Acciones para una
                                              Buena
                                              Comunicación en campañas electorales
Manual de Marketing y Comunicación Política
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3

         ¿Quiénes somos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

         Capítulo I
         a. Política y marketing político . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
         b. El comando de campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
         Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27

         Capítulo II
         a. Características del electorado argentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
         b. Los estudios de opinión pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38
         c. Estrategia de campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55
         Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81

         Capítulo III
         Los medios y la política en la era del infoespectáculo . . . . . . . . . . . . . . .85
         Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100
Índice



         Capítulo IV
         Comunicación con lo medios: periodistas vs. dirigentes . . . . . . . . . . . . .103
         Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113

         Capítulo V
         a. La comunicación política hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117
         b. ¿Es el candidato el mensaje? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .119
         Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149

         El presupuesto de campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .157

         Caso práctico: San Miguel de Garicoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .169

         Los cien puntos de Joseph Napolitan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .177
L     a política actual, en la Argentina y en casi toda Latinoamérica,
                está caracterizada por la baja participación e involucramiento
          de los ciudadanos en la cosa pública, lo cual ha provocado una
          alarmante falta de representatividad de los dirigentes políticos,
          sociales y económicos.

          La representatividad es una cuestión estratégica en la política, es un
          pilar de la misma y debe ser materia de estudio, de modo que la
          dirigencia pueda sintonizar los códigos de la sociedad a la cual se
          supone que interpreta y vela por su normal desenvolvimiento.

          Los argentinos buscamos y necesitamos respuestas concretas,
          transparencia y efectividad en la gestión. Los partidos políticos se
          encuentran jaqueados o rodeados por la indiferencia y, en algunos
Prólogo


          casos, hasta por el repudio generalizado.

          Hoy en día asistimos a "dirigentes sin dirigidos” y "dirigidos sin
          dirigentes”, lo cual ha llevado a este peligroso quiebre o
          desconocimiento de los partidos políticos y de las instituciones
          de la República.

          Esto es un desafío para la política en terminos generales, pero
          especialmente para la comunicación política, de la cual el marketing
          político es un instrumento.

          En este contexto, podemos constatar que en muchos sistemas
          democráticos altamente desarrollados, la política y los medios de
          comunicación han contraído una estrecha relación simbiótica, a
          menudo problemática para la conformación de una opinión pública
          crítica y una cultura política democrática.

          En esta "relación simbiótica", los sistemas democráticos dependen
          cada vez más de la comunicación; por consiguiente, la política se
          torna más proclive a las escenificaciones. Esto no implica
          automáticamente una menor calidad democrática, como tampoco el

                                                                                   3
moderno proceso medial constituye en sí mismo un aporte
                         a la democracia.

                         Esta interacción es sumamente compleja y difícil de descifrar para
                         los involucrados. Por eso nació la idea de elaborar este manual,
                         que está ideado para ser una herramienta de alto sentido práctico
                         y didáctico para aquellos ciudadanos interesados en aumentar
                         su participación republicana y que aspiren ser candidatos en su
    Ing. Hans Blomeier   barrio, ciudad o provincia, o convertirse en analistas
                         o participantes en equipos de campaña electoral.

                         Se ha puesto énfasis en desarrollar un material moderno, de ahí la
                         inclusión del video, además del tradicional material escrito. El
                         video con sus claros y prácticos ejemplos será sin duda de gran
                         utilidad para todos los lectores de nuestro manual, dado que
                         podrán ver en el mismo, la visualización de los aspectos teóricos.

                         El Manual de Marketing y Comunicación Política fue realizado
                         por expertos consultores de la problemática en cuestión: Carlos
    Lic. Oscar Ensinck
                         Fara, Carlos Germano, Jorge Dell´Oro, Santiago Rossi y Eduardo
                         Zukernik. Sirvan estas líneas para agradecer profundamente el
                         empeño y la profesionalidad puestos en la elaboración del
                         Manual como del Video.

                         Hoy uno de los mejores aportes que podemos hacer las
                         instituciones, hombres y mujeres que abrazamos las causa de la
                         Democracia y de la República, es incentivar y profundizar la
                         participación, de modo de revitalizar los sistemas políticos de
                         toda Latinoamérica, aspirando a que la difusión de las
                         herramientas del análisis político, de las encuestas, de la
                         comunicación y del marketing político sean un verdadero
                         instrumento y un motivador en dicha tarea.




                               Ing. Hans Blomeier                Lic. Oscar Ensinck
                                 Representante                        Presidente
                          Fundación Konrad Adenauer - KAS          Asociación Civil de
                                   en la Argentina             Estudios Populares - ACEP


4
Quiénes somos                                       Quiénes somos
La Asociación Civil de Estudios Populares           La Fundación Konrad Adenauer es una fundación
(ACEP), es una entidad creada a fines del año ‘99   política alemana comprometida con el movimiento
en Argentina, con el fin de promover el respeto     demócrata cristiano fundada en el año 1964 y se
por los valores democráticos y los derechos y       honra con el nombre del primer Canciller de la
garantías individuales consagrados en la            República Federal de Alemania. Las actividades de
Constitución Nacional. En el marco de este          la Fundación se rigen por los principios que
objetivo, es de especial interés de ACEP, el        determinaron la obra de Konrad Adenauer.
abordaje desde una óptica humanista y cristiana
de las problemáticas del empleo, la salud, la       Objetivos
educación, los jóvenes y la mujer.                  La Fundación Konrad Adenauer ofrece
                                                    formación política, elabora bases científicas para
Objetivos institucionales                           la acción política, otorga becas a personas
Dentro de las prioridades que tiene esta            altamente dotadas e investiga la historia de la
Asociación se ubica la investigación sobre temas    Democracia Cristiana, apoya el movimiento de
de municipalismo, administración y gestión          unificación europea, promueve el entendimiento
pública, formación política, medio ambiente y       internacional y fomenta la cooperación en la
desarrollo sustentable, integración regional,       política del desarrollo.
políticas tecnológicas, economía y seguridad,       Los objetivos de la cooperación internacional de
entre otros, para lo cual ACEP ha diseñado en el    la Fundación Konrad Adenauer se centran en
seno de estructura diversas áreas de estudio de     mantener la paz y la libertad en todo el mundo,
acuerdo con la temática correspondiente.            fortalecer la democracia, luchar contra la
                                                    pobreza y conservar el entorno de vida natural
Actividades                                         para las generaciones venideras.
ACEP, como miembro activo de la Red de
Institutos de Investigación pertenecientes a la     Actividades
Organización Demócrata Cristiana de América         En la República Argentina, la Fundación Konrad
(ODCA), promueve además la realización de           Adenauer trabaja desde hace más de 40 años.
seminarios y jornadas de capacitación destinados    Actualmente concentra sus esfuerzos en las
a funcionarios, legisladores e intendentes, como    siguientes áreas temáticas: desarrollo local y
así también acuerdos de Cooperación                 regional; capacitación y asesoría a dirigentes
Internacional y asesoramiento con instituciones     políticos; reformas políticas; integración regional;
afines como la Fundación Konrad Adeanuer de         políticas económicas y sociales; estado de derecho
Alemania, con la que viene trabajando desde hace    así como medios de comunicación y democracia.
tiempo en el desarrollo de actividades conjuntas    Estas actividades se realizan con contrapartes de
en el campo de la formación de nuevos dirigentes    pensamiento político afín, entre ellos
políticos y sociales.                               universidades, ONGs, centros de estudios,
                                                    partidos políticos y medios de comunicación.




              info@acepweb.org.ar                                     info@kas.org.ar
                                                                                                           5
Política y marketing político
Carlos Germano




E   xiste actualmente una tendencia generalizada a sobrevalorar la
eficacia de las técnicas de marketing y comunicación aplicadas a la
                                                                         Carlos Germano
                                                                         Abogado, Universidad de
política. La política -se dice- es hoy fundamentalmente comuni-          Buenos Aires.
                                                                         Titular de la consultora Carlos
cación. Las técnicas para posicionar a un candidato no difieren
                                                                         Germano y Asociados.
esencialmente de las que se utilizan para posicionar un producto; en     Especialista en opinión pública y
ambos casos se trata de detectar las necesidades -reales o imagina-      en políticas comunicacionales.
rias- de un segmento particular de la población, y de proponerle un      Co-autor del libro "Trastienda
producto que satisfaga sus expectativas. La consecuencia de esa          de una elección" (Konrad
sobrevaloración es que los encuestadores y los asesores de imagen        Adenauer, 2000).
                                                                         Ha dictado seminarios en Chile,
aparecen como los nuevos gurúes de la política, como aquellos que
                                                                         Perú, México, Colombia,
tendrían en sus manos las claves para el éxito o la derrota electoral.   Ecuador, Bolivia
                                                                         Participó en distintas campañas
¿De dónde proviene esta sobrevaloración, y qué grado de verdad           electorales en el país y en
encierra? Una primera constatación es la profesionalización cre-         Latinoamérica.
ciente de las campañas políticas en América Latina, en todos sus         Asesoramiento a gobiernos
                                                                         provinciales y municipales y a
aspectos. Cada vez más, los aspectos técnicos de las campañas
                                                                         funcionarios nacionales.
(incluyendo el diseño de acciones publicitarias y de comunicación,       Organizador de seminarios de
la medición de la opinión pública, la relación con la prensa) son        reforma política, marketing y
encomendados a especialistas.                                            comunicación política.
                                                                         Coordinador general del
Esa profesionalización se vincula con una novedad decisiva en las        “Encuentro para el consenso”
                                                                         organizado por la Fundación
sociedades contemporáneas: el lugar central que ocupan los medios
                                                                         Konrad Adenauer y Conciencia.
masivos de comunicación como escenario privilegiado de la políti-        cgermano@carlosgermano.com.ar
ca. En sociedades como las nuestras, cada vez más complejas y
diferenciadas, los medios de comunicación, y en particular la tele-
visión, se convierten en el instrumento más apropiado para hacer
llegar un mensaje a una población muy amplia.

A diferencia de lo que ocurría antes, cuando los dirigentes políti-
cos tenían un contacto directo con sus votantes, y conocían "de
primera mano" cuáles eran sus necesidades y demandas, hoy esta
cercanía es virtualmente imposible, y esto lleva a que se desarrollen
diversos mecanismos de mediación. Los medios de comunicación
son para los dirigentes políticos la mediación más adecuada para
llegar a un público muy extenso. Los sondeos de opinión, e inclu-
so cierta utilización de los medios de comunicación por parte de la
población (como cuando se producen manifestaciones destinadas a
ser captadas por la cámara, para ganar visibilidad en el espacio
público) son mediaciones que permiten transmitir las necesidades
                                                                                                             7
Carlos Germano

                                               y preocupaciones de la ciudadanía a los dirigentes. La política,
                                               entonces, tiene lugar cada vez más en el escenario mediático. Esta
                                               novedad (irreversible, por otra parte) tiene innumerables conse-
                                               cuencias para el funcionamiento de la democracia: la persona-
                                               lización de la política en los candidatos antes que en los partidos,
                                               la posibilidad de aparición de outsiders con una fuerte presencia
                                               mediática, el predominio de la imagen ante que la argumentación
                                               en la contienda electoral, etcétera.

                                               Para el tema que aquí nos ocupa, lo fundamental es que con la
                                               mediatización de la política los dirigentes se ven forzados a com-
                                               petir en una arena que no es la suya. En efecto, el espacio de los
                                               medios de comunicación tiene reglas propias, diferentes a las de los
                                               lugares clásicos de la actividad política, como lo son las estructuras
                                               partidarias, el Parlamento, la administración pública. Cuando los
                                               políticos recurren a asesores en materia de comunicación, publici-
                                               dad, estudios de opinión, no hacen más que recurrir a personas con
                                               competencias específicas en esas materias; personas que, a diferen-
                                               cia de lo que ocurre con ellos mismos, están familiarizadas con las
                                               reglas del medio y tienen un conocimiento técnico adecuado para
                                               producir un mensaje eficaz.

                           “Nunca pueden       Esta descripción permite colocar las cosas en su justo término: lo
                      sustituir el liderazgo   que el marketing político proporciona son herramientas, que resul-
                     político ni construirlo   tan particularmente adecuadas al contexto en el que hoy se desen-
                            desde la nada”     vuelve la política. Pero en la utilización de esas herramientas, en
                                               la definición de los objetivos y orientaciones a las cuales se subor-
                                               dinan, hay un lugar indelegable e insustituible que corresponde al
                                               liderazgo político. Si existe tal liderazgo, las técnicas del marke-
                                               ting y la comunicación pueden servir para potenciar un proyecto
                                               determinado. Pero nunca pueden sustituir al liderazgo político, ni
                                               construirlo desde la nada.
                                               Para decirlo en pocas palabras: lo que el marketing político ofrece
                                               son técnicas para resolver el cómo de la política en su aspecto de
                                               comunicación, que hoy, con la centralidad de los medios masivos,
                                               cobra gran importancia. Pero la definición de lo fundamental, esto
                                               es, del qué de la política, es una responsabilidad intransferible e
                                               insustituible de quienes hacen la política, es decir, de los políticos.

                                               Como señalamos al comienzo, se percibe actualmente una ten-
                                               dencia a sobrevalorar las herramientas del marketing político,
                                               adjudicándoles un rol que excede ampliamente sus virtudes.
                                               Paradójicamente, esta sobrevaloración no proviene tanto de los
                                               profesionales que trabajan en este ámbito -que, por así decirlo, son
                                               más conscientes de las limitaciones de las técnicas que manejan-,
                                               sino de los demás actores de la política, como los periodistas o los
                                               propios dirigentes. Es necesario llamar la atención sobre este
                                               hecho, ya que la sobrevaloración de las técnicas del marketing
                                               político puede conducir a cierto vaciamiento de la actividad políti-

8
Capítulo I
ca propiamente dicha. De hecho, parece existir una relación direc-
ta entre la pérdida de protagonismo y liderazgo de la clase políti-
ca, y la medida en que confía exclusivamente en el marketing y la
comunicación como medio para recrear su legitimidad social.
Como si en el momento en que se torna impotente para construir
un proyecto inclusivo, capaz de movilizar a la sociedad, optara por
el recurso al marketing político para colmar ese vacío.

Una técnica que en los últimos tiempos ha tenido una difusión            “El rol del dirigente
inédita es la de las encuestas de opinión. En sociedades complejas,      político va más allá
las encuestas son instrumentos eficaces para conocer las preferen-       de repetir aquello
cias, necesidades y prioridades del electorado. Sin embargo, no es       que la gente opina”
posible definir la política sobre la base de las encuestas. El rol del
dirigente político va más allá de repetir aquello que la gente opina.
Lo propio de la política es trabajar para construir el futuro colec-
tivo de una sociedad a partir de un proyecto, de una idea.

Es por eso que el político, sobre todo el gobernante, muchas veces
tiene que colocarse un paso adelante de su sociedad, para propo-
ner temas o perspectivas que quizás en ese momento no cuentan
con un consenso mayoritario. La apuesta del dirigente no es tan
sólo acertar con lo que la sociedad ya piensa, sino también pro-
poner alternativas y soluciones, confiando en que el valor de su
propuesta podrá volcar la opinión en su favor.
Estas afirmaciones pueden ser ilustradas con algunos ejemplos de
la política reciente de la Argentina.

Un claro ejemplo es lo que ocurrió en la Argentina con la política
de privatizaciones encarada por Carlos Menem. La Argentina de
ese momento tenía una larga tradición de control estatal sobre los
servicios públicos y las principales actividades económicas. La
presencia del Estado en todas las áreas de la economía había sido
impulsada por el justicialismo bajo la conducción de Juan
Domingo Perón, y era un tema central en la propuesta de los dos
partidos mayoritarios, el PJ y la Unión Cívica Radical. Es decir que
el "estatismo" estaba fuertemente instalado en la opinión de la ciu-
dadanía. Si se hubiera hecho una encuesta en ese momento, es muy
probable que la opinión mayoritaria hubiera sido el rechazo a las
privatizaciones. Sin embargo, el pre-sidente Menem llevó adelante
las privatizaciones, la calidad de los servicios públicos mejoró, esa
política ganó consenso en la ciudadanía y, finalmente, por esta y
otras iniciativas, Menem fue reelecto en el año 1995 con el 50% de
los votos.

Lo que ocurre es que la actividad política no es reductible a un
modelo de mercado, en el cual habría, por un lado, ciudadanos
-consumidores con determinada demanda; y por el otro, diri-
gentes- productos con características adecuadas para satisfacer esa
demanda. Por el contrario, en política es la propia oferta del diri-

                                                                                                              9
Carlos Germano

                                           gente la que en alguna medida constituye la demanda. Frente a una
                                           coyuntura determinada, los dirigentes proponen a la sociedad una
                                           agenda de temas prioritarios, determinados principios de división
                                           de la escena política, y los ciudadanos eligen entre alternativas
                                           construidas por las propuestas en competencia. Si es posible hablar
                                           de un mercado de la política, en él los términos de la demanda no
                                           preexisten a la oferta.

                                           La dependencia de las encuestas -una de las formas que asume la
                                           sobrevaloración de las herramientas del marketing político- con-
                                           duce a la homogeneización de las propuestas, y por lo tanto a un
                                           achicamiento del espacio de la política. Muchas veces, la recurren-
                                           cia a las encuestas para definir posiciones sobre temas clave es el
                                           correlato de una clase política en retroceso, con autonomía decre-
                                           ciente, y que resigna sus responsabilidades de liderazgo. Para decir-
                                           lo en los términos que proponíamos antes: se cifran todas las espe-
                                           ranzas en el cómo de la política (la comunicación, la publicidad,
                                           etcétera) porque no se tiene el claro el qué, la propuesta de fondo.

                                           La campaña electoral de Eduardo Duhalde en 1999 ofrece un claro
                                           ejemplo de esto.
                                           Después de un extenso enfrentamiento con el presidente Menem por
                                           la reelección y la candidatura del PJ, Duhalde encaró el último tramo
                                           de la campaña electoral sabiendo que estaba diez puntos por detrás de
                                           Fernando de la Rúa, y sin lograr descontar esta ventaja. Sin acertar a
                                           definir una línea política clara, porque intentó disputarle a la oposición
                                           sus temas sin conseguirlo, terminó delegando la conducción de su
                                           campaña en Duda Mendoça, un publicista brasileño que venía de una
                                           experiencia exitosa en la provincia de Córdoba. Más allá de la compe-
                                           tencia técnica de Mendoça, que no juzgamos aquí, lo cierto es que la
                                           campaña de Duhalde navegó sin rumbo, y nunca llegó a consolidarse.

                       “El déficit de la   ¿Se trató de un problema de comunicación política? ¿Hubiera
                  campaña de Duhalde       ocurrido otra cosa con otro equipo de comunicación? Creemos
                      era un déficit de    que no, porque el déficit de la campaña de Duhalde era un déficit
                              política”    de política: el candidato justicialista no acertó a definir nunca el
                                           qué de su propuesta, el elemento de diferenciación que quería pro-
                                           poner a la sociedad argentina. Esta definición quedó entonces en
                                           manos de los equipos de comunicación. El resultado fue un hueco
                                           llamado a la "Concertación social", apelación que resonó en el
                                           vacío, y que no se refería a ningún tema que fuera reconocible por
                                           la sociedad argentina.

                                           ¿Qué ocurrió con la campaña de Fernando de la Rúa? Si la expe-
                                           riencia de Eduardo Duhalde es señalada habitualmente como un
                                           ejemplo desafortunado de comunicación política, la de Fernando
                                           de la Rúa apareció en su momento como el paradigma de una
                                           comunicación exitosa, y como el ejemplo de lo que es capaz de
                                           lograr un equipo de comunicación eficaz. Esto es así al punto de

10
Capítulo Î
que alguno de los artífices de esa campaña (el hijo del presidente,
Antonio de la Rúa, el publicista Ramiro Agulla, el asesor norte-
americano Dick Morris) se convirtieron por algunos meses en vir-
tuales celebridades del ámbito político. Incluso, alguno de los co-
merciales de la campaña ("dicen que soy aburrido") fue señalado
como punto de inflexión en la contienda electoral, y como decisi-
vo en la definición del resultado.

Es indudable que la campaña que desarrolló Fernando de la Rúa
fue impecable desde el punto de vista de la comunicación. ¿Pero
fue esto un mérito de los equipos técnicos, o fue más bien la con-
secuencia de la claridad con que De la Rúa definió los ejes de su
propuesta, dando un contenido preciso a demandas y expectativas
que a nivel de la opinión pública aparecían como difusas y requeri-
doras de articulación?

El candidato de la Alianza planteó con convicción los puntos cen-
trales de su campaña: continuidad en materia económica, incluyen-
do convertibilidad y defensa de la estabilidad; transparencia en la
gestión de gobierno, y que el ajuste debería hacerlo la política. Sobre
la base de estos ejes, es decir, teniendo en claro el qué de la política,
fue que sus asesores pudieron instrumentar el cómo con pericia téc-
nica y con un resultado exitoso. Pero el éxito no es atribuible al
equipo de comunicación, sino a una línea política clara.

Dos hechos se pueden mencionar para abonar esta interpretación.
En primer lugar, el mismo equipo de comunicación que colaboró
con el triunfo a nivel nacional, fue responsable de la campaña elec-
toral en provincia de Buenos Aires. Incluso los comerciales para
uno y otro ámbito tuvieron el mismo estilo. Sin embargo, la Alianza
fue derrotada en la provincia de Buenos Aires por el candidato jus-
ticialista. Este hizo una campaña apenas decorosa desde el punto de
vista de las piezas publicitarias, pero sin embargo logró instalar con
fuerza el tema de la seguridad, a la cabeza de las preocupaciones de
los votantes de ese distrito, y llevó adelante un política inteligente
de alianzas, lo que finalmente le aseguró el triunfo.

El segundo elemento para abonar el argumento sobre la primacía
de la política es que, luego de asumido el gobierno, se convirtió en
un lugar común señalar los puntos deficitarios de comunicación
que padecía el gobierno de De la Rúa. La comunicación del go-
bierno, sin embargo, fue conducida durante largos meses por el
mismo equipo al que se había atribuido el éxito electoral.

Lo que ocurrió fue que, en un contexto de prolongada recesión
económica, el gobierno debió moverse entre dos imperativos con-
tradictorios: por un lado, equilibrar las cuentas fiscales para garan-
tizar el acceso al financiamiento externo; por el otro, procurar la
reactivación de la economía, atendiendo entretanto a las demandas

                                                                                         11
Carlos Germano

                                  sociales en aumento. Atenazado en ese estrecho margen de acción,
                                  e incapaz de procesar sus contradicciones internas, el gobierno no
                                  acertó a definir con claridad una línea política que respondiera a las
                                  expectativas abiertas durante el proceso electoral.

                                  Se trató, indudablemente, de un problema de política y de lideraz-
                                  go, no de comunicación. Dadas las vacilaciones y dudas que
                                  provinieron de la conducción política, el mismo equipo de comu-
                                  nicación que durante la campaña electoral había sido el nuevo gurú
                                  de la política argentina, terminó siendo devorado por la dinámica
                                  de la crisis, y abandonó silenciosamente el manejo de la imagen
                                  presidencial.

                                  Lo cual nos conduce a un segundo punto, cuya importancia es
                                  decisiva. Las herramientas de investigación en opinión pública
                                  (sondeos de opinión, entrevistas en profundidad, focus groups,
                                  etcétera) brindan la posibilidad de sintonizar muy finamente las
                                  demandas del electorado. Lo cual hace posible, a su vez, una uti-
                                  lización cínica de ese conocimiento, en el sentido de buscar el
                                  triunfo electoral prometiendo todo aquello que la ciudadanía
                                  anhela escuchar.

                                  Esta posibilidad, limitada en el período electoral sólo por la respon-
                                  sabilidad de la dirigencia y la madurez del electorado, revela sus ver-
                                  daderos costos en el momento de la gestión. En efecto, las promesas
                                  desmesuradas de la campaña conducen a una inflación de las expec-
                                  tativas del electorado, mientras que la gestión de gobierno exige
                                  adaptarse a las limitaciones y restricciones que impone la realidad.

     La brecha entre las expectativas alimentadas durante la campaña, y lo que luego resulta posible en
     la gestión, pueden derivar a su turno en un acelerado desgaste y pérdida de legitimidad del gobier-
     no, con consecuencias potencialmente lesivas para la estabilidad del sistema político en su conjunto.

                                  Ocurre que la dirigencia política debe moverse entre dos exigencias
                                  que no son idénticas, y que pueden resultar contradictorias: de un
                                  lado, la función de representar los intereses y demandas de su base
                                  electoral; del otro, la función de liderazgo tendiente a la realización
                                  de dichos intereses y demandas.

                                  En los hechos, un liderazgo eficaz tendiente al logro de determina-
                                  dos objetivos queridos por la población (por ejemplo, el cre-
                                  cimiento económico) puede implicar la postergación en la coyun-
                                  tura de ciertas demandas específicas. Uno de los desafíos para la
                                  dirigencia política de las democracias contemporáneas es, precisa-
                                  mente, tener la capacidad para presentar con claridad a la ciu-
                                  dadanía cuáles son las restricciones del presente, y cuáles las vías de
                                  acción -incluso impopulares- con probabilidades ciertas de éxito.

                                  La brecha entre expectativas y gestión de gobierno podría ser uno

12
de los factores que explican la baja ponderación frente a la opinión
pública de la mayoría de los presidentes de América Latina. En
efecto, según el informe del Barómetro Iberoamericano, publicado
por CIMA en mayo de 2002, los presidentes de 7 de los 13 países
relevados muestran bajos índices de aprobación (menores al 30%)
(ver cuadro adjunto)

Como señala el informe, bajos niveles de aprobación frente a la
opinión pública afectan la gobernabilidad de la administración
nacional, obstaculizan la gestión, y limitan la capacidad del gobier-
no para dotar de continuidad a sus políticas, y esto incide en la
                                                                        Cuadro 1: Índices de aprobación
definición del sucesor presidencial.
Respecto a las causas de esta baja performance, el informe señala
que está asociada a una también pobre evaluación del desempeño
de los gobiernos en la solución de los que aparecen para la opinión
pública como los principales problemas de estos países, y de la
región en general: el desempleo y la corrupción. No casualmente,
ambos temas constituyen habitualmente tópicos centrales de los
discursos de campaña, a la vez que problemas de ardua solución en
el momento de la gestión efectiva de la cosa pública.

De modo que un elemental principio de responsabilidad exige manejar con prudencia las he-
rramientas del marketing político, dado que el éxito fácil que parecen asegurar en el momento
de la elección, puede volverse rápidamente contra sus beneficiarios si estos no están en condi-
ciones de responder con hechos a las expectativas despertadas durante la campaña.


Otro ejemplo de las consecuencias de la brecha entre expectativas
y gestión es lo ocurrido en la Argentina con el gobierno de la
Alianza U.C.R.-Frepaso. Más allá de las dificultades internas para
consolidar una coalición de gobierno, su declinación se vio preci-
pitada por el hecho de que, en un contexto de recesión y déficit fis-
cal inmanejable que ya eran perceptibles en el último año de la
gestión menemista, se vio incapaz de cumplir las promesas de
empleo, salud y educación que fueron los ejes de su campaña. Una
evaluación más realista de la situación, y una advertencia previa de
las dificultades que enfrentaría el próximo gobierno, le hubieran
proporcionado, quizás, mayor margen de maniobra frente a su
base electoral, y hubieran contenido lo que finalmente resultó un
acelerado deterioro de su imagen frente a la ciudadanía.

En este sentido, la renuncia de De la Rúa fue precedida y anticipa-
da por el revés electoral en los comicios legislativos de octubre de
2001. En esas elecciones, caracterizadas por un clima generalizado
de pérdida de credibilidad y rechazo hacia la dirigencia política,
que encontró su canal de expresión en el voto en blanco y nulo, la
Alianza U.C.R.-Frepaso resignó, respecto de los comicios presi-
denciales de 1999, la cantidad insólita de 5.800.000 votos. Aunque
el voto en blanco y nulo castigó a toda la dirigencia -como lo mues-

                                                                                                          13
Carlos Germano

                      tran su magnitud absoluta, cercana a 3.900.000 sufragios, y el hecho
                      de que también el PJ vió caer su base electoral en algo más de
                      1.500.000 votos-, es indudable que la licuación del capital político
                      de la Alianza fue una consecuencia de la frustración de las expecta-
                      tivas inmanejables que alentó durante la campaña electoral.

                      Con un problema adicional: dado que la suma de voluntades que
                      condujo a De la Rúa al gobierno no resultaba de una verdadera
                      articulación política de fuerzas partidarias y sociales en torno a un
                      programa concreto de gobierno, sino de una confluencia difusa en
                      torno a ciertos enunciados generales, a medida que la gestión fue
                      exhibiendo sus límites la coalición gobernante se vió expuesta a, y
                      debilitada por, un proceso centrífugo de alejamiento de dirigentes
                      y sectores sociales.

                      Las expresiones electorales de esos desprendimientos de la Alianza
                      original fueron el ARI y el Polo Social de Luis Farinello. Aunque
                      sus performances electorales fueron decorosas, estuvieron muy
                      lejos de lograr lo que constituía su objetivo de máxima: capitalizar
                      el rechazo de la ciudadanía hacia la clase política tradicional y los
                      costos sociales de la política económica. Esto, porque pareció pesar
                      en la memoria colectiva la experiencia del Frepaso, cuyos diri-
                      gentes, exitosos a la hora de expresar las demandas de la gente, no
                      estuvieron a la altura de las circunstancias cuando debieron
                      afrontar responsabilidades de gestión.

                      Lo cual nos conduce a otro punto de la mayor importancia. Si efec-
                      tivamente el voto en blanco e impugnado afectó principalmente a la
                      Alianza U.C.R.-Frepaso, sin que el descontento fuera capitalizado
                      por los desprendimientos de esa coalición, ¿quiénes se mantuvieron
                      más o menos a salvo de la ola de votos negativos? Fundamental-
                      mente, los mandatarios provinciales con gobiernos "exitosos", esto
                      es, con provincias más o menos bien administradas, y en su mayoría
                      justicialistas, que contribuyeron a los triunfos de sus candidatos en
                      los comicios para senador nacional. En consecuencia, el mensaje de
                      las urnas en octubre de 2001 no fue el de un rechazo total a la clase
                      política en su conjunto, si no que, junto al rechazo de ciertas acti-
                      tudes de la clase política, y a la reacción "visceral" por la crisis
                      económica, lo que apareció fue una demanda de mayor eficacia y
                      calidad en el desempeño de la acción de gobierno, esto es, una
                      demanda de gestión, que castigó el fracaso de la Alianza y premió la
                      performance de los buenos administradores.

                      Para el tema que aquí nos ocupa, la conclusión que surge de estas
                      observaciones es que, antes de rendirse a la promesa de un éxito
                      fácil que el marketing político parecería garantizar, la dirigencia
                      política debería evaluar con realismo qué está en capacidad de
                      hacer, y qué medidas resultarán viables una vez que acceda al go-
                      bierno. Y esto, no exclusivamente por un imperativo ético de

14
Capítulo I
responsabilidad hacia el electorado, sino por la consideración
estratégica de que aquello que en un primer momento aparece
como pura ganancia, se puede trocar rápidamente en un factor de
inestabilidad, pérdida de legitimidad, y fragilidad política, en la
medida en que no pueda ser respaldado con soluciones de gestión.

La otra conclusión, no menos central, es que para una fuerza             “No hay mejor
política con responsabilidades de gestión no hay mejor marketing         marketing que la
que la acción de gobierno. Uno de los malentendidos centrales que        gestión de gobierno”
pesan sobre el marketing político ve en él una herramienta capaz de
enmascarar cualquier realidad, por negativa que esta sea, para la
imagen o los objetivos de una fuerza política o un dirigente. Es así
que, por ejemplo, frente a flagrantes hechos de corrupción, o frente
a administraciones desastrosas por lo deficitarias e ineficaces, suele
aducirse que "tienen un problema de comunicación". Frente a tales
malentendidos, es necesario enfatizar que el marketing político es
una herramienta que facilita y prefecciona la comunicación políti-
ca y de gobierno, pero que se alimenta de realidades. Si es cierto
que "no es suficiente que la mujer del César sea honesta, sino que
debe parecerlo", también es cierto que no hay nada más eficaz para
parecer honesto que serlo.

De la misma manera, el marketing político no puede ignorar u
ocultar la realidad en su materialidad obstinada e inevitable.
Cuando intenta hacerlo, los mensajes de la dirigencia se tornan
irreconocibles e irrelevantes para el ciudadano común, y se pro-
fundiza la percepción de una clase política autista y encerrada
sobre sí misma y el abismo existente entre representantes y repre-
sentados.

Un ejemplo dramático en este sentido lo constituye el último dis-
curso presidencial de Fernando de la Rúa. Como es sabido, dicho
discurso, transmitido en cadena nacional para anunciar el estado de
sitio en la noche del 19 de diciembre de 2001, provocó una reacción
espontánea de la ciudadanía porteña, que se volcó a las calles, que
a la postre terminaría con el gobierno.

Ese discurso puede ser leído como ejemplo extremo de los errores
a los que conduce la sobrevaloración del marketing político. En
primer lugar, por la elección de una estrategia de negación discur-
siva para enfrentar una realidad inocultable y dramática. En efecto,
lo que resultó conmocionante para la opinión pública fue ver a un
presidente obstinado en sostener y afirmar una apariencia de nor-
malidad, frente a un país sacudido por los saqueos y la confiscación
forzosa de los ahorros bancarios. En segundo lugar, porque, decre-
tando el estado de sitio, De la Rúa pretendió realizar un gesto de
autoridad para el cual carecía de las condiciones políticas nece-
sarias. En este sentido, la actitud de De la Rúa es un caso extremo
de promesa incumplida, en el cual un dirigente se compromete con

                                                                                                             15
Carlos Germano

                      decisiones y cursos de acción para los cuales carece de los recursos
                      y las condiciones de factibilidad requeridas.
                      Ambas actitudes, en un contexto ciertamente excepcional, fueron
                      las que desencadenaron la reacción indignada de la gente. Lo que
                      nos interesa destacar aquí es que el discurso de De la Rúa ejempli-
                      fica cómo la sobrevaloración del marketing político puede con-
                      tribuir a la deslegitimación de la dirigencia. En el caso de la políti-
                      ca normal, esa deslegitimación ocurre en un proceso lento pero
                      persistente, cuyo resultado es en cosecuencia contradictorio con
                      los objetivos perseguidos al echar mano de los recursos que el mar-
                      keting político proporciona.

                      Si las ideas que estamos proponiendo son correctas; si es cierto que
                      se tiende a sobrevalorar las herramientas de la comunicación y el
                      marketing cuando se recurre a ellas para compensar un déficit de
                      liderazgo y construcción de políticas, entonces la sobrevaloración
                      actual de esas técnicas en nuestras democracias es algo más que un
                      mero error de apreciación de las dirigencias, y constituye más bien
                      un síntoma de la situación de debilidad relativa de los sistemas
                      políticos frente a otros actores de la escena nacional, y frente a ten-
                      dencias globales que afectan por igual a todos los países.

                      En lo que sigue vamos a referirnos al caso argentino, pero proba-
                      blemente el mismo diagnóstico pueda aplicarse a otros países de la
                      región.

                      La situación actual de la Argentina se caracteriza por un debilita-




16
Capítulo I
miento terminal del vinculo de representación entre ciudadanía y
clase política, producto de lo que se percibe como una ruptura
absoluta entre los objetivos y actitudes de la dirigencia y las necesi-
dades reales de la población. Una encuesta reciente de Gallup (sep-
tiembre de 2002), de alcance nacional, pone en cifras concretas esa
desconfianza: el 80% de los consultados considera que se trata de
una actividad "poco o nada respetable". Otro estudio realizado por
nuestra consultora en el conurbano bonaerense en abril de 2002
arrojó que siete de cada diez entrevistados consideraba que los
principales responsables de la crisis argentina eran "los políticos".

Esta pérdida de legitimidad de la clase política es en gran parte el      7 de cada 10
resultado diferido de las actitudes asumidas por dirigentes de todos      entrevistados considera
los niveles durante la década de los ´90, tanto en la defensa de pri-     que los principales
vilegios corporativos, cuanto en la reticencia a avanzar en la inves-     responsables de la crisis
tigación de presuntos hechos de corrupción.                               argentina eran “los
                                                                          políticos”
La corrupción, esto es, la utilización del poder de disposición
pública para el provecho personal, es condenable no sólo desde el
punto de vista moral, o por constituir un delito, sino también desde
el punto de vista de la eficiencia del sistema político, porque es la
vía para inducir al sistema a decisiones contrarias al interés común.
Son esas realidades las que alimentaron la desconfianza de los ciu-
dadanos en la dirigencia, y las que, a partir del desenlace abrupto
de la crisis económica en diciembre y enero últimos, han conduci-
do a una deslegitimación terminal del sistema político e institu-
cional en su totalidad.

La crisis económica que hoy vive la Argentina, cuyos capítulos
centrales han sido el congelamiento de los depósitos bancarios y la
devaluación, con su correlato de inflación y caída del poder adqui-
sitivo de los salarios, ha tenido dos consecuencias que no hacen
sino profundizar la crisis de legitimidad. En primer lugar, el
aumento de la pobreza y la exclusión social hasta niveles descono-
cidos en la Argentina. En segundo lugar, un proceso generalizado
de desinstitucionalización de la vida social, política y económica
del país, por el cual cada sector se atrinchera en la defensa de su
interés particular, procurando descargar sus costos sobre un sector
público debilitado y fragmentado por la crisis de representación.

Más allá de los factores particulares de la coyuntura argentina -cuya
gravedad, por otra parte, es imposible ignorar-, existen tendencias
estructurales que subyacen a la pérdida de legitmidad de la clase
política. En este sentido, las nuevas realidades de la globalización
imponen exigencias inéditas de eficiencia, flexibilidad y capacidad
de adaptación, a las que los elencos políticos tradicionales no siem-
pre están en condiciones de responder. La revolución de las comu-
nicaciones establece una nueva visibilidad para la actuación del sis-
tema político, a la vez que opera como un inductor de mayores exi-

                                                                                                              17
Carlos Germano

                                 gencias de calidad y eficiencia en el manejo de la cosa pública.
                                 Sobre este escenario, se verifica una pérdida de protagonismo de la
                                 clase política tradicional, que pierde la batalla por la construcción
                                 de la opinión pública en manos de los medios de comunicación, y
                                 ve estrecharse el margen de autonomía para la adopción de medi-
                                 das económicas por la capacidad de veto de los mercados
                                 financieros locales e internacionales.

                                 Al menos en la Argentina, hoy son los medios de comunicación y
                                 los organismos financieros internacionales quienes definen la agen-
                                 da pública. La clase política aparece incapaz de incidir sobre la
                                 imaginación o sobre el bolsillo de sus conciudadanos. Deslegitima-
                                 da frente a la sociedad, e impotente para proponer un futuro inclu-
                                 sivo, se ve reducida a planificar las condiciones de su propia
                                 desaparición. Esta situación es alentada por aquellos sectores que
                                 ven en el sistema político un mero obstáculo para implementación
                                 tecnocrática de recetas económicas.

       “Los partidos políticos   El correlato de esta debilidad de la política frente a otros intereses
             figuran entre las   sociales es la pérdida de credibilidad de sus espacios institucionales
     instituciones con menor     frente a la opinión pública. En efecto, según el informe del
        nivel de credibilidad”   Barómetro Iberoamericano mencionado más arriba, el Congreso y
                                 los partidos políticos figuran entre las instituciones con menor
                                 nivel de credibilidad, no sólo en la Argentina, sino en la totalidad
                                 de 13 países de América Latina relevados. Como dijimos, esta
                                 situación es consecuencia tanto de determinadas actitudes de la
                                 dirigencia política, cuanto de la pérdida de autonomía y capacidad
                                 de gobierno de esa dirigencia frente a otros intereses sociales.

                                 Contra el diagnóstico que ve en el achicamiento y la pérdida de
                                 legitimidad del sistema político una oportunidad para la eficiencia
                                 y la racionalidad administrativa, nosotros consideramos necesario
                                 que la política en su verdadero sentido, como herramienta para la
                                 transformación de la sociedad al servicio del bienestar general,
                                 recupere el protagonismo perdido. Ocurre que si la política no
                                 asume el protagonismo que le corresponde en la definición de un
                                 proyecto inclusivo de sociedad, son los intereses sectoriales los que
                                 marcan el rumbo de las decisiones del poder público.

                                 Pero recuperar el protagonismo perdido exige restablecer el víncu-
                                 lo con la ciudadanía, y esto sólo se logra poniendo la política al ser-
                                 vicio de la gente. Para esto es necesario avanzar en una reforma del
                                 sistema político, que perfeccione los mecanismos de participación
                                 y control ciudadanos, y tienda al aumento de la calidad y eficien-
                                 cia de la representación ejercida por los dirigentes.

                                 Además de la arquitectura institucional, es imprescindible una
                                 profunda autocrítica de nuestra clase dirigente, y actitudes concre-
                                 tas para reconstruir la representatividad del sistema político. En

18
Capítulo I
este sentido, la Argentina ha conocido este año diversas iniciativas
de reforma política, impulsadas por el oficialismo y la oposición.
Hasta el momento, no han superado la instancia enunciativa.
La opinión pública contempla esos anuncios con el mismo escepti-
cismo con que observa la política en general. Advierte que, como
tantas veces, las palabras van por un lado y los hechos por otro. Se
pregunta hasta qué punto existe en la clase política la intención ver-
dadera de implementar esa reforma, siendo que fue esa misma diri-
gencia la que prosperó al amparo de un estilo de hacer política ca-
racterizado por el clientelismo, las prebendas autoadjudicadas y los
privilegios injustificables. El desafío para la dirigencia es romper
con el círculo interminable del escepticismo a partir de hechos con-
cretos. Sólo de esta manera se podrá revertir la desconfianza de la
sociedad hacia el sistema político, y contribuir al afianzamiento
genuino de la democracia. Y es que sin una dirigencia consolidada,
con legimidad social y capacidad para proponer alternativas, no
hay verdadera democracia.

Señalando una tendencia a sobrevalorar el marketing político, y
dijimos también que de esa manera se anteponía el cómo, el
aspecto técnico, instrumental, al qué de la política, al aspecto de
contenido, que sólo puede ser dado por el liderazgo político. Lo
señalado en esta última parte contribuye a ubicar esa tendencia
-que creemos sumamente negativa- en la realidad actual de nuestros
sistemas políticos. Es como si, en lugar de responder políticamente
a la pérdida de protagonismo y legitimidad social, y al angostamien-
to de sus márgenes de autonomía, la dirigencia política buscara
compensar falta de liderazgo con comunicación. Subordinándose
al marketing, la clase política se resigna a no tener nada para
decir, porque hay otros protagonistas que hablan en lugar suyo; e
intenta disimular ese vacío perfeccionando cada vez más la
forma de comunicarlo.




                                                                                      19
El comando de campaña
                               Carlos Germano




                               L    a estrategia electoral es un hecho dinámico, que, a partir de un
                               diagnóstico inicial, se va desarrollando en función de los eventos de
                               la lucha electoral. Una buena estrategia electoral permite organizar
                               y coordinar en una misma dirección lo que de otra manera serían
                               esfuerzos aislados. Para que esto sea posible, es necesario que la
                               campaña tenga una dirección centralizada.

        “Es necesario que la   Esta es precisamente la función del comando de campaña: dirigir y
        campaña tenga una      coordinar todas las acciones orientadas al objetivo de lograr el
     dirección centralizada”   triunfo electoral. En esta función tiene un papel clave el jefe de
                               campaña. El jefe de campaña es la persona responsable de dirigir y
                               coordinar los aspectos estratégicos, económicos, organizacionales
                               y de comunicación de la campaña.

                               Dada la relevancia de esta función, es aconsejable que el jefe de
                               campaña no sea el propio candidato; y, en la medida de lo posible,
                               que sea un dirigente que pueda decirle “no” al candidato y que esté
                               en condiciones de dotar de un marco profesional los aspectos téc-
                               nicos de la campaña.

                               El sentido de la primera recomendación es relevar al candidato del
                               desgaste de gestionar los aspectos organizacionales y económicos,
                               para que pueda concentrarse en el trabajo de campaña propiamente
                               dicho (exposición pública, actos, aparición en medios de comuni-
                               cación, etcétera).

                               La segunda recomendación tiene el sentido de aportar una mira-
                               da desapasionada a la gestión estratégica de la campaña. Las venta-
                               jas de designar a un dirigente que no responda al entorno del can-
                               didato, son, en primer lugar, que suele estar relativamente equidis-
                               tante de las disputas internas que se tejen en el entorno de los can-
                               didatos, lo cual facilita las tareas de coordinación y comunicación
                               en el equipo de campaña. En segundo lugar, que está en condi-
                               ciones de aportar una visión distanciada del compromiso personal
                               y afectivo con el candidato. En tercer lugar, que está, o debería
                               estar, en condiciones de confrontar con las opiniones del propio
                               candidato, en la medida en que lo crea conveniente para la estrate-
                               gia electoral, cosa que no suele ocurrir con el entorno que suele
                               depender política y económicamente del candidato.

                               Una de las funciones claves del comité de campaña es centralizar
20
“Centralizar las




                                                                                               Capítulo I
las finanzas de la campaña. En este punto, el objetivo es definir
una sola "ventanilla" tanto para los ingresos como para los gastos,       finanzas de la
cuya responsabilidad debe estar en manos de una sola persona (o           campaña”
bien el jefe de campaña, o bien una persona de la máxima confian-
za tanto del candidato como del jefe de campaña). El sentido de
esta recomendación es evitar la superposición de competencias o
de gastos, maximizando el rendimiento de los recursos disponibles.

En los últimos años se ha venido verificando en la Argentina una
creciente demanda de la sociedad civil y de organismos no guber-
namentales (ONG’s) por conocer el origen y destino de los fondos
utilizados en la actividad política. Dicha demanda sintoniza con un
clima social de susceptibilidad y desconfianza hacia "el gasto de la
política". Dado que este reclamo está fuertemente instalado en el
electorado, es imposible ignorarlo. Por el contrario, dicho reclamo
puede ser explotado a favor de nuestro candidato, para generar un
hecho político a partir de la transparencia en el manejo de los fon-
dos de campaña. Para lo cual puede ser muy productivo establecer
vínculos, por ejemplo mediante la entrega de informes periódicos,
con las ONG’s dedicadas a fiscalizar los gastos de las políticas.


Desarrollo de la estrategia electoral

Como dijimos, el paso inicial en el planteo de la estrategia electoral
es la definición del escenario electoral. Esta definición supone un
diagnóstico de la coyuntura política, y del posicionamiento de nuestro
candidato en esa coyuntura, a partir del análisis de todos los factores
relevantes que pueden incidir en el resultado de la elección.

Definir el escenario electoral supone desarrollar una respuesta pre-      “¿Qué está pasando
cisa a la pregunta: "¿qué esta pasando con el electorado?". En tér-       con el electorado?
minos más específicos, implica considerar los siguientes puntos:

                 Qué es lo que está en juego en la elección desde la
                 perspectiva de la ciudadanía (elección de cargos
                 ejecutivos o legislativos; plebiscito de la acción de
                 gobierno; adhesión o rechazo a alguna cuestión
                 puntual; elección local o nacional).

                 Cuáles son los temas capaces de movilizar la
                 opinión pública.

                 Cuáles son los problemas y demandas del electora-
                 do que definen el comportamiento electoral (por
                 ejemplo, desempleo, inseguridad, corrupción).
                                                                                                            21
Carlos Germano

                                       Cuáles son los dirigentes de otros niveles que
                                       aparecen bien posicionados frente al electorado.

                                       Cuáles son los dirigentes de otros niveles con ele-
                                       vados índices de rechazo entre el electorado.

                                       Cuáles son las fortalezas y debilidades de nuestro
                                       candidato.

                                       Cuáles son las fortalezas y debilidades de los can-
                                       didatos con los que compite.

                      La estrategia electoral buscará explotar los elementos del contexto
                      favorables al candidato, y neutralizar los elementos negativos. Por
                      ejemplo, según como sea la evaluación de las gestiones nacional o
                      provincial, un candidato a intendente buscará nacionalizar o
                      provincializar la elección, o, por el contrario, circunscribirla a
                      problemas locales. De la misma manera, buscará el apoyo o la
                      desvinculación de los referentes partidarios nacionales o provin-
                      ciales, en función de la ponderación de los mismos frente a la
                      opinión pública del distrito.

                      Respecto a los temas, necesidades y demandas del electorado, por
                      una parte es necesario mantener una propuesta diferenciada para
                      competir electoralmente; pero dicha propuesta debe sintonizar en
                      alguna medida con las expectativas de los electores. De lo con-
                      trario, el mensaje de nuestro candidato carecerá de interés para los
                      votantes, en la medida en que no puedan reconocerse en él.

                      Por último, las fortalezas de nuestro candidato se vinculan tanto a
                      su imagen pública (capacidades y temas con los cuales se lo identi-
                      fica), cuanto a los sectores demográficos y socioeconómicos que
                      constituyen su principal base electoral (hombres o mujeres;
                      jóvenes, adultos o mayores; sectores bajos, medios o medio-altos).

                      Es un lugar común señalar que para ganar una elección no es nece-
                      sario el apoyo de la totalidad, sino sólo de la mayoría del electora-
                      do (o incluso, en un escenario de cierta fragmentación, de menos
                      que la mayoría). Una definición básica de estrategia electoral con-
                      siste en determinar cuál es el público al que va estar dirigido el
                      mensaje de nuestro candidato: si es aquel que constituye su base
                      electoral más firme, o, por el contrario, de lo que se trata es de
                      ampliar las adhesiones, incorporando otros segmentos. A la vez,
                      esto incide en la definición de los temas de la campaña: a veces la
                      mera incorporación de una cuestión aparentemente marginal es
                      suficiente para volcar a favor del candidato un segmento muy
22
Capítulo I
específico del electorado, que puede definir la elección.

En términos más generales, la estrategia electoral consiste en
definir cómo se posicionará nuestro candidato frente al electorado;
cuáles serán los ejes de su mensaje; y cuáles, sus destinatarios pri-
vilegiados, en función de los elementos contextuales definidos en el
escenario inicial.

Para la definición de ese escenario, es útil recurrir a las técnicas de
investigación preelectoral y de opinión pública. Particularmente
relevantes para la definición del escenario son las técnicas cualitati-
vas, tales como focus groups o entrevistas en profundidad. A dife-
rencia de las técnicas cuantitativas (encuesta), que proporcionan
una estimación sobre el comportamiento general del electorado, las
técnicas cualitativas permiten sintonizar muy finamente los imagi-
narios y expectativas de los distintos segmentos sociales y percibir
cómo se organiza el discurso cotidiano sobre los temas en juego en
la elección, los distintos candidatos, etcétera.

No obstante, la relevancia que puedan tener las investigaciones
preelectorales, es necesario tener en cuenta que ellas no son sufi-
cientes por sí mismas para definir la estrategia electoral. Al con-
trario: tales investigaciones son productivas sólo si la información
que aportan se subordina a una estrategia política. Es sólo desde la
conducción política de la campaña que los datos entregados por las
investigaciones pueden ser articulados en una línea de acción capaz
de proporcionar el triunfo electoral.

Si las investigaciones cualitativas son particularmente productivas
para definir el escenario electoral, las encuestas son muy útiles para
monitorear el desarrollo de la campaña. Respecto de las encuestas,
es necesario tener en cuenta que éstas arrojan mucha más informa-
ción que el posicionamiento de cada candidato. En efecto, bien
realizadas, y bien leídas, las encuestas permiten detectar las pre-
ocupaciones de cada segmento; identificar debilidades de los adver-
sarios; medir el impacto de las acciones políticas y de comuni-
cación propias, etcétera. Nuevamente, esta información no es sufi-
ciente para definir la estrategia electoral, sino que constituye un
insumo para la articulación de la estrategia política.

Las técnicas de investigación electoral y opinión pública son un
capítulo de una dimensión decisiva de la estrategia electoral: la
búsqueda, sistematización y utilización de la información. Esta
tarea requiere la conformación de un grupo de trabajo específico,
que reporte al comité de campaña.
Es necesario tener en cuenta que en las sociedades contem-
                                                                                       23
Carlos Germano

                      poráneas, la información es un insumo fundamental de la acción
                      política, a la vez que tiene la capacidad de producir ella misma
                      hechos políticos.
                      La búsqueda de información como insumo para la estrategia elec-
                      toral incluye procurar un conocimiento exhaustivo de los adver-
                      sarios políticos: trayectoria previa, actividad profesional, vínculos
                      políticos y empresariales, vida familiar, etcétera. El objetivo de este
                      trabajo es contar con un recurso estratégico que pueda ser puesto
                      en juego en función de las alternativas de la lucha electoral.

                      En segundo lugar, es necesario conformar un equipo de trabajo
                      encargado del seguimiento y monitoreo de los medios de comuni-
                      cación, tanto gráficos como radiales y televisivos. Con la mediati-
                      zación, gran parte de la lucha política se dirime en la arena de los
                      medios masivos. Esta dinámica de la comunicación mediática es
                      incesante, en la medida en que se renueva día a día sobre una suce-
                      sión de acontecimientos considerados políticamente relevantes.
                      Por lo tanto, es necesario realizar un seguimiento permanente de
                      lo que allí ocurre, de manera de tomar conocimiento de las
                      acciones de comunicación desplegadas por nuestros adversarios, a
                      las cuales se deberá contestar (o eventualmente ignorar, pero con
                      conocimiento de causa). También, es necesario prever un conjun-
                      to de voceros de la campaña (además del candidato, que es, por así
                      decirlo, su vocero "natural"), los cuales deben mantenerse infor-
                      mados de las alternativas de la comunicación mediática, de manera
                      de asegurar una capacidad de la respuesta inmediata a las iniciati-
                      vas de los adversarios.

                      También es necesario tener en cuenta que cada medio desarrolla
                      una línea editorial propia, que incluye posicionamientos claros en
                      determinados temas, simpatías más o menos explícitas por algún
                      candidato, etcétera. Esta información es de la mayor relevancia
                      para los casos en que nuestro candidato se exponga públicamente
                      en esos medios.

                      Por último, es necesario considerar que los medios de comuni-
                      cación están sometidos a una dinámica de permanente búsqueda de
                      información, lo que los hace relativamente permeables a las
                      acciones de comunicación de los actores externos. Teniendo esto en
                      cuenta, es factible y necesario generar hechos destinados a ser
                      reproducidos por los medios de comunicación (por ejemplo, orga-
                      nización de seminarios sobre algún tema de gestión pública; con-
                      tactos con asociaciones civiles y O.N.G´s), que permiten lograr la
                      exposición pública de nuestro candidato no ligada a las actividades
                      "tradicionales" -y cada vez más devaluadas- de campaña.

24
Relación con los medios de comunicación




                                                                                        Capítulo I
Al igual que los demás aspectos de la campaña, la estrategia de        “la estrategia
comunicación debe ser centralizada, coherente y unitaria, y subor-     debe ser
dinada a la conducción estratégica del comité de campaña. Cada         centralizada
una de sus acciones debe estar encaminada a reforzar los ejes del      coherente
mensaje de nuestro candidato, a la vez que adaptada a las circuns-     y unitaria”
tancias del desarrollo de la competencia electoral.

Un trabajo adecuado con los medios de comunicación exige sope-
sar las ventajas y desventajas de los diferentes soportes.

Actualmente, existe una tendencia generalizada a privilegiar la TV
sobre los restantes medios. Esto, principalmente por una cuestión
de alcance. La televisión permite alcanzar simultáneamente mi-
llones de hogares, a la vez que llega a un público que no consume
otro tipo de medios, en especial la prensa escrita.

Aunque estas ventajas son indiscutibles, en la relación con la tele-
visión es necesario tomar en cuenta otros aspectos. En primer
lugar, el costo de la publicidad televisiva, tan elevado que puede
llegar a consumir el grueso de los recursos de campaña. En segun-
do lugar, la propia dinámica de la televisión tiende a "devorar" los
mensajes que se intentan transmitir (o bien por el zapping, o bien
por el carácter vertiginoso del desplazamiento de un tema por
otro). En tercer lugar, la televisión es el ámbito del predominio de
la imagen, lo que implica un soporte significante difícil de contro-
lar por el candidato. En efecto, es posible que un discurso sólido y
bien articulado sea eclipsado en la pantalla por la percepción
inmediata e intuitiva del aspecto físico y la gestualidad del can-
didato. Todos estos argumentos, pero en especial el de los costos,
hacen aconsejable diversificar la estrategia de vinculación con los
medios, y, en particular, prestar atención a las posibilidades de
la radio y la gráfica.

La radio presenta dos ventajas significativas: en primer
lugar, es un medio altamente segmentado, en el cual
cada emisora y programa se dirige a un público
específico, de características más o menos definidas.
En segundo lugar, es un medio que favorece un alto
grado de identificación entre periodista y audiencia.
En efecto, la radio suele ser un elemento que acompaña
el trabajo cotidiano, a la vez que el conductor suele operar como
una especie de mediador entre la noticia y sus oyentes (a partir de
la lectura y comentario de los diarios). Adicionalmente, la radio es

                                                                                                     25
Carlos Germano

                      un medio cuyos costos son comparativamente bajos. Todos estos
                      factores hacen de la radio un medio atractivo para la comunicación
                      de campaña: bajas inversiones publicitarias pueden significar altos
                      réditos en términos de posicionamiento y exposición pública del
                      candidato. Para explotar adecuadamente las posibilidades del
                      medio, es necesario tener un mapa detallado de las emisoras locales,
                      sus alcances, zonas y públicos de influencia, etcétera.

                      Por último, la prensa gráfica. El principal interés de los diarios es
                      que, en la medida en que son el lugar de despliegue de los análisis
                      y las interpretaciones, constituyen el lugar de definición del esce-
                      nario político mediático. Esta construcción tiene un impacto direc-
                      to en las radios (vía lectura de titulares y noticias), y diferido en la
                      TV (en la medida en que contribuye a definir los criterios de rele-
                      vancia de las noticias).

                      Más importante, los diarios son el lugar de expresión de la palabra
                      articulada. Lo que implica que son el ámbito en el cual el candida-
                      to puede, mediante columnas de opinión o entrevistas acordadas
                      con el medio, expresar su punto de vista y fijar posición sobre los
                      temas relevantes de la campaña.

                      Al igual que con las radios, en el caso de los diarios es necesario
                      evaluar el grado de penetración de los diarios locales y, sobre todo,
                      no sucumbir a la fascinación de los grandes medios nacionales. En
                      efecto, para una elección local, es mucho más relevante el diario de
                      la localidad o de la región, en el cual la gente se informa de aque-
                      llo que afecta su vida cotidiana, que los grandes diarios de la
                      Capital Federal, en los cuales la información regional desaparece
                      devorada por el escenario nacional. A la vez, al igual que con las
                      radios, bajas inversiones publicitarias en periódicos locales pueden
                      significar altos réditos en términos de posicionamiento y exposi-
                      ción pública del candidato

                               Por último, no hay que ignorar las posibilidades ofrecidas
                               por las nuevas tecnologías de la comunicación y la infor-
                               mación (NICs). Nos referimos al uso de Internet y del
                                correo electrónico para difundir la propuesta del can-
                                  didato.

                                 Una página web con los antecedentes y las propuestas
                                 del candidato puede proporcionar buenos resultados
                                 con un tipo de electorado independiente, usuario de
                              nuevas tecnologías, y caracterizado por la búsqueda
                          autónoma de información para la toma de decisiones. El
                      correo electrónico puede ser utilizado provechosamente para la
26
comunicación con militantes y simpatizantes que expresamente            Bibliografía
                                                                        Dos Santos, Mario (comp.)
hayan manifestado su voluntad de recibir información por esa vía.       ¿Qué queda de la representación
Su utilización para llegar al público en general, en cambio, puede      política?, CLACSO-Nueva
generar un efecto adverso al deseado.                                   Sociedad, Buenos Aires, 1992.
                                                                        Ferry, Jean-Marc,
                                                                        Wolton, Dominique
La estrategia electoral es el conjunto de decisiones y acciones         El nuevo espacio público.
capaces de garantizar el éxito electoral. Los aspectos clave de dicha   Gedisa, Barcelona, 1995.
                                                                        Maarek, Philippe
estrategia son, en primer lugar, una correcta definición del esce-      Marketing político y
nario electoral; en segundo lugar, la centralización de la conducción   comunicación, Claves para una
de la campaña en un comité de campaña, y, dentro de éste, en el jefe    buena información política,
                                                                        Paidós, Buenos Aires, 1995.
de campaña; en tercer lugar, desarrollar la capacidad de producir       Muraro, Heriberto
hechos y acciones en función de la dinámica de la lucha electoral,      Políticos, periodistas y
coordinados entre sí y subordinados a la conducción estratégica         ciudadanos, Fondo de Cultura
                                                                        Económica, Argentina, 1997.
del comité de campaña; en cuarto lugar, generar las capacidades         Price, Vincent
necesarias para un permanente monitoreo de la comunicación              Esfera pública y comunicación,
mediática, y de las acciones y decisiones de nuestros adversarios; en   Opinión pública. Paidós,
                                                                        Barcelona, 1994.
quinto lugar, desarrollar una política de comunicación coherente,       Priess, Frank,
articulada con las demás acciones de campaña, y capaz de explotar       y Thesing, Josef (ed.)
a nuestro favor las posibilidades específicas de cada medio.            Globalización, democracia y
                                                                        medios de comunicación, Ciedla,
                                                                        Konrad Adenauer Stiftung A.C.,
Estos son los aspectos decisivos de la estrategia electoral. Hemos      Buenos Aires, 1999.
dejado relativamente de lado otro aspecto, que es sin embargo fun-      Priess, Frank, y Tuesta
                                                                        Soldevilla, Fernando (ed.)
damental, y la condición para todo lo demás: la vocación de poder,      Campañas electorales
y la voluntad de ganar. Sólo desde ese espíritu se puede encarar la     y medios de comunicación
competencia electoral como lo que verdaderamente es: un conflic-        en América Latina, 2 Tomos,
                                                                        Ciedla, Konrad Adenauer
to, reglamentado y por medios pacíficos, donde la derrota del           Stiftung A.C.,
adversario es la condición del propio triunfo.                          Buenos Aires, 1999.
                                                                        Sartori, Giovanni
                                                                        La sociedad teledirigida.
      ESTRUCTURA DE COMANDO DE CAMPAÑA                                  Homo videns. Taurus,
                                                                        Madrid, 1998.




                                                                                                          27
Notas
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Notas
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        ...............................................................................................................................................................

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Características del
electorado argentino
Carlos Fara




A    ntes de hablar de cómo ganar una elección, es necesario que se
comprenda el tipo de electorado al que se le hablará, pues las
                                                                        Carlos Fara
                                                                        Es Director Ejecutivo de Carlos
                                                                        Fara & Asociados desde 1991.
estrategias han cambiado en función de un nuevo contexto.               Licenciado en Ciencia Política
                                                                        de la Universidad del Salvador.
                                                                        Especialista en Opinión Pública,
                                                                        Campañas Electorales,
Del voto cautivo a la desregulación                                     Estrategias de Comunicación y
del electorado                                                          Marketing Gubernamental. Fue
                                                                        profesor del INAP, la
                                                                        Universidad Católica de Santa
En los últimos 20 años los electorados vienen experimentando            Fe, la Universidad de Buenos
cambios bastante profundos. La volatilidad y la ruptura de los          Aires, la Universidad Juan A.
                                                                        Maza (Mendoza) y la
patrones tradicionales de comportamiento electoral se han conver-       Universidad Nacional del
tido en una regla. La Argentina no es una excepción.                    Nordeste en Argentina, y del
                                                                        ITAM (México). Ha dictado
A dicho proceso, que periodísticamente se lo ha popularizado con        seminarios en EE.UU.,
                                                                        Uruguay, Chile, México, Perú y
la expresión "se vota más a las personas y menos a los partidos", se    España. Co-organizador del Ier.
lo ha denominado "desregulación del electorado". Sin embargo, tal       Seminario Iberomericano de
cual se lo describirá, es algo más complejo que dejar de votar eti-     Marketing Político (SIMAP‚).
                                                                        Socio de la Asociación
quetas partidarias para centrarse en los atributos de los candidatos.   Latinoamericana de Consultores
                                                                        Políticos y Vicepresidente de la
                                                                        filial Argentina del Centro
¿Qué es la “desregulación del electorado”?                              Interamericano de Gerencia
                                                                        Política (Miami). Columnista
                                                                        habitual de El Cronista,
                                                                        INFOBAE y CNN en Español.
Desde la llegada de la democracia en el año '83 se ha producido en      Ha participado en más de 60
la Argentina una progresiva desregulación del mercado electoral.        campañas electorales en
Esto es, cada vez en mayor medida el electorado no responde             Argentina y el extranjero, y en
exclusivamente a las pautas tradicionales en materia de compor-         más de 100 proyectos de
                                                                        investigación, asesoramiento y
tamiento del voto, sino que decide el sufragio en función de ele-       capacitación. Realizó
mentos coyunturales. Es el detrimento del llamado "voto cautivo"        consultorías para diversos
y la generalización del "voto flotante".                                organismos gubernamentales
                                                                        nacionales e internacionales,
                                                                        gobiernos provinciales y
En términos prácticos, significa que el margen de opción que los        municipales.
votantes se plantean ante cada acto comicial es mucho mayor que al      farasoc@arnet.com.ar
que se estaba acostumbrado. Los mercados cautivos no desaparecen
del todo, pero se reducen notablemente. La volatilidad electoral
tiende a ser mucho más alta y la aparición de opciones electorales
para aprovechar una coyuntura (flash parties) se multiplican.

Si en la Argentina vigente hasta 1976 la mayor parte de la ciudada-
                                                                                                           31
Carlos Fara

                                             nía tenía decidido su voto mucho tiempo antes de la elección en
                                             función de su pertenencia social e ideológico-partidaria, en el país
                                             que emerge con el triunfo de Alfonsín comienzan a preponderar
                                             crecientemente elementos de la coyuntura, como el desempeño
                                             gubernamental la evaluación de los candidatos que presenta cada
                                             partido, los efectos de los programas gubernamentales, los men-
                                             sajes emitidos durante la campaña y los efectos de ciertas crisis
                                             puntuales como puede ser la hiperinflación.

                                             En el plano coyuntural se conjugaron el mal desempeño económico del
                                             régimen militar, la derrota en la guerra de Malvinas, el conocimien-
                                             to público del terrorismo de Estado y el recuerdo de la violencia
                                             política y el mal manejo económico dejado por el peronismo. Todos
                                             estos hechos hicieron lugar a que una proporción de la ciudadanía
                                             cuestionara la capacidad del Partido Justicialista (PJ) para gobernar.
                                             Es decir, por primera vez en forma sustancial, factores coyunturales
                                             -la herencia militar más la mala gestión peronista- incidieron para
                                             que el peronismo dejara de ser una mayoría indiscutible y se
                                             polarizara un sector oponente en la figura de Alfonsín.

                                             El líder radical era un buen candidato, utilizó un estilo de campaña
                                             moderno y sintonizado con el momento, y supo aprovechar el
                                             contexto de debate que había en la sociedad (democracia vs. autori-
                                             tarismo). El peronismo dio una imagen de corporación autoritaria,
                                             con un candidato débil y a merced de los sindicatos, e hizo una
                                             campaña llena de connotaciones negativas y nostálgicas. Ahí es
                                             cuando, por un lado, los partidos empiezan a comprender que una
                                             campaña bien llevada puede lograr objetivos que de otra forma no
                    En el 83 el peronismo    hubiese ocurrido. Por el otro, ser mayoría en un momento no ase-
                       dio una imagen de
                   corporación autoritaria   gura que se lo vaya a ser todo el tiempo.

                                             El efecto de una política pública exitosa -la estabilidad vía con-
                                             vertibilidad- y las reformas económicas logran que ciertos sectores
                                             medios y medio altos que jamás pensaron votar al justicialismo
                                             finalmente lo hagan, quebrando viejos clivajes estructurales, y
                                             estableciendo nuevas alianzas –como en el caso de Alsogaray. Esto
                                             es consecuencia de que porciones crecientes de la población dejan
                                             de estar influenciadas por los elementos de largo plazo.


                                             La desregulación en acción

                                             Veamos algunos indicadores de esto que llamamos desregulación. Por
                                             razones de espacio se hace una descripción sintética, por lo que se
                                             sugiere recurrir a la bibliografía sugerida para una visión más amplia.

                                             1. Fragmentación del voto
                                             Desde la elección de 1983 hasta la de 2001, aun con altibajos, se
                                             viene produciendo una progresiva fragmentación del voto. La
32
Capítulo II
misma tiene como principales perjudicados al PJ y la UCR y be-
neficia alternativamente a los partidos chicos, a las expresiones
políticas provinciales y a las expresiones políticas coyunturales. El
bipartidismo que se dibujó en la elección que ganó Alfonsín perdió
mucho peso: 23 % del electorado que concurrió a las urnas.




2. Incremento de la apatía electoral
Tanto la abstención como el voto en blanco y el nulo, se vienen
incrementado en forma estructural. El blanco y el nulo casi se tri-
plicaron durante la década Menem respecto al período Alfonsín.
Todos estos comentarios excluyen el inédito nivel del blanco +
impugnado que se produjo el 14 de octubre de 2001.

3. Incremento del electorado independiente
y apolítico
Se expresa también un progresivo crecimiento de aquellos votantes
a los que no les interesa la política, o que no se sienten identifica-
dos con ninguna expresión partidaria. Esta tendencia va en línea
con el anterior indicador.

4. Aparición de expresiones electorales de corto plazo
(flash parties)
Con el paso de cada elección aparecen, crecen y decaen nuevas
expresiones electorales. Las mismas están destinadas a aprovechar
una clivaje coyuntural y electoralmente relevante. Estos partidos
construyen su oportunidad alrededor de una/s figura/s de alta vi-
sibilidad pública, que haya tenido alguna actuación política reso-
nante, sin apelar a estructuras tradicionales, y con una fuerte pre-
sencia mediática. Ejemplos de esto son la Ucedé, el Frepaso, el
Modín, Acción por la República, y ahora el ARI y el Polo Social,
entre otros.


                                                                                       33
Carlos Fara
                   5. Ruptura de patrones tradicionales
                   de comportamiento
                   El primero que tiene claro que algo nuevo está pasando con la gente
                   es Raúl Alfonsín, cuando se anima con el "tercer movimiento
                   histórico" en busca de votos justicialistas en el ´83, lo cual logra en
                   algunos bolsones. Luego con la aplicación del Plan Austral y su
                   éxito inicial tiene efectos de cara a la elección del ´85. Más allá de los
                   resultados concretos de su gestión, lo cierto es que tuvo la intuición
                   de que una parte de los votantes ya no respondería a la "camiseta",
                   sino a las circunstancias y a la calidad de los candidatos.
                   Inmediatamente después del triunfo de Alfonsín, Carlos Menem es
                   quien más rápido toma nota del nuevo escenario y procura asociar-
                   se a la nueva ola en fotos con el presidente electo y luego apoyan-
                   do el acuerdo por el Canal de Beagle en el ´84.

                   La desregulación significa, entre otras cosas, que los votantes no
                   responden a los patrones tradicionales. Un desocupado de una
                   empresa privatizada no necesariamente significó un voto en contra
                   de Menem en el ´95. También es el caso de aquellos distritos que
                   sufrieron profundas reestructuraciones en su principal fuente de
                   trabajo (Tierra del Fuego, Río Turbio).

                   Por lo tanto, es imprescindible re-pensar la lógica habitual de las
                   coaliciones electorales. Los esquemas tradicionales ya no funcio-
                   nan porque los clivajes sociales tradicionales (peronismo vs.
                   antiperonismo, nacionalismo vs. internacionalismo, izquierda vs.
                   derecha, etc.) van perdiendo vigencia, al menos en el inconsciente
                   de las sociedades.

                   6. Nuevas coaliciones electorales
                   Hoy los clivajes mezclan mucho más a los distintos segmentos
                   sociales. Se puede producir una serie de nuevas coaliciones elec-
                   torales, difíciles de entender según la lógica habitual, a partir de cli-
                   vajes novedosos o de más reciente data: corrupción vs. honestidad,
                   clase política vs. la gente, etc.

                   7. Realineamientos periódicos
                   La Argentina es, electoralmente, un país en transición. No existen
                   coaliciones sociales permanentes en materia de voto. Es muy
                   probable que el justicialismo nunca haya hecho tan buena elección
                   en los sectores medios y altos como sucedió a partir de la vigencia
                   del modelo Menem-Cavallo. Y es muy probable también que el PJ
                   se haya movido, en la primera mitad de los ´90, hacia arriba en la
                   escala social, dejando espacios libres en su base tradicional que
                   optaron por el MODIN o la abstención. Pero aquella coalición del
                   ´95 se desarma dos años después en la medida en que Cavallo se va
                   del gobierno, la alta desocupación y la desigualdad social se insta-
                   laron para quedarse, los cambios se frenaron y la corrupción se
                   volvió un ítem electoral de más peso.

34
Otras tendencias del electorado desregulado




                                                                       Capítulo II
1. Carácter asincrónico del cambio
¿Todos los votantes están experimentando estos cambios al mismo
tiempo? No. Los datos muestran también que la desregulación se
está produciendo a distintas velocidades en los diferentes segmen-
tos sociales, y provoca un fenómeno de asincronía que profundiza
la fragmentación cultural. El fenómeno es mayor:

                 a medida que crece el nivel socioeconómico

                 a medida que baja la edad de los votantes

                 en los grandes centros urbanos

Esto es muy importante para predecir en qué medida fenómenos
electorales sin precedentes se pueden observar en distintos contex-
tos sociodemográficos.

2. Relevancia de los localismos
Si bien los partidos provinciales tuvieron su esplendor en el primer
lustro de los ´90 -llegaron a gobernar 5 provincias en el período
1991/1995-, el ítem localista no por eso se desvaneció; en todo
caso, cambió de manos. La misma globalización, sobre todo al
incrementarse la percepción sobre su carácter agresivo en los últi-
mos años de recesión y destrucción de puestos de trabajo, genera
ruptura de identidades, incertidumbre y necesidad de guarecerse.
Eso confluye con la destrucción de las identidades partidarias y las
referencias ideológicas clásicas.
En el medio de este proceso la sociedad busca certidumbre, con-
tención e identidad, y lo encuentra necesariamente en algo que
proponga un marco de referencia político no tradicional. Es por
eso que se ha acentuado la "feudalización" de la política, tras las
banderas de las reivindicaciones federales. Lo que no lograron los
partidos provinciales, terminaron lográndolo líderes que, de algu-
na manera, hicieron de un partido nacional una suerte de
movimiento popular local (Kirchner en Santa Cruz, Romero en
Salta, Rozas en el Chaco, Rodríguez Saá en San Luis, y, a su manera,
Duhalde en Buenos Aires, etc.).

Este fenómeno también tiene una expresión municipal con los par-
tidos vecinalistas. Es un buen negocio político para muchos inten-
dentes, independientemente del partido al que pertenezcan, adherir
discursivamente y en gestión a la bandera de "Primero, nuestro
municipio". Es decir, despartidizando la política para ubicarse en
aras de un objetivo mayor: los intereses de la comarca.




                                                                                     35
Carlos Fara

                   3. Partidos centrados en los candidatos
                   Decididamente, los partidos han dejado de ser estructuras de arti-
                   culación y combinación de intereses y demandas sociales, para
                   quedar reducidos a maquinarias electorales y representaciones
                   legales. La función que debían cumplir se ha trasladado directa-
                   mente a quienes están en los cargos gubernamentales, ya sea ejecu-
                   tivos o legislativos.

                   Por lo tanto, los partidos se centran en elaborar candidaturas. Al
                   imperar la lógica del "rating", por la obvia necesidad de recolectar
                   votos, muchas veces se convoca a figuras que simpatizan política-
                   mente con el partido en cuestión, pero no han tenido militancia en
                   el sentido clásico. Es muy común ver situaciones de campaña en las
                   cuales el candidato outsider de la estructura no se adapta a los códi-
                   gos de la maquinaria y hasta los aborrece, y se producen tensiones
                   adicionales a las que genera el proceso en sí.

                   4. Actitudes individualistas
                   Esta tendencia está fuertemente asociada con lo ya descripto
                   respecto de la fragmentación electoral. El individualismo es algo
                   perceptible tanto en el electorado como en la dirigencia, y es uno
                   de los nervios centrales de la nueva cultura.

                   La expresión de la individualidad en cuanto al electorado está muy
                   asociada con el próximo punto: la fuerte segmentación. El voto se
                   expresa menos por tradiciones y más por coyunturas personales.
                   Eso hace que no haya un traslado automático del comportamiento
                   electoral de padres a hijos, o de jefes de familia a sus cónyuges.
                   Comienza a haber cortes generacionales interesantes que traspasan
                   las diferencias socioeconómicas. Esto relativiza todo tipo de socia-
                   lización política conocida: se rompen los legados, las tradiciones y
                   cobra espacio fundamental la coyuntura.

                   5. Electorado fuertemente segmentado
                   Hace 30 años atrás, la sociedad poseía muchos más denominadores
                   comunes que los que tiene en la actualidad. Es difícil encontrar códi-
                   gos que unifiquen, o al menos logren la identificación de la mayoría.
                   El fútbol es quizá una de las pocas cosas que aún unen a los argentinos.

                   Cada vez son menos las cosas que unen a las personas de los dife-
                   rentes estratos sociales: trabajan, consumen, descansan, viven y pien-
                   san diferente; votan diferente. Esta sociedad es más parecida a una
                   suma de átomos que se desplazan en el tiempo y en el espacio a través
                   de distintas experiencias. Podemos entrar en contacto con algunos
                   semejantes por un tiempo en función de algún interés común. Pero
                   cuando esa experiencia común concluye, la relación tiende a no per-
                   durar. Todas las relaciones sociales se están reformulando.

                   La fragmentación electoral es fruto de la fragmentación social, en

36
Capítulo II
el más amplio sentido del término (no hacemos referencia exclusi-
vamente al debate de incluidos y excluidos, que sin duda es clave).
Cuando hablamos de segmentación estamos haciendo referencia a
la concentración en visiones particulares que no son compartidas
por el resto.

Este atributo del proceso desregulado es lo que explica la baja inci-
dencia de paros generales propuestos en función de reclamos
sociales "paraguas" ("para que cambie el modelo") o de moviliza-
ciones, salvo cuando se trata de un hecho de gravedad inusitada
(por ejemplo, la movilización luego del atentado a la AMIA). No
significa que los distintos sectores no se movilicen (la experiencia
de los últimos años en la Argentina es más que elocuente), sino que
todo es parcial y puntual: no se generan movimientos de masa de
largo aliento.

6. Resistencia a los opuestos absolutos
Para la gente se acabó la política del "Boca – River": si sos de un
equipo, lo que hace el otro es digno de ser defenestrado, y la propia
divisa es "lo mejor del mundo". Este elemento de la cultura políti-
ca es clave para explicar la independencia del voto y su volatilidad
en función de las coyunturas. Ahora no importa quién hace qué,
sino si el resultado es positivo o negativo. Ya no hay política de
blanco y negro, Dios y el diablo, sino que se registra una multipli-
cidad de grises, de matices.

7. Pragmatismo
Lo que funciona recibe apoyo hasta que demuestre lo contrario. Es
lo que sucedió con las reformas económicas de los ´90: las privati-
zaciones no contaban con una opinión positiva mayoritaria de la
población en los ´80, hasta que se produjo la crisis hiperinfla-
cionaria y la transferencia a empresas privadas trajo inversiones y
mejora de la calidad de los servicios públicos. Sin embargo, en el
actual marco de recesión profunda, y con una opinión pública
crítica de los grandes conglomerados económicos, se revirtió la
tendencia favorable.




                                                                                      37
Los estudios de opinión pública
     Carlos Fara




     E   ste capítulo se titula "los estudios de opinión pública", ya que
     las encuestas no son la única forma de conocer qué piensa la
     sociedad. Además de ellas, existen otras metodologías que también
     comentaremos en este capítulo.


     1. ¿Para qué sirven las encuestas
     (y los estudios en general)?


     Hay que calcular en qué están y qué prejuicios tienen los oyentes,
     y después hablar sobre esas cosas en general.

                                                   Aristóteles

     Como se puede observar, en la frase de Aristóteles -hace 2300
     años- no hay nada muy original en los objetivos que persiguen las
     encuestas. Se trata de indagar en profundidad qué piensan los
     votantes para luego hablar sobre los temas que a ellos les interesan
     realmente, y expresarlo en el lenguaje y con la lógica de razo-
     namiento que ellos pueden asimilar.

     Los estudios de opinión pública son:

                      en un campo minado, el detector

                      en la niebla, el radar

                      en la tormenta, la carta de navegación

                      en el desierto, la brújula

                      el mapa de rutas

     Las utilidades de las encuestas son bastante conocidas a esta altura
     de la historia, luego de haber sido ampliamente divulgadas por los
     medios de comunicación. De todos modos, se hará aquí un breve
     punteo de las utilidades más importantes:

     1. Conocer el perfil de los públicos objetivos (targets)
     Existe una tendencia en las campañas a hablarle a todo el mundo
     sin distinción. Pero la lógica del marketing político indica que un

38
Capítulo II
candidato o partido deben concentrar sus mensajes en algunos sec-
tores de la sociedad, típicamente en aquellos en los cuales tiene más
posibilidades de recoger votos. Es la manera más adecuada de
sacarle el mayor rédito posible a los esfuerzos comunicacionales.

Las primeras de las preguntas que debería responder una encuesta son:

                 ¿En qué segmentos de la población existen más
                 posibilidades de obtener votos?

                 ¿Quiénes son mis votantes más probables?

                 ¿Dónde viven, de qué trabajan, qué piensan, qué
                 edad tienen, de qué nivel socioeconómico son,
                 con qué sueñan, qué les gusta, qué les molesta,
                 qué les interesa, cómo se informan, qué hacen en
                 su tiempo libre?

                 ¿En qué se diferencian y en qué se parecen a los
                 votantes de otros candidatos? Es decir, se necesita
                 una radiografía profunda de los ciudadanos que
                 más pueden simpatizar con un candidato o partido.

2. Identificar la coalición ganadora mínima
(minimum winning coalition)
Una elección se gana con una suma de sectores de la sociedad que
adhieran a una propuesta o se identifiquen con un candidato. Por
lo tanto, es preciso saber a qué sectores es necesario atraer para
poder ganar una elección o, por lo menos, para sacar la mayor can-
tidad posible de votos. No basta con conocer cuál es mi público
objetivo, sino que también se debe identificar a aquellos grupos
que se debe captar aunque hoy no comulguen con mi perfil.

3. Pisos y techos electorales
Toda hipótesis de resultado electoral debe basarse en el delineamien-
to de escenarios probables. Depende de que se presenten ciertas
condiciones y no otras para que un candidato alcance su techo o no
despegue del piso. Un candidato oficialista siempre está pendiente de
que la actividad económica esté en alza porque de esa manera habrá
un voto oscilante que puede ser más fácilmente captado. Lo inverso
desea un candidato opositor para poder usufructuar el mal humor de
la gente. Otro tanto podría ocurrir si se destapa un hecho de co-
rrupción que involucre a funcionarios del gobierno.
Al no existir una sola posibilidad de escenario, los candidatos
deben conocer cuáles son las condiciones que podrían permitir
obtener un mejor resultado, e identificar qué sectores se pasarían
de bando en cada situación.
Es importante aclarar un error bastante habitual en algunos ma-
nuales de marketing político que dicen que en política lo único

                                                                                      39
Carlos Fara

                   importante es ganar. Esta máxima parte del supuesto de que
                   cualquier candidato puede triunfar en cualquier circunstancia, cosa
                   que no es correcta. Existen limitaciones del contexto muy impor-
                   tantes para determinar si un candidato puede, o no, resultar ganador.

                   Dichas limitaciones pueden ser la matriz cultural, las tradiciones
                   del voto, las características de la estructura social, los ciclos de la
                   opinión pública, la situación económica o los atributos positivos de
                   los otros candidatos.

                   En la elección presidencial de 1999 en la Argentina, la discusión no
                   era quién ganaba, pues no existían posibilidades de que De la Rúa
                   perdiera; la cuestión era por cuánto margen ganaba. Duhalde, el
                   candidato perdedor, logró un buen resultado, teniendo en cuenta
                   las limitaciones del contexto (el ciclo de la opinión pública
                   favorecía a la oposición; la gente quería un cambio; la situación
                   económica; ciertos atributos de su personalidad no sintonizaban
                   con la matriz cultural). Por eso es muy importante, antes de diseñar
                   una campaña, fijar qué objetivo electoral se quiere alcanzar, porque
                   no ganar, pero duplicar el porcentaje de votos respecto a la elección
                   anterior, significa en sí mismo un triunfo y un logro de la estrate-
                   gia electoral.

                   4. Identificar a los competidores
                   El competidor es aquel con quien se disputan los mismos votantes.
                   Un error habitual de las campañas es pelearse con los candidatos
                   equivocados, o querer captar cualquier tipo de votante (catch all).
                   Cualquier pelea que se establezca con candidatos con los cuales no
                   se pelea por los mismos segmentos, es inútil. Por eso, aquí se
                   ubicó en primer término la necesidad de conocer el perfil de los
                   públicos objetivos.

                   5. Los temas de campaña
                   Permite definir de qué voy a hablar en la campaña, cuáles serán mis
                   caballitos de batalla. Los que se definan serán los temas relevantes
                   para mi target, ya que como se dijo, en una campaña no se le habla
                   a todo el mundo.

                   6. El posicionamiento de los candidatos
                   ¿Qué lugar ocupa cada candidato en la mente y el corazón de los
                   votantes? ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de cada uno? ¿En
                   qué se diferencian los candidatos? ¿En qué tema es mejor cada
                   uno? Conocer en detalle y con precisión este aspecto es impres-
                   cindible para fundar la estrategia. En primer lugar, porque si no sé
                   cómo me perciben, no sé dónde me tengo que parar en el escenario,
                   qué tengo que mostrar y hacia dónde tengo que ir; no puedo desa-
                   rrollar cualquier discurso en el vacío, sin considerar qué piensa el
                   receptor de mí. En segundo lugar, porque una campaña es, sobre
                   todo, un gran ejercicio de construir una diferencia apreciable por la

40
Capítulo II
mayor parte del electorado. Si no sé dónde están parados los adver-
sarios, no podré definir mi conveniencia estratégica.

7. Cómo llegar a mi público
Una vez que se sabe cuál es mi público y mi posicionamiento,
tengo que conocer cuáles son los canales más adecuados para llegar
a ellos: qué leen, escuchan o miran, a qué tipo de noticias le prestan
atención, qué hacen en el tiempo libre, qué códigos manejan. Si no
se poseen estos datos, es como construir un puente por la mitad:
jamás se alcanzará el objetivo buscado.

8. Distintos escenarios
En definitiva, lo más importante que puede aportar un estudio, no
son tanto los porcentajes, sino cuáles son los distintos escenarios
de campaña que se pueden presentar. Si la elección se convierte en
un debate sobre la honestidad de los candidatos, tendrá efectos muy
diferentes sobre ciertos sectores del electorado, a que se termine
discutiendo acerca de quién es el mejor para salir de una crisis, ya
que las fortalezas y debilidades pueden jugar roles diferentes. Por
lo tanto, es más importante describir esos escenarios alternativos
para proyectar la estrategia adecuada, que cualquier hipótesis
meramente matemática.


2. ¿Qué tipos de estudios hay?

Sin pretender que este manual sea un libro de metodología, existen
básicamente dos tipos de estudios:

a) los cuantitativos (a los que llamamos encuestas), donde se cuen-
ta cuánta gente opina de una determinada manera, o votará a un
partido; y

b) los cualitativos, en donde lo que se obtienen no son números,
sino percepciones de los votantes, atributos, motivaciones.


3. ¿Qué tipos de encuesta existen?

                 Encuesta de referencia: es la primera encuesta, la
                 más amplia, en donde se pregunta todo lo que se
                 desea saber sobre el escenario electoral, para
                 tomar las decisiones estratégicas. Luego, durante
                 la campaña, nunca se volverá a disponer de tanta
                 información.

                 Encuestas de seguimiento: son sondeos que se
                 hacen periódicamente durante la campaña para

                                                                                       41
Carlos Fara

                                    ver la evaluación. Generalmente se repiten las pre-
                                    guntas de voto y se van midiendo ítems de la
                                    coyuntura para ver cómo afectan la decisión de los
                                    votantes.

                                    Tracking diario: es una metodología costosa, pero
                                    muy útil, en donde se hace una medición diaria
                                    para ir pulsando al detalle el impacto de la cam-
                                    paña sobre la intención de voto.
                                    Generalmente no se realiza más que 15 ó 20 días
                                    antes del comicio. Se utiliza un cuestionario muy
                                    corto que se procesa en el día para tomar deci-
                                    siones sobre la marcha.

                                    Boca de urna o Encuestas de salida: es la clásica
                                    que permite tener una proyección del resultado al
                                    momento del cierre del comicio. Pero más allá del
                                    impacto noticioso, posee para los comités de
                                    campaña otras utilidades. En primer lugar, per-
                                    mite saber la tendencia durante el día para ver si
                                    hace falta ajustar la movilización electoral. En
                                    segundo lugar, al anticipar el triunfo o la derrota
                                    sirve para decidir la estrategia comunicacional
                                    post comicio. En tercer término, es fundamental
                                    para hacer una radiografía del perfil de voto de
                                    cada partido o candidato. Al igual que el tracking
                                    diario, es muy costosa.


                   4. ¿Qué características debe tener
                   una buena encuesta?

                   En principio, una buena encuesta debe ser probabilística, es decir,
                   que los entrevistados son elegidos al azar y no los digita el encues-
                   tador. Si bien existen varios métodos, habitualmente se sortean
                   manzanas dentro de un radio censal (cada radio es un conjunto de
                   manzanas que delimita el INDEC), dentro de la manzana se sortea
                   una vivienda y dentro de la vivienda se sortea un miembro que esté
                   en condiciones de responder la entrevista.

