con
un golpe que el ciego propina a Lázaro
(en el toro) y concluye cuando Lázaro
es capaz de engañar a su amo y
devolvérselo.
El aprendizaje de Lázaro comienza con
un golpe que el ciego propina a Lázaro
(en el toro) y concluye cuando Lázaro
es capaz de engañar a su amo y
devolvérselo.
156
Tras abandonar al ciego, Lázaro pasa a servir a un clérigo en Maqueda:
El clérigo es un hombre mezquino que mata de
hambre al pobre Lázaro.
Lázaro tiene que inventarse tretas para poder comer. Consigue
una llave para abrir el arca donde el clérigo guarda el pan.
Lázaro guarda la llave dentro de la boca para que el
clérigo no la descubra, pero al final, el clérigo se entera
de todo y lo despide, no sin antes propinarle una paliza:
157
Su siguiente amo es un escudero que aparenta ser
rico y poderoso, pero en realidad es más pobre
todavía que Lázaro.
Con él aprende la importancia
de las apariencias, es decir, no
importa lo que en realidad
eres, sino lo que aparentas ser.
Pese a ser pobre, es el primer amo que no
maltrata a Lázaro. Lázaro aprende a ser
misericordioso con él.
158
Lázaro es abandonado por su amo y tiene que buscar otro. Habrá varios
más hasta llegar a la situación final desde la que escribe:
Un buldero
Un maestro de pintar panderos
Un alguacil…
159
La novela termina cuando Lázaro, a los veintitantos años y en Toledo, se
casa, de modo deshonroso, con la criada del Arcipreste de San Salvador.
La gente murmura que la boda ha sido un “apaño” y que la mujer de Lázaro
es la amante del Arcipreste. Aunque Lázaro lo niega todo, ciertas
afirmaciones suyas no dejan lugar a dudas, y él justifica su vida actual
porque en ese momento él se encontraba “en mi prosperidad y en la
cumbre de toda buena fortuna”..
Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con
que me pese, que no tengo por mi amigo al que
me hace pesar; mayormente, si me quieren
meter mal con mi mujer, que es la cosa del
mundo que yo más quiero y la amo más que a
mí; y me hace Dios con ella mil mercedes y
más bien que yo merezco: que yo juraré sobre
la hostia consagrada que es tan buena mujer
como vive dentro de la puertas de Toledo.
Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él.
Desta manera no me dicen nada, y yo tengo
paz en mi casa.
160
Prólogo
Tratado I
Tratado II
Tratado III
Tratado IV
Tratado V
Tratado VI
Tratado VII
Ciego
Clérigo
Escudero
Infancia
Lázaro en la adversidad
Crueldad de los amos
Hambre
Fraile
Buldero - Maestro de pintar
Adolescencia
Capellán
Alguacil - Arcipreste
Juventud
madurez
Mejora su nivel
de vida
Se explica el “caso” a
“vuestra merced”
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.5. Estructura
161
El autor no se limita a ensartar anécdotas
sino que crea un relato compuesto por una
serie de episodios perfectamente
organizados gracias a dos recursos:
El autor no se limita a ensartar anécdotas
sino que crea un relato compuesto por una
serie de episodios perfectamente
organizados gracias a dos recursos:
Muchos de los episodios que se le suceden
a Lázaro son cuentecillos de origen
folclórico, vinculadas a un autor narrador.
Muchos de los episodios que se le suceden
a Lázaro son cuentecillos de origen
folclórico, vinculadas a un autor narrador.
Rasgos folclóricos tradicionalesRasgos folclóricos tradicionales
La autobiografíaLa autobiografía La epístolaLa epístola
Todos los elementos adquieren sentido porque
forman parte de la historia de la vida de un
personaje contada por él mismo (autobiografía) y
siguiendo el modelo de una larga carta (epístola)
dirigida a un desconocido “vuestra merced”.
Todos los elementos adquieren sentido porque
forman parte de la historia de la vida de un
personaje contada por él mismo (autobiografía) y
siguiendo el modelo de una larga carta (epístola)
dirigida a un desconocido “vuestra merced”.
Rasgos innovadoresRasgos innovadores
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.5. Estructura
162
ESPACIO
La acción se sitúa en la
ciudad, un espacio
urbano real y próximo,
que facilita la práctica de
comportamientos
irregulares.
TIEMPO
Se producen desfases
entre el tiempo que duran
los hechos narrados y el
que dedica el narrador,
Lázaro a narrarlos.
El narrador selecciona
los acontecimientos
relevantes para la
explicación del “caso” y le
da la importancia que
considera.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.5. Espacio y tiempo en el Lazarillo
163
HONRA
La honra dependía de la
consideración social que tuviera
una persona.
El Lazarillo comienza y concluye
con un caso de “honra”.
El Tratado III tiene como tema
principal la honra en la figura del
escudero.
Lázaro habla de su situación final
como “la cumbre de toda buena
fortuna”, pero sólo ha conseguido
una vida aparentemente honrada.
RELIGIÓN
Cinco de los amos de Lázaro
pertenecen al estamento
eclesiástico.
Todos se mueven por avaricia o
lujuria, y todos explotan a Lázaro.
Las citas de los Evangelios o las
alusiones a temas sagradas en
contextos burlescos añaden al
anticlericalismo de la obra ciertos
detalles irreverentes.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.6. Temas
164
La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las intenciones del
emisor y de la capacidad de interpretación del interlocutor.
La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las intenciones del
emisor y de la capacidad de interpretación del interlocutor.
Narrador, personajes y autor son irónicos en el Lazarillo.
“Yo por bien tengo que cosas tan
señaladas y por ventura nunca
oídas ni vistas…”
“Lo que te enfermó, te
sana y te da salud…”
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo
165
“Si es por esa vida, nunca yo
moriré, que siempre he
guardado esa regla por fuerza,
y aún espero, en mi desdicha,
tenerla toda mi vida.”
“Toma, come, triunfa, que
para ti es el mundo”
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo
166
“Pues vente tras mí, que Dios te ha hecho merced
en topar conmigo; alguna buena oración rezaste
hoy”
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo
167
CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE
LOS PERSONAJES
CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE
LOS PERSONAJES
CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIAL
EXISTENTE
CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIAL
EXISTENTE
Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica:Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica:
LA HONRALA HONRA LA RELIGIOSIDADLA RELIGIOSIDAD
El episodio del escudero muestra la
falsedad del sentimiento de honor
de la nobleza.
La mayor parte de los amos de
Lázaro son clérigos y todos
explotan, más o menos cruelmente
al muchacho.
El ANTICLERICALISMO es
evidente.
También se ataca la justicia y los
militares.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo
168
En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad.En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad.
Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por
encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor
pone así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI.
Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por
encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor
pone así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo
169
El Lazarillo está escrito en un lenguaje
llano, sin artificios, directo.
Los personajes se expresan de acuerdo a
su condición social y se ajustan a lo que
pide el momento: júbilo, tristeza, cólera…
El uso de refranes, modismos, el
vocabulario… guardan relación con el
estrato social del protagonista narrador.
La frase corta, pero vivamente expresiva
y ágil, o extensa, según la función
narrativa que realice.
Destaca la precisión en captar, con ironía
o humor, lo esencial y revelador.
Dominio del lenguaje y el arte de narrar
Lenguaje llanoLenguaje llano
DecoroDecoro
Estilo adecuado a la funciónEstilo adecuado a la función
PrecisiónPrecisión
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.9. El lenguaje del Lazarillo
170
SENTIDO DEL HUMORSENTIDO DEL HUMOR
Éste me dio la vida y, siendo ciego,
me alumbró y adentró en la carrera de
vivir.
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.9. El lenguaje del Lazarillo
171
SENTIDO DEL HUMORSENTIDO DEL HUMOR
Fue tal el golpecillo que me tuvo
fuera de mí por espacio de tres días
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES
4.4.9. El lenguaje del Lazarillo
172
EL LAZARILLO
Textos
173
Comienza el relato con un prólogo, que Lázaro, como pregonero de Toledo, dirige a un
caballero (“vuestra merced”), diciéndole que, pues le ha pedido que le cuente su caso, va
a complacerle narrándole su vida desde el principio. El prólogo advierte que el libro tiene
dos lecturas:
“Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni
vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido,
pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que
ahondasen tanto los deleite.”
“Confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este
grosero estilo escribo, no me pesara que hayan parte y se huelguen con ello
todos los que en ella algún gusto hallasen, y vean que vive un hombre con
tantas fortunas, peligros y adversidades (...) Y pues vuestra merced escribe se
le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio,
sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona; y también
porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe,
pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles
contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.”
174
Tratado I: Su familia y servicio con el ciego
“Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de
Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea
de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual tomé el
sobrenombre.”
“Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal
hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso y
confesó y no negó, y padeció persecución por justicia (...) En este tiempo, se
hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón
estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un
caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.”
Este es el párrafo inicial del Lazarillo. También Amadís de Gaula había nacido en un río.
Se trata de un rasgo folklórico universal. Su vida comienza, pues, como la de un héroe;
pero ¡qué distinto va a ser su destino! Enseguida va a faltar al cuarto mandamiento:
175
Empieza la carrera de Lázaro como mozo de muchos amos, cuando su madre lo confía a
un ciego mendigo para que sea su sirviente. El ciego es ruin y astuto. He aquí la primera
enseñanza que le da:
Salimos de Salamanca y, llegando a la puente, está a la
entrada de ella un animal de piedra que casi tiene forma de
toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y, allí
puesto, me dijo:
—Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro
de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que
tenía la cabeza a par de la piedra, afirmó recio la mano,
diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de
tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:
—Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de
saber más que el diablo.
Y rió mucho la burla.
Parecióme que, en aquel instante, desperté de la simpleza
en que, como niño dormido, estaba. Dije entre mí: “Verdad
dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo
soy, y pensar cómo me sepa valer.” 176
“Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo, muy de presto le
asía y daba un par de besos callados; y tornábale a su lugar. Mas durome poco,
que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a salvo, nunca después
desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán
que así atrajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel
menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino,
lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me
sintió, y dende en adelante mudó propósito, y asentaba su jarro entre las piernas
y tapábale con la mano, y así bebía seguro.
Yo, que estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja
no me aprovechaba ni valía acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y
agujero sutil y, delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera taparlo y al
tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste
ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos y, al calor de ella, luego
derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la
boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el
pobreto iba a beber, no hallaba nada. Espantábase, maldecíase, daba al diablo el
jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.
—No diréis, tío, que os lo bebo yo —decía—, pues no le quitáis de la mano.
Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla, mas
así lo disimuló como si no lo hubiera sentido.
Página 298 Libro de texto177
Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando el
daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como
solía. Estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un
poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado
ciego que ahora tenía tiempo de tomar de mí venganza y, con toda su fuerza,
alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, lo dejó caer sobre mi boca,
ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que
de nada de esto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y
gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me
había caído encima.
Fue tal el golpecillo que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande,
que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas
partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy me quedé.
Desde aquella hora quise mal al mal ciego y, aunque me quería y regalaba y me
curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavome con vino las
roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndome decía:
—¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud.”
Página 298 Libro de texto
178
Visto esto y las malas burlas que el ciego burlaba de mí, determiné de todo
dejarle; y, como lo traía pensado y lo tenía en voluntad, con este postrer juego
que me hizo afirmélo más. Y fue ansí que luego otro día salimos por la villa a
pedir limosna, y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también
llovía, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había,
donde no nos mojábamos, mas cuando la noche se venía y el llover no cesaba,
díjome el ciego:
—Lázaro, esta agua es muy porfiada, y cuanto la noche más cierra, más recia:
acojámonos a la posada con tiempo.
Para ir allá habíamos de pasar un arroyo, que con la mucho agua iba grande. Yo
le dije:
— Tío, el arroyo va muy ancho; mas, si queréis, yo veo por donde travesemos
más aína sin nos mojar, porque se estrecha allí mucho, y saltando pasaremos a
pie enjuto.
Parescióle buen consejo y dijo:
— Discreto eres, por esto te quiero bien. Llévame a ese lugar donde el arroyo y
se ensangosta, que agora es invierno y sabe mal el agua, y más llevar los pies
mojados.
Yo, que vi el aparejo a mi deseo, saquéle de bajo de los portales y llevélo
derecho de un pilar o poste de piedra que en la plaza estaba, sobre el cual y
sobe otros cargaban saledizos de aquellas casas, y dígole:
179
— Tío, éste es el paso más angosto que en el arroyo hay.
Como llovía recio y el triste se mojaba, y con la priesa que llevábamos de salir del
agua, que encima de nosotros caía, y, lo más principal, porque Dios le cegó
aquella hora el entendimiento (fue por darme de él venganza), creyóse de mí y
dijo:
— Ponme bien derecho y salta tú el arroyo.
Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del
poste, como quien espera tope de toro y díjele:
— ¡Sus! Saltá todo lo que podáis, porque deis deste cabo del agua.
Aun apenas lo había acabado de decir, cuando se abalanza el pobre ciego como
cabrón y de toda su fuerza arremete, tomando un paso atrás de la corrida para
hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio como si
diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás medio muerto y hendida la
cabeza.
—¿Cómo, y oliste la longaniza y no el poste? ¡Olé, olé!— le dije yo.
Y déjele en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer, y tomé la puerta
de la villa en los pies de un trote, y antes que la noche viniese di conmigo en
Torrijos. No supe más lo que Dios dél hizo ni curé de lo saber.
180
Tratado III: Al servicio del escudero
Estando así, díjome:
--Tú, mozo, ¿has comido?
--No, señor– dije yo--, que aún no eran dadas las ocho cuando con vuestra
merced encontré.
--Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, y cuando así como algo,
hágote saber que hasta la noche me estoy así. Por eso, pásate como pudieres,
que después cenaremos.
Vuestra merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi
estado, no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme
adversa. Allí se me representaron de nuevo mis fatigas, y torné a llorar mis
trabajos; allí se me vino a la memoria la consideración que hacía cuando me
pensaba ir del clérigo, diciendo que, aunque aquel era desventurado y mísero,
por ventura toparía con otro peor; finalmente, allí lloré mi trabajosa vida pasada
y mi cercana muerte venidera. Y con todo, disimulando lo mejor que pude, dije:
-- Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios. De eso me
podré alabar entre todos mis iguales de mejor garganta, y así fui yo loada de
ella hasta hoy día de los amos que yo he tenido.
Página 300 Libro de texto
181
Tratado III: Al servicio del escudero
--Virtud es esa– dijo él--, y por eso te querré yo más; porque el hartar es de los
puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien.
“¡Bien he entendido!”, dije yo entre mí. “¡Maldita tanta medicina y bondad como
aquestos mis amos que yo hallo hallan en el hambre!”.
Púseme a un cabo del portal y saqué unos pedazos de pan del seno, que había
quedado de los de por Dios. Él, que vio esto, díjome:
--Ven acá, mozo. ¿Qué comes?
Yo llegueme a él y mostrele el pan. Tomome él un pedazo de tres que eran, el
mejor y más grande, y dijome:
--Por mi vida que parece éste buen pan.
--¿Y cómo ahora– dije yo– señor, es bueno?
-- Sí, a fe – dijo él-- ¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias?
--No sé yo eso– le dije--; mas a mí no me pone asco el sabor de ello.
--Así plega a Dios– dijo el pobre de mi amo.
--Y llevándolo a la boca, comenzó a dar en él tan fieros bocados como yo en lo
otro:
--Sabrosísimo pan está – dijo--, por Dios.
Página 300 Libro de texto
182
Tratado III: Al servicio del escudero
Y como le sentí de qué pie cojeaba, dime prisa, porque le vi en disposición, si
acababa antes que yo, se comediría a ayudarme a lo que me quedase. Y con
esto acabamos casi a una. Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas
pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado. Y
entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy
bueno, y desque hubo bebido, convídome con él. Yo, por hacer del continente,
dije:
--Señor, no bebo vino.
--Agua es– me respondió--; bien puedes beber.
Entonces tomé el jarro y bebí. No mucho, porque de sed no era mi congoja.
Página 300 Libro de texto
183
Tratado III: Al servicio del escudero
“Y comienzo a cenar y morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba al
desventurado señor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella
sazón servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí, como yo había de él,
porque sentí lo que sentía, y muchas veces había por ello pasado y pasaba
cada día. Pensaba si sería bien comedirme a convidarle; mas por me haber
dicho que había comido, temía no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba
que aquel pecador ayudase a su trabajo del mío, y se desayunase como el día
antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos mi
hambre.
Quiso Dios cumplir mi deseo, y aun pienso que el suyo; porque como comencé
a comer, y él se andaba paseando, llegóse a mí y díjome:
—Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a
hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la
tenga.
“La muy buena que tú tienes —dije yo entre mí— te hace parecer la mía
hermosa.”
184
“Con todo, parecióme ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello y
díjele:
—Señor, el buen aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo, y esta
uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con
su sabor.
—¿Uña de vaca es?
—Sí, señor.
—Dígote que es el mejor bocado del mundo, y que no hay faisán que así me
sepa.
—Pues pruebe, señor, y verá qué tal está.
Póngole en las uñas la otra, y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco. Y
sentóse al lado y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo
cada huesecillo de aquello mejor que un galgo lo hiciera.”
185
Tratado VII
En este tiempo, viendo mi habilidad y buen vivir, teniendo noticia de mi persona
el señor arcipreste de Sant Salvador; mi señor, y servidor y amigo de Vuestra
Merced, porque le pregonaba sus vinos, procuró casarme con una criada suya.
Y visto por mí que de tal persona no podía venir sino bien y favor, acordé de lo
hacer. Y así, me casé con ella, y hasta agora no estoy arrepentido.
Porque, allende de ser buena hija y diligente servicial, tengo en mi señor
arcipreste todo favor y ayuda […]. Y hízonos alquilar una casilla par de la suya.
Los domingos y fiestas casi todas las comíamos en su casa.
Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltarán, no nos dejan vivir, diciendo
no sé qué y sí sé qué de que ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisalle de
comer. Y mejor les ayude Dios que ellos dicen la verdad. Porque, allende de no
ser ella mujer que se pague destas burlas, mi señor me ha prometido lo que
pienso que cumplirá. Que él me habló un día muy largo delante della y me dijo:
—Lázaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas nunca
medrará. Digo esto porque no me maravillaría alguno, viendo entrar en mi casa
a tu mujer y salir della. Ella entra muy a tu honra y suya; y esto te lo prometo.
Por tanto, no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca: digo a tu
provecho.
186
—Señor— le dije—, yo determiné de arrimarme a los buenos. Verdad es que algunos de
mis amigos me han dicho algo deso, y aun por más de tres veces me han certificado que
antes que conmigo casase había parido tres veces, hablando con reverencia de Vuestra
Merced, porque está ella delante.
Entonces mi mujer echó juramentos sobre sí, que yo pensé que la casa se hundiera con
nosotros; y después tomóse a llorar y a echar maldiciones sobre quien conmigo la había
casado; en tal manera, que quisiera ser muerto antes que se me hubiera soltado aquella
palabra de la boca. Más yo de un cabo y mi señor de otro tanto le dijimos y otorgamos,
que cesó su llanto, con juramento que le hice de nunca más en mi vida mentarle nada de
aquello, y que yo holgaba y había por bien de que ella entrase y saliese, de noche y de
día, pues estaba bien seguro de su bondad. Y así quedamos todos tres bien conformes.
Hasta el día de hoy nunca nadie nos oyó sobre el caso; antes, cuando alguno siento que
quiere decir algo de ella, le atajo y le digo:
— Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi
amigo al que me hace pesar; mayormente, si me quieren meter mal con mi mujer, que es
la cosa del mundo que yo más quiero y la amo más que a mí; y me hace Dios con ella
mil mercedes y más bien que yo merezco: que yo juraré sobre la hostia consagrada que
es tan buena mujer como vive dentro de la puertas de Toledo. Quien otra cosa me
dijere, yo me mataré con él.
Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa.
Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de
Toledo entró y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como Vuestra
Merced habrá oído. Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de
toda buena fortuna. 187
5. MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616)5. MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616)
188
Nació en Alcalá de Henares en 1547.
Estudió en Sevilla con los jesuitas y en Madrid.
En 1569 viajó a Italia y participó en campañas
militares.
En la batalla de Lepanto (1571) fue herido en la mano
izquierda.
En 1575 emprendió el regreso a España y cayó
prisionero de los corsarios berberiscos; tras cinco años
de cautiverio fue rescatado.
Instalado en Madrid, inició su vida de escritor.
Pasa un periodo de 1587 a 1604 del que se tienen
pocos datos: se sabe que fue comisario de abastos y
recaudador de impuestos, que fue encarcelado en
Sevilla… reapareció en Valladolid en 1604 y en Madrid
en 1607.
A partir de entonces, se inició su etapa más fructífera.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.1. BIOGRAFÍA
189
Ser poeta es “la gracia que
no quiso darme el cielo”
Ser poeta es “la gracia que
no quiso darme el cielo”
Gran parte de su obra se ha perdido, en especial
los numerosos romances que escribió.
Su obra lírica es lo menos
valorado de su producción.
Su obra lírica es lo menos
valorado de su producción.
En algunas de sus novelas y en sus obras teatrales
se insertan textos líricos que lo acreditan como
poeta de cualidades no vulgares.
Los primeros versos conocidos de Cervantes
siguen la estética renacentista y tienen como
modelo a Garcilaso. Usa el endecasílabo en todo
tipo de combinaciones métricas.
