La histamina, considerada por algunos como una 'hormona', actúa a través de cuatro receptores (H1, H2, H3 y H4) que desempeñan funciones específicas en diversos procesos fisiológicos, incluyendo inflamación y respuesta inmune. Los antihistamínicos bloquean principalmente el receptor H1, aliviando síntomas de alergia, pero también provocan efectos secundarios como somnolencia debido a su funcionamiento en el sistema nervioso central. A pesar de ser eficaces en el tratamiento, los antihistamínicos pueden causar malestares por su interacción con receptores en diferentes partes del cuerpo.