                   Si bien existen encuestas telefónicas, no toda la población posee ese
                   servicio, lo cual sesga el resultado final del estudio: los sectores de
                   menores recursos estarán sub-representados. Lo mejor es que la
                   entrevista sea domiciliaria, aunque cabe advertir que mandar a un
                   encuestador a domicilio sale más caro que un sondeo telefónico.

                   Cuánto más grande sea la muestra, menor margen de error tendrá,
                   haciendo más confiables las conclusiones del estudio. Obviamente,
                   lo que siempre termina definiendo el tamaño de la muestra es más
42
Capítulo II
la disponibilidad presupuestaria. En principio, independiente-
mente del tamaño del electorado, se debería partir de un piso de
200 casos.

Los encuestadores no deben ser militantes de ningún partido,
porque naturalmente sesgarán la entrevista, o si son identificados
como militantes no producirán en el encuestado la confianza sufi-
ciente como para decir la verdad sobre, por ejemplo, la intención
de voto. Por otra parte, el trabajo de campo debe supervisarse para
evitar que los encuestadores "dibujen".

Sin poder extendernos mucho sobre el tema, además de diseñar
bien la muestra y no sesgar el relevamiento para obtener una co-
rrecta representatividad del electorado, es una tarea muy delicada
el diseño del cuestionario, ya que preguntas clave no incluidas, pre-
guntas mal formuladas o ubicadas en el orden incorrecto, afectan
gravemente la calidad de la investigación.


5. ¿Qué tipos de estudios cualitativos existen?

En la práctica se utilizan básicamente dos tipos de estudios cualitativos:   Ver Soler Pujas, Pere
                                                                             La investigación cualitativa en
                                                                             marketing y publicidad, Paidós,
                  los grupos focales (focus groups), también deno-           Barcelona, 1997
                  minados grupos motivacionales

                  las entrevistas en profundidad

                  Sin pretender entrar en detalles que están bien
                  tratados en los manuales de metodología de la
                  investigación , sí conviene apuntar que los grupos
                  prestan mayor riqueza de información y com-
                  prensión por la interactividad que se produce
                  entre los participantes, respecto a las entrevistas.

Sin embargo, hay situaciones en las cuales no son aplicables. Por
ejemplo, en ciudades por debajo de los 70.000 habitantes puede
resultar muy compleja su organización; por lo tanto, conviene uti-
lizar las entrevistas en profundidad. También son más útiles estas
últimas cuando es necesario realizar un relevamiento con urgencia,
ya que los grupos pueden tardar un mínimo de 15 días en imple-
mentarse -salvo que se hayan pautado de antemano con una deter-
minada regularidad- mientras que las entrevistas permiten estar en el
campo en pocas horas. De todos modos, es importante subrayar que
no importa el tamaño de la población que se esté estudiando, siem-
pre existen alternativas para aplicar alguna metodología cualitativa.




                                                                                                                        43
Carlos Fara

                                          ¿Cuáles son los beneficios de los estudios cualitativos?


                                               Permiten descubrir los ejes sobre los cuales realmente
                                                        se mueve realmente el electorado


                                          El primer gran beneficio de los estudios cualitativos es que permiten
                                          conocer en profundidad sobre qué elementos está planteado el
                                          debate en la sociedad. El eje está planteado alrededor de la falta de
                                          un liderazgo que ordene las cosas y ponga al país en marcha, o
                                          sobre la necesidad de generar un ámbito de consenso en donde las
                                          decisiones no se tomen en forma autoritaria.

                                          En una elección para intendente del año ‘99 en el municipio de
                                          Godoy Cruz (Provincia de Mendoza, Argentina), resultó que el
                                          punto central subyacente no eran las obras y los servicios públicos
                                          (ítems clásicos en un comicio para alcalde o intendente), sino que
                                          era la recuperación del esplendor perdido en esa localidad, y sobre
                                          ese punto giraba todo lo demás. Esta discriminación fue funda-
                                          mental porque toda la estrategia y la comunicación debían apuntar
                                          a construir un posicionamiento acorde con dicho sentimiento. Si se
                                          hubiese hecho un estudio cuantitativo típico, hubiese sido imposi-
                                          ble detectar dicha clave.

                                          Una técnica habitual consiste en pedirles a los entrevistados que
                                          identifiquen un animal al cual debería parecerse el dirigente
                                          preferido para un cargo. En un estudio realizado a fines de 2001,
                                          surgió que el presidente siguiente a De la Rúa debía ser como un
                                          león -porque tiene agallas- un águila -porque mira lejos, vuela alto
        Un león, un águila o un perro     y va solo- o un perro -porque es fiel al pueblo y lo defiende. De
       representan el perfil proyectivo
     de cómo debería ser el presidente    esta manera se pudo extraer una conclusión que difícilmente se
                      elegido en 2003.    hubiese obtenido con un estudio cuantitativo.


                                                       Aportes a la estructuración del discurso


                                          El discurso que se instala con más fuerza es el que responde a la
                                          lógica predominante de la opinión pública. Manejar el razo-
                                          namiento subyacente y los códigos verbales es fundamental para
                                          construir una empatía con el electorado y la consecuente credibili-
                                          dad. Sabiendo las motivaciones profundas y la lógica de razo-
                                          namiento se puede predecir con cierta facilidad qué estrategias, tác-
                                          ticas o acciones de los adversarios tienen posibilidades reales de
                                          convocar los sentimientos de los votantes.

                                          En el discurso político se trabaja con muchos supuestos que no
                                          necesariamente responden a los códigos de los electores. A fines de
44
Capítulo II
1999 se estaba realizando un trabajo para diseñar una rendición de
cuentas de un senador nacional argentino. Una de las ideas a testear
en el cualitativo para posicionar a este dirigente en el atributo ho-
nestidad era la publicación de su declaración jurada de bienes en
internet. La sorpresa fue que el segmento de clase media alta -que
en su mayoría posee computadora con conexión a la red- consi-
deró a internet un medio de exclusión social, basándose en que "no
todo el mundo tiene internet". Esto es: lo que parecía una señal de
modernidad y transparencia terminó leyéndose como una un ele-
mento negativo.


              Aporte de los conceptos significantes
                       para la publicidad


Conociendo las motivaciones profundas y manejando las claves
discursivas, un estudio cualitativo aportará también los conceptos
para ser utilizados en las piezas publicitarias. Desde ya que,
además, dichas piezas pueden (y deben) testearse en un trabajo de
la naturaleza que se está tratando.

A partir de los resultados de estos estudios se puede trabajar con
imágenes (el paisaje del lugar) o símbolos (la bandera) que efectiva-
mente son importantes para la gente. O elegir los colores que mejor
expresen un estado de ánimo colectivo. Y por supuesto construir un
slogan con términos que utilice la misma sociedad.

En un estudio motivacional surgió que la población de una provin-
cia del noroeste argentino percibía que lo que mejor identificaba
ese distrito era el paisaje y su gente, y que la generación de riqueza
tenía que ver con la tierra. Estos elementos permitieron trazar una
estrategia de comunicación gubernamental ensamblando tales sig-
nificantes populares.


6.¿Qué tipo de investigación conviene contratar?

En general, cuando se empieza a planificar una campaña electoral,
existe mucha ansiedad respecto de conocer cuál es la intención de
voto del partido o el candidato, o cuál es el ranking de imagen
positiva. Sin embargo, no es esa la información estratégica al
momento de comenzar a trabajar en un proceso electoral.
La primera pregunta que debe responder cualquier estudio inicial
es cuál debe ser el concepto central de la campaña en función de la
coyuntura de la opinión pública. Dicho concepto se puede cons-
truir a partir de conocer las motivaciones profundas del electorado,
sus demandas concretas y simbólicas, y el tipo de liderazgo que

                                                                                       45
Carlos Fara

                   puede satisfacerlas, entre otros elementos.
                   El estudio cuantitativo clásico no puede responder fácilmente a
                   dichas cuestiones. Es muy útil para establecer una radiografía del
                   electorado, pero no es un diagnóstico dinámico ni tridimensional.
                   Es decir, no puede decirnos en profundidad por qué un dirigente
                   está en mejor posición que otro, ni cuál es la lógica de razo-
                   namiento de los votantes. Lo que no se incluye en el cuestionario,
                   no puede ser conocido, salvo que se tenga un conocimiento muy
                   profundo de antemano sobre la sociedad con la que se va a inter-
                   actuar en campaña.

                   Por eso, los estudios cuantitativos no son la piedra de toque: todo
                   proceso de planificación de una campaña o de posicionamiento de
                   una gestión gubernamental debería comenzar con un estudio cuali-
                   tativo, para conocer hacia dónde se dirige el electorado, dando la
                   posibilidad de que salgan a la luz factores desconocidos e impre-
                   vistos. La fase cualitativa permite ver las características del iceberg
                   por debajo del agua. Luego viene la serie de sondeos cuantitativos.
                   Si Ud. tiene tiempo y no tiene dinero, contrate un estudio cualita-
                   tivo, pues enterarse con suficiente antelación de a cuántos puntos
                   está de su adversario no le aportará mucho. Pero si está muy cerca
                   de la elección y sólo podrá contratar un estudio, haga uno cuanti-
                   tativo. El siguiente esquema es más clarificador:




                   7. ¿Qué preguntas es recomendable hacer?

                   Depende de qué tipo de estudio sea y en qué momento de la campaña
                   se esté. Si la campaña no posee recursos y podrá hacer sólo una
                   encuesta, conviene preguntar todo lo que se crea necesario, pues no
                   tendrá otro parámetro más que ése. En cambio, si se va a implementar
                   más de una medición, es conveniente empezar por una encuesta lo
                   más amplia posible, para luego, en los sondeos de seguimiento, con-
                   sultar acerca de las cuestiones más coyunturales de la campaña.
                   De todos modos, se podría agrupar las preguntas en cinco grupos:

                                    1. de gestión
                                    2. de voto y campaña
                                    3. de dirigentes y candidatos
                                    4. las características sociodemográficas
                                    5. de coyuntura
46
Capítulo II
A continuación se expondrán algunas preguntas típicas, más allá de
las que pudieran resultar útiles incluir en función del contexto:

1. De gestión:

                 ¿Cuál es su opinión acerca de la gestión del presi-
                 dente / gobernador / intendente?

                 ¿Cuál es su opinión sobre la gestión del … en las
                 siguientes áreas? (obras públicas, pavimento, alum-
                 brado público, recolección de residuos, plazas,
                 veredas, deporte, cultura, acción social, etc.)

                 ¿Ud. cree que la gestión del actual … es mejor,
                 igual o peor que la del anterior …?

                 ¿Ud. cree que la corrupción en el gobierno …
                 es mucha, bastante, poca o no hay?

                 ¿Qué cosas le gustan / no le gustan de la gestión de …?

                 ¿Cuál es su opinión sobre el gabinete municipal?

                 ¿Cuál es su opinión sobre la tarea del Concejo
                 Deliberante?

                 ¿Cuáles cree Ud. que son los principales proble-
                 mas de …?

                 Sobre esos problemas, ¿Ud. cree que el gobierno
                 … se está ocupando?

2. De voto y campaña:

                 ¿A quién votó en la última elección para …?

                 ¿A qué partido votaría hoy para … si hoy fuera la
                 elección?

                 ¿A quién votaría hoy para …?

                 Si tuviese que elegir entre … y … ¿a quién votaría?

                 Y si los candidatos fuesen …, … y … ¿a quién votaría?

                 ¿Ud. votaría para … a …?

                 ¿A quién no votaría jamás para …?


                                                                                         47
Carlos Fara

                                 ¿Quién cree que va a ser el próximo …?

                                 ¿Con qué partido simpatiza?

                                 ¿Cuáles de estas cosas cree Ud. que deberían
                                 hacer los candidatos en una campaña?

                   3. De dirigentes y candidatos

                                 ¿Cuál es su opinión acerca de los siguientes diri-
                                 gentes / candidatos?

                                 De estos candidatos, ¿quién cree Ud. que es el
                                 mejor para crear empleo, hacer más obras públi-
                                 cas, mejorar la salud, etc.?

                                 De estos candidatos, ¿quién cree Ud. que es el más
                                 honesto, el que tiene más ideas para gobernar, el
                                 más activo, etc.?

                                 ¿Cuáles de estas características es más importante
                                 en un candidato: honestidad, capacidad, lideraz-
                                 go, etc.?

                                 ¿Ud. prefiere un candidato que sea empresario,
                                 político, docente, médico, etc.?

                                 ¿Qué opina de la propuesta del candidato …
                                 acerca de …?

                                 ¿Ud. cree que es mejor que el intendente y el go-
                                 bernador sean del mismo partido?

                   4. Las características sociodemográficas

                                 Sexo

                                 Edad

                                 ¿Tiene hijos?

                                 Situación ocupacional del encuestado

                                 Situación ocupacional del principal sostén
                                 del hogar

                                 Posesión de bienes y servicios

                                 En su casa, ¿cuántos autos hay? Marca y modelo

48
Capítulo II
                Nivel de instrucción del principal sostén
                del hogar

5. De coyuntura

Más allá de este listado elemental, se pueden incluir diversas pre-
guntas en función del contexto coyuntural y el objetivo específico
del estudio, como por ejemplo:

                expectativas sobre el futuro

                uso de medios de comunicación

                ¿cuáles son los problemas más importantes del
                municipio?

                ¿qué actividad debería promoverse para el futuro
                de esta ciudad?

                opinión sobre temas de coyuntura (una huelga, un
                hecho de corrupción, una medida de gobierno, el
                estilo de campaña, etc.).


8.¿Qué se debe esperar de un estudio de opinión?

La materia con la que se debe interactuar no es sencilla. No es tan
fácil responder a la pregunta "¿qué quiere la sociedad?" o "¿qué
características debería tener un dirigente para que la gente lo
vote?". Existen varios estudios en los cuales se comprueba que los
ciudadanos reclaman objetivos contradictorios, como en aquel en       Un padre protector
el cual la gran mayoría de los encuestados dice que el gobierno
debería cobrar menos impuestos, y acto seguido otra enorme
mayoría está de acuerdo con que el gobierno debería incrementar
los servicios que presta.

La sociedad verbaliza algunas demandas que son claras, concretas
y ciertas: empleo, seguridad, transparencia, salud, educación, etc.
Sin embargo, los fenómenos de construcción de liderazgos políti-      Un carismático
cos o la buena imagen de los gobiernos no se deben a una simple       que ponga orden
atención a dichos elementales reclamos ciudadanos. Cualquier
habitante del mundo medianamente informado podría detallar lo
que la comunidad necesita sin necesidad de realizar una encuesta.
Los electorados buscan, además de una satisfacción elemental y
concreta a sus demandas, una satisfacción simbólica y una referen-
cia valorativa. En un momento dado, la sociedad busca un padre
protector (Alfonsín), mientras que en otros momentos requiere un
carismático que ponga orden sin miramientos (Menem), para luego       Un liderazgo
pasar a un liderazgo más especular (deriva de la palabra “espejo”)    más especular
"uno de nosotros" (De la Rúa).
                                                                                                         49
Carlos Fara

                   Este segundo tipo de respuesta es la que también deben dar los
                   estudios de opinión, ya que en cualquier fenómeno político exitoso
                   conviven las dos satisfacciones: la concreta y la simbólica.


                   9. Análisis e interpretación de la información

                   En el análisis e interpretación de los resultados es donde más se
                   nota el valor agregado del experto. Una encuesta aceptablemente
                   realizada, pero leída por ojos inexpertos, puede sacar conclusiones
                   apresuradas, superficiales o no advertir los riesgos en ciernes.

                   La interpretación de los resultados debe abordar a una conclusión
                   global sobre el estado de ánimo de la población y las potenciali-
                   dades del candidato. Debe realizarse una lectura inteligente de la
                   información, partiendo de un marco de análisis sobre las principales
                   tendencias a largo plazo de la población, como las que figuran en el
                   siguiente cuadro, para discriminar qué es meramente coyuntural y
                   qué es estructural. Sin esa articulación, se puede realizar una lectura
                   absolutamente obvia de dónde está parada la gente.




                   Debe tenerse en cuenta que:

                   a. Los entrevistados no dicen toda la verdad
                   No porque pretendan engañarnos, sino porque como todo ser
                   humano, no verbalizan todo lo que inconcientemente piensan.
                   También hay múltiples casos de estudios que comprobaron que la
                   gente opina acerca de cosas de las que no tiene ni idea, o que tiende
                   a dar respuestas socialmente aceptables.

                   Esto obliga a ser muy prudente con la lectura de los resultados.
                   Cualquier pregunta que diga "¿Qué atributos debe tener un can-
                   didato para que Ud. lo vote?", obtendrá sistemáticamente por
50
Capítulo II
respuesta, capacidad y honestidad. No hace falta contratar a un
consultor para saber eso. Igual que para conocer que los princi-
pales problemas de la sociedad son desocupación y seguridad.

No nos animaríamos a decir que la mayoría de la población no quiera
a un honesto (mucho menos en este momento de la Argentina 2002),
sino que existen mecanismos inconscientes que exigen relativizar la
cuestión. Por un lado, en función del contexto. Si la situación es muy
crítica, la honestidad es importante, pero salir del desastre lo es más.
Por otro lado, no es que la gente quiera elegir deshonestos, pero la eva-
luación de la corrupción no es algo unívoco para todo el electorado.

En algún momento de 1994, obtuvimos el calificativo de corrupto
hacia Chacho Alvarez en entrevistas en clase baja, porque había
dicho que se arrepentía de no haber votado la convertibilidad, lo
cual sonó a "mentira para ganar votos" (no siempre corrupto sig-
nifica robar dinero del Estado). O, como cuenta Vargas Llosa en su
libro El pez en el agua, donde relata los pormenores de su campaña
electoral contra Fujimori en 1990, al escuchar a un grupo motiva-
cional de personas de clase baja en Lima respecto a una denuncia
de corrupción hacia su adversario: "No daban importancia alguna
a las denuncias ... más bien, las celebraban como algo en su activo:
`es un gran pendejo, pues´, afirmó uno, abriendo los ojos llenos de
admiración".

b. La opinión pública se desarrolla en función del
contexto
Nadie quiere pagar más impuestos, pero si las circunstancias lo exi-
gen puede aceptarlo. Nadie quiere ir a la guerra, pero si un país ene-
migo ataca habrá que defenderse. Un candidato puede no gustarle a
la mayoría, pero si no hay otra opción seria enfrente, quizá no quede
otra que votar al "malo conocido" en lugar del "bueno por conocer".

La encuesta es una foto de una materia que está en constante
mutación, influida por múltiples factores, todo el tiempo. De varios
de esos elementos que afectan a la opinión pública se sabe menos
de lo que se supone, lo cual hace difícil aislar las distintas inciden-
cias. Por lo tanto, una serie de asaltos seguidos de asesinato cometi-
dos por menores en el lapso de pocos meses, pueden predisponer a
la población a pensar que sería mejor bajar la edad de punibilidad. La
gente cambia porque los contextos cambian. Lo que tres meses atrás
parecía intolerable e increíble, hoy suena sensato, sobre todo en
situaciones de crisis que se desarrollan vertiginosamente.

c. La gente no es contradictoria ...
Los contradictorios somos los analistas que a veces pretendemos
poner a la gente en ciertos casilleros. Pero la realidad es compleja y
no siempre acepta encasillamientos fáciles (si no, nuestro trabajo
sería más fácil y descansado, pero mucho menos desafiante).

                                                                                          51
Carlos Fara




                   Muy conocido es el caso de un estudio realizado en EE.UU., en el
                   cual la gran mayoría dice que el Estado debería incrementar sus
                   servicios. Acto seguido la misma sociedad asegura que el mismo
                   Estado debería bajar los impuestos y gastar menos. O aquel otro en
                   el cual la enorme mayoría dice que el desempeño del Congreso
                   Nacional es reprobable, pero cuando se le pregunta sobre el repre-
                   sentante de su distrito específicamente, la mayoría está conforme.
                   Si por la gente fuera, el mundo sería idílico y perfecto ... pero jamás
                   lo es. Todos queremos líderes capaces y honestos, desinteresados
                   servidores de la Patria, Estados que ejerzan su autoridad pero no
52
caigan en el autoritarismo, servicios públicos eficientes
pero baratos. La tarea de la encuesta con objeto profe-
sional de consultoría (no la académica) necesita poner al
entrevistado frente a opciones de hierro como la siguien-
te (muy oportuna para la coyuntura argentina): "¿Ud.
aceptaría que no aumenten las tarifas de los servicios
públicos, aun a riesgo de que la falta de inversión pro-
duzca un deterioro del servicio?". Sólo de esta manera
sabremos qué piensan realmente nuestros vecinos.

Por lo tanto, la encuesta no es algo para leer en forma de por-
centajes aislados, sino que exige una lectura integral, una
interpretación que combine los distintos elementos y que
acepte la dificultad de que parte de la realidad no encaje en un
"modelo coherente". Cualquier ciudadano responderá que le
parece muy importante el cuidado del medio ambiente, pero
no siempre queda claro hasta dónde estaría realmente dis-
puesto a sacrificar cosas por defender "un mundo verde".

d. La encuesta es una foto
Por lo tanto, para ver cómo evoluciona la sociedad necesitamos
una película, que en el fondo es una serie de fotos tomadas una
detrás de otra. Entonces, para observar la dinámica del proceso es
necesario ir sacando fotos al mismo objeto, y desde el mismo ángu-
lo, para certificar que haya variaciones sustanciales (siempre hay
que recordar el margen de error).

Como la sociedad está influida de manera permanente por diversos
estímulos, algunos muy difíciles de identificar o medir, es necesario
interpretar los resultados de un estudio de opinión a la luz de la
estructura de la opinión pública, matizando la coyuntura. Si no le
prestamos atención a las tendencias de largo plazo, vamos a estar
siempre sujetos a influencia del suceso, y no del proceso. La
opinión pública no es la tapa de los diarios del día a día.

Observar la foto pensando en la película es lo que nos permite
despejar lo principal de lo accesorio, y discriminar hasta qué punto
debe uno preocuparse por una novedad, o hasta que punto es sólo
un chubasco. ¿Quiere realmente la gente reestatizar las empresas
de servicios públicos? ¿O es más que nada efecto de la crisis que
haya tenido una de ellas? ¿Cuál era el estado de la opinión previo
a dicha crisis y cuál es uno o dos meses después de que la misma se
solucionó y dejó de ser de interés de los medios? Sólo respondien-
do este tipo de preguntas estaremos en condiciones de saber si esta-
mos frente a un punto de inflexión o a un verdadero cambio de ten-
dencia.
Por otra parte, la sociedad no se mueve en una sola dirección todo el
tiempo, pero sí guarda cierta coherencia interna en su faz mayoritaria
(por supuesto que cuando hablamos de "la gente", nunca hablamos
del 100 % de la comunidad, sino de una mayoría, a veces relativa).
                                                                         53
Carlos Fara

                   10. Recomendaciones para una
                   investigación "casera"

                   En caso de que el lector no posea dinero para contratar un estudio
                   profesional, al menos trate de seguir las siguientes indicaciones:

                   1) Convoque en forma militante a algún estudiante o graduado en
                         carreras de ciencias sociales (ciencia política, sociología,
                         comunicación social, periodismo, trabajo social, etc.), ya que
                        si ya ha cursado alguna materia de metodología de la investi-
                         gación o estadística, al menos estará en condiciones de ubicar
                         la bibliografía adecuada y aplicar criterios razonables.

                   2) Puede pedir a la cátedra de alguna universidad que los estudian-
                   tes de una carrera de ciencias sociales hagan un trabajo práctico, al
                   estilo pasantía, a cambio de correr con algunos gastos.

                   3) Evite la tentación de mandar a algunos militantes a algún punto
                   de concentración de su ciudad a hacer tres preguntas elementales,
                   ya que eso no sirve para nada.

                   4) En cualquiera de los casos los encuestadores no deben identifi-
                   carse como pertenecientes a un partido político o a la campaña de un
                   candidato, pues eso sesga por completo la información a obtener.

                   5) Trate de no hacer menos de 200 a 250 casos.

                   6) Lo importante es la dispersión de la muestra dentro del territo-
                   rio, para lo cual se aconseja numerar todas las manzanas del
                   municipio, seleccionar al azar una cantidad de manzanas que sea la
                   mitad de las encuestas que se vayan a levantar (relevando dos por
                   manzana).

                   7) Asegúrese al menos de que la muestra respete la proporción de
                   hombres, mujeres y edades del padrón real. Para eso se puede con-
                   sultar el último censo de población disponible.

                   8) Haga una prueba del cuestionario antes de salir a la calle para ver
                   si funciona bien.

                   9) Supervise a los encuestadores y hágaselo saber.




54
Capítulo II
Estrategia de campaña
Carlos Fara



¿Qué es imprescindible para ganar una campaña? ¿Un buen can-
didato? ¿Ayuda? ¿Dinero? Si está, mejor. ¿Aparato? Nunca lo re-
chazaría. Pero ninguna de estas cosas sirve si no hay una …

Estrategia

La estrategia es el punto de partida, la brújula que nos indica el norte
a seguir, la manera en que vamos a recorrer el territorio sin tropiezos.
Diseñar estrategias electorales es siempre un trabajo artesanal.
Siempre requiere trazar el molde de un traje a medida, ya que hay
factores particulares de cada distrito que no se pueden obviar. De
todos modos, es conveniente efectuar cuatro advertencias básicas
sobre las estrategias electorales:

1. Ninguna estrategia está exenta de costos; todo plan tiene for-
talezas y debilidades, riesgos y oportunidades. No existe la
estrategia perfecta. Siempre se trata de optar por la más favorable.

2. La elección de una estrategia jamás puede ser exclusivamente el         “Afirmaciones
resultado de datos de opinión pública. Hay que conjugar sabia-             sin respaldo”
mente la información que proporciona el electorado con el resto de
los datos del contexto político, social y económico.

3. Existen tantas estrategias diferentes como personalidades que las
puedan llevar a cabo. Nunca existe un sólo camino posible. La
mejor estrategia es la que pueda ser asimilada o internalizada por el
candidato en cuestión. Se reitera: las estrategias son trajes a medi-
da. Es inútil proponer alternativas que van en contra de la esencia
de quien las deba poner en práctica. Lo que le queda bien a uno, le
puede quedar mal a otro.

4. Decidir una estrategia es una elección de valores. La decisión
final más sensata debe estar siempre en manos del candidato. El
decidirá qué está dentro o fuera de lo razonable y en qué medida lo
propuesto es aceptable para su escala de valores.


I. ¿Qué es una campaña?

Una campaña es una gran batalla comunicacional en la que fun-
damentalmente se trata de construir una diferencia a nuestro favor
en la percepción del electorado, llevar la discusión al campo que
más nos favorece, a los temas, a los escenarios y al estilo en los que
podamos salir ganando.
                                                                                                         55
Carlos Fara

                   2. El diagnóstico

                   El primer paso para diseñar una estrategia es contar con un buen
                   diagnóstico. Este se divide en dos partes: el estado de la opinión
                   pública, del cual ya se habló en un capítulo anterior, y la información
                   social, económica y política. Ambas cuestiones deben conjugarse
                   para tener una idea cabal de con qué escenario se va a enfrentar.

                   Los estudios de opinión no son la única fuente, como ya se advir-
                   tió. También es necesario responderse algunos interrogantes como
                   los siguientes, para definir todo el contexto:

                   1. El contexto político
                   • Agenda pública: cuáles son los temas en discusión en los medios
                   • Pujas internas dentro del oficialismo y dentro de los partidos de
                     oposición
                   • Últimas acciones del gobierno y de la oposición
                   • Relación del oficialismo local contra instancias de gobierno superiores
                   • Situación en el poder legislativo: temas en discusión, alianzas,
                     relaciones con el ejecutivo, relación numérica de fuerzas
                   • Crisis o hechos públicos de fuerte repercusión pública

                   2. El contexto económico y social
                   • Situación de los principales indicadores económicos y sociales:
                     desocupación, actividad comercial, actividad industrial, conflictos
                     sociales, etc.;
                   • Posición de los principales actores sociales y económicos frente
                     al oficialismo y la relación con sectores de oposición;
                   • Influencia de los principales actores sociales y económicos sobre
                     la sociedad;
                   • Personajes relevantes en la comunidad: médicos, abogados, artistas,
                     ex gobernadores o intendentes, religiosos, empresarios, docentes,
                     sindicalistas; ¿qué filiación política tienen?, ¿son formadores de
                     opinión?, ¿a quién se supone que apoyan?
                   • Historia de la comunidad: hitos en la historia de la localidad o la
                     provincia (terremoto, inundación, establecimiento de una industria,
                     boom económico), personajes históricos, reivindicaciones
                     históricas, problemas estructurales, gobernantes recordados,
                     nacionalidad de los inmigrantes.
                   • Actividad económica predominante: comercial, industrial,
                     agropecuaria, administración pública, servicios.
                   • Características socio-demográficas: segmentos etarios y ocupacionales,
                     nivel educativo de la sociedad, movimientos migratorios, poder
                     adquisitivo, nivel socio-económico, movimientos religiosos,
                     organizaciones comunitarias.
                   • Características de la vida cotidiana (estilos de vida): qué se consume,
                     qué hace la gente con el tiempo libre, qué se lee, qué deportes se
                     practican, relación con el clima, horarios, comidas, música que se
                     escucha, qué actividades desarrolla la juventud.
56
Capítulo II
3. Estructura del electorado
• ¿De qué signo político es mayoritariamente el electorado local?
• ¿Quién ganó cada elección desde el ´83 a la fecha?
• El partido que ganó en cada ocasión: ¿ganó la elección en todos
  los niveles, o ganó sólo las locales?
• ¿Existen terceras fuerzas? ¿A qué partido les ceden sus votos a
  nivel nacional? ¿Se estima que hay mucho corte de boleta?
• ¿En qué zonas recoge más votos cada partido? Análisis por
  circunscripción y por mesas, en la medida de lo posible.
• Análisis ecológico del voto: cruzamiento de los resultados electorales
  con datos censales en el nivel más desagregado posible.

4. Características políticas y personales de los
candidatos
• ¿Cuál es la historia política y personal de cada candidato? ¿qué cargos
  ocupó? ¿qué actividad desarrolló en su vida privada? ¿es de la localidad?
• ¿De qué sector viene dentro del partido? ¿cuál es su encuadramiento
  ideológico? ¿con quién está aliado? ¿a qué liderazgo responde?
• ¿Cómo llegó a la candidatura? ¿es heredero del liderazgo de otro
  o lo construyó él mismo? ¿era resistido por la dirigencia del partido?
  ¿era esperable que ganara la interna? ¿siguió un estilo tradicional
  o es innovador? ¿rompe con las tradiciones del partido? ¿él domina
  al partido o el partido lo domina? tiene estructura propia?
• Características personales: carácter, capacidad de trabajo, habilidad
  política, carisma, tiempo para dedicarse, capacidad de comunicar,
  intuición; relación con sectores de poder locales; vida privada;
  fortuna personal; situaciones en manos de la justicia.
• ¿Está predispuesto psicológicamente? ¿cuál es su ánimo? ¿está
  convencido que gana o sólo aspira a hacer un buen papel?
• Si es del oficialismo: ¿qué relación tiene con el jefe del ejecutivo,
  personal y política? ¿ha sido crítico o disciplinado?

5. Recursos de los partidos y los candidatos
• Capacidad de movilización de cuadros de cada partido o candidato;
• Habilidad política y comunicacional de los dirigentes políticos
del entorno;
• Capacidad de conseguir recursos financieros;
• Respaldo técnico de campaña (información, publicidad, organización).

6. Estructura de los medios de comunicación
• ¿Qué medios se leen, escuchan o ven en la localidad o
  provincia?
• ¿A quién pertenecen?
• ¿Tienen alguna identificación política?
• ¿Cuáles son los programas más vistos o escuchados?
  quién los escucha?
• ¿Cuáles son los programas políticos? quién los dirige?
  tienen alguna identificación política?
• ¿Qué estado de ánimo está instalando la prensa en general?

                                                                                            57
Carlos Fara
                   7.Tipo de elección
                   • ¿Qué cargos se juegan en la elección: sólo legislativo, sólo ejecutivo,
                     ambos, en los tres niveles, sólo nacional.

                   8. Estrategia de los candidatos:
                   • ¿Qué está haciendo cada candidato?
                   • ¿Qué barrios están recorriendo?
                   • ¿Con qué sectores de poder están conversando?
                   • ¿Qué apoyos públicos están recibiendo?
                   • ¿A quién le están hablando?, ¿qué están prometiendo?, ¿qué
                     declaraciones públicas hacen?
                   • ¿Cómo es su publicidad?
                   • ¿Qué operaciones políticas están montando?, ¿qué buscan?, ¿qué
                     rumores echan a correr?, ¿qué acción psicológica desarrollan?,
                     ¿qué sensación quieren instalar?
                   • ¿Cuáles son los movimientos de su entorno y de los dirigentes de
                     cada sector?

                   9. Alianzas
                   • Alianzas posibles o concretadas entre partidos o candidatos que
                     pudiesen alterar el escenario actual


                   3. ¿Cuál es mi objetivo?

                   Todos queremos ganar, pero no siempre se puede. O porque somos
                   oposición y el oficialismo está haciendo buen gobierno, o porque
                   no tenemos un gran candidato, o sencillamente porque el perfil de
                   la sociedad no nos permite romper la tradición histórica.

                   En muchas circunstancias, hacer una buena elección, aun saliendo
                   segundo, es un triunfo. Por eso el objetivo debe ser realista para
                   que no se generen expectativas infundadas.
                   Por otra parte, definir bien el objetivo es fundamental porque la
                   estrategia que le corresponde puede ser bien diferente si se trata de
                   ganar o de hacer el mejor papel posible. Muchas veces un candida-
                   to puede utilizar una campaña no para ganar, sino para instalarse en
                   el distrito, hacerse conocido y plantearse como objetivo final
                   intentar ganar en una elección posterior.

                   Si uno no va por el premio mayor, también la inversión de recur-
                   sos que realiza es diferente y se ubica en otra posición.


                   4. ¿De qué se trata la elección?

                   Una elección es siempre un plebiscito. Siempre se está plebiscitan-
                   do algo: un candidato, un liderazgo, una gestión, un modelo de

58
Capítulo II
país, una conducta, una ideología, la confianza, etc. Quien mejor se
posicione frente a la sociedad en el eje o los ejes de ese plebiscito,
es el que finalmente gana la elección.

Por lo tanto, si no se tiene en claro esta cuestión, todas las deci-
siones que se tomen serán erróneas. Si, por ejemplo, alguien
hubiese partido del supuesto de que la campaña presidencial del ´99
en Argentina se trataba acerca de la continuidad, en vez de impon-
er un cambio -como realmente sucedió- hubiese escogido un can-
didato, una estrategia y un discurso totalmente ajenos al eje central
del debate.


5. ¿Cuáles son mis ventajas comparativas?

Las ventajas comparativas son las palancas a partir de las cuales un
candidato o un partido pueden volcar votos a su favor. Dichas ven-
tajas pueden ser características personales de un candidato (honesti-
dad, capacidad, liderazgo), características políticas (adscripción
ideológica, partidaria, posiciones ante temas críticos), una imagen
individual, una gestión gubernamental con alta aprobación, un tema,
propuestas de gobierno o el historial de un partido. Esas ventajas son
las armas que tiene un candidato para permitirle diferenciarse posi-
tivamente frente al electorado. Si, tal cual indica la lógica, logra
resaltarlas a lo largo de una campaña, le está otorgando a la gente cri-
terios con los cuales discriminar las distintas ofertas electorales.

Tener una ventaja comparativa no implica necesariamente que se la
está aprovechando en función electoral. A veces la ventaja existe -
o sea, es percibida por la opinión pública- pero la agenda de dis-
cusión de la campaña no permite instalarla como criterio primor-
dial a los que dudan sobre su decisión final. Demás está decir que
el partido o el candidato que ganan una elección es porque han
logrado posicionarse como el mejor en aquellos ítems que son más
relevantes para el electorado. La identificación de las ventajas com-
parativas ya ha sido suficientemente tratada en el capítulo referido
al diagnóstico de la opinión pública. De todos modos, vale recor-
dar que las ventajas le permiten a un candidato cortar al electorado
por determinado eje que lo favorece y construir así su coalición
ganadora mínima.


6. ¿Cuál es mi concepto de campaña?

Una vez que tengo definido el diagnóstico del escenario, mi obje-
tivo, de qué se trata la elección y mis ventajas comparativas, estoy
en condiciones de definir el concepto de mi campaña, la impronta
que guiará la campaña.

                                                                                         59
El concepto no necesita definirse en más de una frase; a veces, son no
                                        más de tres o cuatro palabras. Pero esa frase no debe dejar lugar a
                                        dudas respecto a qué está buscando el candidato, qué imagen nece-
                                        sita construir, hacia dónde va. El concepto central no es el slogan
                                        publicitario. El slogan traduce el concepto al lenguaje publicitario.

                                        Un ejemplo de concepto puede ser (aludiendo al caso práctico que
                                        se incluye al final del manual):

                                        Chichín Fernández es el cambio posible en San Miguel de Garicoy,
                                        porque sin el apoyo del PG no se puede gobernar.

                                        Si esto no está bien definido, la campaña será como una casa sin
                                        cimientos: tarde o temprano se vendrá abajo. El concepto debe ser
                                        la obsesión del equipo de campaña, ya que todas las decisiones que
                                        se tomen deberán responder a este criterio: el slogan, un acto, el
                                        afiche, las declaraciones frente a la prensa, el estilo de campaña, etc.
                                        Por lo tanto:


                                              Todo lo que no coincide con el concepto, no se hace.


                                        La dispersión es la peor enemiga de la estrategia. Como en la artes
                                        marciales, se trata de concentrar toda la fuerza en un puño. Si trato de
                                        instalar más de un concepto pierdo esfuerzos, dinero, tiempo, y lo que
                                        es peor, confundo al electorado sobre lo que es realmente importante.

                                        La discusión sobre el concepto puede estar basada en la pelea por
                                        espacios de poder o por distintas concepciones políticas o ideo-
                                        lógicas. Siempre existe quien piensa que “hay que levantar el
                                        volumen” y quien cree que “hay que moderar el discurso” frente
                                        al adversario. Respecto de la campaña presidencial del Frepaso
                                        de 1995, los dirigentes del Frente Grande pensaban que no se
     Bordón y Álvarez: sus equipos
                                        llegó al ballottage por no haber sido lo suficientemente duros
     de campaña no compartían la        con el gobierno de Menem, mientras que el sector de Bordón
     misma visión sobre la estrategia   concluye que de haber sido más críticos, quizás no hubieran
     a llevar en la elección de 1995.
                                        alcanzado el 30 % de los votos.


                                        7. ¿Quién es mi electorado?

                                        En una campaña no se le habla a todo el mundo. Como se men-
                                        cionaba en el punto anterior: la cuestión es concentrarse. A quién le
                                        hablo es algo que, por supuesto, queda definido a partir del estudio
                                        de opinión pública, el que debe arrojar respuestas respecto a qué
                                        segmentos del electorado son más proclives a votarme: ¿quiénes
                                        son?, ¿dónde viven?, ¿qué edad tienen?, ¿a qué nivel socioeconómi-
                                        co pertenecen? Y sobre todo: ¿qué piensan? y ¿qué sienten?
60
8. ¿Cuáles son mis temas?




                                                                          Capítulo II
Los temas pueden ser una de las grandes ventajas comparativas de
un candidato. Para muchos analistas no tener un tema es no tener
una campaña. Tenerlo, en cambio, es empezar a ganar una elección.

Definir los temas de campaña es una de las cuestiones más difíciles.
Para que un ítem sea considerado electoralmente relevante, debe
cumplir con tres condiciones:

                 1) debe ser percibido como importante por la
                 totalidad o parte del electorado

                 2) debe ser percibido como susceptible de ser solu-
                 cionado por una acción gubernamental (es decir,
                 los partidos pueden hacer algo por ese tema)

                 3) el electorado tiene que poder percibir las dife-
                 rentes propuestas que hacen los partidos

Desde este punto de vista, el agujero en la capa de ozono, más allá
de su relevancia para el futuro de la humanidad, no parece cumplir
con ninguna de las tres condiciones descriptas. En muchas oca-
siones, los partidos debaten sobre tópicos que cumplen con los dos
primeros requisitos, pero generalmente dejan vacío el casillero de
la tercera condición. Por eso, son muy pocos los temas que real-
mente están explotados en función electoral. Eso produce que en
varios elecciones la gente termine optando por el cuarto o quinto
tema y no por los dos o tres primeros.

De nuevo se aplica la regla de la concentración: no puedo tener más
de dos o tres temas, so pena de confundir al electorado y perder
fuerza en el intento de instalación de mis ideas. No se puede hablar
de 20 cosas diferentes, porque a nadie le quedará claro cuál es mi
obsesión. Y como en una campaña no se le habla a todo el mundo,
esos temas deben ser los más importantes para MI electorado, ya
que los distintos segmentos pueden tener motivaciones diferentes.

Ahora: hecha la ley, hecha la trampa. Lamentablemente, definir este
punto no es tan sencillo como decir “mis temas son los temas de la
gente, por lo tanto voy a hablar de desempleo y seguridad”.
Cualquiera puede saber cuáles son los temas que más preocupan a la
población sin hacer una encuesta o contratar a un consultor. El punto
es que también se le debe prestar atención a las siguientes cuestiones:

1) No hable de temas que se salen de su agenda institucional. Si es
candidato a concejal, no hable de la deuda externa.

2) Si bien un candidato debe hablar de lo importante y no de lo
                                                                                        61
Carlos Fara

                                                    secundario, la regla queda relativizada en la medida en que los
                                                    temas principales ya estén bien cubiertos por los oponentes o los
                                                    candidatos no se saquen ventajas. No debe olvidarse que un can-
                                                    didato debe aprovechar las corrientes de viento no utilizadas por los
                                                    demás, debe ocupar los espacios vacíos para establecer una diferen-
                                                    cia a su favor. Con lo cual, la regla “hable de lo que le importa a los
                                                    votantes”, necesita siempre de un análisis más detenido.

                                                    3) No siempre es un buen negocio callarse en los temas que no con-
                                                    vienen o sobre los cuales algún adversario saca ventaja. En este
                                                    sentido, Carlos Menem es un buen ejemplo de cómo sacar ventajas
                                                    de las crisis o de las situaciones riesgosas y convertirlas en oportu-
                                                    nidades para sumar poder. Durante los seis meses previos a la elec-
                                                    ción presidencial de 1995, el gobierno nacional tuvo que responder
                                                    a varias crisis políticas, sociales y económicas. La crisis económica
                                                    como consecuencia del “efecto tequila” le permitió mostrarse deci-
                                                    dido a que las cosas no se le fueran de las manos (ver eje “mano
                         Menem logró convertir      dura y hechos”). Crisis políticas como las generadas por las
                   una crisis en una oportunidad    declaraciones de represores arrepentidos (caso Scilingo) o la
                      con la muerte del soldado
                     Carrasco: anuló el Servicio    muerte de un soldado en un cuartel (caso Carrasco) le permitieron
                             Militar Obligatorio.   lograr la primera autocrítica pública de las Fuerzas Armadas en
                                                    materia de represión -por parte del jefe del ejército el general
                                                    Balza- y la anulación del servicio militar obligatorio. La trágica
                                                    muerte del hijo del presidente, que llevó a muchos a pensar que iba
                                                    a ser interpretado por la sociedad como “la gota que rebalsa el
                                                    vaso” de la tolerancia hacia la “frivolidad menemista”, no fue un
                                                    hecho menor en el contexto de la campaña. En parte, porque des-
                                                    pertó compasión hacia un padre. Pero también porque el presi-
                                                    dente no se deprimió y siguió mandando en el país pese a su des-
                                                    gracia personal. Esa actitud generó respeto en muchos que dudaban.

                                                    4) Son muchas las ocasiones en que los candidatos ponen énfasis en
                                                    los mismos temas o le dan un tratamiento parecido. Se producen
                                                    situaciones de “empate comunicacional” donde nadie saca venta-
                                                    jas. Por eso, cuando todos hablan del mismo tema, hace falta pro-
                                                    ducir las diferencias.

                                                    Tres son los caminos recomendables en este sentido:

                                                    a) Un candidato puede correrse hacia otros temas importantes (por
                                                    ejemplo, si todos hablan sobre la corrupción, se puede intentar
                                                    instalar el debate sobre la educación o la salud)
                                                    b) Provocar la diferencia explicando cómo resolvería él el proble-
                                                    ma en cuestión tratado por todos
                                                    c) Sobre el mismo que todos hablan, y todos coinciden en cómo
                                                    solucionarlo, una forma de desempatar es llevando a la discusión
                                                    acerca de quién tendrá las agallas suficientes para ponerlo en prác-
                                                    tica (diferenciación a partir de un atributo)


62
Capítulo II
La idea es transitar siempre por autopistas despejadas, donde no
haya embotellamientos de mensajes o excesivos ruidos en la línea.
Si todos hablan de lo mismo y ninguno intenta establecer una
diferencia, el público no tiene criterios para discriminar y elegir. Al
final de cuentas, se mantiene el statu quo electoral y en la satu-
ración comunicacional gana quien ya está primero.

5) Un error habitual es insistir en un tema cuando el mismo no
tiene ningún asidero en la opinión pública. Algunos dirigentes
creen que si existe un hecho objetivo, el mismo tiene que ser
percibido tarde o temprano por el electorado. Son aquellos que
piensan que de tanto insistir con un tema, finalmente se lo termina
instalando en la discusión de campaña. En la elección para jefe de
gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 1996, el Frepaso trabajó
mucho para involucrar al radicalismo local como co-responsable
con el justicialismo de la supuesta corrupción en el Concejo
Deliberante y en la Municipalidad. Utilizaron como slogan que
había que desarmar “la caja negra” de Buenos Aires. De esa manera
se pensaba cuestionar el aura de honestidad que poseía el candidato
de la UCR, Fernando de la Rúa. Lo que no advirtieron fue que la
sociedad no lo asociaba, ni lo asoció jamás, con la corrupción local.
Por lo tanto, la prédica insistente no surtió el efecto esperado.
Cualquier mensaje de campaña tiene que montarse sobre percepciones
ya existentes en la opinión pública; no puede crearlas sin mostrar
pruebas contundentes e indiscutibles.

6) Una última cuestión es la agenda de temas de campaña. Quién
define la agenda de temas es fundamental porque tiene un impacto
psicológico muy importante sobre el electorado y le quita relevan-
cia y espacio a sus adversarios. El que maneja la agenda de temas,
de alguna manera, está condicionando fuertemente las estrategias
de sus oponentes:
• no les permite planificar su timing de temas,
• los obliga a invertir esfuerzos en fijar posición sobre temas que
   no siempre les son rentables,
• los tiene a su merced dado que siempre les está cambiando el eje
 de la discusión,
• los desconcierta, los desorienta,
• les hace perder tiempo con idas y venidas discutiendo sobre
   temas que no son realmente importantes para el electorado, o
• los provoca con declaraciones que sólo pueden producir indignación.

Tarde o temprano, quien lleva a cabo estas tácticas le pone un techo
al crecimiento de sus adversarios. Un buen ejemplo del manejo de
la agenda de temas lo dio Raúl Alfonsín, cuando en 1983 denunció
la existencia de un pacto sindical - militar. Independientemente de
su veracidad objetiva, el target del candidato radical estaba fuerte-
mente predispuesto a creerle. El ex presidente dejó a sus adversa-
rios peronistas vociferando, atacando y negando semejante denun-

                                                                                        63
Carlos Fara

                                         cia. La batalla la había ganado Alfonsín desde el mismo momento
                                         en que obligó a sus oponentes a debatir sobre un ítem propuesto
                                         por él y en el que aquellos llevaban todas las de perder.

                                         Quien logra poner sobre la mesa un tema de debate, empieza
                   Quien logra poner     ganando la discusión. Obligar a alguien a hacer algo en política
                    sobre la mesa un     implica una demostración de poder y, en definitiva -sobre todo
                     tema de debate,     para los cargos ejecutivos- la sociedad privilegia a mujeres y hom-
                   empieza ganando       bres con manejo del poder.
                         la discusión.

                                         9. ¿Cuáles son mis promesas?

                                         Algo tengo que llevar al mercado para poder vender, lo cual no sig-
                                         nifica entrar en la carrera de las promesas al estilo de los remates
                                         (“¿quién da más?”). Las propuestas también pueden formar parte
                                         de las ventajas comparativas: por ejemplo, ¿quién tiene mejores
                                         ideas para resolver el desempleo?

                                         Las propuestas contribuyen al posicionamiento de un candidato,
                                         no tanto por la aceptación más o menos racional, sino por las aso-
                                         ciaciones inconscientes que los votantes pueden hacer. Las solu-
                                         ciones propuestas para un determinado problema deben respetar
                                         cierta lógica rastreable en lo que subyace en las opiniones sobre
                                         diversos temas. La masa de votantes de un candidato se reúne a
                                         partir del encuadramiento en determinados ejes. Respetar esos ejes
                                         en todos los aspectos de una campaña significa no desvirtuar el
                                         posicionamiento alcanzado. Si un dirigente reúne detrás de sí sólo
                                         el voto cautivo de su partido, no necesita invertir mucho esfuerzo
                                         en construir un discurso que apele a la ruptura de las prácticas
                                         políticas cerradas y tradicionales. No le estaría hablando a su elec-
                                         torado natural, sino a otros que -por ahora- no lo votan. Salvo que
                                         esté muy seguro de que puede captar a esos “independientes”.
                                         Más que nada, las propuestas transmiten la sensación de que el que
                                         se postule para un cargo sabe de qué está hablando y podrá con-
                                         trolar las situaciones de crisis que se le presentan a todo gobierno.
                                         Si bien la teoría democrática aduce que el proceso eleccionario es
                                         una oportunidad para debatir racionalmente las diferentes
                                         plataformas de gobierno, en la práctica pocos saben qué piensa su
                                         candidato sobre cosas tan importantes como el futuro de las cen-
                                         trales nucleares, la tasa de delincuencia o las relaciones económicas
                                         con el sudeste asiático. No es un problema de los ideales
                                         democráticos ni de los votantes. Los que votan son seres humanos
                                         que se levantan con la esperanza de volver a su casa lo más pronto
                                         posible para descansar y poder aprovechar el fin de semana para
                                         llevar a su familia a disfrutar del parque. Nunca hay que olvidarse
                                         de semejante dato de la realidad.

                                         No obstante, convendría no generalizar y advertir que no es lo
64
Capítulo II
mismo si se está tratando de captar el voto de los sectores humildes
o si su objetivo es recoger voluntades en las clases media y alta. Los
estratos con mayor nivel educativo son mucho más propensos a
valorar las propuestas “racionalmente construidas”, típicamente el
público con formación universitaria y mayor acceso a los medios
de comunicación.

Sin embargo, no todo son propuestas. El público duda mucho
antes de consumir un producto si no lo probó antes. Para eso están
las muestras gratis. Pero no existe algo tan claro como las muestras
gratis en política. No se supone que la sociedad acepte que go-
bierne cada candidato por un par de meses a ver cómo funciona, y
sin que ello implique algún costo para la realidad social. Este elec-
torado quiere ver suficientes gestos o hechos por parte de la clase
política antes de decidir si invertirá o no su voto en ella. Es por eso
que las plataformas partidarias tradicionales ya no sirven para
nada. Nadie lee un mamotreto de 200 páginas lleno de declara-
ciones de principios y buenas intenciones para decidir su sufragio.
La decisión pasa por la imagen que cada uno se forme del candidato.


10. ¿Quiénes son mis adversarios?

El o los adversarios electorales son aquellos con quienes se disputan
los votos. Es una de las definiciones más importantes porque en
muchas oportunidades, sobre todo en contextos no polarizados o de
candidatos múltiples como la ley de lemas, los comités de campaña
están convencidos de pelear los votos con un partido, cuando en
realidad los están peleando con otro. Ir a buscar los votos al lugar
equivocado significa perder tiempo, energía, dinero y oportunidades.
En la primera elección para gobernador de Tierra del Fuego en
1991, se presentaba un contexto muy polarizado entre el justicia-
lismo y el partido provincial -el Movimiento Popular Fueguino-
quien finalmente ganó la elección por 2 puntos. El tercero en dis-
cordia era la Unión Cívica Radical que obtuvo el 6.49 % de los
votos. La dirigencia justicialista pensaba que el campo de batalla
eran los votantes radicales, cuando en realidad debía tratar de cap-
tar a algunos electores ya inclinados por el Mopof, en función de
su perfil ideológico.

El adversario no es necesariamente aquel con quien se debe debatir
en una campaña; o dicho de otro modo, pelearle los votos “al”
candidato X no significa pelearse “con” el candidato X. La primera
es la batalla estratégica, mientras que la segunda es la táctica que se
expresa en lo comunicacional. En la campaña para jefe de gobierno
de la ciudad de Buenos Aires en 1996, De la Rúa y La Porta pelea-
ban por un espacio de votos en común. Pero, salvo contadas oca-
siones, ambos tenían como principal destinatario de sus mensajes
al gobierno nacional porque cada uno estaba tratando de construir
                                                                                        65
Carlos Fara

                                      la imagen del “mayor opositor” a Menem.

                                      En otro contexto en el cual se producen confusiones respecto a
                                      quién es el adversario es cuando se compite en el marco de la ley de
                                      lemas. Esto sucede porque muchos candidatos entran a la contienda
                                      con el solo objetivo de posicionarse lo mejor posible en la interna
                                      abierta que implica el citado mecanismo electoral. Pero no advierten
                                      que es una interna abierta y cruzada, es decir, un sub lema puede
                                      pelear votos con otro sub lema del mismo partido, pero habitual-
                                      mente existen posibilidades de que también se le superpongan elec-
                                      tores con una lista de otro partido. En este sentido debe decirse que
                                      cuando no se poseen datos de opinión pública segmentados, dicho
                                      sistema electoral termina por desorientar a muchos dirigentes.


                                      11. ¿Qué voy a hacer en el día a día?

                                      Tengo todo claro: a dónde voy, qué quiero transmitir, quién es mi elec-
                                      torado, mi adversario y cuáles son mis temas. ¿Y ahora? ¿Qué hago
                                      mañana? El punto: ¿cómo convenzo a la gente de qué soy el mejor?

                   Debo pensar en     Debo pensar en eventos y hechos, no sólo en declaraciones. La
              eventos y hechos, no    sociedad evalúa actualmente más las conductas que las opiniones.
             sólo en declaraciones.   Todo lo que hago desde el primer día de campaña tiene que ser lo
                                      suficientemente claro y contundente, como para que a nadie le
                                      queden dudas respecto que, siguiendo el ejemplo del caso práctico,
                                      Chichín es el cambio posible.

                                      El gran problema que tienen las campañas hoy es el desinterés por
                                      la política y la escasa credibilidad de la dirigencia. Por lo tanto, es
                                      aplicable el dicho popular de que “de noche, todos los gatos son
                                      pardos”. Esto implica hacer un gran ejercicio de creatividad, ser
                                      un poco audaz, y correr algunos riesgos para no quedar confundi-
                                      do en el mismo lodazal.
                                      Cuando alguien no puede distinguir entre diferentes grises, es
                                      imprescindible aportarle elementos para que pueda discriminar,
                                      educándolo. En el fondo la gente pide que la ayudemos a elegir.

                                      En este sentido, el estilo de campaña transmite nuestros valores: así
                                      como se hace campaña, se va a gobernar. Una campaña desorgani-
                                      zada, no puede transmitir seriedad; una campaña tradicional de
                                      actos de militantes, no puede instalar que somos el cambio; una
                                      campaña aburrida, formal, no es lo mejor para indicar que somos
                                      lo nuevo, lo moderno.

                                      Por otra parte, todo lo que se haga, en la medida de lo posible, debe
                                      pensarse que tenga un formato para los medios. Si a lo que se haga
                                      es posible sacarle una foto o tomar imágenes de video, tanto mejor.

66
La agenda del candidato es crítica, porque a través de ella se va
desgranando la estrategia central de campaña. Muchos de los
eventos que se realizan durante una campaña no son precisamente
efectivos en materia de sumar votos, pero no se pueden dejar de
realizar, sobre todo, para conducir las energías de la propia tropa.
Existen muchos actos que son más que nada hitos (actos de lanza-
miento o de cierre) para crear clima triunfante y generar entrega
por parte de los militantes, pero que estrictamente hablando quizá
no logren un sólo voto. Es cierto, también, que la sumatoria de
muchas de estas actividades sirven para darle presencia a la campaña       Massaccesi quiso transmitir su
(“que esté instalada en la gente, en la calle”) y sólo así se van conci-   objetivo de reabrir ramales
                                                                           ferroviarios haciendo un viaje
tando voluntades a favor.                                                  en tren por la provincia de
                                                                           Buenos Aires y Río Negro.

Hay también muchas actividades que cumplen el rol ritual de
transmitirle a ciertos sectores de poder económico (empresarios,
banqueros, inversionistas, productores, comerciantes, represen-
tantes otros países, etc.) o social (Iglesia, sindicatos, agrupaciones
vecinales, foros culturales, etc.) cuáles son las propuestas que se
pondrán en práctica en caso de llegar al gobierno. Tanto los even-
tos dirigidos hacia la “interna” como hacia los “sectores de poder”,
son imprescindibles en cualquier campaña.

Puede darse entonces por seguro para un candidato no es “¿qué
hago?”, sino “¿qué dejo de hacer?”, porque siempre son miles las
invitaciones que recibirán para debatir y exponer ante colegios,
amas de casa, sindicatos, sociedades de fomento, grupos de mili-
tantes, juntas vecinales, docentes, discapacitados o productores
agropecuarios, sin contar a las cientos de radios de frecuencia modu-
lada y otros medios de comunicación de mayor envergadura.
Muchas de estas actividades insumen mucho tiempo y energía, sin
muchas veces llegar a evaluar su real conveniencia. En ciertas oca-
siones se tiene la sensación de que se están haciendo muchas cosas,
cuando en realidad no se está haciendo nada relevante. Por eso es
importante la distribución de los distintos compromisos entre varios
dirigentes o componentes de las listas por dos razones: primero,
para descomprimir los tiempos del candidato principal, y segundo,
para dar una imagen de equipo compacto en donde no sólo vale la
pena el cabeza de lista.

Tanto los eventos de campaña como las declaraciones deben
confluir en un mismo punto: construir una imagen que responda
al concepto central. Se trata de realizar todos los gestos posibles
como para obtener la identificación del sector más amplio del
electorado.




                                                                                                            67
Carlos Fara

                   12. El timing de la campaña

                   Una campaña es como contar una historia: armar un relato impli-
                   ca respetar ciertas reglas, como que por ejemplo, el desenlace va al
                   final y no en el medio, que siempre debe haber cierta cuota de sor-
                   presa y enigma, para volver atractivo el cuento, donde el manejo de
                   las expectativas es fundamental. Los tiempos de la campaña forman
                   parte de la estrategia, porque de lo contrario es como un chiste mal
                   contado: no causará gracia, o al menos no la suficiente.

                   La primera cuestión es que no todo el electorado se interesa en una
                   campaña al mismo tiempo: al principio se involucran los más poli-
                   tizados e informados, que son al mismo tiempo quienes más tienen
                   su voto decidido de antemano. Hacia el final del proceso se intere-
                   san los menos politizados e informados, quienes forman su opinión
                   a partir de impresiones fragmentadas, incompletas, experiencias
                   personales, emociones, o comentarios de allegados.
                   Por lo tanto, una campaña debe tener un inicio importante, el
                   comienzo de la historia, de la marcha hacia el poder, donde se trans-
                   mite el concepto central. Y, como en las composiciones de música
                   clásica, tendrá un final a toda orquesta, fuertemente emotivo (de ahí
                   que muchas veces el acto de cierre sea particularmente cuidado).

                   El segundo punto es que se deben manejar las expectativas sin
                   cansar a la gente, ya que es imposible mantener la atención del
                   público todo el tiempo. Por lo tanto, es aconsejable variar el ritmo
                   de la campaña, subiendo y bajando el volumen, lo que no significa
                   paralizar la actividad en ningún momento.


                   13. Preguntas típicas de un candidato a un
                   consultor de campaña

                   1. ¿Ataco o no ataco al oponente?
                   No existe una respuesta única. La definición de este punto admite
                   muchas variantes. La conclusión va a estar en función de:

                                    a) la personalidad del candidato,
                                    b) el timing de la campaña,
                                    c) el contexto,
                                    d) la estrategia de los adversarios,
                                    e) la credibilidad o la imagen del que ataca, y
                                    f) la credibilidad o la imagen del atacado.

                   No a todo el mundo le queda bien atacar. Existen diferentes per-
                   sonalidades que hacen creíble o no el ataque. Alguien que ataca sin
                   la suficiente convicción puede sonar a actuación. Nadie podría
                   esperar de Horacio Usandizaga o del Gral. Domingo Bussi acti-
                   tudes moderadas, más allá de las diferencias ideológicas. A la inver-
68
Capítulo II
sa, de José Octavio Bordón o de Rodolfo Terragno tampoco cabría
esperar exabruptos. Cada uno desempeña un rol en función de las
características de su personalidad. Con esto no se quiere decir que
el respeto al estilo personal asegura el triunfo. Muchas veces para
ganar harían falta actitudes inversas a las históricas, pero el can-
didato en cuestión no las puede asumir.

Lo que sí puede hacer cualquier candidato es mechar su estilo
tradicional con actitudes diferentes. A un candidato moderado le
puede resultar muy conveniente elevar de vez en cuando el volu-
men de su discurso para estigmatizar una imagen excesivamente
tibia o blanda, sin garra o sin coraje. Por aquello de que “lo cortés
no quita lo valiente”. Si un contendiente de estas características es
sistemáticamente atacado, puede afirmarse “saliendo a pegar”, eno-
jarse, para no dejar la impresión de ser un pelele o un puching ball,
al que cualquiera lo ataca sin miramientos. Contestar en determi-
nado momento las agresiones puede prevenir una escalada mayor
de ataques e imponer cierto respeto sobre los adversarios.
Recuérdese que en muchas de estas pequeñas actitudes o gestos se
construye la imagen de una persona.

Aun cuando no sea el estilo tradicional de una persona, el timing
de la campaña, el in crescendo, lo impone. Si una carrera viene
cabeza a cabeza, o muy polarizada, los dos o tres puntos que le
estén faltando a un candidato se pueden lograr tensando la cuerda,
para dividir aguas claramente. Cuenta Tomás Luciani en su libro
¨El Rey¨, respecto a la campaña de Ortega en 1991 para acceder a la
gobernación de Tucumán, algunos detalles que rodearon al debate
televisivo entre el cantautor y el candidato de Fuerza Republicana,
Domingo Bussi:

“La estrategia, antes de entrar al estudio, tendía a irritar a Bussi,
sacarlo de sus casillas, para mostrarlo en una actitud irascible,
soberbia, de sabelotodo, frente a la humildad de su oponente.
Toledo explica que para ganar las elecciones, debíamos tensar la
cuerda al máximo, diferenciar las imágenes de los dos candidatos,
hasta ubicar a Bussi en un extremo insoportable para una parte del
electorado independiente que incluso lo había votado en 1989. La
psicología de la gente hace análisis de trazos gruesos, muy distin-
tos al que hacen los políticos sumergidos en su microclima. A par-
tir del debate, conseguimos acentuar los rasgos autoritarios de
Bussi, y la polarización, porque las imágenes quedaron mucho más        Ortega atacó a Bussi
                                                                        oportunamente para mostrarlo
diferenciadas” (pág. 161).                                              como un autoritario.


Claro que esta es siempre una jugada de riesgo porque el impulsor del
clímax más agresivo puede quedar muy descolocado frente al oponente.

Un uso común de la agresión es para instalar a un candidato, o
para instalar una elección. Si un dirigente va segundo y lejos del

                                                                                                                     69
Carlos Fara

                                      primero en las encuestas, es muy normal que salga a hacer declara-
                                      ciones “picantes” para concentrar la atención de los medios sobre
                                      su candidatura, y para obligar al primero a bajar a una discusión
                                      poniéndolo de igual a igual, pese a las diferencias numéricas.
                                      También se trata de “ponerle pimienta” a una elección que no está
                                      concitando la suficiente atención por parte de la opinión pública.

                                      Una semana antes de que se realizare la interna abierta del Frente
                                      del País Solidario en 1995 entre “Chacho” Alvarez y José Octavio
                                      Bordón, éste amenazó con romper la alianza aduciendo una serie
                                      de críticas personales por parte de los principales dirigentes del
                                      Frente Grande. Una de las razones que se esgrimieron off the
                                      record para producir semejante crisis, es que dicha elección interna
                                      no estaba suficientemente instalada en el electorado y, por lo tanto,
                                      había que avivar el fuego de alguna manera.

                También puede ser     También puede ser oportuno el ataque personal para hacerle
               oportuno el ataque     perder tiempo al adversario en una batalla que no lo conduce a
             personal para hacerle    nada, al estilo de los boxeadores que traban la pelea agarrándose de
                  perder tiempo al    su rival. Algunos protagonistas de una campaña son muy sensibles
                 adversario en una    a la “guerra sucia”, al punto que un ataque del adversario los puede
                  batalla que no lo   deprimir. El ataque sirve entonces para “sacarlo de sus casillas”,
                   conduce a nada     para que el otro pierda la paciencia y olvide su tono moderado e
                                      impoluto, o para que “se vaya de boca” y diga cosas inconve-
                                      nientes. En política se suele decir “pegarle en la cucha para que
                                      salga a ladrar”, o “hay que pegarle al chancho para que grite hasta
                                      que salga el dueño”. Está en juego la imagen de liderazgo que cada
                                      contendiente quiere construir.

                                      Dado que el rol agresivo no siempre puede ocuparlo el candidato
                                      estrella de una lista o de un partido, es conveniente de entrada fijar
                                      dos roles: quién hace de bueno y quién hace de malo en una cam-
                                      paña, quien ataca (“pega”) y quien “pone paños fríos”. Es impres-
                                      cindible que en toda campaña se desempeñen los dos roles, porque
                                      no se pueden resignar tácticas. Existen muchas veces ciertas refle-
                                      xiones en el inconsciente colectivo que ningún dirigente se ani-
                                      maría a decir públicamente, al menos ninguno de los que juegan
                                      cierto prestigio personal en la elección. Sin embargo, quizá sea con-
                                      veniente tratar de instalar ciertas imágenes, o largar “globos de
                                      ensayo” para ver las reacciones de la sociedad y del adversario.

                                      Siempre está en juego la credibilidad de quien inicia el ataque. Al
                                      principio del gobierno de Menem, éste tenía predilección por
                                      atacar a Alfonsín, identificándolo con el demonio (“nos tiraron el
                                      gobierno por la cabeza”). Esto le dio muy buenos resultados dada
                                      la bronca acumulada contra el ex presidente radical en función del
                                      descalabro económico. El punto es que insistir más de la cuenta
                                      con tal mecánica termina produciendo hastío o falta de sorpresa -
                                      la gente ya sabe qué va a decir un dirigente- y eso hace decaer

70
notablemente el rédito del ataque hasta agotarlo por completo.




                                                                                                 Capítulo II
Este es el contexto de uno legitimado y otro desacreditado. Mucho
peor es el efecto cuando el que ataca está desacreditado. Hacia 1997,
cuando el presidente Menem registraba los índices de popularidad
y aprobación de gestión más bajos, los ataques a Alfonsín no sólo
se volvieron inocuos, sino que hasta fueron contraproducentes, y se
volvieron un boomerang. La gente empieza a concentrar la mirada
sobre el que ataca y lo considera sin legitimidad para hablar.

Un ejemplo de ataque controlado y limitado es el que produjo José
Octavio Bordón a fines del año ‘92, cuando se negó a integrar una
lista en la que figuraba José Luis Manzano para una elección interna
del Partido Justicialista de Mendoza. En esos momentos, el ex mi-
nistro del interior de Carlos Menem, cargaba sobre sus espaldas una
imagen de corrupto. Lo cierto es que Bordón no hizo ningún ataque
personal directo a su co-provinciano, aunque el gesto de renunciar a
su candidatura como senador nacional era por demás explícito.
Manzano, conciente de su debilidad pública, se apartó de la lista que
integraba, otorgándole el triunfo a Bordón. Después de esa ocasión,
el ex gobernador cuyano nunca volvió a ocuparse de su comprovin-
ciano. Un sólo gesto le alcanzó para fijar su posicionamiento frente a
la opinión pública. Erróneo hubiese sido engolosinarse con ese tipo
de actitudes que, a la tercera o cuarta oportunidad, terminan por no
llamar la atención de la opinión pública.

Si no le resulta conveniente a un dirigente legitimado abusar del        Tratar de atacar a
ataque personal, mucho menos debería resultarle efectivo a un can-       alguien con buena
didato no del todo bien instalado atacar a alguien que posee una         imagen desde una
alta popularidad. Tratar de atacar a alguien con buena imagen            posición de debilidad
desde una posición de debilidad es como intentar atravesar una           es como intentar
pared golpeándola con la cabeza. Parecería existir un decálogo del       atravesar una pared
sentido común en política que no se corresponde con las expecta-         golpeándola
tivas del electorado desregulado, tal cual se lo definió en el capítu-   con la cabeza.
lo correspondiente.




                                                                                                               71
Carlos Fara


                                                    Decálogo del sentido común de un dirigente
                                                    1. Si soy del partido oficialista, siempre tengo que defender
                                                        al gobierno.
                                                    2. Si soy opositor, siempre tengo que atacar al gobierno.
                                                    3. Si admito errores o equivocaciones, demuestro debilidad.
                                                    4. Si el adversario comete un error, lo ataco; si logra un
                                                       acierto, me callo.
                                                    5. Si ataco a otro dirigente, lo debilito. Si me atacan,
                                                       me desprestigian.
                                                    6. Si saco a relucir aspectos de la vida privada del opositor /
                                                       adversario, lo debilito.
                                                    7. Siempre tengo que salir a responder públicamente las
                                                       críticas o los ataques; si no, demuestro debilidad.
                                                    8. Si capto el apoyo del dirigente X, capto el apoyo de sus
                                                       seguidores.
                                                    9. Si nunca me juego demasiado en mis declaraciones,
                                                       no me desgasto.
                                                   10. Si existe un problema grave y lo relativizo en mis
                                                       declaraciones, aplaco el problema.


                                                 Teniendo en cuenta el rechazo a todo lo que suene política tradi-
                                                 cional -expresada en el decálogo- la sociedad viene premiando
                                                 desde el mismo inicio de la nueva etapa democrática a aquellos
                                                 dirigentes que rompen con aquella lógica.

                                                 Dado que las identidades partidarias tradicionales están debili-
                                                 tadas, los votantes no están tan dispuestos a firmar cheques en
                                                 blanco a los dirigentes. Esto es, condicionan más el apoyo a un co-
                                                 rrecto desempeño. Desde este punto de vista, un político que tuvo
                                                 una mala actuación tiene que estar dispuesto a perder el apoyo
                                                 incluso de los votantes tradicionales de su partido. A su vez, si un
                                                 dirigente realiza una tarea loable puede recibir incluso el voto de
                                                 aquellos que nunca lo habrían apoyado. Si alguien hace algo bien,
                                                 el electorado no justifica que un opositor lo critique por el solo
                                                 hecho de pertenecer a otro partido. Si algo está bien hecho, no
                                                 importa qué partido lo hizo. La sociedad no está predispuesta a
                                                 que se planteen opuestos absolutos. No quiere que los políticos
                                                 planteen el debate en términos de “Boca – River”. Se ha hecho
                                                 carne el proverbio chino que dice que “cuando el dedo señala a la
                                                 luna, el idiota mira al dedo”. Hay muchísimos dirigentes que
               Foto de partido Boca – River:     siguen mirando al dedo, mientras que el electorado mira a la luna.
               La sociedad no quiere que los
               políticos planteen el debate en   Por eso los dos primeros puntos del decálogo han quedado vacia-
                    términos de Boca – River.
                                                 dos de contenido.
72
Capítulo II
Claro está que las tradiciones de la política siguen pesando más en la
clase dirigente que en los propios votantes. Por lo tanto, este impor-
tante dato de la opinión pública cuesta ser entendido por muchos. A
un dirigente de débil imagen en la gente no sólo no le resulta útil
atacar a un oponente con alta aprobación, sino que además debería
poder reconocerle sus méritos para ser creíble de cara al electorado.
Claro que la mayor parte de los dirigentes políticos no se animan a
hacer esto, pues creen debilitarse frente a la tropa propia. La regla 4
(“si el adversario comete un error, lo ataco; si logra un acierto, me
callo”) queda entonces fuertemente relativizada.

Si un dirigente débil ataca a uno bien posicionado, lo más proba-         Si un dirigente débil
ble es que, lejos de debilitarlo, termine fortaleciéndolo, pues lo con-   ataca a uno bien
vierte en una víctima. Por eso, hay que prestar mucha atención            posicionado, lo más
cuando un candidato ataca a otro: muchos piensan que está tratan-         probable es que, lejos
do de debilitarlo; quizá esté tratando de fortalecerlo. En los últimos    de debilitarlo, termine
tramos de la campaña presidencial de 1995, cuando ya Bordón esta-         fortaleciéndolo, pues lo
ba cómodamente instalado como segundo y su crecimiento preocu-            convierte en una
paba al gobierno, éste decidió salir a atacar a Massaccesi, tercero       víctima.
lejos en las encuestas, para aglutinar detrás del rionegrino muchos
tradicionales votos radicales que se estaban volcando por el repre-
sentante del Frepaso. Así, el ataque implicaba fortalecimiento.

La mayor parte de las veces, el debate furibundo entre políticos
causa rechazo en el electorado menos politizado e indeciso. En la
mayoría de las ocasiones, nadie gana claramente votos con el inter-
cambio de agresiones, y puede ser que éstos vayan a manos de un
tercero. En la elección para diputados nacionales de 1989, en la
Capital Federal, competían como cabezas de lista Adelina de Viola
por la Ucedé, Dante Caputo por la UCR y Miguel Angel Toma por
el PJ. Después de un debate televisivo entre los dos primeros,
donde primaron las acusaciones personales, el representante del
justicialismo terminó triunfando en las urnas al haberse excluido
de dicha discusión. Algo semejante ocurrió en las elecciones para
jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 1996. Fernando
                                                                          Beliz sacó partido de los
de la Rúa y Norberto La Porta protagonizaron un duro intercam-            ataques entre De la Rúa
bio personal que les impidió sacarse ventajas entre sí, favoreciendo      y La Porta en la elección
                                                                          para Jefe de Gobierno
al candidato de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz.                          de 1996.


El argentino rechaza las campañas negativas, más habituales en
suelo americano. Incluso en los ´90 se han traído algunos especia-
listas en esa modalidad a la Argentina. Nunca han dado resultados
ni jamás se han implementado a nivel publicitario. Tampoco las
ventilaciones sobre aspectos de la vida privada de los candidatos.

2. ¿Qué prometo?
Poco y nada. Las promesas generan quizá tanto rechazo como los
ataques personales. Forman parte del catálogo de la política tradi-
cional. La sociedad no vota promesas explícitas, elige imágenes

                                                                                                                    73
Carlos Fara

                   implícitas. Prometer algo durante una campaña es quedar suma-
                   mente expuesto al famoso veredicto popular “los políticos siempre
                   prometen y después no cumplen”. Desde este punto de vista, las
                   promesas excesivas de un candidato no deberían desesperar a sus
                   oponentes e involucrarlos en una carrera alocada por subir el
                   monto de las apuestas. El electorado no está esperando eso.
                   Diferente es hacer propuestas (ver el punto correspondiente).

                   3. ¿Aparezco mucho o poco?
                   Como ya se dijo al hablar del timing, la consigna principal es no
                   saturar al electorado. Por eso las apariciones públicas deben tener
                   picos de intensidad, ciertos hitos, que jalonen la campaña. Si un
                   candidato se mantiene a lo largo de tres meses con un alto nivel de
                   exposición, salvo que crezca paulatinamente y se dirija hacia el
                   triunfo, lo más probable es que termine agotando al electorado.
                   Sobre si todo si no existe una adecuada renovación del discurso
                   cada 20 días. Tanto el electorado como el candidato, deben tomar
                   un poco de aire de vez en cuando, para que las presencias
                   despierten cierta expectativa. Si un candidato aparece “hasta en la
                   sopa”, tarde o temprano hará decrecer la atención sobre él.

                   Aparecer mucho o poco depende de tres circunstancias. Una es la
                   posición relativa de un candidato al comienzo de su campaña
                   (porcentaje de intención de voto que posee), la segunda es la per-
                   sonalidad de aquel y la tercera es el contexto dinámico. Por regla
                   general, si el candidato va primero no necesita exponerse dema-
                   siado para evitar desgastes prematuros o estar obligado a pronun-
                   ciarse sobre temas o situaciones que no le convienen. Siempre hay
                   una buena ocasión para hacer un viaje al exterior en función de
                   aceptar invitaciones formuladas oportunamente. Los ejemplos
                   abundan. Sin embargo, cada tanto, el que va primero moviliza a
                   toda su tropa para que “no se quede dormida” y le activa los refle-
                   jos. Entonces, rearma el comité de campaña, le da un nuevo cariz,
                   redistribuye los roles, alerta sobre posibles amenazas y, por sobre
                   todo, no pierde la iniciativa.
                   El que va segundo y está tratando de alcanzar al primero tiene
                   menos margen para jugar con los tiempos. No obstante, también
                   necesita crear ciertos descansos en la escalera hacia la cima. Una
                   buena estrategia se puede deteriorar si no está correctamente
                   cronologizada. Por otra parte, lo que le sirvió para crecer hasta un
                   punto puede no serle útil para llegar al primer puesto. Y es por eso
                   que también reorganiza la tropa en función de las características de
                   la etapa por venir.

                   La personalidad del candidato influye mucho en esto. Algunos
                   dirigentes son considerados excelentes “tiempistas”. Pocos pensa-
                   ban que Carlos Menem iba a poder obtener la reforma de la
                   Constitución que lo habilitaba a presentarse para una segunda elec-
                   ción. También eran pocos los que se imaginaban a fines del ´94 que

74
Capítulo II
Bordón iba a poder ganarle la interna abierta del Frepaso a Chacho
Alvarez y alcanzar el 30 % de los votos en la elección presidencial.
Palito Ortega, en su campaña por la gobernación de Tucumán,
respondía que “yo conozco mis tiempos” cuando desde su entorno
se le exigía mayor celeridad: “la elección la voy a ganar en los últi-
mos 20 días, lo que importa es la arremetida final, y allí vamos a
triunfar” (pág. 142). Como se ve, no existe un traje a medida y en
esto la experiencia dicta que lo mejor es respetar la intuición del
candidato.

Por último, dependerá también del contexto. A veces hay que cam-
biar el ritmo inesperadamente en función de las estrategias que lle-
van a cabo los otros protagonistas, de las coyunturas (por ejemplo,
el procesamiento judicial a uno de los candidatos, un acto de co-
rrupción, un anuncio del gobierno, etc.) y de cómo está procesando
la sociedad todo el escenario. En la elección para jefe de gobierno de
la ciudad de Buenos Aires, en 1996, el candidato de Nueva
Dirigencia, Gustavo Beliz, había concebido una campaña que se
llamó la “anticampaña”, es decir, no recurrir a herramientas tradi-
cionales y muy aparatosas para transmitir una imagen de austeridad
y honestidad. Sin embargo, esto no dio los resultados esperados, ya
que generaba muchas dudas en el electorado -sospechas o falta de
entusiasmo- el hecho de que no se lo viera haciendo suficiente
proselitismo. Por lo tanto, se vio obligado a exponerse mucho más
a través de afiches y otras actividades típicas de campaña.

Un caso llamativo fue el de la elección para diputados nacionales
de 1993 en la Capital Federal, en donde la pelea de fondo era entre
Erman González, ex ministro de economía de Menem, por el PJ, y
Martha Mercader, escritora, por la UCR. En un resultado sin
precedentes, el justicialista ganó la elección por poca diferencia.
Una de las claves del triunfo pareció ser la poca exposición a la que
se sometió González para evitar entrar en debates que no lo                 Erman supo utilizar astutamente
favorecían por su carácter de oficialista, frente a una adversaria con      su bajo perfil en la elección
                                                                            porteña de 1996 que le ganó a
ninguna experiencia en el campo de la política.                             Martha Mercader.


4. ¿Qué apoyos me convienen públicamente?
Esto depende mucho de qué es lo que necesita para ganar. Si a un
candidato le está faltando captar votos de clase media o baja, o sec-
tores de poder económico. En general, se piensa que cuantos más
apoyen, mejor, para dar la sensación de que existe una corriente de
opinión mayoritariamente favorable hacia una lista determinada.

Dado el desgaste de la clase política, ya se ha convertido en un rito
las solicitadas de apoyo de simples ciudadanos, o de personalidades
extra políticas. Es infaltable una cena con empresarios, un acto con
la gente de la cultura o del deporte, etc. La idea es mostrar que se está
sumando poder. Todas estas manifestaciones no son malas, en abso-
luto; pero empiezan a formar parte del folclore de las campañas.

                                                                                                                       75
Carlos Fara

                                           Esto significa: si Ud. está en campaña, organícelas (sobre todo las
                                           que implican juntar fondos), pero no confíe demasiado en ellas
                                           para juntar votos. Su impacto es relativo en la medida que todos los
                                           protagonistas hagan lo mismo.

                                           No obstante, las del establishment tomaron en la década del ´90 un
                                           cariz muy especial. En la medida que la globalización económica
                                           ha vuelto fundamentales las inversiones que generan mano de obra
                                           y riqueza, la sociedad tiene puesto un ojo, consciente o incons-
                                           cientemente, sobre el famoso “apoyo de los mercados”. Esto, por
                                           supuesto, es fundamentalmente aplicable a la elecciones nacionales.
                                           En los días previos a los comicios presidenciales de 1995, varias
                                           empresas multinacionales anunciaron inversiones para los próxi-
                                           mos años por varios cientos millones de dólares. Esos no son anun-
                                           cios azarosos o casuales, cuando el principal eje de discusión era
                                           quién podía resolver el tema que más preocupaba a la sociedad: la
                                           desocupación.

                                           Es más fácil para un partido de clase baja captar referentes de la
                                           clase media o alta, que a la inversa. Un partido de clase media no
                                           tiene muchas opciones de sumar referentes de los sectores popu-
                                           lares, sobre todo porque causan rechazo en el electorado de origen.
                                           Un sindicalista, en la actualidad, no es una buena referencia para
                                           nadie, salvo en muy contadas ocasiones. Quizá si el representante
                                           de un sindicato de la administración pública, o del sector docente,
                                           o del sector médico. Pero estos no son los grandes sindicatos
                                           industriales. La importancia de los sindicatos reside fundamental-
                                           mente en su capacidad de movilización para actos, en su estructura
                                           de cuadros, en su organización y en los recursos monetarios que
                                           manejan. A Menem en la interna del PJ contra Cafiero, en 1988, le
                                           resultaron de suma utilidad. No obstante, los tiempos han cambiado.

                                           El contexto social en el que se desarrolla la campaña también condi-
                                           ciona las reglas al respecto. En medios rurales o de pocos habitantes,
                                           en donde todavía predomina cierta estructura social tradicional, no
                                           se puede desconocer la influencia que ejercen ciertos personajes (el
                                           patrón de la estancia, el sacerdote, el doctor, el juez, el jefe del
     Un sindicalista en la actualidad no
     es una buena referencia para nadie.   regimiento local, etc.). Ser amigo del padre, del juez, del policía ...
                                           puede no dar muchos votos. Pero no ser amigo de ellos, le puede
                                           costar una elección, dice R. Kuntz.

                                           Muchos apoyos no siempre significan algo positivo. Hay que tener
                                           mucho cuidado con que la sumatoria de apoyos (“aparatear”) no
                                           termine convirtiendo al adversario en una víctima a la que se debe
                                           proteger. Volviendo al ejemplo de la elección interna entre Cafiero
                                           y Menem en el ´88, el ganador convirtió su soledad en una virtud,
                                           simulando la epopeya de “uno contra el mundo”.
                                           En un electorado desregulado, si alguna pieza de una campaña no
                                           encaja, los votantes pueden ser reacios a prestar su apoyo. Por eso,

76
Capítulo II
no da lo mismo si el dirigente Juan Pérez, típico puntero de pési-
ma imagen en el barrio y de ocupación desconocida, apoya a un
candidato (“total, 200 ó 300 votos puede arrimar”).

Esto lleva a una última reflexión y que está referida a la regla 8: “Si
capto el apoyo del dirigente X, capto el apoyo de sus seguidores”.
En el electorado desregulado, las intermediaciones (estructuras,
instituciones, aparatos o punteros) ocupan un rol cada vez menor.
Por lo tanto, la clave del triunfo es asegurarse el apoyo directo de
los votantes, dado que los intermediarios no significan ninguna
garantía. Hay dirigentes que viven obsesionados con juntar apoyos
de distintas estructuras o “sellos de goma”, pensando que de esa
manera se ganan las elecciones.

Adviértase que la crisis de representatividad no es exclusiva de las
estructuras políticas. También en el ámbito empresarial, social, reli-
gioso y, por supuesto, sindical, las estructuras de representación se
están vaciando y se registra un divorcio generalizado entre diri-
gentes y bases. El proceso de fragmentación es muy profundo.

5. ¿Qué rol deben jugar los otros dirigentes?
Todos los integrantes de un grupo político deben jugar algún rol en una
campaña. Ya se analizó en un punto anterior la dialéctica del bueno y
el malo. La esencia es aportar un plus de apoyo e imagen de poder a un
candidato. Si todos los sectores de un partido o una lista muestran
unidad de criterio, coherencia y dejan a un lado disputas internas,
obviamente se favorece la posición de liderazgo del candidato.

Muchas veces es recomendable, en elecciones municipales o provin-
ciales, hacer “bajar” a una figura de fuerte prestigio que respalde la
candidatura del candidato distrital. Esta fórmula es auspiciosa en la
medida que la estrella mayor le presta luz a la menor, produciéndose
una asociación positiva de imágenes. La elección del dirigente
estrella debería decidirse con datos de encuestas en la mano ya que,
en algunas ocasiones, lo obvio puede resultar contradictorio. En las
elecciones de 1991, donde se elegían gobernadores, el gobierno
nacional movilizó a su ministro de economía, Domingo Cavallo,
para que apoyara a los candidatos justicialistas en cada provincia,
aprovechando el éxito del programa antiinflacionario. El primer test
fue en San Juan, donde hubo elecciones anticipadas y ganó por
primera vez un candidato del PJ, Jorge Escobar. Debido al éxito que
tuvo esa jugada, el jefe del Palacio de Hacienda recorrió varios
lugares con el mismo objetivo. Todo el mundo quería la presencia
de Cavallo como garantía de triunfo. Hasta que en los comicios de
segunda vuelta para gobernador que se realizaron en Chubut, se
invirtieron los resultados: ganó la oposición.

Como se decía más arriba, los otros dirigentes deben contribuir a
generar una imagen de poder para el cabeza de lista, pero no nece-

                                                                                        77
Carlos Fara

                                              sariamente haciendo campaña con él o por él. Desde ya que la
                                              aparición conjunta de varios dirigentes de prestigio en recorridas
                                              por barrios o pueblos, en actos o en afiches, va a favor del can-
                                              didato principal.

                                              Sin embargo, es muy potente que los dirigentes en cuestión realicen
                                              actividades o generen hechos políticos que los muestren gobernan-
                                              do (más adelante se va a analizar cuál debe ser la estrategia de los
                                              candidatos de la oposición). Para un candidato a gobernador, son
                                              importantes las iniciativas legislativas que tomen los parlamenta-
                                              rios provinciales de su propio partido y los diputados nacionales
                                              por la provincia. Para un candidato a intendente es importante co-
                                              gobernar con el jefe comunal en ejercicio (si es del mismo partido,
                                              claro). Todos deben realizar un aporte a una imagen de equipo.

                                              El acompañamiento de otros dirigentes de prestigio mayor al de
                                              quien encabeza la lista o es el principal protagonista, puede resul-
                                              tar positivo o negativo, según se dispute un cargo ejecutivo o uno
                                              legislativo. En la elección para jefe de gobierno en la Capital
                                              Federal en 1996, el candidato del Frepaso, La Porta, poseía una
                                              buena imagen positiva, pero menor a la de la primera candidata a
                                              estatuyente Graciela Fernández Meijide, al punto de ser ésta la
                                              estrella de la campaña y no el candidato al cargo ejecutivo. Para
                                              ayudarlo, el Frepaso lo rodeaba en forma permanente, tratando de
                                              mostrar el equipo de dirigentes que conformaba. Sin embargo, La
                                              Porta nunca logró volcar a su favor el plus de imagen que signifi-
                                              caba estar rodeado de dirigentes prestigiados como el ex concejal
                         Para La Porta el     Aníbal Ibarra o el diputado nacional Álvarez. En una elección
                acompañamiento de otros       donde se disputaba el liderazgo opositor, el concejal socialista
         dirigentes de mayor prestigio en
                 la campaña para Jefe de      nunca transmitió un carácter de líder, de ser la cabeza de un
             Gobierno porteño de 1996 le      proyecto político. Sus votos eran, hasta cierto punto, “de presta-
             jugó en contra, al resaltar su
                       falta de liderazgo.    do”, y esto influyó sin dudas en el electorado.

                                              6. ¿Cuál debe ser el estilo de campaña?
                                              ¿Agresiva o tranquila?
                                              El fenómeno de desregulación y despolitización obliga a desarro-
                                              llar campañas más cortas y que saturen menos. Si una campaña se
                                              vuelve agresiva, corre el riesgo de volverse contraproducente con-
                                              tra quien la promueva. Probablemente, el electorado reflexione de
                                              la siguiente manera: “los políticos pierden el tiempo en pelearse
                                              entre ellos, pero no se ocupan de los problemas”. Es por eso que,
                                              tenga o no tenga sentido la pelea, los discursos incendiarios pueden
                                              traer más problemas que soluciones.