Canto de Calíope, Epístola a Mateo Vázquez, Viaje
del Parnaso
Canto de Calíope, Epístola a Mateo Vázquez, Viaje
del Parnaso
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.1. CERVANTES, POETA
190
PRIMERA
ETAPA
(1580-
1587)
Poco éxito.
Obras de acuerdo a los modelos
renacentistas.
Siguen la estética aristotélica:
- Temas nobles
- Verosímiles
- Respeto a la regla de las tres
unidades.
- Dicción digna.
- Versos largo
Los tratos de Argel
La Numancia
SEGUNDA
ETAPA
(1615)
Ocho comedias y ocho entremeses, nunca
representados
Hizo imprimir sus obras porque, aunque
se adaptaban al estilo de Lope de Vega,
no despertaron interés.
Comedias de varios temas
(caballerescas, de capa y espada, de
santos…)
Entremeses:
Comedias:
Los baños de Argel
El rufián dichoso
El gallardo español
Entremeses:
El juez de los divorcios
El retablo de las maravillas
La cueva de Salamanca
La elección de los alcaldes de
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.2. CERVANTES, DRAMATURGO
191
La Galatea
(1585)
El Persiles
(1617)
Novelas Ejemplares
(1613)
El Quijote
(1605-1615)
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA
192
Los seis libros de la GalateaLos seis libros de la Galatea
De tema pastoril.
El mérito de la obra es escaso.
Se limita a seguir al pie de la letra las
características de las novelas pastoriles:
•Idealización del paisaje
•Desventuras sentimentales de los
pastores/poetas.
•Disquisiciones sobre el amor platónico…
Incluye, como es habitual en Cervantes,
comentarios de crítica literaria, juicios
teóricos, etc.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA
193
Novelas EjemplaresNovelas Ejemplares
Reunidas en un volumen en 1613.
Su éxito fue notable.
Es una colección de doce relatos cortos.
Cervantes es el primero que compone estos relatos
al modo italiano con argumentos originales.
El adjetivo ejemplares del título expresa su
conexión con el género de los ejemplos
medievales: se presenta una historia breve de la
que se extrae una moraleja.
No todos los relatos tienen ejemplaridad moral,
algunos son ejemplos de creación literaria.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA
194
Novelas EjemplaresNovelas Ejemplares
NOVELAS “REALISTAS” NOVELAS “IDEALISTAS”
Domina en ellas la observación
realista:
Rinconete y Cortadillo
El Coloquio de los perros
El celoso extremeño
La ilustre fregona
El casamiento engañoso
El licenciado Vidriera
La gitanilla
Se percibe un mayor grado de
imaginación e idealización:
La española inglesa
El amante liberal
Las dos doncellas
La señora Cornelia
La fuerza de la sangre
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA
195
Los trabajos de Persiles y SigismundaLos trabajos de Persiles y Sigismunda
Publicada póstumamente en 1617.
Se trata de una novela bizantina en la que los
protagonistas, Persiles y Sigismunda, una
pareja de jóvenes y nobles amantes, realizan
un peregrinaje por el norte de Europa, Italia y
España.
En el recorrido se enfrentan con numerosos
peligros (tempestades, naufragios,
cautiverios, piratería…) que son pruebas
(“trabajos”) de las que salen airosos.
Así es posible su matrimonio final, que es la
recompensa a su virtud.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA
196
PRIMERA PARTE
 Apareció en 1605, con el título de El
ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha.
 Consta de un prólogo, poemas burlescos
iniciales y finales y 52 capítulos agrupados
en cuatro partes.
SEGUNDA PARTE
 Se publicó en 1615, con un cambio en el
título: El ingenioso caballero don Quijote
de la Mancha.
 Consta de un prólogo y 74 capítulos, sin
división en partes.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.1. Edición de la obra
197
EL QUIJOTE DE AVELLANEDA
En 1614 apareció el Segundo tomo del
ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha, firmado por Alonso Fernández de
Avellaneda.
En el prólogo se insultaba a Cervantes.
Cervantes respondió en el prólogo de su
segunda parte e incluyó, dentro de la ficción,
numerosas referencias a la falsedad de la
novela de Avellaneda.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.1. Edición de la obra
198
PRIMERA SALIDA: 6 capítulos (5 + escrutinio)
Preparación Salida Venta y aventura
(arrieros)
Vuelta con dos
aventuras
(labrador)
(mercaderes)
Vuelve triunfante, armado caballero
SEGUNDA SALIDA: 46 CAPÍTULOSSEGUNDA SALIDA: 46 CAPÍTULOS
DON QUIJOTE SALE CON SANCHO
S
A
L
I
D
A
Aventuras:
-Molinos
-Frailes
-Vizcaíno
Episodios:
“Marcela y
Gristóstomo
V
E
N
T
A
Aventuras:
-Rebaños
- Cuerpo
muerto.
Episodios:
“Cardenio y
Luscinda”
“Dorotea”
V
E
N
T
A
Aventuras:
- Cueros de vino.
-Cuadrilleros
-Disciplinantes
Episodios:
“Curioso impertinente”
“Historia del cautivo”
“Dª Clara”
V
U
E
L
T
A
Vuelve enjaulado y maltrecho
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.2. Estructura de la novela
199
TERCERA SALIDA: 74 CAPÍTULOSTERCERA SALIDA: 74 CAPÍTULOS
P
R
E
P
A
R
A
C
I
Ó
N
S
A
L
I
D
A
Aventuras:
-Leones
-Rebuznadores
-Barco encantado
Encuentros y
pláticas:
-Caballero del
bosque
-Caballero del verde
gabán.
-Bodas de Camacho
Castillo de los
Duques.
-Desencantamiento
de Dulcinea
-Aventura de
Clavileño.
-Consejos a Sancho
-La Ínsula Barataria
-Episodio de la
dueña Dolorida
Viaje a Barcelona y
aventuras:
- La cabeza
encantada
- Caballero de la
Blanca Luna.
-Aventuras de los
cerdos.
V
U
E
L
T
A
M
U
E
R
T
E
Don Quijote vuelve a casa para morir
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.2. Estructura de la novela
200
EL CAMINO
Desempeña un papel fundamental pues favorece el
encuentro con personas de todo tipo y condición
social.
Los encuentros de los protagonistas con otros
personajes originan episodios ajenos a la acción
central, con la cual se relacionan de algún modo.
Esto da origen a las historias intercaladas.
Los personajes de las historias intercaladas pueden participar en los hechos de los
protagonistas: Dorotea y Fernando, por ejemplo. O bien, ser ajenos al relato principal: la
novela El curioso impertinente.
Los personajes de las historias intercaladas pueden participar en los hechos de los
protagonistas: Dorotea y Fernando, por ejemplo. O bien, ser ajenos al relato principal: la
novela El curioso impertinente.
Las historias destacan por su variedad formal y porque responden a todos los estilos
de la narrativa anterior. Cervantes justificó su presencia para dar variedad. En la
segunda parte, no incluyó novelas.
Las historias destacan por su variedad formal y porque responden a todos los estilos
de la narrativa anterior. Cervantes justificó su presencia para dar variedad. En la
segunda parte, no incluyó novelas.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.2. Estructura de la novela
201
PRIMERA PARTEPRIMERA PARTE
El caballero manchego don Alonso Quijano, llamado por sus convecinos el Bueno,
enloquece leyendo libros de caballerías. Concibe la idea de lanzarse al mundo, con el
nombre de don Quijote de la Mancha, guiado por los nobles ideales de Amadís o de
Palmerín: deshacer entuertos, proteger a los débiles, destruir el mal, merecer a Dulcinea…
Con armas absurdas y un viejo caballo, Rocinante, sale por La Mancha y se hace armar
caballero en una venta que imagina ser un castillo, entre las burlas del ventero y de las
mozas del mesón. Libera a un muchacho a quien su amo está golpeando por perderle las
ovejas (pero apenas se marcha, prosigue la paliza). Unos mercaderes lo golpean
brutalmente; un conocido lo recoge y lo devuelve a su aldea. Ya repuesto, convence a un
rudo labrador, Sancho Panza, ofreciéndole riquezas y poder, para que lo acompañe en
sus aventuras. Y siempre sale mal parado: lucha contra unos gigantes que no son otra
cosa que molinos de viento; es apaleado por unos arrieros; da libertad a unos criminales,
que luego lo apedrean, etc. Sus amigos, el Canónigo y el Barbero, salen en su busca y lo
traen engañado a su pueblo, metido en una jaula.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.4. Argumento
202
SEGUNDA PARTESEGUNDA PARTE
Don Quijote, obstinado en su locura, sale otra vez acompañado de Sancho Panza, de
quien ha de sufrir la bellaquería de querer hacerle creer que una rústica que viene
montada en un asno es Dulcinea. En sus correrías por tierras de Aragón, llegan a los
dominios de unos Duques, que se burlan despiadadamente de la locura del señor y la
ambición del criado. Mandan a este como gobernador a uno de sus estados; Sancho da
pruebas de un excelente sentido, pero cansado de la vida palaciega, organizada en son
de burla por los Duques, se vuelve a buscar a don Quijote. Tras constantes aventuras,
marchan a Barcelona, y allí es vencido por el Caballero de la Blanca Luna, que es su
amigo Sansón Carrasco disfrazado así para intentar que don Quijote recobre su cordura.
Sansón Carrasco, vencedor, le impone la obligación de regresar a su pueblo. El caballero,
física y moralmente derrotado, vuelve al lugar y allí muere cristianamente después de
haberse curado de su locura.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.3. Argumento
203
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.4. Espacio
204
Los protagonistas se desplazan por los caminos y pasan por distintas
localidades pero, aunque se citan algunos lugares, no se da una información
geográfica detallada. Las descripciones físicas son imprecisas y se limitan a lo
más importante.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.4. Espacio
205
En la primera parte, los protagonistas recorren La Mancha hasta Sierra Morena;
cuando se detienen, la venta se convierte en el núcleo espacial, lugar de paso
donde se mezcla gente de diversos grupos sociales
LA VENTALA VENTA
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.4. Espacio
206
En la segunda parte, los protagonistas se desplazan por Aragón y Cataluña y son
menos “andantes”, pasan más tiempo detenidos. El espacio más importante es el
palacio de los duques, donde se relacionan con la alta nobleza que ha leído la primera
parte de la obra y quieren divertirse a su costa. Don Quijote es tratado como un
caballero. Amo y criado se separan.
EL PALACIOEL PALACIO
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.4. Espacio
207
La narración es
cronológica y lineal
El caballero sale un día de julio
de un cierto verano y en ese
verano (por licencia poética
demasiado largo) ocurren las
tres salidas y la muerte.
Las alusiones temporales a lo
largo de la obra son escasa e
incoherentes.
Las incoherencias cronológicas
no son percibidas como tales por
el lector que asiste a una
secuencia lógica que va desde
la locura del protagonista hasta
su muerte.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.5. Tiempo
208
Los numerosos personajes que
pueblan las páginas del Quijote
pertenecen a todas las categorías
sociales, desde las más altas a las
más humildes: venteros, pastores,
cabreros, arrieros, labradores ricos,
clérigos, hidalgos, caballeros,
nobles, y también grupos
marginados, como los moriscos
exiliados.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.6. Personajes
209
DON QUIJOTEDON QUIJOTE SANCHO PANZASANCHO PANZA
Dos figuras distintas y complementarias
AMISTAD
DIÁLOGO
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.6. Los personajes
210
• Los numerosos personajes que pueblan las
páginas del Quijote pertenecen a todas las
categorías sociales, desde las más altas a las
más humildes.
• Uno de los grandes valores de la novela de
Cervantes es la creación de la pareja
protagonista.
• Los protagonistas, don Quijote y Sancho, son
dos figuras distintas y complementarias, que
llegan a hacerse amigos gracias al diálogo.
• Juntos recorren los caminos y se influyen
mutuamente: sus caracteres se van
modificando por el hablar y el hacer de cada
uno.
• Sus relaciones cambian: de la autoridad de
don Quijote y la obediencia de Sancho, a la
crítica y el enfrentamiento; pero los unen, como
en la vida, la amistad y la lealtad.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.6. Los personajes
211
DON QUIJOTEDON QUIJOTE
El personaje es descrito como alto y
delgado, viejo, colérico, culto y gran lector,
soltero, solitario, valiente e impulsivo.
Hidalgo rural y pobre, su locura lo lleva a
convertirse en caballero.
El tema de la locura es central en la obra,
ya que constituye la base del conflicto
permanente entre el héroe y la realidad que
se le presenta. Quiere y cree ser caballero
andante, pero sabe que finge.
La locura de don Quijote está limitada al
mundo de lo caballeresco; en los momentos
en que no aparece este tema, el
protagonista es admirablemente cuerdo,
generoso, culto, tolerante y mesurado,
como reconocen muchos de los que le
tratan.
Yo sé quién
soy.
Yo sé quién
soy.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.6. Los personajes
212
MUNDO
VOLUNTARIO
MUNDO
VOLUNTARIO
En este sentido, se podría decir que don Quijote vive en cuatro “mundos” que aparecen
relacionados por la estructura novelesca paródica..
• Al volverse loco, el hidalgo rompe con una personalidad a la que le
condenaban las circunstancias, su tiempo y su espacio. Por medio
de la locura, se escapa de su realidad cotidiana.
• Ahora puede buscar una nueva personalidad, a través de la
imitación de los modelos que admira, de ahí el nuevo nombre, que
significa una nueva identidad y una nueva vida.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.6. Los personajes
213
MUNDO
FINGIDO
MUNDO
FINGIDO
• El mundo voluntario de don Quijote hace que este transforme la
realidad que le rodea: ve gigantes donde hay molinos, ejércitos
donde hay rebaños, etc..
MUNDO
TRANSFORMADO
MUNDO
TRANSFORMADO
• Una serie de personajes “siguen la corriente” a don Quijote,
aparentan creer que el mundo transformado es el real. Unos lo
hacen para reírse de él (el ventero, los condes…) otros para intentar
curarlo (el bachiller Sansón Carrasco, el cura…)
MUNDO “REAL”MUNDO “REAL” • El mundo “real”, el objetivo del que don Quijote huye a todas horas.
SANCHO PANZASANCHO PANZA
Representa al hombre llano, con una enorme
sabiduría popular, práctico y materialista. Es lo
opuesto a su amo: bajo y barrigudo, prudente,
analfabeto, casado y pacífico. Acepta servir a don
Quijote por su simpleza y por la recompensa
prometida de una ínsula.
El personaje, síntesis del tonto de la tradición
folclórica, del bobo del teatro y parodia del
escudero de las narraciones caballerescas, se
transforma durante la narración en un ser
complejo, independiente, que duda y cree, miente
y es engañado, ríe y llora, se muestra discreto y
tonto; pero es siempre bueno y compasivo
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.6. Los personajes
214
NARRADOR PRINCIPALNARRADOR PRINCIPAL AUTORES FICTICIOSAUTORES FICTICIOS NARRADORES
PERSONAJES
NARRADORES
PERSONAJES
Cuenta desde un nivel superior y
externo a la historia, es
omnisciente y, en ocasiones,
usa la primera persona para
designarse a sí mismo como
responsable directo de lo
narrado
“En un lugar de La Mancha, de
cuyo nombre no quiero acordarme…”.
En los primeros ocho capítulos,
el narrador alude a diversas
fuentes de información: los
distintos “autores que de este
caso escriben” y unos supuestos
“anales de La Mancha”. En el
capítulo IX se introduce como
personaje para contar cómo
encontró y editó el manuscrito
de don Quijote.
El narrador interrumpe el relato
en un momento clave de un
episodio (en plena pelea con un
vizcaíno) y dice que aquí se
acaba el documento que le
servía de base.
Entonces, el narrador principal
explica que, casualmente, ha
encontrado el texto original en
árabe, de un tal Cide Hamete
Benengeli, y se lo hace traducir
por un morisco aljamiado y así
continúa.
Parodia de los pseudoautores y
traductores que aparecían en las
novelas de caballerías.
Cervantes puede hacer
comentarios a la “traducción”:
distanciamiento irónico.
El narrador principal cede la
palabra a los personajes que
cuentan relatos.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. La narración y los narradores del Quijote
215
El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica del
Renacimiento.
Estilo elevadoEstilo elevado
Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quienes los antiguos pusieron nombre de
dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se
alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces, los que en ella
vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Parodia burlescaParodia burlesca
[…] y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famosos Feliciano
de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entrincadas razones suyas le parecían
de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en
muchas partes donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi
razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra
fermosura. Y también cuando leía: …los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente
con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la
vuestra grandeza.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
216
• El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de
la variedad de estilos típica del Renacimiento.
• En él se combina el estilo elevado propio de la
parodia burlesca, el habla culta con la popular, las
disquisiciones eruditas con los refranes y dichos del
más profundo saber popular, etc.
• Su dominio del castellano fue portentoso; utiliza en
sus obras más de doce mil palabras distintas,
aspecto relevante, ya que una persona culta puede
utilizar entre cinco y seis mil.
• La pluralidad de los mundos que refleja El Quijote
tiene su reflejo en la variedad de los registros
lingüísticos.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
Registro del narrador (Cervantes)Registro del narrador (Cervantes)
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que
vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los
sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las
tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para
las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su
vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina
que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como
tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de
complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.
Quieren decir que tenía el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay
alguna diferencia en los autores que deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles
se deja entender que se llamaba «Quijana». Pero esto importa poco a nuestro cuento:
basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
218
Corresponde a la prosa culta de finales del siglo XVI y principios del XVII, pero sin
afectaciones ni oscuridades innecesarias.
Registro los protagonistasRegistro los protagonistas
—¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia
de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar
esta mi primera salida tan de mañana, desta manera?: «Apenas había el rubicundo Apolo
tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos
cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus harpadas lenguas habían
saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora, que, dejando la
blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los
mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las
ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el
antiguo y conocido campo de Montiel»
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
219
Don Quijote muestra dos estilos: el que corresponde a la imitación de los modelos
caballerescos y el que corresponde al mundo real en el que se mueve:
DON QUIJOTE: imitación de modelos caballerescos
Registro los protagonistasRegistro los protagonistas
–Así es verdad– replicó don Quijote– por lo cual los no de principios nobles deben
acompañar la gravedad del cargo que ejercitan con una blanda suavidad que, guiada por la
prudencia, los libre de la murmuración maliciosa, de quien no hay estado que se escape.
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de
labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más
de ser humilde virtuoso que labrador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja
estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te
pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
220
Don Quijote muestra dos estilos: el que corresponde a la imitación de los modelos
caballerescos y el que corresponde al mundo real en el que se mueve:
DON QUIJOTE: registro propio del mundo real en el que se mueve
Registro los protagonistasRegistro los protagonistas
—Eso Dios lo puede remediar— respondió Sancho—, porque sé más refranes que un libro,
y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen, por salir, unos con otros;
pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Mas yo
tendré cuenta de aquí delante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo; que
en casa llena, presto se guisa la cena; y quien destaja no baraja; y a buen salvo está el que
repica; y el dar y el tener, seso ha de menester.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
221
Sancho muestra un estilo muy distinto a su señor, como corresponde a su diferente
educación y posición social. El habla de Sancho reproduce el vocabulario, los giros y las
expresiones propios de un rústico, así como la riqueza de sentencias manifestada en el
constante empleo de refranes que llega a abrumar a don Quijote.
Registro los demás personajesRegistro los demás personajes
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
222
Cada uno de ellos nos indica por medio de sus palabras su nivel cultural, su estado de
ánimo, su personalidad. En definitiva, los personajes del Quijote quedan perfectamente
individualizados por su forma de hablar.
Dulcinea Aldonza Cura Barbero
Sancha Sanchica Giganres Sansón
Carrasco
RECURSOS DE LA TRADICIÓN ORALRECURSOS DE LA TRADICIÓN ORAL
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
223
Recurso al apóstrofeRecurso al apóstrofe
Ambivalencia del léxicoAmbivalencia del léxico
Sonoridades y ritmosSonoridades y ritmos
Uso de deícticosUso de deícticos
Dualidad de narradoresDualidad de narradores
Proyección del gesto y la imagen.Proyección del gesto y la imagen.
Dramatización del retratoDramatización del retrato
Juegos equívocos de la 1º personaJuegos equívocos de la 1º persona
Atención a las inflexiones de vozAtención a las inflexiones de voz
Técnicas de puesta en escenaTécnicas de puesta en escena
Inciso del narradorInciso del narrador
Cervantes contribuye con todo ello a gestar un nuevo lector entendido y cómplice, a
quien dirige prólogos y preliminares que reclaman su connivencia, que se deja llevar,
pero no engañar, por tantos embaucadores cervantinos maestros en el arte de hablar —
Cide Hamete Benengeli, el ficticio y burlón narrador arábigo que, supuestamente,
escribe casi toda la novela—.
Estamos ya ante la creación del lector moderno:
un lector escéptico que erigirá la duda en sistema.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.7. Lenguaje y estilo
224
Existía un anónimo Entremés de los
romances, en el que un ignorante
labrador perdía la razón leyendo el
Romancero, e imitaba las hazañas de
sus heroicos personajes.
Cervantes lo leyó, probablemente, y
pensó escribir una novela corta en la que
el protagonista enloqueciera leyendo
libros de caballerías, pues en un principio
su objetivo era precisamente censurar
estas novelas.
