Los cigarros electrónicos se promocionan como herramienta para ayudar a los fumadores a dejar la adicción al tabaco, aunque su eficacia y seguridad siguen siendo debatidas. Este dispositivo permite a los usuarios inhalar vapor de líquidos con nicotina y otros ingredientes, pero su uso ha generado preocupaciones de salud y su regulación es incierta en muchos países. A pesar de su popularidad, especialmente entre los adolescentes, no hay conclusiones firmes sobre sus beneficios, lo que ha llevado a prohibiciones en su comercialización en diversas naciones.