Las propiedades químicas del suelo, como la materia orgánica, fertilidad y acidez-alcalinidad, son fundamentales para comprender su calidad y capacidad de nutrición de las plantas. La materia orgánica enriquece el suelo y la fertilidad se relaciona con la disponibilidad de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio. Además, el pH del suelo impacta directamente en la solubilidad y disponibilidad de nutrientes, siendo un factor crítico para el crecimiento y desarrollo óptimo de las plantas.