Cervantes lo leyó, probablemente, y
pensó escribir una novela corta en la que
el protagonista enloqueciera leyendo
libros de caballerías, pues en un principio
su objetivo era precisamente censurar
estas novelas.
“No ha sido otro mi deseo que poner en
aborrecimiento de los hombres las fingidas y
disparatadas historias de los libros de
caballerías”.
“No ha sido otro mi deseo que poner en
aborrecimiento de los hombres las fingidas y
disparatadas historias de los libros de
caballerías”.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.9. Propósito de la novela
225
Cervantes, como muchos moralistas de la
época, consideraba que estas novelas
estaban mal escritas, narraban hechos
inverosímiles y eran obscenas.
Los libros de caballerías tuvieron un enorme
auge tanto entre los lectores cultos (Carlos V,
Lope de Vega, San Ignacio de Loyola, Santa
Teresa… eran ávidos lectores de este tipo de
obras) como entre el pueblo iletrado. Se dieron
casos, incluso, de personas que enloquecieron
leyendo el Amadís y otras novelas de
caballerías.
Los libros de caballerías tuvieron un enorme
auge tanto entre los lectores cultos (Carlos V,
Lope de Vega, San Ignacio de Loyola, Santa
Teresa… eran ávidos lectores de este tipo de
obras) como entre el pueblo iletrado. Se dieron
casos, incluso, de personas que enloquecieron
leyendo el Amadís y otras novelas de
caballerías.
Por estas razones, Cervantes se
propuso acabar con este tipo de
novelas y lo consiguió. Tras la
publicación del Quijote, ya no se
publicarán más. Sin embargo, el
propósito del autor quedó rebasado
por su obra, porque ésta es mucho
más que una sátira de estos libros.
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
5.3.9. Propósito de la novela
226
En su épocaEn su época
El Quijote tuvo un éxito fulminante. Se leyó como un libro cómico, cuya
trascendencia quedaba tal vez limitada a ser una parodia regocijante de las
novelas de caballerías, tan conocidas y tan actuales.
Siglo XVIIISiglo XVIII
Los lectores y los críticos lo consideran ya como una obra clásica y un modelo
de lenguaje. Los españoles se sienten orgullosos de la novela, que
numerosos críticos extranjeros sitúan ya entre las máximas creaciones del
ingenio humano.
Siglo XIXSiglo XIX
Con el advenimiento del Romanticismo, el Quijote empieza a ser valorado en
profundidad. En aquella época, idealista, el caballero manchego se convierte
en un símbolo del hombre que lucha sólo por el triunfo del espíritu sin que le
arredren los obstáculos: trágica lucha del hombre que, impulsado por sus
ideales generosos, choca con la realidad y fracasa con sus nobles ansias.
Siglo XXSiglo XX
Desde el Romanticismo, las interpretaciones del Quijote se ha sucedido y se
suceden: filósofos, historiadores de las ideas, críticos y políticos vuelven una y
otra vez a él para desentrañar sus complejos mensajes. Y es que el hidalgo y
el escudero encarnan, respectivamente, el impulso ideal y el tosco sentido
común, que coexisten en el corazón del hombre
5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES
5.3. EL QUIJOTE
Trascendencia del Quijote
227
TEXTOS DEL QUIJOTE
228
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que
vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los
sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las
tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para
las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su
vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina
que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como
tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de
complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.
Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna
diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque por conjeturas verosímiles se
deja entender que se llamaba Quejana. Pero esto importa poco a nuestro cuento; basta
que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
CAPÍTULO 1
229
Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran
los más del año— se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó
casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a
tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de
sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos
cuantos pudo haber dellos; y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que
compuso el famosos Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas
entrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos
requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes donde en muchas partes hallaba
escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón
enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: …los
altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen
merecedora de/ merecimiento que merece /a vuestra grandeza.
CAPÍTULO 1
230
En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de
claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le
secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo
aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas,
desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de
tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas
soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
[…]
CAPÍTULO 1
231
En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio
loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su
honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el
mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que
él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de
agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno
nombre y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo, por lo menos,
del imperio de Trapisonda; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del
extraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo
primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas
de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un
rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vio que tenían una gran falta, y era
que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria,
porque de cartones hizo un modo de media celada que, encajada con el morrión, hacían
una apariencia de celada entera. Es verdad que para probar si era fuerte y podía estar al
riesgo de una cuchillada, sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un
punto deshizo lo que había hecho en una semana; y no dejó de parecerle mal la facilidad
con que la había hecho pedazos, y, por asegurarse deste peligro, la tornó a hacer de
nuevo, poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera, que él quedó
satisfecho de su fortaleza, y sin querer hacer nueva experiencia della, la diputó y tuvo por
celada finísima de encaje.
CAPÍTULO 1
232
Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el
caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro
ni Babieca el del Cid con él se igualaban. Cuatro días se le pasaron en imaginar qué
nombre le pondría, porque —según se decía él a sí mesmo— no era razón que caballo de
caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y ansí,
procuraba acomadársele de manera, que declarase quién había sido antes que fuese de
caballero andante, y lo que era entonces; pues estaba muy puesto en razón que, mudando
su señor estado, mudase él también el nombre, y le cobrase famoso y de estruendo, como
convenía a la nueva orden y al nuevo ejercicio que ya profesaba; y así después de muchos
nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e
imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre , a su parecer, alto, sonoro y
significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo qu ahora era, que era antes
y primero de todos los rocines del mundo.
CAPÍTULO 1
233
Puesto nombre, y tan a su gusto, a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este
pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote; de donde, como
queda dicho, tomaron ocasión los autores desta tan verdadera historia que, sin duda, se
debía llamar Quijada, y no Quesada, como otros quisieron decir. Pero, acordándose que el
valeroso Amadís no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que
añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamó Amadís de Gaula,
así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote
de la Mancha, con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba
con tomar el sobrenombre della.
CAPÍTULO 1
234
Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y
confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una
dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y
sin fruto y cuerpo sin alma. Decíase él a sí:
— Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena suerte, me encuentro por ahí con
algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un
encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien
tener a quien enviarle presentado y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora,
y diga con voz humilde y rendido: “Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la
ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado
caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra
merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante”?
¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso, y más
cuando halló a quien dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar
cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo
anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello.
Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus
pensamientos, y buscándole nombre que no desdijere mucho del suyo y que tirase y se
encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era
natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos
los demás que a él y a sus cosas había puesto.
CAPÍTULO 1
235
En esto, oyeron un gran ruido en el aposento, y que don Quijote decía a voces:
—¡Tente, ladrón, malandrín, follón; que aquí te tengo, y no te ha de valer tu cimitarra!
Y parecía que daba grandes cuchilladas por las paredes. Y dijo Sancho:
—No tienen que pararse a escuchar, sino entren a despartir la pelea, o a ayudar a mi amo;
aunque ya no será menester, porque, sin duda alguna, el gigante ya está muerto, y dando
cuenta a Dios de su pasada y mala vida; que yo vi correr la sangre por el suelo, y la
cabeza cortada y caída a un lado, que es tamaña como un gran cuero de vino.
—Que me maten— dijo a esta sazón el ventero— si dijo don Quijote, o don diablo, no ha
dado alguna cuchillada en alguno de los cueros de vino tinto que a su cabecera estaban
llenos, y el vino derramado debe de ser lo que parece sangre a este buen hombre.
Y con esto, entró en el aposento, y todos tras él, y hallaron a don Quijote en el más extraño
traje del mundo. Estaba en camisa, a cual no era nada cumplida, que por delante le
acabase de cubrir los muslos, y por detrás tenía seis dedos menos; las piernas eran muy
largas y flacas, llenas de vello y no nada limpias; tenía en la cabeza un bonetillo colorado,
grasiento, que era del ventero. En el brazo izquierdo tenía revuelta la manta de la cama,
con quien tenía ojeriza Sancho, y él se sabía bien el porqué, y en la derecha,
desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas a todas partes, diciendo palabras
como si verdaderamente estuviera peleando con algún gigante. Y es lo bueno que no tenía
los ojos abiertos, porque estaba durmiendo y soñando que estaba en batalla con el
gigante; que fue tan intensa la imaginación de la aventura que iba a fenecer, que le hizo
soñar que ya había llegado al reino de Micomicón, y que ya estaba en la pelea con su
enemigo. Y había dado tantas cuchilladas en los cueros, creyendo que las daba en el
gigante, que todo el aposento estaba lleno de vino.
CAPÍTULO 35
236
Fue recogido de los cabreros con buen ánimo, y, habiendo Sancho, lo mejor que pudo
acomodado a Rocinante y a su jumento, se fue tras el olor que despedían de sí ciertos
tasajos de cabra que hirviendo al fuego en un caldero estaban; y aunque él quisiera en
aquel mismo punto ver si estaban en sazón de trasladarlos del caldero al estómago, lo
dejó de hacer, porque los cabreros los quitaron del fuego y, tendiendo por el suelo unas
pieles de ovejas, aderezaron con mucha prisa su rústica mesa y convidaron a los dos, con
muestras de muy buena voluntad, con lo que tenían. Sentáronse a la redonda de las
pieles seis de ellos, que eran los que en la majada había, habiendo primero con groseras
ceremonias rogado a don Quijote que se sentase sobre un dornajo que vuelto del revés
le pusieron. Sentóse don Quijote, y quedábase Sancho en pie para servirle la copa, que
era hecha de cuerno. Viéndole en pie su amo, le dijo:
—Porque veas, Sancho, el bien que en sí encierra la andante caballería y cuán a pique
están los que en cualquiera ministerio de ella se ejercitan de venir brevemente a ser
honrados y estimados del mundo, quiero que aquí a mi lado y en compañía de esta buena
gente te sientes, y que seas una misma cosa conmigo, que soy tu amo y natural señor;
que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere, porque de la caballería andante se
puede decir lo mesmo que del amor se dice: que todas las cosas iguala .
P. 302 Libro
237
—¡Gran merced! —dijo Sancho—; pero sé decir a vuestra merced que como yo tuviese
bien de comer, tan bien y mejor me lo comería en pie y a mis solas como sentado a par
de un emperador. Y aun, si va a decir verdad, mucho mejor me sabe lo que como en mi
rincón sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras
mesas donde me sea forzoso mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no
estornudar ni toser si me viene gana, ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad
traen consigo. Así que, señor mío, estas honras que vuestra merced quiere darme por ser
ministro y adherente de la caballería andante, como lo soy siendo escudero de vuestra
merced, conviértalas en otras cosas que me sean de más cómodo y provecho; que estas,
aunque las doy por bien recibidas, las renuncio para desde aquí al fin del mundo. […]
No entendían los cabreros aquella jerigonza de escuderos y de caballeros andantes, y no
hacían otra cosa que comer y callar y mirar a sus huéspedes, que con mucho donaire y
gana embaulaban tasajo como el puño. Acabado el servicio de carne, tendieron sobre las
zaleas gran cantidad de bellotas avellanadas, y juntamente pusieron un medio queso,
más duro que si fuera hecho de argamasa. No estaba, en esto, ocioso el cuerno, porque
andaba a la redonda tan a menudo ya lleno, ya vacío, como arcaduz de noria, que
con facilidad vació un zaque de dos que estaban de manifiesto. Después que don Quijote
hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas
atentamente, soltó la voz a semejantes razones:
P. 302 Libro238
—Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de
dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima,
se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella
vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las
cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro
trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les
estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos,
en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. […] Todo era paz
entonces, todo amistad, todo concordia […] Entonces sí que andaban las simples y
hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más
vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad
quiere y ha querido siempre que se cubra, y no eran sus adornos de los que ahora se
usan, […] sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra entretejidas, con lo que
quizá iban tan pomposas y compuestas como van ahora nuestras cortesanas con las
raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado. Entonces se
decoraban los conceptos amorosos del alma simple y sencillamente, del mismo modo y
manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos.
No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia
se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los
del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. La ley del encaje aún no
se había sentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había qué juzgar ni
quién fuese juzgado.
P. 302 Libro239
6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.1. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI
• El desarrollo del género teatral manifiesta un
notable vigor durante el siglo XVI.
• Desde fines del siglo XV los textos dramáticos
conservados aumentan notablemente y en la
primera mitad del XVI autores como JUAN DEL
ENCINA componen obras muy significativas.
• Discípulos de Juan del Encina fue LUCAS
FERNÁNDEZ, autor de dramas todavía muy
próximos al teatro medieval, como es el caso de
su Auto de la pasión.
240
GIL VICENTE
• Es un escritor portugués que, además de
en su lengua nativa, escribió también en
castellano.
• En su producción alternan las obras de
índole religiosa:
• Trilogía de las barcas
• Auto de la Sibila Casandra
• Con las obras de tipo profano:
• Don Duardos
• Destaca en su obra:
• La sátira antieclesiástica
• La incorporación de elementos
folclóricos.
• Su notable sensibilidad lírica en los
poemas y canciones que incluye en
sus dramas.
6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.1. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI
241
BARTOLOMÉ DE TORRES NAHARRO
• Dividió sus propias obras en:
• Comedias a noticia: de carácter
realista:
• Soldadesca
• Tinellaria
• Comedias a fantasía: de carácter
más imaginativo:
• Serafina
• Himenea
• Son rasgos de su teatro:
• La variedad de tipos y clases sociales
• Dominio del diálogo y las técnicas
dramáticas.
• Jovial vitalismo
• Anticlericalismo
6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.1. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI
242
• Se produce la consolidación del fenómeno teatral y la
desaparición de los contenidos satíricos por la censura
de la Inquisición.
• Continúan las muestras de teatro religioso medieval,
como demuestra el Códice de autos viejos: casi un
centenar de piezas dramáticas, anónimas en su mayoría,
de temas religiosos y alegóricos.
• Obras de carácter religioso y profano representado en
iglesias, palacios o en la calle en determinadas fiestas
religiosas.
• Obras de teatro popular representado en pueblos y
ciudades y puesto en escena en corrales de comedias
que van surgiendo en las ciudades más importantes a
partir de 1570 y que serán el centro de las destacadísima
actividad teatral del siglo XVII.
• Se mantiene el teatro clásico grecolatino en
universidades y colegios.
6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI
243
LOPE DE RUEDA
• Dentro de este teatro sobresale la figura de Lope de
Rueda.
• Actor, director de escena y autor al mismo tiempo,
escribió muchas comedias en prosa al modo italiano,
pero introdujo muchas novedades, como la utilización
de numerosos elementos cómicos para adaptar la
comedia culta italiana al ambiente popular en que se
representaban las obras.
• Muy conocidos son sus pasos, breves piezas
cómicas representadas en los entreactos de las
comedias, cuyo éxito popular se debe a su cercanía al
folclore.
• Los pasos de Lope de Rueda darán lugar a los
entremeses, caracterizados por su brevedad, su
comicidad y el dominio del lenguaje. Pasos= entremeses
Los entremeses son obras breves y
cómicas. El tema principal es el amor y
la muer es un personaje activo central.
Es fundamental el lenguaje.
Pasos= entremeses
Los entremeses son obras breves y
cómicas. El tema principal es el amor y
la muer es un personaje activo central.
Es fundamental el lenguaje.
6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI
244
• En el florecimiento del teatro español que lleva hasta Lope de Vega y los dramaturgos del
XVII tuvo gran importancia la actividad teatral en Sevilla y Valencia a fines del siglo XVI
• Los autores valencianos incorporaron a sus obras muchos elementos (asuntos de la
historia nacional, temas locales, tono costumbrista, aproximación al gusto popular…) que
después aprovechó Lope de Vega.
• Otros autores como el mismo Cervantes o Juan de la Cueva también contribuyeron al
auge del teatro.
