Dejar de fumar ofrece numerosos beneficios que se evidencian con el tiempo, desde mejoras físicas inmediatas como la reducción de la presión arterial y el incremento de oxígeno en sangre, hasta una disminución significativa del riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer a largo plazo. También se observan beneficios estéticos, económicos, sociales y psicológicos, como la mejora de la autoestima y la reducción del estrés. En general, el proceso de dejar de fumar no solo mejora la salud física, sino que también impacta positivamente en la vida emocional y social del exfumador.