Enron, fundada en 1985, era una empresa energética que se dedicaba a la distribución de petróleo, gas natural y energía eléctrica, además de involucrarse en prácticas financieras especulativas. Su cultura corporativa estaba marcada por la ambición y una competencia feroz, lo que llevó a prácticas contables engañosas y manipulación de los mercados, resultando en su quiebra en 2001. Las víctimas del escándalo incluyeron empleados, accionistas e inversores, y se argumenta que podría haberse evitado con un enfoque ético y regulaciones más estrictas.