6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI
245

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Literatura Renacimiento completa

  • 2. LA LITERATURA RENACENTISTA: CONTENIDOSLA LITERATURA RENACENTISTA: CONTENIDOS EL SIGLO XVI La sociedad del siglo XVI España en el siglo XVI El Renacimiento EL SIGLO XVI La sociedad del siglo XVI España en el siglo XVI El Renacimiento LA POESÍA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS Nuevos temas Innovaciones formales LA POESÍA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS Nuevos temas Innovaciones formales PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS Garcilaso de la Vega Fray Luis de León La mística española: san Juan de la Cruz PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS Garcilaso de la Vega Fray Luis de León La mística española: san Juan de la Cruz LA NARRATIVA RENACENTISTA Los libros de pastores o novelas pastoriles Las novelas moriscas Otras novelas La novela picaresca: Lazarillo de Tormes LA NARRATIVA RENACENTISTA Los libros de pastores o novelas pastoriles Las novelas moriscas Otras novelas La novela picaresca: Lazarillo de Tormes MIGUEL DE CERVANTES Biografía Obra El Quijote MIGUEL DE CERVANTES Biografía Obra El Quijote EL TEATRO RENACENTISTA Primera mitad del siglo XVI Segunda mitad del siglo XVI EL TEATRO RENACENTISTA Primera mitad del siglo XVI Segunda mitad del siglo XVI 2
  • 3. 1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI  El capitalismo sustituyó al feudalismo en muchos lugares de Europa.  El campesino medieval que pagaba al señor con el fruto de su trabajo es reemplazado por el obrero que trabajaba por un salario.  El trabajo de los hombres se convierte en mercancía.  El dinero se convierte en la fuerza que todo lo mueve. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 3
  • 4.  Auge de las ciudades, donde es más fácil que circule el dinero.  Auge del comercio y la circulación monetaria con el consiguiente auge de las vías y los medios de comunicación  Importancia cada vez mayor de los bancos, las sociedades mercantiles, las explotaciones industriales, etc. 1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 4
  • 5. REY NOBLEZA CLERO PUEBLO LLANO El rey aumenta su poder. Se crean los Estados La nobleza se acomoda a los nuevos tiempos. Imita a la burguesía Mantiene su poder La burguesía, poseedora de la riqueza, quiere el poder 1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 5
  • 6. FUERTES CONFLICTOS Todas estas transformaciones se producen con fuertes conflictos: revoluciones de campesinos, guerras entre naciones, etc. 1.1. LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 6
  • 7. CRONOLOGÍA 1516 1517 1519 1520 1545 Inicio del reinado de Carlos I de España y V de Alemania. Inicio de la Reforma protestante El alemán Martín Lutero expone sus 95 tesis en las que critica a la Iglesia Católica y pide cambios. Carlos I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico El emperador deberá luchar por la unidad del imperio contra turcos y protestantes alemanes. Guerra de las Comunidades Los comuneros se rebelan en Castilla en un intento de limitar el poder de la nobleza. Concilio de Trento Organiza la Contrarreforma católica para frenar la expansión protestante y fijar los principios del cato licismo 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 7
  • 8. 1547 1555 1556 1571 1588 Guerra contra los protestantes. Las tropas imperiales triunfan en la batalla de Mülhberg. Paz de Augsburgo Este acuerdo establece la libertad religiosa de los estados del Imperio. Inicio del reinado de Felipe II. Tras la abdicación de su padre, Felipe II hereda todos los territorios menos el Imperio Batalla de Lepanto Victoria de la alianza cristiana sobre los turcos en el golfo de Lepanto. Derrota de la Gran Armada Invencible Destruida frente a las costas inglesas. CRONOLOGÍA 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 8
  • 9. EL IMPERIO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 9
  • 10. EL IMPERIO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVI 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 10
  • 11. • La vida en España era difícil y abundaban los mendigos y los vagabundos, como se puede comprobar en el Lazarillo de Tormes. SITUACIÓN SOCIAL 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 11
  • 12. Los nobles siguen ocupando el rango más alto en el escalafón social, pero hay muchas diferencias entre la alta nobleza y la baja nobleza. Todos desean ser nobles para gozar de los privilegios de la nobleza. SITUACIÓN SOCIAL 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 12
  • 13. LAS MINORÍAS RELIGIOSAS Uno de los grandes problemas sociales de España era el de las minorías religiosas de judíos y moriscos. Gran parte de ellos abandonaron España tras el decreto de expulsión, los que quedaron se convirtieron en conversos que, en ocasiones, seguían practicando su religión en secreto. Los conversos o cristianos nuevos fueron discriminados por los cristianos viejos y muchas veces fueron perseguidos por la Inquisición. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 13
  • 14. LA HONRA El sentimiento de la honra, consistía en la apreciación pública de los méritos de una persona. La amenaza de deshonra exigía una vigilancia constante, y, en caso de producirse, se justificaba el recurso a la violencia. La honra de los hombres dependía, en ocasiones, de la conducta de las mujeres, quienes eran consideradas una posesión masculina y sobre las que se podía ejercer el control y la violencia. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 14
  • 15. LA MONARQUÍA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVI 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 15
  • 16. REINADO DE CARLOS V (1517-1556) • España está abierta a Europa y a sus líneas ideológicas y vitales. • Se generalizan el conocimiento y la imitación de modelos grecolatinos. • La poesía entra en la corriente italianizante. • Se incorporan las ideas platónicas • La moral pagana se manifiesta en una oleada de sensualidad. • Gran preocupación religiosa. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 16
  • 17. LA LITERATURA EN EL REINADO DE CARLOS V (1517-1556) 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 17
  • 18. REINADO DE FELIPE II • España se cierra frente a Europa para evitar influencias de la Reforma protestante. • La Contrarreforma marca una etapa de esplendor de la literatura ascética y mística. • El vitalismo de la etapa anterior va adquiriendo un tono grave y un definitivo carácter nacional 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 18
  • 19. LA LITERATURA EN TIEMPOS DE FELIPE II 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.2. ESPAÑA EN EL SIGLO XVI 19
  • 20. • El término Renacimiento define el periodo cultural posterior a la Edad Media, cuando renace el interés por los autores griegos y latinos. • La cultura, las letras y las ciencias son una necesidad de los tiempos, favorecen el desarrollo comercial y son muy útiles para el gobierno de los Estados. • Así los reyes conceden privilegios a las Universidades porque cumplen una función imprescindible: en ellas se forman juristas, médicos, etc. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 20
  • 21. 1.3.1. EL HUMANISMO Homo sum: nihil humanum alienum mihi puto. TERENCIOTERENCIO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 21
  • 22. Soy un hombre: nada de lo humano considero ajeno. TERENCIOTERENCIO 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 22
  • 23. El Humanismo afirma la posición central del hombre en el cosmos, hasta el punto de ser él mismo un microcosmos, un ser en el que todo el universo está reproducido en miniatura. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 23
  • 24. El Humanismo inicia un nuevo sistema de valores inspirado en el mundo clásico (Grecia y Roma): un pensamiento, un arte y una literatura centrados en lo humano. Platón Filosofía Herodoto Tucídides Séneca Plauto Horacio Catulo Ovidio Terencio Tito Livio Salustio 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 24
  • 25. El Humanismo fue un auténtico movimiento liberador del hombre en todos los órdenes. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 25
  • 26. La asimilación de los clásicos no será pasiva, genera un proceso creador, que, partiendo de ellos, los supera. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 26
  • 27. Así conducirá a una vida feliz, al goce de lo natural, a la admiración de la virtud, a la activa participación en los negocios humanos con un sentido de la justicia y de la libertad. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 27
  • 28. Ello explica el vitalismo del arte y la literatura renacentistas y el esplendor de cortes y palacios, con sus fiestas y sus lujos. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 28
  • 29. Se canta al amor y a los placeres, en una sociedad alejada de lo medieval. Es una época de optimismo. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 29
  • 30. • Se abandona la idea medieval del mundo como un valle de lágrimas. • La naturaleza es ahora sentida como un lugar de placer. De ahí el tópico renacentista del Carpe diem!. • La naturaleza es ahora modelo de belleza. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 30
  • 31. El movimiento humanístico se extendió por toda Europa gracias a los intelectuales y artistas que iban a estudiar a Italia y regresaban a sus países, a los numeroso italianos que enseñaban en naciones extranjeras y por los intercambios de personas que se producían. DANTE ALIGHIERI Autor de la Divina Comedia FRANCESCO PETRARCA Escribió el Cancionero dedicado a su amada Laura GIOVANNI BOCCACCIO Autor del Decamerón 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 31
  • 32. • Importancia decisiva para la difusión del Humanismo va a tener la invención de la imprenta por el alemán Gutenberg (1400-1468). • Para muchos humanistas este va a ser un hecho providencial ya que permitió el acceso a libros a mayor parte de la población y la secularización de la cultura. 1.3.1. EL HUMANISMO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 32
  • 33. 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 33
  • 34. 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 34
  • 35. CULTO A LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA El mundo clásico descansa sobre una concepción antropocéntrica y materialista de la vida 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 35
  • 36. CULTO A LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA El verdadero humanista ambiciona equipararse a los clásicos, creando una obra comparable a la que ellos realizaron. De esa admiración nace la defensa del latín y de las lenguas vernáculas como medio más natural de expresión. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 36 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
  • 37. ANTROPOCENTRISMO Y RACIONALISMO • El Renacimiento sitúa al hombre en el centro del mundo. • El hombre renacentista se siente capaz de dominar el mundo (inventos, descubrimientos…) y de controlar su propia existencia. • Se exalta el poder de la razón y la inteligencia, que convierten al hombre en un ser superior. • La idea de la época es que la razón debe dominar a la pasión mediante el equilibrio y la mesura. • La visión totalizadora del hombre dio lugar al concepto del CORTESANO: hombre que destaca en las armas y en las letras. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 37 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
  • 38. NEOPLATONISMO • La filosofía de Platón dominó sobre el aristotelismo medieval. • Este neoplatonismo señala que la belleza de los seres naturales y materiales es un reflejo de la belleza divina. • Según Platón, existe un “mundo de las ideas” donde reside la esencia ideal, perfecta, de cada cosa existente. La belleza de un objeto natural o artificial será mayor cuanto más se parezca a la esencia ideal. En la Edad Media esa idea se cristianizó y se convirtió el mundo de las ideas en algo parecido al cielo. • El neoplatonismo va a ser básico en la consideración nueva del amor. Al defender la belleza de los seres naturales como reflejo de la divina, el amor a lo individual nos lleva al amor a Dios. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 38 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
  • 40. NUEVO CONCEPTO DE BELLEZA EQUILIBRIO ARMONÍA CONTENCIÓN SERENIDAD 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 40 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
  • 41. NUEVA RELIGIOSIDAD •Se desarrolla un tipo de religiosidad íntima y sincera, que centraba la vida religiosa en la pureza de costumbres y atribuía un valor secundario a las ceremonias externas. • Este deseo de renovación dio lugar a la Reforma Protestante que discrepaba abiertamente de la Iglesia Católica La figura de Erasmo de Rotterdam fue clave en la nueva religiosidad Lutero 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 41 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO Calvino
  • 42. NUEVA RELIGIOSIDAD •En respuesta a la Reforma protestante, la Iglesia Católica inició la Contrarreforma. • A partir del Concilio de Trento, la Inquisición española será inflexible y perseguirá todas las ideas consideradas sospechosas. 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 42
  • 43. NUEVA RELIGIOSIDAD • Así, en 1558 se prohíbe a los españoles seguir estudios en universidades europeas. 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 43 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO
  • 44. NUEVA RELIGIOSIDAD • En 1559 se publica el Índice de libros prohibidos. •Comienza entonces la censura de libros, que tenían pasar un control previo antes de ser publicados. • Los libros se consideran peligrosos medios de difusión de ideas, por lo que se persiguen con saña a libros y pensadores. 1.3.2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL RENACIMIENTO 1. EL SIGLO XVI1. EL SIGLO XVI 1.3. EL RENACIMIENTO 44
  • 45. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 45
  • 46. AMOR • El tema habitual de la poesía renacentista es el amor, influido por la lírica del amor cortés, cultivado por los trovadores, por la poesía petrarquista y la filosofía neoplatónica, los poetas conciben ahora el amor como una virtud que hace mejores a los seres humanos. • Mediante al amor el hombre se eleva de lo material a lo inmaterial, superando la sensualidad, que es pura “materia”, la contemplación de la belleza femenina le permite llegar al conocimiento de la Belleza Absoluta. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 46
  • 47. AMOR • Pero el amor se presenta también como un intenso anhelo insatisfecho, fuente de melancolía y tristeza, y un doloroso impulso lleno de espiritualidad. •Se profundiza en los sentimientos llegando a un fino análisis de los estados de ánimo y se descubre la belleza del cuerpo humano. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 47
  • 48. TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE” La mujer se idealiza como reflejo de la belleza divina y se describe mediante el tópico “descriptio puellae” (descripción de la muchacha). Se trata de una descripción de la mujer que sigue una serie de normas. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 48
  • 49. TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE” 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 49 La descripción se realiza de arriba abajo (cabeza, rostro, cuello, brazos, manos, torso y piernas, aunque con mucha frecuencia se detienen en el cuello). En la cabeza, el cabello es rubio y da pie a una serie de imágenes constantes: cabellos de oro, cabellos como oro… Si el cabello es blanco (signo de vejez) las imágenes son plata o nieve. En el rostro, los ojos son aludidos como soles, independientemente de su color. Se valoran más los azules (cielo) o verdes (mar), pero también se alaban los ojos oscuros. El color de la cara es siempre blanco. Esto da pie a imágenes de nieve o de flores blancas (azucenas, lirios…) El color de las mejillas es el rosa (se alude a la flor) y contrasta con el blanco del resto de la luz. Los labios son rojos, es decir, claveles, corales, granas, rubíes. Los dientes, nacarados, aportan la imagen de las perlas.
  • 50. TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE” 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 50 En el cuello (y en el resto del cuerpo, especialmente las manos) también se valora el color blanco, lo cual trae la imagen del marfil, del alabastro o del cristal. En el cuello (y en el resto del cuerpo, especialmente las manos) también se valora el color blanco, lo cual trae la imagen del marfil, del alabastro o del cristal. Elementos cálidos vinculados con la pasión Elementos cálidos vinculados con la pasión Labios rojos Mejillas rosas Cabellos de oro Elementos fríos vinculados con la pureza Ojos azules, verdes o grises Piel blanca Dientes blancos Fuego Calor Pasión Tormenta Volcán Fuego Calor Pasión Tormenta Volcán Hielo Frío Pureza Castidad Contención Hielo Frío Pureza Castidad Contención
  • 51. TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE” 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 51 A toda esta belleza, Dante y Petrarca añaden un componente espiritual y convierten a la mujer en la donna angelicata, mujer ángel, cuyo amor hace brotar en el hombre no los instintos carnales sino el deseo de superarse a sí mismo. A toda esta belleza, Dante y Petrarca añaden un componente espiritual y convierten a la mujer en la donna angelicata, mujer ángel, cuyo amor hace brotar en el hombre no los instintos carnales sino el deseo de superarse a sí mismo.
  • 52. TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: “DESCRIPTIO PUELLAE” 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 52
  • 53. TÓPICOS VINCULADOS CON EL AMOR: CARPE DIEM y COLLIGE, VIRGO, ROSAS 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 53 • La belleza femenina da pie a otros dos tópicos muy conocidos, el Carpe diem (Disfruta cada día) y Collige, virgo, rosas (Muchacha, corta las rosas). • En ambos, el poeta anima a una mujer joven y bella a que aproveche la juventud y la belleza mientras estas duren, ya que el tiempo de los placeres es muy breve. • Se identifica la juventud y la belleza con las estaciones (la primavera es la juventud, el otoño o el invierno, la vejez) o con las flores, en especial la rosa, cuya belleza dura poco. • La belleza femenina da pie a otros dos tópicos muy conocidos, el Carpe diem (Disfruta cada día) y Collige, virgo, rosas (Muchacha, corta las rosas). • En ambos, el poeta anima a una mujer joven y bella a que aproveche la juventud y la belleza mientras estas duren, ya que el tiempo de los placeres es muy breve. • Se identifica la juventud y la belleza con las estaciones (la primavera es la juventud, el otoño o el invierno, la vejez) o con las flores, en especial la rosa, cuya belleza dura poco.
  • 54. TÓPICOS SOBRE VARONES: FORTITUDO ET SAPIENTIA 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 54 • Para alabar a los varones el tópico renacentista es Sapientia et fortitudo (Sabiduría y valor), es decir, la mezcla del soldado y el estudioso. • Se valora que los hombres cultiven tanto su físico (con la danza, la caza o la guerra) como el espíritu (con el estudio, la creación literaria, el canto y la música). • Para alabar a los varones el tópico renacentista es Sapientia et fortitudo (Sabiduría y valor), es decir, la mezcla del soldado y el estudioso. • Se valora que los hombres cultiven tanto su físico (con la danza, la caza o la guerra) como el espíritu (con el estudio, la creación literaria, el canto y la música).
  • 55. La naturaleza, olvidada durante la Edad Media, aparecerá en el Renacimiento bellamente idealizada como reflejo de la Belleza divina y como marco de incidencias amorosas, en armonía y reposo, que contrasta con su agitado espíritu. En la descripción de la naturaleza se sigue el tópico del LOCUS AMOENUS (lugar agradable) , procedente de Virgilio, que describre una naturaleza ideal, armónica y reposada con unas carácterísticas fijas: arboleda, sombras, corrientes de aguas cristalinas, flores, serenidad climatológica, prados de hierba fresca… En la descripción de la naturaleza se sigue el tópico del LOCUS AMOENUS (lugar agradable) , procedente de Virgilio, que describre una naturaleza ideal, armónica y reposada con unas carácterísticas fijas: arboleda, sombras, corrientes de aguas cristalinas, flores, serenidad climatológica, prados de hierba fresca… 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS LA NATURALEZA 55
  • 56. TÓPICOS VINCULADOS CON LA NATURALEZA Y LA ALABANZA DE LA VIDA SENCILLA: BEATUS ILLE y AUREA MEDIOCRITAS • Relacionado con la descripción de la naturaleza están los tópicos de la alabanza de la vida sencilla: Beatus ille y Aurea mediocritas. • Fuera de la literatura bucólica y pastoril, el campo y la aldea se contraponen a la ciudad y la Corte como un refugio de paz frente a los embates de la vida. • El tópico de la Aurea mediocritas (la feliz mediocridad) alaba la vida sin riquezas ni ambiciones, pero tranquila frente a las preocupaciones del rico. • Junto a este tópico, el Beatus ille (Feliz aquel) muestra la añoranza de la vida apartada del mundo, generalmente en contacto con la naturaleza, lugar apropiado para encontrar la paz y la armonía. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS LA NATURALEZA 56
  • 57. Los mitos sustituyen a las alegorías de la Edad Media y son utilizados como símbolos de las fuerzas de la Naturaleza y de la pasión amorosa. La principal influencia serán las Metamorfosis de Ovidio Orfeo y Eurídice Apolo y Dafne Venus y Adonis LA MITOLOGÍA 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 57
  • 58. LA RELIGIÓN Durante el primer Renacimiento (época de Carlos I) la literatura y arte se paganizan. A partir del reinado de Felipe II, aunque se mantienen los temas renacentistas, aparece también el sentimiento religioso a través de la literatura mística y ascética. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 1.2. TEMAS 58
  • 59. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 2.2. INNOVACIONES FORMALES 59
  • 60. POESÍA LÍRICA Églogas: poemas protagonizados por pastores/poetas cortesanos que dialogan acerca del amor. Garcilaso de la Vega Epístolas en verso: cartas en verso Boscán y Garcilaso Odas: poemas en el que se expresa la admiración exaltada por algo o alguien. Fray Luis, Fernando de Herrera POESÍA ÉPICA Poemas épicos en octavas reales Alonso de Ercilla: La Austriada La Araucana PROSA Novelas Libros de caballerías Amadís de Gaula Novela picaresca Lazarillo de Tormes Novela morisca Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa Novela corta de tipo italiano Novelas Ejemplares Novela pastoril Los siete libros de la Diana Lit. Didáct. Diálogos Diálogo de la lengua TEATRO Teatro religioso: continuador del medieval Teatro popular: festivo y costumbrista Torres Naharro, Gil Vicente, Lope de Rueda Teatro literario: imita la tragedia y comedia clásica 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 2.2. INNOVACIONES FORMALES: NUEVOS GÉNEROS LITERARIOS 60
  • 61. Nuevos metros Endecasílabo (verso de 11 sílabas) Heptasílabo (verso de 7 sílabas) Nuevas estrofas Soneto Poema estrófico de 14 versos compuesto por dos cuartetos y dos tercetos. Lira Estrofa de cinco versos con la estructura 7 a, 11 B, 7 a, 7 b, 11 B Octava real Estrofa de 8 versos de arte mayor: ABABABCC Estancia Propia de la canción. Número variable de versos heptasílabos y endecasílabos cuyo esquema fija el poeta. Silva Serie de versos endecasílabos y heptasílabos que se combinan sin estructura prefijada. 2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS 2.2. INNOVACIONES FORMALES: NUEVOS METROS. NUEVAS ESTROFAS 61
  • 62. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 62
  • 63. Nació en Toledo, en el seno de una familia noble. Fue miembro de la corte de Carlos I. 1526: Tras haberse casado, conoce a Isabel Freyre, la dama que va a inspirarle sus más bellos poemas. 1529-30:Primer viaje a Italia. Contacto con el Humanismo. 1531: Desterrado por el emperador a una isla del Danubio y luego, a Nápoles. 1536: Muere en el asalto a la fortaleza de Muy en La Provenza. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.1. Biografía 63
  • 64. Garcilaso de la Vega fue el prototipo del cortesano renacentista, tal como lo definió Baltasar de Castiglione. Fue un hombre culto, elegante, valeroso y hombre de letras. Vivió, como él mismo dice: “tomando ora la pluma, ora la espada” Su escasa producción literaria cambió el rumbo de la lírica castellana y le otorgó su definitiva configuración. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.1. Biografía 64
  • 65. PRIMERA ETAPA Influencia cancioneril Cultivó una poesía arraigada en el Cancionero. Sus poemas de esta etapa se caracterizan: TEMAS -Silencio intimista. -Austeridad imaginativa. -Desinterés por todo lo exterior. -Influencia de Ausias March. FORMAS - Octosílabos -Practica ya formas italianas. - Artificios cancioneriles: juegos de palabras, antítesis, derivaciones… SEGUNDA ETAPA Influencia del petrarquismo italiano INFLUENCIA DE PETRARCA Garcilaso imitó los temas, el vocabulario, el estilo, el repertorio de imágenes de la belleza y de los elementos de la naturaleza empleadas por Petrarca para retratar a su amada y describir su vivencia amorosa INFLUENCIA DE SANNAZARO La lectura de la Arcadia le llevó a incluir en sus composiciones a pastores caracterizados por su melancolía en un entorno idealizado. El contacto con el Humanismo italiano fomentó la lectura de autores clásicos TERCERA ETAPA Garcilaso no se limita a imitar: encuentra su propia voz poética y alcanza una plenitud en la expresión raras veces conseguidas. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.2. Evolución poética de Garcilaso 65
  • 66. Garcilaso es el definitivo adaptador de las formas italianas, introducidas por su amigo Juan Boscán. Utiliza el endecasílabo italiano y las estrofas y recursos propios de la poesía italiana: - soneto - tercero - canción - lira… Logra una extraordinaria flexibilidad y armonía. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.3. Los metros italianos 66