                                              El volumen de la campaña puede subir sólo en los tramos finales,
                                              cuando ya todo el mundo da por legítimo que los candidatos reco-
                                              rran las calles y los programas televisivos para transmitir sus
                                              propuestas a la sociedad. Pero en general, sobre todo si se está en el
                                              gobierno, es conveniente que la campaña sea tranquila. Hay quien

78
Capítulo II
prefiere llamar a esto “la campaña de la no campaña”, puesto que
se supone que debe existir una comunicación de ideas, propuestas
y conceptos, pero sin invadir la vida cotidiana de la gente.

Este estilo tranquilo desespera muchas veces a los entornos y, sobre
todo, a los militantes, quienes suponen que la mejor campaña es la
más visible. Piensan que si un adversario larga antes, les toma ven-
taja. Largar antes o después depende del lugar que se ocupe en las
encuestas. Cuanto más lejos se esté de ganar, mayor es la antelación
con que deberá comenzar a trabajar. El que va primero y/o está en
el gobierno no necesita moverse tan rápido: tiene los actos de go-
bierno (decisiones, proyectos de ley, inauguración de obras, etc.)
para hacer campaña implícitamente.

7. ¿Qué rol juego si disputo un cargo legislativo?
En Argentina, en general, los candidatos a cargos legislativos no
tienen claro qué rol deben jugar. Es por eso que las campañas
exclusivamente de renovación legislativa son un poco aburridas,
con la sensación de que nada importante está ocurriendo. En algu-
na medida, este tema ya ha sido tocado cuando se analizó el rol que
deberían jugar los otros dirigentes.

Deben distinguirse dos situaciones. Una es aquella en la que se eli-
gen cargos legislativos junto con los ejecutivos, y otra es en la que
lo único que se vota son legisladores. En la primera, los postulantes
a parlamentarios, sean diputados nacionales o provinciales,
senadores provinciales o concejales, siempre se encargan de rodear
a la figura que se propone para ejecutivo. Por un lado, descompri-
men la agenda del protagonista. Por el otro, y esto es lo verdadera-
mente central, tienen que contribuir a generar una imagen de
equipo gobernando.

El candidato a legislador no está obligado a atenerse a la formali-
dad del cargo para el que se postula. El electorado argentino no le
presta mucha atención a las iniciativas legislativas específicas. Esto
es más común en los Estados Unidos, en donde cada representante
es elegido en distritos uninominales y, por lo tanto, está más obli-
gado a mostrar los resultados concretos de su gestión en favor del
condado, o los senadores en favor del estado. Al existir la lista
sábana, los legisladores nativos son vistos como apéndices del eje-
cutivo. Muchos candidatos piensan que un candidato a cargo par-
lamentario necesita hacer propuestas sobre su producto tangible y
formal: leyes, declaraciones, proyectos u ordenanzas. Sin embargo,
la sociedad no espera esto en una campaña electoral. Lo que real-        Lo que realmente
mente se evalúa es la capacidad de un candidato para hacer cosas         se evalúa es la
por la gente, y esto se puede lograr -en mayor o menor medida-           capacidad de un
desde cualquier cargo. En el fondo, el electorado está seleccionan-      candidato para hacer
do representantes para que encuentren soluciones a sus problemas.        cosas por la gente.
A partir de ese concepto, el de representante, la campaña electoral

                                                                                                              79
Carlos Fara

                                           de un candidato a legislador es transmitir todas las cosas que se
                                           piensan llevar a cabo, independientemente de la formalidad del
                                           cargo. Esto es difícil de entender para la mayoría de los dirigentes
                                           que atraviesan por esa situación. Un candidato no tiene que utilizar
                                           sus proyectos de legislación, los que haya hecho o los que vaya a
                                           realizar, más que como armas para transmitir los principios que va
                                           a defender o por los que va a luchar, o los temas y problemas por
                                           los que se va a preocupar. Los clásicos listados de leyes o proyectos
                                           o declaraciones que confeccionan los legisladores que buscan su
                                           reelección no son muy útiles. En parte, porque la gente no lee
                                           demasiado, mucho menos si son folletos o afiches políticos. Pero
                                           también, porque para el ciudadano promedio es muy difícil inter-
                                           pretar las ventajas para su vida cotidiana de la existencia de cierta
                                           legislación. Los candidatos deben poner mucho más énfasis en
                                           comunicar qué significa para la gente haber hecho cierto tipo de
                                           cosas; es, fundamentalmente, un trabajo de decodificación. Si se
                                           quiere, es una tarea docente.
                                           Cuando la elección es solamente de cargos legislativos, la campaña
                                           no es un debate sobre qué hizo o qué hará cada candidato, sino que
                                           se convierte en un plebiscito sobre la tarea del ejecutivo. Según las
                                           circunstancias, cada uno decidirá si nacionaliza, provincializa o
                                           municipaliza su discurso, pero vale recordar que las cuatro elec-
                                           ciones argentinas -desde el´83- en donde sólo se votó para legisla-
                                           tivos (1985, 1993, 1997 y 2001) se nacionalizaron. Lo cual refuerza
                                           el concepto central: el candidato a cargo legislativo puede presen-
                                           tarse formando parte de un equipo para gobernar o como un
                                           instrumento para plebiscitar una gestión ejecutiva.
                Los candidatos a cargos    En las elecciones de renovación legislativa solamente, las estrellas
     legislativos, en general, no tienen
              claro qué rol deben jugar    son los candidatos a diputados nacionales, siendo los parlamenta-




80
rios provinciales o municipales las “cenicientas” de la elección: no   Bibliografía Capítulos II, III, IV
                                                                       Budge, Ian & Farlie, Dennis
les queda muy claro el papel que deben desempeñar. Tanto a los         Pronósticos Electorales, Centro
segundos como a los terceros les cabe el mismo concepto en sus         de Estudios Constitucionales,
respectivos niveles gubernamentales. Es decir, cumplen el mismo        Madrid, 1986.
rol pero con una agenda de temas distinta, adecuada a su realidad      Chias, Josep
                                                                       Marketing Público,
particular.
                                                                       McGraw-Hill, Madrid, 1995.
                                                                       Clancy, K. & Shulman, R.
                                                                       La Revolución del Marketing,
                                                                       Vergara, Bs.As., 1994.
                                                                       Clark, Eric
                                                                       Los Creadores de Consumo,
                                                                       Cap. 9: Los votantes, Ed.
                                                                       Sudamericana, Bs.As., 1989.
                                                                       Costa Bonino, Luis
                                                                       Manual de Marketing Político,
                                                                       Editorial Fin de Siglo,
                                                                       Uruguay, 1994.
                                                                       Del Rey Morató, Javier
                                                                       Los juegos de los políticos, Teoría
                                                                       general de la información y
                                                                       comunicación política, Editorial
                                                                       Tecnos, Madrid, 1997.
                                                                       Edelman, Murray
                                                                       La Construcción del Espectáculo
                                                                       Político, Manantial, Bs.As., 1991.
                                                                       Fara & Asociados
                                                                       “Diseñando Estrategias”, 1996.
                                                                       “Argentina: del Voto Cautivo
                                                                       a la Desregulación del
                                                                       Electorado”, 1997.
                                                                       “Observaciones sobre los
                                                                       Resultados del 14 de Mayo de
                                                                       1995”, mayo 1995.
                                                                       “Observaciones sobre los
                                                                       Resultados del 14 de Octubre
                                                                       de 2001”, octubre 1997.
                                                                       “Observaciones sobre los
                                                                       Resultados del 24 de Octubre de
                                                                       1999”, octubre 1997.
                                                                       “Observaciones sobre los
                                                                       Resultados del 26 de Octubre de
                                                                       1997”, octubre 1997.
                                                                       “Cultura Política y Conflictos
                                                                       Sociales: la opinión pública
                                                                       frente a los conflictos laborales
                                                                       en Tierra del Fuego y el triunfo
                                                                       del presidente Carlos Menem”.
                                                                       Presentado en el Segundo
                                                                       Congreso Nacional de Ciencia
                                                                       Política, SAAP, noviembre
                                                                       de 1995.
                                                                       “La Campaña Electoral de 1991
                                                                       en la Argentina: el rol de la
                                                                       estabilidad”, en
                                                                       “Contribuciones”, CIEDLA,
                                                                       1/92, págs. 137-142.
                                                                       “La Desocupación no Influyó en
                                                                       el Voto, en Clarín, 18 de mayo
                                                                       de 1995.

                                                                                                             81
Bibliografía Capítulos II, III, IV   Quiero Ser Político: El             Cleavage: A Theoretical
     Carlos Fara

                   Guber, Susann                        Prontuario del Hombre Político,     Introduction, en Comparative
                   Cómo Ganar su Primera                Ediciones Gestión 2000,             Political Studies, July 1982, pp.
                   Elección: El Manual del              Barcelona, 1993.                    131-144.
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                   Editorial Tesis, Bs. As., 1988.      Interactive Models of Voting:
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                   Investigación de Mercados: Un        Comparative Political Studies,
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                   Kuntz, Ronaldo                       The Rise of Political
                   Comerlatto, Tadeu; Kosteski,         Consultants: New Ways of
                   Claudino, Como ser um                Winning Elections, Basic Books,
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                   Kuntz et all, Roland                 Candidates, Parties and
                   Como Ser um Candidato                Campaigns: Electoral Politics in
                   Vitorioso, Maltese,                  America. Congressional
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                   Devórame Otra Vez. Editorial         Cómo se Gana el Poder.
                   Planeta, Bs.As., 1992.               Editorial Espasa Calpe,
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                   El Rey, Beas Ediciones,              “SEGUELA”
                   Bs.As., 1993.                        Reportaje a Jaques Seguela en El
                   Luque, Teodoro                       Publicitario, Febrero 1995, pags.
                   Marketing Político, Un análisis      12-19.
                   del intercambio político,            Soler, Pere
                   Editorial Ariel, Barcelona, 1996.    La investigación cualitativa en
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                   Marketing político y                 grupo de discusión y el análisis
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                   Editorial Paidós, Barcelona, 1997.   Suarez, Waldino &
                   Menendez Roces, C. &                 Lombardi, Claudia
                   Alonsos Rivas, Javier                Modelos Interactivos y
                   Marketing Electoral, En el           Comportamiento Electoral en la
                   laberinto de la experiencia          Argentina, Fundación de
                   española, Ibérico Europea de         Estudios Contemporáneos,
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                   Muraro, Heriberto                    Vargas Llosa, Mario
                   Poder y Comunicación, Editorial      El Pez en el Agua, Ed. Seix
                   Letra Buena, Bs. As., 1991.          Barral, Bs.As., 1993.
                   Newman, Bruce                        Voss, Stepehen; Gelman,
                   The Marketing of the President:      Andrew & King, Gary
                   political marketing as a campaign    Review: Preelection Survey
                   strategy, Sage Publications,         Methodology: Details from
                   Thousand Oaks, 1994.                 Eight Polling Organizations,
                   Novaro, Marcos                       1988 and 1992, en Public
                   Pilotos de Tormentas, Ediciones      Opinion Quarterly, Spring 1995,
                   Letra Buena, Bs. As., 1994.          pp. 98-132.
                   O´Shaughnessy, Nicholas              Waisbord, Silvio
                   The Phenomenon of Political          El Gran Desfile, Ed.
                   Marketing, St. Martin´s Press,       Sudamericana, Bs.As., 1995.
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                   Rabella, Ricardo                     New Approaches to Political

82
Notas
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Notas
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Los medios y la política en la
era del infoespectáculo
Eduardo Zukernik




L   a creciente presencia de los medios audiovisuales en los hoga-       Eduado Zukernik
                                                                         Es graduado en Sociología en la
res de una buena parte de la población mundial, ha pasado a ocu-
                                                                         UBA, periodista y docente
par un rol protagónico en la conformación del imaginario social, y       universitario. Trabajó en el
supera ampliamente la penetración que ejercen en las valoraciones        diario Clarín como cronista,
del ciudadano otros aparatos culturales, hasta no hace mucho con-        redactor, columnista y editor.
                                                                         También colaboró en las revistas
siderados fundamentales.                                                 Cuestionario, El Periodista y en
                                                                         publicaciones de las editoriales
Las horas de violencia que absorbe diariamente un joven especta-         Atlántida y Abril y tuvo a su
dor de la televisión, ya sea en producciones de entretenimiento o        cargo la Gerencia Periodística de
                                                                         la Agencia de Noticias TELAM.
en los propios noticieros que buscan parecerse a aquéllas, forma         Fue Director de Prensa del
parte del mundo cotidiano de imágenes que una familia recibe en          Senado de la Nación , donde
directo, que buscan conmover sus emociones de la manera más              fundó y editó la revista Crónicas
sencilla y dejar a un lado toda sutileza para sustituirla por una        del Senado, (1992-1995) y se
                                                                         desempeñó como Director de
mayor explicitación visual de los hechos.                                Prensa de la Convención
                                                                         Nacional Constituyente en 1994.
En nuestro país, en el campo de la política, una dramática coinci-       Entre sus actividades docentes se
                                                                         cuentan la Dirección de la
dencia entre la desvalorización de la representación democrática         Carrera de Comunicación Social
por el desgaste de su dirigencia en el ejercicio de la función públi-    en la Universidad Nacional de
ca; por las sospechas sobre la honorabilidad de sus miembros y por       Lomas de Zamora, donde
reclamos de eficiencia de parte de la ciudadanía, de un modo u otro      además participó en el rediseño
                                                                         curricular del área. También
han contribuido a trasladar una importante dosis de credibilidad         cumplió funciones educativas en
hacia los Medios de Comunicación en clara supremacía sobre los           la UBA, la UNQUI y en la UCA.
partidos políticos.                                                      Actualmente desarrolla tareas de
                                                                         asesoría y consultoría en Prensa
                                                                         y Difusión. Asimismo, es
Aunque en los últimos tiempos, en el contexto de la severa crisis        conferencista en el país y en el
que afectó a la Argentina desde fines de 2001, la crítica social se ha   exterior,. en seminarios de
extendido a la labor de algunos medios y comunicadores, y ha             Marketing Político, Opinión
                                                                         Pública y Medios Comunicación.
dado lugar a una incipiente autocrítica en el sector, los señalamien-    Es autor de los libros Medios de
tos de la desconfianza siguen apuntando centralmente a la dirigen-       Comunicación y Reforma
cia política en primer lugar y luego a la dirigencia en general.         Constitucional en Argentina,
                                                                         Editorial CIEDLA – 2001 y de
                                                                         Periodismo y Elecciones, los
Al escenario desfavorable a los políticos se suma la escasa difusión     riesgos de la manipulación,
que los principales medios otorgan en su agenda a las cuestiones         Editorial La Crujía –2002.
que puedan contribuir a clarificar el debate sobre el rol de los par-    eduarzuk@yahoo.com.ar
tidos políticos y su necesidad, como expresión genuina de la
democracia representativa. Las causas, además de los intereses
extraperiodísticos de las empresas de comunicación, es básica-
mente la prioridad que ha obtenido en la televisión el modelo
Reality Show, donde algunos productores y no pocos anunciantes

                                                                                                             85
Eduardo Zukernik

                        y patrocinadores de los espacios, ven el mejor modo de captar
                        audiencia priorizando el efectismo antes que el debate.

                        El concepto de imágenes en movimiento que antes que nada deben
                        conservar un ritmo y una velocidad acordes a las exigencias de la
                        era del infoespectáculo, ha dado lugar a no pocos fraudes informa-
                        tivos de lo que nos ocuparemos más adelante no obstante, resulta
                        fundamental su consideración como el nudo principal que deben
                        deshacer quienes buscan llegar al público como políticos, ensayan-
                        do mensajes que no se adapten al vértigo.

                        El otro aspecto que no contribuye a una visión más acorde por
                        parte del ciudadano sobre la importancia de las instituciones de la
                        democracia, lo da el constante martilleo crítico sobre el rol de los
                        parlamentarios, un debate lo suficientemente superficial como para
                        haber anclado en el imaginario social la liviana conclusión de que
                        cuantas menos bancas se ocupen, mayores serán los ahorros y con
                        ello ganaremos todos.

                        Es indudable que la joven democracia argentina, a sólo un año de
                        alcanzar sus dos primeras décadas ininterrumpidas en más de
                        medio siglo, ha dejado insatisfecha a una buena parte de la sociedad
                        por su falta de resultados, exhibidos crudamente tras el fracaso del
                        gobierno iniciado en 1999, y ha puesto sobre el tapete la validez
                        misma de sus instituciones.

                        La crisis económica desatada ferozmente en el segundo año del
                        gobierno de la Alianza sumó también el vacío institucional y la
                        pérdida de credibilidad en la dirigencia que propició el desencanto
                        de los votantes del FREPASO, tras la renuncia de su jefe a la
                        vicepresidencia de la Nación.

                        El resultado de la desconfianza se tradujo en el gran desinterés
                        eleccionario que experimentó por primera vez la democracia, cuan-
                        do varios millones de votantes prefirieron sabotear los comicios
                        absteniéndose de elegir la boleta de algún partido para optar por
                        provocar la anulación del voto o, simplemente, depositando en la
                        urna el sobre vacío.

                        ¿Quién resultó beneficiado con esta conducta cívica? ¿Y quién
                        sufrió sus consecuencias? Es difícil definir a quienes se alinearían
                        entre los primeros, pero mucho peor es la resultante de lo segun-
                        do: sin dudas perdió la democracia.

                        ¿Cómo se sale, entonces, de este enorme dilema frente al que se
                        encuentran partidos políticos debilitados y fragmentados; ciudadanos
                        mayormente indiferentes y desencantados con la democracia y medios
                        de comunicación orientados a la visión superficial que busca conver-
                        tir la información en entretenimiento, apostando al rating?

86
Capítulo III
Lo primero que surge es la necesidad de acordar con las empresas
de comunicación criterios de valoración de las instituciones; es
decir, que contribuyan a dejar a salvo su defensa, lo cual es equi-
valente a la tan mentada conformación de políticas de Estado
capaces de sobrevivir en el tiempo a los partidos gobernantes.

En este sentido viene a cuento el ejemplo de la sociedad colom-
biana, que a su tragedia social de violencia continua desde hace
cuarenta años, le suma una cierta indiferencia o deshumanización
de sus medios de comunicación, que parecen contemplar sin
sufrimientos la masacre civil que cada año se cobra alrededor de
30.000 víctimas.

La necesidad de seleccionar los temas de la información cotidiana
en sociedades violentas como la colombiana, ha contribuido a
ensanchar el debate sobre la autolimitación que los propios medios
deben darse a la hora de otorgar exagerados despliegues a esas for-
mas marginales de conducta humana.

Los partidarios de descartar o reducir a su mínima expresión en los
noticieros, aquellos temas que requieren discernimiento y refle-
xión, no siempre al alcance de los públicos masivos de la televisión
como son los niños y los más jóvenes, destacan el carácter legiti-
mador de esas conductas violentas, por parte de la TV, cuando se
encara su exhibición con un exceso de imágenes explícitas y ,por lo
general, sin condenar las acciones expresamente.

Como señala Gustavo Castro Caicedo en su libro La televisión nos
mató el alma: Colombia no podrá subsistir si todos sus periodistas
y comunicadores no están dispuestos a ceder algo de sus intereses y
sus caprichos profesionales, por el bien de la Nación, como se lo      Chiste haciendo alusión a la
prometió a los millones de colombianos que repudiaron la violen-       violencia en la TV colombiana.
cia el día cuando el inigualable periodista Jaime Garzón fue           Publicado en el diario
asesinado, cuando buscaba la paz.                                      El Tiempo de Bogotá.


Parafraseando a Castro Caicedo, podría-
mos afirmar que también la democracia
argentina tendrá dificultades para subsis-
tir si cada uno de nosotros, dirigentes,
empresas de comunicación, periodistas y
ciudadanos, no cumplimos responsable-
mente nuestro rol para defenderla.
Nuestra experiencia con todas las formas
de autoritarismo nos exime de mayores
comentarios, pero la frase más repetida
tras la cruel experiencia del Proceso,
como entonces, mantiene plena vigencia:
La peor democracia es mejor que la
mejor dictadura.

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Eduardo Zukernik

                                                    Sin imagen, no hay noticias

                                                    En el campo de las noticias, la cultura de la imagen obliga a elegir
                                                    aquello que entretiene, por encima de aquello que informa.
                                                    Quienes estudian los efectos de la TV en la sociedad, señalan que
                                                    la información moviliza al espectador como ciudadano, mientras
                                                    que el resto de la programación lo moviliza como espectador.

                                                    Uno de los conceptos determinantes en TV, establece que un
                                                    noticiero que no entretiene es aburrido y, por lo tanto, pierde au-
                                                    diencia. No puede extenderse más de media hora y debe propor-
                                                    cionar alrededor de veinte noticias que entretengan.

                                                    De ese modo, es probable que se convierta sólo en un pasatiempo
                                                    donde brindar información no sea lo más importante. Si se le agre-
                                                    ga que muchos temas fragmentados en poco tiempo producen
                                                    sobreinformación, es más fácil caer en la desinformación.

                                                    Distintos estudiosos de la comunicación señalan que en la actuali-
                                                    dad las noticias se encuadran en la era del infoespectáculo, donde
                                                    lo que se difunde de un hecho es fundamentalmente aquello que
                                                    provoca emoción. Esto ha llevado a numerosos abusos: se tiende a
                                                    informar sólo de aquello que entretiene, descartando básicamente
                                                    o reduciendo a su mero enunciado a través de titulares, las
                                                    acciónes del Estado.

                                        Ver video   El caso de la falsa médica Giselle Rímolo ocupó durante semanas
                     Además de la apelación al      generosos espacios en los noticieros televisivos, en medio de los
                          entretenimiento como
                        herramienta eficaz para
                                                    feroces coletazos de la crisis que se expresaban en las dificultades
                “farandulizar” la información,      para encarar las negociaciones con los organismos multilaterales de
                 el noticiero elige el show antes   crédito y las demandas multitudinarias frente al Congreso, los ban-
                        que la política. Un buen    cos y la Justicia.
                     ejemplo, es el caso Rímolo.

                                                    Finalizado el affaire Rímolo, la TV sustituyó la continuidad infor-
                                                    mativa farandulesca con una extensa difusión de material policial
                                                    relacionado con las actuaciones contra un modisto de la farándula,
                                                    hasta que, agotada la producción informativa de esas características
                                                    y siguiendo las modalidades de otros países latinoamericanos,
                                                    volvió a irrumpir la crónica policial con amplia ventaja sobre el
                                                    resto de la agenda informativa.

                                                    En esta línea de selección editorial, la actividad política va en desven-
                                                    taja, ya que nadie imagina divertirse o entretenerse contemplando un
                                                    debate parlamentario. Así, es un lugar común en ciertos programas
                                                    de noticias y opinión una tendencia a banalizar la actividad legisla-
                                                    tiva: muchas veces se exhiben escenas donde algún parlamentario
                                                    aparece somnoliento tras agotadoras sesiones que a veces se extien-
                                                    den hasta altas horas de la madrugada. En cualquier caso, la imagen
                                                    resume la idea de que el señalado, más que trabajar, descansa...
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Ver video




                                                                                                        Capítulo III
El lugar común de los noticieros de TV, que en su mayoría dan prio-
                                                                          Cualquier incendio
ridad informativa a aquello que emociona, es no dejar de exhibir          espectacular, tiroteo en la
escenas atractivas de algo que, por ejemplo, "pudo ser una trage-         calle o descarrilamiento de
dia", aunque no haya llegado a serlo, ni mucho menos.                     trenes, siempre garantiza
De esta manera, no pocas veces ocupan varios minutos entre las            el rating porque mantiene
                                                                          entretenido al espectador.
noticias descarrilamientos ferroviarios sin consecuencias, vuelcos
en la ruta que no pasaron a mayores y espectaculares incendios que
no necesitaron haber provocado ni víctimas ni importantes daños
materiales para asegurar su difusión.

El protagonismo excluyente de las imágenes hace que los textos
pasen a un segundo plano y sólo complementen las escenas para
adjetivar lo que se exhibe.
Antes de que existiera la TV satelital, frente a una catástrofe fe-
rroviaria con numerosas víctimas, el recurso que se empleaba era la
voz del presentador en off, leyendo un cable, e ilustrando con la
foto de una formación similar a la del accidente.
Las nuevas modalidades apelan a difundir imágenes de hechos si-
milares y, aunque tengan poco que ver con el accidente que es noticia,
sirven para provocar la conmoción que se busca con la información.


La sociedad se adapta a la cultura de la imagen

Una protesta pública puede ser el vehículo eficaz para efectuar un
reclamo a las autoridades, siempre que se garantice la presencia de las
cámaras de los noticieros televisivos para hacer público un reclamo
social o sectorial. Por ejemplo, la Orquesta Sinfónica lo hace ejecu-
tando una partitura en una plaza, mientras que los estudiantes y
docentes, para luchar contra decisiones que afecten por caso el pre-
supuesto educativo, pueden aspirar a "hacerse ver" por las autori-
dades, si desarrollan con sus profesores una clase en la vía pública.
La idea es que las marchas de protesta vecinales o sociales no salen
en televisión, sino provocan algún "espectacular" embotellamiento
del tránsito.

Por ello, la cultura de la imagen como elemento disparador de la
noticia apunta a aquello de que la TV parece hacerse eco de la
protesta pero, en rigor, su propósito esencial es difundir imágenes
que conmuevan. En esa lógica aprendida por el público, que a su
vez es receptor de esa cultura, se trata de conmover primero, a los
productores de noticias quienes tienen la misión de conmover a la
audiencia después.
La comprensión social acerca de la necesidad de estar en la vitrina,
traslada a la gran ciudad muchos conflictos que pueden pasar inad-
vertidos en el interior, si no se hacen eco las cadenas centrales de
TV. En esa interpretación, muchas marchas de protesta que se rea-
lizan en Buenos Aires buscan el efecto amplificador del escenario
nacional que sólo dan las marquesinas de la ciudad, asiento de las
                                                                                                                       89
Eduardo Zukernik

                                                 autoridades del país. La idea es que si no se vio en TV, nunca ocu-
                                                 rrió. Es común ver reclamos frente a las casas de provincias con sede
                                                 en la Capital para hacer públicas denuncias que afectan a gobiernos
                                                 provinciales.
                                                 El avance de la cultura de la imagen parece ser la clave de lo que
                                                 algunos autores llaman la videodemocracia, donde en materia de
                                                 noticias parecería que las acciones generadas por los poderes del
                                                 Estado o por sus representantes, si no logran transitar por los
                                                 medios masivos no alcanzan categoría de hechos públicos, lo cual
                                                 los somete a una fenomenal dependencia de los medios.

                                   Ver video     El fenómeno del protagonismo de la imagen de impacto sobre los
                  La noticia en TV, debe ser     hechos en la información televisada, no pocas veces obliga a dotar
            siempre ilustrada con imágenes.
                                                 de escenografía el material informativo que se emite. Es común que
                A veces puede ocurrir que al
                 apelar al archivo de hechos     al encenderse una cámara comiencen los gritos y voces de los ma-
                  ocurridos se confunda a la     nifestantes que "arman" un efecto espontáneo para la audiencia
                   audiencia. Recuerde a los     que lo mira por TV.
               palestinos que supuestamente      Los investigadores académicos de la teatralización de la noticia por
                    festejaron el ataque a las
                             Torres Gemelas.
                                                 TV, destacan como ejemplo de una noticia artificial, el sonado caso
                                                 de los rehenes norteamericanos en la embajada de ese país en
                                                 Teherán (1979-1980), hace más de dos décadas, como uno de los
                                                 hitos que se plantaron cuando la producción de noticias por tele-
                                                 visión dio un salto hacia el "realismo vivo".
                                                 Más recientemente, el modelo de ilustración artificial de los
                                                 hechos, produjo una seria controversia en torno al noticiero en
                                                 español de la CNN. Fue en ocasión de exhibir presuntos festejos
                                                 en Palestina tras los atentados a las Torres Gemelas.
                                                 En el caso de los rehenes estadounidenses en Irán, el noticiero
                                                 dejaba ver detrás de las rejas a una multitud de curiosos, quienes
                                                 seguían la suerte de los extranjeros cautivos de los militantes
                                                 musulmanes en medio de una feria de vendedores ambulantes.

                                                 La escena cambiaba abruptamente y se convertía en la imagen de
                                                 un público enardecido que dirigía amenazas y gritos contra los
                                                 rehenes, cada vez que una cámara de TV comenzaba a grabar imá-
                                                 genes de los acontecimientos para los noticieros.
                                                 El mismo "número vivo" se puede comprobar muchas veces en la
                                                 actualidad en nuestro medio, cada vez que un cronista se acerca a
                                                 los voceros de una protesta. En ese instante, coincidentemente con
                                                 el encendido de la cámara, el público televidente recibe una mues-
                                                 tra del reclamo, teatralizada para el noticiero.

                                                 En ese contexto de imágenes que informan, las explicaciones, los
                                                 fundamentos y el debate pasan a segundo plano, con lo cual el céle-
                                                 bre "tiempo tirano" de la televisión reduce la definición de los
                                                 hechos políticos a un lenguaje de infografías y cuadros sinópticos,
                                                 donde los conceptos resultan tan abreviados y simplificados que
                                                 pocas veces pasan de ser superficiales.
                                                 Una anécdota que suele ser ejemplificada por los políticos, sobre

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Capítulo III
todo en períodos electorales, es la de aquel conductor periodístico
que le pidió a su entrevistado que explicara en dos minutos su
proyecto de reforma impositiva.
El modelo simplificador del periodismo en la televisión que exige
resumir el discurso político y, adaptarlo al lenguaje del hombre
común requiere de habilidades especiales que no todos los diri-
gentes poseen, por lo cual la mayoría de ellos pocas veces encuen-
tra un ámbito favorable para explicar sus ideas en la televisión.
Otro aspecto que pone en desventaja al entrevistado es la uti-
lización, en medio del reportaje, de síntesis grabadas y editadas que
se emiten a modo de videoclip, donde se presentan hechos que
incluyen reclamos sectoriales o críticas hacia él, o versiones
acusatorias que pueden provenir de otros dirigentes o partidos y
que quizás alcanzaron a ser difundidas en la TV como noticias. En
esos casos, muy difícilmente el reporteado podrá sintetizar con
claridad la respuesta que le piden sobre las escenas editadas
exhibidas previamente.


Fraudes informativos con imágenes
que hicieron historia

El montaje de escenas para ilustrar momentos no captados por las
cámaras de TV o fotográficas, reconoce abusos e inventos que
dañan la credibilidad de los medios y de los periodistas.
Uno de los episodios más graves de fraude informativo que se
recuerdan, ocurrió en los días finales de la dictadura comunista de
Ceaucescu, en Rumania. El caso llegó al extremo de que un mi-
nistro francés decidió solicitar la intervención armada en Rumania
"para frenar una matanza".
Según cuenta Ignacio Ramonet en La Tiranía de la Comunicación,
la noticia sobre "La Fosa de Timisoara" fue armada por los medios
de comunicación destacados en Rumania para cubrir el final del
régimen comunista, cuando se extendía por Europa del Este la ola
liberadora iniciada con el derrumbamiento del Muro de Berlín.

Relata el periodista e investigador científico, que un corresponsal
de prensa de la CNN urdió la escenificación de la matanza, uti-
lizando cientos de cadáveres que habían sido previamente retirados
de sus tumbas en un cementerio de pobres, para escenificar las víc-
timas de la barbarie.

El efecto contagio llevó a la rápida adhesión de otros correspon-
sales extranjeros, como el enviado del diario parisino Liberation,
que precisó en 4063 el número de rumanos asesinados por el régi-
men del dictador Ceaucescu, quien, aparentemente, resistía su
caída asesinando opositores.
Las imágenes difundidas por la TV en aquella navidad de 1989,
produjeron una conmoción tal que nadie dudó sobre las macabras
                                                                                       91
Eduardo Zukernik

                        matanzas ni las aterradoras cifras sobre el número de víctimas.
                        Entre 60 y 70 mil muertos, se dijo.

                        Un famoso editorialista francés de la cadena TF-1, Gerard
                        Carreyrou, conmovido igual que el común de los televidentes por
                        esas imágenes que sólo eran un fraude informativo, hizo un lla-
                        mamiento para que se formaran brigadas internacionales que lle-
                        garan a Rumania para liquidar el régimen.
                        El entonces ministro de asuntos exteriores de Francia, Roland
                        Dumas, pareció acompañarlo en su idea cuando declaró no se
                        puede asistir a tal masacre como simple espectador.
                        Cuando se conoció la realidad, las víctimas de aquellos
                        enfrentamientos habían sumado 100 muertos en Timisoara y 700
                        en toda Rumania, incluyendo los partidarios del dictador. Tal lo
                        publicado en Le Monde el 14 de febrero de 1990.
                        Conocida y explicada la enorme farsa informativa, un editorialista
                        la justificó planteando que "sería demasiado terriblemente absurdo
                        que el comunismo se disuelva sin ruido y sin estallidos, por la sola
                        renuncia de sus actores".
                        Ramonet concluye que esta lógica hizo dar "validez" a la noticia
                        sobre la "Fosa de Timisoara", cuando la necesidad de teatralizar el
                        derrocamiento de una cruel dictadura dio lugar a la invención de
                        una gigantesca farsa informativa que permitió a un viejo periodista
                        destacado en Rumania afirmar: con ello, yo que había visto el fin
                        del nazismo, pude también ver el fin del comunismo. Publicado
                        en Le Nouvelle Observateur el 28 de diciembre de 1990.

                        La farsa informativa a través de la construcción de imágenes se
                        extendió como fórmula en no pocos países, ante la necesidad prio-
                        ritaria de acompañar todo aquello que se informa con escenas ilus-
                        trativas. En nuestro país, el ejemplo más conocido de un fraude
                        informativo por televisión se produjo en 1998, en un noticiero del
                        canal de cable Todo Noticias, cuando un cronista destacado en
                        Rosario pretendió escenificar el hambre de los pobladores pagán-
                        dole 100 pesos a un vecino para que pusiera a cocinar un pequeño
                        gato en la parrilla.

                        La noticia fue ampliamente difundida en el país y en el exterior, hasta
                        que alguien advirtió en la imagen que el parrillero que preparaba la
                        comida para los vecinos presuntamente hambrientos, cubría la pa-
                        rrilla en su casi totalidad con pescado y sólo en el ángulo superior
                        derecho había depositado el animal doméstico.

                        No tardó en descubrirse la maniobra que, además, había sido urdi-
                        da con torpeza: se realizó en una zona de pobladores humildes,
                        pero sin tener en cuenta que es un lugar de fácil captura del ali-
                        mento que trae el río, por su vecindad con el puerto cerealero de
                        San Lorenzo, donde la concentración de peces es permanente,
                        debido a los granos que caen de los contenedores.

92
Los medios gráficos copian el modelo de la TV




                                                                          Capítulo III
La masividad de los medios electrónicos los pone al tope en mate-
ria de modelos informativos aunque, paradójicamente, tanto la
radio como la televisión siguen dependiendo de la prensa gráfica
para elaborar sus rutinas informativas, ya que la construcción de la
agenda política continúa estando en manos de los diarios.
Sin embargo, imitando a la TV, los diarios y las revistas de opinión
y análisis político tendieron a hacerse más gráficos que escritos,
con lo cual, redujeron los espacios dedicados al texto informativo
y, por consiguiente, ampliaron las fotografías y adoptaron los
dibujos y las infografías para ilustrar la información escrita.

En la misma línea, las revistas optaron por repetir en sus tapas el
recurso de la foto trucada o armada, prescindiendo así del retrato
de la escena real. Con ello buscan simbolizar con humor e ingenio
situaciones no siempre humorísticas que, además, por ser inven-
tadas, muchas veces corren el riesgo de ser sólo una interpretación
de la realidad y no la realidad misma.

La búsqueda de los títulos ingeniosos, que algunos editores justifi-
can mencionando que "lo dramático pone en fuga al lector", parece
orientar la selección informativa al impacto que pueda producir.
Siguiendo la propuesta de la TV, los medios gráficos eligen la infor-
mación para sus tapas de acuerdo con la mejor fotografia que ten-
gan para ilustrarla, con la condición de que puedan producir emo-
ción y, en lo posible, alto impacto.

Igual que en el noticiero televisado, el diario se ciñe a la lógica que
indica que "una imagen puede más que mil palabras". Este aserto
no siempre es real: puede ocurrir que se esté dando la foto de un
auto que alguien empujó al río para captar la escena.
Los medios gráficos no sólo se convierten en vehículos de la TV
porque en muchos casos son propiedad de los mismos dueños.
También buscan obtener rédito de su masividad para captar parte
del éxito que les da ventaja en la competencia entre medios de
comunicación.

La legitimación de la TV que concluye promoviendo la mayoría de
los medios gráficos, no sólo los hace sumarse a su modelo infor-
mativo, sino que además priva a sus lectores del juicio crítico que
propone Giovanni Sartori en El Homo Videns, cuando proclama
que el diario debe combatir a la TV.

La prioridad otorgada a la información entretenida, en los medios
gráficos se expresa en un gran despliegue para todo lo relacionado
con la frivolidad y una tendencia a destacar de la actividad política
aquello que esté más cerca de la farándula, reproduciendo el mo-
delo televisivo que a veces incluye hasta en los programas dedica-
                                                                                         93
Eduardo Zukernik

                                              dos a escándalos y chismes de la farándula, versiones sobre hechos
                                              que supuestamente tuvieron por protagonistas a dirigentes políticos.
                                              Es obvio que el deterioro de la imagen pública de la dirigencia
                                              reconoce como causa principal su pérdida de prestigio y credibili-
                                              dad, por sus propias acciones. No obstante, la difusión mayormente
                                              farandulesca de su actividad, contribuye a una riesgosa genera-
                                              lización que suma descontento social al rol de los partidos políticos.


                                              ¿Difundir la noticia o actuarla?
                                              ¿Periodistas o actores?

                                              La tendencia a entretener o divertir exige periodistas muy flexibles,
                                              capaces de poner una cuota de histrionismo a sus entrevistas y, si se
                                              trata de transmitir hechos dramáticos, como un tiroteo en la vía
                                              pública o enfrentamientos entre manifestantes y la policía, el
                                              cronista debe tratar de "vivenciar" las imágenes, transmitiendo
                                              dramatismo.

                                              También la preeminencia de la imagen en los medios de comuni-
                                              cación se traduce en una selección de modelos, deportistas exitosos
                                              y hasta actores sin trabajo, como presentadores de noticieros de
                                              TV y programas periodísticos.

                                              En la prensa gráfica, a causa de su rol mayoritariamente legiti-
                                              mador de la TV, se introduce el lenguaje periodístico cuasi superfi-
                                              cial que impone la TV y se tiende a reproducir sus acciones con-
                                              firiendo el rol de "analistas" o "formadores de opinión" a estrellas
                                              del medio.

                                              En nuestro medio, además, la tendencia a farandulizar la política
                                              llegó a su punto culminante con la irrupción de los cómico-perio-
                                              distas en las conferencias de prensa, donde se dan cita para cumplir
                                              su cometido de banalizar los actos políticos, sin distinguir si se
                                              trata de anuncios de autoridades de gobierno, firma de convenios
                                              internacionales, homenajes u actos protocolares. El más reciente
                                              desatino pudimos verlo en nuestra TV, cuando uno de los inge-
                                              niosos productores del ciclo Caiga Quien Caiga decidió enviar a un
                                              cómico-entrevistador al debate de los candidatos presidenciales
                                              brasileños.
                                              Quizás lo hayan considerado un paso de comedia, pero es fácil
                                              imaginar que el enviado no se habrá visto cómico cuando fue toma-
                                              do en andas y sacado de la sala, como si fuera una bolsa, por dos
                                Ver video     enormes custodios. La escena, seguramente antipática por su desen-
                   La irrupción de pseudo     lace, fue propiciada nada menos que por el nuevo presidente de
           periodistas ha dado lugar a la
                                              Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, cuando con gesto adusto reclamó
            necesidad de convertir en un
         hecho divertido a la política. Así   a los guardias por la insólita presencia de ese señor que le dirigía
          los dirigentes son elegidos para    sonrientes saludos desde un costado del set donde se libraba el
                     ponerlos en ridículo.    debate entre los candidatos para la primera vuelta de las presiden-
94
Capítulo III
ciales que se cumplieron dos días después.

La escenografía histriónica también ha generado un efecto de
imitación de algunos periodistas hacia sus pseudo colegas, los
cómico-periodistas y, en ocasiones, origina situaciones igual de
ridículas como la de aquel cronista que utilizó una moto para acer-
carse a los automovilistas y preguntarles sobre las dificultades en el
tránsito.Tuvo tan mala suerte que las dificultades las vivió él, cuan-
do debió levantarse después de caer pesadamente al pavimento con
su ciclomotor. Su incomodidad formó parte durante mucho tiem-
po de las imágenes con que se presentaba el ciclo "Perdona
Nuestros Pecados".

Un contraste interesante con la cultura de la imagen y la teatra-
lización de la noticia lo ofrece la radio, que mantiene su encuadre
informativo tradicional, donde los locutores, al no depender de la
escena como sus colegas de la TV, mantienen la asepsia caracterís-
tica del noticiero, donde lo que importa es lo que ocurre y no la
forma en que se dice lo que ocurre.

La cultura del lenguaje televisivo transplantada al periodismo en        Ver video
general, se ha exacerbado aún más con la modalidad de los reality        Sin llegar a ser un Reality Show,
                                                                         el reto descomedido del director
shows, que aunque la gente de niveles socioculturales medios y           de Aduanas, Mario Das Neves,
altos los rechaza, según lo han probado diversas encuestas, entre        al corresponsal de “Washington
otras una publicada en el diario La Nación, debido a que atraen          Post”, revela que los noticieros
importantes niveles de audiencia, también son promocionados              no se privan del escándalo
                                                                         aunque afecte a un periodista
desde los medios gráficos.
                                                                         extranjero. (ver TN)

En esta atmósfera del realismo vivo, con el oportunismo de la sen-
sación del momento, el productor Marcelo Tinelli utilizó el
descontento social contra los políticos para contribuir a su ridi-
culización en los medios masivos con una parodia de los reality,
donde todos los nominados para irse a su casa eran ....los políticos.

Entretanto, los grandes ausentes del escenario televisivo siguen
siendo la política y la democracia, que no sólo gozan de un reduci-
do espacio para el análisis serio, sino que, además, padecen de un
virtual desinterés por parte de los productores de TV. De ese modo,
lo común es observar que las realizaciones artísticas de ficción,
basadas generalmente en hechos de la coyuntura, construyen per-
sonajes basados sobre aquellos protagonistas de las noticias que
surgen del recorte de la realidad que ofrecen los mismos noticieros.

Esa necesidad de revivir la inmediatez de los hechos, parece orien-
tada a conmover a la audiencia repitiendo escenas recientemente
vistas o de hondo dramatismo y grabadas en directo, como puede
ser la toma de rehenes en algún episodio policial, la voladura de un
edificio o la oferta de una coima grabada con cámara oculta.
Así, pasan a ser primordiales los hechos que se difunden en tiem-

                                                                                                                       95
Eduardo Zukernik

                                                    po real, es decir, al mismo tiempo que están ocurriendo. El ejemplo
                                                    del choque en directo del segundo avión de American Airlines con-
                                                    tra las Torres Gemelas neoyorquinas el 11 de septiembre del 2001,
                                                    sacudió los parámetros conocidos hasta entonces, cuando el mayor
                                                    acontecimiento televisado en directo había sido el funeral de Lady Di.
                                                    Antes del más brutal episodio terrorista conocido en el mundo, en
                                                    la historia de la televisión desde su nacimiento, el duelo de la
                                                    realeza británica había sido el hecho más difundido superando a la
                                                    audiencia que tuvieron el atentado contra el Papa Juan Pablo II y
                                                    el asesinato del presidente Kennedy.

                                      ver video     Hoy, esta modalidad de atraer audiencias masivas a través de la
                 El tiroteo con toma de rehenes     difusión de información caliente -que supone emitirla al mismo
                 en La Paternal, es un ejemplo
                                                    tiempo que se produce el hecho- ha llevado a una cadena interna-
                        de información caliente,
                          transmitida en directo.   cional de televisión a reservar los derechos exclusivos para la fil-
                                                    mación en directo de los futuros funerales del Papa, especulando
                                                    con anticipación sobre su enorme popularidad mundial y el pro-
                                                    gresivo debilitamiento de su salud.

                                                    En nuestro país, las encuestas en boca de urna posteriores al cierre
                                                    de los comicios y el episodio de los rehenes en La Paternal, rescata-
                                                    dos tras el abatimiento de sus captores, fue seguido en directo por
                                                    centenares de miles de hogares aunque el desenlace se produjo bien
                                                    entrada la madrugada.

                                                    La misma audiencia multitudinaria, pero en 1999, registró la
                                                    llamada "Masacre de Ramallo", donde los delincuentes que
                                                    mantenían cautivas a sus víctimas en el Banco Nación, antes del
                                                    desenlace ofrecieron numerosos reportajes radiales y televisivos a
                                                    periodistas que transmitían en directo.

                                                    La búsqueda de realismo, no pocas veces confunde a algunos
                                                    movileros que interrogan en forma acusatoria a los detenidos,
                                                    aunque no esté demostrado sin son culpables, cuando son llevados
                                                    por la policía acerca de por qué cometieron un crimen, o los hace
                                                    increpar a un procesado adoptando un rol que nada tiene que ver
                                                    con su tarea.

                                                    También en nuestro medio se observan las complicaciones para
                                                    entender las noticias que surgen de una maraña de movileros,
                                                    procurando entrevistar a los protagonistas de un hecho: la ma-
                                                    yoría de las veces los entrevistados contestan varias veces la misma
                                 ver video          pregunta, poniendo en evidencia que nadie escucha a nadie, ni los
           El tiroteo entre “movileros”, da
           lugar a una maraña de cables y
                                                    periodistas se escuchan entre sí, ni logran oír al entrevistado.
                       grabadores donde el
            entrevistado pocas veces puede
              expresarse con claridad. Para         Ética y autorregulación en los medios
                enteder sus declaraciones el
           público debe oir varias veces las
                         mismas preguntas.          Frente a las críticas que recibe la TV por sus contenidos, los medios
96
señalan que hay una decisión voluntaria por consumirlos: que la
elección es del televidente. En realidad, es una falsa premisa porque
los que deciden son los patrocinadores de los contenidos, es decir,
los anunciantes. Sin su financiamiento, es imposible que cualquier
proyecto de medios funcione.

Desde los medios de comunicación existe la tentativa cada vez más frecuente de tratar la infor-
mación como una mera mercancía sometida públicamente a las leyes del mercado. El objetivo
principal sería llegar al mayor número de público para obtener los máximos ingresos por pu-
blicidad. El peligro que de ellos se deriva es considerar a los ciudadanos no como tales, sino
como masa. Sustituyendo el concepto de público por el de cliente, dice Nuñez Encabo.

Debido a la complejidad única del ejercicio de su libertad, los
medios deben escapar al campo natural de las regulaciones del
Estado. También sería conveniente que esa libertad se ejercite
alejada del libertinaje del mercado, donde parecen no existir los
límites éticos. El campo de acción de los medios de comuni-
cación debería estar guiado y evaluado por normas y valores
autoimpuestos.

Las normas sobre las que se basa el ejercicio del autocontrol se
mueven entre dos realidades: La conciencia personal de cada
profesional de la información -periodista o empresario- y los
códigos de honor o de conducta profesional de sus respectivas
organizaciones profesionales, dice José Ignacio Ben Mallen.

En Argentina se menciona el Pacto de San José de Costa Rica como
referencia acerca del ejercicio de la libertad de prensa. En dicho
acuerdo se menciona el Derecho de Réplica como alternativa para
toda persona que se considere afectada en su honor, por la mención
indebida de su nombre en una noticia. En realidad, en nuestro
medio, el Derecho de Réplica se aplica a criterio de los propieta-
rios de los medios o editores.

Los más importantes diarios de España y de Europa en general
tienden a adoptar códigos internos y mecanismos de autorregu-
lación donde se toman en cuenta los límites éticos para publicar o
descartar una noticia.

En los medios más avanzados se incluye la figura del
Defensor de los Lectores: Un periodista elegido por sus
colegas o aquellos que integran el Consejo de Redacción,
con mandato limitado en el tiempo, cuya función es satis-
facer los reclamos del público.

La creación de la figura el Defensor en los Medios de
Comunicación, se inspira en el Defensor del Pueblo. Una
institución del Derecho Público por lo cual supone una visión
comprometida de los Medios que, aunque son entidades de
                                                                                                  97
Eduardo Zukernik

                        Derecho Privado, asumen su potencialidad de afectar lo público.

                        La autorregulación en España comenzó a principios o mediados de
                        los ’90. En general, los medios que la adoptaron plantearon cinco
                        cuestiones básicas:

                                         1 El respeto a la intimidad de las personas

                                         2 La representación de la violencia

                                         3 La información sobre menores

                                         4 El secreto profesional

                                         5 Las formas de confidencialidad

                        En algunos países comienzan a formarse Asociaciones de Usuarios
                        de los Medios de Comunicación, siguiendo el modelo de las
                        ONGs que protegen derechos de los consumidores. En Gran
                        Bretaña existe el Consejo de Reclamaciones a la Prensa.


                        El político y su necesidad de estar en los medios

                        No hay estudios de la comunicación política que no reconozcan la
                        importancia trascendente que adquiere para los dirigentes hallar
                        espacio en los medios para difundir sus propuestas o, simplemente,
                        para mantenerse en la consideración popular.

                        Las reglas del juego ponen en situación dependiente al dirigente, lo
                        cual, como veremos más adelante, en algunos casos tiende a desna-
                        turalizar el rol de difundir información objetiva, cuando algunos
                        políticos deciden convertirse en empresarios de la comunicación.

                        La relación de los dirigentes políticos con los comunicadores en los
                        pequeños y medianos municipios del país reconoce diversas carac-
                        terísticas, algunas similares al modelo de los grandes centros
                        urbanos y otras menos complejas, dada la relación cara a cara
                        propia de la vida comunitaria.

                        No obstante, el fenómeno de la desconfianza básica hacia el políti-
                        co y su gestión de gobierno tiende a repetirse, pues la penetración
                        de las grandes cadenas televisivas, hasta en los más remotos pueb-
                        los del interior, mediante imágenes emitidas desde Buenos Aires,
                        reproduce modelos de profesionales de la comunicación en sus
                        preguntas, en sus frases y hasta en sus comentarios. La diferencia
                        sustancial está dada por el conocimiento del profesional de los
                        medios y hasta de los propietarios de las empresas periodísticas
                        -casi a nivel de vecino- de que gozan las autoridades comunales o
98
Capítulo III
aun los dirigentes provinciales, cuando viven en pequeñas ciudades.
Esta posibilidad de conocerse de cerca, tanto del dirigente como
del periodista, mayormente los pone a cubierto de versiones, no
siempre ingenuas, que en nuestro país adquieren preponderancia y
forma de noticias-escándalo, toda vez que se aproxima una con-
tienda electoral.
Paralelamente, el conocimiento de la obra del dirigente por parte
de los vecinos es también lo suficientemente cercana como para
merecer su adhesión o rechazo, al margen de las calificaciones que
merezcan en la prensa.
También en este punto debemos hacer la salvedad de que por lo
general, tienen una importante significación las valoraciones que
efectúen los hombres de prensa sobre el accionar de los políticos,
dado que el común de la gente -según lo demuestran las encuestas
de imagen sobre medios y políticos- tiende a confiar mayormente
en ellos y a no dar por segura la información que por sí misma
posee sobre la administración.


Imagen, gestión y relaciones con los medios

La presencia de numerosos medios de comunicación hasta en las
más remotas poblaciones del país, es un fenómeno que explotó en
los últimos años de la década pasada, a partir de la irrupción de las
emisoras de Frecuencia Modulada.

La multiplicación de estaciones de radio es notoria en las ciudades
pequeñas y medianas, donde cualquier convocatoria a los medios
da lugar a la presencia de un numeroso grupo de movileros que,
grabadores y celulares en mano, se convierten en los interlocutores
de la autoridad convocante.
También aquí se observa que el modelo de reproducción de las
noticias se origina en la prensa gráfica, dando lugar al seguimiento
informativo de lo publicado a través de la entrevista, en vivo o tele-
fónica, a los protagonistas de los hechos publicados en el diario.

Igual que en los grandes medios nacionales, muchas veces no se
observa en forma destacada la inserción de noticias consideradas de
interés por quienes están a cargo de la gestión municipal. Aquí
debemos insistir en la necesidad de dotar a la autoridad adminis-
trativa del aporte de profesionales de los medios, que pueden con-
tribuir -como se explica en otra parte de este manual- en la tarea de
acercar la noticia a los medios.

Lo que sí resulta de interés con relación a lo que entendemos como
la Era del Infoespectáculo, es que la producción informativa en las
ciudades pequeñas y medianas, es menos proclive a lo que en los
grandes centros urbanos no pocos dirigentes y especialistas
denominan el periodismo amarillo.
                                                                                        99
Bibliografía   Para algunos, la razón obedece a las relaciones cotidianas entre
             Autocontrol: Diccionario
                de Ciencias y Técnicas
                                           vecinos. Para otros, simplemente a que la cuota está ampliamente
                     de Comunicación,      cubierta con la producción realizada por las cadenas televisivas y
                    Ediciones Paulinas,    hasta por los grandes diarios nacionales que se hacen eco.
                          Madrid 1991.
             Caicedo, Gustavo Castro
                                           Un fenómeno que también ha crecido en el interior es la propiedad
       La televisión nos mató el alma,
               El periodismo amarillo,     de los medios, fundamentalmente en las ciudades pequeñas y
                    Editorial Quehacer     medianas, directamente en manos de dirigentes políticos. Ello
            Impreandes, Bogotá, 1999.      redunda en una inédita pérdida de credibilidad, ya que los lectores
               Núñez Encabo, Manuel        o audiencias conocen de antemano el pensamiento e intereses de
      Código Europeo de Deontología
           del periodismo en Bonet E,
                                           quienes patrocinan la información.
             Eticas de la información y
           deontología del periodismo,     Un ejemplo reciente lo dan los escándalos por las escuchas tele-
       Editorial Tecnos, Madrid 1995.      fónicas en la provincia de Corrientes, donde casi todos los prota-
                     Ramonet, Ignacio
      La Tiranía de la Comunicación,
                                           gonistas de la disputa política en torno a la liberación del titular del
      Editorial Debate, Madrid, 1998.      Partido Nuevo, Raúl Romero Feris, representa una línea interna de
                     Sartori, Giovanni     cada grupo político local.
           Homo Videns, La sociedad        Más allá de la influencia política que intente generar este tipo de
        teledirigida, Editorial Taurus,
                                           periodismo, es por todos sabido que entre los dirigentes cada
                    Buenos Aires, 1998.
                                           información se tamiza antes de darle crédito, y que la gente común
                                           difícilmente se pueda contar sus lectores.

                                           De este modo, la importancia de los medios audiovisuales multi-
                                           plica su importancia en estas poblaciones, donde los jefes comu-
                                           nales deben renovar cada día la adhesión por parte de los votantes.
                                           Allí resulta fundamental un contacto transparente con los vecinos,
                                           por lo que es recomendable la presencia cotidiana de las autori-
                                           dades en las distintas radioemisoras, explicando la gestión, sus difi-
                                           cultades y, en lo posible, tomando contacto con la gente por vía
                                           telefónica para escuchar sus propuestas y reclamos.
                                           En aquellos casos donde las programaciones o los propietarios de
                                           los medios no faciliten estos contactos, se puede destinar una parte
                                           del presupuesto publicitario a la contratación de espacios exclu-
                                           sivos para la información de interés comunitario producida desde
                                           el municipio.




100
Notas
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Notas
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        ...............................................................................................................................................................

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Relaciones con los medios:
periodistas vs. dirigentes?
 Santiago Rossi




…Cómo deben manejarse las relaciones entre el periodismo y el
poder (léase dirigentes políticos) para que finalmente el desti-
                                                                         Santiago Rossi
natario de la información, no se vea traicionado en su buena fe, ni      Es Licenciado en Periodismo de
al recibir una información que no está hecha para mejorar ni para        la Universidad del Salvador y
                                                                         Analista en Medios de
empeorar las relaciones con el poder, sino para mejorar, para tratar     Comunicación Social. Becado
realmente de transmitir al público, que es el verdadero desti-           por el Instituto de Cooperación
natario, la mejor información posible al alcance de nuestras posi-       Iberoamericana para capacitarse
                                                                         en producción y realización
bilidades periodísticas… Germán Sopeña, Relaciones con el                radiofónica en el Instituto
poder, Periodismo y Ética.                                               Oficial de Radio y Televisión
                                                                         Española. Es Profesor Titular de
                                                                         las Cátedras de Análisis de

C   on el fin de establecer un vínculo con el periodismo en pos de
                                                                         Opinión Pública y Tecnología
                                                                         Radial en la Facultad de
                                                                         Ciencias de la Educación y de la
lograr la interacción de los mensajes dirigidos a la opinión pública,    Comunicación Social , de la
describiremos la utilización de algunas herramientas comunicacionales.   Universidad del Salvador,
                                                                         además de ser invitado en
                                                                         diversas cátedras de
Es necesario optimizar la relación periodistas/dirigentes políticos.     comunicación (U.C.A., Palermo,
Con esto podemos mejorar lo que definimos como interacción               Salvador y J.F. Kennedy) en la
entre las partes. No es en vano resaltar que tanto los periodistas       temática de estrategias y
                                                                         campañas de prensa. Expositor
como los dirigentes necesitan unos de otros, pero con objetivos          en seminarios organizados por la
finales distintos. Para esto, debemos establecer previamente prio-       Fundación Konrad Adenauer
                                                                         sobre "Comunicación de Crisis y
ridades y reglas que puedan determinar si las acciones estratégica-      Prensa". En cuanto a su
mente diseñadas se pueden plasmar mediante resultados concretos          actividad en el ámbito
y verificables.                                                          periodístico fue Conductor y
                                                                         Productor de diversos
                                                                         programas de radios. Se
El aspecto más saliente de esta interacción, aunque muchas veces no      desempeñó como Asesor de
es el que más interesa al público, es su mutua dependencia.              Prensa en la Cámara de
                                                                         Diputados del Honorable
                                                                         Congreso de la Nación y del
¿Cómo funciona un Departamento de Prensa?                                Bloque Justicialista de la
                                                                         Legislatura de la Ciudad de Bs.
                                                                         As. También, en el área de
                                                                         prensa, asesora a la Secretaría
En toda organización (partido, municipio, etc.) existen diversos         de Inteligencia del Estado. Es
canales de comunicación: formales e informales; en los primeros se       Director de Prensa de la Agencia
desarrolla la información institucionalizada, sea esta para públicos     Dell´Oro Trigo S.A.
                                                                         Comunicación Institucional y
internos o externos.                                                     Director del Instituto de
Los canales informales responden más a lo que comúnmente se deno-        Comunicación Social de la
                                                                         Asociación Civil de Estudios
minan "operaciones de prensa" (ver pág. 112). Estas actividades deben
                                                                         Populares. (ACEP)
estar canalizadas por una estructura de comunicación (Departamento       santiago_rossi@hotmail.com
de Prensa) y coordinadas por profesionales en la materia.
Es aconsejable que, además, quienes desarrollen la actividad posean

                                                                                                            103
Santiago Rossi

                       alguna identificación político/partidaria con la organización o con
                       el dirigente a quien representan, a los efectos de garantizar coheren-
                       cia en los discursos y contenidos que se difundirán. El departamen-
                       to de prensa, que en algunas instituciones se configura como el de
                       mayor importancia, es el encargado de dar a conocer "lo que pasa".

                       Un jefe de prensa y una completa agenda de medios/periodistas
                       puede ser suficiente para asesorar a un dirigente.
                       Al sólo efecto de definir la acción que realiza el Departamento de
                       Prensa, podemos señalar que el mismo posee la función gerencial
                       que evalúa las acciones de la sociedad, identifica políticas y pro-
                       cedimientos de un individuo o institución con el interés público,
                       llevando a cabo una estrategia y posterior programa de acción a fin
                       de lograr comprensión y aceptación en la opinión pública.

                       Es importante que el profesional de prensa establezca como objetivos:

                                        Determinar y evaluar la opinión pública.

                                        Asesorar acerca de las estrategias para llegar a la
                                        opinión pública.

                                        Además de informarla, emplear la comunicación
                                        para influir en la opinión pública.

                                        Elaborar un mailing de periodistas y medios de
                                        comunicación apropiados a los fines de la organi-
                                        zación.

                                        Poseer las herramientas adecuadas de calificación
                                        y cuantificación de los mensajes emitidos por los
                                        canales formales e informales.

                       En dicha estructura de comunicación surge la figura del Vocero, que
                       etimológicamente proviene de "vocear" (hablar por él). Por lo ge-
                       neral, el mismo jefe de prensa cumple esta función. Para esto debe
                       tener un amplio conocimiento de las características personales del
                       dirigente a quien representa, como así también de las actividades
                       que éste desarrolla. Podemos enumerar algunas de las cualidades
                       que el vocero necesita para llevar a cabo su labor profesional:

                                        Presencia/Personalidad

                                        Simpatía/Sencillez

                                        Reconocimiento por parte del periodismo
104
Capítulo IV
                 Contacto en todos los niveles

                 Ser ratificado en sus consejos profesionales


Objetivos del Departamento de Prensa
Destacando como actividad central de esta estructura la acción de
hacer llegar la información del dirigente/institución a los públicos
predeterminados por la estrategia, señalamos que los objetivos
deben estar compuestos por:




Reglas para un correcto funcionamiento
Sin querer minimizar, el primer paso que se deberá dar es generar
el contacto con la prensa. Es por ello que necesitamos identificar,
como estructura de comunicación, quiénes serán los periodistas
adecuados para recibir nuestro mensaje.

En segunda instancia destacamos que la relación entre las partes debe
ser sobre la base de la confianza y colaboración mutuas. Esto permi-
tirá que ante la necesidad de volcar determinados lineamientos en la
prensa, los periodistas se hagan eco de nuestra inquietud. También
nosotros debemos responder ante algún requerimiento de los mismos.

Por otra parte, la mayoría de los medios tampoco podrían existir si los políticos se negaran a
dirigirles la palabra. Gran parte de su contenido gira en torno de dirigentes políticos locales
o internacionales, o de comentarios sobre medidas adoptadas por ellos...Los dirigentes par-
tidarios dedican el grueso de tiempo a hablar con los periodistas y viceversa..., dice
H. Muraro.

Podemos señalar cuatro reglas que contribuyen positivamente a
mejorar dichas relaciones. Como primera medida, ante el requeri-
miento de la prensa se debe responder inmediatamente. Es necesario
dar una respuesta aunque ésta no cubra las expectativas del periodista,
ya que el mismo, ante el pedido de su editor o jefe periodístico, debe
elaborar la nota con o sin nuestras declaraciones. Por ello, en este
juego de la relación, no existe la expresión “Sin comentarios”.
El vínculo con el periodismo debe ser permanente, y nuestra posi-
                                                                                                            105
Santiago Rossi

                                  ción frente a ellos debe tomarse como una fuente periodística con-
                                  fiable. Las fuentes son las informaciones que dispone un periodista,
                                  pueden ser obtenidas por dos vías: Estar presente en el lugar de los
                                  hechos o la narración de los mismos por una tercera persona (El
                                  País, Libro de Estilo).

                                  Además del contacto público del dirigente con el periodismo,
                                  como puede ser una conferencia de prensa o alguna declaración
                                  que este realice sobre los temas del día, existe otra variante de
                                  comunicación: es lo que llamamos off the record (que más adelante
                                  desarrollaremos).

                                  Este importante intercambio de información brinda matices sobre
                                  cómo se desarrollan los escenarios políticos, permitiéndole al pe-
                                  riodista darle el marco y la contextualización necesarios para poder
                                  encarar una nota.

                                  La modalidad de brindar información al periodismo debe realizarse
                                  con cierto criterio de equidad: todos tendrían que recibir el mensaje
                                  en el mismo momento, salvo alguna primicia que necesitemos insta-
                                  lar y que pueda ser desarrollada por algún medio en especial.
                                  La finalidad de ofrecer la información de forma igualitaria responde
                                  únicamente a que los periodistas pueden sentirse desplazados por la
                                  manera de implementar nuestra comunicación. Para ejemplificar
                                  esto, deseamos citar a Juan Pablo Baylac, vocero del ex presidente
                                  Fernando de la Rúa, quien señaló que durante su gestión.

      ...el trato con los periodistas fue muy difícil, no porque yo no tuviera intención de ayudarlos,
      sino porque el ex presidente sólo quería ir al programa de Mariano Grondona. A ningún otro.
      Y entonces, si aparecía en lo de Mariano, después venía la catarata de llamados, e-mails y
      mensajes por fax de todo tipo exigiendo explicaciones y solicitando más y más cosas para sus
      programas... (Revista Noticias,16 de marzo de 2002, nota "Titanes en el Ring").

                                  Más allá de esta generalidad, y que en la práctica puede permitírse-
                                  le algunas licencias, hay que conocer los diferentes medios y el
                                  alcance y repercusión que puedan tener nuestros mensajes en cada
                                  uno de ellos.

                                  Resaltando la importancia de transformarnos en una fuente de
                                  información creíble para los periodistas, describiremos algunas de
                                  las herramientas comunicacionales más utilizadas en esta disci-
                                  plina: comunicados o gacetillas de prensa, conferencias de prensa y
                                  giras o visitas de periodistas.

                                  Como es sabido, estas son algunas de las alternativas viables para
                                  brindarles a los medios diferentes informaciones. En nuestro caso,
106
Capítulo IV
intentaremos abordar aspectos técnicos que hacen a su correcta
utilización.

Fuentes de Información para el periodista

Gacetilla/Comunicado de prensa
Tanto el comunicado como la gacetilla de prensa deben ser consi-
                                        derados como un instrumento
                                        de comunicación rápido con
                                        información breve. La estruc-
                                        tura de redacción del mismo
                                        tiene que responder a los li-
                                        neamientos que se utilizan
                                        para los cables de agencia de
                                        noticias, respetando la base
                                        de la "pirámide invertida" (se
                                        adjunta formato). Debe con-
                                        tener una frase "gancho" que
                                        pueda ser utilizada en el
                                        armado central de la nota del
                                        periodista. El primer párrafo
                                        tiene que redactarse repetan-
                                        do las llamadas "5 Q", las
                                        cinco preguntas que brinda-
                                        rán los contenidos centrales
del mensaje: Quién, dijo Qué, Cuándo, Cómo y Por qué.
Este tipo de redacción facilita el trabajo del mismo, ya que muchas
veces, por cuestiones de tiempo (cierre de la edición, comienzo del
programa de radio, etc.), no se puede ahondar en las declaraciones
del dirigente. Además, ante un eventual corte o editado de la informa-
ción (resumen), se corre el riesgo de que la misma sea tergiversada.     Ver video
                                                                         Productoras de Radio,
                                                                         puede ocurrir que
Otra de las características a en tener cuenta es el destinatario de      arbitrariamente descarten
nuestros mensajes. No es aconsejable enviar información a todo el        información valiosa
staff periodístico de un medio; se debe elegir cuidadosamente el         para el periodista.

destino de las gacetillas (personalice el envío).                        Ver video
                                                                         Modelo Conferencia de Prensa.
Conferencias de prensa
Podríamos considerarla como una de las fuentes de información
más utilizadas dentro de las acciones presenciales de la comuni-
cación. Posee una dinámica de elaboración que es aconsejable
respetar para lograr un correcto funcionamiento.
Existen tres etapas: Preparación, Desarrollo y Post-conferencia.
La primera se basa en la convocatoria de los medios y periodistas;
ésta debe ser del tipo formal (envío de gacetilla a los medios), con

                                                                                                                   107
cita de lugar, día y hora. Por una cuestión que hace a la credibili-
      Santiago Rossi

                                             dad y el profesionalismo de quien realiza la conferencia, es impres-
                                             cindible respetar los horarios de inicio y la presencia de los referentes
                                             anunciados. Si la temática de la reunión lo permite, suelen antici-
                                             parse algunos puntos generales de la misma; pero deben dejarse
                                             datos importantes para ser tratados en dicha conferencia; caso con-
                                             trario, ésta pierde razón de ser. También es aconsejable evitar que
                                             la misma se superponga con otro acontecimiento informativo que
                                             requiera mayor atención de los medios.

                            Ver video        En cuanto al desarrollo, es conveniente que se realicen en ambien-
      Película City Hall: Previo a una       tes cerrados pero espaciosos.
              conferencia de Prensa, el
              Intendente ya sabía qué        La recepción de los periodistas se basa en la acreditación de los
       preguntarían los corresponsales       mismos, registrando los datos del medio a que pertenecen. Esto va
                           acreditados.      a servir para identificarlos a la hora de recibir sus preguntas; es
                                             necesario establecer reglas de comportamiento para lograr un co-
                                             rrecto funcionamiento.

                                             El jefe de prensa o vocero puede actuar como "maestro de ceremo-
                                             nias", otorgando el uso de la palabra, personalizando el trato con los
                                             periodistas, evitando la repetición de cuestiones, la superposición de
                                             voces y las interrupciones entre los mismos y el dirigente.

                                Ver video    Finalizada la conferencia, es necesario elaborar un informe interno
          Productores de radio y Jefes de    para determinar quiénes asistieron y prever cómo será la cobertu-
             Informativo. El follow-up o
             monitoreo telefónico no solo    ra del evento. El monitoreo telefónico sobre los periodistas es fun-
          apunta achequear si la info fue    damental para cerrar el círculo informativo, además de enviar el
         recibida, sino tambien a vender     material brindado en la conferencia a quienes no asistieron ni
                     una noticia al medio.
                                             enviaron corresponsales.

                                             Como contrapartida de este tipo de eventos comunicacionales,
                                             existe otro tipo de variante en materia de encuentros con los perio-
                                             distas, que reúnen algunas características similares a las conferen-
                                             cias, son las reuniones de prensa improvisadas. Esto se lo suele lla-
                                             mar "asalto de periodistas", ya que surgen de auténticas "guardias"
                                             realizadas por algunos comunicadores sobre determinado diri-
                                             gente, en busca de declaraciones.

                                             Por lo general, quienes cubren este tipo de encuentros son perio-
                                             distas no especializados, desinformados o de escaso rigor periodís-
                                             tico, y que muchas veces realizan estas coberturas informados sólo
                                             por lo que algún medio gráfico publicó ese día sobre tal o cual diri-
                                             gente. Esto, sumado al cansancio por las largas horas de espera, los
                                             vuelve agresivos y reiterativos en las preguntas.
                                             El dirigente debe estar preparado para contestar y manejar este tipo
                                             de interrogatorio "cuasi judicial". Por ello, cuando es abordado en
108
la calle o sin haber fijado el encuentro con los medios y es someti-
do a este tipo de "asalto periodístico", el político/dirigente debe:


                 Elegir qué pregunta contestar

                 Dar respuestas de no más de 30 segundos

                 Redondear las ideas para evitar que le cambien el
                 sentido de su frase en la edición del material
                 periodístico

                 Mantener la conversación bajo control

                 Convertir lo negativo en positivo


En esta misma situación de calle, no debe:

                 Utilizar lenguaje técnico en su respuesta

                 Contestar lo que no sabe o decir "sin comentarios"

                 Permitir que le hagan decir lo que no dijo

                 Hablar extraoficialmente o en off the record

                 Contestar preguntas de temas hipotéticos o en
                 tono potencial




Giras de prensa
Otra de las fuentes de información recomendadas son las giras o visi-
tas de prensa. Esta, que es una acción mas ligada a las relaciones
públicas, se presenta como una ocasión privilegiada de aquellos
periodistas que son invitados o seleccionados por el medio para una
cobertura, posibilitando un vínculo directo con el dirigente político.

A través de esta acción, el periodista puede presenciar los hechos
tal cual son, algo que será imposible de negar al momento de
realizar la crónica o nota respectiva. También le otorga veracidad a
lo dicho por el dirigente.

Off the record
En este plano entra en juego una de las herramientas más utilizadas
                                                                         109
y necesarias de los periodistas: el off the record, es la información
                                 revelada por (en este caso) el dirigente hacia el periodista con la
                                 premisa de reservar la fuente.

      El entrevistado acepta hablar de determinados asuntos a cambio de que no sean grabados y
      luego dados a conocer públicamente; el entrevistador acepta el carácter privado de las
      declaraciones de su interlocutor pensando que así dispone de toda la información, aunque tal
      información no pueda ser luego utilizada de una forma directa. La grabación se interrumpe,
      el entrevistado cuenta el asunto privado, luego la entrevista prosigue y la grabación se
      reanuda, explican Balsebre, Mateu y Vidal).

                                 Para la realización de este "pacto comunicativo" entre el periodista y
                                 el político, es importante dejar aclarado cuáles serán las reglas del
                                 encuentro. Ante esto, el comunicador le da prioridad a la necesidad de
                                 obtener información sobre un determinado asunto, ya que así tendrá
                                 mayor cantidad de datos para realizar un mejor análisis de la situación.




                                    "Los protagonistas de la relación prensa-poder marcan cua-
                                    tro niveles posibles de "off the record”:
                                    • información para conocimiento del periodista,
                                    • información para enmarcar una situación,
                                    • información para no publicar por un tiempo, e
                                    • información para publicar sin mención de la fuente".
                                    ("Medios de comunicación y Justicia". Contribuciones
                                    2/2001. Álvarez Tejeiro y otros).




                                 Pese a todo esto, todavía se generan inconvenientes en este tipo de
                                 relaciones entre periodistas y dirigentes, ya que se han registrado
                                 casos concretos donde el off the record fue violado; sea esto por la
                                 falta de seriedad y compromiso de algunos periodistas como así tam-
                                 bién por el abuso que algunos dirigentes realizan de esta forma de
                                 información, lanzando lo que llamamos "operaciones de prensa".
                                 Para evitar este tipo de disonancias, señalamos que el off the record
                                 está ligado con la ética profesional, con el conocimiento de las
                                 partes (periodistas/dirigentes), y con la exactitud, precisión y
                                 seguridad con la que deben actuar los periodistas, los dirigentes y
                                 los jefes de prensa y/o voceros.




110
Crisis comunicacionales

Hace tiempo ya que la política no puede abordarse separadamente de su transmisión a través
de los medios y que el juicio que gobierno y gobernantes le merecen al ciudadano común ya
no se forma a través del contacto directo diario sino a partir de la información que brindan
los diarios como referentes y que la radio y la televisión procesan audiovisualmente. En ese
sentido, llama a la reflexión el que la credibilidad de los medios supere claramente a aquella
que pueden invocar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, permitiéndoles establecerse
como un factor de poder independiente, "E. Zukernik, Medios de Comunicación y
Reforma Constitucional Argentina".

Con esta frase de Frank Priess, del prefacio del libro anteriormente
mencionado, sobre el papel de los medios en la vida democrática,
intentaremos abordar lo que denominamos "crisis comunicacionales".

En reiteradas oportunidades, las gestiones del dirigente político
suelen ser evaluadas y juzgadas desde la prensa. Ante esto y en con-
secuencia, es necesario actuar a corto plazo. Las primeras 24 horas
son cruciales y pueden definir cómo actuarán los medios en el caso.

Teniendo en cuenta que este capítulo apunta a describir desde lo         Ver video
práctico, cómo contrarrestar los embates que puedan realizar los         de la entrevista del Pte. Batlle

medios periodísticos, destacamos que las causas de las crisis
pueden ser visibles o permanecer enmascaradas.

Las primeras se refieren a aquellos conflictos naturales (catástrofes:
inundaciones, incendios, etc.) o sociales (problemas económicos,
huelgas, demandas de la población, etc.) que pueden desarrollarse
en un municipio o en una ciudad.

El máximo referente político (Intendente/Alcalde) debe dar expli-
caciones sobre cómo van sucediéndose los acontecimientos y cuál
es su accionar en pos de solucionar el problema. La ciudadanía
buscará interpelarlo aunque la temática del caso no sea de su total
incumbencia.

Las crisis enmascaradas son las que llamamos "operaciones de
prensa" y que desarrollaremos más adelante.
Cuanto más movilizante resulte el tema en la opinión pública,
mayores serán las posibilidades de desencadenar una crisis.

¿Cómo enfrentar crisis imprevistas?
En primera instancia, hay que estar listo. Para esto es sumamente
importante establecer una logística de crisis. Para enfrentar este
tipo de conflictos es aconsejable disponer de colaboradores califi-

                                                                                                            111
Santiago Rossi

                       cados que puedan actuar como voceros. Los especialistas
                       recomiendan que sólo en casos muy graves se debe exponer al má-
                       ximo referente.
                       Si, en cambio, la situación no reviste gran envergadura, lo ideal es
                       que el vocero o jefe de prensa responda directamente al periodista.
                       Es importante saber que "no se puede apagar el incendio y hablar
                       con la prensa al mismo momento".

                       El vocero o jefe de prensa debe ser accesible y de fácil localización,
                       además de contar con elementos y datos concretos para calmar la
                       ansiedad de la prensa. Una de las características fundamentales y
                       previas a toda crisis, es la necesidad de contar con documentación
                       clara y actualizada de toda la gestión, a fin de evitar en el corto
                       plazo las primeras confrontaciones mediáticas.

                       Reaccionar con rapidez es el punto de partida de todo conflicto. Es
                       necesario enviar un comunicado con toda la información
                       disponible. Los mensajes para la prensa deben ser claros, creíbles y
                       verificables, evitando así reiteraciones y superposiciones.
                       Demás está decir que lo aconsejable es decir siempre la verdad, ya
                       que la credibilidad es su capital. El vínculo con el periodista puede
                       quedar dañado si lo sometemos al envío de lo que llamamos
                       "pescado podrido": información falsa ofrecida al medio como
                       veraz con el sólo hecho de generar una "operación de prensa".

                       El discurso o el tono del mensaje deberá estar apoyado en valores
                       compartidos. Es necesario pensar el destinatario final: la gente.
                       Una vez finalizado el conflicto continúe con la comunicación, ela-
                       bore informes sobre cómo se resolvieron los acontecimientos que
                       pusieron en jaque su gestión.

                       Cómo enfrentar "operaciones de prensa"
                       Este tipo de crisis suelen traer aparejadas la pérdida de la credibi-
                       lidad y la disminución de la confianza. Para ello es aconsejable:

                                        Anticiparse: la red de periodistas que ha sabido
                                        construir puede actuar como escudo protector
                                        ante alguna operación. Estos recurrirán a Ud. para
                                        avisar de la situación imperante o, simplemente,
                                        para desmentir dicha información.

                                        Actuar: no permanecer inmóvil ante los conflic-
                                        tos. Muchas veces es necesario desenmascarar
                                        aquellos rumores que circulan en los medios y que
                                        pueden interferir en su política de gobierno.

112
Elija el objetivo: la crítica hacia el adversario es   Bibliografía
                                                       Arguch, Leonor
viable cuando esta no genere mayor agresividad.
                                                       La Entrevista, una invención
Recuerde que la opinión pública se encuentra en        dialógica, Ediciones Paidós, 1995.
un estado de saturación sobre las "acusaciones y       Balsebre, Matew y Vidal
                                                       La entrevista en radio, televisión
cruces mediáticos".
                                                       y prensa, Ediciones Cátedra S.A.,
                                                       1998, Madrid.
Para contrarrestar cualquier ataque, se debe valo-     El País, Libro de Estilo.
                                                       Ediciones El País, Madrid,
rizar la gestión. Si no posee hechos concretos que
                                                       España, 1994.
respondan por sí solos, es conveniente buscar          López, Manuel
alianzas que puedan aliviar y contestar ese tipo de    Cómo se fabrican las noticias,
                                                       Paidós Comunicación,
embates.
                                                       Barcelona, 1995.
                                                       Mar de Fontcuberta, La Noticia,
El papel de los intelectuales es provocar crisis;      Paidós Comunicación,
                                                       Barcelona, 1993.
el de los políticos y jueces, resolverlas, dice
                                                       Medios de Comunicación
Umberto Eco.                                           y Justicia.
                                                       Contribuciones 2/2001,
                                                       Fundacion Konrad Adenauer,
                                                       Buenos Aires, 2001.
                                                       Muraro, Heriberto
                                                       Políticos, periodistas
                                                       y ciudadanos,
                                                       Fondo de Cultura Económica,
                                                       1997, Argentina.
                                                       Periodismo y Ética.
                                                       Jornadas sobre Periodismo y
                                                       Ética del Diario La Nación,
                                                       1997, Espasa Calpe.
                                                       Zukernik, Eduardo
                                                       Medios de Comunicación y
                                                       reforma constitucional
                                                       argentina, Fundación Konrad
                                                       Adenauer, Buenos Aires, 2001.




                                                                                            113
Notas
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Notas
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La Comunicación política hoy
Jorge Dell’Oro




S  in lugar a dudas, la comunicación política es hoy una de las he-
rramientas más valiosas con que cuentan los dirigentes para hacer
                                                                        Jorge Dell’Oro
                                                                        Es Presidente de Dell’Oro Trigo
                                                                        S.A. Comunicación Institucional.
conocer sus propuestas a un electorado cada día más complejo y          Técnico en Publicidad graduado
segmentado.                                                             en la Escuela Argentina de
                                                                        Publicidad. Especialista en
                                                                        Comunicación Institucional
Sin embargo, se deberá tener en cuenta que ante la gran cantidad de     Política y Municipal. Profesor en
estímulos comunicacionales a los que es sometida la sociedad (la        Universidades de Argentina:
publicidad, las noticias, los espectáculos), por nombrar los más        Lomas de Zamora, Santiago del
comunes, el político deberá hacer un esfuerzo mayor para que su         Estero, Católica de Bs. As. y
                                                                        Ciencias Sociales de Bs. As.; de
mensaje pueda tener un espacio en la mente de la gente. Hoy nos         Colombia: Autónoma del Caribe
enfrentamos a un nuevo ciudadano espectador, que analiza la             de Barranquilla, Javeriana de
información desde otros esquemas utilizando los medios de comu-         Bogotá, de la Sabana de Medellín
                                                                        y de Ecuador: Azuay, de Cuenca.
nicación, sobre todo los audiovisuales, como un elemento de
                                                                        Dicta cursos en la Universidad de
entretenimiento. En este contexto, se debe agregar un factor que        Palermo, Maestría en Comunicación
aumenta la dificultad de tener éxito con el mensaje emitido, pues       y UCES, Master en Comunicación
distintos estudios dan cuenta de que sólo el 20% de lo que se lee,      Institucional. Fue presidente del
                                                                        Círculo de Creativos Argentinos
ve o escucha en los medios queda en la opinión pública.                 y vocal de la Comunidad
                                                                        Publicitaria, jurado y panelista en
El publicitario francés Jacques Seguéla, encargado de las campañas      festivales CLIO, FIAP, Gramado,
electorales de François Mitterrand, afirma: Una campaña electoral       A.A.E.R., Premio Clarín, Lápiz de
                                                                        Oro, Montreux, León de Oro y
es como una obra de teatro; es elegido el candidato que cuenta la       Cronista. Co-autor del Libro y
historia que los franceses tienen ganas de escuchar en el momento       Video Trastienda de una Elección,
en que desean escucharla.                                               editado por la Fundación Konrad
                                                                        Adenauer.
                                                                        Co-organizador del I Seminario
Sin llegar a dar total crédito a esta ácida afirmación, es cierto que   Iberoamericano de Marketing
hoy no es fácil diferenciarse de los competidores, pues la oferta es    Político (SIMAP). Ex-consultor del
uniforme y los candidatos cada día se parecen más entre sí.             Banco Mundial para Argentina y
                                                                        Paraguay. Obtuvo numerosos
                                                                        premios internacionales y
Para poder diferenciarse hay un elemento que es imprescindible en       nacionales. Ha participado en
la comunicación política actual como es una alta dosis de per-          campañas electorales en Argentina
suasión. El que busca persuadir hace una recomendación clara, a         y del Partido Popular Español.
                                                                        Es miembro de la Secretaría de
través de sus mensajes, y la recomendación deberá ser entendida         Relaciones Internacionales del
por el público al que se dirige.                                        Partido Justicialista y asesor de
                                                                        senadores, intendentes y políticos
                                                                        argentinos en estrategias de
En las campañas electorales, dicha recomendación es la de votar
                                                                        comunicación. es Director del
por una opción política o la de no votar por otra, dos metas com-       Instituto de Comunicación Política
plementarias que sirven como marco a todo el mensaje electoral.         de la Universidad del Salvador.
                                                                        info@dellorotrigo.com.ar
Hoy, la mitad del tiempo de un gobernante está dedicada a la
comunicación; pero esto no es nuevo esta herramienta inventada
                                                                                                              117
Jorge Dell’Oro

                                   por el hombre político para comunicar sus ideas, nos acompaña
                                   desde que se empezó a escribir la historia.

                                   Rafael Ballester, en su Historia de la Humanidad, relata que allá
                                   por el 720 a. de C., el Imperio Chino contrataba vagabundos dota-
                                   dos de facilidad de palabra para, al estilo sofista, arengar al pueblo
                                   y engrandecer a sus reyes. Pasaron los años y la comunicación se
                                   perfeccionó. A Quinto Julio Cicerón, en el año 65 a. de C. (quizá
                                   el primer asesor en marketing y comunicación política), se le ocur-
                                   rió que en los lugares votación se colocaran carteles con los nom-
                                   bres de los candidatos y sus virtudes más notorias. También pare-
                                   cería ser el más antiguo antecesor de quienes escribimos el presente
                                   manual, pues se lo considera autor del pequeño manual para la
                                   campaña electoral.

                                   Después vinieron Maquiavello, Goebbels, Napolitan, y hoy tenemos
                                   cientos de especialistas en todo el mundo, que asesoran a miles de políti-
                                   cos acerca de cómo lograr mejores resultados en su comunicación.

                                   No quisiera adentrarme en las técnicas de la comunicación sin
                                   antes hacer una reflexión sobre la situación que vive la sociedad y
                                   su relación con la dirigencia política.

      La política tiene un lugar: la comunidad, pues como dice Josep Ramoneda, La preservación
      de la comunidad es una de las obligaciones prioritarias del gobernante. Donde no hay
      comunidad (marco común de cooperación y conflicto) no hay política sino anomia, lucha de
      todos contra todos. El intento de sustituir los conflictos entre los grupos por conflictos entre los
      individuos, propio del discurso economicista de la competitividad, tiende a destruir el espacio
      comunitario.

                                   Los que estamos en la política sabemos que el famoso contrato
                                   social se encuentra en precario estado. Muchos de los puentes que
                                   unían el tejido social, están rotos o son muy frágiles. Es tarea de la
                                   política volver a restablecerlos. ¿Quién si no la política puede
                                   devolvernos el sentido de comunidad, la armonía entre los distin-
                                   tos segmentos poblacionales? ¿Quién si no la política puede ayu-
                                   dar a construir un proyecto común que nos una en el orgullo de
                                   pertenecer a un país con futuro? Por ello es imperioso que la
                                   comunicación ayude a los buenos dirigentes a revalorizar su tarea
                                   y el rol de la política.

                                   Por eso, cada vez que construyamos un mensaje debemos crear rea-
                                   lidad, que no es ni más ni menos que reintroducir el diálogo donde
                                   sólo hay comunicación. Recuperar la política debería servir para
                                   escapar del hablar por hablar, que es la raíz de la mala comuni-
                                   cación. Es responsabilidad de quienes ayudamos a los políticos a
                                   comunicarse, no sólo advertir sobre esta problemática, sino también
                                   asumir un rol ético en la transferencia del mensaje a la sociedad, no
                                   haciéndonos cómplices del secuestro de la libertad y de la democracia.

118
¿Es el candidato el mensaje?




                                                                                     Capítulo V
L   os candidatos son protagonistas durante el espacio de tiempo
que dura la campaña, como un espectáculo que la sociedad mira.
Cada uno intenta ser el actor principal y con ese propósito, su
mensaje, encarnado por él mismo, toma vital importancia. No se
trata de representar un papel como en el teatro o el cine, se trata de
conjugar la personalidad y el carácter del candidato con el mensaje.

Si bien el sociólogo Erving Goffman explica de forma reveladora la
conducta humana con una metáfora teatral, en La presentación de
la persona en la vida cotidiana (1959), defiende que, diariamente,
las personas tienen que gestionar la impresión que causan en los
demás, y esas actuaciones son las acciones de unos que buscan
influir a otros. Goffman nos recomienda que pensemos en nuestra               E
conducta como un arte de gestión de impresión, pero lejos de des-          TEM       E
                                                                          O       EM
cuidar la ética, afirma que esas actuaciones no son necesariamente       V
                                                                             V OT
engañosas y que hace falta distinguir las actuaciones sinceras de
las que no lo son. Aun así, en lo que Goffman insiste más es en                 ME
                                                                            VOTE
la necesidad de tener una estrategia casi como exigencia
ética, ya que una persona puede ser honrada y no ser
capaz de transmitirlo, dejando la esfera pública a cargo de
una persona que sí sabe cómo manejar su imagen eficaz-
mente y transmitir su honestidad.

Muchas veces se dice que la diferencia entre lo que un candidato es
y la imagen que proyecta es manipulación, pero esa es una impre-
sión equivocada.

Porque si partimos del concepto de que comunicar el carácter es un
problema al que no sólo los políticos, sino cada uno de nosotros se
enfrenta en su vida diaria y aun siendo totalmente honestos e inclu-
so inconscientes respecto a las estrategias que seguimos, transmiti-
mos impresiones parciales, es decir, nos mostramos selectivamente
y de forma incompleta a los demás. Por consiguiente, cada vez que
nuestro objetivo sea persuadir a alguien de algo, vamos a ejercer un
control consciente y deliberado sobre el carácter que transmitimos.

