El informe, en colaboración con WWF y otras organizaciones, relaciona la salud de la biodiversidad global con la huella ecológica y hídrica, revelando presiones insostenibles sobre el planeta. Desde 1970, la biodiversidad ha disminuido casi un 30% y la demanda humana ha duplicado su huella sobre los recursos naturales, subrayando la urgencia de desarrollar economías más verdes. Se enfatiza la necesidad de un cambio en los patrones de consumo y producción para asegurar un futuro sostenible para la humanidad y la biodiversidad.
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