  • 67. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: Las Églogas 67
  • 68. • Las églogas son composiciones en las que unos pastores exponen sus quejas amorosas en un entorno idealizado (locus amoenus) • Las Églogas condensan toda la riqueza del mundo poético de Garcilaso. • En las Églogas la sinceridad de Garcilaso se aproxima a la confidencia, pese al convencionalismo pastoril. • Fueron compuestas durante su estancia en Nápoles. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: Las Églogas 68
  • 69. ÉGLOGA I Contiene los monólogos de dos pastores, Salicio y Nemoroso. SALICIO Un narrador introduce las tristes quejas de Salicio, quien se lamenta por el rechazo de Galatea. NEMOROSO Llora la muerte de su querida Elisa. Ambos parecen ser el “yo” del poeta, que plantea el debate sobre qué pena es mayor: la del que ha sido rechazado o la del que ha perdido a su amada para siempre. El poeta concluye en una atmósfera de melancolía y afirmación del “dolorido sentir” como condición de la existencia humana. ESTILO Frecuentes exclamaciones y preguntas Énfasis en la ponderación. Descripción hiperbólica del sentimiento amoroso Identificación de la naturaleza con el dolor del poeta. Sincera confesión y contención sobria. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: Las Églogas 69
  • 70. ÉGLOGA II Estructura compleja. Parecida a una obra dramática ALBANIO Se centra en el amor no correspondido de Albanio hacia Camila. Albanio intenta suicidarse y relata sus desventuras. NEMOROSO Además de contar sus experiencias amorosas, elogia las hazañas del duque de Alba, protector del poeta. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: Las Églogas 70
  • 71. ÉGLOGA III Describe un paisaje del Tajo, bellamente idealizado, al que acuden cuatro ninfas que tejen en ricas telas escenas mitológicas de amores trágicos ORFEO Y EURÍDICEORFEO Y EURÍDICE DAFNE Y APOLODAFNE Y APOLO VENUS Y ADONISVENUS Y ADONIS La historia de la muerte de la ninfa ELISA La amada del poeta se introduce equiparando su amor a los grandes amores míticos. La historia de la muerte de la ninfa ELISA La amada del poeta se introduce equiparando su amor a los grandes amores míticos. Amores de Tirreno y AlcinoAmores de Tirreno y Alcino ESTILO Escrita en octavas reales. Soltura en el uso de los recursos literarios Perfecta estructura Mayor distanciamiento y convencionalismo que en la Égloga I. ESTILO Escrita en octavas reales. Soltura en el uso de los recursos literarios Perfecta estructura Mayor distanciamiento y convencionalismo que en la Égloga I. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: Las Églogas 71
  • 72. SALICIO: ¡Oh más dura que el mármol a mis quejas, y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve, Galatea! Estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas: que no hay sin ti el vivir para qué sea. Vergüenza he que me vea ninguno es tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo me avergüenzo ahora. ¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo della salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas , corriendo. […] …..Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba. 72
  • 73. ¡Ay ,cuánto me engañaba! ¡Ay, cuán diferente era y cuán de otra manera lo que en tu falso pecho se escondía! Bien claro con su voz me lo decía la siniestra corneja repitiendo la desventura mía. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena? tus claros ojos ¿a quién los volviste? ¿por quién tan sin respeto me trocaste? Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste? ¿Cuál es el cuello que, como en cadena de tus hermosos brazos anudaste? No hay corazón que baste aunque fuese de piedra viendo mi amada yedra de mí arrancada, en otro muro asida y mi parra en otro olmo entretejida que no se esté con llanto deshaciendo hasta acabar la vida. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] 73
  • 74. ……Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan; los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan, con diferente voz se condolecen y mi morir cantando me adivinan. Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado sueño por escuchar mi llanto triste. Tú sola contra mí te endureciste, los ojos aun siquiera no volviendo a los que tú hiciste. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] 74
  • 75. NEMOROSO Corrientes aguas puras, cristalinas; árboles que os estáis mirando en ellas, verde prado de fresca sombra lleno, aves que aquí sembráis vuestras querellas, hiedra que por los árboles caminas, torciendo el paso por su verde seno; yo me vi tan ajeno del grave mal que siento, que de puro contento con vuestra soledad me recreaba, donde con dulce sueño reposaba, o con el pensamiento discurría por donde no hallaba sino memorias llenas de alegría. Y en este mismo valle, donde agora me entristezco y me canso, en el reposo estuve tan contento y descansado. 75
  • 76. ¡Oh bien caduco, vano y presuroso! Acuérdate durmiendo aquí algún hora, que despertando, a Elisa vi a mi lado, ¡Oh miserable hado! ¡Oh tela delicada antes de tiempo dada a los agudos filos de la muerte! Más convenible fuera aquesta suerte a los cansados años de mi vida, que es más que el hierro fuerte, pues no la ha quebrantado tu partida 76
  • 77. ¿Dó están agora aquellos claros ojos que llevaban tras sí, como colgada, mi alma, doquier que ellos se volvían? ¿Dò está la blanca mano delicada, llena de vencimientos y despojos que de mi mis sentidos le ofrecían? Los cabellos que veían con gran desprecio al oro como a menor tesoro ¿adónde están? ¿adónde el blanco pecho? ¿Dó la columna que el dorado techo con proporción graciosa sostenía? Aquesto todo agora ya se encierra, por desventura mía, en la oscura, desierta y dura tierra. 77
  • 78. Después que nos dejaste nunca pace en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena. No hay bien que en mal no se convierta y mude: la mala hierba al trigo ahoga, y nace en lugar suyo la infelice avena la tierra que de buena gana nos producía flores con que solía quitar en solo verlas mis enojos produce agora en cambio estos abrojos, ya de rigor de espinas intratable: yo hago con mis ojos, crecer, llorando , el fruto miserable. 78
  • 79. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: los Sonetos 79
  • 80. Son 38 sonetos en los que Garcilaso desarrolla básicamente el sentimiento amoroso. Garcilaso habla del amor por una mujer, Elisa, que es la inspiradora de sus versos. Imita a Petrarca, quien dedicó sus versos a su amada Laura. Tanto Petrarca como Garcilaso muestran su melancolía y analizan los sentimientos provocados primero por el amor no correspondido y luego, por la muerte de la amada. La amada apenas se describe físicamente. En sus poemas de madurez aparece la nueva sentimentalidad renacentista, suave y melancólica 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.4. Obra: los Sonetos 80
  • 81. NATURALIDAD ELEGANCIA Lenguaje sencillo Tono dulce, triste y melancólico. Adjetivos antepuestos Dulces prendas, Dulce nido, Triste canto Triste y solitario día Cansados años… Aliteraciones Hipérbatos… Métrica La novedosa métrica, con predominio del endecasílabo, verso muy musical por la combinación de acentos. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.1. GARCILASO DE LA VEGA (1501 h. -1536) 3.1.5. Estilo 81
  • 82. Amor, amor, un hábito vestí el cual de vuestro paño fue cortado; al vestir ancho fue, mas apretado y estrecho cuando estuvo sobre mí. Después acá de lo que consentí, tal arrepentimiento me ha tomado que pruebo alguna vez de congojado, a romper esto en que yo me metí; mas, ¿quién podrá de este hábito librarse, teniendo tan contraria su natura que con él ha venido a conformarse? si alguna parte queda, por ventura, de mi razón, por mí no osa mostrarse, que en tal contradicción no está segura. 82
  • 83. En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. GARCILASO DE LA VEGA En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. GARCILASO DE LA VEGA ¿Dónde cogió el Amor o de qué vena, el oro fino de tu trenza hermosa? ¿En qué espinas halló la tierna rosa del rostro, o en qué prados la azucena? ¿Dónde las blancas perlas con que enfrena la voz suave, honesta y amorosa? ¿Dónde la frente bella y espaciosa, más que el primer albor pura y serena? ¿De cuál esfera en la celeste cumbre eligió el dulce canto que destila al pecho ansioso regalada calma? y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre de aquellos ojos, que la paz tranquila para siempre arrojaron de mi alma? PETRARCA ¿Dónde cogió el Amor o de qué vena, el oro fino de tu trenza hermosa? ¿En qué espinas halló la tierna rosa del rostro, o en qué prados la azucena? ¿Dónde las blancas perlas con que enfrena la voz suave, honesta y amorosa? ¿Dónde la frente bella y espaciosa, más que el primer albor pura y serena? ¿De cuál esfera en la celeste cumbre eligió el dulce canto que destila al pecho ansioso regalada calma? y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre de aquellos ojos, que la paz tranquila para siempre arrojaron de mi alma? PETRARCA Influencia de Petrarca en GarcilasoInfluencia de Petrarca en Garcilaso 83
  • 84. En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena; coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera, por no hacer mudanza en su costumbre. 84
  • 85. En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena; coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera, por no hacer mudanza en su costumbre. Descriptio puellae Carpe diem 85
  • 86. En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena; coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera, por no hacer mudanza en su costumbre. 86
  • 87. En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. ELEMENTOS ROJOS PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR Rosa Mirar ardiente Tempestad Dulce fruto Rosa 87
  • 88. En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. ELEMENTOS ROJOS PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR Rosa Mirar ardiente Tempestad Dulce fruto Rosa ELEMENTOS BLANCOS CASTIDAD, DESDÉN, VEJEZ, FRIALDAD Azucena Mirar honesto Clara luz Cuello blanco Tiempo airado Nieve Viento helado 88
  • 89. Escrito está en mi alma vuestro gesto y cuanto yo escribir de vos deseo: vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto, que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero. 89
  • 90. A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba. . 90
  • 91. A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba! Transformación de la ninfa Alusión a Apolo Alusión general 91
  • 92. A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estabanlos blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían D E A R R I B A A B A J O Elementos humanos A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían Elementos vegetales 92
  • 93. Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba! Alusión perifrástica a Apolo Identificación con el poeta El poeta identifica su propia historia de amor con la historia de amor de Apolo. De esta manera, dignifica su amor al otorgarle valor de mito. Exclamaciones: tono emotivo Vocabulario del campo semántico del dolor: miserable, mal, llorar… Exclamaciones: tono emotivo Vocabulario del campo semántico del dolor: miserable, mal, llorar… Oraciones enunciativas: tono frío. Vocabulario del campo semántico del dolor: Daño, llorar, lágrimas… Oraciones enunciativas: tono frío. Vocabulario del campo semántico del dolor: Daño, llorar, lágrimas… 93
  • 94. Pasando el mar Leandro el animoso, en amoroso fuego todo ardiendo, esforzó el viento, y fuese embraveciendo el agua con un ímpetu furioso. Vencido del trabajo presuroso, contrastar a las ondas no pudiendo, y más del bien que allí perdía muriendo que de su propia vida congojoso, como pudo, esforzó su voz cansada y a las ondas habló de esta manera, mas nunca fue su voz de ellas oída: “Ondas, pues no se excusa que yo muera, dejadme allá llegar, y a la tornada vuestro furor ejecutá en mi vida” 94
  • 95. ODA A LA FLOR DE GNIDO Si de mi baja lira tanto pudiese el son que en un momento aplacase la ira del animoso viento y la furia del mar y el movimiento, y en ásperas montañas con el suave canto enterneciese las fieras alimañas los árboles moviese y al son confusamente los trujese, no pienses que cantado sería de mí, hermosa flor de Gnido, el fiero Marte airado, a muerte convertido, de polvo y sangre y de sudor teñido […] 95
  • 96. Mas solamente aquella fuerza de tu beldad sería cantada, y alguna vez con ella también sería notada el aspereza con que estás armada […] Hablo aquí de aquel cativo de quien tener se debe más cuidado, que está muriendo vivo al remo condenado, en la concha de Venus amarrado […] Hágale temerosa el caso de Anaxárate, y cobarde, que de ser desdeñosa se arrepintió muy tarde, y así su alma con su mármol arde. […] 96
  • 97. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LEÓN (1527 - 1591) 97
  • 98. Nació en Belmonte de San José (Cuenca) en una familia de conversos. Ingresó en los agustinos. Se graduó como doctor en teología y consiguió su primera cátedra en Salamanca a los 32 años. Detenido por la Inquisición por traducir la Biblia. Al salir de prisión, recibió una cátedra en la Universidad de Salamanca. Fue elegido provincial de su orden. Murió, poco después, en Madrigal de las Altas Torres. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591) 3.2.1. Biografía 98
  • 99. Fray Luis es uno de los mayores poetas de todos los tiempos. Sus versos no se publicaron en vida. La primera edición la hizo Quevedo en 1637. La obra poética de Fray Luis es escasa: no llegan a cuarenta los poemas que compuso. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591) 3.2.2. Obra poética 99
  • 100. Literatura clásica griega y latina La Biblia Corriente poética italiana Tradición castellana Se caracteriza por la asimilación de Fray Luis es un gran conocedor de los clásicos griegos y latinos. Actualiza el tópico Beatus ille de Horacio Su obra está inspirada en el pitagorismo. Fray Luis lee la Biblia en su idioma original. Usó el endecasílabo y la lira Conoce y asimila la poesía de Petrarca. No olvida la tradición de la poesía castellana. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591) 3.2.2. Obra poética: rasgos e influencias 100
  • 101. Sinceridad de la expresión apasionada de sus anhelos más íntimos Sensibilidad ante la naturaleza Emoción poética Fervor religioso Estilo cuidado, sobrio y natural 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591) 3.2.2. Obra poética 101
  • 102. Simplicidad aparente Sus poemas se rigen por la norma renacentista de la elegancia y la sencillez Complejidad en la construcción poética Su formación y su pasión por el lenguaje se muestran en la trabajada composición de sus poemas. Abundantes figuras retóricas Sus poemas están dirigidas a una 2ª persona: carácter conversacional Polisíndeton Hipérboles Aliteraciones Hipérbatos Metáforas Personificaciones Enumeraciones Exclamaciones Interrogaciones Exhortaciones… Polisíndeton Hipérboles Aliteraciones Hipérbatos Metáforas Personificaciones Enumeraciones Exclamaciones Interrogaciones Exhortaciones… 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591) 3.2.2. Obra poética: estilo 102
  • 103. ANHELO DE PAZANHELO DE PAZ NATURALEZA AÑORANZA DEL CAMPO Y LA VIDA TRANQUILA GUSTO POR LA NOCHE Contemplación de la noche estrellada. GUSTO POR LA MÚSICA La armonía universal sentida al escuchar las notas musicalesBEATUS ILLEBEATUS ILLE DOMINIO DE LAS PASIONESDOMINIO DE LAS PASIONES EXALTACIÓN DE LA VIRTUD EXALTACIÓN DE LA VIRTUD 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.2. FRAY LUIS DE LÉON (1527-1591) 3.2.2. Obra poética: temas 103
  • 104. ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? ODA A LA VIDA RETIRADA ODA A LA VIDA RETIRADA Jaspe: mármol veteadoJaspe: mármol veteado 104
  • 105. ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? Beatus ille… Poder Lujos Fama Pregunta retórica sobre la fama 105
  • 106. ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que NO le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, NI del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. NO cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; NI cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? Lo que Fray Luis NO quiere 106
  • 107. ¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso. Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero: no quiero ver el ceño vanamente severo del que la sangre sube o el dinero. Despiértenme las aves con su cantar süave, no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. ODA A LA VIDA RETIRADA ODA A LA VIDA RETIRADA Almo: criador, vivificadorAlmo: criador, vivificador 107
  • 108. ¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso. Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero: no quiero ver el ceño vanamente severo del que la sangre sube o el dinero. Despiértenme las aves con su cantar süave, no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Metáfora náutica: Navío: poeta Mar tempestuoso: Vida ajetreada QuieroQuiero NO quieroNO quiero QuieroQuiero NO quieroNO quiero QuieroQuiero Pureza, alegría libertadPureza, alegría libertad Nobleza Riqueza Nobleza Riqueza La naturalezaLa naturaleza Preocupaciones por la fama Preocupaciones por la fama Soledad Estoicismo Soledad Estoicismo 108
  • 109. Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo, de pasada, de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruïdo, que del oro y del cetro pone olvido. ODA A LA VIDA RETIRADA ODA A LA VIDA RETIRADA 109
  • 110. Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo, de pasada, de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruïdo, que del oro y del cetro pone olvido. Locus amoenus Primavera Flores Árboles Fuente Hierba verde Flores Aire perfumado Árboles 110
  • 111. Ténganse su tesoro los que de un flaco leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían. La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada, sea de quien la mar no teme airada. Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando con sed insacïable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando. A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado ODA A LA VIDA RETIRADA ODA A LA VIDA RETIRADA 111
  • 112. Ténganse su tesoro los que de un flaco leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían. La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada, sea de quien la mar no teme airada. Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando con sed insacïable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando. A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado Metáfora náutica QuieroQuiero NO quieroNO quiero NO quieroNO quiero QuieroQuiero 112
  • 113. El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada, por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida, de su origen primera esclarecida. y como se conoce, en suerte y pensamientos se mejora; el oro desconoce que el vulgo vil adora, la belleza caduca, engañadora. Traspasa el aire todo hasta llegar a la más alta esfera, y oye allí otro modo de no perecedera música, que es de todas la primera. Ve cómo el gran maestro, a aquesta inmensa cítara aplicado, con movimiento diestro produce el son sagrado con que este eterno templo es sustentado. ODA A FELIPE RUIZODA A FELIPE RUIZ 113
  • 114. y como está compuesta de números concordes, luego envía consonante respuesta; y entrambas a porfía mezclan una dulcísima armonía. Aquí el alma navega por un mar de dulzura, y, finalmente, en él ansí se anega, que ningún accidente extraño o peregrino oye o siente. ¡Oh, desmayo dichoso! ¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido ¡Durase en tu reposo sin ser restituido jamás a aqueste bajo y vil sentido! A aqueste bien os llamo, gloria del apolíneo sacro coro, amigos a quien amo sobre todo tesoro; que todo lo demás es triste lloro. ¡Oh!, suene de contino, Salinas, vuestro son en mis oídos, por quien al bien divino despiertan los sentidos, quedando a los demás amortecido ODA A FELIPE RUIZODA A FELIPE RUIZ 114
  • 115. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 115
  • 116. ASCÉTICA Trata del esfuerzo del hombre para alcanzar la perfección moral y acercarse a Dios MÍSTICA Intenta describir el don gratuito que Dios concede al fundirse con ellas y llenarlas de amor FASES DE LA UNIÓN MÍSTICA PURGATIVA El alma se libra del pecado mediante la penitencia y la práctica de la virtud. PURGATIVA El alma se libra del pecado mediante la penitencia y la práctica de la virtud. ILUMINATIVA El alma se somete a Dios, renuncia a la razón y recibe una sabiduría especial que la ilumina. ILUMINATIVA El alma se somete a Dios, renuncia a la razón y recibe una sabiduría especial que la ilumina. UNITIVA Éxtasis: Supone la unión mística entre el alma y Dios. Supone la anulación de los sentidos y una sensación de felicidad inefable. UNITIVA Éxtasis: Supone la unión mística entre el alma y Dios. Supone la anulación de los sentidos y una sensación de felicidad inefable. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.1. La mística española 116
  • 117. Nació en Fontiveros (Ávila). Ingresó muy joven en la Orden del Carmelo, que estaba empezando a reformar santa Teresa. Debido a esta reforma, surgieron disensiones en el seno de la Orden, que supusieron incluso prisión para el santo. Curso estudios en la Universidad de Salamanca, donde tuvo como maestro a Fray Luis. El último periodo de su vida transcurrió en Andalucía, desempeñando cargos importantes en la Orden. Murió en Úbeda (Jaén). 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: Biografía 117
  • 118. La intención de su obra era más religiosa que artística, pero es tal su sensibilidad y el dominio de la expresión poética que, como dice Dámaso Alonso, su obra parece tocada por “el ala del prodigio”. Dos partes en su obra: POESÍA DE TIPO TRADICIONAL Emplea el octosílabo Modelos: el cancionero y la poesía popular (villancicos y romances) POESÍA DE INFLUENCIA ITALIANA Emplea el endecasílabo Modelos: La poesía bucólica de Garcilaso Tema religioso Noche oscura del alma Cántico espiritual Llama de amor viva 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: Obra poética 118
  • 119. CÁNTICO ESPIRITUAL • Sigue de cerca el Cantar de los cantares bíblico. • Es un diálogo en la amada (el alma) y el Amado (Dios), a quien el alma ha buscado a través de valles y montañas hasta encontrarlo y celebrar la unión mística con el Amado. • El poema se puede interpretar como una representación de las vías místicas. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: obra poética 119
  • 120. NOCHE OSCURA DEL ALMA • Expone, bajo la forma de una alegoría, el caminar del alma hasta su unión con Dios. • Elige, como fundamento alegórico, una situación amorosa humana: la amada (el alma) sale “a oscuras y segura” a encontrarse con el Amado (Dios). • La noche se transforma en luz, una vez que ha guiado a la amada hasta el Amado. • Se establecen relaciones con las ideas espaciales: arriba (lo divino)/ abajo (lo humano) 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: obra poética 120
  • 121. LLAMA DE AMOR VIVA • Es un poema de cuatro estrofas centrado en las sensaciones amorosas que expresa la Amada en la unión con Dios, el éxtasis místico. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: obra poética 121
  • 122. Filosofía neoplatónicaFilosofía neoplatónica Literatura religiosa anterior: Cantar de los Cantares Literatura religiosa anterior: Cantar de los Cantares El amor que saca de sí al enamorado y lo transporta a la unión con Dios. El amor que saca de sí al enamorado y lo transporta a la unión con Dios. La luz como representación de la divinidad La luz como representación de la divinidad La experiencia mística se explica comparándola con el amor humano. La experiencia mística se explica comparándola con el amor humano. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: temas 122
  • 123. Poesía culta renacentista italiana Poesía culta renacentista italiana Lírica castellana tradicional Lírica castellana tradicional Poesía bíblicaPoesía bíblica Empleo del endecasílabo Lira Uso de determinadas imágenes Octosílabo Temas Vocabulario Formas Motivos Estribillos… Cantar de los Cantares 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: influencias 123
  • 124. San Juan de la Cruz lucha para expresar con palabras la experiencia mística. Se vale de los recursos de la tradición literaria bíblica, grecolatina, castellana e italianizante “a lo divino” RECURSOSRECURSOS Reiteración, intensificación “En soledad vivía / y en soledad ha puesto ya su nido.” Oxímoron “Música callada, soledad sonora” Hipérbaton “Y miedos de la noche veladores” Exclamaciones afectivas “¡Oh dichosa ventura!” Concentración acumulativa “A las aves ligeras/ leones, ciervos, gamos saltadores/montes, valles, riberas…” Metáforas, alegorías, comparaciones, paradojas, apóstrofes… son recursos magníficamente utilizados por el poeta. 3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS 3.3. LA MÍSTICA ESPAÑOLA: SAN JUAN DE LA CRUZ 3.3.2. San Juan de la Cruz: estilo 124
  • 125. En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a escuras y en celada, estando ya mi casa sosegada. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidados 125
  • 126. En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a escuras y en celada, estando ya mi casa sosegada. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidados VÍA PURGATIVA VÍA ILUMINATIVA VÍA UNITIVA 126
  • 127. En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a escuras y en celada, estando ya mi casa sosegada. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA VÍA PURGATIVA 127