¿Cuál es el motivo para pedirle a un político que haga lo contrario?,
y en especial a un candidato, ya que él es el mensaje, porque debe
"venderse" a sí mismo ayudado por las herramientas de la comu-
nicación moderna. Lo que no sería bueno que hiciera sería delegar
su agenda política a los asesores de marketing político. Lo que ellos
harán será ayudarlo desde lo estratégico; nunca, desarrollar su
plataforma electoral.

El riesgo es tener una buena comunicación para un mal candidato.
                                                                                                  119
Jorge Dell’Oro

                                                    A la luz de algunas experiencias de sobremarketing electoral, vimos
                                                    cómo se puede estafar a la gente haciendo pasar gato por liebre.

                                    (Ver Video)     Las consecuencias de una mala gestión de gobierno en la ciu-
                         Analice los contenidos     dadanía, no hace falta comentarlas; pero sí aquellas que afectan la
                         vs. los resultados de la   credibilidad de la dirigencia política, que hace que caigan justos por
                       campaña de la Alianza,
                       elecciones presidenciales    pecadores y generan un malestar social que potencia un loco deseo
                               argentinas, 1999.    de "que se vayan todos".

                                                    La comunicación debe tender siempre a resaltar los valores de la
                                                    política y, sobre todo, las ideas de los políticos eficientes que a
                                                    través de una buena gestión aumentarán la calidad de vida del
                                                    pueblo que les ha tocado gobernar.


                                                    ¿Candidato o Partido?

                                                    Hay tres características del sistema político argentino que fomen-
                                                    tan que las campañas se centren en los candidatos.

                                                    1 Un sistema presidencialista de gobierno que baja a todos los car-
                                                    gos electorales haciéndolo más notorios en los municipios.

                                                    2 Partidos políticos cuyo papel se ha visto reducido a lo largo de
                                                    estos últimos años.

                                                    3 La ausencia de ideología como motor principal del voto y el
                                                    declive de la lealtad partidaria.

                                                    Hasta hace unos años los candidatos dependían totalmente de la
                                                    organización del partido, la cual mantenía un monopolio sobre los
                                                    recursos para llevar a cabo una campaña con posibilidades de vic-
                                                    toria. Hoy, los medios de comunicación, en especial la televisión,
                                                    incrementaron la posibilidad de los candidatos para hacer campaña
                                                    por sí mismos.

                                                    El famoso consultor norteamericano Joseph Napolitan dice que la
                                                    política se convierte cada vez más en "el arte de comunicar el men-
                                                    saje del candidato directamente al votante sin filtrarlo a través de
                                                    una organización de partido".

                                                    La falta de una lealtad partidaria lleva a los ciudadanos a decidir
                                                    su voto según el candidato, quien se ve obligado a definirse más
                                                    allá de lo que su lealtad a un partido pueda indicar. Como decía
                                                    el slogan del candidato demócrata a presidente de los EE. UU. en
                                                    1998, Michel Dukakis, “la elección no se trata de ideologías, sino
                                                    de aptitudes".

                                                    Este fenómeno parece, por el momento, algo difícil de revertir,
120
Capítulo V
pues la reciente gravitación del factor económico en las decisiones
políticas hace muchas veces difícil conjugar los aspectos ideológi-
cos con el pragmatismo de las medidas a tomar. Si sumamos esto a
los factores que destacan las pautas de cobertura de la prensa, la
decepción de algunos ciudadanos respecto a los partidos, la necesi-
dad de estos de renovarse y abandonar o matizar sus referentes
ideológicos tradicionales estando ante una etapa de transición,
donde no se ve claramente cómo terminará esta difícil relación
entre gobernantes y gobernados


¿En medio de los medios?

Los criterios que hoy priman para decidir qué es noticia y qué no lo
es, aumentan la "personalización" de la información. Es frecuente
que el candidato se destaque por encima de los problemas o de las
cuestiones políticas que busca comunicar. Esto ocurre porque, ge-
neralmente, es más fácil comunicar la información a través de la
proyección de personalidades que a través de la discusión de ideas
complejas o problemas políticos de carácter más abstracto. Se trata
de un fenómeno común a todos los medios de comunicación, en el
cual llevan la voz cantante la televisión y la radio, en la actualidad
principales fuentes de información de la sociedad.

En cuanto al malestar creciente de los ciudadanos con la dirigencia
política, fenómeno no exclusivo de nuestro país, ya que el tema es
de preocupación de los principales partidos del mundo democrático.
En las campañas, este factor ha llevado a los votantes no sólo a
fijarse más en la personalidad del candidato, sino también a recibir
con agrado la aparición de candidatos outsiders, profesionales que
aparecen en la política vaciando aún más de contenidos ideológicos
la política en general. Cantantes, deportistas, empresarios, artistas,
aprovechando su imagen fuerte en la sociedad, aparecen transitan-
do el camino político haciendo uso y abuso de los medios de comu-
nicación, con quienes tienen un excelente relación. También debe-
mos admitir que hay políticos que han hecho una verdadera mili-
tancia mediática y a algunos no les ha ido nada mal.

En esta época, la política se centra, nos guste o no, cada vez más en
la persona, incluso en aquellos países donde todavía la lealtad par-
tidaria no está tan deprimida. Porque muchas veces, sin querer, esta
personalización es fomentada por el propio partido, sobre todo en
época electoral. El partido proyecta su propia imagen en dos for-
mas básicas: con la imagen tradicional de la organización, su iden-
tidad corporativa (por ejemplo, como representante de la clase obrera),
y con la imagen específica que ese partido busca instalar en un
momento determinado, en una campaña, imagen que tiende a
proyectar a través de la personalización de un líder o candidato
estrella (por ejemplo, haciendo uso de caras nuevas para demostrar
                                                                                       121
Jorge Dell’Oro

                       que se está renovando). Es también posible que un líder popular
                       pueda cambiar la suerte de un partido, convirtiéndose en una ban-
                       dera que decida a esos votantes independientes y a diferencia de los
                       leales, permeables a votarlo.


                       ¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta
                       para construir el mensaje?

                       Hay en toda campaña tres elementos que no necesariamente coin-
                       ciden, pero de una manera u otra siempre están presentes: lo que el
                       candidato es, la imagen que intenta proyectar, y lo que los votantes
                       finalmente perciben.

                       Por eso, la presencia de la imagen como factor estratégico en las
                       elecciones no es para nada una imposición de marketing político,
                       sino parte inevitable del proceso de comunicación. Un político no
                       puede evitar tener una imagen y transmitirla. Negarlo es una
                       ingenuidad. De hecho, cuando el candidato presume durante la
                       campaña de no preocuparse por su imagen, está tratando de trans-
                       mitir otra imagen: la de un ciudadano común sincero, que se mues-
                       tra tal como es y que no está sujeto al marketing político. Como lo
                       declaró López Murphy:" Yo no me voy a marketinizar".

                       El acto de comunicación proporciona al emisor (candidato) la opor-
                       tunidad de enviar imágenes que el electorado terminará decodifi-
                       cando, y eso requiere una estrategia.

                       Quien tenga la mejor estrategia y se comunique bien, tiene mejores
                       posibilidades para generar en el electorado una penetración mayor.

                       Si la información es poder, comunicar es legitimarse. Para ello es
                       necesario tener en claro las diferencias entre informar y comunicar.

                       Informar: enterar, dar noticia de una cosa a un determinado
                       número de gente que hasta ese momento lo ignoraba.

                       Comunicar: hacer a otro partícipe de lo que uno tiene, comu-
                       nicar no sólo es informar, sino que también es enterarse de cómo
                       reacciona el interlocutor.


                       Los políticos son en la sociedad como
                       carteles orientadores de un destino.

                       Esto se logra comunicando,
                       no informando.



122
¿Comunicación racional o emocional?




                                                                                                       Capítulo V
Cuando el candidato se comunica, la gente busca el costado más
racional, consciente en conocer su experiencia, su pasado y cómo
hará para solucionar los problemas que afligen a la ciudadanía.

Pero toda comunicación debe contener una dosis de emoción. Lo
emocional sirve para envolver aun aquellas cosas racionales, como
son los aspectos económicos que se desarrollarán durante la campaña.   (Ver Video)
                                                                       Analice el spot “Creen que somos
                                                                       estúpidos” de la Alianza y la
Las estrategias de comunicación política parten de la base de que      contestación del Partido Justicialista
los votantes tienen un ideal y que eligen al candidato que más se      en el spot “Pablito”
acerca a ese ideal. Esta posibilidad de que los candidatos tengan
que medirse con un ideal nos da una idea de por qué muchos ciu-
dadanos acaban defraudados.

Las demandas de la gente muchas veces se aproximan a buscar un
"superhombre", se le exigen virtudes tales como fuerza de carácter,
visión, carisma, capacidad de estar por encima de la "politiquería",
habilidad para lograr el consenso, capacidad moral, aptitudes para
conseguir que los problemas se solucionen sin que la gente tenga
que hacer un esfuerzo superior, manteniendo siempre la cercanía
con el ciudadano común.

Por eso la honestidad, competencia, integridad, capacidad de lide-
razgo y energía son los ingredientes que la comunicación tiene que
transmitir. Comunicar esas cualidades significa demostrar carácter,
credibilidad y dinamismo.
La credibilidad es condición indispensable para abrirse paso en el
electorado.
El dinamismo es un factor de menos peso que la credibilidad, pero
se debe poner algo de él en las campañas.

El propósito de la estrategia de la campaña es usar las tácticas para convencer a los votantes
de que es importante que tú los representes. Para que concedan el poder de hablar por ellos,
hace falta que confíen en ti. No se trata de una confianza genérica y difusa en el carácter,
sino una confianza política en que tú, el candidato, tienes las mismas prioridades que ellos.
Las tácticas y los temas de una campaña pueden parecer simplistas a quienes prefieren
sesudas ponencias, razonamientos y análisis, pero su propósito es atraer la confianza, no el
intelecto, dice Baer.

La psicología nos indica que positivo/negativo, activo/pasivo y
fuerte/débil son dimensiones clave a través de las cuales percibimos
y evaluamos a los demás (Tagiuri, 1985). En una campaña, los can-
didatos son calificados como buenos o malos y se evalúa su fuerza
y su capacidad para la acción.



                                                                                                                    123
¿Qué hacer para parecer fuerte y activo?
      Jorge Dell’Oro



                                                      En alguien que tendrá la responsabilidad de gobernar,
                                                      dinamismo es sinónimo de fortaleza, acción, energía, vigor y
                                                      salud física.

                      Recuerde la hiperactividad      No se trata de salir a correr todas las mañanas si no lo ha hecho en
                           de Carlos Menem, que,      su vida, o practicar deportes si es un sedentario. La comunicación
                         además de ser presidente,
                        jugaba al fútbol, básquet,    política no está para fabricar campeones olímpicos. Pero hay cier-
                          tenis, golf y competía en   tas cosas que se pueden hacer. Por ejemplo, lucir un rostro fresco,
                           carreras de automóviles    si es posible con un leve tono de que el sol pasó por allí, aunque,
                                       (Ver Video)
                                                      cuidado, sin llegar al bronceado caribeño, pues se corre el riesgo de
                          En el spot sobre el tema
                           “Seguridad”, analice la    pasar a la categoría de frívolo. Cierta dosis de humor y anécdotas,
                     actuación de Aníbal Ibarra       siempre le dan frescura al discurso. Trate de movilizarse con
                   de la campaña a las elecciones     energía, no transmitir agobio aunque se sienta cansado, siempre
                             como candidato a Jefe
                       de Gobierno de la Ciudad
                                                      esté dispuesto a conceder un minuto más a sus interlocutores.
                                   de Buenos Aires
                                                      En la política se habla de carisma como sinónimo de liderazgo, no
                                                      hay duda de que sin uno no existe el otro. Es un don que no todos
                                                      los mortales tenemos. Max Weber definió el carisma como "una
                                                      cualidad extraordinaria de una personalidad en virtud de la cual
                                                      ésta es considerada como poseedora de poderes y cualidades sobre-
                                                      naturales o sobrehumanas, no accesibles a los demás."

                                                      Sin embargo, el carisma en las democracias mediáticas actuales es
                                                      algo distinto, más cercano a la popularidad, al grado de simpatía del
                                                      político para con la gente.

                                                      Y la manera que el candidato tiene para lograrlo es presentarse
                                                      como uno más del pueblo, como gente común y corriente, pero
                                                      con la idoneidad para solucionarle problemas.

                                                      Jimmy Carter en 1976 ya usaba slogans que lo acercaban más a la
                                                      gente como: Un gobierno bueno como su gente. Dukakis usó: A tu
                                                      lado en su campaña de 1988.

                                                      No se debe olvidar que la base para una buena comunicación es: a
                                                      mí me importan tus problemas, porque también son los míos.

                                                      Entonces, volvamos a la pregunta inicial y sólo nos queda por afir-
                                                      mar. Si el candidato más que nunca es el mensaje, es un emisor
                                                      único, termina siendo forma y contenido al mismo tiempo.


                                                      ¿Cómo se construye el mensaje?

                                                      Para la construcción del mensaje en campaña, deberán tenerse en
                                                      cuenta, en primer lugar, a la audiencia al que el candidato se va a

124
Capítulo V
dirigir. Una vez que se tengan los contenidos, producto del análisis
hecho de las demandas de la ciudadanía, recién allí se podrá comen-
zar a planificar las comunicaciones, las que deberán estar subordi-
nadas a la estrategia y al plan político.

El mensaje debe generar una corriente afectiva entre el candidato y
los electores. Es importante que el político muestre primero una
preocupación compartida a través de valores humanos comunes, y
luego desarrolle de qué manera está preparado para dar soluciones.

No se trata sólo de recitar un currículum. Los mensajes deben tener
vida, dinamismo, ligándolos las preocupaciones del ciudadano y
fundamentalmente deben tocar la actualidad. Podemos dividir las
preocupaciones de la gente de la siguiente manera: estructurales del
sistema (permanentes) y las coyunturales (nuevas). Por ello es nece-
sario articular un mensaje que, sin descuidar aquellas permanentes,
toque también las nuevas, y de esta manera lograr estar en la actual-
idad haciéndolo dinámico, sacando ventaja si nuestros competidores
no tienen el suficiente reflejo para abordar la actualidad.

La persuasión da mejores resultados si se basa en argumentos emo-
cionales. Las campañas no están hechas para educar a los ciu-
dadanos, sino para persuadirlos de que lo voten. Si las apelaciones
son excesivamente intelectualizadas, los votantes quizás compren-
dan el tema, pero no necesariamente estarán inclinados a votarlo.
Pero si se llega a ellos con argumentos simples y emocionales, se
sentirán motivados por el candidato.

El mensaje es la razón fundamental para ser electo y derrocar al
contrincante. Un mensaje eficaz responde a tres preguntas básicas:

                 1 ¿Por qué quiero ser candidato?

                 2 ¿Por qué represento una opción mejor que la de
                   mis adversarios?

                 3 ¿Qué políticas voy a llevar a cabo para solu-
                   cionar los problemas de la gente?


Aunque parece elemental que un candidato debe responder a la
pregunta por qué se presenta a unas elecciones, esta respuesta
deberá ser preparada cuidadosamente. En 1980, el Senador Edward
Kennedy competía por la nominación demócrata contra Jimmy
Carter. En una entrevista televisiva en CBS, ante la pregunta ¿por
qué quiere usted ser presidente?, Kennedy buscó torpemente las
palabras y dio una respuesta vaga y abstracta. Este caso sirve como
ejemplo para mostrar cómo en un momento se puede crear la
impresión equivocada y dañar una candidatura.

                                                                                     125
Jorge Dell’Oro

                                               Una vez que el candidato y su equipo de campaña determinan
                                               cuáles son los ejes a comunicar, el contenido puede expresarse de
                                               muchas maneras, a través de mensajes y palabras, slogans y discur-
                                               sos, por medios audiovisuales o impresos. Pero no se puede perder
                                               de vista, más allá de los medios a utilizar, que deberá ajustarse a
                                               ciertos requisitos. El primero es tan importante como tener un
                                               buen mensaje, es mantenerse fiel a él. Razón por la cual es un tema
                                               básico y central en la campaña, del cual se podrán "colgar" otros,
                                               pero la columna que los sostenga será siempre la misma. Aquí va
                                               un ejemplo:

                           Mensaje "central": Bajaremos los impuestos.

                       Mensajes para "colgar": Bajando impuestos más gente podrá pagar, con ello ingresará
                                               más dinero.

                                               Al ingresar más dinero podremos terminar la red de agua potable.

                                               Al ingresar más dinero haremos 100 cuadras de pavimento al año.

                                               Al ingresar más dinero no necesitaremos pedir crédito para pagar los
                                               sueldos y ese crédito lo usaremos para ayudar a las PYMES.

                                               La propuesta es aliviar la carga impositiva pero, a su vez, poder
                                               seguir haciendo obras dinamizando la economía; el ejemplo aquí
                                               desarrollado sirve también para saber si una propuesta de este tipo
                                               es viable o no, pues las promesas son para cumplirlas y uno puede
                                               ganar una elección con una idea que suene atractiva, pero que una
                                               vez en el poder sea imposible de cumplir. Es mejor prometer poco,
                                               pero factible de realizar. Del ridículo y la mentira es difícil volver.

                                               El mensaje debe tener la mejor conexión entre el contexto y las pre-
                                               ocupaciones de los votantes, pero no siempre es así. Algunos votantes
                                               tienen preocupaciones que no varían aunque el contacto o la
                                               situación real cambien. Un ejemplo: aunque la infraestructura de la
                                               ciudad se haya agrandado y mejorado, un número de vecinos seguirá
                                               diciendo que es vieja y que no se ha hecho nada para modernizarla

                                               El hecho de que las preocupaciones subjetivas de la población no
                                               están directamente relacionadas con la situación objetiva es lo que
                                               hace imprescindible las encuestas, incluso para aquellos candidatos
                                               con gran conocimiento de lo que ocurre. Tan erróneo sería obviar
                                               las preocupaciones de los ciudadanos como desatender problemas
                                               reales, simplemente porque no forman parte de sus prioridades
                                               según las encuestas.

                                               Cuando el candidato debe responder preguntas sobre temas pun-
                                               tuales debe elegir entre dos alternativas: estar a favor o en contra de

126
Capítulo V
una cuestión (sí/no, pro/anti). Por ejemplo, se toma posición cuan-
do debe responder preguntas como:

¿Debe la educación ser financiada por la Nación o por el Municipio?
¿Cómo va a reformarse el sistema de impuestos?
¿Qué opina de la privatización de la recolección de residuos?

Los mensajes de posición han estado frecuentemente asociados a
una determinada ideología. Muchas veces pasa que la plataforma
del partido tiene una posición sobre algunos temas, que más tarde,
durante la campaña, muchos candidatos no siguen al pie de la letra,
pues el problema en su localidad o distrito merece pasar de lo dog-
mático a lo pragmático.

Un ejemplo de algo muy común en los mensajes de campaña es la
propuesta sin sustento, que puede sonar como una linda música al
momento de escucharla, pero luego la gente busca en la parte
racional y se da cuenta de que no le dijeron lo más importante:
¿cómo lo hará?

Veamos un ejemplo:
              Acabaremos con el robo y el crimen en esta
              ciudad. Nunca vamos a conseguir acabar con la
              delincuencia si no se acaba con las drogas.
              Tenemos que contar con un programa mejor que
              el actual para tratar el problema de las drogas.

¿Pero cuáles serán las características de ese programa?, ¿medidas
preventivas?, ¿más policía?, ¿penas más duras?

Ese falso mensaje se distingue del auténtico porque mensajes como
el anterior no aportan más que el deseo de todos los candidatos de
hacer las cosas mejor. Pero deberían explicar cómo lo conseguirán.
Muchas veces se puede sacar ventaja del competidor involucrándolo
en el mensaje, que si está bien formulado descoloca al adversario.

Por ejemplo:
                Yo apoyo la cadena perpetua para los que
                trafiquen droga. Martínez no sólo es contrario a
                dicha pena, sino que está a favor de que se les
                reduzcan los años y tengan permisos para salir de
                prisión los fines de semana.

Futuro, libertad, progreso, liderazgo, honradez, trabajo, prosperi-
dad, paz, no son propuestas políticas muy específicas, pero su pre-
sencia es inevitable en el discurso de cada candidato.

La clave es cómo serán insertadas. Todas connotan cosas positivas,
pero muchas veces suenan a retórica ya gastada. Su uso debe mar-

                                                                                   127
car diferencias con el candidato competidor; si no, es probable que
                                   los dos usen las mismas y ninguno se diferencie.

      Me gustaría que el pueblo de esta ciudad supiese que he trabajado muy duro para estar a su lado
      y hacer avanzar a esta querida ciudad. Estamos mejor que hace cuatro años. Pero lo más impor-
      tante es que mi plan para el próximo período es un plan mejor.

                                   Los mensajes de los candidatos que pretenden ser reelectos son
                                   más fáciles de construir cuando su gestión es exitosa, la clave es
                                   cómo se promete mejor gestión en el futuro, que la que se está lle-
                                   vando a cabo. La sociedad siempre tiene críticas, y muchas veces
                                   hay puntos débiles que hacen vulnerable el mensaje a pesar de los
                                   logros del gobierno de turno.

                                   Estos mensajes deben apuntalar los éxitos y prometer mejorar el
                                   futuro, por ejemplo:
                                   (Especificar lo que es "un plan mejor" no será tan importante
                                   cuando se tienen detrás cuatro años de gestión exitosa que a su vez
                                   es percibida por el pueblo)

                                   La experiencia funciona como un poderoso activo a pesar de las
                                   demandas de la gente de cambios y renovación de los políticos.
                                   Aquellos que tienen experiencia y han demostrado tener éxitos en
                                   su haber, pueden aspirar a construir mensajes como éstos:

                                                    Futuro con experiencia es lo que ofrezco para el
                                                    pueblo de esta ciudad.

                                                    Creo que nadie puede ofrecer un liderazgo con mi
                                                    experiencia; ustedes deciden si mis oponentes
                                                    pueden decir lo mismo.

                                   Por eso es fundamental comunicar, durante la gestión, los logros
                                   obtenidos. Para ello, es necesario hacer y comunicar. Sin cosas tan-
                                   gibles es imposible comunicar, se estaría acentuando aún más la
                                   mala gestión.

                                   Cuando las cosas no han ido bien, el gobernante tiene que hacer
                                   dos campañas: una contra su adversario y otra contra su labor
                                   pasada, siendo esta última la más difícil.


                                   ¿Por qué evitar lo complejo?

                                   Muchas veces, el mensaje tiende a complejizarse. Muchos políticos
                                   son afectos al uso de frases que la mayoría de la gente no entiende, y
                                   en no pocas oportunidades terminan haciendo un intercambio de
                                   mensajes con el candidato oponente donde la ciudadanía queda afuera.

128
Capítulo V
Nunca olvide que su público es un variado universo, desde los más
instruidos hasta aquellos que tienen una precaria educación. Por
eso, el mensaje tiene que tener, por sobre todas las cosas,

         SIMPLICIDAD, SIN COMPLICACIONES
         NI DIFICULTADES DE COMPRENSIÓN.

Estos 10 puntos pueden ayudar a construir un mensaje simple:


  1. Frases cortas
  2. Elegir palabras sencillas en lugar de palabras complejas
  3. Usar palabras familiares, de uso más bien cotidiano
  4. Evitar palabras innecesarias
  5. Emplear verbos activos
  6. Hablar como uno le habla a sus hijos
  7. Utilizar términos que la gente pueda visualizar
  8. Conectarse con la gente, posicionarse
  9. Procurar ser ameno
  10. Hablar para expresarse, no para impresionar


Algunos ejemplos de ideas simples convertidas en complejas.
A través de estos ridículos ejemplos se pretende demostrar que
cuando se complica el mensaje se pierde efectividad:

                Cuando un lecho acuífero produce alto nivel sonoro,
                es que conduce un caudal determinado.
                “Cuando el río suena, agua lleva”

                No por interrumpir el sueño anticipadamente se
                inicia la aurora antes de su referencia horaria.
                “No por mucho madrugar amanece más temprano”

                Los vapores visibles que afloran de la materia
                orgánica son el presagio de una conflagración
                inminente.
                “Donde hay humo, hay fuego”

                La persona que hurta habitualmente está conven-
                cida de que la generalidad de sus congéneres son
                de naturaleza similar.
                “Cree el ladrón que todos son de su condición”


                                                                                   129
Jorge Dell’Oro

                       Hasta aquí, ejemplos fabricados. Lo que sigue son las declaraciones for-
                       muladas por un Secretario de Energía para anunciar el aumento de la nafta:

                                         El incremento del barril de crudo está potenciando
                                         los precios de los combustibles líquidos hacia arriba.

                       ¿No hubiese sido más comprensible decir?:

                                         La nafta aumenta porque aumentó el petróleo.

                       Veamos en la figura siguiente cómo está conformada la pirámide de
                       población a la que tendrá que persuadir:




                       Como se puede apreciar, el 75% es la gente, que está con sus pro-
                       blemas cotidianos, bombardeada de mensajes de todo tipo, y durante
                       la campaña bastante molesta por la invasión de comunicación políti-
                       ca. Diríjase a ellos en forma simple, así todos lo entenderán.

                       Cuando uno emite un mensaje está transfiriendo conocimiento.
                       Esto da poder. Distinta relación de poder existía en la antigüedad:
                       los señores feudales lo ejercían a través del cobro de impuestos y el
                       sojuzgamiento de sus pueblos. Y si nos vamos más atrás, veremos
                       que los alquimistas eran celosos custodios de sus fórmulas, siendo
                       la manera de lograr respeto ante los más poderosos. Hoy, en una
                       sociedad altamente comunicada, el conocimiento y la transferencia
                       del mismo se han transformado en la verdadera herramienta para
                       construir poder. Quien comunica conocimiento se pone en un
                       escalón superior que el resto de la sociedad. Con ello logra ser un
                       referente pasando a la categoría de líder de opinión y un candidato
                       debe buscar liderar a la opinión pública con sus propuestas.



130
¿Cómo hago para que mi mensaje




                                                                        Capítulo V
se destaque?

No es fácil tener una receta única para generar contenidos en los
mensajes de campañas políticas.

Si tenemos en cuenta que todos los candidatos manejan casi la
misma información, el contenido puede parecerse. Hoy en día los
candidatos no hablan de cosas distintas, sino de cómo hacer
mejor las mismas cosas. En ese demostrar quién es mejor, reside
en cómo cada uno llegue con claridad a persuadir a los votantes.

La forma que el contenido no se parezca, es adaptarlo a los distin-
tos públicos. No es igual lo que desea oír un desocupado, que las
inquietudes que tiene el comerciante al que le va bien en su nego-
cio. Se podría decir que el contenido es lo esencial, todo lo con-
trario a lo que hacen los medios particularmente la televisión, en
que el espectáculo es lo esencial y la información es un residuo. El
avance de la cultura audiovisual pone en juego la efectividad de
otros medios, sobre todo, los impresos y, en menor grado, la
radio. Sartori dice que la palabra ha sido destronada por la imagen.
Ante ese hecho innegable, el contenido debe manejarse, de ser
posible, con asociación de imágenes. Está comprobado que las
palabras que remiten a una imagen quedan grabadas más rápido en
la mente de las personas.

Para lograr persuadir al votante, es necesario encontrar una dife-
rencia real del contenido del discurso con respecto al competidor;
esto se logra con un concepto relevante e innovador, ya que la
innovación es la única ventaja competitiva permanente.

Los mensajes donde el candidato se queja de los problemas no
tienen sentido; será elegido por la gente para que los solucione,
no para que le recuerde cuáles son. Es necesario crear mensajes
con valor positivo y, de ser posible, asociar al adversario con un
valor negativo.

Ejemplos de valor positivo son la creación de empleo, el progreso;
los valores negativos pasan por la corrupción, el riesgo, la falta de
planes, el extremismo. Un contenido de valor puede contribuir a
aumentar el apoyo que se da a un candidato o partido, si el con-
tenido simbólico es importante para la gente y se produce la iden-
tificación con el valor positivo.

La sociedad tiene un concepto sobre lo que es bueno y lo que es
malo. Se trata de posicionar con éxito al candidato al asociar su
candidatura con el valor positivo y a su adversario con el negativo.


                                                                                     131
Jorge Dell’Oro

                       Estos ejemplos ilustran la utilización del valor:

                                        Es importante para mí pensar ahora como inten-
                                        dente, puedo ayudar a mejorar las vidas de toda
                                        nuestra gente y hacer recuperar la esperanza.

                                        Tengo una visión de esta ciudad.... sólo deseo
                                        volver a verla tan pura, honesta, decente, sincera,
                                        justa, segura de sí misma, idealista y comprensiva,
                                        tan llena de amor como sus habitantes.

                       El valor puede ser universal (como la paz) o cultural, asociados
                       a un país, un lugar y un tiempo concretos.
                       Otro ejemplo de valor es la familia (que toma mayor importan-
                       cia ante la crisis); de ella se desprenden la educación, la salud, el
                       trabajo, etc.).

                       La visión de un candidato es el eje alrededor del cual se toman
                       todas las posiciones. Los candidatos con visión ofrecen metas,
                       dirección, ideales, un marco general que da sentido a las políticas
                       concretas de su programa.


                       ¿Cómo hago para que me identifiquen?

                       Todo candidato debe generar, en lo posible, su propia marca.
                       Identifíquese para que lo identifiquen. La identidad del candidato
                       debe estar asociada al partido al cual pertenece.
                       Se entiende por marca el conjunto de instrumentos formales con
                       los que una empresa, organización o persona (en este caso un can-
                       didato) se identifica públicamente.
                       Esos signos deben reflejar la esencia de su personalidad y de lo que
                       hace, y han de estar presentes, de una u otra forma, en todos los
                       mensajes que emita. No es una cuestión meramente estética, formal
                       y decorativa. El diseño debe traducir un lenguaje visual apropiado
                       a los públicos objetivos. En este sentido, el diseño es solamente un
                       medio que relaciona la forma y la función.

                       Estamos inmersos en la civilización de la imagen y no cabe duda de
                       que los recursos visuales adquieren un claro protagonismo sobre
                       otras formas de comunicación. Así que la construcción de este
                       poderoso elemento identificatorio ha pasado en este metalenguaje
                       de los signos a tener en los públicos vital importancia por su
                       capacidad de comprensión universal, por su ubicuidad y por su
                       rapidez de lectura. La marca es un retrato, una imagen se trata de
                       un signo no verbal, que tiene por objetivo contribuir a mejorar la
                       identificación de una persona, empresa, organización o producto.
                       Es un símbolo que provoca, gracias a sus formas, colores, texturas,
                       una asociación de ideas por abstracción o por ausencia. Un buen
132
Capítulo V
símbolo debe cumplir una serie de requisitos.

                1 Asociación positiva. Es decir, relacionarlo
                con valores o atributos considerados como
                buenos por los públicos con los cuales quere-
                mos comunicarnos.

                2 Fácil identificación. La cantidad de signos y de
                imágenes que una persona tiene que interpretar y
                memorizar hoy día es muy grande como para
                ponérselo más complicado. Debe comunicar de
                un vistazo, con síntesis visual.

                3 Capacidad de reducción. Cuando forzamos al
                máximo las posibilidades de nuestra marca,
                podemos apreciar su eficacia y su resistencia a las
                adversidades.

                4 Conservar todos sus atributos al reproducirse a
                un solo color.

                5 Simplicidad. Eliminar todo elemento que no sea
                imprescindible, ir a lo esencial, colocar lo que
                realmente importa.

                6 Peso. Un signo visual eficaz debe ser compacto,
                tener un cierto peso y contraste entre blancos y
                negros.




                                                                                   133
Jorge Dell’Oro

                       ¿Qué importancia tienen los colores?

                       El color es uno de los elementos básicos en la identificación; no
                       sólo de los símbolos, sino también como generador de identidad
                       cuando se lo traslada a todas las piezas de comunicación de la cam-
                       paña. El color posee una importante capacidad comunicadora
                       (transmite valores psicológicos e impacta ópticamente y en no
                       pocas ocasiones se ha convertido en un elemento identificador
                       básico que trasciende el propio aspecto visual).
                       También hay que tener en cuenta las convenciones y las tradiciones
                       con respecto al uso del color.
                       Así, por ejemplo, el sector de las obras públicas y de la maquina-
                       ria pesada se identifica tradicionalmente con los colores amari-
                       llo/naranja y negro, debido a que estos colores combinados tienen
                       una óptima visibilidad.
                       Las empresas y productos relacionados con las nuevas tecnologías
                       y la informática se identifican a menudo con el gris y el azul.

                       En cuanto a la eficacia y visibilidad de los colores, según las inves-
                       tigaciones realizadas por Lo Duca, resaltan por este orden:

                                        • Negro sobre blanco
                                        • Negro sobre amarillo
                                        • Rojo sobre blanco
                                        • Verde sobre blanco
                                        • Blanco sobre rojo
                                        • Amarillo sobre negro
                                        • Blanco sobre azul
                                        • Blanco sobre verde
                                        • Rojo sobre amarillo
                                        • Azul sobre blanco
                                        • Blanco sobre negro
                                        • Verde sobre rojo

                       Y en lo que respecta a las connotaciones psicológicas, se destacarían
                       las siguientes:
                                        Rojo: entusiasmo, dinamismo, pasión y violencia.
                                        Naranja: poder estimulante.
                                        Amarillo: vitalidad, antídoto contra la tristeza.
                                        Verde: apaciguamiento y reposo, naturaleza.
                                        Azul: tranquilidad, evoca de la infancia, profundidad.
                                        Violeta: sueños, utopías, fantasías, femineidad.
                                        Gris: centro pasivo, neutro, factor de equilibrio,
                                        elegancia.
                                        Negro: ausencia de color, refuerza los colores que
                                        se combinan con él.


134
Capítulo
El rojo, desde 1983, es el color que identifica a la UCR, su origen
está en el escudo partidario.
El Justicialismo, desde la campaña por la Reforma de la
Constitución (1994) venía usando el azul, dejado a un lado en la
última campaña presidencial de 1999.


¿Qué importancia tiene la tipografía?

La tipografía es uno de los elementos básicos que contribuyen a
crear y a fijar identidad.
Mediante la tipografía, comunicamos nuestros mensajes, ya sea en
un afiche, en un volante, en un aviso e incluso en un spot de TV.
Un mismo mensaje, escrito con diferentes tipos de letra, producirá
diferentes reacciones visuales y psicológicas.
Y es que la tipografía es un arte que comunica literal e icónica-
mente (en forma de imagen). Los caracteres que se usen deben con-
tribuir a realzar e intensificar el mensaje verbal, el contenido de
esas palabras.

Desde el punto de vista de la tipografía la elección pasa por algunos
requisitos:

                 Legibilidad

                 Capacidad de recuerdo

                 Fuerza

                 Permanencia

                 Facilidad de reproducción

Un determinado tipo de letra crea una determinada atmósfera, sug-
iere unos valores culturales que deben armonizar con la cultura del
pueblo al que va dirigido el mensaje y con el mensaje concreto de
cada texto.
La tipografía puede ser definida como el arte de disponer de material impreso de acuerdo
con unos propósitos específicos; ordenar la letra, distribuir los espacios y elegir el tipo
adecuado de letra es ayudar a la mejor comprensión del texto por parte del lector, dice
Stanley Morrison.

En este sentido, al elegir una “familia tipográfica” que nos va a
definir y con la cual vamos a emitir nuestros mensajes, es necesario
tener muy en cuenta también la legibilidad, porque en última
instancia, de lo que se trata es de que nuestro mensaje sea leído y
comprendido con la máxima claridad.
La búsqueda de tipografías demasiado originales o comúnmente
llamadas "raras", harán correr el riesgo de que los mensajes no sean
                                                                                                     135
Jorge Dell’Oro

                       leídos. En este sentido, es necesario encontrar un cierto equilibrio
                       entre la legibilidad , la forma y la función.

                       Garamond es el nombre de la familia tipográfica
                       utilizada para la composición del texto de este Manual.
                       Aquí podemos ver las versiones redonda, negra e itálica o cursiva.
                       ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ
                       abcdefghigklmnopqrstuvwyxz
                       1234567890 ¡!/()¿?;:

                       ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ
                       abcdefghigklmnopqrstuvwyxz
                       1234567890 ¡!/()¿?;:

                       ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ
                       abcdefghigklmnopqrstuvwyxz
                       1234567890 ¡!/()¿?;:

                       Los titulares han sido compuestos en Gill Sans.
                       ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ
                       abcdefghigklmnopqrstuvwyxz
                       1234567890 ¡!/()¿?;:

                       Desde la campaña de Raúl Alfonsín, la UCR tiene como familia
                       tipográfica la Futura Bold


                       ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ
                       abcdefghigklmnopqrstuvwyxz
                       1234567890 ¡!/()¿?;:




136
El PJ eligió la familia tipográfica Helvética Black Condensed en
las campañas de los años ‘94 y ‘95 de Carlos Menem (Reforma
Constitucional y Reelección) y fue abandonada en la campaña
presidencial del año 1999.


ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ
abcdefghigklmnopqrstuvwyxz
1234567890 ¡!/()¿?;:
Lo ideal es que las tipografías sean patrimonio de los partidos más
allá de los candidatos, siendo coherente la UCR en contraposición
con lo errático que en esta materia ha sido el Justicialismo.


Comunicación: ¿dónde?, ¿cómo?,
¿en qué momento?

La comunicación en campañas electorales es la parte visible del ice-
berg; la otra, la que permanece bajo el agua, es el marketing. Ambas
van de la mano y son compañeras de ruta del candidato.

La estrategia (ver capítulo escrito por Carlos Fara) es una suerte de
bisagra entre ambas, sin ella es imposible ponerse a planificar la
comunicación con el electorado.
La comunicación, y sobre todo la publicidad, es un instrumento
medular de la actual sociedad.

La publicidad ha sabido hacer mejor que la vieja propaganda la seg-
mentación del público – la masa – para no imponer gustos e ideas
que no siente: para medir e interpretar sus inclinaciones o prefe-
rencias y aproximarse a lo que desea. La publicidad es constructo-
ra de imagen, ya que enlaza el prototipo de lo ideal al arte creador
de la imaginación.

Pero no podemos atribuirle efectos todopoderosos. La publicidad
no es todo en la sociedad, por mucho que condicione o influya en
ella. Nuestra experiencia profesional ha podido comprobar, con-
trariamente, cómo la demanda política de los servicios publicitarios
se ha acrecentado en los últimos años, como si el poder de la publi-
cidad estuviese influido o mediatizado por la publicidad del poder.
Es el político quien tiene, o no, el poder, a través de sus ideas o solu-
ciones a las demandas de la gente. La comunicación publicitaria
hará más efectiva la llegada de esas ideas o soluciones al electorado.

Por muy efectiva que pueda ser la publicidad, a la larga, una idea
carente de valor no se impondrá nunca.
                                                                            137
Jorge Dell’Oro

                       ¿Dónde pongo el mensaje?

                       Cada medio de comunicación tiene sus particularidades y debe
                       sacarse provecho de las ventajas que cada uno ofrece. De esa ma-
                       nera no sólo optimizaremos el dinero invertido en esta área, sino
                       que también direccionaremos mejor el mensaje.
                       Se deben evaluar en cada caso en particular las características que
                       tienen las audiencias, y éstas (si bien existen lineamientos básicos)
                       varían según las ciudades. En el supuesto caso de que una ciudad
                       no tenga un diario o éste sea de escasa repercusión, sin duda la
                       radio será el medio que instale agenda, o un canal de cable local, si
                       es que cuenta con el beneplácito de la audiencia. Nadie mejor que
                       los equipos de campaña locales para evaluar cada ciudad en parti-
                       cular y en consecuencia resolver cuál será el medio de cabecera.

                       También podemos encontrarnos con localidades pequeñas, donde
                       la ausencia de medios sea total y quizás sólo con unos afiches y
                       muchas caminatas esté resuelta la comunicación para ese lugar.
                       A nadie se le escapa que el poder de penetración de la televisión es
                       impresionante, "La televisión es todo", como dijo Ramiro Agulla,
                       el publicitario encargado de la comunicación de la Alianza en la
                       campaña presidencial de 1999.
                       Pero, ¿cuántos candidatos a lo largo y ancho de nuestro país,
                       pueden costear una campaña televisiva? Además, en la mayoría de
                       los casos se estaría dirigiendo un mensaje a una cantidad de gente
                       que no está en mi universo de electores, salvo que cuente, como ya
                       dijimos antes, con canales de influencia local, donde tenga asegura-
                       da una audiencia a la que debo conquistar.

                       La radio es esencialmente un medio que acompaña, entretiene e
                       informa a la gente sin distraerla de sus tareas habituales. Muchas
                       emisoras cumplen un rol social en localidades aisladas de nuestro
                       país, e incluso son vehículos de comunicación entre los propios
                       pobladores, donde son frecuentes los mensajes entre personas de
                       distintas localidades, transformándolo así en un medio de relativo
                       bajo costo con altos beneficios para la comunicación.

                       La prensa escrita, diarios, periódicos, semanarios, etc., están con-
                       siderados como medios que pueden analizar más profundamente el
                       acontecer político de cada lugar, e incluso (dependiendo de su pres-
                       tigio) son instaladores de agenda en otros medios donde la noticia
                       es comentada y analizada. Lo que se llama el “efecto rebote”,
                       periodísticamente hablando.

                       Tratando de sintetizar, pues hablaremos de cada uno en particular
                       más adelante, hoy contamos con tres grandes vehículos de comu-
                       nicación que son: la TV abierta y por cable, los diarios y la radio.
                       Pero existe otra cantidad mucho más grande y también efectiva de
                       medios para llegar a nuestro público. Desde el tradicional afiche,
138
Capítulo V
hasta los más modernos, como Internet o el telemarketing, pasan-
do por el marketing directo, los volantes o folletos, las pintadas o
graffitis, el merchandising, actos y las no poco valoradas caminatas.


El afiche, esa vieja forma de comunicación

La aparición del afiche en la forma que hoy conocemos se remon-
ta a 1870, época en que la perfección de las técnicas de impresión
(litografía en color) posibilitó su reproducción en serie.

Sólo fue necesario un siglo para reconocer el afiche como una
forma de arte vivo, cautivando a los más destacados artistas de
aquel momento, entre los cuales cabe destacar a Toulouse-Lautrec,
los diseñadores del Art Nouveau, simbolistas y cubistas, artistas y
tipógrafos revolucionarios de la Bauhaus y De Stijil, y a los hippies
y demás elementos underground de la década del sesenta. Sería
largo el análisis de las conexiones que existen entre arte, demandas
comerciales, política, testimonio popular y demás factores sociológi-
                                                                         Afiche de la 1era. Guerra Mundial
cos que intervienen en la aparición y desarrollo de los afiches.

No se pueden negar las influencias que recibieron dichos elementos
de los principales movimientos artísticos, dándose la paradoja de que,
en lugar de limitarse a ser simples imitaciones de la pintura conven-
cional, intervinieron a su vez en el desarrollo posterior de la misma.

Guerra, política y revolución
Los afiches bélicos de la 1era. Guerra Mundial presentaban inva-
riablemente el conflicto de una cruzada. Los había de dos tipos: los
que se ocupaban del reclutamiento y los que solicitaban dinero en
forma de préstamo de guerra. Además, estaban los que divulgaban
las atrocidades de la guerra, en los que cada bando presentaba al        Pieza hecha por los estudiantes
                                                                         en mayo del ‘68, París
otro como un villano.

En los años sesenta se puso de manifiesto la evolución del afiche
político. Y a su vez, la aparición de los afiches ideológicos, que
tanto podían expresar ideologías políticas definidas, como ideales
de la nueva generación. Como lo demuestra el hecho por los estu-
diantes en oposición a De Gaulle.

Pautas para lograr un buen afiche
En principio, si es que lleva una foto del candidato, ésta debe
tener un mínimo de calidad estética; de ser posible, que transmi-
ta serenidad y aplomo. Sin estar sonriente, no debe pasarse a
fruncir el ceño o tener cara de malo, pues muchas veces esa ima-
gen transmite autoritarismo, más que seriedad, o lo que es peor,
inseguridad. Sartori dice que “la confianza es fotogénica”, el can-
didato tiene que transmitir confianza desde su imagen y si la foto       Propaganda de los Nacionales en
es mala ya estará en desventaja.                                         la Guerra Civil Española

                                                                                                                        139
Jorge Dell’Oro

                       No hay que olvidar que un afiche es una pieza de comunicación
                       que exige un mensaje breve, que competirá con otros estímulos
                       visuales que hay en la vía pública, donde lo importante es lo que
                       diga el político, no su cara; el político no es un modelo que vende
                       ropa o perfumes, es alguien que hace propuestas.

                       El mensaje debe ser simple, la tipografía debe tener el tamaño
                       como para que un automovilista pueda leerlo de una mirada. No
                       ponga demasiados elementos, es casi seguro que un afiche cargado
                       no es leído por muchos. Los colores tienen que ser impactantes,
                       tanto como el mismo mensaje. De poder conjugar ambas cosas,
                       seguro obtendrá un pieza recordable.

                       Ejemplo de piezas con impacto visual:




                       Ejemplo de piezas confusas en su diseño, demasido texto con poco
                       impacto visual:




140
La televisión

Las campañas políticas comienzan en la televisión de EE.UU.
en el año 1952. El equipo del candidato Eisenhower tuvo de
asesores a destacados publicitarios y a un conocido director
de documentales, quienes producían los spots, que aprovecha-
ban la curiosidad que el medio despertaba en el público esta-
dounidense. La estrategia tuvo éxito y desde aquel año todos
los candidatos han realizado sus correspondientes spots.
Durante las campañas siguientes, la creatividad publicitaria fue in
crescendo, y de esos aburridos avisos de la década del ‘50, se fue
pasando a algunos muy agresivos.

En nuestro país, la publicidad política en TV comenzó en 1973 con        Ver video
                                                                         Encontrará los primeros spots de
Nueva Fuerza, a un costo altísimo y con malos resultados; es difí-       la campaña de Eisenhower y
cil saber, treinta años después, qué fue lo que falló en esa campaña.    luego el que Johnson hizo para
                                                                         descalificar a Barry Goldwater,
Lo que podemos decir es que la inversión estimada por el partido         dando inicio a la publicidad
                                                                         agresiva en la comunicación
de Alvaro Alsogaray estuvo en el orden del millón y medio de             política electoral. También podrá
dólares, mientras que los otros tres candidatos juntos (Ricardo          ver el de Humphrey, otra forma
                                                                         de descalificar a un contrincante.
Balbín, Ezequiel Martínez y Francisco Manrique), no superaron
los tres millones de esa moneda. Lo que indica que no siempre ante
una mayor inversión, y sobre todo en televisión, los resultados van
de la mano con lo invertido.

Es en 1983 cuando estrategia y publicidad tienen un planteo pro-
fesional. La campaña que el publicitario David Ratto realizara
para Raúl Alfonsín, no sólo brindó posicionamiento al candida-
to, sino también unidad a todas las piezas, aun las que se publi-
caron en diarios, revistas, afiches, folletos, etc. El uso del isotipo
R.A., iniciales del candidato, pero también de la República
Argentina, enmarcado en los colores patrios, la bandera argenti-         Ver video
                                                                         Analice el buen uso de elementos
na flanqueando a Alfonsín, eran una clara alusión a un pre-              simbólicos (íconos), como por
sidente en ejercicio. El famoso gesto de las manos juntas, la serie      ejemplo el escudo RA con los
                                                                         colores argentinos o en un spot la
de spots en blanco y negro dándole dramatismo, cada frase y la           bandera nacional detras de
idea fuerza de una primera etapa: "Una salida a la vida", después        Alfonsín instalándolo como un
                                                                         presidente en ejercicio.
de años de dictadura militar, cambiada cuando se aproximaban
los comicios por "Ahora Alfonsín", engrosan la lista de lo que
podríamos decir fue la campaña mejor articulada desde la instau-
ración de la democracia en la Argentina.
Luego llegaron las campañas de Carlos Menem, ‘94 y ‘95, con una
estrategia basada en el éxito de su gobierno, cuyo slogan era
"Sigamos para adelante", que sin duda potenciaba hacia el futuro
la buena gestión de los primeros cuatro años de gobierno. No
vamos a quitarle méritos al equipo que tuvo a su cargo dichas cam-
pañas, pero siempre es más fácil cuando uno tiene un candidato
mediático como Menem y con una buena gestión para mostrar.

Nos encontramos en plena explosión multimedia. Esta revolución
está transformando a la gente. Las palabras le han cedido el espacio
                                                                                                              141
Jorge Dell’Oro

                       a la imagen y en todo esto la televisión tiene un papel determinante.
                       Es casi la dictadura de la imagen, es decir, de lo que se ve, sobre lo
                       que se entiende, llevando a ver sin entender, acabando en muchos
                       casos con las ideas claras y distintas.
                       Hoy los líderes no necesitan de actos multitudinarios para legiti-
                       marse, y si lo hacen es para que se vea por televisión. Sartori dice:
                       "hoy hay video-líder, más que transmitir mensajes son el mensaje".
                       En este contexto, cuando piense su publicidad para televisión, no
                       se esfuerce tanto en ser el protagonista; menos, si sus aptitudes
                       histriónicas no están a la altura para enfrentar un medio tan cruel
                       como éste.

                       Trate de comunicar sus ideas en una forma distinta, que permita preser-
                       varlo, pero que además marque una diferencia con sus competidores.
                       Hay veces en que un spot con una imagen simbólica del mensaje es
                       más efectivo que la mejor actuación del candidato ante las cámaras.

                       Por ejemplo, si su mensaje es transmitir esperanza, una imagen
                       de un amanecer donde vemos el sol apareciendo en cámara
                       lenta con una música emotiva puede ser más eficaz que mostrar
                       caras de chicos pobres, con su voz diciendo: "Tienen hambre,
                       yo lo voy a solucionar".

                       La TV, como el cine, es el medio por excelencia para transmitir sen-
                       saciones y emociones.
                       Cuando lo filmen para un spot, tenga en cuenta los siguientes puntos:

                                        Enfrente la cámara con ideas claras y precisas.
                                        Cuando diga su parlamento, haga de cuenta que
                                        está hablando con un amigo.
                                        El espectador debe sentir que sólo le está hablan-
                                        do a él.
                                        Filme todos sus actos, caminatas y discursos, un
                                        fragmento de ellos puede ser de utilidad para
                                        armar un spot, seguro que esas imágenes tienen
                                        mayor frescura que si hubiese tenido que
                                        enfrentar la cámara para grabar un mensaje me-
                                        morizado.
                                        No use camisas rayadas, suelen dar mal, pues se
                                        mezclan con las líneas de la pantalla.
                                        Mire a cámara, como si ésta fuese una persona.
                                        Ensaye su parlamento ante un colaborador que
                                        haga las veces de cámara. En el momento de
                                        grabar, ubíquelo detrás de la cámara, pues usted
                                        ya se familiarizó con ese interlocutor. Le dará
                                        tranquilidad mejorando su "actuación". Siempre
                                        resulta difícil hablar sin que nadie lo escuche.
142
Capítulo V
                 Diga cosas que a su público le interesen.
                 No se olvide de ser claro y breve.

Si en algún momento debe enfrentar un reportaje televisivo, sobre
todo si está en la calle y le toca un grupo de movileros con afán de
protagonismo, agresivos y desinformados, no pierda la paciencia.
El que se pone nervioso pierde; mucho más, ante una cámara. Trate
de contestarle a uno por vez y elija las preguntas que más lo
favorezcan.
Sobre estos temas, sugerimos ir al capítulo “Relaciones con los
Medios”, escrito por Santiago Rossi.


Los diarios

Principal vehículo de la información con una tradi-
ción que se remonta a seis siglos atrás. Cuando
Gutenberg inventa la imprenta, sin darse cuenta estaba
dando a luz al periodismo escrito. Juan Montalvo define
ese descubrimiento con una frase que lo dice todo:
"La imprenta fue la palanca de la historia". Hasta su
llegada, no dejan de ser limitados los recursos orales y
gestuales que han dado vida a los pregoneros y a los
heraldos. De la imprenta se quejaron sus enemigos natu-
rales: los predicadores y los agentes del rumor. Al nacer y
propagarse la letra impresa, se fortalecieron el individualis-
mo y el racionalismo, según el análisis de MacLuhan.

Algo menos de dos siglos se necesitarán para que los periódicos,
que son el principal producto de la imprenta -anticipo de los
medios masivos de comunicación- eludan o escapen al rígido con-
trol, incluida la censura del gobierno y sus escalas de poder, hasta
convertirse en tribuna dialéctica y crítica. Así surge una nueva pa-
labra de enorme importancia: el público. El público lector, que
dará extensión y riqueza al concepto opinión pública.

En 1501 aparece el primer impreso difamador. Fue al pie de una
estatua en homenaje a Pasquino, un zapatero romano, de allí que
en lo sucesivo se llamó "pasquín" a todo impreso difamador y ca-
rente de rigor periodístico. También el conocido "panfleto" vio la
luz unos siglos antes, exactamente en el siglo XIII, su nombre se
debe a un poema anónimo titulado Panphilus, por su popularidad
se hicieron miles de copias, las cuales, ya con el apoyo de la
imprenta, pasarían a llamarse "panfletos".

Por estas tierras, en el año 1781 tiene su aparición el primer pe-
riódico, La Gaceta de Buenos Aires, su vida fue de apenas unos
meses. Ha corrido mucha tinta hasta nuestros días, los órganos de
difusión impresa han tenido que adaptarse a las exigencias que
                                                                                    143
Jorge Dell’Oro

                                             otros medios competidores les han impuesto. No cabe duda de que
                                             la televisión influyó desde su diseño hasta en los contenidos, dismi-
                                             nuyendo la prensa escrita uno de los atributos más importantes: la
                                             de formadora de la opinión pública.




              Sobre la izquierda, el aviso
              publicado por el presidente
        electo Raúl Alfonsín en todos los
            diarios en 1983 agradeciendo
                      después del triunfo.

       El aviso de la derecha, publicado
           durante la campaña de 1997,
            enumerando los logros de la
              gestión de Carlos Menem.



                                             En las campañas, la publicidad gráfica funciona como un refuerzo o
                                             complemento de la que es vehiculizada por TV o radio, siendo en
                                             muchos casos el espacio propio donde poder informar sobre aspec-
                                             tos de la agenda del candidato, como puede ser convocatoria a actos,
                                             o fijar posición sobre algún tema controvertido de la candidatura.

                                             Tenga en cuenta las características de un medio gráfico en el
                                             momento de realizar el aviso. Estos son algunos de los detalles a
                                             contemplar:

                                                            El título deber ser atractivo como para que el lector
                                                            se interese en seguir leyendo.

                                                            Cuando escriba, hágalo en forma sintética, separe
                                                            los párrafos con cierto aire, los textos compactos
                                                            dificultan la lectura.

                                                            Como en toda la comunicación, conserve la
                                                            tipografía para lograr unidad.

                                                            Las tipografías sobre fondo negro tornan el texto
                                                            menos legible.

                                                            No olvide poner su marca.

                                                            Si usa fotografías, asegúrese de que éstas reproduzcan bien.

144
Capítulo V
                 Escriba notas de actualidad, con temas que la
                 sociedad esté debatiendo, no se olvide de que los
                 diarios son generadores de noticias, trate de insta-
                 lar agenda con su posición.


La radio

La radio es quizás uno de los medios más efectivos para la
difusión del mensaje electoral. Tiene una fuerte penetración
en todos los segmentos poblacionales, ocupa un lugar
importante en el ámbito local, además de ser el lugar na-
tural donde se desarrollan entrevistas de caliente actuali-
dad, generando aproximación del candidato con los
votantes. Tiene, además, la cualidad de poder emitir
mensajes grabados con la voz del candidato en forma
coloquial, en contacto con la mente de los ciudadanos.
También ayuda a medir el impacto de las declaraciones que
se hagan, ya que es un mecanismo habitual que los oyentes lla-
men a las emisoras para dejar sus opiniones.

Tener un espacio propio en una radio de gran audiencia puede ser una
efectiva herramienta de campaña. Este espacio tiene múltiples usos,
ya que nos permite tomar la opinión de la gente y poder responder
a sus inquietudes, emitir nuestros mensajes sin que nadie salga
detrás a desprestigiarlos y, por último, poder contestar sin inter-
mediarios todas las declaraciones que los oponentes hayan hecho.

A pesar de la existencia de la TV, la radio sigue siendo un
vehículo de comunicación muy poderoso. Desde el uso que el
presidente Roosevelt realizó durante la Segunda Guerra, cuan-
do sus famosas "Charlas frente a la chimenea" eran seguidas
por millones de norteamericanos, o el manejo inteligente lleva-
do a cabo por el Presidente Juan D. Perón, hasta las más
recientes, como las de Felipe González "10 minutos con el
Presidente", de Hugo Chávez "Aló Señor Presidente" o de
Duhalde "Conversando con el Presidente".

Cuando realice su campaña con frases de radio, trate de no caer en
el usual mensaje leído por un locutor, déle valor agregado a su
espacio. Tenga en cuenta los siguientes puntos:

                 Sea breve

                 Use palabras que impacten

                 Póngale un llamador musical que lo identifique



                                                                                     145
Jorge Dell’Oro

                                       Mezcle frases dichas por un locutor con mensajes
                                       grabados con su propia voz.

                                       Trate de armar diálogos que se parezcan a los que
                                       los ciudadanos puedan tener.

                                       Si usa un jingle, no abuse con la frecuencia, puede
                                       saturar a la audiencia.

                                       Use el jingle como cierre de las frases y procure
                                       que en él esté el slogan de la campaña.


                       Telemarketing

                       Esta nueva forma de comunicar mensajes comerciales o políticos
                       tiene sus particularidades, pues llamar al domicilio de un descono-
                       cido para decirle que voten por uno o para venderle un seguro,
                       tiene, en principio, algo de intrusivo. En más de una oportunidad
                       el mensaje se pierde, pues depende de quién recibe el llamado, por
                       ejemplo, si es un menor.

                       Por eso, se deberá ser muy prudente con esta manera de comunicar;
                       el mensaje que se grabe deberá cumplir algunos pasos elementales:

                                       Estar grabado por el candidato.

                                       Presentarse antes de desarrollar el mensaje, de tal
                                       manera de darle a quien se ha llamado la posibili-
                                       dad de colgar si no está interesado en escucharlo.

                                       La brevedad del mensaje tiene que estar acom-
                                       pañada por lo contundente del contenido, nadie se
                                       queda con el auricular en su oreja para escuchar
                                       cosas ya oídas por otros medios.

                                       Puede ser muy útil si el candidato va a realizar una
                                       caminata por esa zona, que 48 horas antes se haga un
                                       barrido telefónico invitando a los vecinos a un punto
                                       determinado para dialogar e intercambiar ideas.




146
Marketing Directo




                                                                        Capítulo V
Bien usado el envío de información, a través del correo, suele ser
una buena manera de interesar al ciudadano con su propuesta.
Claro que no se trata de enviar un sobre con un par de folletos.
Como todos los medios, esta técnica tiene sus secretos.

El material que remita tiene que tener un fuerte atractivo, ya que es
habitual recibir correspondencia con cantidad de folletería, la cual
en más de una oportunidad es imposible de leer, poco atractiva
desde el diseño, terminando más rápido en el tacho de basura.

¿Entonces cómo hacer que las piezas atraigan a su lectura?

                 El sobre tiene que tener algo que invite a abrirlo,
                 un texto con "gancho" acompañado por un di-
                 seño particular.

                 La pieza central deberá tener algún fin útil, como
                 para que ésta quede en el hogar o en la oficina.

                 El texto tiene que estar diseñado de manera que
                 aquellas frases a destacar se visualicen rápida-
                 mente (subrayadas en otro color, como si estu-
                 viesen resaltadas con marcador, en un tamaño
                 mayor, etc.).

                 No se olvide de que la gente tiene poco tiempo
                 para leer cosas extensas, lo ideal es que con un
                 golpe de vista se entere de qué le hablan.

                 El uso de los colores es un factor importante de
                 atracción; no deben ser muchos, pero sí bien com-
                 binados y estratégicamente usados.

Ahora, Internet

El increíble despegue de la red es sin duda el fenómeno que más
radicalmente ha cambiado el mundo de las comunicaciones y de
la información desde la aparición de la televisión.
Según las últimas estadísticas, el crecimiento de la red a nivel
mundial nos dice que en dos años habrá que multiplicar por
dos y medio la cantidad actual de usuarios, estimada en 300
millones en todo el mundo.

La mayoría de los usuarios accede a la red desde sus hogares,
más de una vez al día, y más de la mitad consulta su correo elec-

                                                                                     147
Jorge Dell’Oro

                       trónico una vez al día. Algo más de un tercio pasa más de 4 horas
                       por semana conectado a la red en un tiempo que en general restan al
                       que antes empleaban en ver televisión.

                       En nuestro país, la computadora es un artículo usado principal-
                       mente por las clases medias y altas, como correo y buscador de
                       información; si bien no se cuenta con datos, se estima que cada día
                       es más frecuente la lectura de los diarios a través de ella.

                       Los partidos políticos no han hecho un uso intenso de este nuevo
                       y revolucionario medio, limitándose a instalar sus sitios y al envío
                       de información durante las campañas.
                       Internet es un medio ideal para el envío de noticias durante la cam-
                       paña, todos los medios tienen una dirección de e-mail donde en
                       forma rápida se puede enviar información de las actividades del
                       candidato o citar al periodismo a una conferencia de prensa.

                       ¿Sólo para esto uso Internet?

                       No. Su uso no debería estar limitado al envío o búsqueda de datos,
                       ya que potencia la comunicación directa, además de darle interac-
                       tividad y promover la iniciativa de los ciudadanos a tomar contac-
                       to con el partido o los candidatos sin intermediarios.
                       Desde ya que esto funcionará si hay voluntad de parte de la orga-
                       nización de tener un mínimo de gente para mantener el sitio vivo y
                       no ser una pieza más de la cosmética de campaña.

                       Internet es, también, una poderosa herramienta de difamación,
                       donde la multiplicación de los mensajes hace casi imposible indi-
                       vidualizar dónde se originan.

                       Hechos como los sucedidos recientemente en Corea del Sur, donde
                       casi la mitad de la población tiene acceso a la red, 600 asociaciones
                       lanzaron por Internet una "lista negra" de 90 candidatos a diputados
                       con un pasado dudoso, pues muchos habían sido condenados por
                       corrupción. En Argentina han circulado mails denunciando nego-
                       ciaciones corruptas entre algunos empresarios y el Presidente de la
                       República El impacto fue de tal magnitud, que los medios masivos
                       se hicieron eco de esa presunta negociación. O aquel otro hecho
                       durante la campaña de elecciones legislativas de octubre de 2001,
                       donde a través del personaje de historietas Clemente (que no tiene
                       manos), se propiciaba colocar en lugar de la boleta su caricatura
                       donde se podía leer "No tiene manos, a lo mejor no roba". Muchos
                       ciudadanos imprimieron el mail y lo colocaron en las urnas.
                       Internet bien usada, puede ser para un segmento de la población un

148
importante vehículo de comunicación, no sólo en campaña electoral,     Bibliografía
                                                                       Ailes, R.
sino también como activador permanente de acercar al ciudadano a       Tú eres el mensaje, la
un compromiso mayor con la política y la gestión de gobierno.          comunicación a través de los
                                                                       gestos, la imagen y las palabras,
                                                                       Paidós, Barcelona, 2001.
                                                                       Aron, Raymond
                                                                       Memorias, Alianza,
                                                                       Madrid, 1985.
                                                                       Baer, David
                                                                       Contemporany Strategy
                                                                       and Agenda Setting,
                                                                       Westview Press, 1995.
                                                                       Barthes, Roland
                                                                       Elementos de Semiología,
                                                                       Madrid, 1984.
                                                                       Borrini, Alberto
                                                                       Quién le teme a la publicidad,
                                                                       América Norildis Ediciones,
                                                                       Buenos Aires, 1976.
                                                                       El Siglo de la publicidad,
                                                                       Editorial Atlántida,
                                                                       Buenos Aires, 1998.
                                                                       Cómo se hace un Presidente,
                                                                       Cronista, Buenos Aires, 1994.
Slogans                                                                Art i Poder, L’Europa dels
                                                                       dictadors 1930-1945,
                                                                       Centre de Cultura
A Roma se le debe el hábito de los adjetivos de sus gobernantes, en    Contemporània de
                                                                       Barcelona, 1996.
el que se generan los lemas o slogans políticos. A la ciudad eterna    Bailey, Daniel y Kendall / Hunt
se le debe también las frases hechas con todas sus extensiones de      Effective use of TV, 1995.
                                                                       Reflections on Television’s Role
ironía y sugestión.                                                    in American Presidential
                                                                       Elections, documento de
Del mismo modo el graffiti, masificado hoy con el simplismo mo-        investigación del Joan
                                                                       Shorenstein Center, Harvard
derno del aerosol, tan útil, pródigo e innovador en los días de la     University, 1990.
efervescencia estudiantil de París, en 1968; slogans que siguen a la   Clark, Erick
acción más que precederla.                                             La publicidad y su poder,
                                                                       Editorial Planeta,
                                                                       Barcelona, 1989.
Hoy el slogan es la "idea fuerza" de una campaña de comunicación       Costa, Joan
                                                                       La comunicación en acción,
política. La construcción del mismo no es cosa menor, ya que es la     CIAC, Paidós, Barcelona, 1999.
síntesis y el motor motivacional de toda una plataforma política.      Diccionario cronológico
Muchas veces vemos slogans sin sustancia, que lejos de resumir,        biográfico universal,
                                                                       Aguilar, Madrid, 1952.
caen en clisés estereotipados de las demandas que la sociedad tiene.   Europa de posguerra,
                                                                       Fundación La Caixa,
                                                                       Barcelona, 1995.
                                                                       Ferromato, Gian Carlo
Para ejemplificar, aquí tenemos algunos:                               Publicidad Política, en Media
                                                                       Forum, Nº13, Roma, 1972.
POR UN MÉXICO DE PIE                                                   L’ arte moderna,
                                                                       Crítica Fascista, Roma, 1938.
Partido Revolucionario Institucional                                   Lamarque, Patrick
                                                                       Poder local, Libros del Rojas,
EL PRESIDENTE PARA TODOS                                               Buenos Aires, 2001.
                                                                       Manual de Campaña,
Partido Liberal Colombiano
                                                                       Elecciones Generales 1996,
                                                                       Partido Popular, Madrid.
                                                                       Opinión Pública.

                                                                                                           149
Bibliografía                     SOMOS EL CAMBIO
      Presidential Campaign
      Discourse
                                       Partido Ecologista Español
      Strategic Communication
      Problems, State University of    BALBIN: SOLUCIÓN
      New York, 1995.                  Unión Cívica Radical
      Price, Vincent
      Esfera pública y comunicación,
      Paidós, Barcelona, 1994.         ASEGÚRESE EL FUTURO VOTANDO A MANRIQUE
      Ramoneda, Josep                  Alianza Popular Federalista
      Después de la pasión Política,
      Taurus, Madrid, 1999.
      Wally Olins,
      Identidad Corporativa, Celeste
      Ediciones, Madrid, 1991.
      Weber, Max
      Economy and Society,             Estos otros de grupos radicalizados:
      Fondo de Cultura Económica,
      Madrid, 1993.


                                                Vota por la mañana
                                           y estarás muerto por la tarde
                                                                                   Guerrilla Salvadoreña




                                                       papa hermano,
                                                      llévate al tirano
                                          La izquierda chilena en la visita del Papa en época de Pinochet




                                                         Eta... Eta.....
                                                        más metralleta
                                                                                 Eta, País Vasco, España




                                             Habrá patria para todos
                                           o no habrá patria para nadie
                                                                                   Tupamaros, Uruguay


150
Modelo de unidad de campaña del ex-alcalde




                                                                                Capítulo V
de Santiago de Chile




                                      La unidad comienza desde el papel carta
                                      y el sobre.




Material autoadhesivo (calcomanía).



                                                                                             151
Frente e interior de la ficha de adhesión.




      Avisos publicados en diarios y revistas.
152
Capítulo V
Un alcalde
"a lo Humphrey Bogart"

El ex alcalde de Santiago, Jaime
Ravinet, iba por su reelección.
Había hecho una buena gestión,
revalorizando el casco histórico
de la ciudad, que había sufrido
un importante éxodo poblacional
hacia nuevos municipios, como
Las Condes y Providencia.
La foto que apareció en todas las
piezas gráficas de su campaña
tuvo la particularidad de no
mostrar al candidato con la
típica sonrisa eleccionaria, sino
más bien a un hombre adusto y,
para colmo, con impermeable.
Esa foto "no publicitaria" había
aparecido unos meses antes en
los diarios de Santiago, y de todo
Chile, mostrando a Ravinet en
una tarea tensa e inusual:
impedir, "poniendo el cuerpo",
la demolición de un edificio
histórico en pleno centro de
Santiago.
La demolición fue suspendida
por la enérgica actitud de
Ravinet en aquella lluviosa
madrugada.
Una simple foto de archivo, sin
los glamorosos retoques del
photoshop, pero auténtica y
capaz de mostrarlo como un
político decidido.
Humphrey Bogart ganó la
elección en su distrito.

Estos afiches fueron colacados en
comercios de Santiago de Chile
que adherían a la candidatura.




                                                  153
154
      Jorge Dell’Oro
Notas
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Notas
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El presupuesto de campaña
 Carlos Rizzuti




E  l presupuesto de campaña es el plan de la campaña política
sintetizado en cifras; lo único del plan de campaña que no se
                                                                           Ingeniero Carlos Rizzuti
                                                                           es Vicepresidente de ACEP.

incluye en el presupuesto es el mensaje. Todo lo demás involucra
gastos y, por lo tanto, se encuentra contenido de alguna forma en
el presupuesto. Para muchos, el presupuesto es uno de los elementos
más importante del plan de campaña, pues señala cuántos, de
dónde y cuándo obtener recursos, así como la escala y la estrategia
que se utiliza para llegar hasta los electores. En otras palabras: si no
hay recursos para hacer ciertas cosas, hay que modificar la estrategia.

Tener recursos, particularmente dinero, es una condición necesaria
pero no suficiente del éxito electoral. El dinero no es el único
recurso de la campaña, ya que también el tiempo del candidato y el
trabajo militante son básicos. La obtención y la manera en que se
gastan los recursos constituyen aspectos muy importantes de toda
elección y de esos temas se ocupa el presupuesto de campaña.

El presupuesto obliga a relacionar los gastos con los ingresos y a
evaluar los programas que pueden ser financiados y a encontrar
alternativas a las acciones más costosas.

Como principal instrumento de planificación, dirección y control
para realizar campañas efectivas, el presupuesto incluye tres com-
ponentes básicos: gastos, ingresos y flujo de fondos.

Gastos: La magnitud y el tipo de gastos varían según el nivel de la
campaña, el grado de competencia previsto, la dimensión, la dis-
persión, las actitudes políticas del electorado, y la estrategia gene-
ral de dicha campaña. Los gastos típicos pueden incluir gastos de
oficina (alquiler, equipos, teléfonos, correo, víveres), medios
masivos (impresos, televisión, radio), artículos de obsequio a los
electores, colecta de fondos, salarios del personal, viajes, y gastos
de los voluntarios.

Ingresos: Comprenden los ingresos previstos, sobre la base de las
fuentes potenciales de las contribuciones a la campaña (finan-

                                                                                                        157
ciamiento público, actos de colecta de fondos, donadores indivi-
      Carlos Rizzuti


                       duales) y definen cuánto se puede obtener de cada una de la fuentes.

                       Flujo de fondos: Provee a la campaña de un calendario y estima
                       cuándo será necesario hacer cada gasto y cuándo estarán
                       disponibles los fondos para dichos gastos. La oportunidad para
                       efectuar gastos tiende a forzar las decisiones acerca de la colecta de
                       fondos, ayuda a prever cuándo se necesitará demorar los gastos y
                       cuándo se requerirá aumentar la colecta.

                       Es importante advertir que no todo lo que aquí se comenta es apli-
                       cable en la práctica, ya que dependerá mucho del contexto local. La
                       experiencia previa determinará, sin duda, buena parte de las deci-
                       siones que se tomen. Sin embargo, se exponen diferentes criterios
                       para mejorar la manera en que se hacen habitualmente las cosas.

                       1. Gastos

                       Los factores más relevantes que influyen en el gasto de una cam-
                       paña son :
                       • el tiempo de duración
                       • distancia entre los núcleos electores
                       • número de poblaciones que el candidato visite
                       • nivel socioeconómico de los electores
                       • número de candidatos contendientes
                       • nivel de precios
                       • infraestructura local
                       • número de actos a realizar

                       Además, existe una relación directa entre el tamaño de la población
                       a la cual está dirigida la campaña y la cantidad de dinero gastada en
                       dicha campaña; de modo que entre más grande sea la población,
                       menos será el gasto per cápita y, viceversa, entre más pequeña sea
                       una población, los costos per cápita se incrementan.

                       Una opción es basar el presupuesto en la estrategia de la campaña.
                       Solamente una vez que se ha determinado lo que se hará en la cam-
                       paña para ganar, se podrá desarrollar su presupuesto. De acuerdo
                       con la estrategia, al definir cada una de las acciones a realizar se
                       debe tratar de responder a las preguntas: ¿cuántos votos producirá
                       este gasto?, ¿en qué sería más rentable invertirlo?

                       Ya que es difícil prever el resultado de una colecta de fondos, es
                       conveniente desarrollar dos, o hasta tres presupuestos de gasto: un
                       presupuesto optimista, otro pesimista y uno término medio.

158
El presupuesto de campaña
Otra opción es ajustar la estrategia a la disponibilidad factible de
recursos. Pero la estrategia no debe mutilarse por insuficiencia
financiera; en todo caso, lo que procede es encontrar otras
opciones que correspondan a la estrategia diseñada, que sean
menos costosas, pero que permitan igualmente conducir a la victoria.
Campañas económicas, si son bien planeadas e inteligentemente
ejecutadas, pueden ganar, incluso en contra de aquellas dotadas con
recursos financieros muy superiores. Lo importante es una evalua-
ción realista de lo que se necesita gastar y de los fondos que se es
capaz de obtener, teniendo en cuenta que la asignación de recursos
debe corresponder al objetivo básico de la campaña: el contacto
con los electores.
Teniendo en cuenta este objetivo básico, una regla posible para dis-
tribuir el dinero de una campaña es la siguiente:

• Del 60% al 70% se destina a los medios de comunicación, que
pueden comprender radio, televisión, correo, marketing telefónico
para la persuasión de electores, reparto de literatura mediante el
empleo de voluntarios (incluido el costo de la impresión de esa li-
teratura), es decir, todos aquellos medios que se empleen para man-
tener contacto con los electores.
• Del 20% al 25% se ocupa en gastos generales: salarios, renta,
equipo de oficina, viajes, seguros, impresiones y papelería.
• Del 5% al 20% se destina a investigación: básicamente hacer encues-
tas que vayan revelando el resultado de la estrategia implementada.

Las partidas más comúnmente incluidas en los presupuestos de las
campañas son las que figuran en el Anexo I.

1.1. El presupuesto de los medios
Debido a la alta proporción de recursos que se emplean en la
adquisición de los medios de comunicación, una de las decisiones
más importantes de una campaña es cómo distribuir efectivamente
el presupuesto entre esos medios en función del impacto cualitati-
vo y cuantitativo de cada uno sobre el elector. El énfasis en los
medios de comunicación depende del nivel en el que se esté rea-
lizando la campaña. En el ámbito municipal (hasta los 100.000
habitantes), el material gráfico distribuido casa por casa y las radios
locales pueden tener mayor importancia con respecto a la tele-
visión, por ejemplo, que en una campaña mayor, en la que la TV
absorberá la mayor cantidad de recursos.

El costo de algunas acciones no varía directamente de acuerdo con
la magnitud del público objetivo (target), como los carteles y anun-
cios. Otras acciones tienen un componente variable y varían direc-
tamente con el tamaño del target (mayor o menor intensidad de
                                                                                                      159
dichas acciones, extensión geográfica o contacto con los electores),
      Carlos Rizzuti


                       como la distribución casa por casa la promoción por teléfono o
                       correo. En este último caso, el conteo es un factor vital para asig-
                       nar los recursos básicos. Se debe cuantificar el target para acciones
                       tales como el contacto por correo, telefónico o domiciliario, cuán-
                       tas familias incluir de modo que únicamente reciban una pieza de
                       correo o una sola llamada telefónica. Una regla básica para estimar
                       los recursos a utilizar es: "si tenés dudas, contálo".
                       En suma, conforme a la estrategia se debe determinar cuántos
                       votantes es necesario alcanzar, cuáles son los costos relativos de los
                       medios de comunicación y después decidir la mezcla correcta.
                       Los tiempos de inversión publicitaria dependen de la situación del
                       candidato. Si es conocido, no necesitará gran campaña de medios al
                       principio; pero si no es conocido, sí, para instalarlo. De la misma
                       manera, si va arriba en las encuestas o no.

                       El presupuesto de medios debe incluir también el ahorro que
                       puede representar el acceso gratuito a los medios masivos de acuer-
                       do con la legislación electoral.

                       1.2. El presupuesto de militantes
                       El trabajo de los militantes puede constituir un gran ahorro para la
                       campaña. Por eso, es importante determinar la cantidad y calidad
                       de los voluntarios que puedan ser utilizados en cada uno de los
                       rubros del presupuesto de gastos, porque, por ejemplo, si sólo se
                       reclutan personas de los grupos de la tercera edad, no se podrá con-
                       tar con voluntarios que transiten por las calles repartiendo mate-
                       rial de mano, pero puede que sea un buen equipo de personas para
                       realizar llamadas telefónicas o envíos de correspondencia; si son
                       estudiantes, quizá prefieran ir a la calle a tocar de puerta en puerta
                       y entregar material gráfico.

                       Ninguna campaña está diseñada en forma tan precisa que el reclu-
                       tamiento de voluntarios concuerde exactamente con las proyec-
                       ciones del presupuesto de voluntarios. Este presupuesto, sin
                       embargo, fijará metas para cada actividad y período de tiempo en
                       la campaña, las que deben orientar el reclutamiento, capacitación y
                       asignación de tareas para los militantes.

                       1.3. El control de gastos
                       La diversidad de actividades urgentes que tienen que desarrollarse
                       en la breve duración de la campaña provoca alguna tendencia al
                       desorden, a pesar de que existan un plan y un presupuesto de cam-
                       paña. No obstante, el presupuesto puede ser un instrumento de
                       control útil si la autorización de su ejercicio se mantiene centra-
                       lizada, única y ubicada de manera precisa en algún punto
160
El presupuesto de campaña
jerárquico de la organización de la campaña. En la medida en que
el plan, las estrategias, los objetivos de los programas y sus respec-
tivos recursos sean claros y compartidos por los principales cola-
boradores del candidato, esta centralización no provocará demoras,
ya que se tratará sólo de la instrumentación de decisiones tomadas
con anterioridad.

Además, por su propia naturaleza, los artículos de mayor relevan-
cia, tales como la propaganda impresa, correspondencia, encuestas,
spots de radio y televisión, conviene que sean contratados por
escrito al principio de la campaña, lo que reduce el ámbito de las
decisiones que deben tomarse con urgencia durante su desarrollo.
Asimismo, presupuestar un fondo de contingencia puede dotar a la
campaña de la flexibilidad necesaria para responder a necesidades
no previstas en el plan, sin que esto signifique afectar el control
centralizado del grueso de las partidas consideradas en el pre-
supuesto de la campaña.

Otro control, no menos importante, se refiere a vigilar que la cam-
paña no provoque la impresión entre los lectores de que existen
desperdicios o dinero mal empleado. Una mala impresión acerca
del uso de recursos puede causar el rechazo de los electores, la pér-
dida de donadores potenciales y, finalmente, resultar en votos en
contra o en abstención.

Un tema adicional siempre álgido es que el responsable de la cam-
paña no debe permitir que el tesorero se convierta finalmente en el
verdadero jefe de campaña, autorizando, o no, egresos en función
de su propio criterio de lo que debe hacerse o no, o en regla con
alineamientos políticos.

2. Ingresos

En lo que corresponde al presupuesto de ingresos interesa, sobre
todo, si tendrá que realizarse una colecta de fondos paralela a la
campaña como fuente de financiamiento principal o complemen-
taria, o se dependerá fundamentalmente del presupuesto público y
de las aportaciones que le otorgue el propio partido. En este últi-
mo caso, el presupuesto de ingresos equivaldrá al monto de aporta-
ciones públicas y partidistas a la campaña, por lo que el problema
del financiamiento se reducirá a la negociación de un calendario de
administración adecuado a la manera como se ejercerá el gasto para
cumplir con la estrategia.

En la medida en que el presupuesto de ingresos dependa de la

                                                                                                     161
colecta paralela a la campaña, buena parte del esfuerzo del can-
      Carlos Rizzuti


                       didato y de sus colaboradores, así como de un monto importante
                       de los propios recursos económicos, tendrán que dirigirse a obte-
                       ner el dinero suficiente para financiar el resto de las actividades de
                       la campaña. Si la colecta, de fondos constituye la única fuente de
                       ingresos, esta coleta convertida en plan, equivaldrá al presupuesto
                       de ingresos.

                       2.1. La colecta de fondos
                       La principal función de la colecta de fondos es reunir dinero para
                       que la campaña pueda diseminar su mensaje a los electores.

                       El más exitoso esfuerzo de recolección de fondos implica una
                       cuidadosa identificación y selección de los individuos y organiza-
                       ciones que probablemente apoyen al candidato. El tema y el men-
                       saje son vitales para la colecta de fondos; de ellos dependerá la
                       respuesta. Cada tipo de contribuyente requiere de un mensaje
                       único para que su respuesta sea positiva.

                       La colecta de fondos no es ajena a la colecta de votos. La capacidad
                       de recaudación de fondos de un candidato es resultado de la per-
                       cepción que tienen sus donadores de las probabilidades de victoria.
                       Por eso, existe una alta correlación entre el número de aportantes
                       y el número de votos que el candidato recibe.
                       La colecta puede tener lugar por vía del candidato, de algunos
                       medios de comunicación y de actos celebrados con este propósito.

                       2.1.1. La colecta vía candidato
                       Cuando la campaña depende por completo de la colecta de fuentes
                       privadas, la recaudación de dinero llega a ser una actividad de
                       importancia estratégica, por lo que el candidato tiene que dedicarle
                       el tiempo necesario a esta actividad crucial para su sobrevivencia. El
                       candidato se convierte en el principal recolector de fondos porque
                       es la persona que todos quieren conocer; la gente desea hablar con
                       él acerca de temas convincentes, rozarlo, tomarle la medida, ver
                       cuán agradecido está de su apoyo financiero, escuchar su mensaje y,
                       básicamente, estar convencida de darle su dinero para que gane.

                       El candidato es la clave del éxito; el mejor plan fallará si él no es
                       atractivo para los voluntarios de la campaña, para el electorado y
                       para los que pueden apoyarlo financieramente. Por eso, el candidato
                       debe dedicar el 80% de su tiempo a la tarea de recaudar fondos en
                       las primeras etapas de la campaña; debe estar dispuesto a hacer todo
                       lo necesario para conseguir sus metas de recaudación.

                       Antes de iniciar la campaña, se debería contar con no menos del 10%
162
El presupuesto de campaña
del total del costo presupuestado para poder iniciar las actividades,
pues al comienzo es difícil solicitar aportaciones ya que el interés de
los electores apenas despierta. Sin el dinero requerido, la viabilidad
de cualquier campaña estará en duda; el viejo adagio de "dinero
llama dinero" es cierto en las colectas: se necesita dinero para fo-
lletos, sobres, estampillas, etc., utilizados en los programas iniciales
para recaudar fondos. No es raro, entonces, que existan préstamos a
la campaña de manera que si se tiene éxito se recupera al final de la
misma; si no, se convierte en donación directa del interesado.

De acuerdo con la investigación realizada sobre posibles do-
nadores, la colecta se inicia "cara a cara" con los grandes donadores
potenciales, muchos de los cuales no están interesados en asistir a
un acto, a menos que una personalidad política principal sea invi-
tada. La mayoría de los grandes donadores de dinero lo dan para
garantizarse el acceso al legislador potencial o al gobernante.

Una estrategia exitosa es que estos grandes donadores, además de
aportar sumas importantes, integren un comité que asuma la
responsabilidad de ayudar al candidato a obtener los fondos nece-
sarios para conducir su campaña. Idealmente, un comité financiero
está compuesto por dos grupos de individuos. Aquellos que están
establecidos, profesionales exitosos y negociantes de la propia
comunidad, y aquellos que se esfuerzan por ser o estar en una posi-
ción similar. El primer grupo está constituido por personas que
fácilmente pueden proporcionar un cheque de contribución, a
quienes se les debe requerir la donación para integrar el comité;
estas personas tienen acceso a otros individuos que pueden hacer lo
mismo. El segundo grupo está usualmente compuesto por jóvenes
profesionales y hombres de negocios de la comunidad que no
pueden hacer un cheque por la misma cantidad, pero que, sin
embargo, pueden hacer una contribución sustancial; en esta cate-
goría también entran los que, al ser llamados para contribuir con la
campaña, ayudarán con su trabajo en la colecta de fondos, ya sea
en los actos o en las actividades de la colecta.

Se recomienda integrar a individuos de diversas profesiones, ocu-
paciones y áreas geográficas a lo largo de la división electoral, de
modo que se represente a la totalidad de la misma; así se ampliará
la base de apoyo y aumentará la probabilidad de donantes seguros
de la división en su conjunto.

La intervención del candidato no concluye ahí: encabeza todos los
actos que el comité de finanzas realice para recaudar fondos; tiene
que firmar, si es posible, todas las cartas de petición de las dona-
ciones y, además, agradecer por teléfono o por carta, según la
                                                                                                       163
importancia del monto, las donaciones que perciba de los electores
      Carlos Rizzuti


                       como respuesta a sus peticiones.

                       2.1.2. Actos de colecta de fondos
                       Los actos para recolectar fondos son otra fuente de dinero para los
                       candidatos. Incluso, las campañas pueden basar su financiamiento
                       en estos actos, como su principal fuente de ingresos. Se trata de
                       atraer la base más grande de donadores potenciales a un acto para
                       cuya admisión se requiere comprar un boleto o hacer una con-
                       tribución. Distintos actos son organizados para diferentes niveles
                       de probables donantes. Estos actos no sólo son importantes para
                       las campañas por sus posibilidades económicas, sino porque tam-
                       bién estimulan el entusiasmo de los seguidores. Sin embargo,
                       requieren una planificación intensa y dedicación sustancial de
                       tiempo, sea por parte de los voluntarios o del equipo pagado.

                       Los actos para la recaudación de fondos pueden ser tan variados
                       como la imaginación de sus organizadores lo permita. Cenas y
                       comidas de gala, desayunos, conferencias, subastas de arte,
                       reuniones en sitios públicos, rifas, cócteles, tés, cafés, sorteos, venta
                       de artículos utilitarios, días de campo, parrilladas, maratones
                       radiofónicas, ferias, exposiciones, competencias deportivas,
                       conciertos, festivales musicales, etc.

                       Generalmente, las campañas consideran dos eventos principales
                       por lo menos, cuya fecha de realización también se maneja para
                       atraer a los medios de comunicación y dar aliento a la campaña en
                       los momentos considerados críticos.
                       Los recursos generados por estos actos de recaudación de fondos
                       constituyen otra de las partidas que deben considerarse en el pre-
                       supuesto de ingresos de la campaña.

                       3. Flujo de fondos

                       El presupuesto de flujo de fondos provee a la campaña con un ca-
                       lendario que especifica cuándo se necesita el dinero y cuánto con-
                       sumirá el esfuerzo de campaña; además, ayuda a determinar la
                       oportunidad de una actividad particular de la colecta de fondos
                       para que sea capaz de cubrir satisfactoriamente las necesidades que
                       se presenten. El flujo de efectivo debe ser suficiente para no
                       impedir, demorar o limitar la realización de cualquier actividad
                       considerada en el plan de campaña.

                       El presupuesto de flujo de fondos debe ser congruente con el ca-
                       lendario de la campaña y factible de acuerdo con el monto y

164
El presupuesto de campaña
disponibilidad de recursos previstos en el presupuesto de ingresos.
Debe tenerse en cuenta que el gasto en medios de comunicación,
una de las partidas más importantes de la campaña, irá creciendo a
medida que ésta avance, hasta culminar en la fase de cierre, durante
la cual se intensifica al máximo el esfuerzo de comunicación por
todos los medios previstos en la estrategia; de modo que para esta
etapa final es conveniente prever un gasto no menor al 30% del
total de esa partida.

Las necesidades de efectivo deben ser definidas conforme a los gas-
tos a erogar semana por semana, partida por partida y en cada una
de las áreas que comprenden las actividades de la campaña. Estas
necesidades de efectivo deben ser acordadas y cubiertas oportuna-
mente por los responsables de obtener los ingresos planeados. Se
aconseja hacer cada semana una comparación de lo gastado hasta
ese momento y lo que se estimaba gastar cuando se formuló el pre-
supuesto, para poder identificar las partidas en las que se está gas-
tando más de lo presupuestado, y aquellas en que se registran aho-
rros de importancia. De esta manera se pueden hacer ajustes para
recortar, transferir o ampliar el gasto dentro de un área dada, ob-
viamente, de acuerdo con los requerimientos de la estrategia de la
campaña en ese momento.

En situaciones de escasos recursos, se aconseja prever los gastos
que demandará el día del comicio (boletas, fiscales, movilización,
comunicación, centro de cómputos, etc.) de manera que lo elemen-
tal esté cubierto.

Una vez definido eso, la segunda previsión es para el gasto en pu-
blicidad. Si hay poco dinero, deben concentrarse todos los recur-
sos en las últimas dos semanas, para que tengan algún efecto. Si se
dispersa el poco presupuesto a lo largo del tiempo, será dinero tira-
do al tacho de la basura.




