La nacionalización del petróleo en Venezuela llevó al control estatal total de la industria petrolera a través de la creación de PDVSA. Esto aumentó los ingresos fiscales y permitió grandes inversiones gubernamentales, pero también condujo a la expansión de la burocracia estatal. Mientras algunos ven este evento como un logro nacionalista, otros critican cómo PDVSA se convirtió en un estado dentro del estado con privilegios excesivos.