  • 128. En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a escuras y en celada, estando ya mi casa sosegada. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA VÍA PURGATIVA En la vía purgativa el alma se libra del pecado mediante la penitencia y la práctica de la virtud. En la vía purgativa el alma se libra del pecado mediante la penitencia y la práctica de la virtud. El hombre debe renunciar a la razón y sumergirse en la oscuridad para que la luz de Dios pueda entrar en su alma. Por ello se repiten los elementos relacionados con la noche o la oscuridad. La penitencia y la práctica de la virtud permiten el control de las pasiones, por ello el poeta afirma que su “casa”, es decir, su cuerpo, está sosegada, tranquila. El camino que recorre el alma para abandonar el cuerpo es secreto, no conocido ni apto para muchos. El poeta habla de él como una escala secreta, disfrazada y en celada. La experiencia mística es inefable, es decir, no se puede expresar con palabras. Por ello, san Juan recurre a una alegoría, es decir, identifica lo que siente con una experiencia de amor humano. Alma = amada Cuerpo = casa Noche oscura = vía purgativa La experiencia mística es inefable, es decir, no se puede expresar con palabras. Por ello, san Juan recurre a una alegoría, es decir, identifica lo que siente con una experiencia de amor humano. Alma = amada Cuerpo = casa Noche oscura = vía purgativa 128
  • 129. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA VÍA ILUMINATIVA 129
  • 130. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. VÍA ILUMINATIVA El poema sigue con la alegoría, la amada (el alma) sale del cuerpo (la casa) en medio de la noche oscura (la vía purgativa) guiada por la luz. El poema sigue con la alegoría, la amada (el alma) sale del cuerpo (la casa) en medio de la noche oscura (la vía purgativa) guiada por la luz. En la vía unitiva, el alma se somete a Dios, renuncia a la razón y recibe una sabiduría especial que la ilumina. El poema insiste ahora en la luz que ilumina el alma del poeta y que lo conduce al encuentro con el Amado (Dios) Se repiten conceptos como el secreto. No hay que olvidar que mística significa “sabiduría secreta”. Se insiste en la dificultad de compartir la experiencia. 130
  • 131. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. VÍA UNITIVA 131
  • 132. NOCHE OSCURA DEL ALMANOCHE OSCURA DEL ALMA ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. VÍA UNITIVA La vía unitiva supone la unión mística entre el alma y Dios. Se produce el éxtasis místico: la anulación de los sentidos y una sensación de felicidad inefable. ÉXTASIS MÍSTICO: expresado por medio de exclamaciones, anáforas… juegos de palabras que indican la estrecha unión del alma con Dios. El poeta expresa la anulación de los sentidos y la sensación de felicidad mediante la figura del amante que duerme sobre el pecho de la amada. La imagen del viento acariciante sirve para proporcionar la sensación de bienestar absoluto. En la estrofa final se reproduce de nuevo la sensación de anulación de los sentidos mediante la aparición de los verbos que indican abandono. 132
  • 133. AMADA ¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste habiéndome herido; salí tras ti clamando y eras ido. Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes aquél que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL PREGUNTA A LAS CRIATURAS ¡O bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!, ¡o prado de verduras de flores esmaltado!, decid si por vosotros ha pasado. RESPUESTA DE LAS CRIATURAS Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura; y, yéndolos mirando con sola su figura vestidos los dejó de hermosura. 133
  • 134. ESPOSA ¡Ay! ¿quién podrá sanarme? Acaba de entregarte ya de vero; no quieras enviarme de hoy más mensajero que no saben decirme lo que quiero. Y todos cuanto vagan de ti me van mil gracias refiriendo, y todos más me llagan, y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo. Mas ¿cómo perseveras, ¡oh vida!, no viviendo donde vives y haciendo por que mueras las flechas que recibes de lo que del Amado en ti concibes? ¿Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste? Y, pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste y no tomas el robo que robaste? CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos; y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos y sólo para ti quiero tenellos. Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura. ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados! (...) 134
  • 135. ESPOSA Mi Amado, las montañas, los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos, la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora. Nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado, en púrpura tendido, de paz edificado, de mil escudos de oro coronado. (...) A las aves ligeras leones, ciervos, gamos saltadores, montes, valles, riberas, aguas, aires, ardores, y miedos de las noches veladores: CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL Por las amenas liras y canto de sirenas os conjuro que cesen vuestras iras y no toquéis al muro, porque la esposa duerma más seguro. Mi alma se ha empleado, y todo mi caudal, en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio que ya sólo en amar es mi ejercicio. Pues ya si en el ejido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido, que, andando enamorada, me hice perdidiza y fui ganada. 135
  • 136. De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor floridas, y en tu cabello mío entretejidas.(...) Gocémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura al monte y al collado do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura CÁNTICO ESPIRITUALCÁNTICO ESPIRITUAL 136
  • 137. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 137
  • 138. • En el siglo XVI, los relatos todavía suelen ser cortos y se incluyen dentro de otras obras, sin tener autonomía. • No se puede hablar de novela en el sentido moderno. • La palabra novela, de origen italiano, se utiliza para referirse a narraciones breves, como las Novelas Ejemplares de Cervantes. • Los relatos más extensos se denominan de modo muy variado. • Siguen editándose y siendo muy leídos durante todo el siglo XVI los libros de caballerías y las novelas sentimentales. • En el siglo XVI, los relatos todavía suelen ser cortos y se incluyen dentro de otras obras, sin tener autonomía. • No se puede hablar de novela en el sentido moderno. • La palabra novela, de origen italiano, se utiliza para referirse a narraciones breves, como las Novelas Ejemplares de Cervantes. • Los relatos más extensos se denominan de modo muy variado. • Siguen editándose y siendo muy leídos durante todo el siglo XVI los libros de caballerías y las novelas sentimentales. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 138
  • 139. NUEVOS GÉNEROS NARRATIVOSNUEVOS GÉNEROS NARRATIVOS NOVELAS PASTORILESNOVELAS PASTORILES NOVELAS MORISCASNOVELAS MORISCAS NOVELAS PICARESCASNOVELAS PICARESCAS 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 139
  • 140. • Relacionadas con el éxito de la literatura bucólica en otros géneros como la lírica (las Églogas de Garcilaso) o el teatro (églogas de Juan del Encina) • Novelas pastoriles más destacadas: • Relacionadas con el éxito de la literatura bucólica en otros géneros como la lírica (las Églogas de Garcilaso) o el teatro (églogas de Juan del Encina) • Novelas pastoriles más destacadas: Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor La Diana enamorada de Gaspar Gil Polo La Galatea de Miguel de Cervantes Episodios del Quijote. La Arcadia de Lope de Vega 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.1. LOS LIBROS DE PASTORES O NOVELAS PASTORILES 140
  • 141. • En un ambiente exquisito, se produce en ellas la idealización del moro, de forma parecida a la idealización de los pastores en las narraciones pastoriles. • El cercano mundo morisco, con costumbres diferentes, proporciona a los escritores material novelesco y poético, pero con un toque exótico muy apropiado al relato realista. • En un ambiente exquisito, se produce en ellas la idealización del moro, de forma parecida a la idealización de los pastores en las narraciones pastoriles. • El cercano mundo morisco, con costumbres diferentes, proporciona a los escritores material novelesco y poético, pero con un toque exótico muy apropiado al relato realista. Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa de autor desconocido Las Guerras Civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita Relatos moriscos en obras mayores: Ozmín y Daraja de Mateo Alemán, incluido en el Guzmán de Alfarache. Historia del cautivo del Quijote cervantino. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.2. LAS NOVELAS MORISCAS 141
  • 142. La lozana andaluza de Francisco Delicado • Obra emparentada con La Celestina y publicada en Italia, donde vivía Delicado. • Es una novela anticlerical y típicamente renacentista en su exaltación de los sentidos y el erotismo. El Patrañuelo de Juan de Timoneda • Es la primera colección española de novelas cortas que imitan a las italianas. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.3. OTRAS NOVELAS 142
  • 143. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LAS NOVELAS PICARESCAS: LAZARILLO DE TORMES 143
  • 144. 1554 Aparición de tres ediciones simultáneas de Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades Aparición de tres ediciones simultáneas de Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades Éxito fulminante Prohibición por la Inquisición Sigue leyéndose en ediciones clandestinas hechas en el extranjero Volvió a autorizarse su impresión, suprimiendo los tratados IV y V, y varias irreverencias de los demás. 1573 1834 Hasta esta fecha no volvió a autorizarse el texto completo. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.1. Aparición y triunfo del Lazarillo 144
  • 145. PROBLEMASPROBLEMAS Ediciones Autor La primera edición está perdida. No se conservan manuscritos El texto se compuso en torno a 1550. Se desconoce quién pudo ser el autor. Se atribuido a varios escritores: Diego Hurtado de Mendoza Sebastián de Orosco Juan de Ortega Alfonso de Valdés No se sabe por qué el autor ocultó su nombre. Se trata en todo caso de un escritor culto. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.2. Edición y autoría 145
  • 146. Últimas teorías sobre el autorÚltimas teorías sobre el autor La paleógrafa Mercedes Agulló documenta que su autor es Diego Hurtado de Mendoza En su libro A vueltas con el autor del Lazarillo (Calambur, 2010) Mercedes Argulló documenta que Diego Hurtado de Mendoza es, con toda probabilidad, el autor del Lazarillo. La investigadora encontró en una serie de serones y cajones el impresionante lote de documentos acumulados por don Diego Hurtado de Mendoza durante su larga vida. Ahí encontró, al lado de “Una copia hecha de Las guerras de Granada y otros papeles de la hacienda de Carmona”, dos líneas que dicen: “Un legajo de correcciones hechas para la impresión del Lazarillo y Propaladia” La investigadora afirma que “desde luego, nada puede darse como absolutamente definitivo, pero el hecho de que el legajo con correcciones hechas para la impresión del Lazarillo se hallara entre los papeles de don Diego Hurtado de Mendoza, me ha permitido desarrollar una hipótesis sobre la autoría del Lazarillo, que fortalecida por otros hechos y circunstancias apunta sólidamente en la dirección de don Diego.” 146
  • 147. Por primera vez en la historia de la narrativa europea, hallamos en el Lazarillo el mundo de la realidad contemporánea convertido en materia de un relato. El protagonista del relato es un personaje de condición humildísima que va construyendo su vida a golpes con la adversidad. Nada más lejos de los héroes de los relatos anteriores llenos de aventuras ideales. Lázaro sufre hambre, engaños, burlas y explotación. Es la historia del proceso “educativo” para la deshonra y la vileza, que Lázaro acepta al final y que se puede interpretar como la amarga queja del autor contra una sociedad que impedía salir de la miseria a los desheredados. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.3. Originalidad novelesca del Lazarillo 147
  • 148. El Lazarillo: la primera novela moderna La acción transcurre en tiempo y espacio concretos. La vida de los personajes se va modificando según los azares de la vida. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.3. Originalidad novelesca del Lazarillo 148
  • 149. El Lazarillo inaugura un nuevo tipo de novela, la picaresca, que alcanzará sus rasgos definitorios con Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1559) RASGOS DE LA NOVELA PICARESCA Es el relato de una autobiografía ficticia, por tanto en primera persona, de un personaje de orígenes miserables. El protagonista abandona el medio familiar siendo un niño y trabaja al servicio de varios amos. El carácter picaresco del protagonista: astuto, versátil, prudente y receloso. Era un personaje listo, sin oficio, que urde tretas para robar o vivir a costa del prójimo, con escaso sentido moral y que suele ser víctima de sus propios ardides. El protagonista tiene afán de medro, es decir, aspira a ascender socialmente y a mejorar su situación económica y su puesto en la sociedad. Explicación de un estado final de deshonor, aceptado o superado, a partir del pasado del protagonista. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.5. Originalidad novelesca del Lazarillo 149
  • 150. Lázaro, un personaje de baja clase social, nacido en una aldea próxima a Salamanca, hijo de padres sin honra, cuenta su vida en primera persona, por medio de una carta a un noble y desconocido señor, a quien se dirige en el prólogo con el tratamiento de “vuestra merced” para explicarle los detalles del “caso”. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.4. Argumento 150
  • 151. El “caso” es la explicación de los rumores sobre las posibles relaciones de la mujer de Lázaro con el Arcipreste de San Salvador. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.4. Argumento 151
  • 152. Para ello, Lázaro habla de su vida desde su nacimiento Su madre se dedicó a la prostitución, hasta establecerse con un hombre negro, con el que tuvo un hijo. “Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual tomé el sobrenombre.” “Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia (...) En este tiempo, se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.” 152
  • 153. Como su madre no puede mantenerlo, Lázaro es entregado a un ciego para que se gane la vida guiándolo. Por eso a los perros que guían a los ciegos se les llama “perros lazarillo”. El ciego lo trata rudamente y, desde el principio, decide “espabilarlo” para que pueda salir adelante en la dura vida que le espera. Lázaro llega el oído a ese toro y oirás gran ruido dentro de él. 153
  • 154. Necio, aprende, que el mozo de ciego un punto ha de saber más que el diablo Verdad dice que este, que me cumple avivar el genio y avisar, pues solo soy y pensar cómo me sepa valer 154
  • 155. El ciego es un amo mezquino y miserable, que maltrata cruelmente a Lázaro, pero con quien aprende a ganarse la vida. El episodio de la longaniza El episodio del jarro de vino El episodio de las uvas. 155
  • 156. Todas estas crueldades hacen que Lázaro odie cada vez más a su amo, hasta que llega un momento en que el discípulo supera al maestro y consigue vengarse de él antes de abandonarlo. ¡Sus! Saltá todo lo que podáis porque deis deste cabo del agua.. El aprendizaje de Lázaro comienza con un golpe que el ciego propina a Lázaro (en el toro) y concluye cuando Lázaro es capaz de engañar a su amo y devolvérselo. El aprendizaje de Lázaro comienza con un golpe que el ciego propina a Lázaro (en el toro) y concluye cuando Lázaro es capaz de engañar a su amo y devolvérselo. 156
  • 157. Tras abandonar al ciego, Lázaro pasa a servir a un clérigo en Maqueda: El clérigo es un hombre mezquino que mata de hambre al pobre Lázaro. Lázaro tiene que inventarse tretas para poder comer. Consigue una llave para abrir el arca donde el clérigo guarda el pan. Lázaro guarda la llave dentro de la boca para que el clérigo no la descubra, pero al final, el clérigo se entera de todo y lo despide, no sin antes propinarle una paliza: 157
  • 158. Su siguiente amo es un escudero que aparenta ser rico y poderoso, pero en realidad es más pobre todavía que Lázaro. Con él aprende la importancia de las apariencias, es decir, no importa lo que en realidad eres, sino lo que aparentas ser. Pese a ser pobre, es el primer amo que no maltrata a Lázaro. Lázaro aprende a ser misericordioso con él. 158
  • 159. Lázaro es abandonado por su amo y tiene que buscar otro. Habrá varios más hasta llegar a la situación final desde la que escribe: Un buldero Un maestro de pintar panderos Un alguacil… 159
  • 160. La novela termina cuando Lázaro, a los veintitantos años y en Toledo, se casa, de modo deshonroso, con la criada del Arcipreste de San Salvador. La gente murmura que la boda ha sido un “apaño” y que la mujer de Lázaro es la amante del Arcipreste. Aunque Lázaro lo niega todo, ciertas afirmaciones suyas no dejan lugar a dudas, y él justifica su vida actual porque en ese momento él se encontraba “en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna”.. Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar; mayormente, si me quieren meter mal con mi mujer, que es la cosa del mundo que yo más quiero y la amo más que a mí; y me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo merezco: que yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de la puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él. Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa. 160
  • 161. Prólogo Tratado I Tratado II Tratado III Tratado IV Tratado V Tratado VI Tratado VII Ciego Clérigo Escudero Infancia Lázaro en la adversidad Crueldad de los amos Hambre Fraile Buldero - Maestro de pintar Adolescencia Capellán Alguacil - Arcipreste Juventud madurez Mejora su nivel de vida Se explica el “caso” a “vuestra merced” 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.5. Estructura 161
  • 162. El autor no se limita a ensartar anécdotas sino que crea un relato compuesto por una serie de episodios perfectamente organizados gracias a dos recursos: El autor no se limita a ensartar anécdotas sino que crea un relato compuesto por una serie de episodios perfectamente organizados gracias a dos recursos: Muchos de los episodios que se le suceden a Lázaro son cuentecillos de origen folclórico, vinculadas a un autor narrador. Muchos de los episodios que se le suceden a Lázaro son cuentecillos de origen folclórico, vinculadas a un autor narrador. Rasgos folclóricos tradicionalesRasgos folclóricos tradicionales La autobiografíaLa autobiografía La epístolaLa epístola Todos los elementos adquieren sentido porque forman parte de la historia de la vida de un personaje contada por él mismo (autobiografía) y siguiendo el modelo de una larga carta (epístola) dirigida a un desconocido “vuestra merced”. Todos los elementos adquieren sentido porque forman parte de la historia de la vida de un personaje contada por él mismo (autobiografía) y siguiendo el modelo de una larga carta (epístola) dirigida a un desconocido “vuestra merced”. Rasgos innovadoresRasgos innovadores 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.5. Estructura 162
  • 163. ESPACIO La acción se sitúa en la ciudad, un espacio urbano real y próximo, que facilita la práctica de comportamientos irregulares. TIEMPO Se producen desfases entre el tiempo que duran los hechos narrados y el que dedica el narrador, Lázaro a narrarlos. El narrador selecciona los acontecimientos relevantes para la explicación del “caso” y le da la importancia que considera. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.5. Espacio y tiempo en el Lazarillo 163
  • 164. HONRA La honra dependía de la consideración social que tuviera una persona. El Lazarillo comienza y concluye con un caso de “honra”. El Tratado III tiene como tema principal la honra en la figura del escudero. Lázaro habla de su situación final como “la cumbre de toda buena fortuna”, pero sólo ha conseguido una vida aparentemente honrada. RELIGIÓN Cinco de los amos de Lázaro pertenecen al estamento eclesiástico. Todos se mueven por avaricia o lujuria, y todos explotan a Lázaro. Las citas de los Evangelios o las alusiones a temas sagradas en contextos burlescos añaden al anticlericalismo de la obra ciertos detalles irreverentes. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.6. Temas 164
  • 165. La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las intenciones del emisor y de la capacidad de interpretación del interlocutor. La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las intenciones del emisor y de la capacidad de interpretación del interlocutor. Narrador, personajes y autor son irónicos en el Lazarillo. “Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca oídas ni vistas…” “Lo que te enfermó, te sana y te da salud…” 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo 165
  • 166. “Si es por esa vida, nunca yo moriré, que siempre he guardado esa regla por fuerza, y aún espero, en mi desdicha, tenerla toda mi vida.” “Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo” 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo 166
  • 167. “Pues vente tras mí, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy” 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo 167
  • 168. CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE LOS PERSONAJES CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE LOS PERSONAJES CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIAL EXISTENTE CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIAL EXISTENTE Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica:Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica: LA HONRALA HONRA LA RELIGIOSIDADLA RELIGIOSIDAD El episodio del escudero muestra la falsedad del sentimiento de honor de la nobleza. La mayor parte de los amos de Lázaro son clérigos y todos explotan, más o menos cruelmente al muchacho. El ANTICLERICALISMO es evidente. También se ataca la justicia y los militares. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo 168
  • 169. En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad.En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad. Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor pone así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI. Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor pone así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo 169
  • 170. El Lazarillo está escrito en un lenguaje llano, sin artificios, directo. Los personajes se expresan de acuerdo a su condición social y se ajustan a lo que pide el momento: júbilo, tristeza, cólera… El uso de refranes, modismos, el vocabulario… guardan relación con el estrato social del protagonista narrador. La frase corta, pero vivamente expresiva y ágil, o extensa, según la función narrativa que realice. Destaca la precisión en captar, con ironía o humor, lo esencial y revelador. Dominio del lenguaje y el arte de narrar Lenguaje llanoLenguaje llano DecoroDecoro Estilo adecuado a la funciónEstilo adecuado a la función PrecisiónPrecisión 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.9. El lenguaje del Lazarillo 170
  • 171. SENTIDO DEL HUMORSENTIDO DEL HUMOR Éste me dio la vida y, siendo ciego, me alumbró y adentró en la carrera de vivir. 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.9. El lenguaje del Lazarillo 171
  • 172. SENTIDO DEL HUMORSENTIDO DEL HUMOR Fue tal el golpecillo que me tuvo fuera de mí por espacio de tres días 4. LA NARRATIVA RENACENTISTA4. LA NARRATIVA RENACENTISTA 4.4. LA NOVELA PICARESCA: LAZARILLO DE TORMES 4.4.9. El lenguaje del Lazarillo 172
  • 174. Comienza el relato con un prólogo, que Lázaro, como pregonero de Toledo, dirige a un caballero (“vuestra merced”), diciéndole que, pues le ha pedido que le cuente su caso, va a complacerle narrándole su vida desde el principio. El prólogo advierte que el libro tiene dos lecturas: “Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que ahondasen tanto los deleite.” “Confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesara que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallasen, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades (...) Y pues vuestra merced escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona; y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.” 174
  • 175. Tratado I: Su familia y servicio con el ciego “Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual tomé el sobrenombre.” “Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia (...) En este tiempo, se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.” Este es el párrafo inicial del Lazarillo. También Amadís de Gaula había nacido en un río. Se trata de un rasgo folklórico universal. Su vida comienza, pues, como la de un héroe; pero ¡qué distinto va a ser su destino! Enseguida va a faltar al cuarto mandamiento: 175
  • 176. Empieza la carrera de Lázaro como mozo de muchos amos, cuando su madre lo confía a un ciego mendigo para que sea su sirviente. El ciego es ruin y astuto. He aquí la primera enseñanza que le da: Salimos de Salamanca y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y, allí puesto, me dijo: —Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él. Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza a par de la piedra, afirmó recio la mano, diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome: —Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo. Y rió mucho la burla. Parecióme que, en aquel instante, desperté de la simpleza en que, como niño dormido, estaba. Dije entre mí: “Verdad dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer.” 176
  • 177. “Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo, muy de presto le asía y daba un par de besos callados; y tornábale a su lugar. Mas durome poco, que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así atrajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudó propósito, y asentaba su jarro entre las piernas y tapábale con la mano, y así bebía seguro. Yo, que estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil y, delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera taparlo y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos y, al calor de ella, luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada. Espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser. —No diréis, tío, que os lo bebo yo —decía—, pues no le quitáis de la mano. Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla, mas así lo disimuló como si no lo hubiera sentido. Página 298 Libro de texto177