                                                                                                    165
166
      Carlos Rizzuti
Notas
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Notas
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"Algo huele mal en




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San Miguel de Garicoy"
Elaborado por Jorge Dell´Oro y Carlos Fara



Estimada/o lectora/or:
Como dijo Confucio: “Si me lo explican, lo entiendo. Si lo hago, lo sé”.
Es por eso que este manual no podía estar completo sin un último
capítulo dedicado a poner en práctica algunos de los conceptos que
esbozaron los distintos autores.
Se trata de un caso práctico, pensado para la realidad argentina,
sobre una provincia imaginaria. Lo pusimos en práctica por primera
vez en una actividad de ACEP llevada a cabo en noviembre de
2000 en Santo Tomé, provincia de Santa Fe. Al final del caso, Ud.
va a encontrar cuatro consignas de trabajo. Es aconsejable trabajar
el caso en equipo para enriquecer la discusión, como si fuese un
comité de campaña.
Por lo tanto, juegue a ser consultor, y ¡mucha suerte!

I. Presentación

Raúl Fernández, Chichín para los amigos, se levanta una mañana,
toma el diario El Pregón de Santa Rita y se entera de que el gober-
nador de su provincia, San Miguel de Garicoy, había renunciado a
medianoche porque no disponía de fondos para pagar los sueldos
de la administración pública. En reemplazo del gobernador
saliente, Ramiro Sepúlveda, asume el vicegobernador, Héctor
Villosio, un hombre representante de la mesa sindical de San
Miguel de Garicoy.

La provincia está gobernada desde siempre por el Partido de la
Gente (PG), pero las cosas han venido últimamente de mal en peor
para el oficialismo. A la crisis financiera del Estado provincial, se le
suma una serie de escándalos de corrupción, de los cuales el más so-
nado fue el denominado por los medios locales como Pizzagate,
porque aparecieron unas facturas millonarias pagadas a una pizzería
de la capital provincial, abonadas desde la oficina de Ceremonial y
Protocolo y aplicadas al rubro "gastos de representación".

Con este estado de situación, se desató en el oficialismo una serie
de luchas intestinas que llevaron a la división del bloque de legis-
ladores en la Legislatura provincial. Se crearon cuatro grupos, uno
sólo de los cuales apoyaba al malogrado Sepúlveda: el bloque
unipersonal de Mario Sepúlveda, primo del gobernador saliente.
                                                                                               169
Jorge Dell’Oro y Carlos Fara

                                     Otro de los bloques, el mayoritario, se autodenominó Lealtad y
                                     responde al vicegobernador Villosio. Luego figuran otros dos
                                     minoritarios: Renovación y 14 de enero (fecha en que fue asesina-
                                     do por el último régimen militar el dirigente sindical Pedro el pola-
                                     co Zmudia).

                                     A las 9 de la mañana, Raúl Fernández recibe un llamado del presi-
                                     dente del bloque Renovación, quien le dice que es necesario que se
                                     vean, si es posible, esa misma mañana. Raúl le dice que tiene la
                                     mañana muy cargada, pero que puede hacerse un rato a las 11. Su
                                     interlocutor, Benito Rojas, lo cita a tomar un café en el bar del Plaza
                                     Hotel, lugar de encuentro de toda la clase política provincial y local.
                                     Chichín Fernández administra una pequeña cadena de supermer-
                                     cados -El Miguel- que pertenece a su familia. Está reconocido en la
                                     sociedad sanmiguelense como un empresario notable por el cre-
                                     cimiento que ha tenido la cadena en el interior provincial.
                                     Personalmente, Chichín simpatiza con el PG, y si bien más de una
                                     vez lo invitaron a integrar listas, nunca quiso mezclar la política
                                     con los negocios. Siempre que puede, apoya con productos de sus
                                     supermercados las cenas de recaudación que se organizan para las
                                     elecciones. Raúl no se ve a sí mismo como un político. La esposa
                                     de Chichín, Lili González Dufour -la vasca para el establishment
                                     local- hija de una tradicional familia de San Miguel de Garicoy,
                                     siempre le advierte: "Ojo con meterte en política. Mirá que yo no
                                     quiero saber nada con esos facinerosos".

                                     Fernández y Rojas se ven a las 11 en el Plaza. Raúl se encuentra con
                                     demasiadas caras conocidas que observan algo intrigados su
                                     encuentro con el jefe de los "renovadores". El diálogo gira alrede-
                                     dor de anécdotas personales sobre los negocios de ambos. Al rato,
                                     Rojas lo empieza a inquirir a Fernández acerca de cómo ve la
                                     situación provincial. "Muy mal, en la calle no hay un mango. Decí
                                     que yo trabajo a 90 días con los proveedores, pero si la cosa sigue
                                     así me va a generar un costo financiero importante. Yo creo que en
                                     las próximas elecciones somos boleta. Encima, con este Villosio ... ,
                                     ¡Dios santo! Viene con el bombo a cuestas. No tenemos candidato".
                                     Rojas le dice: "Yo lo de Sepúlveda me lo veía venir. Por eso empecé
                                     a sondear tu nombre y la gente se entusiasma. Yo creo que el PG
                                     tiene que llevar una figura nueva, no desgastada con la política,
                                     alguien de afuera, sin compromisos con Sepúlveda y Villosio.
                                     ¿Cómo lo ves?". Chichín se muestra escéptico: "Nada que ver. Yo
                                     no sirvo para esto. Esto es un quilombo y yo no voy a dejar de aten-
                                     der mi negocio para exponerme a este desastre. Además vos sabés
                                     como piensa la vasca. Si se entera de esto me mata. Por favor, ni lo
                                     menciones, y ojo con los medios". Rojas le insiste y le pide que lo
                                     piense, además de prometerle reserva sobre el ofrecimiento.
170
Analisis del caso
Por la tarde, Fernández recibe un llamado en su oficina de un
periodista que lo quiere entrevistar para saber si es cierto que se
larga para gobernador. Raúl niega totalmente la versión, pero
empieza a sentir un furor interno porque cree que Rojas no
cumplió con su palabra. Ante la insistencia del periodista, decide
responder este requerimiento pero con la condición de que la
charla sea en off. El periodista, sin citar la fuente, lo lanza como
chisme en el programa de radio de la mañana siguiente. El progra-
ma se llama "Buenos Días, Santa Rita" y lo conduce el gordo
Vergara, personaje simpático que concita la atención de la enorme
mayoría de la audiencia matutina.

Raúl recibe un llamado iracundo de la vasca, su esposa, que acaba
de escuchar el trascendido por la radio. Chichín, no te das cuenta
que te están usando. Ya mismo salí a desmentirlo". Raúl trata de
calmar a su cónyuge, con dudosa suerte. Pero algo le empieza a oler
mal. Lo llama furibundo a Rojas, al cual no puede ubicar telefóni-
camente a lo largo de todo el día. Tampoco responde su celular.
Raúl siente toda la impotencia de haber quedado expuesto en un
juego que no supo jugar.


II. Un poco de contexto

San Miguel de Garicoy es una provincia de 600.000 habitantes, que
posee un territorio de 100.000 km2. Santa Rita es la capital de la
provincia y la habitan aproximadamente unas 250.000 personas, la
mayor parte de ellas dedicadas a la administración pública y los
servicios. Luego hay dos ciudades de 40.000 habitantes y el resto
son localidades que no superan los 10.000 habitantes, y muchas
comunas rurales.

Es una provincia eminentemente agrícola-ganadera, pero con algu-
nas industrias que se instalaron en los últimos años sobre la base de
la producción de alimentos.

La situación económica de la provincia se ha venido agravando por
una mezcla de mala administración y dificultades sociales que dete-
rioran la capacidad recaudatoria del Estado provincial. Frente a
este estancamiento, comienza a ser difícil la situación laboral,
generando una fuerte desocupación entre los más jóvenes. La
deserción en la escuela secundaria aumenta. Los fines de semana se
ven "banditas" de adolescentes tomando cerveza en los kioscos, lo
cual genera algunos hechos de violencia.


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Jorge Dell’Oro y Carlos Fara




                                     El PG ha venido gobernando en la provincia desde que se recuer-
                                     da. Es el partido que tiene mayor anclaje en los sectores de menos
                                     recursos y la población rural. La principal oposición es la Alianza
                                     Renovadora para el Progreso (ARP), expresión histórica de la clase
                                     media provincial, fusión de dos partidos: el Partido por el Progreso
                                     (PP) y el Partido de la Renovación (PR). En las últimas elecciones
                                     hizo su aparición el Movimiento Popular de San Miguel de
                                     Garicoy (MPSM), expresión local conformada por sectores
                                     minoritarios de la ARP, algún dirigente del PG y sectores de la
                                     comunidad sin adscripción partidaria.

                                     Las expectativas generadas respecto a esta nueva fuerza política son
                                     muy grandes y algunos creen que podrían ganar la próxima elección
                                     para gobernador. Su figura máxima es Gervasio Fraysinet, ex diri-
                                     gente ruralista, un típico descendiente de los primeros vascos france-
                                     ses que poblaron San Miguel de Garicoy en el siglo pasado. Un tío
                                     de Gervasio -Don Pancho- fue gobernador durante un régimen mil-
                                     itar y luego fue elegido en elecciones cuando estaba proscripto el
                                     PG, hace más de 30 años. Dejó un muy buen recuerdo en la
                                     población por su honestidad y su administración ordenada.

                                     El principal dirigente del ARP es una abogado de Santa Rita,
                                     Víctor Etchepareborda, quien realizó toda su carrera profesional
                                     desde su propio estudio jurídico como patrocinante del tano
                                     Mazzini, quien posee una red de cable y la FM San Miguel de
                                     Garicoy, donde se emite el programa del gordo Vergara.
                                     Etchepareborda hoy es presidente de su bloque y candidato eterno
                                     a gobernador, pero tiene sus filas internas divididas por cierta acti-
                                     tud condescendiente que habría tenido con el saliente gobernador
                                     Sepúlveda. La disidencia interna la encabeza el dirigente ruralista
                                     Martín Guilleau. Este último sector ve con simpatía el crecimiento
                                     del MPSM.

                                     El canal de aire es del Estado provincial. El diario El Pregón de
                                     Santa Rita se presenta como el matutino más influyente en las
172
Analisis del caso
agendas temáticas de las radios.
La provincia se llama San Miguel de Garicoy, porque es el santo
que venera la comunidad vasco francesa.


III. ¿Qué dice la gente?

La gestión de Villosio tiene una aprobación del 20%, teniendo en
cuenta que recién comienza.

Sólo un 25% terminó apoyando la gestión de Sepúlveda. El área
mejor evaluada es deportes, con el 38%. Obras públicas tiene el
30%. Lo peor es lucha contra la corrupción y seguridad.

La gran mayoría no recuerda a ningún ex alcalde como el mejor
que haya tenido San Miguel de Garicoy (SMG). Algunos pocos
mencionan a Pancho Fraysinet.

La mayoría (59%) considera que la corrupción en el gobierno es
mucha, o bastante.

El 80% cree que SMG es un distrito rico, pero siempre estuvo mal
administrado. El 68% estima que debe haber un cambio.

Un tercio dice que la situación de SMG mejorará, otro tercio cree
que seguirá igual, y el tercio restante piensa que empeorará.

El 35% cree que la crisis financiera del distrito es fruto de un mal
manejo administrativo, el 25% se lo adjudica a la corrupción, el
20% piensa que es consecuencia de la crisis financiera internacional
y 10% a la política económica del gobierno nacional. El 10%
restante da respuestas varias.

Respecto a cómo solucionar la crisis, el 20% cree que se debe
reducir la cantidad de empleados públicos, el 20% considera que
hay que aumentar los impuestos, el 10% pediría créditos, otro 10%
le pediría al gobierno nacional que le liquide las deudas y el 40%
bajaría los sueldos.

El 65% no sabe qué partido sería mejor para resolver la crisis. El
15% lo menciona al PG, el 13% al MPSE y el 5% al APR.

El 70% señaló a la desocupación como el principal problema; el
40%, al alcoholismo en los jóvenes; el 35%, a la seguridad; el 30%,
a la salud; el 28%, a la corrupción; el 27%, a la seguridad; el 25%,

                                                                                           173
Jorge Dell’Oro y Carlos Fara

                                     a la pobreza; el 22%, a las jubilaciones; el 18%, a los bajos salarios;
                                     el 15%, a la justicia; el 10%, a la vivienda y el 5%, a la ecología.

                                     El 20% votará para alcalde al PG; el 15%, al APR y el 10%, al
                                     MPSE. El 2% menciona a otros, el 1% dice que votará en blanco y
                                     el 52% está indeciso.

                                     El 40% cree que el PG ganará las próximas elecciones para alcalde.
                                     El 25% le otorga posibilidades al MPSE y el 18% piensa que lo
                                     hará la APR. El 17%, no sabe.

                                     En la intención de voto por candidatos, el 16% se vuelca por
                                     Fraysinet; el 14%, por Villosio; el 10%, por Cuesta; el 5% por
                                     Sepúlveda; el 2% por Fernández; el 3%, por Rojas, y el 13% men-
                                     ciona a otros 10 candidatos. Los indecisos suman el 37%.




                                     Consignas de Trabajo
                                     para el Comité de Campaña:

                                     Con la información que dispone:
                                       1. ¿Cuál es su objetivo electoral?
                                       2. ¿Qué estrategia definiría para Chichín Fernández, si deci-
                                           diese presentarse?
                                       3. Defina: a) temas de campaña
                                                  b) quién sería su adversario
                                                  c) sus ventajas comparativas
                                                  d) defina su mensaje en una frase
                                       4. ¿Cómo debería haber actuado Chichín ante el requeri-
                                           miento del periodista? ¿Qué actitud debería haber adoptado
                                           una vez instalado en los medios?
174
Notas
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Notas
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Consejos generales

                              1. La Estrategia es el factor más importante en una campaña política
                                                                                                         !
Las 100 de Joseph Napolitan


                              2. No existe el efecto arrastre
                              3. Las encuestas son esenciales, pero no se engañe por ellas
                              4. Nunca sobrestimes la importancia de un partido dividido
                              5. El tiempo es crítico
                              6. Si algo funciona, siga usándolo hasta que deje de funcionar
                              7. Asegúrese de que el mensaje es claro y entendible
                              8. Nunca subestime la inteligencia de los votantes, ni sobrestime la cantidad de
                                 conocimiento a su disposición
                              9. Los ataques negativos son mejor manejados en medios pagados por terceros partidos
                              10. No subestime el poder y penetración de la radio
                              11. No subestime el impacto de una administración nacional impopular
                              12. La percepción es más importante que la realidad
                              13. No complique la campaña
                              14. Proteja primero lo seguro
                              15. No tenga miedo de invadir el territorio de la oposición
                              16. Lo que diga será escuchado en cualquier lugar
                              17. Trate de no autodestruirse
                              18. No deje que su oponente tenga el camino libre
                              19. Las transferencias de popularidad son buenas si las usa apropiadamente
                              20. No cree expectativas exageradas, especialmente si es el presunto ganador
                              21. No dé nada por garantizado
                              22. Si comete un error, admítalo y trate algo nuevo
                              23. Las cosas pequeñas a menudo son importantes
                              24. Sea cauteloso en las votaciones primarias
                              25. Reconozca sus propias limitaciones
                              26. No tenga pánico de sus errores
                              27. Si no tiene que usar campaña negativa, no lo haga
                              28. Domine el medio dominante
                              29. Las campañas pueden ser divertidas
                              30. Establezca su propia credibilidad antes de lanzar una campaña negativa
                              31. No confunda educación con inteligencia
                              32. Una elección es como venta de un día
                              33. Diferenciar entre lo esencial y lo no esencial
                              34. Ellos no le dejarán correr en la elección general a menos que gane la primaria
                                                                                                                     177
Consejos para Candidatos

                                    35. El tamaño de las multitudes convocadas no tiene relación con los votos
                                    36. No se neurotice con slogans y logos
                                    37. Empiece temprano
                                    38. Tenga cuidado en soluciones fáciles para problemas complejos
                                    39. Tenga confianza pero nunca se exceda en confianza
      Las 100 de Joseph Napolitan


                                    40. Usted no necesita oponerse a cada posición o declaración del opositor
                                    41. Una base de poder ayuda
                                    42. Nunca esté a favor de todos



                                    Consejos para Consultores

                                    43. Los spots de televisión que se muestran a grandes multitudes en realidad son
                                    poco valiosos, sólo hacen que el candidato se sienta bien
                                    44. Toda campaña es diferente; toda campaña es igual
                                    45. Puede pulir a un candidato, pero nunca podrá cambiarlo realmente
                                    46. Inculcar sentido de prioridad en su candidato
                                    47. Proceder cautelosamente en elecciones extranjeras
                                    48. Siempre hacer saber al personal de campaña que no está buscando su trabajo
                                    49. Si su consejo no es aceptado, renuncie
                                    50. Resuelva su situación financiera desde el principio
                                    51. Investigue a su candidato tan a fondo como lo hace con su oponente
                                    52. Las mejoras marginales son importantes y a menudo decisivas
                                    53. Sepa cuándo utilizar estrategias atrevidas y cuándo no hacerlo
                                    54. No deje que su candidato piense que sólo por que dijo algo todo el mundo lo va a oír
                                    55. Prepárese para producir para los medios hasta el final
                                    56. Establezca y mantenga un sistema de comunicación inmediato
                                    57. No tiene que amar a su candidato; por lo menos, debería respetarlo
                                    58. Asegúrese de que su candidato sepa por qué está compitiendo y pueda respon-
                                    der la pregunta: ¿Por qué podría yo votar por Ud. en lugar de por su oponente?
                                    59. Si su candidato tiene un nombre difícil, trate de convertirlo en una ventaja
                                    60. "Información instantánea crea compromiso" Marshall McLuhan
                                    61. Aprenda dónde está el verdadero poder
                                    62. Analice sus errores
                                    63. Cómo una persona planea votar es más importante que quién él piensa va a ganar
                                    64. No ponga en ridículo a su candidato, ni a usted mismo
                                    65. Sea persistente, pero sabiendo cuándo debe retirarse
                                    66. Viva para pelear otro día
                                    67. Cuando piense que lo sabe todo, no lo sabe
178
68. Cuando escuche a alguien decir algo malintencionado sobre usted, no sobre reaccione
69. Aprenda a ser paciente
70. No asuma tener el contrato hasta que no lo compruebe
71. Si su candidato gana, es a causa de su encanto, atractivo o poderes de per-
suasión; si pierde es su culpa
72. Sea tolerante
73. La madurez llega con la edad
74. No tome riesgos innecesarios
75. No tenga demasiada simpatía por un candidato



Consejos para Coordinadores de Campaña
                                                                                          !
76. No tenga miedo de traer verdaderos expertos
77. Muchas campañas no saben cómo usar consultores o especialistas apropiadamente
78. Cuánto dinero puede gastar no es tan importante como la forma en que lo gastará
79. Dirigir una campaña no es un proceso democrático
80. Asegúrese de que su candidato entienda los temas
81. Deje que su candidato hable con la gente
82. Engánchese con las organizaciones existentes
83. Cuando use nuevas tecnologías, asegúrese de tener especialistas
84. Si sus materiales de medios de comunicación no funcionan, deséchelos sin
    importar cuánto costaron
85. Controle a los principiantes apasionados
86. Tenga una razón para lo que hace
87. Asegúrese de tener buenas fotografías de su candidato
88. Asegúrese de que su candidato descanse
89. Tenga cuidado en la selección de técnicos especializados
90. Adelántese a lo negativo
91. No hablar unilateralmente acerca de su "yo" negativo si no tiene que hacerlo
92. No modifique el historial de su candidato a menos que esté seguro de no
ser descubierto
93. En una campaña grande siempre cree una unidad de reacción inmediata
94. Reconozca cuando su oponente está arriba
95. Los enemigos de su enemigo no necesariamente son sus amigos
96. Información es poder, úsela sabiamente
97. Aprenda a contar
98. Sólo porque algo es diferente no significa que es mejor
99. No subestime la importancia del simbolismo visual
100. Deje que el cónyuge del candidato tome el papel que él o ella quiera


