El documento aborda la gestión de ecosistemas para mitigar y adaptarse al cambio climático, destacando la importancia de la mitigación mediante el secuestro de carbono y políticas como REDD+. Se presentan seis casos que demuestran cómo los ecosistemas pueden reducir la vulnerabilidad de comunidades ante variaciones climáticas, incluyendo la agricultura, cuencas y costas. Se enfatiza la necesidad de integrar la adaptación y mitigación en la gestión del territorio, reconociendo los trade-offs y la complejidad en la implementación de estrategias efectivas.