  • 178. Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía. Estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que ahora tenía tiempo de tomar de mí venganza y, con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, lo dejó caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada de esto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima. Fue tal el golpecillo que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy me quedé. Desde aquella hora quise mal al mal ciego y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavome con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndome decía: —¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud.” Página 298 Libro de texto 178
  • 179. Visto esto y las malas burlas que el ciego burlaba de mí, determiné de todo dejarle; y, como lo traía pensado y lo tenía en voluntad, con este postrer juego que me hizo afirmélo más. Y fue ansí que luego otro día salimos por la villa a pedir limosna, y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también llovía, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había, donde no nos mojábamos, mas cuando la noche se venía y el llover no cesaba, díjome el ciego: —Lázaro, esta agua es muy porfiada, y cuanto la noche más cierra, más recia: acojámonos a la posada con tiempo. Para ir allá habíamos de pasar un arroyo, que con la mucho agua iba grande. Yo le dije: — Tío, el arroyo va muy ancho; mas, si queréis, yo veo por donde travesemos más aína sin nos mojar, porque se estrecha allí mucho, y saltando pasaremos a pie enjuto. Parescióle buen consejo y dijo: — Discreto eres, por esto te quiero bien. Llévame a ese lugar donde el arroyo y se ensangosta, que agora es invierno y sabe mal el agua, y más llevar los pies mojados. Yo, que vi el aparejo a mi deseo, saquéle de bajo de los portales y llevélo derecho de un pilar o poste de piedra que en la plaza estaba, sobre el cual y sobe otros cargaban saledizos de aquellas casas, y dígole: 179
  • 180. — Tío, éste es el paso más angosto que en el arroyo hay. Como llovía recio y el triste se mojaba, y con la priesa que llevábamos de salir del agua, que encima de nosotros caía, y, lo más principal, porque Dios le cegó aquella hora el entendimiento (fue por darme de él venganza), creyóse de mí y dijo: — Ponme bien derecho y salta tú el arroyo. Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del poste, como quien espera tope de toro y díjele: — ¡Sus! Saltá todo lo que podáis, porque deis deste cabo del agua. Aun apenas lo había acabado de decir, cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón y de toda su fuerza arremete, tomando un paso atrás de la corrida para hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio como si diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás medio muerto y hendida la cabeza. —¿Cómo, y oliste la longaniza y no el poste? ¡Olé, olé!— le dije yo. Y déjele en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer, y tomé la puerta de la villa en los pies de un trote, y antes que la noche viniese di conmigo en Torrijos. No supe más lo que Dios dél hizo ni curé de lo saber. 180
  • 181. Tratado III: Al servicio del escudero Estando así, díjome: --Tú, mozo, ¿has comido? --No, señor– dije yo--, que aún no eran dadas las ocho cuando con vuestra merced encontré. --Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, y cuando así como algo, hágote saber que hasta la noche me estoy así. Por eso, pásate como pudieres, que después cenaremos. Vuestra merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi estado, no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme adversa. Allí se me representaron de nuevo mis fatigas, y torné a llorar mis trabajos; allí se me vino a la memoria la consideración que hacía cuando me pensaba ir del clérigo, diciendo que, aunque aquel era desventurado y mísero, por ventura toparía con otro peor; finalmente, allí lloré mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte venidera. Y con todo, disimulando lo mejor que pude, dije: -- Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios. De eso me podré alabar entre todos mis iguales de mejor garganta, y así fui yo loada de ella hasta hoy día de los amos que yo he tenido. Página 300 Libro de texto 181
  • 182. Tratado III: Al servicio del escudero --Virtud es esa– dijo él--, y por eso te querré yo más; porque el hartar es de los puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien. “¡Bien he entendido!”, dije yo entre mí. “¡Maldita tanta medicina y bondad como aquestos mis amos que yo hallo hallan en el hambre!”. Púseme a un cabo del portal y saqué unos pedazos de pan del seno, que había quedado de los de por Dios. Él, que vio esto, díjome: --Ven acá, mozo. ¿Qué comes? Yo llegueme a él y mostrele el pan. Tomome él un pedazo de tres que eran, el mejor y más grande, y dijome: --Por mi vida que parece éste buen pan. --¿Y cómo ahora– dije yo– señor, es bueno? -- Sí, a fe – dijo él-- ¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias? --No sé yo eso– le dije--; mas a mí no me pone asco el sabor de ello. --Así plega a Dios– dijo el pobre de mi amo. --Y llevándolo a la boca, comenzó a dar en él tan fieros bocados como yo en lo otro: --Sabrosísimo pan está – dijo--, por Dios. Página 300 Libro de texto 182
  • 183. Tratado III: Al servicio del escudero Y como le sentí de qué pie cojeaba, dime prisa, porque le vi en disposición, si acababa antes que yo, se comediría a ayudarme a lo que me quedase. Y con esto acabamos casi a una. Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado. Y entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy bueno, y desque hubo bebido, convídome con él. Yo, por hacer del continente, dije: --Señor, no bebo vino. --Agua es– me respondió--; bien puedes beber. Entonces tomé el jarro y bebí. No mucho, porque de sed no era mi congoja. Página 300 Libro de texto 183
  • 184. Tratado III: Al servicio del escudero “Y comienzo a cenar y morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba al desventurado señor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella sazón servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí, como yo había de él, porque sentí lo que sentía, y muchas veces había por ello pasado y pasaba cada día. Pensaba si sería bien comedirme a convidarle; mas por me haber dicho que había comido, temía no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba que aquel pecador ayudase a su trabajo del mío, y se desayunase como el día antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos mi hambre. Quiso Dios cumplir mi deseo, y aun pienso que el suyo; porque como comencé a comer, y él se andaba paseando, llegóse a mí y díjome: —Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la tenga. “La muy buena que tú tienes —dije yo entre mí— te hace parecer la mía hermosa.” 184
  • 185. “Con todo, parecióme ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello y díjele: —Señor, el buen aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo, y esta uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con su sabor. —¿Uña de vaca es? —Sí, señor. —Dígote que es el mejor bocado del mundo, y que no hay faisán que así me sepa. —Pues pruebe, señor, y verá qué tal está. Póngole en las uñas la otra, y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco. Y sentóse al lado y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo cada huesecillo de aquello mejor que un galgo lo hiciera.” 185
  • 186. Tratado VII En este tiempo, viendo mi habilidad y buen vivir, teniendo noticia de mi persona el señor arcipreste de Sant Salvador; mi señor, y servidor y amigo de Vuestra Merced, porque le pregonaba sus vinos, procuró casarme con una criada suya. Y visto por mí que de tal persona no podía venir sino bien y favor, acordé de lo hacer. Y así, me casé con ella, y hasta agora no estoy arrepentido. Porque, allende de ser buena hija y diligente servicial, tengo en mi señor arcipreste todo favor y ayuda […]. Y hízonos alquilar una casilla par de la suya. Los domingos y fiestas casi todas las comíamos en su casa. Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltarán, no nos dejan vivir, diciendo no sé qué y sí sé qué de que ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisalle de comer. Y mejor les ayude Dios que ellos dicen la verdad. Porque, allende de no ser ella mujer que se pague destas burlas, mi señor me ha prometido lo que pienso que cumplirá. Que él me habló un día muy largo delante della y me dijo: —Lázaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas nunca medrará. Digo esto porque no me maravillaría alguno, viendo entrar en mi casa a tu mujer y salir della. Ella entra muy a tu honra y suya; y esto te lo prometo. Por tanto, no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca: digo a tu provecho. 186
  • 187. —Señor— le dije—, yo determiné de arrimarme a los buenos. Verdad es que algunos de mis amigos me han dicho algo deso, y aun por más de tres veces me han certificado que antes que conmigo casase había parido tres veces, hablando con reverencia de Vuestra Merced, porque está ella delante. Entonces mi mujer echó juramentos sobre sí, que yo pensé que la casa se hundiera con nosotros; y después tomóse a llorar y a echar maldiciones sobre quien conmigo la había casado; en tal manera, que quisiera ser muerto antes que se me hubiera soltado aquella palabra de la boca. Más yo de un cabo y mi señor de otro tanto le dijimos y otorgamos, que cesó su llanto, con juramento que le hice de nunca más en mi vida mentarle nada de aquello, y que yo holgaba y había por bien de que ella entrase y saliese, de noche y de día, pues estaba bien seguro de su bondad. Y así quedamos todos tres bien conformes. Hasta el día de hoy nunca nadie nos oyó sobre el caso; antes, cuando alguno siento que quiere decir algo de ella, le atajo y le digo: — Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar; mayormente, si me quieren meter mal con mi mujer, que es la cosa del mundo que yo más quiero y la amo más que a mí; y me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo merezco: que yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de la puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él. Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa. Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como Vuestra Merced habrá oído. Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna. 187
  • 188. 5. MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616)5. MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616) 188
  • 189. Nació en Alcalá de Henares en 1547. Estudió en Sevilla con los jesuitas y en Madrid. En 1569 viajó a Italia y participó en campañas militares. En la batalla de Lepanto (1571) fue herido en la mano izquierda. En 1575 emprendió el regreso a España y cayó prisionero de los corsarios berberiscos; tras cinco años de cautiverio fue rescatado. Instalado en Madrid, inició su vida de escritor. Pasa un periodo de 1587 a 1604 del que se tienen pocos datos: se sabe que fue comisario de abastos y recaudador de impuestos, que fue encarcelado en Sevilla… reapareció en Valladolid en 1604 y en Madrid en 1607. A partir de entonces, se inició su etapa más fructífera. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.1. BIOGRAFÍA 189
  • 190. Ser poeta es “la gracia que no quiso darme el cielo” Ser poeta es “la gracia que no quiso darme el cielo” Gran parte de su obra se ha perdido, en especial los numerosos romances que escribió. Su obra lírica es lo menos valorado de su producción. Su obra lírica es lo menos valorado de su producción. En algunas de sus novelas y en sus obras teatrales se insertan textos líricos que lo acreditan como poeta de cualidades no vulgares. Los primeros versos conocidos de Cervantes siguen la estética renacentista y tienen como modelo a Garcilaso. Usa el endecasílabo en todo tipo de combinaciones métricas. Canto de Calíope, Epístola a Mateo Vázquez, Viaje del Parnaso Canto de Calíope, Epístola a Mateo Vázquez, Viaje del Parnaso 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.1. CERVANTES, POETA 190
  • 191. PRIMERA ETAPA (1580- 1587) Poco éxito. Obras de acuerdo a los modelos renacentistas. Siguen la estética aristotélica: - Temas nobles - Verosímiles - Respeto a la regla de las tres unidades. - Dicción digna. - Versos largo Los tratos de Argel La Numancia SEGUNDA ETAPA (1615) Ocho comedias y ocho entremeses, nunca representados Hizo imprimir sus obras porque, aunque se adaptaban al estilo de Lope de Vega, no despertaron interés. Comedias de varios temas (caballerescas, de capa y espada, de santos…) Entremeses: Comedias: Los baños de Argel El rufián dichoso El gallardo español Entremeses: El juez de los divorcios El retablo de las maravillas La cueva de Salamanca La elección de los alcaldes de 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.2. CERVANTES, DRAMATURGO 191
  • 192. La Galatea (1585) El Persiles (1617) Novelas Ejemplares (1613) El Quijote (1605-1615) 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA 192
  • 193. Los seis libros de la GalateaLos seis libros de la Galatea De tema pastoril. El mérito de la obra es escaso. Se limita a seguir al pie de la letra las características de las novelas pastoriles: •Idealización del paisaje •Desventuras sentimentales de los pastores/poetas. •Disquisiciones sobre el amor platónico… Incluye, como es habitual en Cervantes, comentarios de crítica literaria, juicios teóricos, etc. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA 193
  • 194. Novelas EjemplaresNovelas Ejemplares Reunidas en un volumen en 1613. Su éxito fue notable. Es una colección de doce relatos cortos. Cervantes es el primero que compone estos relatos al modo italiano con argumentos originales. El adjetivo ejemplares del título expresa su conexión con el género de los ejemplos medievales: se presenta una historia breve de la que se extrae una moraleja. No todos los relatos tienen ejemplaridad moral, algunos son ejemplos de creación literaria. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA 194
  • 195. Novelas EjemplaresNovelas Ejemplares NOVELAS “REALISTAS” NOVELAS “IDEALISTAS” Domina en ellas la observación realista: Rinconete y Cortadillo El Coloquio de los perros El celoso extremeño La ilustre fregona El casamiento engañoso El licenciado Vidriera La gitanilla Se percibe un mayor grado de imaginación e idealización: La española inglesa El amante liberal Las dos doncellas La señora Cornelia La fuerza de la sangre 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA 195
  • 196. Los trabajos de Persiles y SigismundaLos trabajos de Persiles y Sigismunda Publicada póstumamente en 1617. Se trata de una novela bizantina en la que los protagonistas, Persiles y Sigismunda, una pareja de jóvenes y nobles amantes, realizan un peregrinaje por el norte de Europa, Italia y España. En el recorrido se enfrentan con numerosos peligros (tempestades, naufragios, cautiverios, piratería…) que son pruebas (“trabajos”) de las que salen airosos. Así es posible su matrimonio final, que es la recompensa a su virtud. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.2.3. CERVANTES, NOVELISTA 196
  • 197. PRIMERA PARTE  Apareció en 1605, con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.  Consta de un prólogo, poemas burlescos iniciales y finales y 52 capítulos agrupados en cuatro partes. SEGUNDA PARTE  Se publicó en 1615, con un cambio en el título: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.  Consta de un prólogo y 74 capítulos, sin división en partes. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.1. Edición de la obra 197
  • 198. EL QUIJOTE DE AVELLANEDA En 1614 apareció el Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, firmado por Alonso Fernández de Avellaneda. En el prólogo se insultaba a Cervantes. Cervantes respondió en el prólogo de su segunda parte e incluyó, dentro de la ficción, numerosas referencias a la falsedad de la novela de Avellaneda. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.1. Edición de la obra 198
  • 199. PRIMERA SALIDA: 6 capítulos (5 + escrutinio) Preparación Salida Venta y aventura (arrieros) Vuelta con dos aventuras (labrador) (mercaderes) Vuelve triunfante, armado caballero SEGUNDA SALIDA: 46 CAPÍTULOSSEGUNDA SALIDA: 46 CAPÍTULOS DON QUIJOTE SALE CON SANCHO S A L I D A Aventuras: -Molinos -Frailes -Vizcaíno Episodios: “Marcela y Gristóstomo V E N T A Aventuras: -Rebaños - Cuerpo muerto. Episodios: “Cardenio y Luscinda” “Dorotea” V E N T A Aventuras: - Cueros de vino. -Cuadrilleros -Disciplinantes Episodios: “Curioso impertinente” “Historia del cautivo” “Dª Clara” V U E L T A Vuelve enjaulado y maltrecho 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.2. Estructura de la novela 199
  • 200. TERCERA SALIDA: 74 CAPÍTULOSTERCERA SALIDA: 74 CAPÍTULOS P R E P A R A C I Ó N S A L I D A Aventuras: -Leones -Rebuznadores -Barco encantado Encuentros y pláticas: -Caballero del bosque -Caballero del verde gabán. -Bodas de Camacho Castillo de los Duques. -Desencantamiento de Dulcinea -Aventura de Clavileño. -Consejos a Sancho -La Ínsula Barataria -Episodio de la dueña Dolorida Viaje a Barcelona y aventuras: - La cabeza encantada - Caballero de la Blanca Luna. -Aventuras de los cerdos. V U E L T A M U E R T E Don Quijote vuelve a casa para morir 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.2. Estructura de la novela 200
  • 201. EL CAMINO Desempeña un papel fundamental pues favorece el encuentro con personas de todo tipo y condición social. Los encuentros de los protagonistas con otros personajes originan episodios ajenos a la acción central, con la cual se relacionan de algún modo. Esto da origen a las historias intercaladas. Los personajes de las historias intercaladas pueden participar en los hechos de los protagonistas: Dorotea y Fernando, por ejemplo. O bien, ser ajenos al relato principal: la novela El curioso impertinente. Los personajes de las historias intercaladas pueden participar en los hechos de los protagonistas: Dorotea y Fernando, por ejemplo. O bien, ser ajenos al relato principal: la novela El curioso impertinente. Las historias destacan por su variedad formal y porque responden a todos los estilos de la narrativa anterior. Cervantes justificó su presencia para dar variedad. En la segunda parte, no incluyó novelas. Las historias destacan por su variedad formal y porque responden a todos los estilos de la narrativa anterior. Cervantes justificó su presencia para dar variedad. En la segunda parte, no incluyó novelas. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.2. Estructura de la novela 201
  • 202. PRIMERA PARTEPRIMERA PARTE El caballero manchego don Alonso Quijano, llamado por sus convecinos el Bueno, enloquece leyendo libros de caballerías. Concibe la idea de lanzarse al mundo, con el nombre de don Quijote de la Mancha, guiado por los nobles ideales de Amadís o de Palmerín: deshacer entuertos, proteger a los débiles, destruir el mal, merecer a Dulcinea… Con armas absurdas y un viejo caballo, Rocinante, sale por La Mancha y se hace armar caballero en una venta que imagina ser un castillo, entre las burlas del ventero y de las mozas del mesón. Libera a un muchacho a quien su amo está golpeando por perderle las ovejas (pero apenas se marcha, prosigue la paliza). Unos mercaderes lo golpean brutalmente; un conocido lo recoge y lo devuelve a su aldea. Ya repuesto, convence a un rudo labrador, Sancho Panza, ofreciéndole riquezas y poder, para que lo acompañe en sus aventuras. Y siempre sale mal parado: lucha contra unos gigantes que no son otra cosa que molinos de viento; es apaleado por unos arrieros; da libertad a unos criminales, que luego lo apedrean, etc. Sus amigos, el Canónigo y el Barbero, salen en su busca y lo traen engañado a su pueblo, metido en una jaula. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.4. Argumento 202
  • 203. SEGUNDA PARTESEGUNDA PARTE Don Quijote, obstinado en su locura, sale otra vez acompañado de Sancho Panza, de quien ha de sufrir la bellaquería de querer hacerle creer que una rústica que viene montada en un asno es Dulcinea. En sus correrías por tierras de Aragón, llegan a los dominios de unos Duques, que se burlan despiadadamente de la locura del señor y la ambición del criado. Mandan a este como gobernador a uno de sus estados; Sancho da pruebas de un excelente sentido, pero cansado de la vida palaciega, organizada en son de burla por los Duques, se vuelve a buscar a don Quijote. Tras constantes aventuras, marchan a Barcelona, y allí es vencido por el Caballero de la Blanca Luna, que es su amigo Sansón Carrasco disfrazado así para intentar que don Quijote recobre su cordura. Sansón Carrasco, vencedor, le impone la obligación de regresar a su pueblo. El caballero, física y moralmente derrotado, vuelve al lugar y allí muere cristianamente después de haberse curado de su locura. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.3. Argumento 203
  • 204. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.4. Espacio 204
  • 205. Los protagonistas se desplazan por los caminos y pasan por distintas localidades pero, aunque se citan algunos lugares, no se da una información geográfica detallada. Las descripciones físicas son imprecisas y se limitan a lo más importante. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.4. Espacio 205
  • 206. En la primera parte, los protagonistas recorren La Mancha hasta Sierra Morena; cuando se detienen, la venta se convierte en el núcleo espacial, lugar de paso donde se mezcla gente de diversos grupos sociales LA VENTALA VENTA 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.4. Espacio 206
  • 207. En la segunda parte, los protagonistas se desplazan por Aragón y Cataluña y son menos “andantes”, pasan más tiempo detenidos. El espacio más importante es el palacio de los duques, donde se relacionan con la alta nobleza que ha leído la primera parte de la obra y quieren divertirse a su costa. Don Quijote es tratado como un caballero. Amo y criado se separan. EL PALACIOEL PALACIO 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.4. Espacio 207
  • 208. La narración es cronológica y lineal El caballero sale un día de julio de un cierto verano y en ese verano (por licencia poética demasiado largo) ocurren las tres salidas y la muerte. Las alusiones temporales a lo largo de la obra son escasa e incoherentes. Las incoherencias cronológicas no son percibidas como tales por el lector que asiste a una secuencia lógica que va desde la locura del protagonista hasta su muerte. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.5. Tiempo 208
  • 209. Los numerosos personajes que pueblan las páginas del Quijote pertenecen a todas las categorías sociales, desde las más altas a las más humildes: venteros, pastores, cabreros, arrieros, labradores ricos, clérigos, hidalgos, caballeros, nobles, y también grupos marginados, como los moriscos exiliados. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.6. Personajes 209
  • 210. DON QUIJOTEDON QUIJOTE SANCHO PANZASANCHO PANZA Dos figuras distintas y complementarias AMISTAD DIÁLOGO 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.6. Los personajes 210
  • 211. • Los numerosos personajes que pueblan las páginas del Quijote pertenecen a todas las categorías sociales, desde las más altas a las más humildes. • Uno de los grandes valores de la novela de Cervantes es la creación de la pareja protagonista. • Los protagonistas, don Quijote y Sancho, son dos figuras distintas y complementarias, que llegan a hacerse amigos gracias al diálogo. • Juntos recorren los caminos y se influyen mutuamente: sus caracteres se van modificando por el hablar y el hacer de cada uno. • Sus relaciones cambian: de la autoridad de don Quijote y la obediencia de Sancho, a la crítica y el enfrentamiento; pero los unen, como en la vida, la amistad y la lealtad. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.6. Los personajes 211
  • 212. DON QUIJOTEDON QUIJOTE El personaje es descrito como alto y delgado, viejo, colérico, culto y gran lector, soltero, solitario, valiente e impulsivo. Hidalgo rural y pobre, su locura lo lleva a convertirse en caballero. El tema de la locura es central en la obra, ya que constituye la base del conflicto permanente entre el héroe y la realidad que se le presenta. Quiere y cree ser caballero andante, pero sabe que finge. La locura de don Quijote está limitada al mundo de lo caballeresco; en los momentos en que no aparece este tema, el protagonista es admirablemente cuerdo, generoso, culto, tolerante y mesurado, como reconocen muchos de los que le tratan. Yo sé quién soy. Yo sé quién soy. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.6. Los personajes 212
  • 213. MUNDO VOLUNTARIO MUNDO VOLUNTARIO En este sentido, se podría decir que don Quijote vive en cuatro “mundos” que aparecen relacionados por la estructura novelesca paródica.. • Al volverse loco, el hidalgo rompe con una personalidad a la que le condenaban las circunstancias, su tiempo y su espacio. Por medio de la locura, se escapa de su realidad cotidiana. • Ahora puede buscar una nueva personalidad, a través de la imitación de los modelos que admira, de ahí el nuevo nombre, que significa una nueva identidad y una nueva vida. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.6. Los personajes 213 MUNDO FINGIDO MUNDO FINGIDO • El mundo voluntario de don Quijote hace que este transforme la realidad que le rodea: ve gigantes donde hay molinos, ejércitos donde hay rebaños, etc.. MUNDO TRANSFORMADO MUNDO TRANSFORMADO • Una serie de personajes “siguen la corriente” a don Quijote, aparentan creer que el mundo transformado es el real. Unos lo hacen para reírse de él (el ventero, los condes…) otros para intentar curarlo (el bachiller Sansón Carrasco, el cura…) MUNDO “REAL”MUNDO “REAL” • El mundo “real”, el objetivo del que don Quijote huye a todas horas.