                                                                                              179

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Manual Kas

  • 1. Acciones para una Buena Comunicación en campañas electorales Manual de Marketing y Comunicación Política
  • 2. Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 ¿Quiénes somos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 Capítulo I a. Política y marketing político . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7 b. El comando de campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27 Capítulo II a. Características del electorado argentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31 b. Los estudios de opinión pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 c. Estrategia de campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81 Capítulo III Los medios y la política en la era del infoespectáculo . . . . . . . . . . . . . . .85 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100 Índice Capítulo IV Comunicación con lo medios: periodistas vs. dirigentes . . . . . . . . . . . . .103 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113 Capítulo V a. La comunicación política hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117 b. ¿Es el candidato el mensaje? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .119 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149 El presupuesto de campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .157 Caso práctico: San Miguel de Garicoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .169 Los cien puntos de Joseph Napolitan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .177
  • 3. L a política actual, en la Argentina y en casi toda Latinoamérica, está caracterizada por la baja participación e involucramiento de los ciudadanos en la cosa pública, lo cual ha provocado una alarmante falta de representatividad de los dirigentes políticos, sociales y económicos. La representatividad es una cuestión estratégica en la política, es un pilar de la misma y debe ser materia de estudio, de modo que la dirigencia pueda sintonizar los códigos de la sociedad a la cual se supone que interpreta y vela por su normal desenvolvimiento. Los argentinos buscamos y necesitamos respuestas concretas, transparencia y efectividad en la gestión. Los partidos políticos se encuentran jaqueados o rodeados por la indiferencia y, en algunos Prólogo casos, hasta por el repudio generalizado. Hoy en día asistimos a "dirigentes sin dirigidos” y "dirigidos sin dirigentes”, lo cual ha llevado a este peligroso quiebre o desconocimiento de los partidos políticos y de las instituciones de la República. Esto es un desafío para la política en terminos generales, pero especialmente para la comunicación política, de la cual el marketing político es un instrumento. En este contexto, podemos constatar que en muchos sistemas democráticos altamente desarrollados, la política y los medios de comunicación han contraído una estrecha relación simbiótica, a menudo problemática para la conformación de una opinión pública crítica y una cultura política democrática. En esta "relación simbiótica", los sistemas democráticos dependen cada vez más de la comunicación; por consiguiente, la política se torna más proclive a las escenificaciones. Esto no implica automáticamente una menor calidad democrática, como tampoco el 3
  • 4. moderno proceso medial constituye en sí mismo un aporte a la democracia. Esta interacción es sumamente compleja y difícil de descifrar para los involucrados. Por eso nació la idea de elaborar este manual, que está ideado para ser una herramienta de alto sentido práctico y didáctico para aquellos ciudadanos interesados en aumentar su participación republicana y que aspiren ser candidatos en su Ing. Hans Blomeier barrio, ciudad o provincia, o convertirse en analistas o participantes en equipos de campaña electoral. Se ha puesto énfasis en desarrollar un material moderno, de ahí la inclusión del video, además del tradicional material escrito. El video con sus claros y prácticos ejemplos será sin duda de gran utilidad para todos los lectores de nuestro manual, dado que podrán ver en el mismo, la visualización de los aspectos teóricos. El Manual de Marketing y Comunicación Política fue realizado por expertos consultores de la problemática en cuestión: Carlos Lic. Oscar Ensinck Fara, Carlos Germano, Jorge Dell´Oro, Santiago Rossi y Eduardo Zukernik. Sirvan estas líneas para agradecer profundamente el empeño y la profesionalidad puestos en la elaboración del Manual como del Video. Hoy uno de los mejores aportes que podemos hacer las instituciones, hombres y mujeres que abrazamos las causa de la Democracia y de la República, es incentivar y profundizar la participación, de modo de revitalizar los sistemas políticos de toda Latinoamérica, aspirando a que la difusión de las herramientas del análisis político, de las encuestas, de la comunicación y del marketing político sean un verdadero instrumento y un motivador en dicha tarea. Ing. Hans Blomeier Lic. Oscar Ensinck Representante Presidente Fundación Konrad Adenauer - KAS Asociación Civil de en la Argentina Estudios Populares - ACEP 4
  • 5. Quiénes somos Quiénes somos La Asociación Civil de Estudios Populares La Fundación Konrad Adenauer es una fundación (ACEP), es una entidad creada a fines del año ‘99 política alemana comprometida con el movimiento en Argentina, con el fin de promover el respeto demócrata cristiano fundada en el año 1964 y se por los valores democráticos y los derechos y honra con el nombre del primer Canciller de la garantías individuales consagrados en la República Federal de Alemania. Las actividades de Constitución Nacional. En el marco de este la Fundación se rigen por los principios que objetivo, es de especial interés de ACEP, el determinaron la obra de Konrad Adenauer. abordaje desde una óptica humanista y cristiana de las problemáticas del empleo, la salud, la Objetivos educación, los jóvenes y la mujer. La Fundación Konrad Adenauer ofrece formación política, elabora bases científicas para Objetivos institucionales la acción política, otorga becas a personas Dentro de las prioridades que tiene esta altamente dotadas e investiga la historia de la Asociación se ubica la investigación sobre temas Democracia Cristiana, apoya el movimiento de de municipalismo, administración y gestión unificación europea, promueve el entendimiento pública, formación política, medio ambiente y internacional y fomenta la cooperación en la desarrollo sustentable, integración regional, política del desarrollo. políticas tecnológicas, economía y seguridad, Los objetivos de la cooperación internacional de entre otros, para lo cual ACEP ha diseñado en el la Fundación Konrad Adenauer se centran en seno de estructura diversas áreas de estudio de mantener la paz y la libertad en todo el mundo, acuerdo con la temática correspondiente. fortalecer la democracia, luchar contra la pobreza y conservar el entorno de vida natural Actividades para las generaciones venideras. ACEP, como miembro activo de la Red de Institutos de Investigación pertenecientes a la Actividades Organización Demócrata Cristiana de América En la República Argentina, la Fundación Konrad (ODCA), promueve además la realización de Adenauer trabaja desde hace más de 40 años. seminarios y jornadas de capacitación destinados Actualmente concentra sus esfuerzos en las a funcionarios, legisladores e intendentes, como siguientes áreas temáticas: desarrollo local y así también acuerdos de Cooperación regional; capacitación y asesoría a dirigentes Internacional y asesoramiento con instituciones políticos; reformas políticas; integración regional; afines como la Fundación Konrad Adeanuer de políticas económicas y sociales; estado de derecho Alemania, con la que viene trabajando desde hace así como medios de comunicación y democracia. tiempo en el desarrollo de actividades conjuntas Estas actividades se realizan con contrapartes de en el campo de la formación de nuevos dirigentes pensamiento político afín, entre ellos políticos y sociales. universidades, ONGs, centros de estudios, partidos políticos y medios de comunicación. [email protected] [email protected] 5
  • 6. Política y marketing político Carlos Germano E xiste actualmente una tendencia generalizada a sobrevalorar la eficacia de las técnicas de marketing y comunicación aplicadas a la Carlos Germano Abogado, Universidad de política. La política -se dice- es hoy fundamentalmente comuni- Buenos Aires. Titular de la consultora Carlos cación. Las técnicas para posicionar a un candidato no difieren Germano y Asociados. esencialmente de las que se utilizan para posicionar un producto; en Especialista en opinión pública y ambos casos se trata de detectar las necesidades -reales o imagina- en políticas comunicacionales. rias- de un segmento particular de la población, y de proponerle un Co-autor del libro "Trastienda producto que satisfaga sus expectativas. La consecuencia de esa de una elección" (Konrad sobrevaloración es que los encuestadores y los asesores de imagen Adenauer, 2000). Ha dictado seminarios en Chile, aparecen como los nuevos gurúes de la política, como aquellos que Perú, México, Colombia, tendrían en sus manos las claves para el éxito o la derrota electoral. Ecuador, Bolivia Participó en distintas campañas ¿De dónde proviene esta sobrevaloración, y qué grado de verdad electorales en el país y en encierra? Una primera constatación es la profesionalización cre- Latinoamérica. ciente de las campañas políticas en América Latina, en todos sus Asesoramiento a gobiernos provinciales y municipales y a aspectos. Cada vez más, los aspectos técnicos de las campañas funcionarios nacionales. (incluyendo el diseño de acciones publicitarias y de comunicación, Organizador de seminarios de la medición de la opinión pública, la relación con la prensa) son reforma política, marketing y encomendados a especialistas. comunicación política. Coordinador general del Esa profesionalización se vincula con una novedad decisiva en las “Encuentro para el consenso” organizado por la Fundación sociedades contemporáneas: el lugar central que ocupan los medios Konrad Adenauer y Conciencia. masivos de comunicación como escenario privilegiado de la políti- [email protected] ca. En sociedades como las nuestras, cada vez más complejas y diferenciadas, los medios de comunicación, y en particular la tele- visión, se convierten en el instrumento más apropiado para hacer llegar un mensaje a una población muy amplia. A diferencia de lo que ocurría antes, cuando los dirigentes políti- cos tenían un contacto directo con sus votantes, y conocían "de primera mano" cuáles eran sus necesidades y demandas, hoy esta cercanía es virtualmente imposible, y esto lleva a que se desarrollen diversos mecanismos de mediación. Los medios de comunicación son para los dirigentes políticos la mediación más adecuada para llegar a un público muy extenso. Los sondeos de opinión, e inclu- so cierta utilización de los medios de comunicación por parte de la población (como cuando se producen manifestaciones destinadas a ser captadas por la cámara, para ganar visibilidad en el espacio público) son mediaciones que permiten transmitir las necesidades 7
  • 7. Carlos Germano y preocupaciones de la ciudadanía a los dirigentes. La política, entonces, tiene lugar cada vez más en el escenario mediático. Esta novedad (irreversible, por otra parte) tiene innumerables conse- cuencias para el funcionamiento de la democracia: la persona- lización de la política en los candidatos antes que en los partidos, la posibilidad de aparición de outsiders con una fuerte presencia mediática, el predominio de la imagen ante que la argumentación en la contienda electoral, etcétera. Para el tema que aquí nos ocupa, lo fundamental es que con la mediatización de la política los dirigentes se ven forzados a com- petir en una arena que no es la suya. En efecto, el espacio de los medios de comunicación tiene reglas propias, diferentes a las de los lugares clásicos de la actividad política, como lo son las estructuras partidarias, el Parlamento, la administración pública. Cuando los políticos recurren a asesores en materia de comunicación, publici- dad, estudios de opinión, no hacen más que recurrir a personas con competencias específicas en esas materias; personas que, a diferen- cia de lo que ocurre con ellos mismos, están familiarizadas con las reglas del medio y tienen un conocimiento técnico adecuado para producir un mensaje eficaz. “Nunca pueden Esta descripción permite colocar las cosas en su justo término: lo sustituir el liderazgo que el marketing político proporciona son herramientas, que resul- político ni construirlo tan particularmente adecuadas al contexto en el que hoy se desen- desde la nada” vuelve la política. Pero en la utilización de esas herramientas, en la definición de los objetivos y orientaciones a las cuales se subor- dinan, hay un lugar indelegable e insustituible que corresponde al liderazgo político. Si existe tal liderazgo, las técnicas del marke- ting y la comunicación pueden servir para potenciar un proyecto determinado. Pero nunca pueden sustituir al liderazgo político, ni construirlo desde la nada. Para decirlo en pocas palabras: lo que el marketing político ofrece son técnicas para resolver el cómo de la política en su aspecto de comunicación, que hoy, con la centralidad de los medios masivos, cobra gran importancia. Pero la definición de lo fundamental, esto es, del qué de la política, es una responsabilidad intransferible e insustituible de quienes hacen la política, es decir, de los políticos. Como señalamos al comienzo, se percibe actualmente una ten- dencia a sobrevalorar las herramientas del marketing político, adjudicándoles un rol que excede ampliamente sus virtudes. Paradójicamente, esta sobrevaloración no proviene tanto de los profesionales que trabajan en este ámbito -que, por así decirlo, son más conscientes de las limitaciones de las técnicas que manejan-, sino de los demás actores de la política, como los periodistas o los propios dirigentes. Es necesario llamar la atención sobre este hecho, ya que la sobrevaloración de las técnicas del marketing político puede conducir a cierto vaciamiento de la actividad políti- 8
  • 8. Capítulo I ca propiamente dicha. De hecho, parece existir una relación direc- ta entre la pérdida de protagonismo y liderazgo de la clase políti- ca, y la medida en que confía exclusivamente en el marketing y la comunicación como medio para recrear su legitimidad social. Como si en el momento en que se torna impotente para construir un proyecto inclusivo, capaz de movilizar a la sociedad, optara por el recurso al marketing político para colmar ese vacío. Una técnica que en los últimos tiempos ha tenido una difusión “El rol del dirigente inédita es la de las encuestas de opinión. En sociedades complejas, político va más allá las encuestas son instrumentos eficaces para conocer las preferen- de repetir aquello cias, necesidades y prioridades del electorado. Sin embargo, no es que la gente opina” posible definir la política sobre la base de las encuestas. El rol del dirigente político va más allá de repetir aquello que la gente opina. Lo propio de la política es trabajar para construir el futuro colec- tivo de una sociedad a partir de un proyecto, de una idea. Es por eso que el político, sobre todo el gobernante, muchas veces tiene que colocarse un paso adelante de su sociedad, para propo- ner temas o perspectivas que quizás en ese momento no cuentan con un consenso mayoritario. La apuesta del dirigente no es tan sólo acertar con lo que la sociedad ya piensa, sino también pro- poner alternativas y soluciones, confiando en que el valor de su propuesta podrá volcar la opinión en su favor. Estas afirmaciones pueden ser ilustradas con algunos ejemplos de la política reciente de la Argentina. Un claro ejemplo es lo que ocurrió en la Argentina con la política de privatizaciones encarada por Carlos Menem. La Argentina de ese momento tenía una larga tradición de control estatal sobre los servicios públicos y las principales actividades económicas. La presencia del Estado en todas las áreas de la economía había sido impulsada por el justicialismo bajo la conducción de Juan Domingo Perón, y era un tema central en la propuesta de los dos partidos mayoritarios, el PJ y la Unión Cívica Radical. Es decir que el "estatismo" estaba fuertemente instalado en la opinión de la ciu- dadanía. Si se hubiera hecho una encuesta en ese momento, es muy probable que la opinión mayoritaria hubiera sido el rechazo a las privatizaciones. Sin embargo, el pre-sidente Menem llevó adelante las privatizaciones, la calidad de los servicios públicos mejoró, esa política ganó consenso en la ciudadanía y, finalmente, por esta y otras iniciativas, Menem fue reelecto en el año 1995 con el 50% de los votos. Lo que ocurre es que la actividad política no es reductible a un modelo de mercado, en el cual habría, por un lado, ciudadanos -consumidores con determinada demanda; y por el otro, diri- gentes- productos con características adecuadas para satisfacer esa demanda. Por el contrario, en política es la propia oferta del diri- 9
  • 9. Carlos Germano gente la que en alguna medida constituye la demanda. Frente a una coyuntura determinada, los dirigentes proponen a la sociedad una agenda de temas prioritarios, determinados principios de división de la escena política, y los ciudadanos eligen entre alternativas construidas por las propuestas en competencia. Si es posible hablar de un mercado de la política, en él los términos de la demanda no preexisten a la oferta. La dependencia de las encuestas -una de las formas que asume la sobrevaloración de las herramientas del marketing político- con- duce a la homogeneización de las propuestas, y por lo tanto a un achicamiento del espacio de la política. Muchas veces, la recurren- cia a las encuestas para definir posiciones sobre temas clave es el correlato de una clase política en retroceso, con autonomía decre- ciente, y que resigna sus responsabilidades de liderazgo. Para decir- lo en los términos que proponíamos antes: se cifran todas las espe- ranzas en el cómo de la política (la comunicación, la publicidad, etcétera) porque no se tiene el claro el qué, la propuesta de fondo. La campaña electoral de Eduardo Duhalde en 1999 ofrece un claro ejemplo de esto. Después de un extenso enfrentamiento con el presidente Menem por la reelección y la candidatura del PJ, Duhalde encaró el último tramo de la campaña electoral sabiendo que estaba diez puntos por detrás de Fernando de la Rúa, y sin lograr descontar esta ventaja. Sin acertar a definir una línea política clara, porque intentó disputarle a la oposición sus temas sin conseguirlo, terminó delegando la conducción de su campaña en Duda Mendoça, un publicista brasileño que venía de una experiencia exitosa en la provincia de Córdoba. Más allá de la compe- tencia técnica de Mendoça, que no juzgamos aquí, lo cierto es que la campaña de Duhalde navegó sin rumbo, y nunca llegó a consolidarse. “El déficit de la ¿Se trató de un problema de comunicación política? ¿Hubiera campaña de Duhalde ocurrido otra cosa con otro equipo de comunicación? Creemos era un déficit de que no, porque el déficit de la campaña de Duhalde era un déficit política” de política: el candidato justicialista no acertó a definir nunca el qué de su propuesta, el elemento de diferenciación que quería pro- poner a la sociedad argentina. Esta definición quedó entonces en manos de los equipos de comunicación. El resultado fue un hueco llamado a la "Concertación social", apelación que resonó en el vacío, y que no se refería a ningún tema que fuera reconocible por la sociedad argentina. ¿Qué ocurrió con la campaña de Fernando de la Rúa? Si la expe- riencia de Eduardo Duhalde es señalada habitualmente como un ejemplo desafortunado de comunicación política, la de Fernando de la Rúa apareció en su momento como el paradigma de una comunicación exitosa, y como el ejemplo de lo que es capaz de lograr un equipo de comunicación eficaz. Esto es así al punto de 10
  • 10. Capítulo Î que alguno de los artífices de esa campaña (el hijo del presidente, Antonio de la Rúa, el publicista Ramiro Agulla, el asesor norte- americano Dick Morris) se convirtieron por algunos meses en vir- tuales celebridades del ámbito político. Incluso, alguno de los co- merciales de la campaña ("dicen que soy aburrido") fue señalado como punto de inflexión en la contienda electoral, y como decisi- vo en la definición del resultado. Es indudable que la campaña que desarrolló Fernando de la Rúa fue impecable desde el punto de vista de la comunicación. ¿Pero fue esto un mérito de los equipos técnicos, o fue más bien la con- secuencia de la claridad con que De la Rúa definió los ejes de su propuesta, dando un contenido preciso a demandas y expectativas que a nivel de la opinión pública aparecían como difusas y requeri- doras de articulación? El candidato de la Alianza planteó con convicción los puntos cen- trales de su campaña: continuidad en materia económica, incluyen- do convertibilidad y defensa de la estabilidad; transparencia en la gestión de gobierno, y que el ajuste debería hacerlo la política. Sobre la base de estos ejes, es decir, teniendo en claro el qué de la política, fue que sus asesores pudieron instrumentar el cómo con pericia téc- nica y con un resultado exitoso. Pero el éxito no es atribuible al equipo de comunicación, sino a una línea política clara. Dos hechos se pueden mencionar para abonar esta interpretación. En primer lugar, el mismo equipo de comunicación que colaboró con el triunfo a nivel nacional, fue responsable de la campaña elec- toral en provincia de Buenos Aires. Incluso los comerciales para uno y otro ámbito tuvieron el mismo estilo. Sin embargo, la Alianza fue derrotada en la provincia de Buenos Aires por el candidato jus- ticialista. Este hizo una campaña apenas decorosa desde el punto de vista de las piezas publicitarias, pero sin embargo logró instalar con fuerza el tema de la seguridad, a la cabeza de las preocupaciones de los votantes de ese distrito, y llevó adelante un política inteligente de alianzas, lo que finalmente le aseguró el triunfo. El segundo elemento para abonar el argumento sobre la primacía de la política es que, luego de asumido el gobierno, se convirtió en un lugar común señalar los puntos deficitarios de comunicación que padecía el gobierno de De la Rúa. La comunicación del go- bierno, sin embargo, fue conducida durante largos meses por el mismo equipo al que se había atribuido el éxito electoral. Lo que ocurrió fue que, en un contexto de prolongada recesión económica, el gobierno debió moverse entre dos imperativos con- tradictorios: por un lado, equilibrar las cuentas fiscales para garan- tizar el acceso al financiamiento externo; por el otro, procurar la reactivación de la economía, atendiendo entretanto a las demandas 11
  • 11. Carlos Germano sociales en aumento. Atenazado en ese estrecho margen de acción, e incapaz de procesar sus contradicciones internas, el gobierno no acertó a definir con claridad una línea política que respondiera a las expectativas abiertas durante el proceso electoral. Se trató, indudablemente, de un problema de política y de lideraz- go, no de comunicación. Dadas las vacilaciones y dudas que provinieron de la conducción política, el mismo equipo de comu- nicación que durante la campaña electoral había sido el nuevo gurú de la política argentina, terminó siendo devorado por la dinámica de la crisis, y abandonó silenciosamente el manejo de la imagen presidencial. Lo cual nos conduce a un segundo punto, cuya importancia es decisiva. Las herramientas de investigación en opinión pública (sondeos de opinión, entrevistas en profundidad, focus groups, etcétera) brindan la posibilidad de sintonizar muy finamente las demandas del electorado. Lo cual hace posible, a su vez, una uti- lización cínica de ese conocimiento, en el sentido de buscar el triunfo electoral prometiendo todo aquello que la ciudadanía anhela escuchar. Esta posibilidad, limitada en el período electoral sólo por la respon- sabilidad de la dirigencia y la madurez del electorado, revela sus ver- daderos costos en el momento de la gestión. En efecto, las promesas desmesuradas de la campaña conducen a una inflación de las expec- tativas del electorado, mientras que la gestión de gobierno exige adaptarse a las limitaciones y restricciones que impone la realidad. La brecha entre las expectativas alimentadas durante la campaña, y lo que luego resulta posible en la gestión, pueden derivar a su turno en un acelerado desgaste y pérdida de legitimidad del gobier- no, con consecuencias potencialmente lesivas para la estabilidad del sistema político en su conjunto. Ocurre que la dirigencia política debe moverse entre dos exigencias que no son idénticas, y que pueden resultar contradictorias: de un lado, la función de representar los intereses y demandas de su base electoral; del otro, la función de liderazgo tendiente a la realización de dichos intereses y demandas. En los hechos, un liderazgo eficaz tendiente al logro de determina- dos objetivos queridos por la población (por ejemplo, el cre- cimiento económico) puede implicar la postergación en la coyun- tura de ciertas demandas específicas. Uno de los desafíos para la dirigencia política de las democracias contemporáneas es, precisa- mente, tener la capacidad para presentar con claridad a la ciu- dadanía cuáles son las restricciones del presente, y cuáles las vías de acción -incluso impopulares- con probabilidades ciertas de éxito. La brecha entre expectativas y gestión de gobierno podría ser uno 12
  • 12. de los factores que explican la baja ponderación frente a la opinión pública de la mayoría de los presidentes de América Latina. En efecto, según el informe del Barómetro Iberoamericano, publicado por CIMA en mayo de 2002, los presidentes de 7 de los 13 países relevados muestran bajos índices de aprobación (menores al 30%) (ver cuadro adjunto) Como señala el informe, bajos niveles de aprobación frente a la opinión pública afectan la gobernabilidad de la administración nacional, obstaculizan la gestión, y limitan la capacidad del gobier- no para dotar de continuidad a sus políticas, y esto incide en la Cuadro 1: Índices de aprobación definición del sucesor presidencial. Respecto a las causas de esta baja performance, el informe señala que está asociada a una también pobre evaluación del desempeño de los gobiernos en la solución de los que aparecen para la opinión pública como los principales problemas de estos países, y de la región en general: el desempleo y la corrupción. No casualmente, ambos temas constituyen habitualmente tópicos centrales de los discursos de campaña, a la vez que problemas de ardua solución en el momento de la gestión efectiva de la cosa pública. De modo que un elemental principio de responsabilidad exige manejar con prudencia las he- rramientas del marketing político, dado que el éxito fácil que parecen asegurar en el momento de la elección, puede volverse rápidamente contra sus beneficiarios si estos no están en condi- ciones de responder con hechos a las expectativas despertadas durante la campaña. Otro ejemplo de las consecuencias de la brecha entre expectativas y gestión es lo ocurrido en la Argentina con el gobierno de la Alianza U.C.R.-Frepaso. Más allá de las dificultades internas para consolidar una coalición de gobierno, su declinación se vio preci- pitada por el hecho de que, en un contexto de recesión y déficit fis- cal inmanejable que ya eran perceptibles en el último año de la gestión menemista, se vio incapaz de cumplir las promesas de empleo, salud y educación que fueron los ejes de su campaña. Una evaluación más realista de la situación, y una advertencia previa de las dificultades que enfrentaría el próximo gobierno, le hubieran proporcionado, quizás, mayor margen de maniobra frente a su base electoral, y hubieran contenido lo que finalmente resultó un acelerado deterioro de su imagen frente a la ciudadanía. En este sentido, la renuncia de De la Rúa fue precedida y anticipa- da por el revés electoral en los comicios legislativos de octubre de 2001. En esas elecciones, caracterizadas por un clima generalizado de pérdida de credibilidad y rechazo hacia la dirigencia política, que encontró su canal de expresión en el voto en blanco y nulo, la Alianza U.C.R.-Frepaso resignó, respecto de los comicios presi- denciales de 1999, la cantidad insólita de 5.800.000 votos. Aunque el voto en blanco y nulo castigó a toda la dirigencia -como lo mues- 13
  • 13. Carlos Germano tran su magnitud absoluta, cercana a 3.900.000 sufragios, y el hecho de que también el PJ vió caer su base electoral en algo más de 1.500.000 votos-, es indudable que la licuación del capital político de la Alianza fue una consecuencia de la frustración de las expecta- tivas inmanejables que alentó durante la campaña electoral. Con un problema adicional: dado que la suma de voluntades que condujo a De la Rúa al gobierno no resultaba de una verdadera articulación política de fuerzas partidarias y sociales en torno a un programa concreto de gobierno, sino de una confluencia difusa en torno a ciertos enunciados generales, a medida que la gestión fue exhibiendo sus límites la coalición gobernante se vió expuesta a, y debilitada por, un proceso centrífugo de alejamiento de dirigentes y sectores sociales. Las expresiones electorales de esos desprendimientos de la Alianza original fueron el ARI y el Polo Social de Luis Farinello. Aunque sus performances electorales fueron decorosas, estuvieron muy lejos de lograr lo que constituía su objetivo de máxima: capitalizar el rechazo de la ciudadanía hacia la clase política tradicional y los costos sociales de la política económica. Esto, porque pareció pesar en la memoria colectiva la experiencia del Frepaso, cuyos diri- gentes, exitosos a la hora de expresar las demandas de la gente, no estuvieron a la altura de las circunstancias cuando debieron afrontar responsabilidades de gestión. Lo cual nos conduce a otro punto de la mayor importancia. Si efec- tivamente el voto en blanco e impugnado afectó principalmente a la Alianza U.C.R.-Frepaso, sin que el descontento fuera capitalizado por los desprendimientos de esa coalición, ¿quiénes se mantuvieron más o menos a salvo de la ola de votos negativos? Fundamental- mente, los mandatarios provinciales con gobiernos "exitosos", esto es, con provincias más o menos bien administradas, y en su mayoría justicialistas, que contribuyeron a los triunfos de sus candidatos en los comicios para senador nacional. En consecuencia, el mensaje de las urnas en octubre de 2001 no fue el de un rechazo total a la clase política en su conjunto, si no que, junto al rechazo de ciertas acti- tudes de la clase política, y a la reacción "visceral" por la crisis económica, lo que apareció fue una demanda de mayor eficacia y calidad en el desempeño de la acción de gobierno, esto es, una demanda de gestión, que castigó el fracaso de la Alianza y premió la performance de los buenos administradores. Para el tema que aquí nos ocupa, la conclusión que surge de estas observaciones es que, antes de rendirse a la promesa de un éxito fácil que el marketing político parecería garantizar, la dirigencia política debería evaluar con realismo qué está en capacidad de hacer, y qué medidas resultarán viables una vez que acceda al go- bierno. Y esto, no exclusivamente por un imperativo ético de 14
  • 14. Capítulo I responsabilidad hacia el electorado, sino por la consideración estratégica de que aquello que en un primer momento aparece como pura ganancia, se puede trocar rápidamente en un factor de inestabilidad, pérdida de legitimidad, y fragilidad política, en la medida en que no pueda ser respaldado con soluciones de gestión. La otra conclusión, no menos central, es que para una fuerza “No hay mejor política con responsabilidades de gestión no hay mejor marketing marketing que la que la acción de gobierno. Uno de los malentendidos centrales que gestión de gobierno” pesan sobre el marketing político ve en él una herramienta capaz de enmascarar cualquier realidad, por negativa que esta sea, para la imagen o los objetivos de una fuerza política o un dirigente. Es así que, por ejemplo, frente a flagrantes hechos de corrupción, o frente a administraciones desastrosas por lo deficitarias e ineficaces, suele aducirse que "tienen un problema de comunicación". Frente a tales malentendidos, es necesario enfatizar que el marketing político es una herramienta que facilita y prefecciona la comunicación políti- ca y de gobierno, pero que se alimenta de realidades. Si es cierto que "no es suficiente que la mujer del César sea honesta, sino que debe parecerlo", también es cierto que no hay nada más eficaz para parecer honesto que serlo. De la misma manera, el marketing político no puede ignorar u ocultar la realidad en su materialidad obstinada e inevitable. Cuando intenta hacerlo, los mensajes de la dirigencia se tornan irreconocibles e irrelevantes para el ciudadano común, y se pro- fundiza la percepción de una clase política autista y encerrada sobre sí misma y el abismo existente entre representantes y repre- sentados. Un ejemplo dramático en este sentido lo constituye el último dis- curso presidencial de Fernando de la Rúa. Como es sabido, dicho discurso, transmitido en cadena nacional para anunciar el estado de sitio en la noche del 19 de diciembre de 2001, provocó una reacción espontánea de la ciudadanía porteña, que se volcó a las calles, que a la postre terminaría con el gobierno. Ese discurso puede ser leído como ejemplo extremo de los errores a los que conduce la sobrevaloración del marketing político. En primer lugar, por la elección de una estrategia de negación discur- siva para enfrentar una realidad inocultable y dramática. En efecto, lo que resultó conmocionante para la opinión pública fue ver a un presidente obstinado en sostener y afirmar una apariencia de nor- malidad, frente a un país sacudido por los saqueos y la confiscación forzosa de los ahorros bancarios. En segundo lugar, porque, decre- tando el estado de sitio, De la Rúa pretendió realizar un gesto de autoridad para el cual carecía de las condiciones políticas nece- sarias. En este sentido, la actitud de De la Rúa es un caso extremo de promesa incumplida, en el cual un dirigente se compromete con 15
  • 15. Carlos Germano decisiones y cursos de acción para los cuales carece de los recursos y las condiciones de factibilidad requeridas. Ambas actitudes, en un contexto ciertamente excepcional, fueron las que desencadenaron la reacción indignada de la gente. Lo que nos interesa destacar aquí es que el discurso de De la Rúa ejempli- fica cómo la sobrevaloración del marketing político puede con- tribuir a la deslegitimación de la dirigencia. En el caso de la políti- ca normal, esa deslegitimación ocurre en un proceso lento pero persistente, cuyo resultado es en cosecuencia contradictorio con los objetivos perseguidos al echar mano de los recursos que el mar- keting político proporciona. Si las ideas que estamos proponiendo son correctas; si es cierto que se tiende a sobrevalorar las herramientas de la comunicación y el marketing cuando se recurre a ellas para compensar un déficit de liderazgo y construcción de políticas, entonces la sobrevaloración actual de esas técnicas en nuestras democracias es algo más que un mero error de apreciación de las dirigencias, y constituye más bien un síntoma de la situación de debilidad relativa de los sistemas políticos frente a otros actores de la escena nacional, y frente a ten- dencias globales que afectan por igual a todos los países. En lo que sigue vamos a referirnos al caso argentino, pero proba- blemente el mismo diagnóstico pueda aplicarse a otros países de la región. La situación actual de la Argentina se caracteriza por un debilita- 16
  • 16. Capítulo I miento terminal del vinculo de representación entre ciudadanía y clase política, producto de lo que se percibe como una ruptura absoluta entre los objetivos y actitudes de la dirigencia y las necesi- dades reales de la población. Una encuesta reciente de Gallup (sep- tiembre de 2002), de alcance nacional, pone en cifras concretas esa desconfianza: el 80% de los consultados considera que se trata de una actividad "poco o nada respetable". Otro estudio realizado por nuestra consultora en el conurbano bonaerense en abril de 2002 arrojó que siete de cada diez entrevistados consideraba que los principales responsables de la crisis argentina eran "los políticos". Esta pérdida de legitimidad de la clase política es en gran parte el 7 de cada 10 resultado diferido de las actitudes asumidas por dirigentes de todos entrevistados considera los niveles durante la década de los ´90, tanto en la defensa de pri- que los principales vilegios corporativos, cuanto en la reticencia a avanzar en la inves- responsables de la crisis tigación de presuntos hechos de corrupción. argentina eran “los políticos” La corrupción, esto es, la utilización del poder de disposición pública para el provecho personal, es condenable no sólo desde el punto de vista moral, o por constituir un delito, sino también desde el punto de vista de la eficiencia del sistema político, porque es la vía para inducir al sistema a decisiones contrarias al interés común. Son esas realidades las que alimentaron la desconfianza de los ciu- dadanos en la dirigencia, y las que, a partir del desenlace abrupto de la crisis económica en diciembre y enero últimos, han conduci- do a una deslegitimación terminal del sistema político e institu- cional en su totalidad. La crisis económica que hoy vive la Argentina, cuyos capítulos centrales han sido el congelamiento de los depósitos bancarios y la devaluación, con su correlato de inflación y caída del poder adqui- sitivo de los salarios, ha tenido dos consecuencias que no hacen sino profundizar la crisis de legitimidad. En primer lugar, el aumento de la pobreza y la exclusión social hasta niveles descono- cidos en la Argentina. En segundo lugar, un proceso generalizado de desinstitucionalización de la vida social, política y económica del país, por el cual cada sector se atrinchera en la defensa de su interés particular, procurando descargar sus costos sobre un sector público debilitado y fragmentado por la crisis de representación. Más allá de los factores particulares de la coyuntura argentina -cuya gravedad, por otra parte, es imposible ignorar-, existen tendencias estructurales que subyacen a la pérdida de legitmidad de la clase política. En este sentido, las nuevas realidades de la globalización imponen exigencias inéditas de eficiencia, flexibilidad y capacidad de adaptación, a las que los elencos políticos tradicionales no siem- pre están en condiciones de responder. La revolución de las comu- nicaciones establece una nueva visibilidad para la actuación del sis- tema político, a la vez que opera como un inductor de mayores exi- 17
  • 17. Carlos Germano gencias de calidad y eficiencia en el manejo de la cosa pública. Sobre este escenario, se verifica una pérdida de protagonismo de la clase política tradicional, que pierde la batalla por la construcción de la opinión pública en manos de los medios de comunicación, y ve estrecharse el margen de autonomía para la adopción de medi- das económicas por la capacidad de veto de los mercados financieros locales e internacionales. Al menos en la Argentina, hoy son los medios de comunicación y los organismos financieros internacionales quienes definen la agen- da pública. La clase política aparece incapaz de incidir sobre la imaginación o sobre el bolsillo de sus conciudadanos. Deslegitima- da frente a la sociedad, e impotente para proponer un futuro inclu- sivo, se ve reducida a planificar las condiciones de su propia desaparición. Esta situación es alentada por aquellos sectores que ven en el sistema político un mero obstáculo para implementación tecnocrática de recetas económicas. “Los partidos políticos El correlato de esta debilidad de la política frente a otros intereses figuran entre las sociales es la pérdida de credibilidad de sus espacios institucionales instituciones con menor frente a la opinión pública. En efecto, según el informe del nivel de credibilidad” Barómetro Iberoamericano mencionado más arriba, el Congreso y los partidos políticos figuran entre las instituciones con menor nivel de credibilidad, no sólo en la Argentina, sino en la totalidad de 13 países de América Latina relevados. Como dijimos, esta situación es consecuencia tanto de determinadas actitudes de la dirigencia política, cuanto de la pérdida de autonomía y capacidad de gobierno de esa dirigencia frente a otros intereses sociales. Contra el diagnóstico que ve en el achicamiento y la pérdida de legitimidad del sistema político una oportunidad para la eficiencia y la racionalidad administrativa, nosotros consideramos necesario que la política en su verdadero sentido, como herramienta para la transformación de la sociedad al servicio del bienestar general, recupere el protagonismo perdido. Ocurre que si la política no asume el protagonismo que le corresponde en la definición de un proyecto inclusivo de sociedad, son los intereses sectoriales los que marcan el rumbo de las decisiones del poder público. Pero recuperar el protagonismo perdido exige restablecer el víncu- lo con la ciudadanía, y esto sólo se logra poniendo la política al ser- vicio de la gente. Para esto es necesario avanzar en una reforma del sistema político, que perfeccione los mecanismos de participación y control ciudadanos, y tienda al aumento de la calidad y eficien- cia de la representación ejercida por los dirigentes. Además de la arquitectura institucional, es imprescindible una profunda autocrítica de nuestra clase dirigente, y actitudes concre- tas para reconstruir la representatividad del sistema político. En 18
  • 18. Capítulo I este sentido, la Argentina ha conocido este año diversas iniciativas de reforma política, impulsadas por el oficialismo y la oposición. Hasta el momento, no han superado la instancia enunciativa. La opinión pública contempla esos anuncios con el mismo escepti- cismo con que observa la política en general. Advierte que, como tantas veces, las palabras van por un lado y los hechos por otro. Se pregunta hasta qué punto existe en la clase política la intención ver- dadera de implementar esa reforma, siendo que fue esa misma diri- gencia la que prosperó al amparo de un estilo de hacer política ca- racterizado por el clientelismo, las prebendas autoadjudicadas y los privilegios injustificables. El desafío para la dirigencia es romper con el círculo interminable del escepticismo a partir de hechos con- cretos. Sólo de esta manera se podrá revertir la desconfianza de la sociedad hacia el sistema político, y contribuir al afianzamiento genuino de la democracia. Y es que sin una dirigencia consolidada, con legimidad social y capacidad para proponer alternativas, no hay verdadera democracia. Señalando una tendencia a sobrevalorar el marketing político, y dijimos también que de esa manera se anteponía el cómo, el aspecto técnico, instrumental, al qué de la política, al aspecto de contenido, que sólo puede ser dado por el liderazgo político. Lo señalado en esta última parte contribuye a ubicar esa tendencia -que creemos sumamente negativa- en la realidad actual de nuestros sistemas políticos. Es como si, en lugar de responder políticamente a la pérdida de protagonismo y legitimidad social, y al angostamien- to de sus márgenes de autonomía, la dirigencia política buscara compensar falta de liderazgo con comunicación. Subordinándose al marketing, la clase política se resigna a no tener nada para decir, porque hay otros protagonistas que hablan en lugar suyo; e intenta disimular ese vacío perfeccionando cada vez más la forma de comunicarlo. 19
  • 19. El comando de campaña Carlos Germano L a estrategia electoral es un hecho dinámico, que, a partir de un diagnóstico inicial, se va desarrollando en función de los eventos de la lucha electoral. Una buena estrategia electoral permite organizar y coordinar en una misma dirección lo que de otra manera serían esfuerzos aislados. Para que esto sea posible, es necesario que la campaña tenga una dirección centralizada. “Es necesario que la Esta es precisamente la función del comando de campaña: dirigir y campaña tenga una coordinar todas las acciones orientadas al objetivo de lograr el dirección centralizada” triunfo electoral. En esta función tiene un papel clave el jefe de campaña. El jefe de campaña es la persona responsable de dirigir y coordinar los aspectos estratégicos, económicos, organizacionales y de comunicación de la campaña. Dada la relevancia de esta función, es aconsejable que el jefe de campaña no sea el propio candidato; y, en la medida de lo posible, que sea un dirigente que pueda decirle “no” al candidato y que esté en condiciones de dotar de un marco profesional los aspectos téc- nicos de la campaña. El sentido de la primera recomendación es relevar al candidato del desgaste de gestionar los aspectos organizacionales y económicos, para que pueda concentrarse en el trabajo de campaña propiamente dicho (exposición pública, actos, aparición en medios de comuni- cación, etcétera). La segunda recomendación tiene el sentido de aportar una mira- da desapasionada a la gestión estratégica de la campaña. Las venta- jas de designar a un dirigente que no responda al entorno del can- didato, son, en primer lugar, que suele estar relativamente equidis- tante de las disputas internas que se tejen en el entorno de los can- didatos, lo cual facilita las tareas de coordinación y comunicación en el equipo de campaña. En segundo lugar, que está en condi- ciones de aportar una visión distanciada del compromiso personal y afectivo con el candidato. En tercer lugar, que está, o debería estar, en condiciones de confrontar con las opiniones del propio candidato, en la medida en que lo crea conveniente para la estrate- gia electoral, cosa que no suele ocurrir con el entorno que suele depender política y económicamente del candidato. Una de las funciones claves del comité de campaña es centralizar 20
  • 20. “Centralizar las Capítulo I las finanzas de la campaña. En este punto, el objetivo es definir una sola "ventanilla" tanto para los ingresos como para los gastos, finanzas de la cuya responsabilidad debe estar en manos de una sola persona (o campaña” bien el jefe de campaña, o bien una persona de la máxima confian- za tanto del candidato como del jefe de campaña). El sentido de esta recomendación es evitar la superposición de competencias o de gastos, maximizando el rendimiento de los recursos disponibles. En los últimos años se ha venido verificando en la Argentina una creciente demanda de la sociedad civil y de organismos no guber- namentales (ONG’s) por conocer el origen y destino de los fondos utilizados en la actividad política. Dicha demanda sintoniza con un clima social de susceptibilidad y desconfianza hacia "el gasto de la política". Dado que este reclamo está fuertemente instalado en el electorado, es imposible ignorarlo. Por el contrario, dicho reclamo puede ser explotado a favor de nuestro candidato, para generar un hecho político a partir de la transparencia en el manejo de los fon- dos de campaña. Para lo cual puede ser muy productivo establecer vínculos, por ejemplo mediante la entrega de informes periódicos, con las ONG’s dedicadas a fiscalizar los gastos de las políticas. Desarrollo de la estrategia electoral Como dijimos, el paso inicial en el planteo de la estrategia electoral es la definición del escenario electoral. Esta definición supone un diagnóstico de la coyuntura política, y del posicionamiento de nuestro candidato en esa coyuntura, a partir del análisis de todos los factores relevantes que pueden incidir en el resultado de la elección. Definir el escenario electoral supone desarrollar una respuesta pre- “¿Qué está pasando cisa a la pregunta: "¿qué esta pasando con el electorado?". En tér- con el electorado? minos más específicos, implica considerar los siguientes puntos: Qué es lo que está en juego en la elección desde la perspectiva de la ciudadanía (elección de cargos ejecutivos o legislativos; plebiscito de la acción de gobierno; adhesión o rechazo a alguna cuestión puntual; elección local o nacional). Cuáles son los temas capaces de movilizar la opinión pública. Cuáles son los problemas y demandas del electora- do que definen el comportamiento electoral (por ejemplo, desempleo, inseguridad, corrupción). 21
  • 21. Carlos Germano Cuáles son los dirigentes de otros niveles que aparecen bien posicionados frente al electorado. Cuáles son los dirigentes de otros niveles con ele- vados índices de rechazo entre el electorado. Cuáles son las fortalezas y debilidades de nuestro candidato. Cuáles son las fortalezas y debilidades de los can- didatos con los que compite. La estrategia electoral buscará explotar los elementos del contexto favorables al candidato, y neutralizar los elementos negativos. Por ejemplo, según como sea la evaluación de las gestiones nacional o provincial, un candidato a intendente buscará nacionalizar o provincializar la elección, o, por el contrario, circunscribirla a problemas locales. De la misma manera, buscará el apoyo o la desvinculación de los referentes partidarios nacionales o provin- ciales, en función de la ponderación de los mismos frente a la opinión pública del distrito. Respecto a los temas, necesidades y demandas del electorado, por una parte es necesario mantener una propuesta diferenciada para competir electoralmente; pero dicha propuesta debe sintonizar en alguna medida con las expectativas de los electores. De lo con- trario, el mensaje de nuestro candidato carecerá de interés para los votantes, en la medida en que no puedan reconocerse en él. Por último, las fortalezas de nuestro candidato se vinculan tanto a su imagen pública (capacidades y temas con los cuales se lo identi- fica), cuanto a los sectores demográficos y socioeconómicos que constituyen su principal base electoral (hombres o mujeres; jóvenes, adultos o mayores; sectores bajos, medios o medio-altos). Es un lugar común señalar que para ganar una elección no es nece- sario el apoyo de la totalidad, sino sólo de la mayoría del electora- do (o incluso, en un escenario de cierta fragmentación, de menos que la mayoría). Una definición básica de estrategia electoral con- siste en determinar cuál es el público al que va estar dirigido el mensaje de nuestro candidato: si es aquel que constituye su base electoral más firme, o, por el contrario, de lo que se trata es de ampliar las adhesiones, incorporando otros segmentos. A la vez, esto incide en la definición de los temas de la campaña: a veces la mera incorporación de una cuestión aparentemente marginal es suficiente para volcar a favor del candidato un segmento muy 22
  • 22. Capítulo I específico del electorado, que puede definir la elección. En términos más generales, la estrategia electoral consiste en definir cómo se posicionará nuestro candidato frente al electorado; cuáles serán los ejes de su mensaje; y cuáles, sus destinatarios pri- vilegiados, en función de los elementos contextuales definidos en el escenario inicial. Para la definición de ese escenario, es útil recurrir a las técnicas de investigación preelectoral y de opinión pública. Particularmente relevantes para la definición del escenario son las técnicas cualitati- vas, tales como focus groups o entrevistas en profundidad. A dife- rencia de las técnicas cuantitativas (encuesta), que proporcionan una estimación sobre el comportamiento general del electorado, las técnicas cualitativas permiten sintonizar muy finamente los imagi- narios y expectativas de los distintos segmentos sociales y percibir cómo se organiza el discurso cotidiano sobre los temas en juego en la elección, los distintos candidatos, etcétera. No obstante, la relevancia que puedan tener las investigaciones preelectorales, es necesario tener en cuenta que ellas no son sufi- cientes por sí mismas para definir la estrategia electoral. Al con- trario: tales investigaciones son productivas sólo si la información que aportan se subordina a una estrategia política. Es sólo desde la conducción política de la campaña que los datos entregados por las investigaciones pueden ser articulados en una línea de acción capaz de proporcionar el triunfo electoral. Si las investigaciones cualitativas son particularmente productivas para definir el escenario electoral, las encuestas son muy útiles para monitorear el desarrollo de la campaña. Respecto de las encuestas, es necesario tener en cuenta que éstas arrojan mucha más informa- ción que el posicionamiento de cada candidato. En efecto, bien realizadas, y bien leídas, las encuestas permiten detectar las pre- ocupaciones de cada segmento; identificar debilidades de los adver- sarios; medir el impacto de las acciones políticas y de comuni- cación propias, etcétera. Nuevamente, esta información no es sufi- ciente para definir la estrategia electoral, sino que constituye un insumo para la articulación de la estrategia política. Las técnicas de investigación electoral y opinión pública son un capítulo de una dimensión decisiva de la estrategia electoral: la búsqueda, sistematización y utilización de la información. Esta tarea requiere la conformación de un grupo de trabajo específico, que reporte al comité de campaña. Es necesario tener en cuenta que en las sociedades contem- 23
  • 23. Carlos Germano poráneas, la información es un insumo fundamental de la acción política, a la vez que tiene la capacidad de producir ella misma hechos políticos. La búsqueda de información como insumo para la estrategia elec- toral incluye procurar un conocimiento exhaustivo de los adver- sarios políticos: trayectoria previa, actividad profesional, vínculos políticos y empresariales, vida familiar, etcétera. El objetivo de este trabajo es contar con un recurso estratégico que pueda ser puesto en juego en función de las alternativas de la lucha electoral. En segundo lugar, es necesario conformar un equipo de trabajo encargado del seguimiento y monitoreo de los medios de comuni- cación, tanto gráficos como radiales y televisivos. Con la mediati- zación, gran parte de la lucha política se dirime en la arena de los medios masivos. Esta dinámica de la comunicación mediática es incesante, en la medida en que se renueva día a día sobre una suce- sión de acontecimientos considerados políticamente relevantes. Por lo tanto, es necesario realizar un seguimiento permanente de lo que allí ocurre, de manera de tomar conocimiento de las acciones de comunicación desplegadas por nuestros adversarios, a las cuales se deberá contestar (o eventualmente ignorar, pero con conocimiento de causa). También, es necesario prever un conjun- to de voceros de la campaña (además del candidato, que es, por así decirlo, su vocero "natural"), los cuales deben mantenerse infor- mados de las alternativas de la comunicación mediática, de manera de asegurar una capacidad de la respuesta inmediata a las iniciati- vas de los adversarios. También es necesario tener en cuenta que cada medio desarrolla una línea editorial propia, que incluye posicionamientos claros en determinados temas, simpatías más o menos explícitas por algún candidato, etcétera. Esta información es de la mayor relevancia para los casos en que nuestro candidato se exponga públicamente en esos medios. Por último, es necesario considerar que los medios de comuni- cación están sometidos a una dinámica de permanente búsqueda de información, lo que los hace relativamente permeables a las acciones de comunicación de los actores externos. Teniendo esto en cuenta, es factible y necesario generar hechos destinados a ser reproducidos por los medios de comunicación (por ejemplo, orga- nización de seminarios sobre algún tema de gestión pública; con- tactos con asociaciones civiles y O.N.G´s), que permiten lograr la exposición pública de nuestro candidato no ligada a las actividades "tradicionales" -y cada vez más devaluadas- de campaña. 24
  • 24. Relación con los medios de comunicación Capítulo I Al igual que los demás aspectos de la campaña, la estrategia de “la estrategia comunicación debe ser centralizada, coherente y unitaria, y subor- debe ser dinada a la conducción estratégica del comité de campaña. Cada centralizada una de sus acciones debe estar encaminada a reforzar los ejes del coherente mensaje de nuestro candidato, a la vez que adaptada a las circuns- y unitaria” tancias del desarrollo de la competencia electoral. Un trabajo adecuado con los medios de comunicación exige sope- sar las ventajas y desventajas de los diferentes soportes. Actualmente, existe una tendencia generalizada a privilegiar la TV sobre los restantes medios. Esto, principalmente por una cuestión de alcance. La televisión permite alcanzar simultáneamente mi- llones de hogares, a la vez que llega a un público que no consume otro tipo de medios, en especial la prensa escrita. Aunque estas ventajas son indiscutibles, en la relación con la tele- visión es necesario tomar en cuenta otros aspectos. En primer lugar, el costo de la publicidad televisiva, tan elevado que puede llegar a consumir el grueso de los recursos de campaña. En segun- do lugar, la propia dinámica de la televisión tiende a "devorar" los mensajes que se intentan transmitir (o bien por el zapping, o bien por el carácter vertiginoso del desplazamiento de un tema por otro). En tercer lugar, la televisión es el ámbito del predominio de la imagen, lo que implica un soporte significante difícil de contro- lar por el candidato. En efecto, es posible que un discurso sólido y bien articulado sea eclipsado en la pantalla por la percepción inmediata e intuitiva del aspecto físico y la gestualidad del can- didato. Todos estos argumentos, pero en especial el de los costos, hacen aconsejable diversificar la estrategia de vinculación con los medios, y, en particular, prestar atención a las posibilidades de la radio y la gráfica. La radio presenta dos ventajas significativas: en primer lugar, es un medio altamente segmentado, en el cual cada emisora y programa se dirige a un público específico, de características más o menos definidas. En segundo lugar, es un medio que favorece un alto grado de identificación entre periodista y audiencia. En efecto, la radio suele ser un elemento que acompaña el trabajo cotidiano, a la vez que el conductor suele operar como una especie de mediador entre la noticia y sus oyentes (a partir de la lectura y comentario de los diarios). Adicionalmente, la radio es 25
  • 25. Carlos Germano un medio cuyos costos son comparativamente bajos. Todos estos factores hacen de la radio un medio atractivo para la comunicación de campaña: bajas inversiones publicitarias pueden significar altos réditos en términos de posicionamiento y exposición pública del candidato. Para explotar adecuadamente las posibilidades del medio, es necesario tener un mapa detallado de las emisoras locales, sus alcances, zonas y públicos de influencia, etcétera. Por último, la prensa gráfica. El principal interés de los diarios es que, en la medida en que son el lugar de despliegue de los análisis y las interpretaciones, constituyen el lugar de definición del esce- nario político mediático. Esta construcción tiene un impacto direc- to en las radios (vía lectura de titulares y noticias), y diferido en la TV (en la medida en que contribuye a definir los criterios de rele- vancia de las noticias). Más importante, los diarios son el lugar de expresión de la palabra articulada. Lo que implica que son el ámbito en el cual el candida- to puede, mediante columnas de opinión o entrevistas acordadas con el medio, expresar su punto de vista y fijar posición sobre los temas relevantes de la campaña. Al igual que con las radios, en el caso de los diarios es necesario evaluar el grado de penetración de los diarios locales y, sobre todo, no sucumbir a la fascinación de los grandes medios nacionales. En efecto, para una elección local, es mucho más relevante el diario de la localidad o de la región, en el cual la gente se informa de aque- llo que afecta su vida cotidiana, que los grandes diarios de la Capital Federal, en los cuales la información regional desaparece devorada por el escenario nacional. A la vez, al igual que con las radios, bajas inversiones publicitarias en periódicos locales pueden significar altos réditos en términos de posicionamiento y exposi- ción pública del candidato Por último, no hay que ignorar las posibilidades ofrecidas por las nuevas tecnologías de la comunicación y la infor- mación (NICs). Nos referimos al uso de Internet y del correo electrónico para difundir la propuesta del can- didato. Una página web con los antecedentes y las propuestas del candidato puede proporcionar buenos resultados con un tipo de electorado independiente, usuario de nuevas tecnologías, y caracterizado por la búsqueda autónoma de información para la toma de decisiones. El correo electrónico puede ser utilizado provechosamente para la 26
  • 26. comunicación con militantes y simpatizantes que expresamente Bibliografía Dos Santos, Mario (comp.) hayan manifestado su voluntad de recibir información por esa vía. ¿Qué queda de la representación Su utilización para llegar al público en general, en cambio, puede política?, CLACSO-Nueva generar un efecto adverso al deseado. Sociedad, Buenos Aires, 1992. Ferry, Jean-Marc, Wolton, Dominique La estrategia electoral es el conjunto de decisiones y acciones El nuevo espacio público. capaces de garantizar el éxito electoral. Los aspectos clave de dicha Gedisa, Barcelona, 1995. Maarek, Philippe estrategia son, en primer lugar, una correcta definición del esce- Marketing político y nario electoral; en segundo lugar, la centralización de la conducción comunicación, Claves para una de la campaña en un comité de campaña, y, dentro de éste, en el jefe buena información política, Paidós, Buenos Aires, 1995. de campaña; en tercer lugar, desarrollar la capacidad de producir Muraro, Heriberto hechos y acciones en función de la dinámica de la lucha electoral, Políticos, periodistas y coordinados entre sí y subordinados a la conducción estratégica ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, Argentina, 1997. del comité de campaña; en cuarto lugar, generar las capacidades Price, Vincent necesarias para un permanente monitoreo de la comunicación Esfera pública y comunicación, mediática, y de las acciones y decisiones de nuestros adversarios; en Opinión pública. Paidós, Barcelona, 1994. quinto lugar, desarrollar una política de comunicación coherente, Priess, Frank, articulada con las demás acciones de campaña, y capaz de explotar y Thesing, Josef (ed.) a nuestro favor las posibilidades específicas de cada medio. Globalización, democracia y medios de comunicación, Ciedla, Konrad Adenauer Stiftung A.C., Estos son los aspectos decisivos de la estrategia electoral. Hemos Buenos Aires, 1999. dejado relativamente de lado otro aspecto, que es sin embargo fun- Priess, Frank, y Tuesta Soldevilla, Fernando (ed.) damental, y la condición para todo lo demás: la vocación de poder, Campañas electorales y la voluntad de ganar. Sólo desde ese espíritu se puede encarar la y medios de comunicación competencia electoral como lo que verdaderamente es: un conflic- en América Latina, 2 Tomos, Ciedla, Konrad Adenauer to, reglamentado y por medios pacíficos, donde la derrota del Stiftung A.C., adversario es la condición del propio triunfo. Buenos Aires, 1999. Sartori, Giovanni La sociedad teledirigida. ESTRUCTURA DE COMANDO DE CAMPAÑA Homo videns. Taurus, Madrid, 1998. 27
  • 27. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 28. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 29. Características del electorado argentino Carlos Fara A ntes de hablar de cómo ganar una elección, es necesario que se comprenda el tipo de electorado al que se le hablará, pues las Carlos Fara Es Director Ejecutivo de Carlos Fara & Asociados desde 1991. estrategias han cambiado en función de un nuevo contexto. Licenciado en Ciencia Política de la Universidad del Salvador. Especialista en Opinión Pública, Campañas Electorales, Del voto cautivo a la desregulación Estrategias de Comunicación y del electorado Marketing Gubernamental. Fue profesor del INAP, la Universidad Católica de Santa En los últimos 20 años los electorados vienen experimentando Fe, la Universidad de Buenos cambios bastante profundos. La volatilidad y la ruptura de los Aires, la Universidad Juan A. Maza (Mendoza) y la patrones tradicionales de comportamiento electoral se han conver- Universidad Nacional del tido en una regla. La Argentina no es una excepción. Nordeste en Argentina, y del ITAM (México). Ha dictado A dicho proceso, que periodísticamente se lo ha popularizado con seminarios en EE.UU., Uruguay, Chile, México, Perú y la expresión "se vota más a las personas y menos a los partidos", se España. Co-organizador del Ier. lo ha denominado "desregulación del electorado". Sin embargo, tal Seminario Iberomericano de cual se lo describirá, es algo más complejo que dejar de votar eti- Marketing Político (SIMAP‚). Socio de la Asociación quetas partidarias para centrarse en los atributos de los candidatos. Latinoamericana de Consultores Políticos y Vicepresidente de la filial Argentina del Centro ¿Qué es la “desregulación del electorado”? Interamericano de Gerencia Política (Miami). Columnista habitual de El Cronista, INFOBAE y CNN en Español. Desde la llegada de la democracia en el año '83 se ha producido en Ha participado en más de 60 la Argentina una progresiva desregulación del mercado electoral. campañas electorales en Esto es, cada vez en mayor medida el electorado no responde Argentina y el extranjero, y en exclusivamente a las pautas tradicionales en materia de compor- más de 100 proyectos de investigación, asesoramiento y tamiento del voto, sino que decide el sufragio en función de ele- capacitación. Realizó mentos coyunturales. Es el detrimento del llamado "voto cautivo" consultorías para diversos y la generalización del "voto flotante". organismos gubernamentales nacionales e internacionales, gobiernos provinciales y En términos prácticos, significa que el margen de opción que los municipales. votantes se plantean ante cada acto comicial es mucho mayor que al [email protected] que se estaba acostumbrado. Los mercados cautivos no desaparecen del todo, pero se reducen notablemente. La volatilidad electoral tiende a ser mucho más alta y la aparición de opciones electorales para aprovechar una coyuntura (flash parties) se multiplican. Si en la Argentina vigente hasta 1976 la mayor parte de la ciudada- 31
  • 30. Carlos Fara nía tenía decidido su voto mucho tiempo antes de la elección en función de su pertenencia social e ideológico-partidaria, en el país que emerge con el triunfo de Alfonsín comienzan a preponderar crecientemente elementos de la coyuntura, como el desempeño gubernamental la evaluación de los candidatos que presenta cada partido, los efectos de los programas gubernamentales, los men- sajes emitidos durante la campaña y los efectos de ciertas crisis puntuales como puede ser la hiperinflación. En el plano coyuntural se conjugaron el mal desempeño económico del régimen militar, la derrota en la guerra de Malvinas, el conocimien- to público del terrorismo de Estado y el recuerdo de la violencia política y el mal manejo económico dejado por el peronismo. Todos estos hechos hicieron lugar a que una proporción de la ciudadanía cuestionara la capacidad del Partido Justicialista (PJ) para gobernar. Es decir, por primera vez en forma sustancial, factores coyunturales -la herencia militar más la mala gestión peronista- incidieron para que el peronismo dejara de ser una mayoría indiscutible y se polarizara un sector oponente en la figura de Alfonsín. El líder radical era un buen candidato, utilizó un estilo de campaña moderno y sintonizado con el momento, y supo aprovechar el contexto de debate que había en la sociedad (democracia vs. autori- tarismo). El peronismo dio una imagen de corporación autoritaria, con un candidato débil y a merced de los sindicatos, e hizo una campaña llena de connotaciones negativas y nostálgicas. Ahí es cuando, por un lado, los partidos empiezan a comprender que una campaña bien llevada puede lograr objetivos que de otra forma no En el 83 el peronismo hubiese ocurrido. Por el otro, ser mayoría en un momento no ase- dio una imagen de corporación autoritaria gura que se lo vaya a ser todo el tiempo. El efecto de una política pública exitosa -la estabilidad vía con- vertibilidad- y las reformas económicas logran que ciertos sectores medios y medio altos que jamás pensaron votar al justicialismo finalmente lo hagan, quebrando viejos clivajes estructurales, y estableciendo nuevas alianzas –como en el caso de Alsogaray. Esto es consecuencia de que porciones crecientes de la población dejan de estar influenciadas por los elementos de largo plazo. La desregulación en acción Veamos algunos indicadores de esto que llamamos desregulación. Por razones de espacio se hace una descripción sintética, por lo que se sugiere recurrir a la bibliografía sugerida para una visión más amplia. 1. Fragmentación del voto Desde la elección de 1983 hasta la de 2001, aun con altibajos, se viene produciendo una progresiva fragmentación del voto. La 32
  • 31. Capítulo II misma tiene como principales perjudicados al PJ y la UCR y be- neficia alternativamente a los partidos chicos, a las expresiones políticas provinciales y a las expresiones políticas coyunturales. El bipartidismo que se dibujó en la elección que ganó Alfonsín perdió mucho peso: 23 % del electorado que concurrió a las urnas. 2. Incremento de la apatía electoral Tanto la abstención como el voto en blanco y el nulo, se vienen incrementado en forma estructural. El blanco y el nulo casi se tri- plicaron durante la década Menem respecto al período Alfonsín. Todos estos comentarios excluyen el inédito nivel del blanco + impugnado que se produjo el 14 de octubre de 2001. 3. Incremento del electorado independiente y apolítico Se expresa también un progresivo crecimiento de aquellos votantes a los que no les interesa la política, o que no se sienten identifica- dos con ninguna expresión partidaria. Esta tendencia va en línea con el anterior indicador. 4. Aparición de expresiones electorales de corto plazo (flash parties) Con el paso de cada elección aparecen, crecen y decaen nuevas expresiones electorales. Las mismas están destinadas a aprovechar una clivaje coyuntural y electoralmente relevante. Estos partidos construyen su oportunidad alrededor de una/s figura/s de alta vi- sibilidad pública, que haya tenido alguna actuación política reso- nante, sin apelar a estructuras tradicionales, y con una fuerte pre- sencia mediática. Ejemplos de esto son la Ucedé, el Frepaso, el Modín, Acción por la República, y ahora el ARI y el Polo Social, entre otros. 33
  • 32. Carlos Fara 5. Ruptura de patrones tradicionales de comportamiento El primero que tiene claro que algo nuevo está pasando con la gente es Raúl Alfonsín, cuando se anima con el "tercer movimiento histórico" en busca de votos justicialistas en el ´83, lo cual logra en algunos bolsones. Luego con la aplicación del Plan Austral y su éxito inicial tiene efectos de cara a la elección del ´85. Más allá de los resultados concretos de su gestión, lo cierto es que tuvo la intuición de que una parte de los votantes ya no respondería a la "camiseta", sino a las circunstancias y a la calidad de los candidatos. Inmediatamente después del triunfo de Alfonsín, Carlos Menem es quien más rápido toma nota del nuevo escenario y procura asociar- se a la nueva ola en fotos con el presidente electo y luego apoyan- do el acuerdo por el Canal de Beagle en el ´84. La desregulación significa, entre otras cosas, que los votantes no responden a los patrones tradicionales. Un desocupado de una empresa privatizada no necesariamente significó un voto en contra de Menem en el ´95. También es el caso de aquellos distritos que sufrieron profundas reestructuraciones en su principal fuente de trabajo (Tierra del Fuego, Río Turbio). Por lo tanto, es imprescindible re-pensar la lógica habitual de las coaliciones electorales. Los esquemas tradicionales ya no funcio- nan porque los clivajes sociales tradicionales (peronismo vs. antiperonismo, nacionalismo vs. internacionalismo, izquierda vs. derecha, etc.) van perdiendo vigencia, al menos en el inconsciente de las sociedades. 6. Nuevas coaliciones electorales Hoy los clivajes mezclan mucho más a los distintos segmentos sociales. Se puede producir una serie de nuevas coaliciones elec- torales, difíciles de entender según la lógica habitual, a partir de cli- vajes novedosos o de más reciente data: corrupción vs. honestidad, clase política vs. la gente, etc. 7. Realineamientos periódicos La Argentina es, electoralmente, un país en transición. No existen coaliciones sociales permanentes en materia de voto. Es muy probable que el justicialismo nunca haya hecho tan buena elección en los sectores medios y altos como sucedió a partir de la vigencia del modelo Menem-Cavallo. Y es muy probable también que el PJ se haya movido, en la primera mitad de los ´90, hacia arriba en la escala social, dejando espacios libres en su base tradicional que optaron por el MODIN o la abstención. Pero aquella coalición del ´95 se desarma dos años después en la medida en que Cavallo se va del gobierno, la alta desocupación y la desigualdad social se insta- laron para quedarse, los cambios se frenaron y la corrupción se volvió un ítem electoral de más peso. 34
  • 33. Otras tendencias del electorado desregulado Capítulo II 1. Carácter asincrónico del cambio ¿Todos los votantes están experimentando estos cambios al mismo tiempo? No. Los datos muestran también que la desregulación se está produciendo a distintas velocidades en los diferentes segmen- tos sociales, y provoca un fenómeno de asincronía que profundiza la fragmentación cultural. El fenómeno es mayor: a medida que crece el nivel socioeconómico a medida que baja la edad de los votantes en los grandes centros urbanos Esto es muy importante para predecir en qué medida fenómenos electorales sin precedentes se pueden observar en distintos contex- tos sociodemográficos. 2. Relevancia de los localismos Si bien los partidos provinciales tuvieron su esplendor en el primer lustro de los ´90 -llegaron a gobernar 5 provincias en el período 1991/1995-, el ítem localista no por eso se desvaneció; en todo caso, cambió de manos. La misma globalización, sobre todo al incrementarse la percepción sobre su carácter agresivo en los últi- mos años de recesión y destrucción de puestos de trabajo, genera ruptura de identidades, incertidumbre y necesidad de guarecerse. Eso confluye con la destrucción de las identidades partidarias y las referencias ideológicas clásicas. En el medio de este proceso la sociedad busca certidumbre, con- tención e identidad, y lo encuentra necesariamente en algo que proponga un marco de referencia político no tradicional. Es por eso que se ha acentuado la "feudalización" de la política, tras las banderas de las reivindicaciones federales. Lo que no lograron los partidos provinciales, terminaron lográndolo líderes que, de algu- na manera, hicieron de un partido nacional una suerte de movimiento popular local (Kirchner en Santa Cruz, Romero en Salta, Rozas en el Chaco, Rodríguez Saá en San Luis, y, a su manera, Duhalde en Buenos Aires, etc.). Este fenómeno también tiene una expresión municipal con los par- tidos vecinalistas. Es un buen negocio político para muchos inten- dentes, independientemente del partido al que pertenezcan, adherir discursivamente y en gestión a la bandera de "Primero, nuestro municipio". Es decir, despartidizando la política para ubicarse en aras de un objetivo mayor: los intereses de la comarca. 35
  • 34. Carlos Fara 3. Partidos centrados en los candidatos Decididamente, los partidos han dejado de ser estructuras de arti- culación y combinación de intereses y demandas sociales, para quedar reducidos a maquinarias electorales y representaciones legales. La función que debían cumplir se ha trasladado directa- mente a quienes están en los cargos gubernamentales, ya sea ejecu- tivos o legislativos. Por lo tanto, los partidos se centran en elaborar candidaturas. Al imperar la lógica del "rating", por la obvia necesidad de recolectar votos, muchas veces se convoca a figuras que simpatizan política- mente con el partido en cuestión, pero no han tenido militancia en el sentido clásico. Es muy común ver situaciones de campaña en las cuales el candidato outsider de la estructura no se adapta a los códi- gos de la maquinaria y hasta los aborrece, y se producen tensiones adicionales a las que genera el proceso en sí. 4. Actitudes individualistas Esta tendencia está fuertemente asociada con lo ya descripto respecto de la fragmentación electoral. El individualismo es algo perceptible tanto en el electorado como en la dirigencia, y es uno de los nervios centrales de la nueva cultura. La expresión de la individualidad en cuanto al electorado está muy asociada con el próximo punto: la fuerte segmentación. El voto se expresa menos por tradiciones y más por coyunturas personales. Eso hace que no haya un traslado automático del comportamiento electoral de padres a hijos, o de jefes de familia a sus cónyuges. Comienza a haber cortes generacionales interesantes que traspasan las diferencias socioeconómicas. Esto relativiza todo tipo de socia- lización política conocida: se rompen los legados, las tradiciones y cobra espacio fundamental la coyuntura. 5. Electorado fuertemente segmentado Hace 30 años atrás, la sociedad poseía muchos más denominadores comunes que los que tiene en la actualidad. Es difícil encontrar códi- gos que unifiquen, o al menos logren la identificación de la mayoría. El fútbol es quizá una de las pocas cosas que aún unen a los argentinos. Cada vez son menos las cosas que unen a las personas de los dife- rentes estratos sociales: trabajan, consumen, descansan, viven y pien- san diferente; votan diferente. Esta sociedad es más parecida a una suma de átomos que se desplazan en el tiempo y en el espacio a través de distintas experiencias. Podemos entrar en contacto con algunos semejantes por un tiempo en función de algún interés común. Pero cuando esa experiencia común concluye, la relación tiende a no per- durar. Todas las relaciones sociales se están reformulando. La fragmentación electoral es fruto de la fragmentación social, en 36
  • 35. Capítulo II el más amplio sentido del término (no hacemos referencia exclusi- vamente al debate de incluidos y excluidos, que sin duda es clave). Cuando hablamos de segmentación estamos haciendo referencia a la concentración en visiones particulares que no son compartidas por el resto. Este atributo del proceso desregulado es lo que explica la baja inci- dencia de paros generales propuestos en función de reclamos sociales "paraguas" ("para que cambie el modelo") o de moviliza- ciones, salvo cuando se trata de un hecho de gravedad inusitada (por ejemplo, la movilización luego del atentado a la AMIA). No significa que los distintos sectores no se movilicen (la experiencia de los últimos años en la Argentina es más que elocuente), sino que todo es parcial y puntual: no se generan movimientos de masa de largo aliento. 6. Resistencia a los opuestos absolutos Para la gente se acabó la política del "Boca – River": si sos de un equipo, lo que hace el otro es digno de ser defenestrado, y la propia divisa es "lo mejor del mundo". Este elemento de la cultura políti- ca es clave para explicar la independencia del voto y su volatilidad en función de las coyunturas. Ahora no importa quién hace qué, sino si el resultado es positivo o negativo. Ya no hay política de blanco y negro, Dios y el diablo, sino que se registra una multipli- cidad de grises, de matices. 7. Pragmatismo Lo que funciona recibe apoyo hasta que demuestre lo contrario. Es lo que sucedió con las reformas económicas de los ´90: las privati- zaciones no contaban con una opinión positiva mayoritaria de la población en los ´80, hasta que se produjo la crisis hiperinfla- cionaria y la transferencia a empresas privadas trajo inversiones y mejora de la calidad de los servicios públicos. Sin embargo, en el actual marco de recesión profunda, y con una opinión pública crítica de los grandes conglomerados económicos, se revirtió la tendencia favorable. 37
  • 36. Los estudios de opinión pública Carlos Fara E ste capítulo se titula "los estudios de opinión pública", ya que las encuestas no son la única forma de conocer qué piensa la sociedad. Además de ellas, existen otras metodologías que también comentaremos en este capítulo. 1. ¿Para qué sirven las encuestas (y los estudios en general)? Hay que calcular en qué están y qué prejuicios tienen los oyentes, y después hablar sobre esas cosas en general. Aristóteles Como se puede observar, en la frase de Aristóteles -hace 2300 años- no hay nada muy original en los objetivos que persiguen las encuestas. Se trata de indagar en profundidad qué piensan los votantes para luego hablar sobre los temas que a ellos les interesan realmente, y expresarlo en el lenguaje y con la lógica de razo- namiento que ellos pueden asimilar. Los estudios de opinión pública son: en un campo minado, el detector en la niebla, el radar en la tormenta, la carta de navegación en el desierto, la brújula el mapa de rutas Las utilidades de las encuestas son bastante conocidas a esta altura de la historia, luego de haber sido ampliamente divulgadas por los medios de comunicación. De todos modos, se hará aquí un breve punteo de las utilidades más importantes: 1. Conocer el perfil de los públicos objetivos (targets) Existe una tendencia en las campañas a hablarle a todo el mundo sin distinción. Pero la lógica del marketing político indica que un 38
  • 37. Capítulo II candidato o partido deben concentrar sus mensajes en algunos sec- tores de la sociedad, típicamente en aquellos en los cuales tiene más posibilidades de recoger votos. Es la manera más adecuada de sacarle el mayor rédito posible a los esfuerzos comunicacionales. Las primeras de las preguntas que debería responder una encuesta son: ¿En qué segmentos de la población existen más posibilidades de obtener votos? ¿Quiénes son mis votantes más probables? ¿Dónde viven, de qué trabajan, qué piensan, qué edad tienen, de qué nivel socioeconómico son, con qué sueñan, qué les gusta, qué les molesta, qué les interesa, cómo se informan, qué hacen en su tiempo libre? ¿En qué se diferencian y en qué se parecen a los votantes de otros candidatos? Es decir, se necesita una radiografía profunda de los ciudadanos que más pueden simpatizar con un candidato o partido. 2. Identificar la coalición ganadora mínima (minimum winning coalition) Una elección se gana con una suma de sectores de la sociedad que adhieran a una propuesta o se identifiquen con un candidato. Por lo tanto, es preciso saber a qué sectores es necesario atraer para poder ganar una elección o, por lo menos, para sacar la mayor can- tidad posible de votos. No basta con conocer cuál es mi público objetivo, sino que también se debe identificar a aquellos grupos que se debe captar aunque hoy no comulguen con mi perfil. 3. Pisos y techos electorales Toda hipótesis de resultado electoral debe basarse en el delineamien- to de escenarios probables. Depende de que se presenten ciertas condiciones y no otras para que un candidato alcance su techo o no despegue del piso. Un candidato oficialista siempre está pendiente de que la actividad económica esté en alza porque de esa manera habrá un voto oscilante que puede ser más fácilmente captado. Lo inverso desea un candidato opositor para poder usufructuar el mal humor de la gente. Otro tanto podría ocurrir si se destapa un hecho de co- rrupción que involucre a funcionarios del gobierno. Al no existir una sola posibilidad de escenario, los candidatos deben conocer cuáles son las condiciones que podrían permitir obtener un mejor resultado, e identificar qué sectores se pasarían de bando en cada situación. Es importante aclarar un error bastante habitual en algunos ma- nuales de marketing político que dicen que en política lo único 39
  • 38. Carlos Fara importante es ganar. Esta máxima parte del supuesto de que cualquier candidato puede triunfar en cualquier circunstancia, cosa que no es correcta. Existen limitaciones del contexto muy impor- tantes para determinar si un candidato puede, o no, resultar ganador. Dichas limitaciones pueden ser la matriz cultural, las tradiciones del voto, las características de la estructura social, los ciclos de la opinión pública, la situación económica o los atributos positivos de los otros candidatos. En la elección presidencial de 1999 en la Argentina, la discusión no era quién ganaba, pues no existían posibilidades de que De la Rúa perdiera; la cuestión era por cuánto margen ganaba. Duhalde, el candidato perdedor, logró un buen resultado, teniendo en cuenta las limitaciones del contexto (el ciclo de la opinión pública favorecía a la oposición; la gente quería un cambio; la situación económica; ciertos atributos de su personalidad no sintonizaban con la matriz cultural). Por eso es muy importante, antes de diseñar una campaña, fijar qué objetivo electoral se quiere alcanzar, porque no ganar, pero duplicar el porcentaje de votos respecto a la elección anterior, significa en sí mismo un triunfo y un logro de la estrate- gia electoral. 4. Identificar a los competidores El competidor es aquel con quien se disputan los mismos votantes. Un error habitual de las campañas es pelearse con los candidatos equivocados, o querer captar cualquier tipo de votante (catch all). Cualquier pelea que se establezca con candidatos con los cuales no se pelea por los mismos segmentos, es inútil. Por eso, aquí se ubicó en primer término la necesidad de conocer el perfil de los públicos objetivos. 5. Los temas de campaña Permite definir de qué voy a hablar en la campaña, cuáles serán mis caballitos de batalla. Los que se definan serán los temas relevantes para mi target, ya que como se dijo, en una campaña no se le habla a todo el mundo. 6. El posicionamiento de los candidatos ¿Qué lugar ocupa cada candidato en la mente y el corazón de los votantes? ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de cada uno? ¿En qué se diferencian los candidatos? ¿En qué tema es mejor cada uno? Conocer en detalle y con precisión este aspecto es impres- cindible para fundar la estrategia. En primer lugar, porque si no sé cómo me perciben, no sé dónde me tengo que parar en el escenario, qué tengo que mostrar y hacia dónde tengo que ir; no puedo desa- rrollar cualquier discurso en el vacío, sin considerar qué piensa el receptor de mí. En segundo lugar, porque una campaña es, sobre todo, un gran ejercicio de construir una diferencia apreciable por la 40
  • 39. Capítulo II mayor parte del electorado. Si no sé dónde están parados los adver- sarios, no podré definir mi conveniencia estratégica. 7. Cómo llegar a mi público Una vez que se sabe cuál es mi público y mi posicionamiento, tengo que conocer cuáles son los canales más adecuados para llegar a ellos: qué leen, escuchan o miran, a qué tipo de noticias le prestan atención, qué hacen en el tiempo libre, qué códigos manejan. Si no se poseen estos datos, es como construir un puente por la mitad: jamás se alcanzará el objetivo buscado. 8. Distintos escenarios En definitiva, lo más importante que puede aportar un estudio, no son tanto los porcentajes, sino cuáles son los distintos escenarios de campaña que se pueden presentar. Si la elección se convierte en un debate sobre la honestidad de los candidatos, tendrá efectos muy diferentes sobre ciertos sectores del electorado, a que se termine discutiendo acerca de quién es el mejor para salir de una crisis, ya que las fortalezas y debilidades pueden jugar roles diferentes. Por lo tanto, es más importante describir esos escenarios alternativos para proyectar la estrategia adecuada, que cualquier hipótesis meramente matemática. 2. ¿Qué tipos de estudios hay? Sin pretender que este manual sea un libro de metodología, existen básicamente dos tipos de estudios: a) los cuantitativos (a los que llamamos encuestas), donde se cuen- ta cuánta gente opina de una determinada manera, o votará a un partido; y b) los cualitativos, en donde lo que se obtienen no son números, sino percepciones de los votantes, atributos, motivaciones. 3. ¿Qué tipos de encuesta existen? Encuesta de referencia: es la primera encuesta, la más amplia, en donde se pregunta todo lo que se desea saber sobre el escenario electoral, para tomar las decisiones estratégicas. Luego, durante la campaña, nunca se volverá a disponer de tanta información. Encuestas de seguimiento: son sondeos que se hacen periódicamente durante la campaña para 41
  • 40. Carlos Fara ver la evaluación. Generalmente se repiten las pre- guntas de voto y se van midiendo ítems de la coyuntura para ver cómo afectan la decisión de los votantes. Tracking diario: es una metodología costosa, pero muy útil, en donde se hace una medición diaria para ir pulsando al detalle el impacto de la cam- paña sobre la intención de voto. Generalmente no se realiza más que 15 ó 20 días antes del comicio. Se utiliza un cuestionario muy corto que se procesa en el día para tomar deci- siones sobre la marcha. Boca de urna o Encuestas de salida: es la clásica que permite tener una proyección del resultado al momento del cierre del comicio. Pero más allá del impacto noticioso, posee para los comités de campaña otras utilidades. En primer lugar, per- mite saber la tendencia durante el día para ver si hace falta ajustar la movilización electoral. En segundo lugar, al anticipar el triunfo o la derrota sirve para decidir la estrategia comunicacional post comicio. En tercer término, es fundamental para hacer una radiografía del perfil de voto de cada partido o candidato. Al igual que el tracking diario, es muy costosa. 4. ¿Qué características debe tener una buena encuesta? En principio, una buena encuesta debe ser probabilística, es decir, que los entrevistados son elegidos al azar y no los digita el encues- tador. Si bien existen varios métodos, habitualmente se sortean manzanas dentro de un radio censal (cada radio es un conjunto de manzanas que delimita el INDEC), dentro de la manzana se sortea una vivienda y dentro de la vivienda se sortea un miembro que esté en condiciones de responder la entrevista. Si bien existen encuestas telefónicas, no toda la población posee ese servicio, lo cual sesga el resultado final del estudio: los sectores de menores recursos estarán sub-representados. Lo mejor es que la entrevista sea domiciliaria, aunque cabe advertir que mandar a un encuestador a domicilio sale más caro que un sondeo telefónico. Cuánto más grande sea la muestra, menor margen de error tendrá, haciendo más confiables las conclusiones del estudio. Obviamente, lo que siempre termina definiendo el tamaño de la muestra es más 42
  • 41. Capítulo II la disponibilidad presupuestaria. En principio, independiente- mente del tamaño del electorado, se debería partir de un piso de 200 casos. Los encuestadores no deben ser militantes de ningún partido, porque naturalmente sesgarán la entrevista, o si son identificados como militantes no producirán en el encuestado la confianza sufi- ciente como para decir la verdad sobre, por ejemplo, la intención de voto. Por otra parte, el trabajo de campo debe supervisarse para evitar que los encuestadores "dibujen". Sin poder extendernos mucho sobre el tema, además de diseñar bien la muestra y no sesgar el relevamiento para obtener una co- rrecta representatividad del electorado, es una tarea muy delicada el diseño del cuestionario, ya que preguntas clave no incluidas, pre- guntas mal formuladas o ubicadas en el orden incorrecto, afectan gravemente la calidad de la investigación. 5. ¿Qué tipos de estudios cualitativos existen? En la práctica se utilizan básicamente dos tipos de estudios cualitativos: Ver Soler Pujas, Pere La investigación cualitativa en marketing y publicidad, Paidós, los grupos focales (focus groups), también deno- Barcelona, 1997 minados grupos motivacionales las entrevistas en profundidad Sin pretender entrar en detalles que están bien tratados en los manuales de metodología de la investigación , sí conviene apuntar que los grupos prestan mayor riqueza de información y com- prensión por la interactividad que se produce entre los participantes, respecto a las entrevistas. Sin embargo, hay situaciones en las cuales no son aplicables. Por ejemplo, en ciudades por debajo de los 70.000 habitantes puede resultar muy compleja su organización; por lo tanto, conviene uti- lizar las entrevistas en profundidad. También son más útiles estas últimas cuando es necesario realizar un relevamiento con urgencia, ya que los grupos pueden tardar un mínimo de 15 días en imple- mentarse -salvo que se hayan pautado de antemano con una deter- minada regularidad- mientras que las entrevistas permiten estar en el campo en pocas horas. De todos modos, es importante subrayar que no importa el tamaño de la población que se esté estudiando, siem- pre existen alternativas para aplicar alguna metodología cualitativa. 43
  • 42. Carlos Fara ¿Cuáles son los beneficios de los estudios cualitativos? Permiten descubrir los ejes sobre los cuales realmente se mueve realmente el electorado El primer gran beneficio de los estudios cualitativos es que permiten conocer en profundidad sobre qué elementos está planteado el debate en la sociedad. El eje está planteado alrededor de la falta de un liderazgo que ordene las cosas y ponga al país en marcha, o sobre la necesidad de generar un ámbito de consenso en donde las decisiones no se tomen en forma autoritaria. En una elección para intendente del año ‘99 en el municipio de Godoy Cruz (Provincia de Mendoza, Argentina), resultó que el punto central subyacente no eran las obras y los servicios públicos (ítems clásicos en un comicio para alcalde o intendente), sino que era la recuperación del esplendor perdido en esa localidad, y sobre ese punto giraba todo lo demás. Esta discriminación fue funda- mental porque toda la estrategia y la comunicación debían apuntar a construir un posicionamiento acorde con dicho sentimiento. Si se hubiese hecho un estudio cuantitativo típico, hubiese sido imposi- ble detectar dicha clave. Una técnica habitual consiste en pedirles a los entrevistados que identifiquen un animal al cual debería parecerse el dirigente preferido para un cargo. En un estudio realizado a fines de 2001, surgió que el presidente siguiente a De la Rúa debía ser como un león -porque tiene agallas- un águila -porque mira lejos, vuela alto Un león, un águila o un perro y va solo- o un perro -porque es fiel al pueblo y lo defiende. De representan el perfil proyectivo de cómo debería ser el presidente esta manera se pudo extraer una conclusión que difícilmente se elegido en 2003. hubiese obtenido con un estudio cuantitativo. Aportes a la estructuración del discurso El discurso que se instala con más fuerza es el que responde a la lógica predominante de la opinión pública. Manejar el razo- namiento subyacente y los códigos verbales es fundamental para construir una empatía con el electorado y la consecuente credibili- dad. Sabiendo las motivaciones profundas y la lógica de razo- namiento se puede predecir con cierta facilidad qué estrategias, tác- ticas o acciones de los adversarios tienen posibilidades reales de convocar los sentimientos de los votantes. En el discurso político se trabaja con muchos supuestos que no necesariamente responden a los códigos de los electores. A fines de 44
  • 43. Capítulo II 1999 se estaba realizando un trabajo para diseñar una rendición de cuentas de un senador nacional argentino. Una de las ideas a testear en el cualitativo para posicionar a este dirigente en el atributo ho- nestidad era la publicación de su declaración jurada de bienes en internet. La sorpresa fue que el segmento de clase media alta -que en su mayoría posee computadora con conexión a la red- consi- deró a internet un medio de exclusión social, basándose en que "no todo el mundo tiene internet". Esto es: lo que parecía una señal de modernidad y transparencia terminó leyéndose como una un ele- mento negativo. Aporte de los conceptos significantes para la publicidad Conociendo las motivaciones profundas y manejando las claves discursivas, un estudio cualitativo aportará también los conceptos para ser utilizados en las piezas publicitarias. Desde ya que, además, dichas piezas pueden (y deben) testearse en un trabajo de la naturaleza que se está tratando. A partir de los resultados de estos estudios se puede trabajar con imágenes (el paisaje del lugar) o símbolos (la bandera) que efectiva- mente son importantes para la gente. O elegir los colores que mejor expresen un estado de ánimo colectivo. Y por supuesto construir un slogan con términos que utilice la misma sociedad. En un estudio motivacional surgió que la población de una provin- cia del noroeste argentino percibía que lo que mejor identificaba ese distrito era el paisaje y su gente, y que la generación de riqueza tenía que ver con la tierra. Estos elementos permitieron trazar una estrategia de comunicación gubernamental ensamblando tales sig- nificantes populares. 6.¿Qué tipo de investigación conviene contratar? En general, cuando se empieza a planificar una campaña electoral, existe mucha ansiedad respecto de conocer cuál es la intención de voto del partido o el candidato, o cuál es el ranking de imagen positiva. Sin embargo, no es esa la información estratégica al momento de comenzar a trabajar en un proceso electoral. La primera pregunta que debe responder cualquier estudio inicial es cuál debe ser el concepto central de la campaña en función de la coyuntura de la opinión pública. Dicho concepto se puede cons- truir a partir de conocer las motivaciones profundas del electorado, sus demandas concretas y simbólicas, y el tipo de liderazgo que 45
  • 44. Carlos Fara puede satisfacerlas, entre otros elementos. El estudio cuantitativo clásico no puede responder fácilmente a dichas cuestiones. Es muy útil para establecer una radiografía del electorado, pero no es un diagnóstico dinámico ni tridimensional. Es decir, no puede decirnos en profundidad por qué un dirigente está en mejor posición que otro, ni cuál es la lógica de razo- namiento de los votantes. Lo que no se incluye en el cuestionario, no puede ser conocido, salvo que se tenga un conocimiento muy profundo de antemano sobre la sociedad con la que se va a inter- actuar en campaña. Por eso, los estudios cuantitativos no son la piedra de toque: todo proceso de planificación de una campaña o de posicionamiento de una gestión gubernamental debería comenzar con un estudio cuali- tativo, para conocer hacia dónde se dirige el electorado, dando la posibilidad de que salgan a la luz factores desconocidos e impre- vistos. La fase cualitativa permite ver las características del iceberg por debajo del agua. Luego viene la serie de sondeos cuantitativos. Si Ud. tiene tiempo y no tiene dinero, contrate un estudio cualita- tivo, pues enterarse con suficiente antelación de a cuántos puntos está de su adversario no le aportará mucho. Pero si está muy cerca de la elección y sólo podrá contratar un estudio, haga uno cuanti- tativo. El siguiente esquema es más clarificador: 7. ¿Qué preguntas es recomendable hacer? Depende de qué tipo de estudio sea y en qué momento de la campaña se esté. Si la campaña no posee recursos y podrá hacer sólo una encuesta, conviene preguntar todo lo que se crea necesario, pues no tendrá otro parámetro más que ése. En cambio, si se va a implementar más de una medición, es conveniente empezar por una encuesta lo más amplia posible, para luego, en los sondeos de seguimiento, con- sultar acerca de las cuestiones más coyunturales de la campaña. De todos modos, se podría agrupar las preguntas en cinco grupos: 1. de gestión 2. de voto y campaña 3. de dirigentes y candidatos 4. las características sociodemográficas 5. de coyuntura 46
  • 45. Capítulo II A continuación se expondrán algunas preguntas típicas, más allá de las que pudieran resultar útiles incluir en función del contexto: 1. De gestión: ¿Cuál es su opinión acerca de la gestión del presi- dente / gobernador / intendente? ¿Cuál es su opinión sobre la gestión del … en las siguientes áreas? (obras públicas, pavimento, alum- brado público, recolección de residuos, plazas, veredas, deporte, cultura, acción social, etc.) ¿Ud. cree que la gestión del actual … es mejor, igual o peor que la del anterior …? ¿Ud. cree que la corrupción en el gobierno … es mucha, bastante, poca o no hay? ¿Qué cosas le gustan / no le gustan de la gestión de …? ¿Cuál es su opinión sobre el gabinete municipal? ¿Cuál es su opinión sobre la tarea del Concejo Deliberante? ¿Cuáles cree Ud. que son los principales proble- mas de …? Sobre esos problemas, ¿Ud. cree que el gobierno … se está ocupando? 2. De voto y campaña: ¿A quién votó en la última elección para …? ¿A qué partido votaría hoy para … si hoy fuera la elección? ¿A quién votaría hoy para …? Si tuviese que elegir entre … y … ¿a quién votaría? Y si los candidatos fuesen …, … y … ¿a quién votaría? ¿Ud. votaría para … a …? ¿A quién no votaría jamás para …? 47
  • 46. Carlos Fara ¿Quién cree que va a ser el próximo …? ¿Con qué partido simpatiza? ¿Cuáles de estas cosas cree Ud. que deberían hacer los candidatos en una campaña? 3. De dirigentes y candidatos ¿Cuál es su opinión acerca de los siguientes diri- gentes / candidatos? De estos candidatos, ¿quién cree Ud. que es el mejor para crear empleo, hacer más obras públi- cas, mejorar la salud, etc.? De estos candidatos, ¿quién cree Ud. que es el más honesto, el que tiene más ideas para gobernar, el más activo, etc.? ¿Cuáles de estas características es más importante en un candidato: honestidad, capacidad, lideraz- go, etc.? ¿Ud. prefiere un candidato que sea empresario, político, docente, médico, etc.? ¿Qué opina de la propuesta del candidato … acerca de …? ¿Ud. cree que es mejor que el intendente y el go- bernador sean del mismo partido? 4. Las características sociodemográficas Sexo Edad ¿Tiene hijos? Situación ocupacional del encuestado Situación ocupacional del principal sostén del hogar Posesión de bienes y servicios En su casa, ¿cuántos autos hay? Marca y modelo 48
  • 47. Capítulo II Nivel de instrucción del principal sostén del hogar 5. De coyuntura Más allá de este listado elemental, se pueden incluir diversas pre- guntas en función del contexto coyuntural y el objetivo específico del estudio, como por ejemplo: expectativas sobre el futuro uso de medios de comunicación ¿cuáles son los problemas más importantes del municipio? ¿qué actividad debería promoverse para el futuro de esta ciudad? opinión sobre temas de coyuntura (una huelga, un hecho de corrupción, una medida de gobierno, el estilo de campaña, etc.). 8.¿Qué se debe esperar de un estudio de opinión? La materia con la que se debe interactuar no es sencilla. No es tan fácil responder a la pregunta "¿qué quiere la sociedad?" o "¿qué características debería tener un dirigente para que la gente lo vote?". Existen varios estudios en los cuales se comprueba que los ciudadanos reclaman objetivos contradictorios, como en aquel en Un padre protector el cual la gran mayoría de los encuestados dice que el gobierno debería cobrar menos impuestos, y acto seguido otra enorme mayoría está de acuerdo con que el gobierno debería incrementar los servicios que presta. La sociedad verbaliza algunas demandas que son claras, concretas y ciertas: empleo, seguridad, transparencia, salud, educación, etc. Sin embargo, los fenómenos de construcción de liderazgos políti- Un carismático cos o la buena imagen de los gobiernos no se deben a una simple que ponga orden atención a dichos elementales reclamos ciudadanos. Cualquier habitante del mundo medianamente informado podría detallar lo que la comunidad necesita sin necesidad de realizar una encuesta. Los electorados buscan, además de una satisfacción elemental y concreta a sus demandas, una satisfacción simbólica y una referen- cia valorativa. En un momento dado, la sociedad busca un padre protector (Alfonsín), mientras que en otros momentos requiere un carismático que ponga orden sin miramientos (Menem), para luego Un liderazgo pasar a un liderazgo más especular (deriva de la palabra “espejo”) más especular "uno de nosotros" (De la Rúa). 49
  • 48. Carlos Fara Este segundo tipo de respuesta es la que también deben dar los estudios de opinión, ya que en cualquier fenómeno político exitoso conviven las dos satisfacciones: la concreta y la simbólica. 9. Análisis e interpretación de la información En el análisis e interpretación de los resultados es donde más se nota el valor agregado del experto. Una encuesta aceptablemente realizada, pero leída por ojos inexpertos, puede sacar conclusiones apresuradas, superficiales o no advertir los riesgos en ciernes. La interpretación de los resultados debe abordar a una conclusión global sobre el estado de ánimo de la población y las potenciali- dades del candidato. Debe realizarse una lectura inteligente de la información, partiendo de un marco de análisis sobre las principales tendencias a largo plazo de la población, como las que figuran en el siguiente cuadro, para discriminar qué es meramente coyuntural y qué es estructural. Sin esa articulación, se puede realizar una lectura absolutamente obvia de dónde está parada la gente. Debe tenerse en cuenta que: a. Los entrevistados no dicen toda la verdad No porque pretendan engañarnos, sino porque como todo ser humano, no verbalizan todo lo que inconcientemente piensan. También hay múltiples casos de estudios que comprobaron que la gente opina acerca de cosas de las que no tiene ni idea, o que tiende a dar respuestas socialmente aceptables. Esto obliga a ser muy prudente con la lectura de los resultados. Cualquier pregunta que diga "¿Qué atributos debe tener un can- didato para que Ud. lo vote?", obtendrá sistemáticamente por 50
  • 49. Capítulo II respuesta, capacidad y honestidad. No hace falta contratar a un consultor para saber eso. Igual que para conocer que los princi- pales problemas de la sociedad son desocupación y seguridad. No nos animaríamos a decir que la mayoría de la población no quiera a un honesto (mucho menos en este momento de la Argentina 2002), sino que existen mecanismos inconscientes que exigen relativizar la cuestión. Por un lado, en función del contexto. Si la situación es muy crítica, la honestidad es importante, pero salir del desastre lo es más. Por otro lado, no es que la gente quiera elegir deshonestos, pero la eva- luación de la corrupción no es algo unívoco para todo el electorado. En algún momento de 1994, obtuvimos el calificativo de corrupto hacia Chacho Alvarez en entrevistas en clase baja, porque había dicho que se arrepentía de no haber votado la convertibilidad, lo cual sonó a "mentira para ganar votos" (no siempre corrupto sig- nifica robar dinero del Estado). O, como cuenta Vargas Llosa en su libro El pez en el agua, donde relata los pormenores de su campaña electoral contra Fujimori en 1990, al escuchar a un grupo motiva- cional de personas de clase baja en Lima respecto a una denuncia de corrupción hacia su adversario: "No daban importancia alguna a las denuncias ... más bien, las celebraban como algo en su activo: `es un gran pendejo, pues´, afirmó uno, abriendo los ojos llenos de admiración". b. La opinión pública se desarrolla en función del contexto Nadie quiere pagar más impuestos, pero si las circunstancias lo exi- gen puede aceptarlo. Nadie quiere ir a la guerra, pero si un país ene- migo ataca habrá que defenderse. Un candidato puede no gustarle a la mayoría, pero si no hay otra opción seria enfrente, quizá no quede otra que votar al "malo conocido" en lugar del "bueno por conocer". La encuesta es una foto de una materia que está en constante mutación, influida por múltiples factores, todo el tiempo. De varios de esos elementos que afectan a la opinión pública se sabe menos de lo que se supone, lo cual hace difícil aislar las distintas inciden- cias. Por lo tanto, una serie de asaltos seguidos de asesinato cometi- dos por menores en el lapso de pocos meses, pueden predisponer a la población a pensar que sería mejor bajar la edad de punibilidad. La gente cambia porque los contextos cambian. Lo que tres meses atrás parecía intolerable e increíble, hoy suena sensato, sobre todo en situaciones de crisis que se desarrollan vertiginosamente. c. La gente no es contradictoria ... Los contradictorios somos los analistas que a veces pretendemos poner a la gente en ciertos casilleros. Pero la realidad es compleja y no siempre acepta encasillamientos fáciles (si no, nuestro trabajo sería más fácil y descansado, pero mucho menos desafiante). 51
  • 50. Carlos Fara Muy conocido es el caso de un estudio realizado en EE.UU., en el cual la gran mayoría dice que el Estado debería incrementar sus servicios. Acto seguido la misma sociedad asegura que el mismo Estado debería bajar los impuestos y gastar menos. O aquel otro en el cual la enorme mayoría dice que el desempeño del Congreso Nacional es reprobable, pero cuando se le pregunta sobre el repre- sentante de su distrito específicamente, la mayoría está conforme. Si por la gente fuera, el mundo sería idílico y perfecto ... pero jamás lo es. Todos queremos líderes capaces y honestos, desinteresados servidores de la Patria, Estados que ejerzan su autoridad pero no 52
  • 51. caigan en el autoritarismo, servicios públicos eficientes pero baratos. La tarea de la encuesta con objeto profe- sional de consultoría (no la académica) necesita poner al entrevistado frente a opciones de hierro como la siguien- te (muy oportuna para la coyuntura argentina): "¿Ud. aceptaría que no aumenten las tarifas de los servicios públicos, aun a riesgo de que la falta de inversión pro- duzca un deterioro del servicio?". Sólo de esta manera sabremos qué piensan realmente nuestros vecinos. Por lo tanto, la encuesta no es algo para leer en forma de por- centajes aislados, sino que exige una lectura integral, una interpretación que combine los distintos elementos y que acepte la dificultad de que parte de la realidad no encaje en un "modelo coherente". Cualquier ciudadano responderá que le parece muy importante el cuidado del medio ambiente, pero no siempre queda claro hasta dónde estaría realmente dis- puesto a sacrificar cosas por defender "un mundo verde". d. La encuesta es una foto Por lo tanto, para ver cómo evoluciona la sociedad necesitamos una película, que en el fondo es una serie de fotos tomadas una detrás de otra. Entonces, para observar la dinámica del proceso es necesario ir sacando fotos al mismo objeto, y desde el mismo ángu- lo, para certificar que haya variaciones sustanciales (siempre hay que recordar el margen de error). Como la sociedad está influida de manera permanente por diversos estímulos, algunos muy difíciles de identificar o medir, es necesario interpretar los resultados de un estudio de opinión a la luz de la estructura de la opinión pública, matizando la coyuntura. Si no le prestamos atención a las tendencias de largo plazo, vamos a estar siempre sujetos a influencia del suceso, y no del proceso. La opinión pública no es la tapa de los diarios del día a día. Observar la foto pensando en la película es lo que nos permite despejar lo principal de lo accesorio, y discriminar hasta qué punto debe uno preocuparse por una novedad, o hasta que punto es sólo un chubasco. ¿Quiere realmente la gente reestatizar las empresas de servicios públicos? ¿O es más que nada efecto de la crisis que haya tenido una de ellas? ¿Cuál era el estado de la opinión previo a dicha crisis y cuál es uno o dos meses después de que la misma se solucionó y dejó de ser de interés de los medios? Sólo respondien- do este tipo de preguntas estaremos en condiciones de saber si esta- mos frente a un punto de inflexión o a un verdadero cambio de ten- dencia. Por otra parte, la sociedad no se mueve en una sola dirección todo el tiempo, pero sí guarda cierta coherencia interna en su faz mayoritaria (por supuesto que cuando hablamos de "la gente", nunca hablamos del 100 % de la comunidad, sino de una mayoría, a veces relativa). 53
  • 52. Carlos Fara 10. Recomendaciones para una investigación "casera" En caso de que el lector no posea dinero para contratar un estudio profesional, al menos trate de seguir las siguientes indicaciones: 1) Convoque en forma militante a algún estudiante o graduado en carreras de ciencias sociales (ciencia política, sociología, comunicación social, periodismo, trabajo social, etc.), ya que si ya ha cursado alguna materia de metodología de la investi- gación o estadística, al menos estará en condiciones de ubicar la bibliografía adecuada y aplicar criterios razonables. 2) Puede pedir a la cátedra de alguna universidad que los estudian- tes de una carrera de ciencias sociales hagan un trabajo práctico, al estilo pasantía, a cambio de correr con algunos gastos. 3) Evite la tentación de mandar a algunos militantes a algún punto de concentración de su ciudad a hacer tres preguntas elementales, ya que eso no sirve para nada. 4) En cualquiera de los casos los encuestadores no deben identifi- carse como pertenecientes a un partido político o a la campaña de un candidato, pues eso sesga por completo la información a obtener. 5) Trate de no hacer menos de 200 a 250 casos. 6) Lo importante es la dispersión de la muestra dentro del territo- rio, para lo cual se aconseja numerar todas las manzanas del municipio, seleccionar al azar una cantidad de manzanas que sea la mitad de las encuestas que se vayan a levantar (relevando dos por manzana). 7) Asegúrese al menos de que la muestra respete la proporción de hombres, mujeres y edades del padrón real. Para eso se puede con- sultar el último censo de población disponible. 8) Haga una prueba del cuestionario antes de salir a la calle para ver si funciona bien. 9) Supervise a los encuestadores y hágaselo saber. 54
  • 53. Capítulo II Estrategia de campaña Carlos Fara ¿Qué es imprescindible para ganar una campaña? ¿Un buen can- didato? ¿Ayuda? ¿Dinero? Si está, mejor. ¿Aparato? Nunca lo re- chazaría. Pero ninguna de estas cosas sirve si no hay una … Estrategia La estrategia es el punto de partida, la brújula que nos indica el norte a seguir, la manera en que vamos a recorrer el territorio sin tropiezos. Diseñar estrategias electorales es siempre un trabajo artesanal. Siempre requiere trazar el molde de un traje a medida, ya que hay factores particulares de cada distrito que no se pueden obviar. De todos modos, es conveniente efectuar cuatro advertencias básicas sobre las estrategias electorales: 1. Ninguna estrategia está exenta de costos; todo plan tiene for- talezas y debilidades, riesgos y oportunidades. No existe la estrategia perfecta. Siempre se trata de optar por la más favorable. 2. La elección de una estrategia jamás puede ser exclusivamente el “Afirmaciones resultado de datos de opinión pública. Hay que conjugar sabia- sin respaldo” mente la información que proporciona el electorado con el resto de los datos del contexto político, social y económico. 3. Existen tantas estrategias diferentes como personalidades que las puedan llevar a cabo. Nunca existe un sólo camino posible. La mejor estrategia es la que pueda ser asimilada o internalizada por el candidato en cuestión. Se reitera: las estrategias son trajes a medi- da. Es inútil proponer alternativas que van en contra de la esencia de quien las deba poner en práctica. Lo que le queda bien a uno, le puede quedar mal a otro. 4. Decidir una estrategia es una elección de valores. La decisión final más sensata debe estar siempre en manos del candidato. El decidirá qué está dentro o fuera de lo razonable y en qué medida lo propuesto es aceptable para su escala de valores. I. ¿Qué es una campaña? Una campaña es una gran batalla comunicacional en la que fun- damentalmente se trata de construir una diferencia a nuestro favor en la percepción del electorado, llevar la discusión al campo que más nos favorece, a los temas, a los escenarios y al estilo en los que podamos salir ganando. 55
  • 54. Carlos Fara 2. El diagnóstico El primer paso para diseñar una estrategia es contar con un buen diagnóstico. Este se divide en dos partes: el estado de la opinión pública, del cual ya se habló en un capítulo anterior, y la información social, económica y política. Ambas cuestiones deben conjugarse para tener una idea cabal de con qué escenario se va a enfrentar. Los estudios de opinión no son la única fuente, como ya se advir- tió. También es necesario responderse algunos interrogantes como los siguientes, para definir todo el contexto: 1. El contexto político • Agenda pública: cuáles son los temas en discusión en los medios • Pujas internas dentro del oficialismo y dentro de los partidos de oposición • Últimas acciones del gobierno y de la oposición • Relación del oficialismo local contra instancias de gobierno superiores • Situación en el poder legislativo: temas en discusión, alianzas, relaciones con el ejecutivo, relación numérica de fuerzas • Crisis o hechos públicos de fuerte repercusión pública 2. El contexto económico y social • Situación de los principales indicadores económicos y sociales: desocupación, actividad comercial, actividad industrial, conflictos sociales, etc.; • Posición de los principales actores sociales y económicos frente al oficialismo y la relación con sectores de oposición; • Influencia de los principales actores sociales y económicos sobre la sociedad; • Personajes relevantes en la comunidad: médicos, abogados, artistas, ex gobernadores o intendentes, religiosos, empresarios, docentes, sindicalistas; ¿qué filiación política tienen?, ¿son formadores de opinión?, ¿a quién se supone que apoyan? • Historia de la comunidad: hitos en la historia de la localidad o la provincia (terremoto, inundación, establecimiento de una industria, boom económico), personajes históricos, reivindicaciones históricas, problemas estructurales, gobernantes recordados, nacionalidad de los inmigrantes. • Actividad económica predominante: comercial, industrial, agropecuaria, administración pública, servicios. • Características socio-demográficas: segmentos etarios y ocupacionales, nivel educativo de la sociedad, movimientos migratorios, poder adquisitivo, nivel socio-económico, movimientos religiosos, organizaciones comunitarias. • Características de la vida cotidiana (estilos de vida): qué se consume, qué hace la gente con el tiempo libre, qué se lee, qué deportes se practican, relación con el clima, horarios, comidas, música que se escucha, qué actividades desarrolla la juventud. 56
  • 55. Capítulo II 3. Estructura del electorado • ¿De qué signo político es mayoritariamente el electorado local? • ¿Quién ganó cada elección desde el ´83 a la fecha? • El partido que ganó en cada ocasión: ¿ganó la elección en todos los niveles, o ganó sólo las locales? • ¿Existen terceras fuerzas? ¿A qué partido les ceden sus votos a nivel nacional? ¿Se estima que hay mucho corte de boleta? • ¿En qué zonas recoge más votos cada partido? Análisis por circunscripción y por mesas, en la medida de lo posible. • Análisis ecológico del voto: cruzamiento de los resultados electorales con datos censales en el nivel más desagregado posible. 4. Características políticas y personales de los candidatos • ¿Cuál es la historia política y personal de cada candidato? ¿qué cargos ocupó? ¿qué actividad desarrolló en su vida privada? ¿es de la localidad? • ¿De qué sector viene dentro del partido? ¿cuál es su encuadramiento ideológico? ¿con quién está aliado? ¿a qué liderazgo responde? • ¿Cómo llegó a la candidatura? ¿es heredero del liderazgo de otro o lo construyó él mismo? ¿era resistido por la dirigencia del partido? ¿era esperable que ganara la interna? ¿siguió un estilo tradicional o es innovador? ¿rompe con las tradiciones del partido? ¿él domina al partido o el partido lo domina? tiene estructura propia? • Características personales: carácter, capacidad de trabajo, habilidad política, carisma, tiempo para dedicarse, capacidad de comunicar, intuición; relación con sectores de poder locales; vida privada; fortuna personal; situaciones en manos de la justicia. • ¿Está predispuesto psicológicamente? ¿cuál es su ánimo? ¿está convencido que gana o sólo aspira a hacer un buen papel? • Si es del oficialismo: ¿qué relación tiene con el jefe del ejecutivo, personal y política? ¿ha sido crítico o disciplinado? 5. Recursos de los partidos y los candidatos • Capacidad de movilización de cuadros de cada partido o candidato; • Habilidad política y comunicacional de los dirigentes políticos del entorno; • Capacidad de conseguir recursos financieros; • Respaldo técnico de campaña (información, publicidad, organización). 6. Estructura de los medios de comunicación • ¿Qué medios se leen, escuchan o ven en la localidad o provincia? • ¿A quién pertenecen? • ¿Tienen alguna identificación política? • ¿Cuáles son los programas más vistos o escuchados? quién los escucha? • ¿Cuáles son los programas políticos? quién los dirige? tienen alguna identificación política? • ¿Qué estado de ánimo está instalando la prensa en general? 57
