La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) fue creada en 1967 para administrar tratados internacionales sobre propiedad intelectual y fomentar la protección de la propiedad intelectual. Sus orígenes se remontan a convenios de 1883 y 1886 sobre propiedad industrial y obras literarias y artísticas. La OMPI busca establecer nuevas normas para mantenerse al día con la tecnología y abordar cuestiones específicas de propiedad intelectual.