  • 214. SANCHO PANZASANCHO PANZA Representa al hombre llano, con una enorme sabiduría popular, práctico y materialista. Es lo opuesto a su amo: bajo y barrigudo, prudente, analfabeto, casado y pacífico. Acepta servir a don Quijote por su simpleza y por la recompensa prometida de una ínsula. El personaje, síntesis del tonto de la tradición folclórica, del bobo del teatro y parodia del escudero de las narraciones caballerescas, se transforma durante la narración en un ser complejo, independiente, que duda y cree, miente y es engañado, ríe y llora, se muestra discreto y tonto; pero es siempre bueno y compasivo 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.6. Los personajes 214
  • 215. NARRADOR PRINCIPALNARRADOR PRINCIPAL AUTORES FICTICIOSAUTORES FICTICIOS NARRADORES PERSONAJES NARRADORES PERSONAJES Cuenta desde un nivel superior y externo a la historia, es omnisciente y, en ocasiones, usa la primera persona para designarse a sí mismo como responsable directo de lo narrado “En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. En los primeros ocho capítulos, el narrador alude a diversas fuentes de información: los distintos “autores que de este caso escriben” y unos supuestos “anales de La Mancha”. En el capítulo IX se introduce como personaje para contar cómo encontró y editó el manuscrito de don Quijote. El narrador interrumpe el relato en un momento clave de un episodio (en plena pelea con un vizcaíno) y dice que aquí se acaba el documento que le servía de base. Entonces, el narrador principal explica que, casualmente, ha encontrado el texto original en árabe, de un tal Cide Hamete Benengeli, y se lo hace traducir por un morisco aljamiado y así continúa. Parodia de los pseudoautores y traductores que aparecían en las novelas de caballerías. Cervantes puede hacer comentarios a la “traducción”: distanciamiento irónico. El narrador principal cede la palabra a los personajes que cuentan relatos. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. La narración y los narradores del Quijote 215
  • 216. El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica del Renacimiento. Estilo elevadoEstilo elevado Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quienes los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces, los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Parodia burlescaParodia burlesca […] y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famosos Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: …los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 216
  • 217. • El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica del Renacimiento. • En él se combina el estilo elevado propio de la parodia burlesca, el habla culta con la popular, las disquisiciones eruditas con los refranes y dichos del más profundo saber popular, etc. • Su dominio del castellano fue portentoso; utiliza en sus obras más de doce mil palabras distintas, aspecto relevante, ya que una persona culta puede utilizar entre cinco y seis mil. • La pluralidad de los mundos que refleja El Quijote tiene su reflejo en la variedad de los registros lingüísticos. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo
  • 218. Registro del narrador (Cervantes)Registro del narrador (Cervantes) En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba «Quijana». Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 218 Corresponde a la prosa culta de finales del siglo XVI y principios del XVII, pero sin afectaciones ni oscuridades innecesarias.
  • 219. Registro los protagonistasRegistro los protagonistas —¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de mañana, desta manera?: «Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus harpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel» 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 219 Don Quijote muestra dos estilos: el que corresponde a la imitación de los modelos caballerescos y el que corresponde al mundo real en el que se mueve: DON QUIJOTE: imitación de modelos caballerescos
  • 220. Registro los protagonistasRegistro los protagonistas –Así es verdad– replicó don Quijote– por lo cual los no de principios nobles deben acompañar la gravedad del cargo que ejercitan con una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, los libre de la murmuración maliciosa, de quien no hay estado que se escape. Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que labrador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 220 Don Quijote muestra dos estilos: el que corresponde a la imitación de los modelos caballerescos y el que corresponde al mundo real en el que se mueve: DON QUIJOTE: registro propio del mundo real en el que se mueve
  • 221. Registro los protagonistasRegistro los protagonistas —Eso Dios lo puede remediar— respondió Sancho—, porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen, por salir, unos con otros; pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Mas yo tendré cuenta de aquí delante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo; que en casa llena, presto se guisa la cena; y quien destaja no baraja; y a buen salvo está el que repica; y el dar y el tener, seso ha de menester. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 221 Sancho muestra un estilo muy distinto a su señor, como corresponde a su diferente educación y posición social. El habla de Sancho reproduce el vocabulario, los giros y las expresiones propios de un rústico, así como la riqueza de sentencias manifestada en el constante empleo de refranes que llega a abrumar a don Quijote.
  • 222. Registro los demás personajesRegistro los demás personajes 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 222 Cada uno de ellos nos indica por medio de sus palabras su nivel cultural, su estado de ánimo, su personalidad. En definitiva, los personajes del Quijote quedan perfectamente individualizados por su forma de hablar. Dulcinea Aldonza Cura Barbero Sancha Sanchica Giganres Sansón Carrasco
  • 223. RECURSOS DE LA TRADICIÓN ORALRECURSOS DE LA TRADICIÓN ORAL 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 223 Recurso al apóstrofeRecurso al apóstrofe Ambivalencia del léxicoAmbivalencia del léxico Sonoridades y ritmosSonoridades y ritmos Uso de deícticosUso de deícticos Dualidad de narradoresDualidad de narradores Proyección del gesto y la imagen.Proyección del gesto y la imagen. Dramatización del retratoDramatización del retrato Juegos equívocos de la 1º personaJuegos equívocos de la 1º persona Atención a las inflexiones de vozAtención a las inflexiones de voz Técnicas de puesta en escenaTécnicas de puesta en escena Inciso del narradorInciso del narrador
  • 224. Cervantes contribuye con todo ello a gestar un nuevo lector entendido y cómplice, a quien dirige prólogos y preliminares que reclaman su connivencia, que se deja llevar, pero no engañar, por tantos embaucadores cervantinos maestros en el arte de hablar — Cide Hamete Benengeli, el ficticio y burlón narrador arábigo que, supuestamente, escribe casi toda la novela—. Estamos ya ante la creación del lector moderno: un lector escéptico que erigirá la duda en sistema. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.7. Lenguaje y estilo 224
  • 225. Existía un anónimo Entremés de los romances, en el que un ignorante labrador perdía la razón leyendo el Romancero, e imitaba las hazañas de sus heroicos personajes. Cervantes lo leyó, probablemente, y pensó escribir una novela corta en la que el protagonista enloqueciera leyendo libros de caballerías, pues en un principio su objetivo era precisamente censurar estas novelas. Cervantes lo leyó, probablemente, y pensó escribir una novela corta en la que el protagonista enloqueciera leyendo libros de caballerías, pues en un principio su objetivo era precisamente censurar estas novelas. “No ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías”. “No ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías”. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.9. Propósito de la novela 225
  • 226. Cervantes, como muchos moralistas de la época, consideraba que estas novelas estaban mal escritas, narraban hechos inverosímiles y eran obscenas. Los libros de caballerías tuvieron un enorme auge tanto entre los lectores cultos (Carlos V, Lope de Vega, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa… eran ávidos lectores de este tipo de obras) como entre el pueblo iletrado. Se dieron casos, incluso, de personas que enloquecieron leyendo el Amadís y otras novelas de caballerías. Los libros de caballerías tuvieron un enorme auge tanto entre los lectores cultos (Carlos V, Lope de Vega, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa… eran ávidos lectores de este tipo de obras) como entre el pueblo iletrado. Se dieron casos, incluso, de personas que enloquecieron leyendo el Amadís y otras novelas de caballerías. Por estas razones, Cervantes se propuso acabar con este tipo de novelas y lo consiguió. Tras la publicación del Quijote, ya no se publicarán más. Sin embargo, el propósito del autor quedó rebasado por su obra, porque ésta es mucho más que una sátira de estos libros. 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE 5.3.9. Propósito de la novela 226
  • 227. En su épocaEn su época El Quijote tuvo un éxito fulminante. Se leyó como un libro cómico, cuya trascendencia quedaba tal vez limitada a ser una parodia regocijante de las novelas de caballerías, tan conocidas y tan actuales. Siglo XVIIISiglo XVIII Los lectores y los críticos lo consideran ya como una obra clásica y un modelo de lenguaje. Los españoles se sienten orgullosos de la novela, que numerosos críticos extranjeros sitúan ya entre las máximas creaciones del ingenio humano. Siglo XIXSiglo XIX Con el advenimiento del Romanticismo, el Quijote empieza a ser valorado en profundidad. En aquella época, idealista, el caballero manchego se convierte en un símbolo del hombre que lucha sólo por el triunfo del espíritu sin que le arredren los obstáculos: trágica lucha del hombre que, impulsado por sus ideales generosos, choca con la realidad y fracasa con sus nobles ansias. Siglo XXSiglo XX Desde el Romanticismo, las interpretaciones del Quijote se ha sucedido y se suceden: filósofos, historiadores de las ideas, críticos y políticos vuelven una y otra vez a él para desentrañar sus complejos mensajes. Y es que el hidalgo y el escudero encarnan, respectivamente, el impulso ideal y el tosco sentido común, que coexisten en el corazón del hombre 5. MIGUEL DE CERVANTES5. MIGUEL DE CERVANTES 5.3. EL QUIJOTE Trascendencia del Quijote 227
  • 229. En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llamaba Quejana. Pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad. CAPÍTULO 1 229
  • 230. Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran los más del año— se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famosos Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: …los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora de/ merecimiento que merece /a vuestra grandeza. CAPÍTULO 1 230
  • 231. En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. […] CAPÍTULO 1 231
  • 232. En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo, por lo menos, del imperio de Trapisonda; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del extraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada que, encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera. Es verdad que para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada, sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana; y no dejó de parecerle mal la facilidad con que la había hecho pedazos, y, por asegurarse deste peligro, la tornó a hacer de nuevo, poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera, que él quedó satisfecho de su fortaleza, y sin querer hacer nueva experiencia della, la diputó y tuvo por celada finísima de encaje. CAPÍTULO 1 232
  • 233. Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban. Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría, porque —según se decía él a sí mesmo— no era razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y ansí, procuraba acomadársele de manera, que declarase quién había sido antes que fuese de caballero andante, y lo que era entonces; pues estaba muy puesto en razón que, mudando su señor estado, mudase él también el nombre, y le cobrase famoso y de estruendo, como convenía a la nueva orden y al nuevo ejercicio que ya profesaba; y así después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre , a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo qu ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo. CAPÍTULO 1 233
  • 234. Puesto nombre, y tan a su gusto, a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote; de donde, como queda dicho, tomaron ocasión los autores desta tan verdadera historia que, sin duda, se debía llamar Quijada, y no Quesada, como otros quisieron decir. Pero, acordándose que el valeroso Amadís no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote de la Mancha, con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della. CAPÍTULO 1 234
  • 235. Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma. Decíase él a sí: — Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quien enviarle presentado y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendido: “Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante”? ¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso, y más cuando halló a quien dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos, y buscándole nombre que no desdijere mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto. CAPÍTULO 1 235
  • 236. En esto, oyeron un gran ruido en el aposento, y que don Quijote decía a voces: —¡Tente, ladrón, malandrín, follón; que aquí te tengo, y no te ha de valer tu cimitarra! Y parecía que daba grandes cuchilladas por las paredes. Y dijo Sancho: —No tienen que pararse a escuchar, sino entren a despartir la pelea, o a ayudar a mi amo; aunque ya no será menester, porque, sin duda alguna, el gigante ya está muerto, y dando cuenta a Dios de su pasada y mala vida; que yo vi correr la sangre por el suelo, y la cabeza cortada y caída a un lado, que es tamaña como un gran cuero de vino. —Que me maten— dijo a esta sazón el ventero— si dijo don Quijote, o don diablo, no ha dado alguna cuchillada en alguno de los cueros de vino tinto que a su cabecera estaban llenos, y el vino derramado debe de ser lo que parece sangre a este buen hombre. Y con esto, entró en el aposento, y todos tras él, y hallaron a don Quijote en el más extraño traje del mundo. Estaba en camisa, a cual no era nada cumplida, que por delante le acabase de cubrir los muslos, y por detrás tenía seis dedos menos; las piernas eran muy largas y flacas, llenas de vello y no nada limpias; tenía en la cabeza un bonetillo colorado, grasiento, que era del ventero. En el brazo izquierdo tenía revuelta la manta de la cama, con quien tenía ojeriza Sancho, y él se sabía bien el porqué, y en la derecha, desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas a todas partes, diciendo palabras como si verdaderamente estuviera peleando con algún gigante. Y es lo bueno que no tenía los ojos abiertos, porque estaba durmiendo y soñando que estaba en batalla con el gigante; que fue tan intensa la imaginación de la aventura que iba a fenecer, que le hizo soñar que ya había llegado al reino de Micomicón, y que ya estaba en la pelea con su enemigo. Y había dado tantas cuchilladas en los cueros, creyendo que las daba en el gigante, que todo el aposento estaba lleno de vino. CAPÍTULO 35 236
  • 237. Fue recogido de los cabreros con buen ánimo, y, habiendo Sancho, lo mejor que pudo acomodado a Rocinante y a su jumento, se fue tras el olor que despedían de sí ciertos tasajos de cabra que hirviendo al fuego en un caldero estaban; y aunque él quisiera en aquel mismo punto ver si estaban en sazón de trasladarlos del caldero al estómago, lo dejó de hacer, porque los cabreros los quitaron del fuego y, tendiendo por el suelo unas pieles de ovejas, aderezaron con mucha prisa su rústica mesa y convidaron a los dos, con muestras de muy buena voluntad, con lo que tenían. Sentáronse a la redonda de las pieles seis de ellos, que eran los que en la majada había, habiendo primero con groseras ceremonias rogado a don Quijote que se sentase sobre un dornajo que vuelto del revés le pusieron. Sentóse don Quijote, y quedábase Sancho en pie para servirle la copa, que era hecha de cuerno. Viéndole en pie su amo, le dijo: —Porque veas, Sancho, el bien que en sí encierra la andante caballería y cuán a pique están los que en cualquiera ministerio de ella se ejercitan de venir brevemente a ser honrados y estimados del mundo, quiero que aquí a mi lado y en compañía de esta buena gente te sientes, y que seas una misma cosa conmigo, que soy tu amo y natural señor; que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere, porque de la caballería andante se puede decir lo mesmo que del amor se dice: que todas las cosas iguala . P. 302 Libro 237
  • 238. —¡Gran merced! —dijo Sancho—; pero sé decir a vuestra merced que como yo tuviese bien de comer, tan bien y mejor me lo comería en pie y a mis solas como sentado a par de un emperador. Y aun, si va a decir verdad, mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas donde me sea forzoso mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no estornudar ni toser si me viene gana, ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad traen consigo. Así que, señor mío, estas honras que vuestra merced quiere darme por ser ministro y adherente de la caballería andante, como lo soy siendo escudero de vuestra merced, conviértalas en otras cosas que me sean de más cómodo y provecho; que estas, aunque las doy por bien recibidas, las renuncio para desde aquí al fin del mundo. […] No entendían los cabreros aquella jerigonza de escuderos y de caballeros andantes, y no hacían otra cosa que comer y callar y mirar a sus huéspedes, que con mucho donaire y gana embaulaban tasajo como el puño. Acabado el servicio de carne, tendieron sobre las zaleas gran cantidad de bellotas avellanadas, y juntamente pusieron un medio queso, más duro que si fuera hecho de argamasa. No estaba, en esto, ocioso el cuerno, porque andaba a la redonda tan a menudo ya lleno, ya vacío, como arcaduz de noria, que con facilidad vació un zaque de dos que estaban de manifiesto. Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones: P. 302 Libro238
  • 239. —Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. […] Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia […] Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra, y no eran sus adornos de los que ahora se usan, […] sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra entretejidas, con lo que quizá iban tan pomposas y compuestas como van ahora nuestras cortesanas con las raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado. Entonces se decoraban los conceptos amorosos del alma simple y sencillamente, del mismo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. La ley del encaje aún no se había sentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había qué juzgar ni quién fuese juzgado. P. 302 Libro239
  • 240. 6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA 6.1. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI • El desarrollo del género teatral manifiesta un notable vigor durante el siglo XVI. • Desde fines del siglo XV los textos dramáticos conservados aumentan notablemente y en la primera mitad del XVI autores como JUAN DEL ENCINA componen obras muy significativas. • Discípulos de Juan del Encina fue LUCAS FERNÁNDEZ, autor de dramas todavía muy próximos al teatro medieval, como es el caso de su Auto de la pasión. 240
  • 241. GIL VICENTE • Es un escritor portugués que, además de en su lengua nativa, escribió también en castellano. • En su producción alternan las obras de índole religiosa: • Trilogía de las barcas • Auto de la Sibila Casandra • Con las obras de tipo profano: • Don Duardos • Destaca en su obra: • La sátira antieclesiástica • La incorporación de elementos folclóricos. • Su notable sensibilidad lírica en los poemas y canciones que incluye en sus dramas. 6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA 6.1. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI 241
  • 242. BARTOLOMÉ DE TORRES NAHARRO • Dividió sus propias obras en: • Comedias a noticia: de carácter realista: • Soldadesca • Tinellaria • Comedias a fantasía: de carácter más imaginativo: • Serafina • Himenea • Son rasgos de su teatro: • La variedad de tipos y clases sociales • Dominio del diálogo y las técnicas dramáticas. • Jovial vitalismo • Anticlericalismo 6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA 6.1. PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI 242
  • 243. • Se produce la consolidación del fenómeno teatral y la desaparición de los contenidos satíricos por la censura de la Inquisición. • Continúan las muestras de teatro religioso medieval, como demuestra el Códice de autos viejos: casi un centenar de piezas dramáticas, anónimas en su mayoría, de temas religiosos y alegóricos. • Obras de carácter religioso y profano representado en iglesias, palacios o en la calle en determinadas fiestas religiosas. • Obras de teatro popular representado en pueblos y ciudades y puesto en escena en corrales de comedias que van surgiendo en las ciudades más importantes a partir de 1570 y que serán el centro de las destacadísima actividad teatral del siglo XVII. • Se mantiene el teatro clásico grecolatino en universidades y colegios. 6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA 6.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI 243
  • 244. LOPE DE RUEDA • Dentro de este teatro sobresale la figura de Lope de Rueda. • Actor, director de escena y autor al mismo tiempo, escribió muchas comedias en prosa al modo italiano, pero introdujo muchas novedades, como la utilización de numerosos elementos cómicos para adaptar la comedia culta italiana al ambiente popular en que se representaban las obras. • Muy conocidos son sus pasos, breves piezas cómicas representadas en los entreactos de las comedias, cuyo éxito popular se debe a su cercanía al folclore. • Los pasos de Lope de Rueda darán lugar a los entremeses, caracterizados por su brevedad, su comicidad y el dominio del lenguaje. Pasos= entremeses Los entremeses son obras breves y cómicas. El tema principal es el amor y la muer es un personaje activo central. Es fundamental el lenguaje. Pasos= entremeses Los entremeses son obras breves y cómicas. El tema principal es el amor y la muer es un personaje activo central. Es fundamental el lenguaje. 6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA 6.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI 244
  • 245. • En el florecimiento del teatro español que lleva hasta Lope de Vega y los dramaturgos del XVII tuvo gran importancia la actividad teatral en Sevilla y Valencia a fines del siglo XVI • Los autores valencianos incorporaron a sus obras muchos elementos (asuntos de la historia nacional, temas locales, tono costumbrista, aproximación al gusto popular…) que después aprovechó Lope de Vega. • Otros autores como el mismo Cervantes o Juan de la Cueva también contribuyeron al auge del teatro. 6. EL TEATRO RENACENTISTA6. EL TEATRO RENACENTISTA 6.2. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI 245