El documento explica que el Espíritu Santo es una persona divina, el tercer miembro de la Trinidad. Posee atributos como voluntad, conocimiento y emociones que indican que es un ser viviente. Realiza actividades como enseñar, guiar y dar vida que sólo una persona puede hacer. Además, se le puede ofender como a una persona. Es distinto a Jesús aunque trabaja junto a Él. Comparte atributos divinos como eternidad, omnisciencia, omnipotencia y omnipresencia con el Padre y el Hijo.