Los núcleos basales desempeñan un papel importante en el control de la postura y el movimiento voluntario. Se aplica a un conjunto de masas de sustancia gris ubicadas dentro de cada hemisferio cerebral, incluyendo el cuerpo estriado, el núcleo amigdalino y el claustro. Los núcleos basales reciben aferencias de la corteza cerebral y el tálamo, y envían eferencias al globo pálido y la sustancia negra, que a su vez proyectan al tálamo para modular el movimiento.