  • 56. Carlos Fara 7.Tipo de elección • ¿Qué cargos se juegan en la elección: sólo legislativo, sólo ejecutivo, ambos, en los tres niveles, sólo nacional. 8. Estrategia de los candidatos: • ¿Qué está haciendo cada candidato? • ¿Qué barrios están recorriendo? • ¿Con qué sectores de poder están conversando? • ¿Qué apoyos públicos están recibiendo? • ¿A quién le están hablando?, ¿qué están prometiendo?, ¿qué declaraciones públicas hacen? • ¿Cómo es su publicidad? • ¿Qué operaciones políticas están montando?, ¿qué buscan?, ¿qué rumores echan a correr?, ¿qué acción psicológica desarrollan?, ¿qué sensación quieren instalar? • ¿Cuáles son los movimientos de su entorno y de los dirigentes de cada sector? 9. Alianzas • Alianzas posibles o concretadas entre partidos o candidatos que pudiesen alterar el escenario actual 3. ¿Cuál es mi objetivo? Todos queremos ganar, pero no siempre se puede. O porque somos oposición y el oficialismo está haciendo buen gobierno, o porque no tenemos un gran candidato, o sencillamente porque el perfil de la sociedad no nos permite romper la tradición histórica. En muchas circunstancias, hacer una buena elección, aun saliendo segundo, es un triunfo. Por eso el objetivo debe ser realista para que no se generen expectativas infundadas. Por otra parte, definir bien el objetivo es fundamental porque la estrategia que le corresponde puede ser bien diferente si se trata de ganar o de hacer el mejor papel posible. Muchas veces un candida- to puede utilizar una campaña no para ganar, sino para instalarse en el distrito, hacerse conocido y plantearse como objetivo final intentar ganar en una elección posterior. Si uno no va por el premio mayor, también la inversión de recur- sos que realiza es diferente y se ubica en otra posición. 4. ¿De qué se trata la elección? Una elección es siempre un plebiscito. Siempre se está plebiscitan- do algo: un candidato, un liderazgo, una gestión, un modelo de 58
  • 57. Capítulo II país, una conducta, una ideología, la confianza, etc. Quien mejor se posicione frente a la sociedad en el eje o los ejes de ese plebiscito, es el que finalmente gana la elección. Por lo tanto, si no se tiene en claro esta cuestión, todas las deci- siones que se tomen serán erróneas. Si, por ejemplo, alguien hubiese partido del supuesto de que la campaña presidencial del ´99 en Argentina se trataba acerca de la continuidad, en vez de impon- er un cambio -como realmente sucedió- hubiese escogido un can- didato, una estrategia y un discurso totalmente ajenos al eje central del debate. 5. ¿Cuáles son mis ventajas comparativas? Las ventajas comparativas son las palancas a partir de las cuales un candidato o un partido pueden volcar votos a su favor. Dichas ven- tajas pueden ser características personales de un candidato (honesti- dad, capacidad, liderazgo), características políticas (adscripción ideológica, partidaria, posiciones ante temas críticos), una imagen individual, una gestión gubernamental con alta aprobación, un tema, propuestas de gobierno o el historial de un partido. Esas ventajas son las armas que tiene un candidato para permitirle diferenciarse posi- tivamente frente al electorado. Si, tal cual indica la lógica, logra resaltarlas a lo largo de una campaña, le está otorgando a la gente cri- terios con los cuales discriminar las distintas ofertas electorales. Tener una ventaja comparativa no implica necesariamente que se la está aprovechando en función electoral. A veces la ventaja existe - o sea, es percibida por la opinión pública- pero la agenda de dis- cusión de la campaña no permite instalarla como criterio primor- dial a los que dudan sobre su decisión final. Demás está decir que el partido o el candidato que ganan una elección es porque han logrado posicionarse como el mejor en aquellos ítems que son más relevantes para el electorado. La identificación de las ventajas com- parativas ya ha sido suficientemente tratada en el capítulo referido al diagnóstico de la opinión pública. De todos modos, vale recor- dar que las ventajas le permiten a un candidato cortar al electorado por determinado eje que lo favorece y construir así su coalición ganadora mínima. 6. ¿Cuál es mi concepto de campaña? Una vez que tengo definido el diagnóstico del escenario, mi obje- tivo, de qué se trata la elección y mis ventajas comparativas, estoy en condiciones de definir el concepto de mi campaña, la impronta que guiará la campaña. 59
  • 58. El concepto no necesita definirse en más de una frase; a veces, son no más de tres o cuatro palabras. Pero esa frase no debe dejar lugar a dudas respecto a qué está buscando el candidato, qué imagen nece- sita construir, hacia dónde va. El concepto central no es el slogan publicitario. El slogan traduce el concepto al lenguaje publicitario. Un ejemplo de concepto puede ser (aludiendo al caso práctico que se incluye al final del manual): Chichín Fernández es el cambio posible en San Miguel de Garicoy, porque sin el apoyo del PG no se puede gobernar. Si esto no está bien definido, la campaña será como una casa sin cimientos: tarde o temprano se vendrá abajo. El concepto debe ser la obsesión del equipo de campaña, ya que todas las decisiones que se tomen deberán responder a este criterio: el slogan, un acto, el afiche, las declaraciones frente a la prensa, el estilo de campaña, etc. Por lo tanto: Todo lo que no coincide con el concepto, no se hace. La dispersión es la peor enemiga de la estrategia. Como en la artes marciales, se trata de concentrar toda la fuerza en un puño. Si trato de instalar más de un concepto pierdo esfuerzos, dinero, tiempo, y lo que es peor, confundo al electorado sobre lo que es realmente importante. La discusión sobre el concepto puede estar basada en la pelea por espacios de poder o por distintas concepciones políticas o ideo- lógicas. Siempre existe quien piensa que “hay que levantar el volumen” y quien cree que “hay que moderar el discurso” frente al adversario. Respecto de la campaña presidencial del Frepaso de 1995, los dirigentes del Frente Grande pensaban que no se Bordón y Álvarez: sus equipos llegó al ballottage por no haber sido lo suficientemente duros de campaña no compartían la con el gobierno de Menem, mientras que el sector de Bordón misma visión sobre la estrategia concluye que de haber sido más críticos, quizás no hubieran a llevar en la elección de 1995. alcanzado el 30 % de los votos. 7. ¿Quién es mi electorado? En una campaña no se le habla a todo el mundo. Como se men- cionaba en el punto anterior: la cuestión es concentrarse. A quién le hablo es algo que, por supuesto, queda definido a partir del estudio de opinión pública, el que debe arrojar respuestas respecto a qué segmentos del electorado son más proclives a votarme: ¿quiénes son?, ¿dónde viven?, ¿qué edad tienen?, ¿a qué nivel socioeconómi- co pertenecen? Y sobre todo: ¿qué piensan? y ¿qué sienten? 60
  • 59. 8. ¿Cuáles son mis temas? Capítulo II Los temas pueden ser una de las grandes ventajas comparativas de un candidato. Para muchos analistas no tener un tema es no tener una campaña. Tenerlo, en cambio, es empezar a ganar una elección. Definir los temas de campaña es una de las cuestiones más difíciles. Para que un ítem sea considerado electoralmente relevante, debe cumplir con tres condiciones: 1) debe ser percibido como importante por la totalidad o parte del electorado 2) debe ser percibido como susceptible de ser solu- cionado por una acción gubernamental (es decir, los partidos pueden hacer algo por ese tema) 3) el electorado tiene que poder percibir las dife- rentes propuestas que hacen los partidos Desde este punto de vista, el agujero en la capa de ozono, más allá de su relevancia para el futuro de la humanidad, no parece cumplir con ninguna de las tres condiciones descriptas. En muchas oca- siones, los partidos debaten sobre tópicos que cumplen con los dos primeros requisitos, pero generalmente dejan vacío el casillero de la tercera condición. Por eso, son muy pocos los temas que real- mente están explotados en función electoral. Eso produce que en varios elecciones la gente termine optando por el cuarto o quinto tema y no por los dos o tres primeros. De nuevo se aplica la regla de la concentración: no puedo tener más de dos o tres temas, so pena de confundir al electorado y perder fuerza en el intento de instalación de mis ideas. No se puede hablar de 20 cosas diferentes, porque a nadie le quedará claro cuál es mi obsesión. Y como en una campaña no se le habla a todo el mundo, esos temas deben ser los más importantes para MI electorado, ya que los distintos segmentos pueden tener motivaciones diferentes. Ahora: hecha la ley, hecha la trampa. Lamentablemente, definir este punto no es tan sencillo como decir “mis temas son los temas de la gente, por lo tanto voy a hablar de desempleo y seguridad”. Cualquiera puede saber cuáles son los temas que más preocupan a la población sin hacer una encuesta o contratar a un consultor. El punto es que también se le debe prestar atención a las siguientes cuestiones: 1) No hable de temas que se salen de su agenda institucional. Si es candidato a concejal, no hable de la deuda externa. 2) Si bien un candidato debe hablar de lo importante y no de lo 61
  • 60. Carlos Fara secundario, la regla queda relativizada en la medida en que los temas principales ya estén bien cubiertos por los oponentes o los candidatos no se saquen ventajas. No debe olvidarse que un can- didato debe aprovechar las corrientes de viento no utilizadas por los demás, debe ocupar los espacios vacíos para establecer una diferen- cia a su favor. Con lo cual, la regla “hable de lo que le importa a los votantes”, necesita siempre de un análisis más detenido. 3) No siempre es un buen negocio callarse en los temas que no con- vienen o sobre los cuales algún adversario saca ventaja. En este sentido, Carlos Menem es un buen ejemplo de cómo sacar ventajas de las crisis o de las situaciones riesgosas y convertirlas en oportu- nidades para sumar poder. Durante los seis meses previos a la elec- ción presidencial de 1995, el gobierno nacional tuvo que responder a varias crisis políticas, sociales y económicas. La crisis económica como consecuencia del “efecto tequila” le permitió mostrarse deci- dido a que las cosas no se le fueran de las manos (ver eje “mano Menem logró convertir dura y hechos”). Crisis políticas como las generadas por las una crisis en una oportunidad declaraciones de represores arrepentidos (caso Scilingo) o la con la muerte del soldado Carrasco: anuló el Servicio muerte de un soldado en un cuartel (caso Carrasco) le permitieron Militar Obligatorio. lograr la primera autocrítica pública de las Fuerzas Armadas en materia de represión -por parte del jefe del ejército el general Balza- y la anulación del servicio militar obligatorio. La trágica muerte del hijo del presidente, que llevó a muchos a pensar que iba a ser interpretado por la sociedad como “la gota que rebalsa el vaso” de la tolerancia hacia la “frivolidad menemista”, no fue un hecho menor en el contexto de la campaña. En parte, porque des- pertó compasión hacia un padre. Pero también porque el presi- dente no se deprimió y siguió mandando en el país pese a su des- gracia personal. Esa actitud generó respeto en muchos que dudaban. 4) Son muchas las ocasiones en que los candidatos ponen énfasis en los mismos temas o le dan un tratamiento parecido. Se producen situaciones de “empate comunicacional” donde nadie saca venta- jas. Por eso, cuando todos hablan del mismo tema, hace falta pro- ducir las diferencias. Tres son los caminos recomendables en este sentido: a) Un candidato puede correrse hacia otros temas importantes (por ejemplo, si todos hablan sobre la corrupción, se puede intentar instalar el debate sobre la educación o la salud) b) Provocar la diferencia explicando cómo resolvería él el proble- ma en cuestión tratado por todos c) Sobre el mismo que todos hablan, y todos coinciden en cómo solucionarlo, una forma de desempatar es llevando a la discusión acerca de quién tendrá las agallas suficientes para ponerlo en prác- tica (diferenciación a partir de un atributo) 62
  • 61. Capítulo II La idea es transitar siempre por autopistas despejadas, donde no haya embotellamientos de mensajes o excesivos ruidos en la línea. Si todos hablan de lo mismo y ninguno intenta establecer una diferencia, el público no tiene criterios para discriminar y elegir. Al final de cuentas, se mantiene el statu quo electoral y en la satu- ración comunicacional gana quien ya está primero. 5) Un error habitual es insistir en un tema cuando el mismo no tiene ningún asidero en la opinión pública. Algunos dirigentes creen que si existe un hecho objetivo, el mismo tiene que ser percibido tarde o temprano por el electorado. Son aquellos que piensan que de tanto insistir con un tema, finalmente se lo termina instalando en la discusión de campaña. En la elección para jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 1996, el Frepaso trabajó mucho para involucrar al radicalismo local como co-responsable con el justicialismo de la supuesta corrupción en el Concejo Deliberante y en la Municipalidad. Utilizaron como slogan que había que desarmar “la caja negra” de Buenos Aires. De esa manera se pensaba cuestionar el aura de honestidad que poseía el candidato de la UCR, Fernando de la Rúa. Lo que no advirtieron fue que la sociedad no lo asociaba, ni lo asoció jamás, con la corrupción local. Por lo tanto, la prédica insistente no surtió el efecto esperado. Cualquier mensaje de campaña tiene que montarse sobre percepciones ya existentes en la opinión pública; no puede crearlas sin mostrar pruebas contundentes e indiscutibles. 6) Una última cuestión es la agenda de temas de campaña. Quién define la agenda de temas es fundamental porque tiene un impacto psicológico muy importante sobre el electorado y le quita relevan- cia y espacio a sus adversarios. El que maneja la agenda de temas, de alguna manera, está condicionando fuertemente las estrategias de sus oponentes: • no les permite planificar su timing de temas, • los obliga a invertir esfuerzos en fijar posición sobre temas que no siempre les son rentables, • los tiene a su merced dado que siempre les está cambiando el eje de la discusión, • los desconcierta, los desorienta, • les hace perder tiempo con idas y venidas discutiendo sobre temas que no son realmente importantes para el electorado, o • los provoca con declaraciones que sólo pueden producir indignación. Tarde o temprano, quien lleva a cabo estas tácticas le pone un techo al crecimiento de sus adversarios. Un buen ejemplo del manejo de la agenda de temas lo dio Raúl Alfonsín, cuando en 1983 denunció la existencia de un pacto sindical - militar. Independientemente de su veracidad objetiva, el target del candidato radical estaba fuerte- mente predispuesto a creerle. El ex presidente dejó a sus adversa- rios peronistas vociferando, atacando y negando semejante denun- 63
  • 62. Carlos Fara cia. La batalla la había ganado Alfonsín desde el mismo momento en que obligó a sus oponentes a debatir sobre un ítem propuesto por él y en el que aquellos llevaban todas las de perder. Quien logra poner sobre la mesa un tema de debate, empieza Quien logra poner ganando la discusión. Obligar a alguien a hacer algo en política sobre la mesa un implica una demostración de poder y, en definitiva -sobre todo tema de debate, para los cargos ejecutivos- la sociedad privilegia a mujeres y hom- empieza ganando bres con manejo del poder. la discusión. 9. ¿Cuáles son mis promesas? Algo tengo que llevar al mercado para poder vender, lo cual no sig- nifica entrar en la carrera de las promesas al estilo de los remates (“¿quién da más?”). Las propuestas también pueden formar parte de las ventajas comparativas: por ejemplo, ¿quién tiene mejores ideas para resolver el desempleo? Las propuestas contribuyen al posicionamiento de un candidato, no tanto por la aceptación más o menos racional, sino por las aso- ciaciones inconscientes que los votantes pueden hacer. Las solu- ciones propuestas para un determinado problema deben respetar cierta lógica rastreable en lo que subyace en las opiniones sobre diversos temas. La masa de votantes de un candidato se reúne a partir del encuadramiento en determinados ejes. Respetar esos ejes en todos los aspectos de una campaña significa no desvirtuar el posicionamiento alcanzado. Si un dirigente reúne detrás de sí sólo el voto cautivo de su partido, no necesita invertir mucho esfuerzo en construir un discurso que apele a la ruptura de las prácticas políticas cerradas y tradicionales. No le estaría hablando a su elec- torado natural, sino a otros que -por ahora- no lo votan. Salvo que esté muy seguro de que puede captar a esos “independientes”. Más que nada, las propuestas transmiten la sensación de que el que se postule para un cargo sabe de qué está hablando y podrá con- trolar las situaciones de crisis que se le presentan a todo gobierno. Si bien la teoría democrática aduce que el proceso eleccionario es una oportunidad para debatir racionalmente las diferentes plataformas de gobierno, en la práctica pocos saben qué piensa su candidato sobre cosas tan importantes como el futuro de las cen- trales nucleares, la tasa de delincuencia o las relaciones económicas con el sudeste asiático. No es un problema de los ideales democráticos ni de los votantes. Los que votan son seres humanos que se levantan con la esperanza de volver a su casa lo más pronto posible para descansar y poder aprovechar el fin de semana para llevar a su familia a disfrutar del parque. Nunca hay que olvidarse de semejante dato de la realidad. No obstante, convendría no generalizar y advertir que no es lo 64
  • 63. Capítulo II mismo si se está tratando de captar el voto de los sectores humildes o si su objetivo es recoger voluntades en las clases media y alta. Los estratos con mayor nivel educativo son mucho más propensos a valorar las propuestas “racionalmente construidas”, típicamente el público con formación universitaria y mayor acceso a los medios de comunicación. Sin embargo, no todo son propuestas. El público duda mucho antes de consumir un producto si no lo probó antes. Para eso están las muestras gratis. Pero no existe algo tan claro como las muestras gratis en política. No se supone que la sociedad acepte que go- bierne cada candidato por un par de meses a ver cómo funciona, y sin que ello implique algún costo para la realidad social. Este elec- torado quiere ver suficientes gestos o hechos por parte de la clase política antes de decidir si invertirá o no su voto en ella. Es por eso que las plataformas partidarias tradicionales ya no sirven para nada. Nadie lee un mamotreto de 200 páginas lleno de declara- ciones de principios y buenas intenciones para decidir su sufragio. La decisión pasa por la imagen que cada uno se forme del candidato. 10. ¿Quiénes son mis adversarios? El o los adversarios electorales son aquellos con quienes se disputan los votos. Es una de las definiciones más importantes porque en muchas oportunidades, sobre todo en contextos no polarizados o de candidatos múltiples como la ley de lemas, los comités de campaña están convencidos de pelear los votos con un partido, cuando en realidad los están peleando con otro. Ir a buscar los votos al lugar equivocado significa perder tiempo, energía, dinero y oportunidades. En la primera elección para gobernador de Tierra del Fuego en 1991, se presentaba un contexto muy polarizado entre el justicia- lismo y el partido provincial -el Movimiento Popular Fueguino- quien finalmente ganó la elección por 2 puntos. El tercero en dis- cordia era la Unión Cívica Radical que obtuvo el 6.49 % de los votos. La dirigencia justicialista pensaba que el campo de batalla eran los votantes radicales, cuando en realidad debía tratar de cap- tar a algunos electores ya inclinados por el Mopof, en función de su perfil ideológico. El adversario no es necesariamente aquel con quien se debe debatir en una campaña; o dicho de otro modo, pelearle los votos “al” candidato X no significa pelearse “con” el candidato X. La primera es la batalla estratégica, mientras que la segunda es la táctica que se expresa en lo comunicacional. En la campaña para jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 1996, De la Rúa y La Porta pelea- ban por un espacio de votos en común. Pero, salvo contadas oca- siones, ambos tenían como principal destinatario de sus mensajes al gobierno nacional porque cada uno estaba tratando de construir 65
  • 64. Carlos Fara la imagen del “mayor opositor” a Menem. En otro contexto en el cual se producen confusiones respecto a quién es el adversario es cuando se compite en el marco de la ley de lemas. Esto sucede porque muchos candidatos entran a la contienda con el solo objetivo de posicionarse lo mejor posible en la interna abierta que implica el citado mecanismo electoral. Pero no advierten que es una interna abierta y cruzada, es decir, un sub lema puede pelear votos con otro sub lema del mismo partido, pero habitual- mente existen posibilidades de que también se le superpongan elec- tores con una lista de otro partido. En este sentido debe decirse que cuando no se poseen datos de opinión pública segmentados, dicho sistema electoral termina por desorientar a muchos dirigentes. 11. ¿Qué voy a hacer en el día a día? Tengo todo claro: a dónde voy, qué quiero transmitir, quién es mi elec- torado, mi adversario y cuáles son mis temas. ¿Y ahora? ¿Qué hago mañana? El punto: ¿cómo convenzo a la gente de qué soy el mejor? Debo pensar en Debo pensar en eventos y hechos, no sólo en declaraciones. La eventos y hechos, no sociedad evalúa actualmente más las conductas que las opiniones. sólo en declaraciones. Todo lo que hago desde el primer día de campaña tiene que ser lo suficientemente claro y contundente, como para que a nadie le queden dudas respecto que, siguiendo el ejemplo del caso práctico, Chichín es el cambio posible. El gran problema que tienen las campañas hoy es el desinterés por la política y la escasa credibilidad de la dirigencia. Por lo tanto, es aplicable el dicho popular de que “de noche, todos los gatos son pardos”. Esto implica hacer un gran ejercicio de creatividad, ser un poco audaz, y correr algunos riesgos para no quedar confundi- do en el mismo lodazal. Cuando alguien no puede distinguir entre diferentes grises, es imprescindible aportarle elementos para que pueda discriminar, educándolo. En el fondo la gente pide que la ayudemos a elegir. En este sentido, el estilo de campaña transmite nuestros valores: así como se hace campaña, se va a gobernar. Una campaña desorgani- zada, no puede transmitir seriedad; una campaña tradicional de actos de militantes, no puede instalar que somos el cambio; una campaña aburrida, formal, no es lo mejor para indicar que somos lo nuevo, lo moderno. Por otra parte, todo lo que se haga, en la medida de lo posible, debe pensarse que tenga un formato para los medios. Si a lo que se haga es posible sacarle una foto o tomar imágenes de video, tanto mejor. 66
  • 65. La agenda del candidato es crítica, porque a través de ella se va desgranando la estrategia central de campaña. Muchos de los eventos que se realizan durante una campaña no son precisamente efectivos en materia de sumar votos, pero no se pueden dejar de realizar, sobre todo, para conducir las energías de la propia tropa. Existen muchos actos que son más que nada hitos (actos de lanza- miento o de cierre) para crear clima triunfante y generar entrega por parte de los militantes, pero que estrictamente hablando quizá no logren un sólo voto. Es cierto, también, que la sumatoria de muchas de estas actividades sirven para darle presencia a la campaña Massaccesi quiso transmitir su (“que esté instalada en la gente, en la calle”) y sólo así se van conci- objetivo de reabrir ramales ferroviarios haciendo un viaje tando voluntades a favor. en tren por la provincia de Buenos Aires y Río Negro. Hay también muchas actividades que cumplen el rol ritual de transmitirle a ciertos sectores de poder económico (empresarios, banqueros, inversionistas, productores, comerciantes, represen- tantes otros países, etc.) o social (Iglesia, sindicatos, agrupaciones vecinales, foros culturales, etc.) cuáles son las propuestas que se pondrán en práctica en caso de llegar al gobierno. Tanto los even- tos dirigidos hacia la “interna” como hacia los “sectores de poder”, son imprescindibles en cualquier campaña. Puede darse entonces por seguro para un candidato no es “¿qué hago?”, sino “¿qué dejo de hacer?”, porque siempre son miles las invitaciones que recibirán para debatir y exponer ante colegios, amas de casa, sindicatos, sociedades de fomento, grupos de mili- tantes, juntas vecinales, docentes, discapacitados o productores agropecuarios, sin contar a las cientos de radios de frecuencia modu- lada y otros medios de comunicación de mayor envergadura. Muchas de estas actividades insumen mucho tiempo y energía, sin muchas veces llegar a evaluar su real conveniencia. En ciertas oca- siones se tiene la sensación de que se están haciendo muchas cosas, cuando en realidad no se está haciendo nada relevante. Por eso es importante la distribución de los distintos compromisos entre varios dirigentes o componentes de las listas por dos razones: primero, para descomprimir los tiempos del candidato principal, y segundo, para dar una imagen de equipo compacto en donde no sólo vale la pena el cabeza de lista. Tanto los eventos de campaña como las declaraciones deben confluir en un mismo punto: construir una imagen que responda al concepto central. Se trata de realizar todos los gestos posibles como para obtener la identificación del sector más amplio del electorado. 67
  • 66. Carlos Fara 12. El timing de la campaña Una campaña es como contar una historia: armar un relato impli- ca respetar ciertas reglas, como que por ejemplo, el desenlace va al final y no en el medio, que siempre debe haber cierta cuota de sor- presa y enigma, para volver atractivo el cuento, donde el manejo de las expectativas es fundamental. Los tiempos de la campaña forman parte de la estrategia, porque de lo contrario es como un chiste mal contado: no causará gracia, o al menos no la suficiente. La primera cuestión es que no todo el electorado se interesa en una campaña al mismo tiempo: al principio se involucran los más poli- tizados e informados, que son al mismo tiempo quienes más tienen su voto decidido de antemano. Hacia el final del proceso se intere- san los menos politizados e informados, quienes forman su opinión a partir de impresiones fragmentadas, incompletas, experiencias personales, emociones, o comentarios de allegados. Por lo tanto, una campaña debe tener un inicio importante, el comienzo de la historia, de la marcha hacia el poder, donde se trans- mite el concepto central. Y, como en las composiciones de música clásica, tendrá un final a toda orquesta, fuertemente emotivo (de ahí que muchas veces el acto de cierre sea particularmente cuidado). El segundo punto es que se deben manejar las expectativas sin cansar a la gente, ya que es imposible mantener la atención del público todo el tiempo. Por lo tanto, es aconsejable variar el ritmo de la campaña, subiendo y bajando el volumen, lo que no significa paralizar la actividad en ningún momento. 13. Preguntas típicas de un candidato a un consultor de campaña 1. ¿Ataco o no ataco al oponente? No existe una respuesta única. La definición de este punto admite muchas variantes. La conclusión va a estar en función de: a) la personalidad del candidato, b) el timing de la campaña, c) el contexto, d) la estrategia de los adversarios, e) la credibilidad o la imagen del que ataca, y f) la credibilidad o la imagen del atacado. No a todo el mundo le queda bien atacar. Existen diferentes per- sonalidades que hacen creíble o no el ataque. Alguien que ataca sin la suficiente convicción puede sonar a actuación. Nadie podría esperar de Horacio Usandizaga o del Gral. Domingo Bussi acti- tudes moderadas, más allá de las diferencias ideológicas. A la inver- 68
  • 67. Capítulo II sa, de José Octavio Bordón o de Rodolfo Terragno tampoco cabría esperar exabruptos. Cada uno desempeña un rol en función de las características de su personalidad. Con esto no se quiere decir que el respeto al estilo personal asegura el triunfo. Muchas veces para ganar harían falta actitudes inversas a las históricas, pero el can- didato en cuestión no las puede asumir. Lo que sí puede hacer cualquier candidato es mechar su estilo tradicional con actitudes diferentes. A un candidato moderado le puede resultar muy conveniente elevar de vez en cuando el volu- men de su discurso para estigmatizar una imagen excesivamente tibia o blanda, sin garra o sin coraje. Por aquello de que “lo cortés no quita lo valiente”. Si un contendiente de estas características es sistemáticamente atacado, puede afirmarse “saliendo a pegar”, eno- jarse, para no dejar la impresión de ser un pelele o un puching ball, al que cualquiera lo ataca sin miramientos. Contestar en determi- nado momento las agresiones puede prevenir una escalada mayor de ataques e imponer cierto respeto sobre los adversarios. Recuérdese que en muchas de estas pequeñas actitudes o gestos se construye la imagen de una persona. Aun cuando no sea el estilo tradicional de una persona, el timing de la campaña, el in crescendo, lo impone. Si una carrera viene cabeza a cabeza, o muy polarizada, los dos o tres puntos que le estén faltando a un candidato se pueden lograr tensando la cuerda, para dividir aguas claramente. Cuenta Tomás Luciani en su libro ¨El Rey¨, respecto a la campaña de Ortega en 1991 para acceder a la gobernación de Tucumán, algunos detalles que rodearon al debate televisivo entre el cantautor y el candidato de Fuerza Republicana, Domingo Bussi: “La estrategia, antes de entrar al estudio, tendía a irritar a Bussi, sacarlo de sus casillas, para mostrarlo en una actitud irascible, soberbia, de sabelotodo, frente a la humildad de su oponente. Toledo explica que para ganar las elecciones, debíamos tensar la cuerda al máximo, diferenciar las imágenes de los dos candidatos, hasta ubicar a Bussi en un extremo insoportable para una parte del electorado independiente que incluso lo había votado en 1989. La psicología de la gente hace análisis de trazos gruesos, muy distin- tos al que hacen los políticos sumergidos en su microclima. A par- tir del debate, conseguimos acentuar los rasgos autoritarios de Bussi, y la polarización, porque las imágenes quedaron mucho más Ortega atacó a Bussi oportunamente para mostrarlo diferenciadas” (pág. 161). como un autoritario. Claro que esta es siempre una jugada de riesgo porque el impulsor del clímax más agresivo puede quedar muy descolocado frente al oponente. Un uso común de la agresión es para instalar a un candidato, o para instalar una elección. Si un dirigente va segundo y lejos del 69
  • 68. Carlos Fara primero en las encuestas, es muy normal que salga a hacer declara- ciones “picantes” para concentrar la atención de los medios sobre su candidatura, y para obligar al primero a bajar a una discusión poniéndolo de igual a igual, pese a las diferencias numéricas. También se trata de “ponerle pimienta” a una elección que no está concitando la suficiente atención por parte de la opinión pública. Una semana antes de que se realizare la interna abierta del Frente del País Solidario en 1995 entre “Chacho” Alvarez y José Octavio Bordón, éste amenazó con romper la alianza aduciendo una serie de críticas personales por parte de los principales dirigentes del Frente Grande. Una de las razones que se esgrimieron off the record para producir semejante crisis, es que dicha elección interna no estaba suficientemente instalada en el electorado y, por lo tanto, había que avivar el fuego de alguna manera. También puede ser También puede ser oportuno el ataque personal para hacerle oportuno el ataque perder tiempo al adversario en una batalla que no lo conduce a personal para hacerle nada, al estilo de los boxeadores que traban la pelea agarrándose de perder tiempo al su rival. Algunos protagonistas de una campaña son muy sensibles adversario en una a la “guerra sucia”, al punto que un ataque del adversario los puede batalla que no lo deprimir. El ataque sirve entonces para “sacarlo de sus casillas”, conduce a nada para que el otro pierda la paciencia y olvide su tono moderado e impoluto, o para que “se vaya de boca” y diga cosas inconve- nientes. En política se suele decir “pegarle en la cucha para que salga a ladrar”, o “hay que pegarle al chancho para que grite hasta que salga el dueño”. Está en juego la imagen de liderazgo que cada contendiente quiere construir. Dado que el rol agresivo no siempre puede ocuparlo el candidato estrella de una lista o de un partido, es conveniente de entrada fijar dos roles: quién hace de bueno y quién hace de malo en una cam- paña, quien ataca (“pega”) y quien “pone paños fríos”. Es impres- cindible que en toda campaña se desempeñen los dos roles, porque no se pueden resignar tácticas. Existen muchas veces ciertas refle- xiones en el inconsciente colectivo que ningún dirigente se ani- maría a decir públicamente, al menos ninguno de los que juegan cierto prestigio personal en la elección. Sin embargo, quizá sea con- veniente tratar de instalar ciertas imágenes, o largar “globos de ensayo” para ver las reacciones de la sociedad y del adversario. Siempre está en juego la credibilidad de quien inicia el ataque. Al principio del gobierno de Menem, éste tenía predilección por atacar a Alfonsín, identificándolo con el demonio (“nos tiraron el gobierno por la cabeza”). Esto le dio muy buenos resultados dada la bronca acumulada contra el ex presidente radical en función del descalabro económico. El punto es que insistir más de la cuenta con tal mecánica termina produciendo hastío o falta de sorpresa - la gente ya sabe qué va a decir un dirigente- y eso hace decaer 70
  • 69. notablemente el rédito del ataque hasta agotarlo por completo. Capítulo II Este es el contexto de uno legitimado y otro desacreditado. Mucho peor es el efecto cuando el que ataca está desacreditado. Hacia 1997, cuando el presidente Menem registraba los índices de popularidad y aprobación de gestión más bajos, los ataques a Alfonsín no sólo se volvieron inocuos, sino que hasta fueron contraproducentes, y se volvieron un boomerang. La gente empieza a concentrar la mirada sobre el que ataca y lo considera sin legitimidad para hablar. Un ejemplo de ataque controlado y limitado es el que produjo José Octavio Bordón a fines del año ‘92, cuando se negó a integrar una lista en la que figuraba José Luis Manzano para una elección interna del Partido Justicialista de Mendoza. En esos momentos, el ex mi- nistro del interior de Carlos Menem, cargaba sobre sus espaldas una imagen de corrupto. Lo cierto es que Bordón no hizo ningún ataque personal directo a su co-provinciano, aunque el gesto de renunciar a su candidatura como senador nacional era por demás explícito. Manzano, conciente de su debilidad pública, se apartó de la lista que integraba, otorgándole el triunfo a Bordón. Después de esa ocasión, el ex gobernador cuyano nunca volvió a ocuparse de su comprovin- ciano. Un sólo gesto le alcanzó para fijar su posicionamiento frente a la opinión pública. Erróneo hubiese sido engolosinarse con ese tipo de actitudes que, a la tercera o cuarta oportunidad, terminan por no llamar la atención de la opinión pública. Si no le resulta conveniente a un dirigente legitimado abusar del Tratar de atacar a ataque personal, mucho menos debería resultarle efectivo a un can- alguien con buena didato no del todo bien instalado atacar a alguien que posee una imagen desde una alta popularidad. Tratar de atacar a alguien con buena imagen posición de debilidad desde una posición de debilidad es como intentar atravesar una es como intentar pared golpeándola con la cabeza. Parecería existir un decálogo del atravesar una pared sentido común en política que no se corresponde con las expecta- golpeándola tivas del electorado desregulado, tal cual se lo definió en el capítu- con la cabeza. lo correspondiente. 71
  • 70. Carlos Fara Decálogo del sentido común de un dirigente 1. Si soy del partido oficialista, siempre tengo que defender al gobierno. 2. Si soy opositor, siempre tengo que atacar al gobierno. 3. Si admito errores o equivocaciones, demuestro debilidad. 4. Si el adversario comete un error, lo ataco; si logra un acierto, me callo. 5. Si ataco a otro dirigente, lo debilito. Si me atacan, me desprestigian. 6. Si saco a relucir aspectos de la vida privada del opositor / adversario, lo debilito. 7. Siempre tengo que salir a responder públicamente las críticas o los ataques; si no, demuestro debilidad. 8. Si capto el apoyo del dirigente X, capto el apoyo de sus seguidores. 9. Si nunca me juego demasiado en mis declaraciones, no me desgasto. 10. Si existe un problema grave y lo relativizo en mis declaraciones, aplaco el problema. Teniendo en cuenta el rechazo a todo lo que suene política tradi- cional -expresada en el decálogo- la sociedad viene premiando desde el mismo inicio de la nueva etapa democrática a aquellos dirigentes que rompen con aquella lógica. Dado que las identidades partidarias tradicionales están debili- tadas, los votantes no están tan dispuestos a firmar cheques en blanco a los dirigentes. Esto es, condicionan más el apoyo a un co- rrecto desempeño. Desde este punto de vista, un político que tuvo una mala actuación tiene que estar dispuesto a perder el apoyo incluso de los votantes tradicionales de su partido. A su vez, si un dirigente realiza una tarea loable puede recibir incluso el voto de aquellos que nunca lo habrían apoyado. Si alguien hace algo bien, el electorado no justifica que un opositor lo critique por el solo hecho de pertenecer a otro partido. Si algo está bien hecho, no importa qué partido lo hizo. La sociedad no está predispuesta a que se planteen opuestos absolutos. No quiere que los políticos planteen el debate en términos de “Boca – River”. Se ha hecho carne el proverbio chino que dice que “cuando el dedo señala a la luna, el idiota mira al dedo”. Hay muchísimos dirigentes que Foto de partido Boca – River: siguen mirando al dedo, mientras que el electorado mira a la luna. La sociedad no quiere que los políticos planteen el debate en Por eso los dos primeros puntos del decálogo han quedado vacia- términos de Boca – River. dos de contenido. 72
  • 71. Capítulo II Claro está que las tradiciones de la política siguen pesando más en la clase dirigente que en los propios votantes. Por lo tanto, este impor- tante dato de la opinión pública cuesta ser entendido por muchos. A un dirigente de débil imagen en la gente no sólo no le resulta útil atacar a un oponente con alta aprobación, sino que además debería poder reconocerle sus méritos para ser creíble de cara al electorado. Claro que la mayor parte de los dirigentes políticos no se animan a hacer esto, pues creen debilitarse frente a la tropa propia. La regla 4 (“si el adversario comete un error, lo ataco; si logra un acierto, me callo”) queda entonces fuertemente relativizada. Si un dirigente débil ataca a uno bien posicionado, lo más proba- Si un dirigente débil ble es que, lejos de debilitarlo, termine fortaleciéndolo, pues lo con- ataca a uno bien vierte en una víctima. Por eso, hay que prestar mucha atención posicionado, lo más cuando un candidato ataca a otro: muchos piensan que está tratan- probable es que, lejos do de debilitarlo; quizá esté tratando de fortalecerlo. En los últimos de debilitarlo, termine tramos de la campaña presidencial de 1995, cuando ya Bordón esta- fortaleciéndolo, pues lo ba cómodamente instalado como segundo y su crecimiento preocu- convierte en una paba al gobierno, éste decidió salir a atacar a Massaccesi, tercero víctima. lejos en las encuestas, para aglutinar detrás del rionegrino muchos tradicionales votos radicales que se estaban volcando por el repre- sentante del Frepaso. Así, el ataque implicaba fortalecimiento. La mayor parte de las veces, el debate furibundo entre políticos causa rechazo en el electorado menos politizado e indeciso. En la mayoría de las ocasiones, nadie gana claramente votos con el inter- cambio de agresiones, y puede ser que éstos vayan a manos de un tercero. En la elección para diputados nacionales de 1989, en la Capital Federal, competían como cabezas de lista Adelina de Viola por la Ucedé, Dante Caputo por la UCR y Miguel Angel Toma por el PJ. Después de un debate televisivo entre los dos primeros, donde primaron las acusaciones personales, el representante del justicialismo terminó triunfando en las urnas al haberse excluido de dicha discusión. Algo semejante ocurrió en las elecciones para jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 1996. Fernando Beliz sacó partido de los de la Rúa y Norberto La Porta protagonizaron un duro intercam- ataques entre De la Rúa bio personal que les impidió sacarse ventajas entre sí, favoreciendo y La Porta en la elección para Jefe de Gobierno al candidato de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz. de 1996. El argentino rechaza las campañas negativas, más habituales en suelo americano. Incluso en los ´90 se han traído algunos especia- listas en esa modalidad a la Argentina. Nunca han dado resultados ni jamás se han implementado a nivel publicitario. Tampoco las ventilaciones sobre aspectos de la vida privada de los candidatos. 2. ¿Qué prometo? Poco y nada. Las promesas generan quizá tanto rechazo como los ataques personales. Forman parte del catálogo de la política tradi- cional. La sociedad no vota promesas explícitas, elige imágenes 73
  • 72. Carlos Fara implícitas. Prometer algo durante una campaña es quedar suma- mente expuesto al famoso veredicto popular “los políticos siempre prometen y después no cumplen”. Desde este punto de vista, las promesas excesivas de un candidato no deberían desesperar a sus oponentes e involucrarlos en una carrera alocada por subir el monto de las apuestas. El electorado no está esperando eso. Diferente es hacer propuestas (ver el punto correspondiente). 3. ¿Aparezco mucho o poco? Como ya se dijo al hablar del timing, la consigna principal es no saturar al electorado. Por eso las apariciones públicas deben tener picos de intensidad, ciertos hitos, que jalonen la campaña. Si un candidato se mantiene a lo largo de tres meses con un alto nivel de exposición, salvo que crezca paulatinamente y se dirija hacia el triunfo, lo más probable es que termine agotando al electorado. Sobre si todo si no existe una adecuada renovación del discurso cada 20 días. Tanto el electorado como el candidato, deben tomar un poco de aire de vez en cuando, para que las presencias despierten cierta expectativa. Si un candidato aparece “hasta en la sopa”, tarde o temprano hará decrecer la atención sobre él. Aparecer mucho o poco depende de tres circunstancias. Una es la posición relativa de un candidato al comienzo de su campaña (porcentaje de intención de voto que posee), la segunda es la per- sonalidad de aquel y la tercera es el contexto dinámico. Por regla general, si el candidato va primero no necesita exponerse dema- siado para evitar desgastes prematuros o estar obligado a pronun- ciarse sobre temas o situaciones que no le convienen. Siempre hay una buena ocasión para hacer un viaje al exterior en función de aceptar invitaciones formuladas oportunamente. Los ejemplos abundan. Sin embargo, cada tanto, el que va primero moviliza a toda su tropa para que “no se quede dormida” y le activa los refle- jos. Entonces, rearma el comité de campaña, le da un nuevo cariz, redistribuye los roles, alerta sobre posibles amenazas y, por sobre todo, no pierde la iniciativa. El que va segundo y está tratando de alcanzar al primero tiene menos margen para jugar con los tiempos. No obstante, también necesita crear ciertos descansos en la escalera hacia la cima. Una buena estrategia se puede deteriorar si no está correctamente cronologizada. Por otra parte, lo que le sirvió para crecer hasta un punto puede no serle útil para llegar al primer puesto. Y es por eso que también reorganiza la tropa en función de las características de la etapa por venir. La personalidad del candidato influye mucho en esto. Algunos dirigentes son considerados excelentes “tiempistas”. Pocos pensa- ban que Carlos Menem iba a poder obtener la reforma de la Constitución que lo habilitaba a presentarse para una segunda elec- ción. También eran pocos los que se imaginaban a fines del ´94 que 74
  • 73. Capítulo II Bordón iba a poder ganarle la interna abierta del Frepaso a Chacho Alvarez y alcanzar el 30 % de los votos en la elección presidencial. Palito Ortega, en su campaña por la gobernación de Tucumán, respondía que “yo conozco mis tiempos” cuando desde su entorno se le exigía mayor celeridad: “la elección la voy a ganar en los últi- mos 20 días, lo que importa es la arremetida final, y allí vamos a triunfar” (pág. 142). Como se ve, no existe un traje a medida y en esto la experiencia dicta que lo mejor es respetar la intuición del candidato. Por último, dependerá también del contexto. A veces hay que cam- biar el ritmo inesperadamente en función de las estrategias que lle- van a cabo los otros protagonistas, de las coyunturas (por ejemplo, el procesamiento judicial a uno de los candidatos, un acto de co- rrupción, un anuncio del gobierno, etc.) y de cómo está procesando la sociedad todo el escenario. En la elección para jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, en 1996, el candidato de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz, había concebido una campaña que se llamó la “anticampaña”, es decir, no recurrir a herramientas tradi- cionales y muy aparatosas para transmitir una imagen de austeridad y honestidad. Sin embargo, esto no dio los resultados esperados, ya que generaba muchas dudas en el electorado -sospechas o falta de entusiasmo- el hecho de que no se lo viera haciendo suficiente proselitismo. Por lo tanto, se vio obligado a exponerse mucho más a través de afiches y otras actividades típicas de campaña. Un caso llamativo fue el de la elección para diputados nacionales de 1993 en la Capital Federal, en donde la pelea de fondo era entre Erman González, ex ministro de economía de Menem, por el PJ, y Martha Mercader, escritora, por la UCR. En un resultado sin precedentes, el justicialista ganó la elección por poca diferencia. Una de las claves del triunfo pareció ser la poca exposición a la que se sometió González para evitar entrar en debates que no lo Erman supo utilizar astutamente favorecían por su carácter de oficialista, frente a una adversaria con su bajo perfil en la elección porteña de 1996 que le ganó a ninguna experiencia en el campo de la política. Martha Mercader. 4. ¿Qué apoyos me convienen públicamente? Esto depende mucho de qué es lo que necesita para ganar. Si a un candidato le está faltando captar votos de clase media o baja, o sec- tores de poder económico. En general, se piensa que cuantos más apoyen, mejor, para dar la sensación de que existe una corriente de opinión mayoritariamente favorable hacia una lista determinada. Dado el desgaste de la clase política, ya se ha convertido en un rito las solicitadas de apoyo de simples ciudadanos, o de personalidades extra políticas. Es infaltable una cena con empresarios, un acto con la gente de la cultura o del deporte, etc. La idea es mostrar que se está sumando poder. Todas estas manifestaciones no son malas, en abso- luto; pero empiezan a formar parte del folclore de las campañas. 75
  • 74. Carlos Fara Esto significa: si Ud. está en campaña, organícelas (sobre todo las que implican juntar fondos), pero no confíe demasiado en ellas para juntar votos. Su impacto es relativo en la medida que todos los protagonistas hagan lo mismo. No obstante, las del establishment tomaron en la década del ´90 un cariz muy especial. En la medida que la globalización económica ha vuelto fundamentales las inversiones que generan mano de obra y riqueza, la sociedad tiene puesto un ojo, consciente o incons- cientemente, sobre el famoso “apoyo de los mercados”. Esto, por supuesto, es fundamentalmente aplicable a la elecciones nacionales. En los días previos a los comicios presidenciales de 1995, varias empresas multinacionales anunciaron inversiones para los próxi- mos años por varios cientos millones de dólares. Esos no son anun- cios azarosos o casuales, cuando el principal eje de discusión era quién podía resolver el tema que más preocupaba a la sociedad: la desocupación. Es más fácil para un partido de clase baja captar referentes de la clase media o alta, que a la inversa. Un partido de clase media no tiene muchas opciones de sumar referentes de los sectores popu- lares, sobre todo porque causan rechazo en el electorado de origen. Un sindicalista, en la actualidad, no es una buena referencia para nadie, salvo en muy contadas ocasiones. Quizá si el representante de un sindicato de la administración pública, o del sector docente, o del sector médico. Pero estos no son los grandes sindicatos industriales. La importancia de los sindicatos reside fundamental- mente en su capacidad de movilización para actos, en su estructura de cuadros, en su organización y en los recursos monetarios que manejan. A Menem en la interna del PJ contra Cafiero, en 1988, le resultaron de suma utilidad. No obstante, los tiempos han cambiado. El contexto social en el que se desarrolla la campaña también condi- ciona las reglas al respecto. En medios rurales o de pocos habitantes, en donde todavía predomina cierta estructura social tradicional, no se puede desconocer la influencia que ejercen ciertos personajes (el patrón de la estancia, el sacerdote, el doctor, el juez, el jefe del Un sindicalista en la actualidad no es una buena referencia para nadie. regimiento local, etc.). Ser amigo del padre, del juez, del policía ... puede no dar muchos votos. Pero no ser amigo de ellos, le puede costar una elección, dice R. Kuntz. Muchos apoyos no siempre significan algo positivo. Hay que tener mucho cuidado con que la sumatoria de apoyos (“aparatear”) no termine convirtiendo al adversario en una víctima a la que se debe proteger. Volviendo al ejemplo de la elección interna entre Cafiero y Menem en el ´88, el ganador convirtió su soledad en una virtud, simulando la epopeya de “uno contra el mundo”. En un electorado desregulado, si alguna pieza de una campaña no encaja, los votantes pueden ser reacios a prestar su apoyo. Por eso, 76
  • 75. Capítulo II no da lo mismo si el dirigente Juan Pérez, típico puntero de pési- ma imagen en el barrio y de ocupación desconocida, apoya a un candidato (“total, 200 ó 300 votos puede arrimar”). Esto lleva a una última reflexión y que está referida a la regla 8: “Si capto el apoyo del dirigente X, capto el apoyo de sus seguidores”. En el electorado desregulado, las intermediaciones (estructuras, instituciones, aparatos o punteros) ocupan un rol cada vez menor. Por lo tanto, la clave del triunfo es asegurarse el apoyo directo de los votantes, dado que los intermediarios no significan ninguna garantía. Hay dirigentes que viven obsesionados con juntar apoyos de distintas estructuras o “sellos de goma”, pensando que de esa manera se ganan las elecciones. Adviértase que la crisis de representatividad no es exclusiva de las estructuras políticas. También en el ámbito empresarial, social, reli- gioso y, por supuesto, sindical, las estructuras de representación se están vaciando y se registra un divorcio generalizado entre diri- gentes y bases. El proceso de fragmentación es muy profundo. 5. ¿Qué rol deben jugar los otros dirigentes? Todos los integrantes de un grupo político deben jugar algún rol en una campaña. Ya se analizó en un punto anterior la dialéctica del bueno y el malo. La esencia es aportar un plus de apoyo e imagen de poder a un candidato. Si todos los sectores de un partido o una lista muestran unidad de criterio, coherencia y dejan a un lado disputas internas, obviamente se favorece la posición de liderazgo del candidato. Muchas veces es recomendable, en elecciones municipales o provin- ciales, hacer “bajar” a una figura de fuerte prestigio que respalde la candidatura del candidato distrital. Esta fórmula es auspiciosa en la medida que la estrella mayor le presta luz a la menor, produciéndose una asociación positiva de imágenes. La elección del dirigente estrella debería decidirse con datos de encuestas en la mano ya que, en algunas ocasiones, lo obvio puede resultar contradictorio. En las elecciones de 1991, donde se elegían gobernadores, el gobierno nacional movilizó a su ministro de economía, Domingo Cavallo, para que apoyara a los candidatos justicialistas en cada provincia, aprovechando el éxito del programa antiinflacionario. El primer test fue en San Juan, donde hubo elecciones anticipadas y ganó por primera vez un candidato del PJ, Jorge Escobar. Debido al éxito que tuvo esa jugada, el jefe del Palacio de Hacienda recorrió varios lugares con el mismo objetivo. Todo el mundo quería la presencia de Cavallo como garantía de triunfo. Hasta que en los comicios de segunda vuelta para gobernador que se realizaron en Chubut, se invirtieron los resultados: ganó la oposición. Como se decía más arriba, los otros dirigentes deben contribuir a generar una imagen de poder para el cabeza de lista, pero no nece- 77
  • 76. Carlos Fara sariamente haciendo campaña con él o por él. Desde ya que la aparición conjunta de varios dirigentes de prestigio en recorridas por barrios o pueblos, en actos o en afiches, va a favor del can- didato principal. Sin embargo, es muy potente que los dirigentes en cuestión realicen actividades o generen hechos políticos que los muestren gobernan- do (más adelante se va a analizar cuál debe ser la estrategia de los candidatos de la oposición). Para un candidato a gobernador, son importantes las iniciativas legislativas que tomen los parlamenta- rios provinciales de su propio partido y los diputados nacionales por la provincia. Para un candidato a intendente es importante co- gobernar con el jefe comunal en ejercicio (si es del mismo partido, claro). Todos deben realizar un aporte a una imagen de equipo. El acompañamiento de otros dirigentes de prestigio mayor al de quien encabeza la lista o es el principal protagonista, puede resul- tar positivo o negativo, según se dispute un cargo ejecutivo o uno legislativo. En la elección para jefe de gobierno en la Capital Federal en 1996, el candidato del Frepaso, La Porta, poseía una buena imagen positiva, pero menor a la de la primera candidata a estatuyente Graciela Fernández Meijide, al punto de ser ésta la estrella de la campaña y no el candidato al cargo ejecutivo. Para ayudarlo, el Frepaso lo rodeaba en forma permanente, tratando de mostrar el equipo de dirigentes que conformaba. Sin embargo, La Porta nunca logró volcar a su favor el plus de imagen que signifi- caba estar rodeado de dirigentes prestigiados como el ex concejal Para La Porta el Aníbal Ibarra o el diputado nacional Álvarez. En una elección acompañamiento de otros donde se disputaba el liderazgo opositor, el concejal socialista dirigentes de mayor prestigio en la campaña para Jefe de nunca transmitió un carácter de líder, de ser la cabeza de un Gobierno porteño de 1996 le proyecto político. Sus votos eran, hasta cierto punto, “de presta- jugó en contra, al resaltar su falta de liderazgo. do”, y esto influyó sin dudas en el electorado. 6. ¿Cuál debe ser el estilo de campaña? ¿Agresiva o tranquila? El fenómeno de desregulación y despolitización obliga a desarro- llar campañas más cortas y que saturen menos. Si una campaña se vuelve agresiva, corre el riesgo de volverse contraproducente con- tra quien la promueva. Probablemente, el electorado reflexione de la siguiente manera: “los políticos pierden el tiempo en pelearse entre ellos, pero no se ocupan de los problemas”. Es por eso que, tenga o no tenga sentido la pelea, los discursos incendiarios pueden traer más problemas que soluciones. El volumen de la campaña puede subir sólo en los tramos finales, cuando ya todo el mundo da por legítimo que los candidatos reco- rran las calles y los programas televisivos para transmitir sus propuestas a la sociedad. Pero en general, sobre todo si se está en el gobierno, es conveniente que la campaña sea tranquila. Hay quien 78
  • 77. Capítulo II prefiere llamar a esto “la campaña de la no campaña”, puesto que se supone que debe existir una comunicación de ideas, propuestas y conceptos, pero sin invadir la vida cotidiana de la gente. Este estilo tranquilo desespera muchas veces a los entornos y, sobre todo, a los militantes, quienes suponen que la mejor campaña es la más visible. Piensan que si un adversario larga antes, les toma ven- taja. Largar antes o después depende del lugar que se ocupe en las encuestas. Cuanto más lejos se esté de ganar, mayor es la antelación con que deberá comenzar a trabajar. El que va primero y/o está en el gobierno no necesita moverse tan rápido: tiene los actos de go- bierno (decisiones, proyectos de ley, inauguración de obras, etc.) para hacer campaña implícitamente. 7. ¿Qué rol juego si disputo un cargo legislativo? En Argentina, en general, los candidatos a cargos legislativos no tienen claro qué rol deben jugar. Es por eso que las campañas exclusivamente de renovación legislativa son un poco aburridas, con la sensación de que nada importante está ocurriendo. En algu- na medida, este tema ya ha sido tocado cuando se analizó el rol que deberían jugar los otros dirigentes. Deben distinguirse dos situaciones. Una es aquella en la que se eli- gen cargos legislativos junto con los ejecutivos, y otra es en la que lo único que se vota son legisladores. En la primera, los postulantes a parlamentarios, sean diputados nacionales o provinciales, senadores provinciales o concejales, siempre se encargan de rodear a la figura que se propone para ejecutivo. Por un lado, descompri- men la agenda del protagonista. Por el otro, y esto es lo verdadera- mente central, tienen que contribuir a generar una imagen de equipo gobernando. El candidato a legislador no está obligado a atenerse a la formali- dad del cargo para el que se postula. El electorado argentino no le presta mucha atención a las iniciativas legislativas específicas. Esto es más común en los Estados Unidos, en donde cada representante es elegido en distritos uninominales y, por lo tanto, está más obli- gado a mostrar los resultados concretos de su gestión en favor del condado, o los senadores en favor del estado. Al existir la lista sábana, los legisladores nativos son vistos como apéndices del eje- cutivo. Muchos candidatos piensan que un candidato a cargo par- lamentario necesita hacer propuestas sobre su producto tangible y formal: leyes, declaraciones, proyectos u ordenanzas. Sin embargo, la sociedad no espera esto en una campaña electoral. Lo que real- Lo que realmente mente se evalúa es la capacidad de un candidato para hacer cosas se evalúa es la por la gente, y esto se puede lograr -en mayor o menor medida- capacidad de un desde cualquier cargo. En el fondo, el electorado está seleccionan- candidato para hacer do representantes para que encuentren soluciones a sus problemas. cosas por la gente. A partir de ese concepto, el de representante, la campaña electoral 79
  • 78. Carlos Fara de un candidato a legislador es transmitir todas las cosas que se piensan llevar a cabo, independientemente de la formalidad del cargo. Esto es difícil de entender para la mayoría de los dirigentes que atraviesan por esa situación. Un candidato no tiene que utilizar sus proyectos de legislación, los que haya hecho o los que vaya a realizar, más que como armas para transmitir los principios que va a defender o por los que va a luchar, o los temas y problemas por los que se va a preocupar. Los clásicos listados de leyes o proyectos o declaraciones que confeccionan los legisladores que buscan su reelección no son muy útiles. En parte, porque la gente no lee demasiado, mucho menos si son folletos o afiches políticos. Pero también, porque para el ciudadano promedio es muy difícil inter- pretar las ventajas para su vida cotidiana de la existencia de cierta legislación. Los candidatos deben poner mucho más énfasis en comunicar qué significa para la gente haber hecho cierto tipo de cosas; es, fundamentalmente, un trabajo de decodificación. Si se quiere, es una tarea docente. Cuando la elección es solamente de cargos legislativos, la campaña no es un debate sobre qué hizo o qué hará cada candidato, sino que se convierte en un plebiscito sobre la tarea del ejecutivo. Según las circunstancias, cada uno decidirá si nacionaliza, provincializa o municipaliza su discurso, pero vale recordar que las cuatro elec- ciones argentinas -desde el´83- en donde sólo se votó para legisla- tivos (1985, 1993, 1997 y 2001) se nacionalizaron. Lo cual refuerza el concepto central: el candidato a cargo legislativo puede presen- tarse formando parte de un equipo para gobernar o como un instrumento para plebiscitar una gestión ejecutiva. Los candidatos a cargos En las elecciones de renovación legislativa solamente, las estrellas legislativos, en general, no tienen claro qué rol deben jugar son los candidatos a diputados nacionales, siendo los parlamenta- 80
  • 79. rios provinciales o municipales las “cenicientas” de la elección: no Bibliografía Capítulos II, III, IV Budge, Ian & Farlie, Dennis les queda muy claro el papel que deben desempeñar. Tanto a los Pronósticos Electorales, Centro segundos como a los terceros les cabe el mismo concepto en sus de Estudios Constitucionales, respectivos niveles gubernamentales. Es decir, cumplen el mismo Madrid, 1986. rol pero con una agenda de temas distinta, adecuada a su realidad Chias, Josep Marketing Público, particular. McGraw-Hill, Madrid, 1995. Clancy, K. & Shulman, R. La Revolución del Marketing, Vergara, Bs.As., 1994. Clark, Eric Los Creadores de Consumo, Cap. 9: Los votantes, Ed. Sudamericana, Bs.As., 1989. Costa Bonino, Luis Manual de Marketing Político, Editorial Fin de Siglo, Uruguay, 1994. Del Rey Morató, Javier Los juegos de los políticos, Teoría general de la información y comunicación política, Editorial Tecnos, Madrid, 1997. Edelman, Murray La Construcción del Espectáculo Político, Manantial, Bs.As., 1991. Fara & Asociados “Diseñando Estrategias”, 1996. “Argentina: del Voto Cautivo a la Desregulación del Electorado”, 1997. “Observaciones sobre los Resultados del 14 de Mayo de 1995”, mayo 1995. “Observaciones sobre los Resultados del 14 de Octubre de 2001”, octubre 1997. “Observaciones sobre los Resultados del 24 de Octubre de 1999”, octubre 1997. “Observaciones sobre los Resultados del 26 de Octubre de 1997”, octubre 1997. “Cultura Política y Conflictos Sociales: la opinión pública frente a los conflictos laborales en Tierra del Fuego y el triunfo del presidente Carlos Menem”. Presentado en el Segundo Congreso Nacional de Ciencia Política, SAAP, noviembre de 1995. “La Campaña Electoral de 1991 en la Argentina: el rol de la estabilidad”, en “Contribuciones”, CIEDLA, 1/92, págs. 137-142. “La Desocupación no Influyó en el Voto, en Clarín, 18 de mayo de 1995. 81
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  • 81. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 82. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 83. Los medios y la política en la era del infoespectáculo Eduardo Zukernik L a creciente presencia de los medios audiovisuales en los hoga- Eduado Zukernik Es graduado en Sociología en la res de una buena parte de la población mundial, ha pasado a ocu- UBA, periodista y docente par un rol protagónico en la conformación del imaginario social, y universitario. Trabajó en el supera ampliamente la penetración que ejercen en las valoraciones diario Clarín como cronista, del ciudadano otros aparatos culturales, hasta no hace mucho con- redactor, columnista y editor. También colaboró en las revistas siderados fundamentales. Cuestionario, El Periodista y en publicaciones de las editoriales Las horas de violencia que absorbe diariamente un joven especta- Atlántida y Abril y tuvo a su dor de la televisión, ya sea en producciones de entretenimiento o cargo la Gerencia Periodística de la Agencia de Noticias TELAM. en los propios noticieros que buscan parecerse a aquéllas, forma Fue Director de Prensa del parte del mundo cotidiano de imágenes que una familia recibe en Senado de la Nación , donde directo, que buscan conmover sus emociones de la manera más fundó y editó la revista Crónicas sencilla y dejar a un lado toda sutileza para sustituirla por una del Senado, (1992-1995) y se desempeñó como Director de mayor explicitación visual de los hechos. Prensa de la Convención Nacional Constituyente en 1994. En nuestro país, en el campo de la política, una dramática coinci- Entre sus actividades docentes se cuentan la Dirección de la dencia entre la desvalorización de la representación democrática Carrera de Comunicación Social por el desgaste de su dirigencia en el ejercicio de la función públi- en la Universidad Nacional de ca; por las sospechas sobre la honorabilidad de sus miembros y por Lomas de Zamora, donde reclamos de eficiencia de parte de la ciudadanía, de un modo u otro además participó en el rediseño curricular del área. También han contribuido a trasladar una importante dosis de credibilidad cumplió funciones educativas en hacia los Medios de Comunicación en clara supremacía sobre los la UBA, la UNQUI y en la UCA. partidos políticos. Actualmente desarrolla tareas de asesoría y consultoría en Prensa y Difusión. Asimismo, es Aunque en los últimos tiempos, en el contexto de la severa crisis conferencista en el país y en el que afectó a la Argentina desde fines de 2001, la crítica social se ha exterior,. en seminarios de extendido a la labor de algunos medios y comunicadores, y ha Marketing Político, Opinión Pública y Medios Comunicación. dado lugar a una incipiente autocrítica en el sector, los señalamien- Es autor de los libros Medios de tos de la desconfianza siguen apuntando centralmente a la dirigen- Comunicación y Reforma cia política en primer lugar y luego a la dirigencia en general. Constitucional en Argentina, Editorial CIEDLA – 2001 y de Periodismo y Elecciones, los Al escenario desfavorable a los políticos se suma la escasa difusión riesgos de la manipulación, que los principales medios otorgan en su agenda a las cuestiones Editorial La Crujía –2002. que puedan contribuir a clarificar el debate sobre el rol de los par- [email protected] tidos políticos y su necesidad, como expresión genuina de la democracia representativa. Las causas, además de los intereses extraperiodísticos de las empresas de comunicación, es básica- mente la prioridad que ha obtenido en la televisión el modelo Reality Show, donde algunos productores y no pocos anunciantes 85
  • 84. Eduardo Zukernik y patrocinadores de los espacios, ven el mejor modo de captar audiencia priorizando el efectismo antes que el debate. El concepto de imágenes en movimiento que antes que nada deben conservar un ritmo y una velocidad acordes a las exigencias de la era del infoespectáculo, ha dado lugar a no pocos fraudes informa- tivos de lo que nos ocuparemos más adelante no obstante, resulta fundamental su consideración como el nudo principal que deben deshacer quienes buscan llegar al público como políticos, ensayan- do mensajes que no se adapten al vértigo. El otro aspecto que no contribuye a una visión más acorde por parte del ciudadano sobre la importancia de las instituciones de la democracia, lo da el constante martilleo crítico sobre el rol de los parlamentarios, un debate lo suficientemente superficial como para haber anclado en el imaginario social la liviana conclusión de que cuantas menos bancas se ocupen, mayores serán los ahorros y con ello ganaremos todos. Es indudable que la joven democracia argentina, a sólo un año de alcanzar sus dos primeras décadas ininterrumpidas en más de medio siglo, ha dejado insatisfecha a una buena parte de la sociedad por su falta de resultados, exhibidos crudamente tras el fracaso del gobierno iniciado en 1999, y ha puesto sobre el tapete la validez misma de sus instituciones. La crisis económica desatada ferozmente en el segundo año del gobierno de la Alianza sumó también el vacío institucional y la pérdida de credibilidad en la dirigencia que propició el desencanto de los votantes del FREPASO, tras la renuncia de su jefe a la vicepresidencia de la Nación. El resultado de la desconfianza se tradujo en el gran desinterés eleccionario que experimentó por primera vez la democracia, cuan- do varios millones de votantes prefirieron sabotear los comicios absteniéndose de elegir la boleta de algún partido para optar por provocar la anulación del voto o, simplemente, depositando en la urna el sobre vacío. ¿Quién resultó beneficiado con esta conducta cívica? ¿Y quién sufrió sus consecuencias? Es difícil definir a quienes se alinearían entre los primeros, pero mucho peor es la resultante de lo segun- do: sin dudas perdió la democracia. ¿Cómo se sale, entonces, de este enorme dilema frente al que se encuentran partidos políticos debilitados y fragmentados; ciudadanos mayormente indiferentes y desencantados con la democracia y medios de comunicación orientados a la visión superficial que busca conver- tir la información en entretenimiento, apostando al rating? 86
  • 85. Capítulo III Lo primero que surge es la necesidad de acordar con las empresas de comunicación criterios de valoración de las instituciones; es decir, que contribuyan a dejar a salvo su defensa, lo cual es equi- valente a la tan mentada conformación de políticas de Estado capaces de sobrevivir en el tiempo a los partidos gobernantes. En este sentido viene a cuento el ejemplo de la sociedad colom- biana, que a su tragedia social de violencia continua desde hace cuarenta años, le suma una cierta indiferencia o deshumanización de sus medios de comunicación, que parecen contemplar sin sufrimientos la masacre civil que cada año se cobra alrededor de 30.000 víctimas. La necesidad de seleccionar los temas de la información cotidiana en sociedades violentas como la colombiana, ha contribuido a ensanchar el debate sobre la autolimitación que los propios medios deben darse a la hora de otorgar exagerados despliegues a esas for- mas marginales de conducta humana. Los partidarios de descartar o reducir a su mínima expresión en los noticieros, aquellos temas que requieren discernimiento y refle- xión, no siempre al alcance de los públicos masivos de la televisión como son los niños y los más jóvenes, destacan el carácter legiti- mador de esas conductas violentas, por parte de la TV, cuando se encara su exhibición con un exceso de imágenes explícitas y ,por lo general, sin condenar las acciones expresamente. Como señala Gustavo Castro Caicedo en su libro La televisión nos mató el alma: Colombia no podrá subsistir si todos sus periodistas y comunicadores no están dispuestos a ceder algo de sus intereses y sus caprichos profesionales, por el bien de la Nación, como se lo Chiste haciendo alusión a la prometió a los millones de colombianos que repudiaron la violen- violencia en la TV colombiana. cia el día cuando el inigualable periodista Jaime Garzón fue Publicado en el diario asesinado, cuando buscaba la paz. El Tiempo de Bogotá. Parafraseando a Castro Caicedo, podría- mos afirmar que también la democracia argentina tendrá dificultades para subsis- tir si cada uno de nosotros, dirigentes, empresas de comunicación, periodistas y ciudadanos, no cumplimos responsable- mente nuestro rol para defenderla. Nuestra experiencia con todas las formas de autoritarismo nos exime de mayores comentarios, pero la frase más repetida tras la cruel experiencia del Proceso, como entonces, mantiene plena vigencia: La peor democracia es mejor que la mejor dictadura. 87
  • 86. Eduardo Zukernik Sin imagen, no hay noticias En el campo de las noticias, la cultura de la imagen obliga a elegir aquello que entretiene, por encima de aquello que informa. Quienes estudian los efectos de la TV en la sociedad, señalan que la información moviliza al espectador como ciudadano, mientras que el resto de la programación lo moviliza como espectador. Uno de los conceptos determinantes en TV, establece que un noticiero que no entretiene es aburrido y, por lo tanto, pierde au- diencia. No puede extenderse más de media hora y debe propor- cionar alrededor de veinte noticias que entretengan. De ese modo, es probable que se convierta sólo en un pasatiempo donde brindar información no sea lo más importante. Si se le agre- ga que muchos temas fragmentados en poco tiempo producen sobreinformación, es más fácil caer en la desinformación. Distintos estudiosos de la comunicación señalan que en la actuali- dad las noticias se encuadran en la era del infoespectáculo, donde lo que se difunde de un hecho es fundamentalmente aquello que provoca emoción. Esto ha llevado a numerosos abusos: se tiende a informar sólo de aquello que entretiene, descartando básicamente o reduciendo a su mero enunciado a través de titulares, las acciónes del Estado. Ver video El caso de la falsa médica Giselle Rímolo ocupó durante semanas Además de la apelación al generosos espacios en los noticieros televisivos, en medio de los entretenimiento como herramienta eficaz para feroces coletazos de la crisis que se expresaban en las dificultades “farandulizar” la información, para encarar las negociaciones con los organismos multilaterales de el noticiero elige el show antes crédito y las demandas multitudinarias frente al Congreso, los ban- que la política. Un buen cos y la Justicia. ejemplo, es el caso Rímolo. Finalizado el affaire Rímolo, la TV sustituyó la continuidad infor- mativa farandulesca con una extensa difusión de material policial relacionado con las actuaciones contra un modisto de la farándula, hasta que, agotada la producción informativa de esas características y siguiendo las modalidades de otros países latinoamericanos, volvió a irrumpir la crónica policial con amplia ventaja sobre el resto de la agenda informativa. En esta línea de selección editorial, la actividad política va en desven- taja, ya que nadie imagina divertirse o entretenerse contemplando un debate parlamentario. Así, es un lugar común en ciertos programas de noticias y opinión una tendencia a banalizar la actividad legisla- tiva: muchas veces se exhiben escenas donde algún parlamentario aparece somnoliento tras agotadoras sesiones que a veces se extien- den hasta altas horas de la madrugada. En cualquier caso, la imagen resume la idea de que el señalado, más que trabajar, descansa... 88
  • 87. Ver video Capítulo III El lugar común de los noticieros de TV, que en su mayoría dan prio- Cualquier incendio ridad informativa a aquello que emociona, es no dejar de exhibir espectacular, tiroteo en la escenas atractivas de algo que, por ejemplo, "pudo ser una trage- calle o descarrilamiento de dia", aunque no haya llegado a serlo, ni mucho menos. trenes, siempre garantiza De esta manera, no pocas veces ocupan varios minutos entre las el rating porque mantiene entretenido al espectador. noticias descarrilamientos ferroviarios sin consecuencias, vuelcos en la ruta que no pasaron a mayores y espectaculares incendios que no necesitaron haber provocado ni víctimas ni importantes daños materiales para asegurar su difusión. El protagonismo excluyente de las imágenes hace que los textos pasen a un segundo plano y sólo complementen las escenas para adjetivar lo que se exhibe. Antes de que existiera la TV satelital, frente a una catástrofe fe- rroviaria con numerosas víctimas, el recurso que se empleaba era la voz del presentador en off, leyendo un cable, e ilustrando con la foto de una formación similar a la del accidente. Las nuevas modalidades apelan a difundir imágenes de hechos si- milares y, aunque tengan poco que ver con el accidente que es noticia, sirven para provocar la conmoción que se busca con la información. La sociedad se adapta a la cultura de la imagen Una protesta pública puede ser el vehículo eficaz para efectuar un reclamo a las autoridades, siempre que se garantice la presencia de las cámaras de los noticieros televisivos para hacer público un reclamo social o sectorial. Por ejemplo, la Orquesta Sinfónica lo hace ejecu- tando una partitura en una plaza, mientras que los estudiantes y docentes, para luchar contra decisiones que afecten por caso el pre- supuesto educativo, pueden aspirar a "hacerse ver" por las autori- dades, si desarrollan con sus profesores una clase en la vía pública. La idea es que las marchas de protesta vecinales o sociales no salen en televisión, sino provocan algún "espectacular" embotellamiento del tránsito. Por ello, la cultura de la imagen como elemento disparador de la noticia apunta a aquello de que la TV parece hacerse eco de la protesta pero, en rigor, su propósito esencial es difundir imágenes que conmuevan. En esa lógica aprendida por el público, que a su vez es receptor de esa cultura, se trata de conmover primero, a los productores de noticias quienes tienen la misión de conmover a la audiencia después. La comprensión social acerca de la necesidad de estar en la vitrina, traslada a la gran ciudad muchos conflictos que pueden pasar inad- vertidos en el interior, si no se hacen eco las cadenas centrales de TV. En esa interpretación, muchas marchas de protesta que se rea- lizan en Buenos Aires buscan el efecto amplificador del escenario nacional que sólo dan las marquesinas de la ciudad, asiento de las 89
  • 88. Eduardo Zukernik autoridades del país. La idea es que si no se vio en TV, nunca ocu- rrió. Es común ver reclamos frente a las casas de provincias con sede en la Capital para hacer públicas denuncias que afectan a gobiernos provinciales. El avance de la cultura de la imagen parece ser la clave de lo que algunos autores llaman la videodemocracia, donde en materia de noticias parecería que las acciones generadas por los poderes del Estado o por sus representantes, si no logran transitar por los medios masivos no alcanzan categoría de hechos públicos, lo cual los somete a una fenomenal dependencia de los medios. Ver video El fenómeno del protagonismo de la imagen de impacto sobre los La noticia en TV, debe ser hechos en la información televisada, no pocas veces obliga a dotar siempre ilustrada con imágenes. de escenografía el material informativo que se emite. Es común que A veces puede ocurrir que al apelar al archivo de hechos al encenderse una cámara comiencen los gritos y voces de los ma- ocurridos se confunda a la nifestantes que "arman" un efecto espontáneo para la audiencia audiencia. Recuerde a los que lo mira por TV. palestinos que supuestamente Los investigadores académicos de la teatralización de la noticia por festejaron el ataque a las Torres Gemelas. TV, destacan como ejemplo de una noticia artificial, el sonado caso de los rehenes norteamericanos en la embajada de ese país en Teherán (1979-1980), hace más de dos décadas, como uno de los hitos que se plantaron cuando la producción de noticias por tele- visión dio un salto hacia el "realismo vivo". Más recientemente, el modelo de ilustración artificial de los hechos, produjo una seria controversia en torno al noticiero en español de la CNN. Fue en ocasión de exhibir presuntos festejos en Palestina tras los atentados a las Torres Gemelas. En el caso de los rehenes estadounidenses en Irán, el noticiero dejaba ver detrás de las rejas a una multitud de curiosos, quienes seguían la suerte de los extranjeros cautivos de los militantes musulmanes en medio de una feria de vendedores ambulantes. La escena cambiaba abruptamente y se convertía en la imagen de un público enardecido que dirigía amenazas y gritos contra los rehenes, cada vez que una cámara de TV comenzaba a grabar imá- genes de los acontecimientos para los noticieros. El mismo "número vivo" se puede comprobar muchas veces en la actualidad en nuestro medio, cada vez que un cronista se acerca a los voceros de una protesta. En ese instante, coincidentemente con el encendido de la cámara, el público televidente recibe una mues- tra del reclamo, teatralizada para el noticiero. En ese contexto de imágenes que informan, las explicaciones, los fundamentos y el debate pasan a segundo plano, con lo cual el céle- bre "tiempo tirano" de la televisión reduce la definición de los hechos políticos a un lenguaje de infografías y cuadros sinópticos, donde los conceptos resultan tan abreviados y simplificados que pocas veces pasan de ser superficiales. Una anécdota que suele ser ejemplificada por los políticos, sobre 90
  • 89. Capítulo III todo en períodos electorales, es la de aquel conductor periodístico que le pidió a su entrevistado que explicara en dos minutos su proyecto de reforma impositiva. El modelo simplificador del periodismo en la televisión que exige resumir el discurso político y, adaptarlo al lenguaje del hombre común requiere de habilidades especiales que no todos los diri- gentes poseen, por lo cual la mayoría de ellos pocas veces encuen- tra un ámbito favorable para explicar sus ideas en la televisión. Otro aspecto que pone en desventaja al entrevistado es la uti- lización, en medio del reportaje, de síntesis grabadas y editadas que se emiten a modo de videoclip, donde se presentan hechos que incluyen reclamos sectoriales o críticas hacia él, o versiones acusatorias que pueden provenir de otros dirigentes o partidos y que quizás alcanzaron a ser difundidas en la TV como noticias. En esos casos, muy difícilmente el reporteado podrá sintetizar con claridad la respuesta que le piden sobre las escenas editadas exhibidas previamente. Fraudes informativos con imágenes que hicieron historia El montaje de escenas para ilustrar momentos no captados por las cámaras de TV o fotográficas, reconoce abusos e inventos que dañan la credibilidad de los medios y de los periodistas. Uno de los episodios más graves de fraude informativo que se recuerdan, ocurrió en los días finales de la dictadura comunista de Ceaucescu, en Rumania. El caso llegó al extremo de que un mi- nistro francés decidió solicitar la intervención armada en Rumania "para frenar una matanza". Según cuenta Ignacio Ramonet en La Tiranía de la Comunicación, la noticia sobre "La Fosa de Timisoara" fue armada por los medios de comunicación destacados en Rumania para cubrir el final del régimen comunista, cuando se extendía por Europa del Este la ola liberadora iniciada con el derrumbamiento del Muro de Berlín. Relata el periodista e investigador científico, que un corresponsal de prensa de la CNN urdió la escenificación de la matanza, uti- lizando cientos de cadáveres que habían sido previamente retirados de sus tumbas en un cementerio de pobres, para escenificar las víc- timas de la barbarie. El efecto contagio llevó a la rápida adhesión de otros correspon- sales extranjeros, como el enviado del diario parisino Liberation, que precisó en 4063 el número de rumanos asesinados por el régi- men del dictador Ceaucescu, quien, aparentemente, resistía su caída asesinando opositores. Las imágenes difundidas por la TV en aquella navidad de 1989, produjeron una conmoción tal que nadie dudó sobre las macabras 91
  • 90. Eduardo Zukernik matanzas ni las aterradoras cifras sobre el número de víctimas. Entre 60 y 70 mil muertos, se dijo. Un famoso editorialista francés de la cadena TF-1, Gerard Carreyrou, conmovido igual que el común de los televidentes por esas imágenes que sólo eran un fraude informativo, hizo un lla- mamiento para que se formaran brigadas internacionales que lle- garan a Rumania para liquidar el régimen. El entonces ministro de asuntos exteriores de Francia, Roland Dumas, pareció acompañarlo en su idea cuando declaró no se puede asistir a tal masacre como simple espectador. Cuando se conoció la realidad, las víctimas de aquellos enfrentamientos habían sumado 100 muertos en Timisoara y 700 en toda Rumania, incluyendo los partidarios del dictador. Tal lo publicado en Le Monde el 14 de febrero de 1990. Conocida y explicada la enorme farsa informativa, un editorialista la justificó planteando que "sería demasiado terriblemente absurdo que el comunismo se disuelva sin ruido y sin estallidos, por la sola renuncia de sus actores". Ramonet concluye que esta lógica hizo dar "validez" a la noticia sobre la "Fosa de Timisoara", cuando la necesidad de teatralizar el derrocamiento de una cruel dictadura dio lugar a la invención de una gigantesca farsa informativa que permitió a un viejo periodista destacado en Rumania afirmar: con ello, yo que había visto el fin del nazismo, pude también ver el fin del comunismo. Publicado en Le Nouvelle Observateur el 28 de diciembre de 1990. La farsa informativa a través de la construcción de imágenes se extendió como fórmula en no pocos países, ante la necesidad prio- ritaria de acompañar todo aquello que se informa con escenas ilus- trativas. En nuestro país, el ejemplo más conocido de un fraude informativo por televisión se produjo en 1998, en un noticiero del canal de cable Todo Noticias, cuando un cronista destacado en Rosario pretendió escenificar el hambre de los pobladores pagán- dole 100 pesos a un vecino para que pusiera a cocinar un pequeño gato en la parrilla. La noticia fue ampliamente difundida en el país y en el exterior, hasta que alguien advirtió en la imagen que el parrillero que preparaba la comida para los vecinos presuntamente hambrientos, cubría la pa- rrilla en su casi totalidad con pescado y sólo en el ángulo superior derecho había depositado el animal doméstico. No tardó en descubrirse la maniobra que, además, había sido urdi- da con torpeza: se realizó en una zona de pobladores humildes, pero sin tener en cuenta que es un lugar de fácil captura del ali- mento que trae el río, por su vecindad con el puerto cerealero de San Lorenzo, donde la concentración de peces es permanente, debido a los granos que caen de los contenedores. 92
  • 91. Los medios gráficos copian el modelo de la TV Capítulo III La masividad de los medios electrónicos los pone al tope en mate- ria de modelos informativos aunque, paradójicamente, tanto la radio como la televisión siguen dependiendo de la prensa gráfica para elaborar sus rutinas informativas, ya que la construcción de la agenda política continúa estando en manos de los diarios. Sin embargo, imitando a la TV, los diarios y las revistas de opinión y análisis político tendieron a hacerse más gráficos que escritos, con lo cual, redujeron los espacios dedicados al texto informativo y, por consiguiente, ampliaron las fotografías y adoptaron los dibujos y las infografías para ilustrar la información escrita. En la misma línea, las revistas optaron por repetir en sus tapas el recurso de la foto trucada o armada, prescindiendo así del retrato de la escena real. Con ello buscan simbolizar con humor e ingenio situaciones no siempre humorísticas que, además, por ser inven- tadas, muchas veces corren el riesgo de ser sólo una interpretación de la realidad y no la realidad misma. La búsqueda de los títulos ingeniosos, que algunos editores justifi- can mencionando que "lo dramático pone en fuga al lector", parece orientar la selección informativa al impacto que pueda producir. Siguiendo la propuesta de la TV, los medios gráficos eligen la infor- mación para sus tapas de acuerdo con la mejor fotografia que ten- gan para ilustrarla, con la condición de que puedan producir emo- ción y, en lo posible, alto impacto. Igual que en el noticiero televisado, el diario se ciñe a la lógica que indica que "una imagen puede más que mil palabras". Este aserto no siempre es real: puede ocurrir que se esté dando la foto de un auto que alguien empujó al río para captar la escena. Los medios gráficos no sólo se convierten en vehículos de la TV porque en muchos casos son propiedad de los mismos dueños. También buscan obtener rédito de su masividad para captar parte del éxito que les da ventaja en la competencia entre medios de comunicación. La legitimación de la TV que concluye promoviendo la mayoría de los medios gráficos, no sólo los hace sumarse a su modelo infor- mativo, sino que además priva a sus lectores del juicio crítico que propone Giovanni Sartori en El Homo Videns, cuando proclama que el diario debe combatir a la TV. La prioridad otorgada a la información entretenida, en los medios gráficos se expresa en un gran despliegue para todo lo relacionado con la frivolidad y una tendencia a destacar de la actividad política aquello que esté más cerca de la farándula, reproduciendo el mo- delo televisivo que a veces incluye hasta en los programas dedica- 93
  • 92. Eduardo Zukernik dos a escándalos y chismes de la farándula, versiones sobre hechos que supuestamente tuvieron por protagonistas a dirigentes políticos. Es obvio que el deterioro de la imagen pública de la dirigencia reconoce como causa principal su pérdida de prestigio y credibili- dad, por sus propias acciones. No obstante, la difusión mayormente farandulesca de su actividad, contribuye a una riesgosa genera- lización que suma descontento social al rol de los partidos políticos. ¿Difundir la noticia o actuarla? ¿Periodistas o actores? La tendencia a entretener o divertir exige periodistas muy flexibles, capaces de poner una cuota de histrionismo a sus entrevistas y, si se trata de transmitir hechos dramáticos, como un tiroteo en la vía pública o enfrentamientos entre manifestantes y la policía, el cronista debe tratar de "vivenciar" las imágenes, transmitiendo dramatismo. También la preeminencia de la imagen en los medios de comuni- cación se traduce en una selección de modelos, deportistas exitosos y hasta actores sin trabajo, como presentadores de noticieros de TV y programas periodísticos. En la prensa gráfica, a causa de su rol mayoritariamente legiti- mador de la TV, se introduce el lenguaje periodístico cuasi superfi- cial que impone la TV y se tiende a reproducir sus acciones con- firiendo el rol de "analistas" o "formadores de opinión" a estrellas del medio. En nuestro medio, además, la tendencia a farandulizar la política llegó a su punto culminante con la irrupción de los cómico-perio- distas en las conferencias de prensa, donde se dan cita para cumplir su cometido de banalizar los actos políticos, sin distinguir si se trata de anuncios de autoridades de gobierno, firma de convenios internacionales, homenajes u actos protocolares. El más reciente desatino pudimos verlo en nuestra TV, cuando uno de los inge- niosos productores del ciclo Caiga Quien Caiga decidió enviar a un cómico-entrevistador al debate de los candidatos presidenciales brasileños. Quizás lo hayan considerado un paso de comedia, pero es fácil imaginar que el enviado no se habrá visto cómico cuando fue toma- do en andas y sacado de la sala, como si fuera una bolsa, por dos Ver video enormes custodios. La escena, seguramente antipática por su desen- La irrupción de pseudo lace, fue propiciada nada menos que por el nuevo presidente de periodistas ha dado lugar a la Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, cuando con gesto adusto reclamó necesidad de convertir en un hecho divertido a la política. Así a los guardias por la insólita presencia de ese señor que le dirigía los dirigentes son elegidos para sonrientes saludos desde un costado del set donde se libraba el ponerlos en ridículo. debate entre los candidatos para la primera vuelta de las presiden- 94
  • 93. Capítulo III ciales que se cumplieron dos días después. La escenografía histriónica también ha generado un efecto de imitación de algunos periodistas hacia sus pseudo colegas, los cómico-periodistas y, en ocasiones, origina situaciones igual de ridículas como la de aquel cronista que utilizó una moto para acer- carse a los automovilistas y preguntarles sobre las dificultades en el tránsito.Tuvo tan mala suerte que las dificultades las vivió él, cuan- do debió levantarse después de caer pesadamente al pavimento con su ciclomotor. Su incomodidad formó parte durante mucho tiem- po de las imágenes con que se presentaba el ciclo "Perdona Nuestros Pecados". Un contraste interesante con la cultura de la imagen y la teatra- lización de la noticia lo ofrece la radio, que mantiene su encuadre informativo tradicional, donde los locutores, al no depender de la escena como sus colegas de la TV, mantienen la asepsia caracterís- tica del noticiero, donde lo que importa es lo que ocurre y no la forma en que se dice lo que ocurre. La cultura del lenguaje televisivo transplantada al periodismo en Ver video general, se ha exacerbado aún más con la modalidad de los reality Sin llegar a ser un Reality Show, el reto descomedido del director shows, que aunque la gente de niveles socioculturales medios y de Aduanas, Mario Das Neves, altos los rechaza, según lo han probado diversas encuestas, entre al corresponsal de “Washington otras una publicada en el diario La Nación, debido a que atraen Post”, revela que los noticieros importantes niveles de audiencia, también son promocionados no se privan del escándalo aunque afecte a un periodista desde los medios gráficos. extranjero. (ver TN) En esta atmósfera del realismo vivo, con el oportunismo de la sen- sación del momento, el productor Marcelo Tinelli utilizó el descontento social contra los políticos para contribuir a su ridi- culización en los medios masivos con una parodia de los reality, donde todos los nominados para irse a su casa eran ....los políticos. Entretanto, los grandes ausentes del escenario televisivo siguen siendo la política y la democracia, que no sólo gozan de un reduci- do espacio para el análisis serio, sino que, además, padecen de un virtual desinterés por parte de los productores de TV. De ese modo, lo común es observar que las realizaciones artísticas de ficción, basadas generalmente en hechos de la coyuntura, construyen per- sonajes basados sobre aquellos protagonistas de las noticias que surgen del recorte de la realidad que ofrecen los mismos noticieros. Esa necesidad de revivir la inmediatez de los hechos, parece orien- tada a conmover a la audiencia repitiendo escenas recientemente vistas o de hondo dramatismo y grabadas en directo, como puede ser la toma de rehenes en algún episodio policial, la voladura de un edificio o la oferta de una coima grabada con cámara oculta. Así, pasan a ser primordiales los hechos que se difunden en tiem- 95
  • 94. Eduardo Zukernik po real, es decir, al mismo tiempo que están ocurriendo. El ejemplo del choque en directo del segundo avión de American Airlines con- tra las Torres Gemelas neoyorquinas el 11 de septiembre del 2001, sacudió los parámetros conocidos hasta entonces, cuando el mayor acontecimiento televisado en directo había sido el funeral de Lady Di. Antes del más brutal episodio terrorista conocido en el mundo, en la historia de la televisión desde su nacimiento, el duelo de la realeza británica había sido el hecho más difundido superando a la audiencia que tuvieron el atentado contra el Papa Juan Pablo II y el asesinato del presidente Kennedy. ver video Hoy, esta modalidad de atraer audiencias masivas a través de la El tiroteo con toma de rehenes difusión de información caliente -que supone emitirla al mismo en La Paternal, es un ejemplo tiempo que se produce el hecho- ha llevado a una cadena interna- de información caliente, transmitida en directo. cional de televisión a reservar los derechos exclusivos para la fil- mación en directo de los futuros funerales del Papa, especulando con anticipación sobre su enorme popularidad mundial y el pro- gresivo debilitamiento de su salud. En nuestro país, las encuestas en boca de urna posteriores al cierre de los comicios y el episodio de los rehenes en La Paternal, rescata- dos tras el abatimiento de sus captores, fue seguido en directo por centenares de miles de hogares aunque el desenlace se produjo bien entrada la madrugada. La misma audiencia multitudinaria, pero en 1999, registró la llamada "Masacre de Ramallo", donde los delincuentes que mantenían cautivas a sus víctimas en el Banco Nación, antes del desenlace ofrecieron numerosos reportajes radiales y televisivos a periodistas que transmitían en directo. La búsqueda de realismo, no pocas veces confunde a algunos movileros que interrogan en forma acusatoria a los detenidos, aunque no esté demostrado sin son culpables, cuando son llevados por la policía acerca de por qué cometieron un crimen, o los hace increpar a un procesado adoptando un rol que nada tiene que ver con su tarea. También en nuestro medio se observan las complicaciones para entender las noticias que surgen de una maraña de movileros, procurando entrevistar a los protagonistas de un hecho: la ma- yoría de las veces los entrevistados contestan varias veces la misma ver video pregunta, poniendo en evidencia que nadie escucha a nadie, ni los El tiroteo entre “movileros”, da lugar a una maraña de cables y periodistas se escuchan entre sí, ni logran oír al entrevistado. grabadores donde el entrevistado pocas veces puede expresarse con claridad. Para Ética y autorregulación en los medios enteder sus declaraciones el público debe oir varias veces las mismas preguntas. Frente a las críticas que recibe la TV por sus contenidos, los medios 96
  • 95. señalan que hay una decisión voluntaria por consumirlos: que la elección es del televidente. En realidad, es una falsa premisa porque los que deciden son los patrocinadores de los contenidos, es decir, los anunciantes. Sin su financiamiento, es imposible que cualquier proyecto de medios funcione. Desde los medios de comunicación existe la tentativa cada vez más frecuente de tratar la infor- mación como una mera mercancía sometida públicamente a las leyes del mercado. El objetivo principal sería llegar al mayor número de público para obtener los máximos ingresos por pu- blicidad. El peligro que de ellos se deriva es considerar a los ciudadanos no como tales, sino como masa. Sustituyendo el concepto de público por el de cliente, dice Nuñez Encabo. Debido a la complejidad única del ejercicio de su libertad, los medios deben escapar al campo natural de las regulaciones del Estado. También sería conveniente que esa libertad se ejercite alejada del libertinaje del mercado, donde parecen no existir los límites éticos. El campo de acción de los medios de comuni- cación debería estar guiado y evaluado por normas y valores autoimpuestos. Las normas sobre las que se basa el ejercicio del autocontrol se mueven entre dos realidades: La conciencia personal de cada profesional de la información -periodista o empresario- y los códigos de honor o de conducta profesional de sus respectivas organizaciones profesionales, dice José Ignacio Ben Mallen. En Argentina se menciona el Pacto de San José de Costa Rica como referencia acerca del ejercicio de la libertad de prensa. En dicho acuerdo se menciona el Derecho de Réplica como alternativa para toda persona que se considere afectada en su honor, por la mención indebida de su nombre en una noticia. En realidad, en nuestro medio, el Derecho de Réplica se aplica a criterio de los propieta- rios de los medios o editores. Los más importantes diarios de España y de Europa en general tienden a adoptar códigos internos y mecanismos de autorregu- lación donde se toman en cuenta los límites éticos para publicar o descartar una noticia. En los medios más avanzados se incluye la figura del Defensor de los Lectores: Un periodista elegido por sus colegas o aquellos que integran el Consejo de Redacción, con mandato limitado en el tiempo, cuya función es satis- facer los reclamos del público. La creación de la figura el Defensor en los Medios de Comunicación, se inspira en el Defensor del Pueblo. Una institución del Derecho Público por lo cual supone una visión comprometida de los Medios que, aunque son entidades de 97
  • 96. Eduardo Zukernik Derecho Privado, asumen su potencialidad de afectar lo público. La autorregulación en España comenzó a principios o mediados de los ’90. En general, los medios que la adoptaron plantearon cinco cuestiones básicas: 1 El respeto a la intimidad de las personas 2 La representación de la violencia 3 La información sobre menores 4 El secreto profesional 5 Las formas de confidencialidad En algunos países comienzan a formarse Asociaciones de Usuarios de los Medios de Comunicación, siguiendo el modelo de las ONGs que protegen derechos de los consumidores. En Gran Bretaña existe el Consejo de Reclamaciones a la Prensa. El político y su necesidad de estar en los medios No hay estudios de la comunicación política que no reconozcan la importancia trascendente que adquiere para los dirigentes hallar espacio en los medios para difundir sus propuestas o, simplemente, para mantenerse en la consideración popular. Las reglas del juego ponen en situación dependiente al dirigente, lo cual, como veremos más adelante, en algunos casos tiende a desna- turalizar el rol de difundir información objetiva, cuando algunos políticos deciden convertirse en empresarios de la comunicación. La relación de los dirigentes políticos con los comunicadores en los pequeños y medianos municipios del país reconoce diversas carac- terísticas, algunas similares al modelo de los grandes centros urbanos y otras menos complejas, dada la relación cara a cara propia de la vida comunitaria. No obstante, el fenómeno de la desconfianza básica hacia el políti- co y su gestión de gobierno tiende a repetirse, pues la penetración de las grandes cadenas televisivas, hasta en los más remotos pueb- los del interior, mediante imágenes emitidas desde Buenos Aires, reproduce modelos de profesionales de la comunicación en sus preguntas, en sus frases y hasta en sus comentarios. La diferencia sustancial está dada por el conocimiento del profesional de los medios y hasta de los propietarios de las empresas periodísticas -casi a nivel de vecino- de que gozan las autoridades comunales o 98
  • 97. Capítulo III aun los dirigentes provinciales, cuando viven en pequeñas ciudades. Esta posibilidad de conocerse de cerca, tanto del dirigente como del periodista, mayormente los pone a cubierto de versiones, no siempre ingenuas, que en nuestro país adquieren preponderancia y forma de noticias-escándalo, toda vez que se aproxima una con- tienda electoral. Paralelamente, el conocimiento de la obra del dirigente por parte de los vecinos es también lo suficientemente cercana como para merecer su adhesión o rechazo, al margen de las calificaciones que merezcan en la prensa. También en este punto debemos hacer la salvedad de que por lo general, tienen una importante significación las valoraciones que efectúen los hombres de prensa sobre el accionar de los políticos, dado que el común de la gente -según lo demuestran las encuestas de imagen sobre medios y políticos- tiende a confiar mayormente en ellos y a no dar por segura la información que por sí misma posee sobre la administración. Imagen, gestión y relaciones con los medios La presencia de numerosos medios de comunicación hasta en las más remotas poblaciones del país, es un fenómeno que explotó en los últimos años de la década pasada, a partir de la irrupción de las emisoras de Frecuencia Modulada. La multiplicación de estaciones de radio es notoria en las ciudades pequeñas y medianas, donde cualquier convocatoria a los medios da lugar a la presencia de un numeroso grupo de movileros que, grabadores y celulares en mano, se convierten en los interlocutores de la autoridad convocante. También aquí se observa que el modelo de reproducción de las noticias se origina en la prensa gráfica, dando lugar al seguimiento informativo de lo publicado a través de la entrevista, en vivo o tele- fónica, a los protagonistas de los hechos publicados en el diario. Igual que en los grandes medios nacionales, muchas veces no se observa en forma destacada la inserción de noticias consideradas de interés por quienes están a cargo de la gestión municipal. Aquí debemos insistir en la necesidad de dotar a la autoridad adminis- trativa del aporte de profesionales de los medios, que pueden con- tribuir -como se explica en otra parte de este manual- en la tarea de acercar la noticia a los medios. Lo que sí resulta de interés con relación a lo que entendemos como la Era del Infoespectáculo, es que la producción informativa en las ciudades pequeñas y medianas, es menos proclive a lo que en los grandes centros urbanos no pocos dirigentes y especialistas denominan el periodismo amarillo. 99
  • 98. Bibliografía Para algunos, la razón obedece a las relaciones cotidianas entre Autocontrol: Diccionario de Ciencias y Técnicas vecinos. Para otros, simplemente a que la cuota está ampliamente de Comunicación, cubierta con la producción realizada por las cadenas televisivas y Ediciones Paulinas, hasta por los grandes diarios nacionales que se hacen eco. Madrid 1991. Caicedo, Gustavo Castro Un fenómeno que también ha crecido en el interior es la propiedad La televisión nos mató el alma, El periodismo amarillo, de los medios, fundamentalmente en las ciudades pequeñas y Editorial Quehacer medianas, directamente en manos de dirigentes políticos. Ello Impreandes, Bogotá, 1999. redunda en una inédita pérdida de credibilidad, ya que los lectores Núñez Encabo, Manuel o audiencias conocen de antemano el pensamiento e intereses de Código Europeo de Deontología del periodismo en Bonet E, quienes patrocinan la información. Eticas de la información y deontología del periodismo, Un ejemplo reciente lo dan los escándalos por las escuchas tele- Editorial Tecnos, Madrid 1995. fónicas en la provincia de Corrientes, donde casi todos los prota- Ramonet, Ignacio La Tiranía de la Comunicación, gonistas de la disputa política en torno a la liberación del titular del Editorial Debate, Madrid, 1998. Partido Nuevo, Raúl Romero Feris, representa una línea interna de Sartori, Giovanni cada grupo político local. Homo Videns, La sociedad Más allá de la influencia política que intente generar este tipo de teledirigida, Editorial Taurus, periodismo, es por todos sabido que entre los dirigentes cada Buenos Aires, 1998. información se tamiza antes de darle crédito, y que la gente común difícilmente se pueda contar sus lectores. De este modo, la importancia de los medios audiovisuales multi- plica su importancia en estas poblaciones, donde los jefes comu- nales deben renovar cada día la adhesión por parte de los votantes. Allí resulta fundamental un contacto transparente con los vecinos, por lo que es recomendable la presencia cotidiana de las autori- dades en las distintas radioemisoras, explicando la gestión, sus difi- cultades y, en lo posible, tomando contacto con la gente por vía telefónica para escuchar sus propuestas y reclamos. En aquellos casos donde las programaciones o los propietarios de los medios no faciliten estos contactos, se puede destinar una parte del presupuesto publicitario a la contratación de espacios exclu- sivos para la información de interés comunitario producida desde el municipio. 100
  • 99. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ...............................................................................................................................................................
  • 100. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ...............................................................................................................................................................
  • 101. Relaciones con los medios: periodistas vs. dirigentes? Santiago Rossi …Cómo deben manejarse las relaciones entre el periodismo y el poder (léase dirigentes políticos) para que finalmente el desti- Santiago Rossi natario de la información, no se vea traicionado en su buena fe, ni Es Licenciado en Periodismo de al recibir una información que no está hecha para mejorar ni para la Universidad del Salvador y Analista en Medios de empeorar las relaciones con el poder, sino para mejorar, para tratar Comunicación Social. Becado realmente de transmitir al público, que es el verdadero desti- por el Instituto de Cooperación natario, la mejor información posible al alcance de nuestras posi- Iberoamericana para capacitarse en producción y realización bilidades periodísticas… Germán Sopeña, Relaciones con el radiofónica en el Instituto poder, Periodismo y Ética. Oficial de Radio y Televisión Española. Es Profesor Titular de las Cátedras de Análisis de C on el fin de establecer un vínculo con el periodismo en pos de Opinión Pública y Tecnología Radial en la Facultad de Ciencias de la Educación y de la lograr la interacción de los mensajes dirigidos a la opinión pública, Comunicación Social , de la describiremos la utilización de algunas herramientas comunicacionales. Universidad del Salvador, además de ser invitado en diversas cátedras de Es necesario optimizar la relación periodistas/dirigentes políticos. comunicación (U.C.A., Palermo, Con esto podemos mejorar lo que definimos como interacción Salvador y J.F. Kennedy) en la entre las partes. No es en vano resaltar que tanto los periodistas temática de estrategias y campañas de prensa. Expositor como los dirigentes necesitan unos de otros, pero con objetivos en seminarios organizados por la finales distintos. Para esto, debemos establecer previamente prio- Fundación Konrad Adenauer sobre "Comunicación de Crisis y ridades y reglas que puedan determinar si las acciones estratégica- Prensa". En cuanto a su mente diseñadas se pueden plasmar mediante resultados concretos actividad en el ámbito y verificables. periodístico fue Conductor y Productor de diversos programas de radios. Se El aspecto más saliente de esta interacción, aunque muchas veces no desempeñó como Asesor de es el que más interesa al público, es su mutua dependencia. Prensa en la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Nación y del ¿Cómo funciona un Departamento de Prensa? Bloque Justicialista de la Legislatura de la Ciudad de Bs. As. También, en el área de prensa, asesora a la Secretaría En toda organización (partido, municipio, etc.) existen diversos de Inteligencia del Estado. Es canales de comunicación: formales e informales; en los primeros se Director de Prensa de la Agencia desarrolla la información institucionalizada, sea esta para públicos Dell´Oro Trigo S.A. Comunicación Institucional y internos o externos. Director del Instituto de Los canales informales responden más a lo que comúnmente se deno- Comunicación Social de la Asociación Civil de Estudios minan "operaciones de prensa" (ver pág. 112). Estas actividades deben Populares. (ACEP) estar canalizadas por una estructura de comunicación (Departamento [email protected] de Prensa) y coordinadas por profesionales en la materia. Es aconsejable que, además, quienes desarrollen la actividad posean 103
  • 102. Santiago Rossi alguna identificación político/partidaria con la organización o con el dirigente a quien representan, a los efectos de garantizar coheren- cia en los discursos y contenidos que se difundirán. El departamen- to de prensa, que en algunas instituciones se configura como el de mayor importancia, es el encargado de dar a conocer "lo que pasa". Un jefe de prensa y una completa agenda de medios/periodistas puede ser suficiente para asesorar a un dirigente. Al sólo efecto de definir la acción que realiza el Departamento de Prensa, podemos señalar que el mismo posee la función gerencial que evalúa las acciones de la sociedad, identifica políticas y pro- cedimientos de un individuo o institución con el interés público, llevando a cabo una estrategia y posterior programa de acción a fin de lograr comprensión y aceptación en la opinión pública. Es importante que el profesional de prensa establezca como objetivos: Determinar y evaluar la opinión pública. Asesorar acerca de las estrategias para llegar a la opinión pública. Además de informarla, emplear la comunicación para influir en la opinión pública. Elaborar un mailing de periodistas y medios de comunicación apropiados a los fines de la organi- zación. Poseer las herramientas adecuadas de calificación y cuantificación de los mensajes emitidos por los canales formales e informales. En dicha estructura de comunicación surge la figura del Vocero, que etimológicamente proviene de "vocear" (hablar por él). Por lo ge- neral, el mismo jefe de prensa cumple esta función. Para esto debe tener un amplio conocimiento de las características personales del dirigente a quien representa, como así también de las actividades que éste desarrolla. Podemos enumerar algunas de las cualidades que el vocero necesita para llevar a cabo su labor profesional: Presencia/Personalidad Simpatía/Sencillez Reconocimiento por parte del periodismo 104
  • 103. Capítulo IV Contacto en todos los niveles Ser ratificado en sus consejos profesionales Objetivos del Departamento de Prensa Destacando como actividad central de esta estructura la acción de hacer llegar la información del dirigente/institución a los públicos predeterminados por la estrategia, señalamos que los objetivos deben estar compuestos por: Reglas para un correcto funcionamiento Sin querer minimizar, el primer paso que se deberá dar es generar el contacto con la prensa. Es por ello que necesitamos identificar, como estructura de comunicación, quiénes serán los periodistas adecuados para recibir nuestro mensaje. En segunda instancia destacamos que la relación entre las partes debe ser sobre la base de la confianza y colaboración mutuas. Esto permi- tirá que ante la necesidad de volcar determinados lineamientos en la prensa, los periodistas se hagan eco de nuestra inquietud. También nosotros debemos responder ante algún requerimiento de los mismos. Por otra parte, la mayoría de los medios tampoco podrían existir si los políticos se negaran a dirigirles la palabra. Gran parte de su contenido gira en torno de dirigentes políticos locales o internacionales, o de comentarios sobre medidas adoptadas por ellos...Los dirigentes par- tidarios dedican el grueso de tiempo a hablar con los periodistas y viceversa..., dice H. Muraro. Podemos señalar cuatro reglas que contribuyen positivamente a mejorar dichas relaciones. Como primera medida, ante el requeri- miento de la prensa se debe responder inmediatamente. Es necesario dar una respuesta aunque ésta no cubra las expectativas del periodista, ya que el mismo, ante el pedido de su editor o jefe periodístico, debe elaborar la nota con o sin nuestras declaraciones. Por ello, en este juego de la relación, no existe la expresión “Sin comentarios”. El vínculo con el periodismo debe ser permanente, y nuestra posi- 105
  • 104. Santiago Rossi ción frente a ellos debe tomarse como una fuente periodística con- fiable. Las fuentes son las informaciones que dispone un periodista, pueden ser obtenidas por dos vías: Estar presente en el lugar de los hechos o la narración de los mismos por una tercera persona (El País, Libro de Estilo). Además del contacto público del dirigente con el periodismo, como puede ser una conferencia de prensa o alguna declaración que este realice sobre los temas del día, existe otra variante de comunicación: es lo que llamamos off the record (que más adelante desarrollaremos). Este importante intercambio de información brinda matices sobre cómo se desarrollan los escenarios políticos, permitiéndole al pe- riodista darle el marco y la contextualización necesarios para poder encarar una nota. La modalidad de brindar información al periodismo debe realizarse con cierto criterio de equidad: todos tendrían que recibir el mensaje en el mismo momento, salvo alguna primicia que necesitemos insta- lar y que pueda ser desarrollada por algún medio en especial. La finalidad de ofrecer la información de forma igualitaria responde únicamente a que los periodistas pueden sentirse desplazados por la manera de implementar nuestra comunicación. Para ejemplificar esto, deseamos citar a Juan Pablo Baylac, vocero del ex presidente Fernando de la Rúa, quien señaló que durante su gestión. ...el trato con los periodistas fue muy difícil, no porque yo no tuviera intención de ayudarlos, sino porque el ex presidente sólo quería ir al programa de Mariano Grondona. A ningún otro. Y entonces, si aparecía en lo de Mariano, después venía la catarata de llamados, e-mails y mensajes por fax de todo tipo exigiendo explicaciones y solicitando más y más cosas para sus programas... (Revista Noticias,16 de marzo de 2002, nota "Titanes en el Ring"). Más allá de esta generalidad, y que en la práctica puede permitírse- le algunas licencias, hay que conocer los diferentes medios y el alcance y repercusión que puedan tener nuestros mensajes en cada uno de ellos. Resaltando la importancia de transformarnos en una fuente de información creíble para los periodistas, describiremos algunas de las herramientas comunicacionales más utilizadas en esta disci- plina: comunicados o gacetillas de prensa, conferencias de prensa y giras o visitas de periodistas. Como es sabido, estas son algunas de las alternativas viables para brindarles a los medios diferentes informaciones. En nuestro caso, 106
  • 105. Capítulo IV intentaremos abordar aspectos técnicos que hacen a su correcta utilización. Fuentes de Información para el periodista Gacetilla/Comunicado de prensa Tanto el comunicado como la gacetilla de prensa deben ser consi- derados como un instrumento de comunicación rápido con información breve. La estruc- tura de redacción del mismo tiene que responder a los li- neamientos que se utilizan para los cables de agencia de noticias, respetando la base de la "pirámide invertida" (se adjunta formato). Debe con- tener una frase "gancho" que pueda ser utilizada en el armado central de la nota del periodista. El primer párrafo tiene que redactarse repetan- do las llamadas "5 Q", las cinco preguntas que brinda- rán los contenidos centrales del mensaje: Quién, dijo Qué, Cuándo, Cómo y Por qué. Este tipo de redacción facilita el trabajo del mismo, ya que muchas veces, por cuestiones de tiempo (cierre de la edición, comienzo del programa de radio, etc.), no se puede ahondar en las declaraciones del dirigente. Además, ante un eventual corte o editado de la informa- ción (resumen), se corre el riesgo de que la misma sea tergiversada. Ver video Productoras de Radio, puede ocurrir que Otra de las características a en tener cuenta es el destinatario de arbitrariamente descarten nuestros mensajes. No es aconsejable enviar información a todo el información valiosa staff periodístico de un medio; se debe elegir cuidadosamente el para el periodista. destino de las gacetillas (personalice el envío). Ver video Modelo Conferencia de Prensa. Conferencias de prensa Podríamos considerarla como una de las fuentes de información más utilizadas dentro de las acciones presenciales de la comuni- cación. Posee una dinámica de elaboración que es aconsejable respetar para lograr un correcto funcionamiento. Existen tres etapas: Preparación, Desarrollo y Post-conferencia. La primera se basa en la convocatoria de los medios y periodistas; ésta debe ser del tipo formal (envío de gacetilla a los medios), con 107
  • 106. cita de lugar, día y hora. Por una cuestión que hace a la credibili- Santiago Rossi dad y el profesionalismo de quien realiza la conferencia, es impres- cindible respetar los horarios de inicio y la presencia de los referentes anunciados. Si la temática de la reunión lo permite, suelen antici- parse algunos puntos generales de la misma; pero deben dejarse datos importantes para ser tratados en dicha conferencia; caso con- trario, ésta pierde razón de ser. También es aconsejable evitar que la misma se superponga con otro acontecimiento informativo que requiera mayor atención de los medios. Ver video En cuanto al desarrollo, es conveniente que se realicen en ambien- Película City Hall: Previo a una tes cerrados pero espaciosos. conferencia de Prensa, el Intendente ya sabía qué La recepción de los periodistas se basa en la acreditación de los preguntarían los corresponsales mismos, registrando los datos del medio a que pertenecen. Esto va acreditados. a servir para identificarlos a la hora de recibir sus preguntas; es necesario establecer reglas de comportamiento para lograr un co- rrecto funcionamiento. El jefe de prensa o vocero puede actuar como "maestro de ceremo- nias", otorgando el uso de la palabra, personalizando el trato con los periodistas, evitando la repetición de cuestiones, la superposición de voces y las interrupciones entre los mismos y el dirigente. Ver video Finalizada la conferencia, es necesario elaborar un informe interno Productores de radio y Jefes de para determinar quiénes asistieron y prever cómo será la cobertu- Informativo. El follow-up o monitoreo telefónico no solo ra del evento. El monitoreo telefónico sobre los periodistas es fun- apunta achequear si la info fue damental para cerrar el círculo informativo, además de enviar el recibida, sino tambien a vender material brindado en la conferencia a quienes no asistieron ni una noticia al medio. enviaron corresponsales. Como contrapartida de este tipo de eventos comunicacionales, existe otro tipo de variante en materia de encuentros con los perio- distas, que reúnen algunas características similares a las conferen- cias, son las reuniones de prensa improvisadas. Esto se lo suele lla- mar "asalto de periodistas", ya que surgen de auténticas "guardias" realizadas por algunos comunicadores sobre determinado diri- gente, en busca de declaraciones. Por lo general, quienes cubren este tipo de encuentros son perio- distas no especializados, desinformados o de escaso rigor periodís- tico, y que muchas veces realizan estas coberturas informados sólo por lo que algún medio gráfico publicó ese día sobre tal o cual diri- gente. Esto, sumado al cansancio por las largas horas de espera, los vuelve agresivos y reiterativos en las preguntas. El dirigente debe estar preparado para contestar y manejar este tipo de interrogatorio "cuasi judicial". Por ello, cuando es abordado en 108
  • 107. la calle o sin haber fijado el encuentro con los medios y es someti- do a este tipo de "asalto periodístico", el político/dirigente debe: Elegir qué pregunta contestar Dar respuestas de no más de 30 segundos Redondear las ideas para evitar que le cambien el sentido de su frase en la edición del material periodístico Mantener la conversación bajo control Convertir lo negativo en positivo En esta misma situación de calle, no debe: Utilizar lenguaje técnico en su respuesta Contestar lo que no sabe o decir "sin comentarios" Permitir que le hagan decir lo que no dijo Hablar extraoficialmente o en off the record Contestar preguntas de temas hipotéticos o en tono potencial Giras de prensa Otra de las fuentes de información recomendadas son las giras o visi- tas de prensa. Esta, que es una acción mas ligada a las relaciones públicas, se presenta como una ocasión privilegiada de aquellos periodistas que son invitados o seleccionados por el medio para una cobertura, posibilitando un vínculo directo con el dirigente político. A través de esta acción, el periodista puede presenciar los hechos tal cual son, algo que será imposible de negar al momento de realizar la crónica o nota respectiva. También le otorga veracidad a lo dicho por el dirigente. Off the record En este plano entra en juego una de las herramientas más utilizadas 109
  • 108. y necesarias de los periodistas: el off the record, es la información revelada por (en este caso) el dirigente hacia el periodista con la premisa de reservar la fuente. El entrevistado acepta hablar de determinados asuntos a cambio de que no sean grabados y luego dados a conocer públicamente; el entrevistador acepta el carácter privado de las declaraciones de su interlocutor pensando que así dispone de toda la información, aunque tal información no pueda ser luego utilizada de una forma directa. La grabación se interrumpe, el entrevistado cuenta el asunto privado, luego la entrevista prosigue y la grabación se reanuda, explican Balsebre, Mateu y Vidal). Para la realización de este "pacto comunicativo" entre el periodista y el político, es importante dejar aclarado cuáles serán las reglas del encuentro. Ante esto, el comunicador le da prioridad a la necesidad de obtener información sobre un determinado asunto, ya que así tendrá mayor cantidad de datos para realizar un mejor análisis de la situación. "Los protagonistas de la relación prensa-poder marcan cua- tro niveles posibles de "off the record”: • información para conocimiento del periodista, • información para enmarcar una situación, • información para no publicar por un tiempo, e • información para publicar sin mención de la fuente". ("Medios de comunicación y Justicia". Contribuciones 2/2001. Álvarez Tejeiro y otros). Pese a todo esto, todavía se generan inconvenientes en este tipo de relaciones entre periodistas y dirigentes, ya que se han registrado casos concretos donde el off the record fue violado; sea esto por la falta de seriedad y compromiso de algunos periodistas como así tam- bién por el abuso que algunos dirigentes realizan de esta forma de información, lanzando lo que llamamos "operaciones de prensa". Para evitar este tipo de disonancias, señalamos que el off the record está ligado con la ética profesional, con el conocimiento de las partes (periodistas/dirigentes), y con la exactitud, precisión y seguridad con la que deben actuar los periodistas, los dirigentes y los jefes de prensa y/o voceros. 110
  • 109. Crisis comunicacionales Hace tiempo ya que la política no puede abordarse separadamente de su transmisión a través de los medios y que el juicio que gobierno y gobernantes le merecen al ciudadano común ya no se forma a través del contacto directo diario sino a partir de la información que brindan los diarios como referentes y que la radio y la televisión procesan audiovisualmente. En ese sentido, llama a la reflexión el que la credibilidad de los medios supere claramente a aquella que pueden invocar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, permitiéndoles establecerse como un factor de poder independiente, "E. Zukernik, Medios de Comunicación y Reforma Constitucional Argentina". Con esta frase de Frank Priess, del prefacio del libro anteriormente mencionado, sobre el papel de los medios en la vida democrática, intentaremos abordar lo que denominamos "crisis comunicacionales". En reiteradas oportunidades, las gestiones del dirigente político suelen ser evaluadas y juzgadas desde la prensa. Ante esto y en con- secuencia, es necesario actuar a corto plazo. Las primeras 24 horas son cruciales y pueden definir cómo actuarán los medios en el caso. Teniendo en cuenta que este capítulo apunta a describir desde lo Ver video práctico, cómo contrarrestar los embates que puedan realizar los de la entrevista del Pte. Batlle medios periodísticos, destacamos que las causas de las crisis pueden ser visibles o permanecer enmascaradas. Las primeras se refieren a aquellos conflictos naturales (catástrofes: inundaciones, incendios, etc.) o sociales (problemas económicos, huelgas, demandas de la población, etc.) que pueden desarrollarse en un municipio o en una ciudad. El máximo referente político (Intendente/Alcalde) debe dar expli- caciones sobre cómo van sucediéndose los acontecimientos y cuál es su accionar en pos de solucionar el problema. La ciudadanía buscará interpelarlo aunque la temática del caso no sea de su total incumbencia. Las crisis enmascaradas son las que llamamos "operaciones de prensa" y que desarrollaremos más adelante. Cuanto más movilizante resulte el tema en la opinión pública, mayores serán las posibilidades de desencadenar una crisis. ¿Cómo enfrentar crisis imprevistas? En primera instancia, hay que estar listo. Para esto es sumamente importante establecer una logística de crisis. Para enfrentar este tipo de conflictos es aconsejable disponer de colaboradores califi- 111
  • 110. Santiago Rossi cados que puedan actuar como voceros. Los especialistas recomiendan que sólo en casos muy graves se debe exponer al má- ximo referente. Si, en cambio, la situación no reviste gran envergadura, lo ideal es que el vocero o jefe de prensa responda directamente al periodista. Es importante saber que "no se puede apagar el incendio y hablar con la prensa al mismo momento". El vocero o jefe de prensa debe ser accesible y de fácil localización, además de contar con elementos y datos concretos para calmar la ansiedad de la prensa. Una de las características fundamentales y previas a toda crisis, es la necesidad de contar con documentación clara y actualizada de toda la gestión, a fin de evitar en el corto plazo las primeras confrontaciones mediáticas. Reaccionar con rapidez es el punto de partida de todo conflicto. Es necesario enviar un comunicado con toda la información disponible. Los mensajes para la prensa deben ser claros, creíbles y verificables, evitando así reiteraciones y superposiciones. Demás está decir que lo aconsejable es decir siempre la verdad, ya que la credibilidad es su capital. El vínculo con el periodista puede quedar dañado si lo sometemos al envío de lo que llamamos "pescado podrido": información falsa ofrecida al medio como veraz con el sólo hecho de generar una "operación de prensa". El discurso o el tono del mensaje deberá estar apoyado en valores compartidos. Es necesario pensar el destinatario final: la gente. Una vez finalizado el conflicto continúe con la comunicación, ela- bore informes sobre cómo se resolvieron los acontecimientos que pusieron en jaque su gestión. Cómo enfrentar "operaciones de prensa" Este tipo de crisis suelen traer aparejadas la pérdida de la credibi- lidad y la disminución de la confianza. Para ello es aconsejable: Anticiparse: la red de periodistas que ha sabido construir puede actuar como escudo protector ante alguna operación. Estos recurrirán a Ud. para avisar de la situación imperante o, simplemente, para desmentir dicha información. Actuar: no permanecer inmóvil ante los conflic- tos. Muchas veces es necesario desenmascarar aquellos rumores que circulan en los medios y que pueden interferir en su política de gobierno. 112
  • 111. Elija el objetivo: la crítica hacia el adversario es Bibliografía Arguch, Leonor viable cuando esta no genere mayor agresividad. La Entrevista, una invención Recuerde que la opinión pública se encuentra en dialógica, Ediciones Paidós, 1995. un estado de saturación sobre las "acusaciones y Balsebre, Matew y Vidal La entrevista en radio, televisión cruces mediáticos". y prensa, Ediciones Cátedra S.A., 1998, Madrid. Para contrarrestar cualquier ataque, se debe valo- El País, Libro de Estilo. Ediciones El País, Madrid, rizar la gestión. Si no posee hechos concretos que España, 1994. respondan por sí solos, es conveniente buscar López, Manuel alianzas que puedan aliviar y contestar ese tipo de Cómo se fabrican las noticias, Paidós Comunicación, embates. Barcelona, 1995. Mar de Fontcuberta, La Noticia, El papel de los intelectuales es provocar crisis; Paidós Comunicación, Barcelona, 1993. el de los políticos y jueces, resolverlas, dice Medios de Comunicación Umberto Eco. y Justicia. Contribuciones 2/2001, Fundacion Konrad Adenauer, Buenos Aires, 2001. Muraro, Heriberto Políticos, periodistas y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, 1997, Argentina. Periodismo y Ética. Jornadas sobre Periodismo y Ética del Diario La Nación, 1997, Espasa Calpe. Zukernik, Eduardo Medios de Comunicación y reforma constitucional argentina, Fundación Konrad Adenauer, Buenos Aires, 2001. 113
  • 112. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 113. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 114. La Comunicación política hoy Jorge Dell’Oro S in lugar a dudas, la comunicación política es hoy una de las he- rramientas más valiosas con que cuentan los dirigentes para hacer Jorge Dell’Oro Es Presidente de Dell’Oro Trigo S.A. Comunicación Institucional. conocer sus propuestas a un electorado cada día más complejo y Técnico en Publicidad graduado segmentado. en la Escuela Argentina de Publicidad. Especialista en Comunicación Institucional Sin embargo, se deberá tener en cuenta que ante la gran cantidad de Política y Municipal. Profesor en estímulos comunicacionales a los que es sometida la sociedad (la Universidades de Argentina: publicidad, las noticias, los espectáculos), por nombrar los más Lomas de Zamora, Santiago del comunes, el político deberá hacer un esfuerzo mayor para que su Estero, Católica de Bs. As. y Ciencias Sociales de Bs. As.; de mensaje pueda tener un espacio en la mente de la gente. Hoy nos Colombia: Autónoma del Caribe enfrentamos a un nuevo ciudadano espectador, que analiza la de Barranquilla, Javeriana de información desde otros esquemas utilizando los medios de comu- Bogotá, de la Sabana de Medellín y de Ecuador: Azuay, de Cuenca. nicación, sobre todo los audiovisuales, como un elemento de Dicta cursos en la Universidad de entretenimiento. En este contexto, se debe agregar un factor que Palermo, Maestría en Comunicación aumenta la dificultad de tener éxito con el mensaje emitido, pues y UCES, Master en Comunicación distintos estudios dan cuenta de que sólo el 20% de lo que se lee, Institucional. Fue presidente del Círculo de Creativos Argentinos ve o escucha en los medios queda en la opinión pública. y vocal de la Comunidad Publicitaria, jurado y panelista en El publicitario francés Jacques Seguéla, encargado de las campañas festivales CLIO, FIAP, Gramado, electorales de François Mitterrand, afirma: Una campaña electoral A.A.E.R., Premio Clarín, Lápiz de Oro, Montreux, León de Oro y es como una obra de teatro; es elegido el candidato que cuenta la Cronista. Co-autor del Libro y historia que los franceses tienen ganas de escuchar en el momento Video Trastienda de una Elección, en que desean escucharla. editado por la Fundación Konrad Adenauer. Co-organizador del I Seminario Sin llegar a dar total crédito a esta ácida afirmación, es cierto que Iberoamericano de Marketing hoy no es fácil diferenciarse de los competidores, pues la oferta es Político (SIMAP). Ex-consultor del uniforme y los candidatos cada día se parecen más entre sí. Banco Mundial para Argentina y Paraguay. Obtuvo numerosos premios internacionales y Para poder diferenciarse hay un elemento que es imprescindible en nacionales. Ha participado en la comunicación política actual como es una alta dosis de per- campañas electorales en Argentina suasión. El que busca persuadir hace una recomendación clara, a y del Partido Popular Español. Es miembro de la Secretaría de través de sus mensajes, y la recomendación deberá ser entendida Relaciones Internacionales del por el público al que se dirige. Partido Justicialista y asesor de senadores, intendentes y políticos argentinos en estrategias de En las campañas electorales, dicha recomendación es la de votar comunicación. es Director del por una opción política o la de no votar por otra, dos metas com- Instituto de Comunicación Política plementarias que sirven como marco a todo el mensaje electoral. de la Universidad del Salvador. [email protected] Hoy, la mitad del tiempo de un gobernante está dedicada a la comunicación; pero esto no es nuevo esta herramienta inventada 117
  • 115. Jorge Dell’Oro por el hombre político para comunicar sus ideas, nos acompaña desde que se empezó a escribir la historia. Rafael Ballester, en su Historia de la Humanidad, relata que allá por el 720 a. de C., el Imperio Chino contrataba vagabundos dota- dos de facilidad de palabra para, al estilo sofista, arengar al pueblo y engrandecer a sus reyes. Pasaron los años y la comunicación se perfeccionó. A Quinto Julio Cicerón, en el año 65 a. de C. (quizá el primer asesor en marketing y comunicación política), se le ocur- rió que en los lugares votación se colocaran carteles con los nom- bres de los candidatos y sus virtudes más notorias. También pare- cería ser el más antiguo antecesor de quienes escribimos el presente manual, pues se lo considera autor del pequeño manual para la campaña electoral. Después vinieron Maquiavello, Goebbels, Napolitan, y hoy tenemos cientos de especialistas en todo el mundo, que asesoran a miles de políti- cos acerca de cómo lograr mejores resultados en su comunicación. No quisiera adentrarme en las técnicas de la comunicación sin antes hacer una reflexión sobre la situación que vive la sociedad y su relación con la dirigencia política. La política tiene un lugar: la comunidad, pues como dice Josep Ramoneda, La preservación de la comunidad es una de las obligaciones prioritarias del gobernante. Donde no hay comunidad (marco común de cooperación y conflicto) no hay política sino anomia, lucha de todos contra todos. El intento de sustituir los conflictos entre los grupos por conflictos entre los individuos, propio del discurso economicista de la competitividad, tiende a destruir el espacio comunitario. Los que estamos en la política sabemos que el famoso contrato social se encuentra en precario estado. Muchos de los puentes que unían el tejido social, están rotos o son muy frágiles. Es tarea de la política volver a restablecerlos. ¿Quién si no la política puede devolvernos el sentido de comunidad, la armonía entre los distin- tos segmentos poblacionales? ¿Quién si no la política puede ayu- dar a construir un proyecto común que nos una en el orgullo de pertenecer a un país con futuro? Por ello es imperioso que la comunicación ayude a los buenos dirigentes a revalorizar su tarea y el rol de la política. Por eso, cada vez que construyamos un mensaje debemos crear rea- lidad, que no es ni más ni menos que reintroducir el diálogo donde sólo hay comunicación. Recuperar la política debería servir para escapar del hablar por hablar, que es la raíz de la mala comuni- cación. Es responsabilidad de quienes ayudamos a los políticos a comunicarse, no sólo advertir sobre esta problemática, sino también asumir un rol ético en la transferencia del mensaje a la sociedad, no haciéndonos cómplices del secuestro de la libertad y de la democracia. 118
  • 116. ¿Es el candidato el mensaje? Capítulo V L os candidatos son protagonistas durante el espacio de tiempo que dura la campaña, como un espectáculo que la sociedad mira. Cada uno intenta ser el actor principal y con ese propósito, su mensaje, encarnado por él mismo, toma vital importancia. No se trata de representar un papel como en el teatro o el cine, se trata de conjugar la personalidad y el carácter del candidato con el mensaje. Si bien el sociólogo Erving Goffman explica de forma reveladora la conducta humana con una metáfora teatral, en La presentación de la persona en la vida cotidiana (1959), defiende que, diariamente, las personas tienen que gestionar la impresión que causan en los demás, y esas actuaciones son las acciones de unos que buscan influir a otros. Goffman nos recomienda que pensemos en nuestra E conducta como un arte de gestión de impresión, pero lejos de des- TEM E O EM cuidar la ética, afirma que esas actuaciones no son necesariamente V V OT engañosas y que hace falta distinguir las actuaciones sinceras de las que no lo son. Aun así, en lo que Goffman insiste más es en ME VOTE la necesidad de tener una estrategia casi como exigencia ética, ya que una persona puede ser honrada y no ser capaz de transmitirlo, dejando la esfera pública a cargo de una persona que sí sabe cómo manejar su imagen eficaz- mente y transmitir su honestidad. Muchas veces se dice que la diferencia entre lo que un candidato es y la imagen que proyecta es manipulación, pero esa es una impre- sión equivocada. Porque si partimos del concepto de que comunicar el carácter es un problema al que no sólo los políticos, sino cada uno de nosotros se enfrenta en su vida diaria y aun siendo totalmente honestos e inclu- so inconscientes respecto a las estrategias que seguimos, transmiti- mos impresiones parciales, es decir, nos mostramos selectivamente y de forma incompleta a los demás. Por consiguiente, cada vez que nuestro objetivo sea persuadir a alguien de algo, vamos a ejercer un control consciente y deliberado sobre el carácter que transmitimos. ¿Cuál es el motivo para pedirle a un político que haga lo contrario?, y en especial a un candidato, ya que él es el mensaje, porque debe "venderse" a sí mismo ayudado por las herramientas de la comu- nicación moderna. Lo que no sería bueno que hiciera sería delegar su agenda política a los asesores de marketing político. Lo que ellos harán será ayudarlo desde lo estratégico; nunca, desarrollar su plataforma electoral. El riesgo es tener una buena comunicación para un mal candidato. 119
  • 117. Jorge Dell’Oro A la luz de algunas experiencias de sobremarketing electoral, vimos cómo se puede estafar a la gente haciendo pasar gato por liebre. (Ver Video) Las consecuencias de una mala gestión de gobierno en la ciu- Analice los contenidos dadanía, no hace falta comentarlas; pero sí aquellas que afectan la vs. los resultados de la credibilidad de la dirigencia política, que hace que caigan justos por campaña de la Alianza, elecciones presidenciales pecadores y generan un malestar social que potencia un loco deseo argentinas, 1999. de "que se vayan todos". La comunicación debe tender siempre a resaltar los valores de la política y, sobre todo, las ideas de los políticos eficientes que a través de una buena gestión aumentarán la calidad de vida del pueblo que les ha tocado gobernar. ¿Candidato o Partido? Hay tres características del sistema político argentino que fomen- tan que las campañas se centren en los candidatos. 1 Un sistema presidencialista de gobierno que baja a todos los car- gos electorales haciéndolo más notorios en los municipios. 2 Partidos políticos cuyo papel se ha visto reducido a lo largo de estos últimos años. 3 La ausencia de ideología como motor principal del voto y el declive de la lealtad partidaria. Hasta hace unos años los candidatos dependían totalmente de la organización del partido, la cual mantenía un monopolio sobre los recursos para llevar a cabo una campaña con posibilidades de vic- toria. Hoy, los medios de comunicación, en especial la televisión, incrementaron la posibilidad de los candidatos para hacer campaña por sí mismos. El famoso consultor norteamericano Joseph Napolitan dice que la política se convierte cada vez más en "el arte de comunicar el men- saje del candidato directamente al votante sin filtrarlo a través de una organización de partido". La falta de una lealtad partidaria lleva a los ciudadanos a decidir su voto según el candidato, quien se ve obligado a definirse más allá de lo que su lealtad a un partido pueda indicar. Como decía el slogan del candidato demócrata a presidente de los EE. UU. en 1998, Michel Dukakis, “la elección no se trata de ideologías, sino de aptitudes". Este fenómeno parece, por el momento, algo difícil de revertir, 120
  • 118. Capítulo V pues la reciente gravitación del factor económico en las decisiones políticas hace muchas veces difícil conjugar los aspectos ideológi- cos con el pragmatismo de las medidas a tomar. Si sumamos esto a los factores que destacan las pautas de cobertura de la prensa, la decepción de algunos ciudadanos respecto a los partidos, la necesi- dad de estos de renovarse y abandonar o matizar sus referentes ideológicos tradicionales estando ante una etapa de transición, donde no se ve claramente cómo terminará esta difícil relación entre gobernantes y gobernados ¿En medio de los medios? Los criterios que hoy priman para decidir qué es noticia y qué no lo es, aumentan la "personalización" de la información. Es frecuente que el candidato se destaque por encima de los problemas o de las cuestiones políticas que busca comunicar. Esto ocurre porque, ge- neralmente, es más fácil comunicar la información a través de la proyección de personalidades que a través de la discusión de ideas complejas o problemas políticos de carácter más abstracto. Se trata de un fenómeno común a todos los medios de comunicación, en el cual llevan la voz cantante la televisión y la radio, en la actualidad principales fuentes de información de la sociedad. En cuanto al malestar creciente de los ciudadanos con la dirigencia política, fenómeno no exclusivo de nuestro país, ya que el tema es de preocupación de los principales partidos del mundo democrático. En las campañas, este factor ha llevado a los votantes no sólo a fijarse más en la personalidad del candidato, sino también a recibir con agrado la aparición de candidatos outsiders, profesionales que aparecen en la política vaciando aún más de contenidos ideológicos la política en general. Cantantes, deportistas, empresarios, artistas, aprovechando su imagen fuerte en la sociedad, aparecen transitan- do el camino político haciendo uso y abuso de los medios de comu- nicación, con quienes tienen un excelente relación. También debe- mos admitir que hay políticos que han hecho una verdadera mili- tancia mediática y a algunos no les ha ido nada mal. En esta época, la política se centra, nos guste o no, cada vez más en la persona, incluso en aquellos países donde todavía la lealtad par- tidaria no está tan deprimida. Porque muchas veces, sin querer, esta personalización es fomentada por el propio partido, sobre todo en época electoral. El partido proyecta su propia imagen en dos for- mas básicas: con la imagen tradicional de la organización, su iden- tidad corporativa (por ejemplo, como representante de la clase obrera), y con la imagen específica que ese partido busca instalar en un momento determinado, en una campaña, imagen que tiende a proyectar a través de la personalización de un líder o candidato estrella (por ejemplo, haciendo uso de caras nuevas para demostrar 121
  • 119. Jorge Dell’Oro que se está renovando). Es también posible que un líder popular pueda cambiar la suerte de un partido, convirtiéndose en una ban- dera que decida a esos votantes independientes y a diferencia de los leales, permeables a votarlo. ¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta para construir el mensaje? Hay en toda campaña tres elementos que no necesariamente coin- ciden, pero de una manera u otra siempre están presentes: lo que el candidato es, la imagen que intenta proyectar, y lo que los votantes finalmente perciben. Por eso, la presencia de la imagen como factor estratégico en las elecciones no es para nada una imposición de marketing político, sino parte inevitable del proceso de comunicación. Un político no puede evitar tener una imagen y transmitirla. Negarlo es una ingenuidad. De hecho, cuando el candidato presume durante la campaña de no preocuparse por su imagen, está tratando de trans- mitir otra imagen: la de un ciudadano común sincero, que se mues- tra tal como es y que no está sujeto al marketing político. Como lo declaró López Murphy:" Yo no me voy a marketinizar". El acto de comunicación proporciona al emisor (candidato) la opor- tunidad de enviar imágenes que el electorado terminará decodifi- cando, y eso requiere una estrategia. Quien tenga la mejor estrategia y se comunique bien, tiene mejores posibilidades para generar en el electorado una penetración mayor. Si la información es poder, comunicar es legitimarse. Para ello es necesario tener en claro las diferencias entre informar y comunicar. Informar: enterar, dar noticia de una cosa a un determinado número de gente que hasta ese momento lo ignoraba. Comunicar: hacer a otro partícipe de lo que uno tiene, comu- nicar no sólo es informar, sino que también es enterarse de cómo reacciona el interlocutor. Los políticos son en la sociedad como carteles orientadores de un destino. Esto se logra comunicando, no informando. 122
  • 120. ¿Comunicación racional o emocional? Capítulo V Cuando el candidato se comunica, la gente busca el costado más racional, consciente en conocer su experiencia, su pasado y cómo hará para solucionar los problemas que afligen a la ciudadanía. Pero toda comunicación debe contener una dosis de emoción. Lo emocional sirve para envolver aun aquellas cosas racionales, como son los aspectos económicos que se desarrollarán durante la campaña. (Ver Video) Analice el spot “Creen que somos estúpidos” de la Alianza y la Las estrategias de comunicación política parten de la base de que contestación del Partido Justicialista los votantes tienen un ideal y que eligen al candidato que más se en el spot “Pablito” acerca a ese ideal. Esta posibilidad de que los candidatos tengan que medirse con un ideal nos da una idea de por qué muchos ciu- dadanos acaban defraudados. Las demandas de la gente muchas veces se aproximan a buscar un "superhombre", se le exigen virtudes tales como fuerza de carácter, visión, carisma, capacidad de estar por encima de la "politiquería", habilidad para lograr el consenso, capacidad moral, aptitudes para conseguir que los problemas se solucionen sin que la gente tenga que hacer un esfuerzo superior, manteniendo siempre la cercanía con el ciudadano común. Por eso la honestidad, competencia, integridad, capacidad de lide- razgo y energía son los ingredientes que la comunicación tiene que transmitir. Comunicar esas cualidades significa demostrar carácter, credibilidad y dinamismo. La credibilidad es condición indispensable para abrirse paso en el electorado. El dinamismo es un factor de menos peso que la credibilidad, pero se debe poner algo de él en las campañas. El propósito de la estrategia de la campaña es usar las tácticas para convencer a los votantes de que es importante que tú los representes. Para que concedan el poder de hablar por ellos, hace falta que confíen en ti. No se trata de una confianza genérica y difusa en el carácter, sino una confianza política en que tú, el candidato, tienes las mismas prioridades que ellos. Las tácticas y los temas de una campaña pueden parecer simplistas a quienes prefieren sesudas ponencias, razonamientos y análisis, pero su propósito es atraer la confianza, no el intelecto, dice Baer. La psicología nos indica que positivo/negativo, activo/pasivo y fuerte/débil son dimensiones clave a través de las cuales percibimos y evaluamos a los demás (Tagiuri, 1985). En una campaña, los can- didatos son calificados como buenos o malos y se evalúa su fuerza y su capacidad para la acción. 123
  • 121. ¿Qué hacer para parecer fuerte y activo? Jorge Dell’Oro En alguien que tendrá la responsabilidad de gobernar, dinamismo es sinónimo de fortaleza, acción, energía, vigor y salud física. Recuerde la hiperactividad No se trata de salir a correr todas las mañanas si no lo ha hecho en de Carlos Menem, que, su vida, o practicar deportes si es un sedentario. La comunicación además de ser presidente, jugaba al fútbol, básquet, política no está para fabricar campeones olímpicos. Pero hay cier- tenis, golf y competía en tas cosas que se pueden hacer. Por ejemplo, lucir un rostro fresco, carreras de automóviles si es posible con un leve tono de que el sol pasó por allí, aunque, (Ver Video) cuidado, sin llegar al bronceado caribeño, pues se corre el riesgo de En el spot sobre el tema “Seguridad”, analice la pasar a la categoría de frívolo. Cierta dosis de humor y anécdotas, actuación de Aníbal Ibarra siempre le dan frescura al discurso. Trate de movilizarse con de la campaña a las elecciones energía, no transmitir agobio aunque se sienta cansado, siempre como candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad esté dispuesto a conceder un minuto más a sus interlocutores. de Buenos Aires En la política se habla de carisma como sinónimo de liderazgo, no hay duda de que sin uno no existe el otro. Es un don que no todos los mortales tenemos. Max Weber definió el carisma como "una cualidad extraordinaria de una personalidad en virtud de la cual ésta es considerada como poseedora de poderes y cualidades sobre- naturales o sobrehumanas, no accesibles a los demás." Sin embargo, el carisma en las democracias mediáticas actuales es algo distinto, más cercano a la popularidad, al grado de simpatía del político para con la gente. Y la manera que el candidato tiene para lograrlo es presentarse como uno más del pueblo, como gente común y corriente, pero con la idoneidad para solucionarle problemas. Jimmy Carter en 1976 ya usaba slogans que lo acercaban más a la gente como: Un gobierno bueno como su gente. Dukakis usó: A tu lado en su campaña de 1988. No se debe olvidar que la base para una buena comunicación es: a mí me importan tus problemas, porque también son los míos. Entonces, volvamos a la pregunta inicial y sólo nos queda por afir- mar. Si el candidato más que nunca es el mensaje, es un emisor único, termina siendo forma y contenido al mismo tiempo. ¿Cómo se construye el mensaje? Para la construcción del mensaje en campaña, deberán tenerse en cuenta, en primer lugar, a la audiencia al que el candidato se va a 124
  • 122. Capítulo V dirigir. Una vez que se tengan los contenidos, producto del análisis hecho de las demandas de la ciudadanía, recién allí se podrá comen- zar a planificar las comunicaciones, las que deberán estar subordi- nadas a la estrategia y al plan político. El mensaje debe generar una corriente afectiva entre el candidato y los electores. Es importante que el político muestre primero una preocupación compartida a través de valores humanos comunes, y luego desarrolle de qué manera está preparado para dar soluciones. No se trata sólo de recitar un currículum. Los mensajes deben tener vida, dinamismo, ligándolos las preocupaciones del ciudadano y fundamentalmente deben tocar la actualidad. Podemos dividir las preocupaciones de la gente de la siguiente manera: estructurales del sistema (permanentes) y las coyunturales (nuevas). Por ello es nece- sario articular un mensaje que, sin descuidar aquellas permanentes, toque también las nuevas, y de esta manera lograr estar en la actual- idad haciéndolo dinámico, sacando ventaja si nuestros competidores no tienen el suficiente reflejo para abordar la actualidad. La persuasión da mejores resultados si se basa en argumentos emo- cionales. Las campañas no están hechas para educar a los ciu- dadanos, sino para persuadirlos de que lo voten. Si las apelaciones son excesivamente intelectualizadas, los votantes quizás compren- dan el tema, pero no necesariamente estarán inclinados a votarlo. Pero si se llega a ellos con argumentos simples y emocionales, se sentirán motivados por el candidato. El mensaje es la razón fundamental para ser electo y derrocar al contrincante. Un mensaje eficaz responde a tres preguntas básicas: 1 ¿Por qué quiero ser candidato? 2 ¿Por qué represento una opción mejor que la de mis adversarios? 3 ¿Qué políticas voy a llevar a cabo para solu- cionar los problemas de la gente? Aunque parece elemental que un candidato debe responder a la pregunta por qué se presenta a unas elecciones, esta respuesta deberá ser preparada cuidadosamente. En 1980, el Senador Edward Kennedy competía por la nominación demócrata contra Jimmy Carter. En una entrevista televisiva en CBS, ante la pregunta ¿por qué quiere usted ser presidente?, Kennedy buscó torpemente las palabras y dio una respuesta vaga y abstracta. Este caso sirve como ejemplo para mostrar cómo en un momento se puede crear la impresión equivocada y dañar una candidatura. 125
  • 123. Jorge Dell’Oro Una vez que el candidato y su equipo de campaña determinan cuáles son los ejes a comunicar, el contenido puede expresarse de muchas maneras, a través de mensajes y palabras, slogans y discur- sos, por medios audiovisuales o impresos. Pero no se puede perder de vista, más allá de los medios a utilizar, que deberá ajustarse a ciertos requisitos. El primero es tan importante como tener un buen mensaje, es mantenerse fiel a él. Razón por la cual es un tema básico y central en la campaña, del cual se podrán "colgar" otros, pero la columna que los sostenga será siempre la misma. Aquí va un ejemplo: Mensaje "central": Bajaremos los impuestos. Mensajes para "colgar": Bajando impuestos más gente podrá pagar, con ello ingresará más dinero. Al ingresar más dinero podremos terminar la red de agua potable. Al ingresar más dinero haremos 100 cuadras de pavimento al año. Al ingresar más dinero no necesitaremos pedir crédito para pagar los sueldos y ese crédito lo usaremos para ayudar a las PYMES. La propuesta es aliviar la carga impositiva pero, a su vez, poder seguir haciendo obras dinamizando la economía; el ejemplo aquí desarrollado sirve también para saber si una propuesta de este tipo es viable o no, pues las promesas son para cumplirlas y uno puede ganar una elección con una idea que suene atractiva, pero que una vez en el poder sea imposible de cumplir. Es mejor prometer poco, pero factible de realizar. Del ridículo y la mentira es difícil volver. El mensaje debe tener la mejor conexión entre el contexto y las pre- ocupaciones de los votantes, pero no siempre es así. Algunos votantes tienen preocupaciones que no varían aunque el contacto o la situación real cambien. Un ejemplo: aunque la infraestructura de la ciudad se haya agrandado y mejorado, un número de vecinos seguirá diciendo que es vieja y que no se ha hecho nada para modernizarla El hecho de que las preocupaciones subjetivas de la población no están directamente relacionadas con la situación objetiva es lo que hace imprescindible las encuestas, incluso para aquellos candidatos con gran conocimiento de lo que ocurre. Tan erróneo sería obviar las preocupaciones de los ciudadanos como desatender problemas reales, simplemente porque no forman parte de sus prioridades según las encuestas. Cuando el candidato debe responder preguntas sobre temas pun- tuales debe elegir entre dos alternativas: estar a favor o en contra de 126
  • 124. Capítulo V una cuestión (sí/no, pro/anti). Por ejemplo, se toma posición cuan- do debe responder preguntas como: ¿Debe la educación ser financiada por la Nación o por el Municipio? ¿Cómo va a reformarse el sistema de impuestos? ¿Qué opina de la privatización de la recolección de residuos? Los mensajes de posición han estado frecuentemente asociados a una determinada ideología. Muchas veces pasa que la plataforma del partido tiene una posición sobre algunos temas, que más tarde, durante la campaña, muchos candidatos no siguen al pie de la letra, pues el problema en su localidad o distrito merece pasar de lo dog- mático a lo pragmático. Un ejemplo de algo muy común en los mensajes de campaña es la propuesta sin sustento, que puede sonar como una linda música al momento de escucharla, pero luego la gente busca en la parte racional y se da cuenta de que no le dijeron lo más importante: ¿cómo lo hará? Veamos un ejemplo: Acabaremos con el robo y el crimen en esta ciudad. Nunca vamos a conseguir acabar con la delincuencia si no se acaba con las drogas. Tenemos que contar con un programa mejor que el actual para tratar el problema de las drogas. ¿Pero cuáles serán las características de ese programa?, ¿medidas preventivas?, ¿más policía?, ¿penas más duras? Ese falso mensaje se distingue del auténtico porque mensajes como el anterior no aportan más que el deseo de todos los candidatos de hacer las cosas mejor. Pero deberían explicar cómo lo conseguirán. Muchas veces se puede sacar ventaja del competidor involucrándolo en el mensaje, que si está bien formulado descoloca al adversario. Por ejemplo: Yo apoyo la cadena perpetua para los que trafiquen droga. Martínez no sólo es contrario a dicha pena, sino que está a favor de que se les reduzcan los años y tengan permisos para salir de prisión los fines de semana. Futuro, libertad, progreso, liderazgo, honradez, trabajo, prosperi- dad, paz, no son propuestas políticas muy específicas, pero su pre- sencia es inevitable en el discurso de cada candidato. La clave es cómo serán insertadas. Todas connotan cosas positivas, pero muchas veces suenan a retórica ya gastada. Su uso debe mar- 127
  • 125. car diferencias con el candidato competidor; si no, es probable que los dos usen las mismas y ninguno se diferencie. Me gustaría que el pueblo de esta ciudad supiese que he trabajado muy duro para estar a su lado y hacer avanzar a esta querida ciudad. Estamos mejor que hace cuatro años. Pero lo más impor- tante es que mi plan para el próximo período es un plan mejor. Los mensajes de los candidatos que pretenden ser reelectos son más fáciles de construir cuando su gestión es exitosa, la clave es cómo se promete mejor gestión en el futuro, que la que se está lle- vando a cabo. La sociedad siempre tiene críticas, y muchas veces hay puntos débiles que hacen vulnerable el mensaje a pesar de los logros del gobierno de turno. Estos mensajes deben apuntalar los éxitos y prometer mejorar el futuro, por ejemplo: (Especificar lo que es "un plan mejor" no será tan importante cuando se tienen detrás cuatro años de gestión exitosa que a su vez es percibida por el pueblo) La experiencia funciona como un poderoso activo a pesar de las demandas de la gente de cambios y renovación de los políticos. Aquellos que tienen experiencia y han demostrado tener éxitos en su haber, pueden aspirar a construir mensajes como éstos: Futuro con experiencia es lo que ofrezco para el pueblo de esta ciudad. Creo que nadie puede ofrecer un liderazgo con mi experiencia; ustedes deciden si mis oponentes pueden decir lo mismo. Por eso es fundamental comunicar, durante la gestión, los logros obtenidos. Para ello, es necesario hacer y comunicar. Sin cosas tan- gibles es imposible comunicar, se estaría acentuando aún más la mala gestión. Cuando las cosas no han ido bien, el gobernante tiene que hacer dos campañas: una contra su adversario y otra contra su labor pasada, siendo esta última la más difícil. ¿Por qué evitar lo complejo? Muchas veces, el mensaje tiende a complejizarse. Muchos políticos son afectos al uso de frases que la mayoría de la gente no entiende, y en no pocas oportunidades terminan haciendo un intercambio de mensajes con el candidato oponente donde la ciudadanía queda afuera. 128
  • 126. Capítulo V Nunca olvide que su público es un variado universo, desde los más instruidos hasta aquellos que tienen una precaria educación. Por eso, el mensaje tiene que tener, por sobre todas las cosas, SIMPLICIDAD, SIN COMPLICACIONES NI DIFICULTADES DE COMPRENSIÓN. Estos 10 puntos pueden ayudar a construir un mensaje simple: 1. Frases cortas 2. Elegir palabras sencillas en lugar de palabras complejas 3. Usar palabras familiares, de uso más bien cotidiano 4. Evitar palabras innecesarias 5. Emplear verbos activos 6. Hablar como uno le habla a sus hijos 7. Utilizar términos que la gente pueda visualizar 8. Conectarse con la gente, posicionarse 9. Procurar ser ameno 10. Hablar para expresarse, no para impresionar Algunos ejemplos de ideas simples convertidas en complejas. A través de estos ridículos ejemplos se pretende demostrar que cuando se complica el mensaje se pierde efectividad: Cuando un lecho acuífero produce alto nivel sonoro, es que conduce un caudal determinado. “Cuando el río suena, agua lleva” No por interrumpir el sueño anticipadamente se inicia la aurora antes de su referencia horaria. “No por mucho madrugar amanece más temprano” Los vapores visibles que afloran de la materia orgánica son el presagio de una conflagración inminente. “Donde hay humo, hay fuego” La persona que hurta habitualmente está conven- cida de que la generalidad de sus congéneres son de naturaleza similar. “Cree el ladrón que todos son de su condición” 129
  • 127. Jorge Dell’Oro Hasta aquí, ejemplos fabricados. Lo que sigue son las declaraciones for- muladas por un Secretario de Energía para anunciar el aumento de la nafta: El incremento del barril de crudo está potenciando los precios de los combustibles líquidos hacia arriba. ¿No hubiese sido más comprensible decir?: La nafta aumenta porque aumentó el petróleo. Veamos en la figura siguiente cómo está conformada la pirámide de población a la que tendrá que persuadir: Como se puede apreciar, el 75% es la gente, que está con sus pro- blemas cotidianos, bombardeada de mensajes de todo tipo, y durante la campaña bastante molesta por la invasión de comunicación políti- ca. Diríjase a ellos en forma simple, así todos lo entenderán. Cuando uno emite un mensaje está transfiriendo conocimiento. Esto da poder. Distinta relación de poder existía en la antigüedad: los señores feudales lo ejercían a través del cobro de impuestos y el sojuzgamiento de sus pueblos. Y si nos vamos más atrás, veremos que los alquimistas eran celosos custodios de sus fórmulas, siendo la manera de lograr respeto ante los más poderosos. Hoy, en una sociedad altamente comunicada, el conocimiento y la transferencia del mismo se han transformado en la verdadera herramienta para construir poder. Quien comunica conocimiento se pone en un escalón superior que el resto de la sociedad. Con ello logra ser un referente pasando a la categoría de líder de opinión y un candidato debe buscar liderar a la opinión pública con sus propuestas. 130
  • 128. ¿Cómo hago para que mi mensaje Capítulo V se destaque? No es fácil tener una receta única para generar contenidos en los mensajes de campañas políticas. Si tenemos en cuenta que todos los candidatos manejan casi la misma información, el contenido puede parecerse. Hoy en día los candidatos no hablan de cosas distintas, sino de cómo hacer mejor las mismas cosas. En ese demostrar quién es mejor, reside en cómo cada uno llegue con claridad a persuadir a los votantes. La forma que el contenido no se parezca, es adaptarlo a los distin- tos públicos. No es igual lo que desea oír un desocupado, que las inquietudes que tiene el comerciante al que le va bien en su nego- cio. Se podría decir que el contenido es lo esencial, todo lo con- trario a lo que hacen los medios particularmente la televisión, en que el espectáculo es lo esencial y la información es un residuo. El avance de la cultura audiovisual pone en juego la efectividad de otros medios, sobre todo, los impresos y, en menor grado, la radio. Sartori dice que la palabra ha sido destronada por la imagen. Ante ese hecho innegable, el contenido debe manejarse, de ser posible, con asociación de imágenes. Está comprobado que las palabras que remiten a una imagen quedan grabadas más rápido en la mente de las personas. Para lograr persuadir al votante, es necesario encontrar una dife- rencia real del contenido del discurso con respecto al competidor; esto se logra con un concepto relevante e innovador, ya que la innovación es la única ventaja competitiva permanente. Los mensajes donde el candidato se queja de los problemas no tienen sentido; será elegido por la gente para que los solucione, no para que le recuerde cuáles son. Es necesario crear mensajes con valor positivo y, de ser posible, asociar al adversario con un valor negativo. Ejemplos de valor positivo son la creación de empleo, el progreso; los valores negativos pasan por la corrupción, el riesgo, la falta de planes, el extremismo. Un contenido de valor puede contribuir a aumentar el apoyo que se da a un candidato o partido, si el con- tenido simbólico es importante para la gente y se produce la iden- tificación con el valor positivo. La sociedad tiene un concepto sobre lo que es bueno y lo que es malo. Se trata de posicionar con éxito al candidato al asociar su candidatura con el valor positivo y a su adversario con el negativo. 131
  • 129. Jorge Dell’Oro Estos ejemplos ilustran la utilización del valor: Es importante para mí pensar ahora como inten- dente, puedo ayudar a mejorar las vidas de toda nuestra gente y hacer recuperar la esperanza. Tengo una visión de esta ciudad.... sólo deseo volver a verla tan pura, honesta, decente, sincera, justa, segura de sí misma, idealista y comprensiva, tan llena de amor como sus habitantes. El valor puede ser universal (como la paz) o cultural, asociados a un país, un lugar y un tiempo concretos. Otro ejemplo de valor es la familia (que toma mayor importan- cia ante la crisis); de ella se desprenden la educación, la salud, el trabajo, etc.). La visión de un candidato es el eje alrededor del cual se toman todas las posiciones. Los candidatos con visión ofrecen metas, dirección, ideales, un marco general que da sentido a las políticas concretas de su programa. ¿Cómo hago para que me identifiquen? Todo candidato debe generar, en lo posible, su propia marca. Identifíquese para que lo identifiquen. La identidad del candidato debe estar asociada al partido al cual pertenece. Se entiende por marca el conjunto de instrumentos formales con los que una empresa, organización o persona (en este caso un can- didato) se identifica públicamente. Esos signos deben reflejar la esencia de su personalidad y de lo que hace, y han de estar presentes, de una u otra forma, en todos los mensajes que emita. No es una cuestión meramente estética, formal y decorativa. El diseño debe traducir un lenguaje visual apropiado a los públicos objetivos. En este sentido, el diseño es solamente un medio que relaciona la forma y la función. Estamos inmersos en la civilización de la imagen y no cabe duda de que los recursos visuales adquieren un claro protagonismo sobre otras formas de comunicación. Así que la construcción de este poderoso elemento identificatorio ha pasado en este metalenguaje de los signos a tener en los públicos vital importancia por su capacidad de comprensión universal, por su ubicuidad y por su rapidez de lectura. La marca es un retrato, una imagen se trata de un signo no verbal, que tiene por objetivo contribuir a mejorar la identificación de una persona, empresa, organización o producto. Es un símbolo que provoca, gracias a sus formas, colores, texturas, una asociación de ideas por abstracción o por ausencia. Un buen 132
  • 130. Capítulo V símbolo debe cumplir una serie de requisitos. 1 Asociación positiva. Es decir, relacionarlo con valores o atributos considerados como buenos por los públicos con los cuales quere- mos comunicarnos. 2 Fácil identificación. La cantidad de signos y de imágenes que una persona tiene que interpretar y memorizar hoy día es muy grande como para ponérselo más complicado. Debe comunicar de un vistazo, con síntesis visual. 3 Capacidad de reducción. Cuando forzamos al máximo las posibilidades de nuestra marca, podemos apreciar su eficacia y su resistencia a las adversidades. 4 Conservar todos sus atributos al reproducirse a un solo color. 5 Simplicidad. Eliminar todo elemento que no sea imprescindible, ir a lo esencial, colocar lo que realmente importa. 6 Peso. Un signo visual eficaz debe ser compacto, tener un cierto peso y contraste entre blancos y negros. 133
  • 131. Jorge Dell’Oro ¿Qué importancia tienen los colores? El color es uno de los elementos básicos en la identificación; no sólo de los símbolos, sino también como generador de identidad cuando se lo traslada a todas las piezas de comunicación de la cam- paña. El color posee una importante capacidad comunicadora (transmite valores psicológicos e impacta ópticamente y en no pocas ocasiones se ha convertido en un elemento identificador básico que trasciende el propio aspecto visual). También hay que tener en cuenta las convenciones y las tradiciones con respecto al uso del color. Así, por ejemplo, el sector de las obras públicas y de la maquina- ria pesada se identifica tradicionalmente con los colores amari- llo/naranja y negro, debido a que estos colores combinados tienen una óptima visibilidad. Las empresas y productos relacionados con las nuevas tecnologías y la informática se identifican a menudo con el gris y el azul. En cuanto a la eficacia y visibilidad de los colores, según las inves- tigaciones realizadas por Lo Duca, resaltan por este orden: • Negro sobre blanco • Negro sobre amarillo • Rojo sobre blanco • Verde sobre blanco • Blanco sobre rojo • Amarillo sobre negro • Blanco sobre azul • Blanco sobre verde • Rojo sobre amarillo • Azul sobre blanco • Blanco sobre negro • Verde sobre rojo Y en lo que respecta a las connotaciones psicológicas, se destacarían las siguientes: Rojo: entusiasmo, dinamismo, pasión y violencia. Naranja: poder estimulante. Amarillo: vitalidad, antídoto contra la tristeza. Verde: apaciguamiento y reposo, naturaleza. Azul: tranquilidad, evoca de la infancia, profundidad. Violeta: sueños, utopías, fantasías, femineidad. Gris: centro pasivo, neutro, factor de equilibrio, elegancia. Negro: ausencia de color, refuerza los colores que se combinan con él. 134
  • 132. Capítulo El rojo, desde 1983, es el color que identifica a la UCR, su origen está en el escudo partidario. El Justicialismo, desde la campaña por la Reforma de la Constitución (1994) venía usando el azul, dejado a un lado en la última campaña presidencial de 1999. ¿Qué importancia tiene la tipografía? La tipografía es uno de los elementos básicos que contribuyen a crear y a fijar identidad. Mediante la tipografía, comunicamos nuestros mensajes, ya sea en un afiche, en un volante, en un aviso e incluso en un spot de TV. Un mismo mensaje, escrito con diferentes tipos de letra, producirá diferentes reacciones visuales y psicológicas. Y es que la tipografía es un arte que comunica literal e icónica- mente (en forma de imagen). Los caracteres que se usen deben con- tribuir a realzar e intensificar el mensaje verbal, el contenido de esas palabras. Desde el punto de vista de la tipografía la elección pasa por algunos requisitos: Legibilidad Capacidad de recuerdo Fuerza Permanencia Facilidad de reproducción Un determinado tipo de letra crea una determinada atmósfera, sug- iere unos valores culturales que deben armonizar con la cultura del pueblo al que va dirigido el mensaje y con el mensaje concreto de cada texto. La tipografía puede ser definida como el arte de disponer de material impreso de acuerdo con unos propósitos específicos; ordenar la letra, distribuir los espacios y elegir el tipo adecuado de letra es ayudar a la mejor comprensión del texto por parte del lector, dice Stanley Morrison. En este sentido, al elegir una “familia tipográfica” que nos va a definir y con la cual vamos a emitir nuestros mensajes, es necesario tener muy en cuenta también la legibilidad, porque en última instancia, de lo que se trata es de que nuestro mensaje sea leído y comprendido con la máxima claridad. La búsqueda de tipografías demasiado originales o comúnmente llamadas "raras", harán correr el riesgo de que los mensajes no sean 135
  • 133. Jorge Dell’Oro leídos. En este sentido, es necesario encontrar un cierto equilibrio entre la legibilidad , la forma y la función. Garamond es el nombre de la familia tipográfica utilizada para la composición del texto de este Manual. Aquí podemos ver las versiones redonda, negra e itálica o cursiva. ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ abcdefghigklmnopqrstuvwyxz 1234567890 ¡!/()¿?;: ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ abcdefghigklmnopqrstuvwyxz 1234567890 ¡!/()¿?;: ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ abcdefghigklmnopqrstuvwyxz 1234567890 ¡!/()¿?;: Los titulares han sido compuestos en Gill Sans. ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ abcdefghigklmnopqrstuvwyxz 1234567890 ¡!/()¿?;: Desde la campaña de Raúl Alfonsín, la UCR tiene como familia tipográfica la Futura Bold ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ abcdefghigklmnopqrstuvwyxz 1234567890 ¡!/()¿?;: 136
  • 134. El PJ eligió la familia tipográfica Helvética Black Condensed en las campañas de los años ‘94 y ‘95 de Carlos Menem (Reforma Constitucional y Reelección) y fue abandonada en la campaña presidencial del año 1999. ABCDEFGHIGKLMNOPQRSTUVWYXZ abcdefghigklmnopqrstuvwyxz 1234567890 ¡!/()¿?;: Lo ideal es que las tipografías sean patrimonio de los partidos más allá de los candidatos, siendo coherente la UCR en contraposición con lo errático que en esta materia ha sido el Justicialismo. Comunicación: ¿dónde?, ¿cómo?, ¿en qué momento? La comunicación en campañas electorales es la parte visible del ice- berg; la otra, la que permanece bajo el agua, es el marketing. Ambas van de la mano y son compañeras de ruta del candidato. La estrategia (ver capítulo escrito por Carlos Fara) es una suerte de bisagra entre ambas, sin ella es imposible ponerse a planificar la comunicación con el electorado. La comunicación, y sobre todo la publicidad, es un instrumento medular de la actual sociedad. La publicidad ha sabido hacer mejor que la vieja propaganda la seg- mentación del público – la masa – para no imponer gustos e ideas que no siente: para medir e interpretar sus inclinaciones o prefe- rencias y aproximarse a lo que desea. La publicidad es constructo- ra de imagen, ya que enlaza el prototipo de lo ideal al arte creador de la imaginación. Pero no podemos atribuirle efectos todopoderosos. La publicidad no es todo en la sociedad, por mucho que condicione o influya en ella. Nuestra experiencia profesional ha podido comprobar, con- trariamente, cómo la demanda política de los servicios publicitarios se ha acrecentado en los últimos años, como si el poder de la publi- cidad estuviese influido o mediatizado por la publicidad del poder. Es el político quien tiene, o no, el poder, a través de sus ideas o solu- ciones a las demandas de la gente. La comunicación publicitaria hará más efectiva la llegada de esas ideas o soluciones al electorado. Por muy efectiva que pueda ser la publicidad, a la larga, una idea carente de valor no se impondrá nunca. 137
  • 135. Jorge Dell’Oro ¿Dónde pongo el mensaje? Cada medio de comunicación tiene sus particularidades y debe sacarse provecho de las ventajas que cada uno ofrece. De esa ma- nera no sólo optimizaremos el dinero invertido en esta área, sino que también direccionaremos mejor el mensaje. Se deben evaluar en cada caso en particular las características que tienen las audiencias, y éstas (si bien existen lineamientos básicos) varían según las ciudades. En el supuesto caso de que una ciudad no tenga un diario o éste sea de escasa repercusión, sin duda la radio será el medio que instale agenda, o un canal de cable local, si es que cuenta con el beneplácito de la audiencia. Nadie mejor que los equipos de campaña locales para evaluar cada ciudad en parti- cular y en consecuencia resolver cuál será el medio de cabecera. También podemos encontrarnos con localidades pequeñas, donde la ausencia de medios sea total y quizás sólo con unos afiches y muchas caminatas esté resuelta la comunicación para ese lugar. A nadie se le escapa que el poder de penetración de la televisión es impresionante, "La televisión es todo", como dijo Ramiro Agulla, el publicitario encargado de la comunicación de la Alianza en la campaña presidencial de 1999. Pero, ¿cuántos candidatos a lo largo y ancho de nuestro país, pueden costear una campaña televisiva? Además, en la mayoría de los casos se estaría dirigiendo un mensaje a una cantidad de gente que no está en mi universo de electores, salvo que cuente, como ya dijimos antes, con canales de influencia local, donde tenga asegura- da una audiencia a la que debo conquistar. La radio es esencialmente un medio que acompaña, entretiene e informa a la gente sin distraerla de sus tareas habituales. Muchas emisoras cumplen un rol social en localidades aisladas de nuestro país, e incluso son vehículos de comunicación entre los propios pobladores, donde son frecuentes los mensajes entre personas de distintas localidades, transformándolo así en un medio de relativo bajo costo con altos beneficios para la comunicación. La prensa escrita, diarios, periódicos, semanarios, etc., están con- siderados como medios que pueden analizar más profundamente el acontecer político de cada lugar, e incluso (dependiendo de su pres- tigio) son instaladores de agenda en otros medios donde la noticia es comentada y analizada. Lo que se llama el “efecto rebote”, periodísticamente hablando. Tratando de sintetizar, pues hablaremos de cada uno en particular más adelante, hoy contamos con tres grandes vehículos de comu- nicación que son: la TV abierta y por cable, los diarios y la radio. Pero existe otra cantidad mucho más grande y también efectiva de medios para llegar a nuestro público. Desde el tradicional afiche, 138
  • 136. Capítulo V hasta los más modernos, como Internet o el telemarketing, pasan- do por el marketing directo, los volantes o folletos, las pintadas o graffitis, el merchandising, actos y las no poco valoradas caminatas. El afiche, esa vieja forma de comunicación La aparición del afiche en la forma que hoy conocemos se remon- ta a 1870, época en que la perfección de las técnicas de impresión (litografía en color) posibilitó su reproducción en serie. Sólo fue necesario un siglo para reconocer el afiche como una forma de arte vivo, cautivando a los más destacados artistas de aquel momento, entre los cuales cabe destacar a Toulouse-Lautrec, los diseñadores del Art Nouveau, simbolistas y cubistas, artistas y tipógrafos revolucionarios de la Bauhaus y De Stijil, y a los hippies y demás elementos underground de la década del sesenta. Sería largo el análisis de las conexiones que existen entre arte, demandas comerciales, política, testimonio popular y demás factores sociológi- Afiche de la 1era. Guerra Mundial cos que intervienen en la aparición y desarrollo de los afiches. No se pueden negar las influencias que recibieron dichos elementos de los principales movimientos artísticos, dándose la paradoja de que, en lugar de limitarse a ser simples imitaciones de la pintura conven- cional, intervinieron a su vez en el desarrollo posterior de la misma. Guerra, política y revolución Los afiches bélicos de la 1era. Guerra Mundial presentaban inva- riablemente el conflicto de una cruzada. Los había de dos tipos: los que se ocupaban del reclutamiento y los que solicitaban dinero en forma de préstamo de guerra. Además, estaban los que divulgaban las atrocidades de la guerra, en los que cada bando presentaba al Pieza hecha por los estudiantes en mayo del ‘68, París otro como un villano. En los años sesenta se puso de manifiesto la evolución del afiche político. Y a su vez, la aparición de los afiches ideológicos, que tanto podían expresar ideologías políticas definidas, como ideales de la nueva generación. Como lo demuestra el hecho por los estu- diantes en oposición a De Gaulle. Pautas para lograr un buen afiche En principio, si es que lleva una foto del candidato, ésta debe tener un mínimo de calidad estética; de ser posible, que transmi- ta serenidad y aplomo. Sin estar sonriente, no debe pasarse a fruncir el ceño o tener cara de malo, pues muchas veces esa ima- gen transmite autoritarismo, más que seriedad, o lo que es peor, inseguridad. Sartori dice que “la confianza es fotogénica”, el can- didato tiene que transmitir confianza desde su imagen y si la foto Propaganda de los Nacionales en es mala ya estará en desventaja. la Guerra Civil Española 139
  • 137. Jorge Dell’Oro No hay que olvidar que un afiche es una pieza de comunicación que exige un mensaje breve, que competirá con otros estímulos visuales que hay en la vía pública, donde lo importante es lo que diga el político, no su cara; el político no es un modelo que vende ropa o perfumes, es alguien que hace propuestas. El mensaje debe ser simple, la tipografía debe tener el tamaño como para que un automovilista pueda leerlo de una mirada. No ponga demasiados elementos, es casi seguro que un afiche cargado no es leído por muchos. Los colores tienen que ser impactantes, tanto como el mismo mensaje. De poder conjugar ambas cosas, seguro obtendrá un pieza recordable. Ejemplo de piezas con impacto visual: Ejemplo de piezas confusas en su diseño, demasido texto con poco impacto visual: 140
  • 138. La televisión Las campañas políticas comienzan en la televisión de EE.UU. en el año 1952. El equipo del candidato Eisenhower tuvo de asesores a destacados publicitarios y a un conocido director de documentales, quienes producían los spots, que aprovecha- ban la curiosidad que el medio despertaba en el público esta- dounidense. La estrategia tuvo éxito y desde aquel año todos los candidatos han realizado sus correspondientes spots. Durante las campañas siguientes, la creatividad publicitaria fue in crescendo, y de esos aburridos avisos de la década del ‘50, se fue pasando a algunos muy agresivos. En nuestro país, la publicidad política en TV comenzó en 1973 con Ver video Encontrará los primeros spots de Nueva Fuerza, a un costo altísimo y con malos resultados; es difí- la campaña de Eisenhower y cil saber, treinta años después, qué fue lo que falló en esa campaña. luego el que Johnson hizo para descalificar a Barry Goldwater, Lo que podemos decir es que la inversión estimada por el partido dando inicio a la publicidad agresiva en la comunicación de Alvaro Alsogaray estuvo en el orden del millón y medio de política electoral. También podrá dólares, mientras que los otros tres candidatos juntos (Ricardo ver el de Humphrey, otra forma de descalificar a un contrincante. Balbín, Ezequiel Martínez y Francisco Manrique), no superaron los tres millones de esa moneda. Lo que indica que no siempre ante una mayor inversión, y sobre todo en televisión, los resultados van de la mano con lo invertido. Es en 1983 cuando estrategia y publicidad tienen un planteo pro- fesional. La campaña que el publicitario David Ratto realizara para Raúl Alfonsín, no sólo brindó posicionamiento al candida- to, sino también unidad a todas las piezas, aun las que se publi- caron en diarios, revistas, afiches, folletos, etc. El uso del isotipo R.A., iniciales del candidato, pero también de la República Argentina, enmarcado en los colores patrios, la bandera argenti- Ver video Analice el buen uso de elementos na flanqueando a Alfonsín, eran una clara alusión a un pre- simbólicos (íconos), como por sidente en ejercicio. El famoso gesto de las manos juntas, la serie ejemplo el escudo RA con los colores argentinos o en un spot la de spots en blanco y negro dándole dramatismo, cada frase y la bandera nacional detras de idea fuerza de una primera etapa: "Una salida a la vida", después Alfonsín instalándolo como un presidente en ejercicio. de años de dictadura militar, cambiada cuando se aproximaban los comicios por "Ahora Alfonsín", engrosan la lista de lo que podríamos decir fue la campaña mejor articulada desde la instau- ración de la democracia en la Argentina. Luego llegaron las campañas de Carlos Menem, ‘94 y ‘95, con una estrategia basada en el éxito de su gobierno, cuyo slogan era "Sigamos para adelante", que sin duda potenciaba hacia el futuro la buena gestión de los primeros cuatro años de gobierno. No vamos a quitarle méritos al equipo que tuvo a su cargo dichas cam- pañas, pero siempre es más fácil cuando uno tiene un candidato mediático como Menem y con una buena gestión para mostrar. Nos encontramos en plena explosión multimedia. Esta revolución está transformando a la gente. Las palabras le han cedido el espacio 141
  • 139. Jorge Dell’Oro a la imagen y en todo esto la televisión tiene un papel determinante. Es casi la dictadura de la imagen, es decir, de lo que se ve, sobre lo que se entiende, llevando a ver sin entender, acabando en muchos casos con las ideas claras y distintas. Hoy los líderes no necesitan de actos multitudinarios para legiti- marse, y si lo hacen es para que se vea por televisión. Sartori dice: "hoy hay video-líder, más que transmitir mensajes son el mensaje". En este contexto, cuando piense su publicidad para televisión, no se esfuerce tanto en ser el protagonista; menos, si sus aptitudes histriónicas no están a la altura para enfrentar un medio tan cruel como éste. Trate de comunicar sus ideas en una forma distinta, que permita preser- varlo, pero que además marque una diferencia con sus competidores. Hay veces en que un spot con una imagen simbólica del mensaje es más efectivo que la mejor actuación del candidato ante las cámaras. Por ejemplo, si su mensaje es transmitir esperanza, una imagen de un amanecer donde vemos el sol apareciendo en cámara lenta con una música emotiva puede ser más eficaz que mostrar caras de chicos pobres, con su voz diciendo: "Tienen hambre, yo lo voy a solucionar". La TV, como el cine, es el medio por excelencia para transmitir sen- saciones y emociones. Cuando lo filmen para un spot, tenga en cuenta los siguientes puntos: Enfrente la cámara con ideas claras y precisas. Cuando diga su parlamento, haga de cuenta que está hablando con un amigo. El espectador debe sentir que sólo le está hablan- do a él. Filme todos sus actos, caminatas y discursos, un fragmento de ellos puede ser de utilidad para armar un spot, seguro que esas imágenes tienen mayor frescura que si hubiese tenido que enfrentar la cámara para grabar un mensaje me- morizado. No use camisas rayadas, suelen dar mal, pues se mezclan con las líneas de la pantalla. Mire a cámara, como si ésta fuese una persona. Ensaye su parlamento ante un colaborador que haga las veces de cámara. En el momento de grabar, ubíquelo detrás de la cámara, pues usted ya se familiarizó con ese interlocutor. Le dará tranquilidad mejorando su "actuación". Siempre resulta difícil hablar sin que nadie lo escuche. 142
  • 140. Capítulo V Diga cosas que a su público le interesen. No se olvide de ser claro y breve. Si en algún momento debe enfrentar un reportaje televisivo, sobre todo si está en la calle y le toca un grupo de movileros con afán de protagonismo, agresivos y desinformados, no pierda la paciencia. El que se pone nervioso pierde; mucho más, ante una cámara. Trate de contestarle a uno por vez y elija las preguntas que más lo favorezcan. Sobre estos temas, sugerimos ir al capítulo “Relaciones con los Medios”, escrito por Santiago Rossi. Los diarios Principal vehículo de la información con una tradi- ción que se remonta a seis siglos atrás. Cuando Gutenberg inventa la imprenta, sin darse cuenta estaba dando a luz al periodismo escrito. Juan Montalvo define ese descubrimiento con una frase que lo dice todo: "La imprenta fue la palanca de la historia". Hasta su llegada, no dejan de ser limitados los recursos orales y gestuales que han dado vida a los pregoneros y a los heraldos. De la imprenta se quejaron sus enemigos natu- rales: los predicadores y los agentes del rumor. Al nacer y propagarse la letra impresa, se fortalecieron el individualis- mo y el racionalismo, según el análisis de MacLuhan. Algo menos de dos siglos se necesitarán para que los periódicos, que son el principal producto de la imprenta -anticipo de los medios masivos de comunicación- eludan o escapen al rígido con- trol, incluida la censura del gobierno y sus escalas de poder, hasta convertirse en tribuna dialéctica y crítica. Así surge una nueva pa- labra de enorme importancia: el público. El público lector, que dará extensión y riqueza al concepto opinión pública. En 1501 aparece el primer impreso difamador. Fue al pie de una estatua en homenaje a Pasquino, un zapatero romano, de allí que en lo sucesivo se llamó "pasquín" a todo impreso difamador y ca- rente de rigor periodístico. También el conocido "panfleto" vio la luz unos siglos antes, exactamente en el siglo XIII, su nombre se debe a un poema anónimo titulado Panphilus, por su popularidad se hicieron miles de copias, las cuales, ya con el apoyo de la imprenta, pasarían a llamarse "panfletos". Por estas tierras, en el año 1781 tiene su aparición el primer pe- riódico, La Gaceta de Buenos Aires, su vida fue de apenas unos meses. Ha corrido mucha tinta hasta nuestros días, los órganos de difusión impresa han tenido que adaptarse a las exigencias que 143
  • 141. Jorge Dell’Oro otros medios competidores les han impuesto. No cabe duda de que la televisión influyó desde su diseño hasta en los contenidos, dismi- nuyendo la prensa escrita uno de los atributos más importantes: la de formadora de la opinión pública. Sobre la izquierda, el aviso publicado por el presidente electo Raúl Alfonsín en todos los diarios en 1983 agradeciendo después del triunfo. El aviso de la derecha, publicado durante la campaña de 1997, enumerando los logros de la gestión de Carlos Menem. En las campañas, la publicidad gráfica funciona como un refuerzo o complemento de la que es vehiculizada por TV o radio, siendo en muchos casos el espacio propio donde poder informar sobre aspec- tos de la agenda del candidato, como puede ser convocatoria a actos, o fijar posición sobre algún tema controvertido de la candidatura. Tenga en cuenta las características de un medio gráfico en el momento de realizar el aviso. Estos son algunos de los detalles a contemplar: El título deber ser atractivo como para que el lector se interese en seguir leyendo. Cuando escriba, hágalo en forma sintética, separe los párrafos con cierto aire, los textos compactos dificultan la lectura. Como en toda la comunicación, conserve la tipografía para lograr unidad. Las tipografías sobre fondo negro tornan el texto menos legible. No olvide poner su marca. Si usa fotografías, asegúrese de que éstas reproduzcan bien. 144
  • 142. Capítulo V Escriba notas de actualidad, con temas que la sociedad esté debatiendo, no se olvide de que los diarios son generadores de noticias, trate de insta- lar agenda con su posición. La radio La radio es quizás uno de los medios más efectivos para la difusión del mensaje electoral. Tiene una fuerte penetración en todos los segmentos poblacionales, ocupa un lugar importante en el ámbito local, además de ser el lugar na- tural donde se desarrollan entrevistas de caliente actuali- dad, generando aproximación del candidato con los votantes. Tiene, además, la cualidad de poder emitir mensajes grabados con la voz del candidato en forma coloquial, en contacto con la mente de los ciudadanos. También ayuda a medir el impacto de las declaraciones que se hagan, ya que es un mecanismo habitual que los oyentes lla- men a las emisoras para dejar sus opiniones. Tener un espacio propio en una radio de gran audiencia puede ser una efectiva herramienta de campaña. Este espacio tiene múltiples usos, ya que nos permite tomar la opinión de la gente y poder responder a sus inquietudes, emitir nuestros mensajes sin que nadie salga detrás a desprestigiarlos y, por último, poder contestar sin inter- mediarios todas las declaraciones que los oponentes hayan hecho. A pesar de la existencia de la TV, la radio sigue siendo un vehículo de comunicación muy poderoso. Desde el uso que el presidente Roosevelt realizó durante la Segunda Guerra, cuan- do sus famosas "Charlas frente a la chimenea" eran seguidas por millones de norteamericanos, o el manejo inteligente lleva- do a cabo por el Presidente Juan D. Perón, hasta las más recientes, como las de Felipe González "10 minutos con el Presidente", de Hugo Chávez "Aló Señor Presidente" o de Duhalde "Conversando con el Presidente". Cuando realice su campaña con frases de radio, trate de no caer en el usual mensaje leído por un locutor, déle valor agregado a su espacio. Tenga en cuenta los siguientes puntos: Sea breve Use palabras que impacten Póngale un llamador musical que lo identifique 145
  • 143. Jorge Dell’Oro Mezcle frases dichas por un locutor con mensajes grabados con su propia voz. Trate de armar diálogos que se parezcan a los que los ciudadanos puedan tener. Si usa un jingle, no abuse con la frecuencia, puede saturar a la audiencia. Use el jingle como cierre de las frases y procure que en él esté el slogan de la campaña. Telemarketing Esta nueva forma de comunicar mensajes comerciales o políticos tiene sus particularidades, pues llamar al domicilio de un descono- cido para decirle que voten por uno o para venderle un seguro, tiene, en principio, algo de intrusivo. En más de una oportunidad el mensaje se pierde, pues depende de quién recibe el llamado, por ejemplo, si es un menor. Por eso, se deberá ser muy prudente con esta manera de comunicar; el mensaje que se grabe deberá cumplir algunos pasos elementales: Estar grabado por el candidato. Presentarse antes de desarrollar el mensaje, de tal manera de darle a quien se ha llamado la posibili- dad de colgar si no está interesado en escucharlo. La brevedad del mensaje tiene que estar acom- pañada por lo contundente del contenido, nadie se queda con el auricular en su oreja para escuchar cosas ya oídas por otros medios. Puede ser muy útil si el candidato va a realizar una caminata por esa zona, que 48 horas antes se haga un barrido telefónico invitando a los vecinos a un punto determinado para dialogar e intercambiar ideas. 146
  • 144. Marketing Directo Capítulo V Bien usado el envío de información, a través del correo, suele ser una buena manera de interesar al ciudadano con su propuesta. Claro que no se trata de enviar un sobre con un par de folletos. Como todos los medios, esta técnica tiene sus secretos. El material que remita tiene que tener un fuerte atractivo, ya que es habitual recibir correspondencia con cantidad de folletería, la cual en más de una oportunidad es imposible de leer, poco atractiva desde el diseño, terminando más rápido en el tacho de basura. ¿Entonces cómo hacer que las piezas atraigan a su lectura? El sobre tiene que tener algo que invite a abrirlo, un texto con "gancho" acompañado por un di- seño particular. La pieza central deberá tener algún fin útil, como para que ésta quede en el hogar o en la oficina. El texto tiene que estar diseñado de manera que aquellas frases a destacar se visualicen rápida- mente (subrayadas en otro color, como si estu- viesen resaltadas con marcador, en un tamaño mayor, etc.). No se olvide de que la gente tiene poco tiempo para leer cosas extensas, lo ideal es que con un golpe de vista se entere de qué le hablan. El uso de los colores es un factor importante de atracción; no deben ser muchos, pero sí bien com- binados y estratégicamente usados. Ahora, Internet El increíble despegue de la red es sin duda el fenómeno que más radicalmente ha cambiado el mundo de las comunicaciones y de la información desde la aparición de la televisión. Según las últimas estadísticas, el crecimiento de la red a nivel mundial nos dice que en dos años habrá que multiplicar por dos y medio la cantidad actual de usuarios, estimada en 300 millones en todo el mundo. La mayoría de los usuarios accede a la red desde sus hogares, más de una vez al día, y más de la mitad consulta su correo elec- 147
  • 145. Jorge Dell’Oro trónico una vez al día. Algo más de un tercio pasa más de 4 horas por semana conectado a la red en un tiempo que en general restan al que antes empleaban en ver televisión. En nuestro país, la computadora es un artículo usado principal- mente por las clases medias y altas, como correo y buscador de información; si bien no se cuenta con datos, se estima que cada día es más frecuente la lectura de los diarios a través de ella. Los partidos políticos no han hecho un uso intenso de este nuevo y revolucionario medio, limitándose a instalar sus sitios y al envío de información durante las campañas. Internet es un medio ideal para el envío de noticias durante la cam- paña, todos los medios tienen una dirección de e-mail donde en forma rápida se puede enviar información de las actividades del candidato o citar al periodismo a una conferencia de prensa. ¿Sólo para esto uso Internet? No. Su uso no debería estar limitado al envío o búsqueda de datos, ya que potencia la comunicación directa, además de darle interac- tividad y promover la iniciativa de los ciudadanos a tomar contac- to con el partido o los candidatos sin intermediarios. Desde ya que esto funcionará si hay voluntad de parte de la orga- nización de tener un mínimo de gente para mantener el sitio vivo y no ser una pieza más de la cosmética de campaña. Internet es, también, una poderosa herramienta de difamación, donde la multiplicación de los mensajes hace casi imposible indi- vidualizar dónde se originan. Hechos como los sucedidos recientemente en Corea del Sur, donde casi la mitad de la población tiene acceso a la red, 600 asociaciones lanzaron por Internet una "lista negra" de 90 candidatos a diputados con un pasado dudoso, pues muchos habían sido condenados por corrupción. En Argentina han circulado mails denunciando nego- ciaciones corruptas entre algunos empresarios y el Presidente de la República El impacto fue de tal magnitud, que los medios masivos se hicieron eco de esa presunta negociación. O aquel otro hecho durante la campaña de elecciones legislativas de octubre de 2001, donde a través del personaje de historietas Clemente (que no tiene manos), se propiciaba colocar en lugar de la boleta su caricatura donde se podía leer "No tiene manos, a lo mejor no roba". Muchos ciudadanos imprimieron el mail y lo colocaron en las urnas. Internet bien usada, puede ser para un segmento de la población un 148
  • 146. importante vehículo de comunicación, no sólo en campaña electoral, Bibliografía Ailes, R. sino también como activador permanente de acercar al ciudadano a Tú eres el mensaje, la un compromiso mayor con la política y la gestión de gobierno. comunicación a través de los gestos, la imagen y las palabras, Paidós, Barcelona, 2001. Aron, Raymond Memorias, Alianza, Madrid, 1985. Baer, David Contemporany Strategy and Agenda Setting, Westview Press, 1995. Barthes, Roland Elementos de Semiología, Madrid, 1984. Borrini, Alberto Quién le teme a la publicidad, América Norildis Ediciones, Buenos Aires, 1976. El Siglo de la publicidad, Editorial Atlántida, Buenos Aires, 1998. Cómo se hace un Presidente, Cronista, Buenos Aires, 1994. Slogans Art i Poder, L’Europa dels dictadors 1930-1945, Centre de Cultura A Roma se le debe el hábito de los adjetivos de sus gobernantes, en Contemporània de Barcelona, 1996. el que se generan los lemas o slogans políticos. A la ciudad eterna Bailey, Daniel y Kendall / Hunt se le debe también las frases hechas con todas sus extensiones de Effective use of TV, 1995. Reflections on Television’s Role ironía y sugestión. in American Presidential Elections, documento de Del mismo modo el graffiti, masificado hoy con el simplismo mo- investigación del Joan Shorenstein Center, Harvard derno del aerosol, tan útil, pródigo e innovador en los días de la University, 1990. efervescencia estudiantil de París, en 1968; slogans que siguen a la Clark, Erick acción más que precederla. La publicidad y su poder, Editorial Planeta, Barcelona, 1989. Hoy el slogan es la "idea fuerza" de una campaña de comunicación Costa, Joan La comunicación en acción, política. La construcción del mismo no es cosa menor, ya que es la CIAC, Paidós, Barcelona, 1999. síntesis y el motor motivacional de toda una plataforma política. Diccionario cronológico Muchas veces vemos slogans sin sustancia, que lejos de resumir, biográfico universal, Aguilar, Madrid, 1952. caen en clisés estereotipados de las demandas que la sociedad tiene. Europa de posguerra, Fundación La Caixa, Barcelona, 1995. Ferromato, Gian Carlo Para ejemplificar, aquí tenemos algunos: Publicidad Política, en Media Forum, Nº13, Roma, 1972. POR UN MÉXICO DE PIE L’ arte moderna, Crítica Fascista, Roma, 1938. Partido Revolucionario Institucional Lamarque, Patrick Poder local, Libros del Rojas, EL PRESIDENTE PARA TODOS Buenos Aires, 2001. Manual de Campaña, Partido Liberal Colombiano Elecciones Generales 1996, Partido Popular, Madrid. Opinión Pública. 149
  • 147. Bibliografía SOMOS EL CAMBIO Presidential Campaign Discourse Partido Ecologista Español Strategic Communication Problems, State University of BALBIN: SOLUCIÓN New York, 1995. Unión Cívica Radical Price, Vincent Esfera pública y comunicación, Paidós, Barcelona, 1994. ASEGÚRESE EL FUTURO VOTANDO A MANRIQUE Ramoneda, Josep Alianza Popular Federalista Después de la pasión Política, Taurus, Madrid, 1999. Wally Olins, Identidad Corporativa, Celeste Ediciones, Madrid, 1991. Weber, Max Economy and Society, Estos otros de grupos radicalizados: Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1993. Vota por la mañana y estarás muerto por la tarde Guerrilla Salvadoreña papa hermano, llévate al tirano La izquierda chilena en la visita del Papa en época de Pinochet Eta... Eta..... más metralleta Eta, País Vasco, España Habrá patria para todos o no habrá patria para nadie Tupamaros, Uruguay 150
  • 148. Modelo de unidad de campaña del ex-alcalde Capítulo V de Santiago de Chile La unidad comienza desde el papel carta y el sobre. Material autoadhesivo (calcomanía). 151
  • 149. Frente e interior de la ficha de adhesión. Avisos publicados en diarios y revistas. 152
  • 150. Capítulo V Un alcalde "a lo Humphrey Bogart" El ex alcalde de Santiago, Jaime Ravinet, iba por su reelección. Había hecho una buena gestión, revalorizando el casco histórico de la ciudad, que había sufrido un importante éxodo poblacional hacia nuevos municipios, como Las Condes y Providencia. La foto que apareció en todas las piezas gráficas de su campaña tuvo la particularidad de no mostrar al candidato con la típica sonrisa eleccionaria, sino más bien a un hombre adusto y, para colmo, con impermeable. Esa foto "no publicitaria" había aparecido unos meses antes en los diarios de Santiago, y de todo Chile, mostrando a Ravinet en una tarea tensa e inusual: impedir, "poniendo el cuerpo", la demolición de un edificio histórico en pleno centro de Santiago. La demolición fue suspendida por la enérgica actitud de Ravinet en aquella lluviosa madrugada. Una simple foto de archivo, sin los glamorosos retoques del photoshop, pero auténtica y capaz de mostrarlo como un político decidido. Humphrey Bogart ganó la elección en su distrito. Estos afiches fueron colacados en comercios de Santiago de Chile que adherían a la candidatura. 153
  • 151. 154 Jorge Dell’Oro
  • 152. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 153. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 154. El presupuesto de campaña Carlos Rizzuti E l presupuesto de campaña es el plan de la campaña política sintetizado en cifras; lo único del plan de campaña que no se Ingeniero Carlos Rizzuti es Vicepresidente de ACEP. incluye en el presupuesto es el mensaje. Todo lo demás involucra gastos y, por lo tanto, se encuentra contenido de alguna forma en el presupuesto. Para muchos, el presupuesto es uno de los elementos más importante del plan de campaña, pues señala cuántos, de dónde y cuándo obtener recursos, así como la escala y la estrategia que se utiliza para llegar hasta los electores. En otras palabras: si no hay recursos para hacer ciertas cosas, hay que modificar la estrategia. Tener recursos, particularmente dinero, es una condición necesaria pero no suficiente del éxito electoral. El dinero no es el único recurso de la campaña, ya que también el tiempo del candidato y el trabajo militante son básicos. La obtención y la manera en que se gastan los recursos constituyen aspectos muy importantes de toda elección y de esos temas se ocupa el presupuesto de campaña. El presupuesto obliga a relacionar los gastos con los ingresos y a evaluar los programas que pueden ser financiados y a encontrar alternativas a las acciones más costosas. Como principal instrumento de planificación, dirección y control para realizar campañas efectivas, el presupuesto incluye tres com- ponentes básicos: gastos, ingresos y flujo de fondos. Gastos: La magnitud y el tipo de gastos varían según el nivel de la campaña, el grado de competencia previsto, la dimensión, la dis- persión, las actitudes políticas del electorado, y la estrategia gene- ral de dicha campaña. Los gastos típicos pueden incluir gastos de oficina (alquiler, equipos, teléfonos, correo, víveres), medios masivos (impresos, televisión, radio), artículos de obsequio a los electores, colecta de fondos, salarios del personal, viajes, y gastos de los voluntarios. Ingresos: Comprenden los ingresos previstos, sobre la base de las fuentes potenciales de las contribuciones a la campaña (finan- 157
  • 155. ciamiento público, actos de colecta de fondos, donadores indivi- Carlos Rizzuti duales) y definen cuánto se puede obtener de cada una de la fuentes. Flujo de fondos: Provee a la campaña de un calendario y estima cuándo será necesario hacer cada gasto y cuándo estarán disponibles los fondos para dichos gastos. La oportunidad para efectuar gastos tiende a forzar las decisiones acerca de la colecta de fondos, ayuda a prever cuándo se necesitará demorar los gastos y cuándo se requerirá aumentar la colecta. Es importante advertir que no todo lo que aquí se comenta es apli- cable en la práctica, ya que dependerá mucho del contexto local. La experiencia previa determinará, sin duda, buena parte de las deci- siones que se tomen. Sin embargo, se exponen diferentes criterios para mejorar la manera en que se hacen habitualmente las cosas. 1. Gastos Los factores más relevantes que influyen en el gasto de una cam- paña son : • el tiempo de duración • distancia entre los núcleos electores • número de poblaciones que el candidato visite • nivel socioeconómico de los electores • número de candidatos contendientes • nivel de precios • infraestructura local • número de actos a realizar Además, existe una relación directa entre el tamaño de la población a la cual está dirigida la campaña y la cantidad de dinero gastada en dicha campaña; de modo que entre más grande sea la población, menos será el gasto per cápita y, viceversa, entre más pequeña sea una población, los costos per cápita se incrementan. Una opción es basar el presupuesto en la estrategia de la campaña. Solamente una vez que se ha determinado lo que se hará en la cam- paña para ganar, se podrá desarrollar su presupuesto. De acuerdo con la estrategia, al definir cada una de las acciones a realizar se debe tratar de responder a las preguntas: ¿cuántos votos producirá este gasto?, ¿en qué sería más rentable invertirlo? Ya que es difícil prever el resultado de una colecta de fondos, es conveniente desarrollar dos, o hasta tres presupuestos de gasto: un presupuesto optimista, otro pesimista y uno término medio. 158
  • 156. El presupuesto de campaña Otra opción es ajustar la estrategia a la disponibilidad factible de recursos. Pero la estrategia no debe mutilarse por insuficiencia financiera; en todo caso, lo que procede es encontrar otras opciones que correspondan a la estrategia diseñada, que sean menos costosas, pero que permitan igualmente conducir a la victoria. Campañas económicas, si son bien planeadas e inteligentemente ejecutadas, pueden ganar, incluso en contra de aquellas dotadas con recursos financieros muy superiores. Lo importante es una evalua- ción realista de lo que se necesita gastar y de los fondos que se es capaz de obtener, teniendo en cuenta que la asignación de recursos debe corresponder al objetivo básico de la campaña: el contacto con los electores. Teniendo en cuenta este objetivo básico, una regla posible para dis- tribuir el dinero de una campaña es la siguiente: • Del 60% al 70% se destina a los medios de comunicación, que pueden comprender radio, televisión, correo, marketing telefónico para la persuasión de electores, reparto de literatura mediante el empleo de voluntarios (incluido el costo de la impresión de esa li- teratura), es decir, todos aquellos medios que se empleen para man- tener contacto con los electores. • Del 20% al 25% se ocupa en gastos generales: salarios, renta, equipo de oficina, viajes, seguros, impresiones y papelería. • Del 5% al 20% se destina a investigación: básicamente hacer encues- tas que vayan revelando el resultado de la estrategia implementada. Las partidas más comúnmente incluidas en los presupuestos de las campañas son las que figuran en el Anexo I. 1.1. El presupuesto de los medios Debido a la alta proporción de recursos que se emplean en la adquisición de los medios de comunicación, una de las decisiones más importantes de una campaña es cómo distribuir efectivamente el presupuesto entre esos medios en función del impacto cualitati- vo y cuantitativo de cada uno sobre el elector. El énfasis en los medios de comunicación depende del nivel en el que se esté rea- lizando la campaña. En el ámbito municipal (hasta los 100.000 habitantes), el material gráfico distribuido casa por casa y las radios locales pueden tener mayor importancia con respecto a la tele- visión, por ejemplo, que en una campaña mayor, en la que la TV absorberá la mayor cantidad de recursos. El costo de algunas acciones no varía directamente de acuerdo con la magnitud del público objetivo (target), como los carteles y anun- cios. Otras acciones tienen un componente variable y varían direc- tamente con el tamaño del target (mayor o menor intensidad de 159
  • 157. dichas acciones, extensión geográfica o contacto con los electores), Carlos Rizzuti como la distribución casa por casa la promoción por teléfono o correo. En este último caso, el conteo es un factor vital para asig- nar los recursos básicos. Se debe cuantificar el target para acciones tales como el contacto por correo, telefónico o domiciliario, cuán- tas familias incluir de modo que únicamente reciban una pieza de correo o una sola llamada telefónica. Una regla básica para estimar los recursos a utilizar es: "si tenés dudas, contálo". En suma, conforme a la estrategia se debe determinar cuántos votantes es necesario alcanzar, cuáles son los costos relativos de los medios de comunicación y después decidir la mezcla correcta. Los tiempos de inversión publicitaria dependen de la situación del candidato. Si es conocido, no necesitará gran campaña de medios al principio; pero si no es conocido, sí, para instalarlo. De la misma manera, si va arriba en las encuestas o no. El presupuesto de medios debe incluir también el ahorro que puede representar el acceso gratuito a los medios masivos de acuer- do con la legislación electoral. 1.2. El presupuesto de militantes El trabajo de los militantes puede constituir un gran ahorro para la campaña. Por eso, es importante determinar la cantidad y calidad de los voluntarios que puedan ser utilizados en cada uno de los rubros del presupuesto de gastos, porque, por ejemplo, si sólo se reclutan personas de los grupos de la tercera edad, no se podrá con- tar con voluntarios que transiten por las calles repartiendo mate- rial de mano, pero puede que sea un buen equipo de personas para realizar llamadas telefónicas o envíos de correspondencia; si son estudiantes, quizá prefieran ir a la calle a tocar de puerta en puerta y entregar material gráfico. Ninguna campaña está diseñada en forma tan precisa que el reclu- tamiento de voluntarios concuerde exactamente con las proyec- ciones del presupuesto de voluntarios. Este presupuesto, sin embargo, fijará metas para cada actividad y período de tiempo en la campaña, las que deben orientar el reclutamiento, capacitación y asignación de tareas para los militantes. 1.3. El control de gastos La diversidad de actividades urgentes que tienen que desarrollarse en la breve duración de la campaña provoca alguna tendencia al desorden, a pesar de que existan un plan y un presupuesto de cam- paña. No obstante, el presupuesto puede ser un instrumento de control útil si la autorización de su ejercicio se mantiene centra- lizada, única y ubicada de manera precisa en algún punto 160
  • 158. El presupuesto de campaña jerárquico de la organización de la campaña. En la medida en que el plan, las estrategias, los objetivos de los programas y sus respec- tivos recursos sean claros y compartidos por los principales cola- boradores del candidato, esta centralización no provocará demoras, ya que se tratará sólo de la instrumentación de decisiones tomadas con anterioridad. Además, por su propia naturaleza, los artículos de mayor relevan- cia, tales como la propaganda impresa, correspondencia, encuestas, spots de radio y televisión, conviene que sean contratados por escrito al principio de la campaña, lo que reduce el ámbito de las decisiones que deben tomarse con urgencia durante su desarrollo. Asimismo, presupuestar un fondo de contingencia puede dotar a la campaña de la flexibilidad necesaria para responder a necesidades no previstas en el plan, sin que esto signifique afectar el control centralizado del grueso de las partidas consideradas en el pre- supuesto de la campaña. Otro control, no menos importante, se refiere a vigilar que la cam- paña no provoque la impresión entre los lectores de que existen desperdicios o dinero mal empleado. Una mala impresión acerca del uso de recursos puede causar el rechazo de los electores, la pér- dida de donadores potenciales y, finalmente, resultar en votos en contra o en abstención. Un tema adicional siempre álgido es que el responsable de la cam- paña no debe permitir que el tesorero se convierta finalmente en el verdadero jefe de campaña, autorizando, o no, egresos en función de su propio criterio de lo que debe hacerse o no, o en regla con alineamientos políticos. 2. Ingresos En lo que corresponde al presupuesto de ingresos interesa, sobre todo, si tendrá que realizarse una colecta de fondos paralela a la campaña como fuente de financiamiento principal o complemen- taria, o se dependerá fundamentalmente del presupuesto público y de las aportaciones que le otorgue el propio partido. En este últi- mo caso, el presupuesto de ingresos equivaldrá al monto de aporta- ciones públicas y partidistas a la campaña, por lo que el problema del financiamiento se reducirá a la negociación de un calendario de administración adecuado a la manera como se ejercerá el gasto para cumplir con la estrategia. En la medida en que el presupuesto de ingresos dependa de la 161
  • 159. colecta paralela a la campaña, buena parte del esfuerzo del can- Carlos Rizzuti didato y de sus colaboradores, así como de un monto importante de los propios recursos económicos, tendrán que dirigirse a obte- ner el dinero suficiente para financiar el resto de las actividades de la campaña. Si la colecta, de fondos constituye la única fuente de ingresos, esta coleta convertida en plan, equivaldrá al presupuesto de ingresos. 2.1. La colecta de fondos La principal función de la colecta de fondos es reunir dinero para que la campaña pueda diseminar su mensaje a los electores. El más exitoso esfuerzo de recolección de fondos implica una cuidadosa identificación y selección de los individuos y organiza- ciones que probablemente apoyen al candidato. El tema y el men- saje son vitales para la colecta de fondos; de ellos dependerá la respuesta. Cada tipo de contribuyente requiere de un mensaje único para que su respuesta sea positiva. La colecta de fondos no es ajena a la colecta de votos. La capacidad de recaudación de fondos de un candidato es resultado de la per- cepción que tienen sus donadores de las probabilidades de victoria. Por eso, existe una alta correlación entre el número de aportantes y el número de votos que el candidato recibe. La colecta puede tener lugar por vía del candidato, de algunos medios de comunicación y de actos celebrados con este propósito. 2.1.1. La colecta vía candidato Cuando la campaña depende por completo de la colecta de fuentes privadas, la recaudación de dinero llega a ser una actividad de importancia estratégica, por lo que el candidato tiene que dedicarle el tiempo necesario a esta actividad crucial para su sobrevivencia. El candidato se convierte en el principal recolector de fondos porque es la persona que todos quieren conocer; la gente desea hablar con él acerca de temas convincentes, rozarlo, tomarle la medida, ver cuán agradecido está de su apoyo financiero, escuchar su mensaje y, básicamente, estar convencida de darle su dinero para que gane. El candidato es la clave del éxito; el mejor plan fallará si él no es atractivo para los voluntarios de la campaña, para el electorado y para los que pueden apoyarlo financieramente. Por eso, el candidato debe dedicar el 80% de su tiempo a la tarea de recaudar fondos en las primeras etapas de la campaña; debe estar dispuesto a hacer todo lo necesario para conseguir sus metas de recaudación. Antes de iniciar la campaña, se debería contar con no menos del 10% 162
  • 160. El presupuesto de campaña del total del costo presupuestado para poder iniciar las actividades, pues al comienzo es difícil solicitar aportaciones ya que el interés de los electores apenas despierta. Sin el dinero requerido, la viabilidad de cualquier campaña estará en duda; el viejo adagio de "dinero llama dinero" es cierto en las colectas: se necesita dinero para fo- lletos, sobres, estampillas, etc., utilizados en los programas iniciales para recaudar fondos. No es raro, entonces, que existan préstamos a la campaña de manera que si se tiene éxito se recupera al final de la misma; si no, se convierte en donación directa del interesado. De acuerdo con la investigación realizada sobre posibles do- nadores, la colecta se inicia "cara a cara" con los grandes donadores potenciales, muchos de los cuales no están interesados en asistir a un acto, a menos que una personalidad política principal sea invi- tada. La mayoría de los grandes donadores de dinero lo dan para garantizarse el acceso al legislador potencial o al gobernante. Una estrategia exitosa es que estos grandes donadores, además de aportar sumas importantes, integren un comité que asuma la responsabilidad de ayudar al candidato a obtener los fondos nece- sarios para conducir su campaña. Idealmente, un comité financiero está compuesto por dos grupos de individuos. Aquellos que están establecidos, profesionales exitosos y negociantes de la propia comunidad, y aquellos que se esfuerzan por ser o estar en una posi- ción similar. El primer grupo está constituido por personas que fácilmente pueden proporcionar un cheque de contribución, a quienes se les debe requerir la donación para integrar el comité; estas personas tienen acceso a otros individuos que pueden hacer lo mismo. El segundo grupo está usualmente compuesto por jóvenes profesionales y hombres de negocios de la comunidad que no pueden hacer un cheque por la misma cantidad, pero que, sin embargo, pueden hacer una contribución sustancial; en esta cate- goría también entran los que, al ser llamados para contribuir con la campaña, ayudarán con su trabajo en la colecta de fondos, ya sea en los actos o en las actividades de la colecta. Se recomienda integrar a individuos de diversas profesiones, ocu- paciones y áreas geográficas a lo largo de la división electoral, de modo que se represente a la totalidad de la misma; así se ampliará la base de apoyo y aumentará la probabilidad de donantes seguros de la división en su conjunto. La intervención del candidato no concluye ahí: encabeza todos los actos que el comité de finanzas realice para recaudar fondos; tiene que firmar, si es posible, todas las cartas de petición de las dona- ciones y, además, agradecer por teléfono o por carta, según la 163
  • 161. importancia del monto, las donaciones que perciba de los electores Carlos Rizzuti como respuesta a sus peticiones. 2.1.2. Actos de colecta de fondos Los actos para recolectar fondos son otra fuente de dinero para los candidatos. Incluso, las campañas pueden basar su financiamiento en estos actos, como su principal fuente de ingresos. Se trata de atraer la base más grande de donadores potenciales a un acto para cuya admisión se requiere comprar un boleto o hacer una con- tribución. Distintos actos son organizados para diferentes niveles de probables donantes. Estos actos no sólo son importantes para las campañas por sus posibilidades económicas, sino porque tam- bién estimulan el entusiasmo de los seguidores. Sin embargo, requieren una planificación intensa y dedicación sustancial de tiempo, sea por parte de los voluntarios o del equipo pagado. Los actos para la recaudación de fondos pueden ser tan variados como la imaginación de sus organizadores lo permita. Cenas y comidas de gala, desayunos, conferencias, subastas de arte, reuniones en sitios públicos, rifas, cócteles, tés, cafés, sorteos, venta de artículos utilitarios, días de campo, parrilladas, maratones radiofónicas, ferias, exposiciones, competencias deportivas, conciertos, festivales musicales, etc. Generalmente, las campañas consideran dos eventos principales por lo menos, cuya fecha de realización también se maneja para atraer a los medios de comunicación y dar aliento a la campaña en los momentos considerados críticos. Los recursos generados por estos actos de recaudación de fondos constituyen otra de las partidas que deben considerarse en el pre- supuesto de ingresos de la campaña. 3. Flujo de fondos El presupuesto de flujo de fondos provee a la campaña con un ca- lendario que especifica cuándo se necesita el dinero y cuánto con- sumirá el esfuerzo de campaña; además, ayuda a determinar la oportunidad de una actividad particular de la colecta de fondos para que sea capaz de cubrir satisfactoriamente las necesidades que se presenten. El flujo de efectivo debe ser suficiente para no impedir, demorar o limitar la realización de cualquier actividad considerada en el plan de campaña. El presupuesto de flujo de fondos debe ser congruente con el ca- lendario de la campaña y factible de acuerdo con el monto y 164
  • 162. El presupuesto de campaña disponibilidad de recursos previstos en el presupuesto de ingresos. Debe tenerse en cuenta que el gasto en medios de comunicación, una de las partidas más importantes de la campaña, irá creciendo a medida que ésta avance, hasta culminar en la fase de cierre, durante la cual se intensifica al máximo el esfuerzo de comunicación por todos los medios previstos en la estrategia; de modo que para esta etapa final es conveniente prever un gasto no menor al 30% del total de esa partida. Las necesidades de efectivo deben ser definidas conforme a los gas- tos a erogar semana por semana, partida por partida y en cada una de las áreas que comprenden las actividades de la campaña. Estas necesidades de efectivo deben ser acordadas y cubiertas oportuna- mente por los responsables de obtener los ingresos planeados. Se aconseja hacer cada semana una comparación de lo gastado hasta ese momento y lo que se estimaba gastar cuando se formuló el pre- supuesto, para poder identificar las partidas en las que se está gas- tando más de lo presupuestado, y aquellas en que se registran aho- rros de importancia. De esta manera se pueden hacer ajustes para recortar, transferir o ampliar el gasto dentro de un área dada, ob- viamente, de acuerdo con los requerimientos de la estrategia de la campaña en ese momento. En situaciones de escasos recursos, se aconseja prever los gastos que demandará el día del comicio (boletas, fiscales, movilización, comunicación, centro de cómputos, etc.) de manera que lo elemen- tal esté cubierto. Una vez definido eso, la segunda previsión es para el gasto en pu- blicidad. Si hay poco dinero, deben concentrarse todos los recur- sos en las últimas dos semanas, para que tengan algún efecto. Si se dispersa el poco presupuesto a lo largo del tiempo, será dinero tira- do al tacho de la basura. 165
  • 163. 166 Carlos Rizzuti
  • 164. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 165. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 166. "Algo huele mal en Analisis del caso San Miguel de Garicoy" Elaborado por Jorge Dell´Oro y Carlos Fara Estimada/o lectora/or: Como dijo Confucio: “Si me lo explican, lo entiendo. Si lo hago, lo sé”. Es por eso que este manual no podía estar completo sin un último capítulo dedicado a poner en práctica algunos de los conceptos que esbozaron los distintos autores. Se trata de un caso práctico, pensado para la realidad argentina, sobre una provincia imaginaria. Lo pusimos en práctica por primera vez en una actividad de ACEP llevada a cabo en noviembre de 2000 en Santo Tomé, provincia de Santa Fe. Al final del caso, Ud. va a encontrar cuatro consignas de trabajo. Es aconsejable trabajar el caso en equipo para enriquecer la discusión, como si fuese un comité de campaña. Por lo tanto, juegue a ser consultor, y ¡mucha suerte! I. Presentación Raúl Fernández, Chichín para los amigos, se levanta una mañana, toma el diario El Pregón de Santa Rita y se entera de que el gober- nador de su provincia, San Miguel de Garicoy, había renunciado a medianoche porque no disponía de fondos para pagar los sueldos de la administración pública. En reemplazo del gobernador saliente, Ramiro Sepúlveda, asume el vicegobernador, Héctor Villosio, un hombre representante de la mesa sindical de San Miguel de Garicoy. La provincia está gobernada desde siempre por el Partido de la Gente (PG), pero las cosas han venido últimamente de mal en peor para el oficialismo. A la crisis financiera del Estado provincial, se le suma una serie de escándalos de corrupción, de los cuales el más so- nado fue el denominado por los medios locales como Pizzagate, porque aparecieron unas facturas millonarias pagadas a una pizzería de la capital provincial, abonadas desde la oficina de Ceremonial y Protocolo y aplicadas al rubro "gastos de representación". Con este estado de situación, se desató en el oficialismo una serie de luchas intestinas que llevaron a la división del bloque de legis- ladores en la Legislatura provincial. Se crearon cuatro grupos, uno sólo de los cuales apoyaba al malogrado Sepúlveda: el bloque unipersonal de Mario Sepúlveda, primo del gobernador saliente. 169
  • 167. Jorge Dell’Oro y Carlos Fara Otro de los bloques, el mayoritario, se autodenominó Lealtad y responde al vicegobernador Villosio. Luego figuran otros dos minoritarios: Renovación y 14 de enero (fecha en que fue asesina- do por el último régimen militar el dirigente sindical Pedro el pola- co Zmudia). A las 9 de la mañana, Raúl Fernández recibe un llamado del presi- dente del bloque Renovación, quien le dice que es necesario que se vean, si es posible, esa misma mañana. Raúl le dice que tiene la mañana muy cargada, pero que puede hacerse un rato a las 11. Su interlocutor, Benito Rojas, lo cita a tomar un café en el bar del Plaza Hotel, lugar de encuentro de toda la clase política provincial y local. Chichín Fernández administra una pequeña cadena de supermer- cados -El Miguel- que pertenece a su familia. Está reconocido en la sociedad sanmiguelense como un empresario notable por el cre- cimiento que ha tenido la cadena en el interior provincial. Personalmente, Chichín simpatiza con el PG, y si bien más de una vez lo invitaron a integrar listas, nunca quiso mezclar la política con los negocios. Siempre que puede, apoya con productos de sus supermercados las cenas de recaudación que se organizan para las elecciones. Raúl no se ve a sí mismo como un político. La esposa de Chichín, Lili González Dufour -la vasca para el establishment local- hija de una tradicional familia de San Miguel de Garicoy, siempre le advierte: "Ojo con meterte en política. Mirá que yo no quiero saber nada con esos facinerosos". Fernández y Rojas se ven a las 11 en el Plaza. Raúl se encuentra con demasiadas caras conocidas que observan algo intrigados su encuentro con el jefe de los "renovadores". El diálogo gira alrede- dor de anécdotas personales sobre los negocios de ambos. Al rato, Rojas lo empieza a inquirir a Fernández acerca de cómo ve la situación provincial. "Muy mal, en la calle no hay un mango. Decí que yo trabajo a 90 días con los proveedores, pero si la cosa sigue así me va a generar un costo financiero importante. Yo creo que en las próximas elecciones somos boleta. Encima, con este Villosio ... , ¡Dios santo! Viene con el bombo a cuestas. No tenemos candidato". Rojas le dice: "Yo lo de Sepúlveda me lo veía venir. Por eso empecé a sondear tu nombre y la gente se entusiasma. Yo creo que el PG tiene que llevar una figura nueva, no desgastada con la política, alguien de afuera, sin compromisos con Sepúlveda y Villosio. ¿Cómo lo ves?". Chichín se muestra escéptico: "Nada que ver. Yo no sirvo para esto. Esto es un quilombo y yo no voy a dejar de aten- der mi negocio para exponerme a este desastre. Además vos sabés como piensa la vasca. Si se entera de esto me mata. Por favor, ni lo menciones, y ojo con los medios". Rojas le insiste y le pide que lo piense, además de prometerle reserva sobre el ofrecimiento. 170
  • 168. Analisis del caso Por la tarde, Fernández recibe un llamado en su oficina de un periodista que lo quiere entrevistar para saber si es cierto que se larga para gobernador. Raúl niega totalmente la versión, pero empieza a sentir un furor interno porque cree que Rojas no cumplió con su palabra. Ante la insistencia del periodista, decide responder este requerimiento pero con la condición de que la charla sea en off. El periodista, sin citar la fuente, lo lanza como chisme en el programa de radio de la mañana siguiente. El progra- ma se llama "Buenos Días, Santa Rita" y lo conduce el gordo Vergara, personaje simpático que concita la atención de la enorme mayoría de la audiencia matutina. Raúl recibe un llamado iracundo de la vasca, su esposa, que acaba de escuchar el trascendido por la radio. Chichín, no te das cuenta que te están usando. Ya mismo salí a desmentirlo". Raúl trata de calmar a su cónyuge, con dudosa suerte. Pero algo le empieza a oler mal. Lo llama furibundo a Rojas, al cual no puede ubicar telefóni- camente a lo largo de todo el día. Tampoco responde su celular. Raúl siente toda la impotencia de haber quedado expuesto en un juego que no supo jugar. II. Un poco de contexto San Miguel de Garicoy es una provincia de 600.000 habitantes, que posee un territorio de 100.000 km2. Santa Rita es la capital de la provincia y la habitan aproximadamente unas 250.000 personas, la mayor parte de ellas dedicadas a la administración pública y los servicios. Luego hay dos ciudades de 40.000 habitantes y el resto son localidades que no superan los 10.000 habitantes, y muchas comunas rurales. Es una provincia eminentemente agrícola-ganadera, pero con algu- nas industrias que se instalaron en los últimos años sobre la base de la producción de alimentos. La situación económica de la provincia se ha venido agravando por una mezcla de mala administración y dificultades sociales que dete- rioran la capacidad recaudatoria del Estado provincial. Frente a este estancamiento, comienza a ser difícil la situación laboral, generando una fuerte desocupación entre los más jóvenes. La deserción en la escuela secundaria aumenta. Los fines de semana se ven "banditas" de adolescentes tomando cerveza en los kioscos, lo cual genera algunos hechos de violencia. 171
  • 169. Jorge Dell’Oro y Carlos Fara El PG ha venido gobernando en la provincia desde que se recuer- da. Es el partido que tiene mayor anclaje en los sectores de menos recursos y la población rural. La principal oposición es la Alianza Renovadora para el Progreso (ARP), expresión histórica de la clase media provincial, fusión de dos partidos: el Partido por el Progreso (PP) y el Partido de la Renovación (PR). En las últimas elecciones hizo su aparición el Movimiento Popular de San Miguel de Garicoy (MPSM), expresión local conformada por sectores minoritarios de la ARP, algún dirigente del PG y sectores de la comunidad sin adscripción partidaria. Las expectativas generadas respecto a esta nueva fuerza política son muy grandes y algunos creen que podrían ganar la próxima elección para gobernador. Su figura máxima es Gervasio Fraysinet, ex diri- gente ruralista, un típico descendiente de los primeros vascos france- ses que poblaron San Miguel de Garicoy en el siglo pasado. Un tío de Gervasio -Don Pancho- fue gobernador durante un régimen mil- itar y luego fue elegido en elecciones cuando estaba proscripto el PG, hace más de 30 años. Dejó un muy buen recuerdo en la población por su honestidad y su administración ordenada. El principal dirigente del ARP es una abogado de Santa Rita, Víctor Etchepareborda, quien realizó toda su carrera profesional desde su propio estudio jurídico como patrocinante del tano Mazzini, quien posee una red de cable y la FM San Miguel de Garicoy, donde se emite el programa del gordo Vergara. Etchepareborda hoy es presidente de su bloque y candidato eterno a gobernador, pero tiene sus filas internas divididas por cierta acti- tud condescendiente que habría tenido con el saliente gobernador Sepúlveda. La disidencia interna la encabeza el dirigente ruralista Martín Guilleau. Este último sector ve con simpatía el crecimiento del MPSM. El canal de aire es del Estado provincial. El diario El Pregón de Santa Rita se presenta como el matutino más influyente en las 172
  • 170. Analisis del caso agendas temáticas de las radios. La provincia se llama San Miguel de Garicoy, porque es el santo que venera la comunidad vasco francesa. III. ¿Qué dice la gente? La gestión de Villosio tiene una aprobación del 20%, teniendo en cuenta que recién comienza. Sólo un 25% terminó apoyando la gestión de Sepúlveda. El área mejor evaluada es deportes, con el 38%. Obras públicas tiene el 30%. Lo peor es lucha contra la corrupción y seguridad. La gran mayoría no recuerda a ningún ex alcalde como el mejor que haya tenido San Miguel de Garicoy (SMG). Algunos pocos mencionan a Pancho Fraysinet. La mayoría (59%) considera que la corrupción en el gobierno es mucha, o bastante. El 80% cree que SMG es un distrito rico, pero siempre estuvo mal administrado. El 68% estima que debe haber un cambio. Un tercio dice que la situación de SMG mejorará, otro tercio cree que seguirá igual, y el tercio restante piensa que empeorará. El 35% cree que la crisis financiera del distrito es fruto de un mal manejo administrativo, el 25% se lo adjudica a la corrupción, el 20% piensa que es consecuencia de la crisis financiera internacional y 10% a la política económica del gobierno nacional. El 10% restante da respuestas varias. Respecto a cómo solucionar la crisis, el 20% cree que se debe reducir la cantidad de empleados públicos, el 20% considera que hay que aumentar los impuestos, el 10% pediría créditos, otro 10% le pediría al gobierno nacional que le liquide las deudas y el 40% bajaría los sueldos. El 65% no sabe qué partido sería mejor para resolver la crisis. El 15% lo menciona al PG, el 13% al MPSE y el 5% al APR. El 70% señaló a la desocupación como el principal problema; el 40%, al alcoholismo en los jóvenes; el 35%, a la seguridad; el 30%, a la salud; el 28%, a la corrupción; el 27%, a la seguridad; el 25%, 173
  • 171. Jorge Dell’Oro y Carlos Fara a la pobreza; el 22%, a las jubilaciones; el 18%, a los bajos salarios; el 15%, a la justicia; el 10%, a la vivienda y el 5%, a la ecología. El 20% votará para alcalde al PG; el 15%, al APR y el 10%, al MPSE. El 2% menciona a otros, el 1% dice que votará en blanco y el 52% está indeciso. El 40% cree que el PG ganará las próximas elecciones para alcalde. El 25% le otorga posibilidades al MPSE y el 18% piensa que lo hará la APR. El 17%, no sabe. En la intención de voto por candidatos, el 16% se vuelca por Fraysinet; el 14%, por Villosio; el 10%, por Cuesta; el 5% por Sepúlveda; el 2% por Fernández; el 3%, por Rojas, y el 13% men- ciona a otros 10 candidatos. Los indecisos suman el 37%. Consignas de Trabajo para el Comité de Campaña: Con la información que dispone: 1. ¿Cuál es su objetivo electoral? 2. ¿Qué estrategia definiría para Chichín Fernández, si deci- diese presentarse? 3. Defina: a) temas de campaña b) quién sería su adversario c) sus ventajas comparativas d) defina su mensaje en una frase 4. ¿Cómo debería haber actuado Chichín ante el requeri- miento del periodista? ¿Qué actitud debería haber adoptado una vez instalado en los medios? 174
  • 172. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 173. Notas ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... ............................................................................................................................................................... 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  • 174. Consejos generales 1. La Estrategia es el factor más importante en una campaña política ! Las 100 de Joseph Napolitan 2. No existe el efecto arrastre 3. Las encuestas son esenciales, pero no se engañe por ellas 4. Nunca sobrestimes la importancia de un partido dividido 5. El tiempo es crítico 6. Si algo funciona, siga usándolo hasta que deje de funcionar 7. Asegúrese de que el mensaje es claro y entendible 8. Nunca subestime la inteligencia de los votantes, ni sobrestime la cantidad de conocimiento a su disposición 9. Los ataques negativos son mejor manejados en medios pagados por terceros partidos 10. No subestime el poder y penetración de la radio 11. No subestime el impacto de una administración nacional impopular 12. La percepción es más importante que la realidad 13. No complique la campaña 14. Proteja primero lo seguro 15. No tenga miedo de invadir el territorio de la oposición 16. Lo que diga será escuchado en cualquier lugar 17. Trate de no autodestruirse 18. No deje que su oponente tenga el camino libre 19. Las transferencias de popularidad son buenas si las usa apropiadamente 20. No cree expectativas exageradas, especialmente si es el presunto ganador 21. No dé nada por garantizado 22. Si comete un error, admítalo y trate algo nuevo 23. Las cosas pequeñas a menudo son importantes 24. Sea cauteloso en las votaciones primarias 25. Reconozca sus propias limitaciones 26. No tenga pánico de sus errores 27. Si no tiene que usar campaña negativa, no lo haga 28. Domine el medio dominante 29. Las campañas pueden ser divertidas 30. Establezca su propia credibilidad antes de lanzar una campaña negativa 31. No confunda educación con inteligencia 32. Una elección es como venta de un día 33. Diferenciar entre lo esencial y lo no esencial 34. Ellos no le dejarán correr en la elección general a menos que gane la primaria 177
  • 175. Consejos para Candidatos 35. El tamaño de las multitudes convocadas no tiene relación con los votos 36. No se neurotice con slogans y logos 37. Empiece temprano 38. Tenga cuidado en soluciones fáciles para problemas complejos 39. Tenga confianza pero nunca se exceda en confianza Las 100 de Joseph Napolitan 40. Usted no necesita oponerse a cada posición o declaración del opositor 41. Una base de poder ayuda 42. Nunca esté a favor de todos Consejos para Consultores 43. Los spots de televisión que se muestran a grandes multitudes en realidad son poco valiosos, sólo hacen que el candidato se sienta bien 44. Toda campaña es diferente; toda campaña es igual 45. Puede pulir a un candidato, pero nunca podrá cambiarlo realmente 46. Inculcar sentido de prioridad en su candidato 47. Proceder cautelosamente en elecciones extranjeras 48. Siempre hacer saber al personal de campaña que no está buscando su trabajo 49. Si su consejo no es aceptado, renuncie 50. Resuelva su situación financiera desde el principio 51. Investigue a su candidato tan a fondo como lo hace con su oponente 52. Las mejoras marginales son importantes y a menudo decisivas 53. Sepa cuándo utilizar estrategias atrevidas y cuándo no hacerlo 54. No deje que su candidato piense que sólo por que dijo algo todo el mundo lo va a oír 55. Prepárese para producir para los medios hasta el final 56. Establezca y mantenga un sistema de comunicación inmediato 57. No tiene que amar a su candidato; por lo menos, debería respetarlo 58. Asegúrese de que su candidato sepa por qué está compitiendo y pueda respon- der la pregunta: ¿Por qué podría yo votar por Ud. en lugar de por su oponente? 59. Si su candidato tiene un nombre difícil, trate de convertirlo en una ventaja 60. "Información instantánea crea compromiso" Marshall McLuhan 61. Aprenda dónde está el verdadero poder 62. Analice sus errores 63. Cómo una persona planea votar es más importante que quién él piensa va a ganar 64. No ponga en ridículo a su candidato, ni a usted mismo 65. Sea persistente, pero sabiendo cuándo debe retirarse 66. Viva para pelear otro día 67. Cuando piense que lo sabe todo, no lo sabe 178
  • 176. 68. Cuando escuche a alguien decir algo malintencionado sobre usted, no sobre reaccione 69. Aprenda a ser paciente 70. No asuma tener el contrato hasta que no lo compruebe 71. Si su candidato gana, es a causa de su encanto, atractivo o poderes de per- suasión; si pierde es su culpa 72. Sea tolerante 73. La madurez llega con la edad 74. No tome riesgos innecesarios 75. No tenga demasiada simpatía por un candidato Consejos para Coordinadores de Campaña ! 76. No tenga miedo de traer verdaderos expertos 77. Muchas campañas no saben cómo usar consultores o especialistas apropiadamente 78. Cuánto dinero puede gastar no es tan importante como la forma en que lo gastará 79. Dirigir una campaña no es un proceso democrático 80. Asegúrese de que su candidato entienda los temas 81. Deje que su candidato hable con la gente 82. Engánchese con las organizaciones existentes 83. Cuando use nuevas tecnologías, asegúrese de tener especialistas 84. Si sus materiales de medios de comunicación no funcionan, deséchelos sin importar cuánto costaron 85. Controle a los principiantes apasionados 86. Tenga una razón para lo que hace 87. Asegúrese de tener buenas fotografías de su candidato 88. Asegúrese de que su candidato descanse 89. Tenga cuidado en la selección de técnicos especializados 90. Adelántese a lo negativo 91. No hablar unilateralmente acerca de su "yo" negativo si no tiene que hacerlo 92. No modifique el historial de su candidato a menos que esté seguro de no ser descubierto 93. En una campaña grande siempre cree una unidad de reacción inmediata 94. Reconozca cuando su oponente está arriba 95. Los enemigos de su enemigo no necesariamente son sus amigos 96. Información es poder, úsela sabiamente 97. Aprenda a contar 98. Sólo porque algo es diferente no significa que es mejor 99. No subestime la importancia del simbolismo visual 100. Deje que el cónyuge del candidato tome el papel que él o ella quiera 179